Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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sábado, 12 de junio de 2021

El rostro indígena de Argentina que se arraiga en 38 pueblos originarios y resiste a la invisibilización del relato oficial

El Estado reconoce a más de 1.700 organizaciones aborígenes, habiendo decenas de comunidades preexistentes a la conformación del país sudamericano.



"En Sudamérica todos somos descendientes de europeos", afirmaba en 2018 el entonces jefe de Estado, Mauricio Macri. "Los mexicanos salieron de los indios, los brasileños salieron de la selva, pero nosotros, los argentinos, llegamos en los barcos de Europa", dijo esta semana el presidente progresista, Alberto Fernández, aumentando la polémica. Aquellas declaraciones del líder peronista causan más resquemores por el contexto: fueron en medio de la visita a Buenos Aires de Pedro Sánchez, el mandatario de España, la misma nación que protagonizó el genocidio indígena durante la conquista de América Latina.

Estas frases no solo refuerzan la construcción de un sentido común, de una Argentina blanca y europeísta, sino que invisibilizan y extranjerizan a los pueblos originarios que habitan el territorio, incluso desde mucho antes que al general José de San Martín se le ocurriera lanzar su campaña libertadora. De hecho, en la Revolución de Mayo de 1810, la antesala de la independencia, muchos aborígenes conformaron los ejércitos patrios para combatir al imperialismo de la época.

Si bien es innegable que la recepción de migrantes es una característica casi fundacional e indisoluble de la sociedad argentina, desconocer sus raíces indígenas simplemente sería faltar a la verdad, y los datos oficiales de diversas instituciones públicas así lo demuestran.

38 pueblos aborígenes y 1.176 comunidades

En efecto, el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) identifica a 38 pueblos aborígenes en todo el territorio nacional: atacama, chané, charrúa, chicha, chorote, chulupí (nivaclé), comechingón, corundí, diaguita, fiscara, guaraní, guaycurú, huarpe, iogys, kolla, kolla atacameño, lule, lule vilela, mapuche, mapuche tehuelche, mbya guaraní, moqoit (mocoví), ocloya, omaguaca, pilagá, qom (toba), quechua, ranquel, sanavirón, selk´nam (onas), tapiete, tastil, tehuelche, tilián, toara, tonokoté, vilela y wichí.

Asimismo, según los datos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, actualizados el último 28 de mayo, este país del Cono Sur tiene al menos 1.756 comunidades registradas, con personería jurídica o relevamiento técnico y catastral. Es decir, se trata de organizaciones aborígenes reconocidas por el Estado. Igualmente, hay una incontable cantidad de grupos indígenas que no buscan el beneplácito de las instituciones para considerarse como tales, y no figuran en ninguna planilla gubernamental.

Para sumar información, en noviembre del 2020 el INAI incluso elaboró un mapa para localizar a estos grupos ancestrales, bajo el Programa Nacional Relevamiento Territorial de Comunidades Indígenas, dando cumplimiento a la legislación local.

Disposición y conflicto de tierras

Argentina es uno de los 23 países que ratificó el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sobre pueblos indígenas y tribales. Se trata del principal instrumento internacional sobre derechos indígenas. En su artículo 14, dice con claridad que "deberá reconocerse a los pueblos interesados el derecho de propiedad y de posesión sobre las tierras que tradicionalmente ocupan".

Natal Elkin, quien supo ser jefe en la unidad de Política del Empleo, Consultas Tripartitas y Pueblos Indígenas en la OIT, destaca que el Convenio tuvo un impacto positivo en América Latina. Puntualmente en Argentina, subraya que hay 955.000 personas que se autoperciben como indígenas –según el censo nacional del 2010, aunque la cifra actual podría ser aún mayor–, con más 7 millones de hectáreas tituladas. Para ponerlo en perspectiva regional, detalló que en Chile hay más de 2 millones de aborígenes y tan solo 2.600 hectáreas a su nombre, mientras que en Brasil había casi un millón de indígenas con más de 117 millones de hectáreas.

La Argentina, la nuestra, tiene origen indígena





Lamentamos profundamente las palabras del presidente de la República Argentina, Alberto Fernández, al decir que: “Los argentinos venimos de los barcos”, en el marco de la reunión con el Primer Ministro español el 9 de junio de 2021.

La historia política argentina entre los años 1881 y 1914 miró hacia Europa y hubo una explosión migratoria, pero aún antes del siglo XVI, el territorio que hoy llamamos Argentina ya estaba poblado. Por lo que reducir la historia o contar solo una parte de la misma implica invisibilizar la otra.

El imaginario blanco europeo como único modelo en América, provoca una tensión étnico-racial, una herida que aún sigue abierta. Y la reiteración de este modelo etnocéntrico reproduce la mítica idea de una Argentina hegemónica. La realidad de una Argentina ancestral indígena multicultural emerge de la historia misma.

La infortunada frase invisibiliza años de luchas de las Comunidades Originarias por el respeto a su identidad y el derecho a sus territorios, que en los últimos años han venido ganando reconocimiento mundial.

La Constitución Nacional en su Art. 75, inc. 17, ordena “Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos”, lo que el Sr. Presidente no puede pasar por alto. Esto implica que desde la reforma constitucional del año 1994 quedó expresamente plasmado que la Argentina tiene orígenes indígenas, siendo los Pueblos Originarios sujetos de derechos, lo que hace inaceptable el pronunciamiento del Mandatario.

Esa desafortunada mención resulta reprochable, trayendo concepciones discriminatorias raciales. Mantienen coincidencia con los discursos de sus predecesores: Cristina Kirchner “Somos hijos, nietos y bisnietos de inmigrantes. Esto es Argentina” (Abril 2015) y Mauricio Macri “En Sudamérica todos somos descendientes de europeos” (Enero 2018). Esto engloba una matriz discursiva presidencial, que se traduce en hechos y que persiste en el tiempo a través de los mandatos marcando una línea de gobierno nacional discriminante que va más allá de los partidos políticos.

El Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (ENDEPA) se solidariza con los Pueblos Indígenas que se mantienen en pie en este país donde sus derechos solo están en la letra, mientras les son negadas la propiedad de sus territorios ancestrales, el acceso a un sistema adecuado de salud, a una educación pluricultural, a la vivienda, a una niñez digna y a la alimentación nutricionalmente acorde a sus necesidades.

Bregamos por el reconocimiento de una Argentina pluricultural, en una hermandad americana conscientes de la propia ancestralidad indígena preexistente.

Sr. Presidente, esperamos de Usted no solo la correspondiente disculpa, sin excusas, sino el real cumplimiento de los derechos mencionados en la Constitución que juró respetar.

ENDEPA - Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (Argentina) - 10 de Junio de 2021.

 


viernes, 11 de junio de 2021

Ni blancos ni de los barcos: los mitos de la Argentina racista


"Los indígenas no salimos de abajo de una piedra, de la selva, ni de alguna cordillera, estábamos acá hace miles de años con nuestras propias normativas, estructuras y conocimientos del mundo que habitamos. En este territorio éramos más de cinco millones, cuando llegaron de los barcos avasallando esta forma de vida", escribe el lonko mapuche Mauro Millán sobre la construcción del Estado Nacional en base a mitos y prejuicios.


Mauro Millán*

El Estado argentino se inauguró con normativas, estructuras, lenguaje, religión, ideologías traídas de Europa. Pero ese acto fundacional, incluyó una de las tragedias más dolorosas que se ha vivido en este territorio: cientos de miles de indígenas asesinados, desplazados, esclavizados, y despojados de su territorio ancestral. Y esa conformación no fue en un proceso de consenso entre pueblos indígenas y europeos nacidos acá. Por eso, decir que el Estado argentino es un país de consensos y acuerdos es acrecentar ese negacionismo impregnado de racismo y supremacismo.

El presidente Alberto Fernández dijo “Los mexicanos salieron de los indios, los brasileños salieron de la selva, pero nosotros, los argentinos, llegamos en los barcos de Europa” ¿Habrá expresado esto porque lo invade una profunda ignorancia de la historia de este continente o porque dejó fluir su pensamiento como una pieza más del colonialismo estructural? Lo que sorprende es que el presidente sea tan sincero al momento de negarnos y negar nuestra existencia. Los indígenas no “salimos” de abajo de una piedra, de la selva, ni de alguna cordillera, estábamos acá hace miles de años con nuestras propias normativas, estructuras, lenguajes, espiritualidades y conocimientos del mundo que habitamos. En este territorio en particular éramos más de “cinco millones”, cuando llegaron “de los barcos” avasallando esta forma de vida.

Lo que subyace en esa frase no es un simple tema de discriminación, tampoco es una mera discusión mediática. Porque el problema no es que a nuestro territorio haya llegado gente europea, con distinto color de piel y con distintas identidades, lo terrible es que muchos trajeron una ideología de odio que aquí cultivaron; una ideología basada en la explotación, la invasión, la apropiación y el privilegio.

El presidente está expresando claramente su postura de sostener ese proyecto anhelado de argentinidad blanca; un proyecto inviable sin la violencia permanente hacia los pueblos indígenas que sobrevivimos y nos volvimos a levantar en nuestro territorio, como es la historia del Pueblo Mapuche.

Los dichos del presidente sinceran las intenciones de las políticas persecutorias hacia nosotrxs y aclaran por qué no estamos en las agendas de la diplomacia política y sí en la agenda del sistema judicial o de seguridad. Y acá las tendencias no cuentan. Quienes expresan su postura hacia la derecha, centro o centro izquierda tienen la misma visión, la misma ideología negacionista.

Estas expresiones racistas explican también por qué al Pueblo Mapuche Tehuelche se nos judicializa, por qué ese Estado “bajado de los barcos” nos persigue sistemáticamente hasta el grado de asesinarnos y por qué los asesinatos quedan impunes, como el de Rafael Nahuel. La frase de Alberto sentencia nuestras luchas por el territorio. Revela los fundamentos racistas con los que legitima el proceso de criminalización de quienes llevando adelante esas luchas y reivindicaciones de derechos.

En su pedido de disculpas por twitter el presidente dice que a mediados del siglo XX llegaron más de cinco millones de inmigrantes de Europa y de otras partes del mundo como Asia o Medio Oriente. Dice que estos inmigrantes “convivieron” con “nuestros pueblos originarios”, incluso agrega que se “siente orgulloso de esa diversidad”. En primer lugar, los pueblos indígenas no somos propiedad de nadie. Hablar de “nuestros aborígenes”, “nuestros indígenas” o “nuestros pueblos originarios” implica una mirada paternalista, muy recurrente en los sectores progresistas de derechos humanos, de la que ya estamos más que hartos. Además, y en segundo lugar, a mediados del siglo XX no hubo tal “convivencia”. En las décadas del 20 al 50 hubo un proceso sistemático de desalojos masivos y muy violentos. Acabábamos de padecer el intento de exterminio y, sin embargo, estábamos remontando nuestras economías y fortaleciendo nuestra cultura ancestral. Entonces el Estado inicia una nueva oleada de desalojos. Para el Pueblo Mapuche Tehuelche esas décadas de “mediados del siglo XX” fueron nefastas, fueron años de mucha tristeza. Con la expansión de la ganadería y la llegada de inmigrantes el Estado legitimó masivas expulsiones de comunidades mapuches tehuelches y de otros pueblos originarios en el resto del país. En tercer lugar, “orgulloso” dice estar el presidente.

Evidentemente la desconstrucción del pensamiento colonial lejos está de quienes son mandatarios o quienes administran los destinos de este país. Sin embargo, tiene que haber un mensaje para el resto de los argentinos: la identidad como nación no fue consultada sino impuesta y el primer acto fundacional que tuvo el Estado argentino fue quedarse con nuestros territorios ancestrales. Pero la sociedad argentina tiene que saber que estamos y que existimos por más que nos nieguen.

Expresiones tan obtusas, miopes e ignorantes como la que crudamente expresó el presidente, ponen en evidencia que el Estado argentino está cada vez más conflictuado con la presencia de los pueblos que reivindican sus derechos fundamentales.

*Mauro Millán es lonko mapuche del Lof pillan mawiza, Chubut Puelmapu.

Fuente: Cosecha Roja
http://cosecharoja.org/ni-blancos-ni-de-los-barcos-los-mitos-de-la-argentina-racista/?fbclid=IwAR1T4ieI0oy_iF9enqZagt6_HYgUl0SfgjiERr11eQJk9doTYnCROohqpEA

sábado, 29 de octubre de 2016

... 13.000 a.c - 2.010

Fuente: ENDEPA

lunes, 11 de julio de 2016

Año 1,816: El 80% de Buenos Aires pertenecía a los pueblos originarios y apoyaron la independencia


El 80 por ciento del territorio bonaerense -en 1816- perteneció a los pueblos originarios y siete de sus grandes caciques respaldaron la lucha criolla contra la corona española, afirmó el antropólogo Fernando Pepe.

El especialista, presidente del Colectivo Guías (Grupo Universitario de Investigación en Antropología Social), explicó que “en 1816 la provincia de Buenos Aires se mantenía en lucha constante con los caudillos que gobernaban Córdoba; el sur de Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y la Banda oriental, que sería invadida en septiembre de 1816 por los portugueses; y al sur con las comunidades originarias que se oponían al avance que se cernía sobre sus territorios ancestrales”, detalló.

Pepe recordó que “en el norte de Santa Fe y los actuales territorios de Chaco, Formosa y en todo el este de Santiago del Estero las comunidades originarias Guaycurúes, Qom y Pilagá resistirán en libertad hasta la llamada ‘Campaña al desierto verde’ de 1883”.

“La frontera ‘natural’ en el sur de la provincia de Buenos Aires era el río Salado y el territorio al sur del Salado estaba ocupado por numerosas comunidades, en mayor medida de los pueblos Ranquel, Mapuche y Tehuelche, que convivían entre ellos de forma pacífica desde -por lo menos- 13.000 años”, precisó al recordar que “el 80 por ciento del territorio bonaerense pertenecía a esos pueblos originarios”.


“La frontera no se extenderá mucho más hasta la década de 1820, y luego prácticamente no avanzó sobre tierra adentro, lo hará muy lentamente y solo tendrá un avance importante con el establecimiento de la zanja de Alsina entre 1876 y 77, hasta que -finalmente- será eliminada con la campaña del general Roca de 1879, conocida con el eufemismo de la ‘Conquista del Desierto”, afirmó.

El antropólogo recordó que “los principales caciques de estos extensos territorios eran Lincon, Currupilán, Quintelen, Victoriano, quienes en 1806 se ofrecieron para luchar contra las invasiones inglesas. Luego, por la defensa de la revolución contra la corona española lo hicieron los lonkos Epumer, Errepuento y Turuñamquu”.

“El cacique Carrupilún, el más temible cacique de los pampas, señor Virrey y Rey de todas las pampas, firmó un acuerdo con Santiago de Liniers que perduró casi por 15 años; los caciques Quintelen y su sobrino Evinguanau, el hijo de Epumer, fueron recibidos por Chiclana en su carácter de presidente interino del Triunvirato apoyando la lucha independentista”, remarcó.

Pepe sostuvo que “es importante considerar y entender la complejidad que implica hablar de los 200 años de independencia cuando nos referimos tanto al territorio bonaerense como al nacional, donde vemos cómo el Estado, luego de 1816, extendió sus fronteras, de manera paulatina, sobre los territorios habitados por los pueblos originarios”.

“Es decir que hace 200 años la República Argentina estaba configurada geopolíticamente de manera diferente. Y en el desarrollo de este proceso de conformación de los límites políticos y geográficos del país, el Estado nacional fue fijando sus fronteras de acuerdo a las relaciones que iba estableciendo con las diferentes comunidades de la región, con las que construían acuerdos y relaciones político- económicas”, apuntó.

El antropólogo, por último, destacó que a la luz de estos acontecimientos, “es importante reivindicar la activa y necesaria participación que hombres y mujeres de los Pueblos Originarios tuvieron en las luchas de independencia y en la conformación de la Argentina”.

Fuente: El Liberal (Santiago del Estero, 9 de Julio de 2.016)

viernes, 18 de marzo de 2011

Mapa Guaraní Retã

Por primera vez en la historia un mapa transfronterizo da visibilidad cartográfica a las Comunidades Guaraníes, en el lugar exacto donde viven actualmente sus comunidades en una amplia región de Argentina, Paraguay y Brasil, próximas a los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay. Una de sus características es que no marca los límites políticos entre países, ya que estos surgieron con posterioridad al Pueblo Guaraní, señala los datos geográficos tales como ríos, la selva paranaense y las localizaciones de las comunidades. El total de aldeas relevadas suman 510 (quinientas diez) y la suma de sus pobladores 98.196 (noventa y ocho mil ciento noventa y seis) personas.
Este trabajo llevó varios años y estuvo a cargo en Misiones de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) y del Equipo Misiones de Pastoral Aborigen (EMIPA) a en colaboración con las Universidades de Mato Grosso en el sur del Brasil y del Paraguay.
Los protagonistas principales en este trabajo de investigación  fueron los miembros de las comunidades aborígenes que permitieron que se realice el relevamiento, sin lo cual este trabajo no hubiera sido posible concretizarlo.
Los guaraníes ven su mundo como una región de selvas, campos y ríos y un territorio donde viven según su modo de ser y su cultura milenaria.
El mapa grafica también los problemas que afectan a esta Nación Originaria. Es así que los colores del mapa indican donde hay todavía bosques (está prácticamente extinguido su principal recurso de vida, la Selva Paranaense) y las comunidades que han sigo anegadas por la construcción de represas en forma de cruces ubicadas en aldeas existentes con anterioridad¿Son los guaraníes un pueblo? Y este interrogante tiene respuesta: lo son en el sentido de “conjunto de personas de un mismo origen y que hablan un mismo idioma y tienen una misma tradición común”.
En la actualidad continúan viviendo dentro del área del Mapa cuatro pueblos dentro de la Milenaria Nación Guaraní, muy semejantes en sus aspectos fundamentales culturales, pero diferenciados en el modo de hablar la lengua guaraní, de practicar su religión y por las diversas maneras en las que se relacionan con la naturaleza.

Mapa Guaraní Retã (2.008)
Los pueblos Guaraníes que hoy viven en esta región son :
- Los Mbya (nombre en los tres países)
- Los Pãi-Tavyterã (en Paraguay), conocidos como Kaiowá (en Brasil).
- Los Avá Guaraní (en Argentina y Paraguay), llamados Ñandeva (en Brasil, cuyo significado es “lo que somos nosotros”).
- Los Aché, antes conocido como Guayaki (etnia radicada unicamente en Paraguay).
Los tamaños de las comunidades son diversos, desde cien integrantes, como la mayoría de las aldeas de Misiones, a 200, 500, dos mil habitantes o más.
Cada comunidad tiene su nombre propio en guaraní y fueron incluidos en el mapa lo que entusiasmó a muchos habitantes de las aldeas que pudieron visualizarse y ubicar comunidades donde viven sus parientes.
En el año 2.008 la provincia de Misiones contaba con una población que oscilaba entre 6.500 y 7.500 habitantes guaraníes distribuidos en 94 comunidades. Estan específicados entre otras las siguientes aldeas (Tekoas) en Misiones: Yryapú, Fortín Mbororé, Nuevo Amanecer I, Nuevo Amanecer II, Guajayvi Poty, Guapoy, Ysyry, Pozo Azul, Santiago de Liniers, Alecrin, Peruti, Arroyo Isla, Py'a Guachu, Pasarela Pyau, Yvapuru, Guavira Poty, Yakã Porã, Arroyo Nueve, Javoty Miri, Tapy Chavy-Eldoradito, Ygua Porã, Ka'aguy Miri, Yvyraity, Caramelito, Ita Chi, Fracram, Paraje Mandarina, Pindo Poty, Jejy, Kuri, Takuaruchu, Yaka'i Porã, Tekoa Yma, Kapi'i Yvate, Aracha Poty, Kapi'i Yvate, Yvyra Poty, Tuna Poty, Puente Quemado, Colonia Oro Verde, El Pocito, Leoni Tava'i, Leoni Poty, Kaaguy Poty, Takuapi, Tamandua'i, Ñamandu, Cerro Azul, Yovy, Ita Poty, Tekoa Porã, Guarani, Virgen María, Pirakua, Tierra Blanca, Tajy Poty, Kaaguy Poty, Kapi'i Poty, Yvy Pytã, Ka'a Kupe, Mbaepu Porã, Guaporaity, Sarakura, Pino Poty, Tamandua, Guyray, Chafariz, Ara Poty, Marangatu, Kokuere'i, Pindoju, Mbokajaty, El Tacuaral, San Ignacio Miri, Andresito, Katypyru, Yvy Poty, Yvy Porã, Ka'atymi, Yatymi, El Chapa, Chapa'i, Santa Ana Miri, Yvoty Okara, Pindoty'i, Yakã Miri y Ojo de Agua.

Como dato final vale aclarar que este mapa no incluye a la totalidad de la población guaraní de Sudamérica, ya que no fueron abarcadas áreas ocupadas por Mbyas y Ava Guaraníes de Brasil, como los del Chaco paraguayo, en el oriente de Bolivia y en el Noroeste de Argentina. Se espera poder presentar en breve el Mapa de todos los pueblos guaraníes que será denominado “Guaraní Retá Guasú”.
El Mapa Guaraní Reta 2.008 fue presentado en el Salón de los Pasos Perdidos de la Legistura Provincial en la Provincia de Misiones el día 20 de Abril de 2.010, en tanto a nivel nacional en el Sala José Luis Cabezas del Congreso Nacional el día 5 de Agosto del mismo año.

Datos importantes
Este mapa fue posible gracias a las contribuciones intelectuales y organizativas de muchas personas e instituciones de toda la región trinacional. A continuación se incluye una lista de las colaboradoras y colaboradores del Proyecto "Mapa Guaraní Retã" que suministraron y manejaron la información para los elementos visuales y de texto que aparecen aquí.


BRASIL
Coordinador: Celso Aoki (CTI).
Apoyo: Rosa S. Colman, Antonio Brand, María Inés Ladeira (CTI), Egon Heck (CIMI), Levi Pereira (UFGD), Celso Smaniotto, Graciela Chamorro (UFGD), Jorge Eremites (UFGD).


PARAGUAY
Coordinadores: Bartomeu Meliá SJ (CEPAG) y Jorge Servin (GAT).
Apoyo: Jorge Acuña (GAT), Beate Lehner (SPSAJ), Luis Medina, Hugo Medina (SPSAJ), Emilio Caballero (SAI), Raquel Peralta (CONAPI).


ARGENTINA
Coordinadora: Ana María Gorosito Kramer (UNaM).
Apoyo: María Elena Benitez (UNaM), Hugo Arce (UNaM), Juan José Barrientos (UNaM), Matías Barrientos, María Josefa Ramirez (ENDEPA), Vasco Baigorri (ENDEPA), Raquel Zoppi (ENDEPA), María Victoria Puertas (ENDEPA), Antonio Benitez (Tekoa Marangatu), Jorge Acosta (Tekoa Pindoju), Sandro Duarte (Tekoa Fracram), Heriberto Villalba (Tekoa Peruti), Lorenzo Ramos (Tekoa Marangatu), Cirilo Duarte (Tekoa Ka'aguy Poty), Jorgelina Duarte (Tekoa Tamandua) y Domingo Moreira (Tekoa Guapoy).

Coordinación general del Mapa Guaraní Retã 2008: Georg Grünberg.
Editor: Bartomeu Meliá
Autores: Marta Azevedo, Antonio Brand, Ana María Gorosito, Egon Heck, Bartomeu Meliá, Jorge Servin.
Fotos: Joseph M. Blanch, Friedl Grünberg, Beate Lehner, Bartomeu Meliá, Jorge Servín, Filemón Torres, CONAPI, ENDEPA.
Mapas: Alicia Rolla, Alexandre Degan, Wolfgang Grünberg
Diseño y diagramación: Vera Feitosa y Alfredo Queiroz
Producción: UNAM, ENDEPA, CTI, CIMI, ISA, UFGD, CEPAG, CONAPI, SAI, GAT, SPSAJ, CAPI.
Colaboración: AECID, Brot für die Welt, EED, UNICEF.