Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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lunes, 6 de abril de 2020

Epifanio Chamorro, de Tekoa Arandú: “Los líderes espirituales del Pueblo Mbya ya nos advertían que tiempos malos llegarían y el consejo fue que cuidemos de las semillas, del monte y el territorio”




El mburubivchá de la comunidad indígena de Pozo Azul (Eldorado, Misiones) relató cómo se protegen en su aldea en estos tiempos de cuarentena, se solidarizó con sus hermanos indígenas que no tienen tierras o casas donde poder refugiarse en forma segura para sobrellevar estas semanas de aislamientos y que los coloca en una situación de mayor vulnerabilidad. Chamorro, además, reflexionó sobre sus costumbres y respecto a los consejos que los sabios y sabias de la cultura guaraní que advertían sobre la importancia del respeto por la conservación de la naturaleza.

Epifanio Chamorro (36) es el mburuvichá de Tekoa Arandú, una comunidad Mbya Guaraní que se encuentra en la localidad de Pozo Azul, departamento de Eldorado. Transmite serenidad cuando responde a la entrevista con ArgentinaForestal.com sobre como llevan adelante en su aldea estos tiempos difíciles de pandemia por el brote de coronavirus.

Es uno de los líderes del Pueblo Mbya Guaraní, nieto de Don Rodolfo Chamorro, el “Opyguá” Vera Mirî, un gran sabio de la cultura indígena y que partió físicamente hace pocos meses. El anciano supo trasmitirle los saberes ancestrales y fortalecer el espíritu de los jóvenes de la aldea, avecinando los tiempos difíciles.

Epifanio compartió la preocupación de su hermano el cacique Eliseo Chamorro, de Tekoa Ka’aguy Poty –en el Valle de Kuña Pirú-, quien expresó que “la situación de emergencia sanitaria y aislamiento obligatorio tomó por sorpresa a muchas comunidades y se necesita de asistencia porque no tiene el monte para poder vivir, y también les falta más información de qué hacer”, remarcó.

En el caso de la comunidad en Pozo Azul, el cacique aseveró que se encuentran cumpliendo el aislamiento en Tekoa Arandú. La aldea tiene una superficie de 5.014 hectáreas, con más de 90 familias. “En nuestra comunidad cada persona se queda en su casa cumpliendo el aislamiento, como está dispuesto para todos los ciudadanos de la Argentina, como fue la orden de nuestros autoridades nacionales. El aislamiento es total, nadie sale solo por salir, ni al patio. Como cacique, yo mismo hago cumplir la ley”, explica Epifanio.


El cacique tiene muy claro que la enfermedad no va a perdonar a nadie. “No importará si es aborigen o no, es mejor prevenir que curar, así que lo mejor es que nadie salga. Gracias a ñande rueté (padre verdadero, nuestro Dios)  que hasta ahora no hay ningún caso sospechoso ni síntoma en nuestra comunidad. Y esperemos que se siga así. Pero me preocupan mis hermanos de otras aldeas, si llegara a pasar alguna situación de enfermedad por el virus,  porque seguramente alguno va a querer curar con nuestra medicina indígena, y esto es algo desconocido para nosotros”, explicó, por una parte, Epifanio.
Por otra parte, indicó que la medida de emergencia sanitaria a muchos indígenas los tomó por sorpresa, no estaban preparados para el aislamiento. “Seguramente que hay hermanos que van a necesitar ayuda para alimentos, y para eso está la mano de gente solidaria como, por ejemplo, la municipalidad de cada zona o también la asistencia de la Dirección de Asuntos Guaraníes de la provincia”, precisó.
En Tekoa Arandu las familias viven entre 6, 7 o más personas en una sola casa. “Si se presentará algún síntoma del virus tenemos promotores Interculturales de Salud que trabajan dentro de la comunidad, y ellos llamarán al ambulancia para llevar al hospital”, expresa el cacique.
Pero por protocolo, si se presentara algún caso sospechoso de coronavirus en la comunidad, el procedimiento es diferente. Y el aislamiento obligatorio  sería para toda la aldea ante una sospecha, con una cuarentena estricta por 15 días hasta corroborar que no hubiera más personas contagiadas.

Sabiduría  indígena

Epifanio se mostró sereno frente a los acontecimientos respecto a la pandemia por coronavirus. “Los Mbya ya sabíamos que algo mal se venía porque nuestro sabio y sabia de nuestra cultura guaraní ya venían hablando de esta cosa que estamos pasando ahora”, expresó. Por ello, siempre en las comunidades se los inculcó que “nos ocupemos de producir alimentos para ahora y siempre, valorar el agua y el cuidado de medio ambiente. Por eso estoy seguro de que todos en  las comunidades tienen sus alimentos en su chacra,  como mandioca, batata, poroto, maíz y muchas otras plantas más. El que no tiene su kokue (alimento) es porque nunca tomó en serio los consejos de los ancianos, ancianas y sabios de la comunidad”, expresó el cacique de Tekoa Arandú.
Como cacique, Epifanio siempre trata de que los más jóvenes no se olviden de los consejos de sus abuelos Mbya, de que se tiene que producir alimentos para sus hijos.
“Pero también es una realidad del Pueblo Indígena que no se logra regularizar la tenencia de la tierra, y hay familia Mbya que no tiene tierra suficiente y apta para su desarrollo, no tiene monte. Por ellos es que me preocupa mucho que todavía hay comunidad que no cuenta con el título de propiedad”, indicó.
El refugio del Pueblo Mbya es la selva misionera. “Nosotros estamos totalmente en contra del desmonte, esa es nuestra lucha constante. También en nuestra comunidad tratamos de que todo aquel beneficiario de salario universal por hijo no mal gaste el dinerito, y que con ello compren mercaderías, ropitas, útiles escolares para que todos podamos estar bien y seguro de tener alimentos en nuestra casa. Hasta ahora estamos llevando bien todo esto en nuestra comunidad”, concluyó.
Por Patricia Escobar 
@argentinaforest
Fuentes: 
Argentina Forestal
Misiones On Line - 4 de Abril de 2020


domingo, 30 de septiembre de 2018

Nuestra Cultura Mbya Guaranì


"En nuestra cultura no contamos los días. No hay sábado ni domingo, ni años, ni cuatro estaciones como dice el blanco. El Creador nos manda señales, y así sabemos cuando hay que hacer las cosas. Por ejemplo, los embarazos se guían por las lunas. El canto de un pájaro, nos da la señal de si aún vendrán heladas o si ya podemos plantar las semillas cuando termina el frío. Ahí empieza el Ara Pyau, la época de la renovación de la naturaleza, del asiento del nombre, para ponerles a los niños el nombre verdadero que dicta Dios, pero ahora por culpa del blanco, ese pájaro está en extinción."

(Tomado del film: "Tekoa Arandu" o Comunidad de la Sabiduría , Pueblo Azul. Pcia. de Misiones. Comunidad Mbyá Guaraní)




martes, 22 de julio de 2014

RERY, Los Nombres Mbya Guaraníes

 «Después de hundirse el espacio y al amanecer de una nueva era, yo he de hacer que circule la palabra nuevamente por los huesos de quienes portarán la vara insignia, y haré que vuelvan a encarnarse las almas», dijo nuestro Primer Padre. 
(León Cadogan 1997, p. 87)

La religiosidad mbyá sostiene que cuando fue creada la tierra, el Padre Primero Ñamandú Ru Ete pidió a cuatro deidades que generaran las almas de los hombres. Estas fueron Ñamandú, Jakaira, Karai y Tupã. Él solo se encargó de enviar los signos que diferenciarían lo femenino de lo masculino, inspirando sus respectivos cantos sagrados.

Habitualmente, la noticia sobre un futuro nacimiento, sus tiempos y condiciones son informadas a la población por el líder espiritual, normalmente un anciano, al que llaman opygua. Este recibe la información a partir de su comunicación con los dioses, a quienes el opygua logra elevar sus palabras y cuyos mensajes recibe. Los mensajes de los dioses dan lugar a una gran variedad de transformaciones de lo cotidiano: desde las visitas y salidas a otros núcleos hasta la posibilidad o imposibilidad de cazar u obtener otros alimentos.

Una vez que los dioses acreditan la posibilidad de un nacimiento, el anciano avisa a los padres y estos deben seguir una serie de reglas con el fin de que el nacimiento y la vida futura de los niños estén seguras entre los mbyá, lo que se expresa en términos de ombo apyka (lograr asiento’) o bien ayvua (hallarse’). «Hallarse» implica sentirse a gusto en el lugar; es una condición necesaria para que cualquier persona permanezca en el tekoa lugar donde habita el grupo. En el caso de las almas de los niños, no hallarse puede implicar incluso la muerte. En los adultos, no hallarse puede explicar tanto la movilidad por el territorio como algunas dificultades particulares.

Como vemos, la gestación de un nuevo ser supone dos procesos: por un lado, la llegada de un alma, enviada por los dioses desde cierto sector del cielo. 
Por otro lado, la fabricación o producción del cuerpo (Viveiros de Castro 1998) en el vientre de la madre. A partir de aquel momento en que el niño comienza a formarse se da una serie de prescripciones de comportamiento de los padres que encuentran su punto mayor en la couvade, es decir, con posterioridad al nacimiento. Madres y padres deben seguir una serie de reglas respecto de su comportamiento y alimentación con el fin de asegurar las mejores condiciones  para la llegada del niño. Una vez que el alma del niño fue depositada en la mujer 
por los dioses, el hombre, futuro padre, debe encargarse de formar el cuerpo del bebé a través de las relaciones sexuales. Larriq (1993) destaca que el rol de la mujer en esta etapa es descrito como pasivo, en tanto no produce elementos para la consolidación del cuerpo. 

Como vemos, la gestación de un nuevo ser supone dos procesos: por un lado, la llegada de un alma, enviada por los dioses desde cierto sector del cielo. Por otro lado, la fabricación o producción del cuerpo (Viveiros de Castro 1998) en el vientre de la madre. A partir de aquel momento en que el niño comienza a formarse se da una serie de prescripciones de comportamiento de los padres que encuentran su punto mayor en la couvade(*) es decir, con posterioridad al nacimiento. Madres y padres deben seguir una serie de reglas respecto de su comportamiento y alimentación con el fin de asegurar las mejores condiciones para la llegada del niño. Una vez que el alma del niño fue depositada en la mujer por los dioses, el hombre, futuro padre, debe encargarse de formar el cuerpo del bebé a través de las relaciones sexuales. Larriq (1993) destaca que el rol de la mujer en esta etapa es descrito como pasivo, en tanto no produce elementos para la consolidación del cuerpo.

La couvade implica una serie de tabúes y restricciones, tanto para mujeres como para hombres, durante el periodo posterior al nacimiento de un hijo. Todas las acciones inscriptas en esta etapa tienden al buen desarrollo de la relación entre el cuerpo del niño que acaba de nacer, su alma y el ambiente —tekoa— donde va a desarrollarse. Estos tres componentes pueden resumirse a través de la idea de ayvu’a —hallarse— y quedan superados cuando el niños logra ombo apyka —tomar asiento—. 
Los peligros y las dificultades que podría tener el alma del recién nacido refuerzan la idea de que el padre no puede alejarse por el monte y que, entonces, debe acompañar de un modo diferente la llegada de su hijo o hija. 
Esa es la razón por la cual este periodo se caracteriza por la permanencia de los hombres en el núcleo. Respecto de la couvade, en el caso de las madres recientes la prohibición está asociada con el consumo de ciertos alimentos, entre los que se incluyen animales. 
En los hombres, la regla más saltante es la imposibilidad manifiesta de salir del ámbito del tekoa a trabajar o al monte a cazar. Como sugiere Vilaça (2002), que durante este periodo se decline el consumo de animales y se prohíba la caza y la salida al monte de los hombres como lugar de contacto con  ciertas especies animales expresa una serie de tensiones entre hombres, animales y dioses. Al respecto, Riviére (1974, en Rival 1998) puntualiza que en la couvade quien se consolida (o nace) es el alma, ya que el nacimiento no es más que un paso en la formación del bebé, un proceso que comienza en el útero y continúa en el período posterior al parto durante el tiempo que dura la couvade, instancia en la que se constituye la persona como tal.

La llegada de las almas de los niños es anunciada por el líder espiritual opygua. Estas, a su vez, provienen de cuatro zonas, y por tanto se corresponden con cuatro deidades distintas de la esfera celeste. Durante una ceremonia anual, los dioses se comunican con los opygua con el fin de manifestar de qué alma se trata la de cada niño y qué nombre debe llevar este es denominado RERY (que es el nombre verdadero de los Mbya Guaraníes) utilizado en los rituales, ceremonias religiosas y para comunicarse entre sí. Con la sociedad envolvente en tanto adoptan el RERA que es el nombre simplemente para la documentación (KUACHIA) en su contacto con el mundo externo.

Glosario: Couvade:  es en principio el conjunto de rituales asociados con el nacimiento (Rival - 1.998)

Fuentes: Ayvu Rapyta – León Cádogan
                Ombo apyka, tomar asiento. La concepción y el nacimiento                         Mbya Guaraní – Noelia Enriz

domingo, 11 de mayo de 2014

Tekoa Arandu – Comunidad de la Sabiduría

La realidad actual en una Comunidad Mbya Guaraní ubicada en la Provincia de Misiones (Argentina).

En enero de 2005 representantes de la comunidad guaraní "Tekoa Arandu’’ o Comunidad de la Sabiduría manifiestaron la intención de comunicar la historia viva de su pueblo en su primer libro de tradición oral llamado por ellos "TeKoa Arandu", que es el nombre de la aldea donde viven. A través de este film buscaron un canal abierto para que el pueblo blanco sepa que es ser hoy Mbya Guaraní y para que sus sucesores tengan un registro vivo de esta historia de sufrimiento y exclusión. El documental está hecho. ProyectARG busca colaborar en su difusión.

El documental muestra un  pasado de exterminios, un presente desconocido para la mayoría, sumado al achicamiento de la selva por los intereses económicos de los terratenientes. Estas son para ellos las principales causas de todos los males que padecen. El futuro depende de todos nosotros…



Ricos en música, arte, creencias y valores, habitantes de una de las regiones más fértiles del planeta, para ellos la pobreza no es una maldición divina ni un destino inevitable. "…Resistir hasta que no quedemos ninguno sobre esta tierra...", afirma el Cacique.

Declarado de interés nacional y estrenado el 9 de octubre del 2007 en las pantallas del INCAA en la República Argentina. Hablado en su idioma original, el Mbya Guaraní está traducido al castellano, el largometraje da cuenta de la riqueza cultural y los padecimientos que atraviesan su vida cotidiana.

Fueron ellos mismos los dueños y argumentistas de este documental dirigido por el director Fernando Nogueira y la productora Maria Cabrejas y es ProyectARG junto al apoyo del Banco Mundial -seleccionado entre 550 proyectos de 58 países diferentes por el Fondo de Donaciones para Pueblos Indígenas-, quienes lo hicieron posible.

Esta película refleja el pensamiento de Tekoa Arandu.

Fuentes: Comunidad Mbya Guaraní Tekoa Arandu (Pozo Azul-Misiones-Argentina), ProyectARG y Red Argentina Solidaria.

Comparto este imperdible documental.