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Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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viernes, 21 de junio de 2024

Isla de Pascua


En el remoto corazón del Pacífico Sur, la enigmática Isla de Pascua ha sido durante mucho tiempo un crisol de misterio y fascinación.
Sus icónicas cabezas de piedra, los Moai, han desconcertado a generaciones con su mirada imperturbable hacia el horizonte.
Sin embargo, lo que parecía ser un enigma estático ha dado un giro sorprendente.
Los arqueólogos, en un esfuerzo por desentrañar los secretos enterrados bajo la superficie de la isla, han emprendido excavaciones meticulosas alrededor de estas colosales figuras.
El resultado ha dejado boquiabiertos incluso a los más avezados investigadores: ¡los Moai tienen cuerpos completos!
Estos cuerpos, largamente ocultos bajo la tierra, emergen ahora como testigos silenciosos de una historia aún más compleja.
Pero la sorpresa no termina ahí. Adornando estos cuerpos recién descubiertos se encuentran inscripciones antiguas, petroglifos enigmáticos que parecen narrar historias perdidas en el tiempo.
La Isla de Pascua, una de las regiones más remotas y aisladas del planeta, revela así nuevos capítulos de su intrigante pasado. Talladas por el ingenio y la destreza del pueblo Rapa Nui entre los siglos XIII y XV, estas monumentales esculturas se erigen ahora como guardianes de un legado ancestral, cuyos secretos apenas comenzamos a desentrañar. Con más de 3200 kilómetros separándola de la costa chilena, esta isla remota sigue siendo un faro de interrogantes y descubrimientos en el vasto océano del conocimiento humano. 

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lunes, 15 de junio de 2020

Isla de Pascua: ¿Misterio resuelto?



Algunos creen que estos monumentos están vinculados con los Anunnaki, y otros sostienen que fueron creados por una civilización de la que se sabe muy poco…

Los moáis son las estatuas que se encuentran en Isla de Pascua, al oeste de Chile. Son casi 1000 ejemplares, labrados en piedra y con estaturas de hasta un poco más de 20 metros y que según los especialistas, datan del 700 d. C y el 1600 d. C. Hoy todavía abundan las interrogantes sobre quiénes fueron sus responsables, y cómo hicieron para construirlas.

Cada estatua puede alcanzar las 85 toneladas, y también surgen las preguntas acerca de cómo hicieron para levantarlas una vez terminadas; también existen dudas sobre cómo les colocaron las enormes coronas de piedra rojiza (2 metros de altura y 2.5 de diámetro) que lucían por lo menos 58 de las estatuas. 

Algunos arqueólogos aseguran que los moáis fueron transportados hasta las playas con ayuda de troncos, cuerdas y angarillas; pero, no existen evidencias concluyentes de que haya sido así.

Katherine y William Scoresby los primeros exploradores en Isla de Pascua 

Se conoce que en 1915, los exploradores Katherine y William Scoresby realizaron por primera vez estudios arqueológicos en la isla, dando a conocer los majestuosos cuerpos de los moáis. Con el tiempo se ha descubierto que los monumentos no son solo cabezas, sino que tienen cuerpos completos enterrados con unas inscripciones extrañas.

Transcurrieron varias décadas para que esta investigación iniciada por Katherine y William Scoresby se retomara, y que varias instituciones sin ánimo de lucro se dieran a la tarea de finalizar el trabajo que se inició a principios del siglo XX. 

Especulaciones sobre la Atlántida 

Algunos teóricos, exponen que la antigüedad de algunas estatuas conduce al punto en el que se generó un contacto transoceánico entre culturas, y que estas islas pudieron ser centros de comercio o una serie de islas que, antes del presunto diluvio universal – inundación mencionada en textos de antiguas culturas, más específicamente en el libro Génesis, de la Biblia-, se encontraban unidas conformando una metrópoli; en este sentido, mucho se especula sobre la Atlántida, el misterioso continente perdido; no obstante, no existen pruebas. Incluso, el significado de la escritura presente en las espaldas de los moáis todavía son estudiadas por expertos.

Recientes estudios

La revista Journal of Archaeological Science recientemente publicó una investigación dirigida por Anne van Tilburg, quien le ha dedicado tres décadas al misterio de los moáis. Según Tilburg, se realizaron casi 1.000 estatuas, “a instancias de la élite dominante”, en función de buscar incrementar la fertilidad agrícola para así garantizar el suministro básico de alimentos.

Así también lo creen especialistas en geoarqueología que hallaron evidencias científicas que pueden confirmar esta hipótesis después de las excavaciones de dos monumentos, en la cantera de Rano Raraku, al este de la isla, de donde procede el 95% de los moáis. Se estima que los primeros monolitos fueron tallados en torno al siglo IX y la construcción se prolongó hasta el siglo XVI.

Los análisis de laboratorio evidencian vestigios de alimentos como el plátano, el taro y la batata. Tilburg ha señalado que, además de servir como cantera y lugar para tallar estatuas, Rano Raraku también fue un área agrícola productiva. «La excavación amplía nuestra perspectiva acerca de los moáis y nos anima a darnos cuenta de que nada, por obvio que sea, es exactamente lo que parece. Creo que nuestro nuevo análisis humaniza el proceso de producción de los moáis”.

El suelo de arcilla en esta zona de la cantera, tenía agua dulce, siendo así el el más fértil de la isla, gracias también a actividades continuas de fragmentos de roca. Ese proceso, según los investigadores, creó un ecosistema propicio para el cultivo que se valía de un sistema de extracción de agua, asimismo de fertilizantes y nutrientes.

«Este estudio altera radicalmente la idea de que todas las estatuas en pie en Rano Raraku simplemente estaban esperando su transporte fuera de la cantera», ha señalado Van Tilburg. “Es decir, estos y probablemente otros moáis verticales presentes en Rano Raraku fueron conservados en su lugar para garantizar la naturaleza sagrada de la cantera. Los moáis fueron fundamentales para mantener la idea de fertilidad, y en la creencia de los indígenas de Rapa Nui su presencia ayudaba a estimular la producción de los alimentos agrícolas”.

Este estudio es la primera excavación legal desde 1955 que se realiza para tratar de comprender el significado de los moáis. Los dos monolitos que han vertebrado el análisis estaban prácticamente cubiertos por la tierra y los escombros y fueron desenterrados en posición vertical.

Con información de: El Tiempo / El Español / Wikipedia.

Escrito por Gabriela González para Culturizando

domingo, 23 de julio de 2017

El hallazgo que reescribe el trágico final de los habitantes de la Isla de Pascua



Hasta ahora, la teoría dominante que explicaba la desaparición de los antiguos pobladores de la remota isla era el ecocidio, la sobreexplotación de los recursos naturales. Sin embargo, un reciente descubrimiento desterró esta hipótesis, incrementando la incógnita sobre el pasado de la tribu creadora de los moáis.

Ubicada en la Polinesia, en medio del océano Pacífico, la remota Isla de Pascua, además de ser una de los principales atracciones turísticas de Chile por su belleza natural, constituye uno de los destinos más enigmáticos del planeta. Durante años los arqueólogos estudiaron y debatieron acerca de las célebres moáis, las imponentes estatuas de piedra de unos 700 años de antigüedad que simbolizan el lugar.

Las enormes esculturas resultan el vestigio más notable que distingue a la misteriosa cultura ancestral de la etnia rapanui. Aunque para algunos también representan la propia extinción de la tribu. A lo largo del tiempo, muchas historias y mitos surgieron en torno a los residentes locales. Relatos que intentan comprender el por qué de la desaparición de una población capaz de idear y construir semejantes obras, superando las dificultades de deber transportar y emplazar a los gigantes petrificados.

Distintos estudios antropológicos, arqueológicos, genéticos y lingüísticos señalan que las figuras de piedra fueron erigidas por una civilización anterior a los que se encontraron el almirante Jacob Rogeveen y la tropa de holandeses a principios del Siglo XVIII cuando descubrieron el sitio, ya que su origen se estima más cercano hacia el año 1200. Poco se sabe de esta incógnita civilización y son varias las teorías sobre su desaparición. El declive demográfico, las enfermedades infecciosas o la esclavitud tras el contacto con los europeos fueron algunas de las razones esgrimidas. Y otra de mucha aceptación: la codicia por construir más moáis.


La principal hipótesis es el ecocidio. Los expertos interpretan que los habitantes de aquella época habrían sobreexplotado los recursos naturales y, como consecuencia, las fuentes de alimentos se volvieron insuficientes. La deforestación del lugar fue el principio del fin. Sin materia prima (árboles) no se podían fabricar más canoas para salir a pescar. La escasez de provisión marina generó un aumento de la presión sobre los cultivos, lo que a su vez aceleró la erosión del suelo provocando fracasos en las cosechas. Hasta ahora se creía que el colapso se ejecutó así. Sin embargo, una nueva investigación cambiaría toda especulación existente.

Un equipo de la Universidad de Bristol, en conjunto con especialistas de la Universidad de Hawai y de Binghamton, estudió los isótopos de carbono y nitrógeno en el colágeno presente en los huesos de los antiguos habitantes de la isla con el objetivo de saber qué comían. Los restos botánicos, humanos y animales conservados en el territorio Anakena y Ahu Tepeu les sirvieron para encontrar que los rapanui tenían conocimientos sobre agricultura como para superar la pobre fertilidad del suelo, mejorar las condiciones ambientales y crear un suministro sostenible de comida.

Los científicos descubrieron que más de la mitad de los nutrientes que había en los cuerpos procedían del mar: el pescado era una parte muy importante de la dieta rapanui. Además identificaron que lo que obtenían del suelo provenía de terrenos enriquecidos, propicios para el cultivo, ratificando la hipótesis de que utilizaban fertilizantes. "Estas actividades demuestran una considerable adaptación y resiliencia a los desafíos ambientales, un hallazgo que es inconsistente con la teoría del ecocidio", se apunta en la investigación.

"La quema del bosque nativo habría aumentado temporalmente la fertilidad del suelo en Rapa Nui, pero con el tiempo se habría perdido de nuevo esa fertilidad", añaden. De tal modo, la pérdida de los bosques -era un ecosistema con un amplio espectro de árboles, arbustos, helechos y hierbas autóctonas- no fue realmente una catástrofe que desencadenó la desaparición. Los pobladores habrían podido lidiar con ello.

Catrine Jarman, líder del trabajo, añadió que además el descubrimiento "permite reconsiderar cómo las poblaciones prehistóricas interactuaron con su entorno sin depender de fuentes modernas". 

Publicado en el American Journal of Physical Anthropology, el relevo destierra la narrativa dominante del ecocidio. Su propia impericia no habría sido su desgracia. ¿Qué fue entonces? Hasta el momento, nadie lo sabe.

Fuente
Infobae (Buenos Aires) – 22 de Julio de 2.017



sábado, 11 de julio de 2015

Te Pito O Te Henua / Isla de Pascua – El ombligo de la Tierra – Cosmovisión e Historia


La mitología pascuense, cuenta que en un mítico continente o isla llamado Hiva, los antiguos sabios (maori) habían pronosticado que se hundiría la tierra de Hiva, posteriormente se dice que la subida de las aguas causó muchas muertes, y en las generaciones siguientes se construyeron canoas para escapar de la isla y encontrar nuevas tierras.
Fue en este contexto que se dice, que sucedió que el dios Make-Make se le apareció en un sueño a el sabio Hau-Maka; para que el ariki Hotu Matu'a supiera que era su destino viajar hacia la Isla de Pascua; es decir, a Mata ki te Rangi (Ojos que miran al Cielo).

Primeramente el ariki habría enviado siete exploradores a la nueva tierra, para reconocen lo visto por Hau-maka. Estos exploradores habrían sido dos hijos de Hau-maka: Ira y Raparenga; y cinco hijos de Huatava (hermano de Hau-maka) : Ku’u Ku’u, Ringi Ringi, Nonoma, U’ure y Mako’i la isla es llamada "Te pito o te kainga" (Ombligo o punto extremo de la matriz).


Posteriormente, luego de la exploración, Hotu-Matu´a junto a su familia y su séquito llegaron a la isla en dos grandes pahi (canoa doble). Sin embargo Ira y Raparenga, quienes se habían quedado esperando al rey, al verle que se aproximaba le gritaron que aquella tierra no era buena ya que en ella crecía mucha maleza; a lo que el rey les contesta que eso no importaba ya que en su tierra también crecía maleza, refiriéndose a las inundaciones que lo arrasaban todo.

Fue así como desembarcó el Ariki Hotu Matu'a, el primer rey de la isla, junto a su mujer y a su hermana Avarei Pu´ en la playa Anakena, donde fijaría su real residencia. Posteriormente, con todos los ritos y bendiciones correspondientes, dividió la tierra entre él y su hermana. Además habría asigna la mesetas del Poike, a los prisioneros Hanau Momoko (orejas cortas); quienes en la tierra de Hiva habrían sido derrotados y también traídos a la isla. Desde entonces la isla recibió el nombre de Te pito o te henua (Ombligo de la Tierra).

Antes de morir, Hotu Matu'a habría dividido la isla entregándole una parte a cada uno de sus hijos para que estos formaran sus propias tribus o mata.


La leyenda de los siete exploradores

Un ejemplo es la leyenda de los siete exploradores, a partir de la cual se han deducido muchos hechos.

Los historiadores han aceptado la existencia de Hotu Matúa y las circunstancias de su llegada a la Isla de Pascua. Y en este marco analizan el relato de los siete exploradores:

El mito señala que, precediendo al viaje de su rey y por instrucciones de un vidente, siete navegantes llegaron a la isla buscando un lugar adecuado para instalarse y sembrar "ñame" (tubérculo base de la alimentación de los inmigrantes). Dos de ellos traían, además, un moai y un collar de madreperlas, que escondieron y que luego dejaron abandonados cuando regresaron a su tierra de Hiva. Sólo un explorador se quedó en la isla.

Otros deducen además, que los siete exploradores simbolizan a siete generaciones que habitaron el lugar; o tal vez a siete tribus inmigrantes, de las cuales sólo una sobrevivió y se mezcló con la gente de Hotu Matúa.

Los hechos han permitido establecer que el rey Hotu Matúa murió 20 años después de su llegada a la isla y que le sucedió su hijo mayor, Tuu Maheke. El último de esta dinastía fue Gregorio o Roroko he tau, llamado también el rey niño, que falleció en 1886, y aunque los pascuenses gustan de pensar que la sucesión dinástica no tuvo desvíos ni interrupciones, hay varios indicios de que el linaje dinástico tuvo muchas alteraciones.


Make-Make, creador del mundo

Make-Make había creado la Tierra, animales y plantas, pero como se sentía solo, pensó en crear un ser que hablase y pensase igual que él. Fecundó la piedra, sin resultados. Fecundó el agua y creó los peces. Fecundó entonces la tierra y nació el hombre. Contento con su creación, se dio cuenta de que el hombre necesitaba compañía y así nació la mujer.

Fuente: Iorana Hai Mahatu Ote Rapa Nui