En la próxima
semana, el Mural Histórico del Qosqo cumplirá 25 años de vida. Y claro, es vida
lo que encierra esa gigantesca pintura que desde su refugio en la penúltima
cuadra de la avenida El Sol, nos recuerda el paso del tiempo y la permanencia
de la historia.
Las escenas y los
personajes que han sido perennizados en el Mural Histórico del Qosqo
constituyen evidencia y recuerdo que aquí, en esta vieja y querida ciudad,
floreció una de las más importantes culturas del universo.
La Cultura Inka ha
dejado a los cusqueños un legado que los malos tiempos y los malos gobernantes
no han podido borrar. El Mural Histórico del Qosqo guarda la memoria y el
corazón de su autor, el maestro Juan Bravo Vizcarra, de sus colaboradores,
Carlos Hurtado y el flaco Wilson, pero, sobre todo, encierra el profundo amor
que sintió por esta tierra el ciudadano ejemplar Daniel Estrada Pérez, alcalde
sin par, congresista sin igual, hombre sin mácula.
A ver pues, a ver si
alguien se acuerda de ese cuarto de siglo de existencia, a ver pues si alguien
menciona siquiera el nombre de Daniel Estrada o de Juan Bravo en estas fiestas,
a ver pues si alguien mueve alguna fibra de la gratitud para recordar que
existe, aquí en el corazón de la Capital Histórica del Perú, un Mural que
encierra la historia.
A ver pues, si al
menos en estas fiestas, dejamos la mezquindad de lado, a ver pues si
desterramos el odio y la venganza, a ver pues si honramos nuestro origen, y a
ver pues si hacemos algo para recordar los 25 años del Mural Histórico del
Qosqo.
Por: Alberto García
Campana
Fuente: Diario
Digital de Cusco – Domingo 11 de Junio de 2.017
No hay comentarios:
Publicar un comentario