Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

Mostrando entradas con la etiqueta Diario El Tribuno (Salta). Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Diario El Tribuno (Salta). Mostrar todas las entradas

lunes, 17 de agosto de 2020

Salta (Argentina): Ni la cuarentena la detiene: una ava guaraní se recibió como profesora de EIB

María Segundo se recibió como profesora en Educación Intercultural Bilingüe en plena pandemia. Es de Pichanal y estudió en Rivadavia Banda Sur. Detalles de una historia de vida.




En plena pandemia también hay buenas noticias. El pasado jueves 6 de agosto se recibió de profesora en Educación Intercultural Bilingüe María Segundo y es noticia porque a todos los condicionantes que tenía se le sumaron todas las restricciones de aislamientos que se impusieron por el COVID-19.
María vive en Pichanal, pero cursó y egresó del Instituto de Educación Superior Nª 6049, de Rivadavia Banda Sur. Ella pertenece al pueblo ava guaraní y se suma a las filas de profesionales para la educación indígena.
“Yo tenía que viajar desde Pichanal hasta Rivadavia. Demora 4 horas el viaje. En los dos primeros años las clases comenzaban los viernes y los sábados y domingos eran intensivos, durante toda la jornada. Yo me quedaba todos los fines de semana. Par el tercero y cuarto año ya me quedaba toda la semana porque tenía las prácticas y la residencia”, explicó María.
Se le sumó que en el último año de su carrera tuvo a su bebé que lo llamó Francisco. “Por nuestro papa argentino”, dijo y explicó que lo dejaba al bebé al cuidado de su mamá. Todo fue un esfuerzo.

La flamante abuela se llama Susana Arce y su papá Rubén Segundo. Ellos fueron fundamentales para el apoyo en el cursado.




A su práctica la hizo en El Breal y en El Cocal. Para los muchos que no saben son puestos perdidos en el monte, comunicados por una ruta que se hace imposible en tiempos de lluvias por lo que tienen un calendario especial para que los docentes puedan salir antes que las sendas se vuelvan barro. En esos lugares, la mayoría de matrícula está compuesta por niños y niñas del pueblo wichi. Y ella es ava guaraní, pero lo mismo conoce las condiciones donde se desarrollan los procesos de enseñanzas y los de aprendizajes.
“Yo ya me inscribí en la Junta para ver si el año que viene me dan un trabajo. Ya estoy desesperada para comenzar a trabajar en mi pueblo”, dijo María.
“Pienso que un docente en EIB tiene que tener en cuenta los diversos contextos, pero a la vez debe poner el alma y el corazón en el trabajo. Hay que despojarse de los prejuicios, aceptar las diferentes culturas y saber que del otro se aprende. Hay que perder los miedos a lo extraño y tratar de aprender la lengua en donde se está trabajando”, dijo María con palabras que salen de sus estudios y de sus experiencias.

Fuente: Diario El Tribuno (Salta) - 16 de Agosto de 2020.



martes, 24 de diciembre de 2019

Pirotécnia: Un mural concientiza sobre el uso de la misma...



Con la consigna #menos ruido más amor, los integrantes de Acción Poética Salta, la gente de Madres TEA (Trastornos del Espectro Autista) Salta y los militantes de las asociaciones protectoras de animales se unieron para realizar un mural advirtiendo sobre las nefastas consecuencia del uso de la pirotecnia durante las fiestas de fin de año.
Los diversos grupos se unieron para manifestar su malestar por el abuso de la pirotecnia mediante el arte. Utilizaron un muro de barrio Los Pinares.

El uso de pirotecnia no solo es cuestionado por los riesgos de quemaduras graves -que sobre todo pueden afectar a niños y niñas-, sino también porque su impacto sonoro genera consecuencias negativas en la salud de las personas que sufren autismo y otros cuadros asociados al sistema nervioso central.
“Este es el segundo mural que tenemos con las mamás de TEA Salta. El primero está en el Paseo de los Poetas. Estos murales son especiales, por eso están pintados en azul”, dijo Nora Fernández, referente de Acción Poética Salta.
A la frase la eligieron las mamás
“Nuestros niños tienen una hipersensibilidad auditiva, lo que les provoca dolores en el cuerpo, taquicardias, convulsiones y también se puede llegar al autoflagelamiento”, dijo Eliana González, que es mamá de 4 hijos, de los cuales tres son varones con autismo.
Y la lucha es despareja. “Hicimos cosas increíbles para las fiestas. Nos vamos a dormir a las 11, le ponemos algodón en las orejas, atamos las cabezas con toallas y nos metemos todos juntos a la cama como un consuelo”, dijo Eliana, que comparte el día a día con Pablo, el papá de los niños. Es inconmensurable el daño que provoca tirar un petardo.
Graciela Gijón es la dueña de la pared en donde se escribió el mural. “Desde hace 8 años que venimos funcionando como una organización de madres y algunos padres para concientizar sobre las consecuencias de los fuegos artificiales. Esa tarea es la que nos lleva por las escuelas y distintas instituciones para ofrecer talleres. No los damos nosotras, sino que llevamos neurólogos a quienes les agradecemos por su ayuda desinteresada”, dijo Graciela.
Ya están armando la agenda para el ciclo lectivo 2020,por lo que las instituciones interesadas pueden llamar a Eliana al 0387 155213180.
Por otro lado, las madres están agradecidas con la Municipalidad capitalina. Desde la Intendencia aseguran que continúan realizando controles para hacer cumplir la ordenanza que prohíbe la venta de pirotecnia sonora. La Municipalidad recordó que se encuentra a disposición de los vecinos el 0800-555-6864 para realizar denuncias sobre espacios que no cumplan con la normativa.
“Pinares ya pertenece a Cerrillos. Le pedimos a la intendenta que haga algo para bajar el uso de pirotecnia”, dijeron.

Fuente: Diario El Tribuno (Salta - Argentina) - 23 de Diciembre de 2019

lunes, 23 de julio de 2018

La abuela tenía razón: el chañar sirve para la tos



Arrope y Fruto del Chañar 

Su uso es conocido desde antaño, en especial por los lugareños del norte del país. Científicos tucumanos comprobaron, por primera vez en laboratorio, sus propiedades.

Desde las últimas décadas existe una TENDENCIA mundial por volver a lo natural, a lo casero, a lo que llamamos "los remedios de la abuela". Los investigadores empezaron a poner la lupa en plantas que fueron usadas ancestralmente por los pueblos originarios o por poblaciones rurales, debido a sus propiedades. Muchos de sus trabajos terminaron por corroborar usos medicinales y atributos nutritivos, que ayudaron luego a potenciar las economías regionales.

Los curiosos o naturistas que compran remedios, cremas y comidas en las ferias regionales o herboristerías, al menos con el arrope de chañar pueden estar tranquilos. Investigadores tucumanos certificaron en el laboratorio cuatro propiedades de la fruta del chañar (efecto expectorante, antitusivo, antiinflamatorio y analgésico), y tres para su arrope (todas las anteriores menos la propiedad antiinflamatoria, que se perdería durante la cocción de la fruta).

Adrián Reynoso, Nancy Vera, María Eugenia Aristimuño, Adriana Daud y AliciaSánchez Riera desarrollan esta línea de investigación en la cátedra de Farmacoquímica de la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia (FBQF) de la UNT. El equipo publicó su trabajo sobre el chañar en dos reconocidas revistas científicas: Journal of Ethnopharmacology y Journal of Nutrition & Food Sciences. En la INVESTIGACIÓN suministraron extractos de chañar a un grupo de ratas, y de su arrope a otro, y verificaron, en etapa preclínica de experimentación, las propiedades farmacéuticas de esa planta, que eran atribuidas por los pueblos originarios.

El tratamiento de estos animales consistió en suministrarles mil miligramos de extracto de chañar por kilogramo de peso corporal, una vez al día. El procedimiento podía durar de tres a siete días, según los casos, hasta que aparecían los primeros resultados y mejoraban los síntomas de dolor, inflamación, tos y podían expectorar.

El chañar, cuyo nombre científico es Geoffroeadecorticans, es un árbol mediano, que puede medir hasta 10 metros de altura cuando crece aislado, pero que es mucho más pequeño cuando crece en bosquecillos. A su fruto también se le denomina chañar y es carnoso, de forma redondeada, tiene en su interior una única semilla, es de color anaranjado, y tiene la forma y el tamaño de una aceituna. Es comestible, dulce, de agradable sabor, y uno de los principales alimentos de los PUEBLOS ORIGINARIOS del Gran Chaco.

Con el fruto del chañar se prepara una bebida fermentada, conocida como aloja de chañar, que es una suerte de aguardiente, a la cual se le reputan propiedades antiasmáticas. También se prepara el arrope de chañar, dulcísimo, espeso, negro, que sirve como reemplazo de mermeladas. Es una especie de miel vegetal, y se le atribuyen popularmente propiedades para aliviar la tos y el dolor de garganta.

Reynoso es el principal autor de esta investigación y actualmente busca aislar la molécula con el principio activo de las propiedades medicinales del chañar. Su idea es conseguir nuevas formas farmacéuticas que contengan los atributos de la fruta, si es necesario uniéndose a otros grupos de investigación o al sector privado. "Queremos estandarizar el método de obtención del arrope variando las condiciones de la temperatura, ya que los arropes analizados anteriormente perdían la propiedad antiinflamatoria a causa del calor", precisó.

Colaboración: Daniela Orlandi (Universidad Nacional de Tucumán)

Foto: Luis Ferrando

Fuente: El Tribuno (Salta – Argentina) – 10 de Agosto de 2016


viernes, 16 de febrero de 2018

Carnaval, entre el agua y la albahaca


Escrito por María Irene Romero

Entre las novedades que trajo la llegada del europeo a las tierras americanas, y a las que se fueron acostumbrando y acomodaron los pueblos originarios, se encuentra la celebración de la fiesta de carnaval.

Esta festividad, de extracción pagana, precede a la Pascua que, según regla de la antigua iglesia romana, aprobada por el Concilio de Nicea, se celebra en el primer domingo después del día decimocuarto de la luna del mes primero, pasado el equinoccio de invierno. (Aracena Domingo, América Pontificia o Tratado Completo de los privilegios que la Silla Apostólica ha concedido a los católicos de América Latina. Imprenta de la Moneda, Santiago de Chile, 1800).

El origen de su celebración se encuentra en las fiestas paganas como las que se realizaban en Roma en honor a Baco, el dios romano del vino, las saturnales y las lupercales romanas, o las que tenían lugar en honor del toro Apis en Egipto.

Algunos historiadores las remontan a Sumeria y Egipto hace más de cinco mil años y se encuentran reflejadas en los relieves de basalto y diorita desde la IV dinastía egipcia y en la ciudad estado de Sumer (González Martín, Historia del Arte, Gredos, Madrid, 1996), con celebraciones muy parecidas en la época del Imperio Romano, desde donde se expandió por Europa. Los navegantes españoles y portugueses trasladaron esta costumbre a América a partir de fines del siglo XV.

La etnología encuentra elementos de supervivencia en las fiestas andinas prehispánicas y en las culturas africanas.

Agua y huevazos por doquier
El carnaval empezaba con solapada moderación. En la tarde del domingo anterior al miércoles de ceniza, una persona podía caminar tranquilamente por cualquier calle de Buenos Aires y ser sorprendida por una bonita mujer que, sentada tras la reja de su ventana, lo rociaba con agua de colonia. También era frecuente ver algún dandy arrojando agua de rosas hacia el interior de un balcón.

Se entraba de visita en una casa y gentilmente una doncella lo rociaba con agua perfumada que expelía de una jeringuilla de marfil. Claro que también se podía recibir un huevo de teruteru en la cabeza, pero lleno de agua de mil flores que perfumaban al agredido y sus alrededores.

El lunes las calles aparecían, aquí y allá, como si hubieran sido regadas. De pronto el paseante se sentía literalmente empapado, pero ya no con agua de mil flores sino con agua común. Apenas se detenía de mal humor y trataba de secarse, otra descarga súbita procedente del otro lado de la calle le caía como una ducha.

Todo el que iba por la calle recibía una jarra de agua encima y se iniciaba la lucha entre una y otra azotea: desde la calle con jeringas enormes se empapaba a quienes estaban apostados en los techos, y desde éstos se respondía con huevos llenos de agua que se venían preparando desde semanas atrás.

Pero ni los festejos del domingo y del lunes podían compararse a los del martes. Como si los dos primeros días hubieran sido más que un ensayo general, la terrible batalla llegaba al último día. Se hubiera dicho entonces que Buenos Aires era una ciudad de manicomio, que todos los ocupantes de estos últimos hubieran sido puestos en libertad. Bañaderas, cubas, jarras, botijos, palanganas y toda la vajilla posible, se disponían llenas de agua en las azoteas.

Una familia entablaba lucha carnavalesca contra otra y corrían verdaderos arroyos por las calles, el agua cubría los patios y llegaba al interior de las habitaciones.

A veces, arrastradas por el paroxismo, las mujeres bajaban a la calle para poder estar más seguras de poder empapar a determinados caballeros. Una pandilla de hombres jóvenes se introducía en una casa y aparecía en la azotea, lidiando con quienes allí vivían, todos empapados hasta la piel.

Los combates en las calles eran rudísimos, casi salvajes; los jinetes atacaban a los jinetes, a veces salían a relucir cuchillos. Los huevos de avestruz cruzaban el aire como bandadas -por su tamaño, a veces eran fatales- y como todos andaban chorreando agua, las personas como los caballos, los vestidos de las señoras adheridos al cuerpo y a sus formas manando agua como si acabaran de salir de un baño, la impresión del espectador sereno era que en la ciudad se había desatado la locura general.

Aloja, chicha y albahaca
En medios rurales los preparativos para la fiesta comenzaban mucho antes que el carnaval. Largas caravanas, montadas en asnos aporreados y hambrientos, abandonaban sus pueblos para ir a pasar unas semanas a la sombra de los algarrobales. Era llegado el tiempo de recoger las vainas que ya amarilleaban y hacerlas fermentar hasta producir la cantidad de bebida necesaria para la fiesta.

Mientras tanto, los ranchos quedaban desiertos, sus puertas tapadas con un cuero, y en las aldeas solo se oía la voz del silencio.

En el campo, una vez improvisados los precarios albergues, hombres, mujeres y niños trepaban a los algarrobales para recoger el preciado fruto. Por la tarde y a la noche se formaban círculos de donde brotaba la melopea de las vidalitas clásicas de carnaval -que el paisano entendido compone- letras de cuatro versos ya aimarás, ya quichuas, ya quichua y castellano, ya únicamente castellano.

Así, entre el rumor creciente de las guitarras, los bombos, las quenas y los violines de cuerda de tripa, iba anticipándose la chaya, esa fiesta inmortal de los indoamericanos en el área andina. Una vez terminada la cosecha, el paisanaje retornaba a sus aldeas.

Así, al llegar la chaya carnavalera, estaba lista la algarroba, fermentada en añejas vasijas de barro.

Entonces, desde el primer día de carnaval, comenzaban las carreras, a caballo y a pie, los bailes en los ranchos o en la pulpería, vidalitas y relaciones a toda hora, topamientos y juegos de las comadres, aloja el día entero. Desde el Alto Perú, se tiene el aporte de la chicha.

Se sucedían los gritos, aplausos, baldazos de agua, puñados de almidón y harina con clavo de olor, que no era lícito limpiar o quitar del rostro de las muchachas alegres y retozonas, vestidas con polleras de múltiples colores y pañuelo colorado al pecho, o la de los hombres de largas botas, con el sombrero encasquetado hasta los ojos y adornados con gajos de olorosa albahaca.

La chaya reina sobre un jolgorio que vacila hasta que nadie puede tenerse ya en pie, alcohol mediante.

Correlato necesario de estas festividades profanas es que cuando se quiere comprender el folclore americano, es preciso interpretarlo en su fuente genuina, en su ambiente originario de alegría o de tristeza, sabio o melancólico, indignado o humorístico, en la variadísima gama de matices que sabe darle su único autor, el pueblo anónimo.

Entre las cadencias del baile, las estrofas de las relaciones, la algarabía generalizada, el perfume de la albahaca, el agua que corre por doquier, los vapores de la chicha y de la aloja, se amalgaman los elementos que confluyen en la creación musical, en lo profundo de los sentidos y sentimientos americanos.

Un bellísimo ejemplo lo configura la letra y música de La Pomeña de Manuel J. Castilla y Gustavo Leguizamón: “porque te roban Eulogia carnavaleando”.

El carnaval deviene así en un espacio de privilegio para la composición y la interpretación folclórica. Lejos de ser su objetivo, sin embargo el carnaval contribuye al rico acervo de la cultura americana.

El retorno a la cordura... 
La celebración de las fiestas carnestolendas, ya fuera en los ámbitos urbanos o rurales, degeneraba en una explosión de vida licenciosa del pueblo cristiano en esos días de desenfreno, pues en esos tres días que anteceden al ayuno solemne de la cuaresma, parecía que los cristianos abandonaban las enseñanzas de Jesucristo, para ofrecer un incienso nefando en las aras de Baco y de Venus. En ese tiempo se abandonaba el pudor y sofocando todos los sentimientos que la religión inspira, se entregaban descaradamente a la embriaguez, la lascivia y toda clase de excesos. Cabe recordar la estrofa de una conocida zamba que le atribuye al carnaval: “como olvidarte Cerrillos si por tu culpa tengo mujer” (Abel Mónico Saravia y Marcos Tames).

Contradictoriamente, el ayuno que se preanunciaba y que la Iglesia había instituido santísimamente para remedio de los pecados, era un requisito para entregarse a ellos y como si la relajación e inmoralidad sirviesen para disponerse para practicar la virtud.

Anexo a la práctica de ayuno, de misa penitencial correspondiente al Miércoles de Ceniza, la Iglesia instituyó la oración de las cuarenta horas, derrotero necesario para limpiar el alma que transitó el desenfreno carnavalero.

De vuelta a la rutina
El Miércoles de Ceniza, además de dar inicio al período de Cuaresma, traía otra novedad: era el día en que los escolares retornaban a las aulas, inaugurándose el período lectivo. Costumbre de los tiempos virreinales y que continuó posteriormente a la organización nacional.

Día odiado por muchos escolares al decir de Bernardo Frías en sus “Tradiciones Históricas” (Eucasa, Salta, 2013) día antipático el Miércoles de Ceniza. Y cómo no, si apenas pasado el martes de Carnaval el más alegre, el más agitado, el más lindo de los días, llegaba aquel traspaso brusco, como del cielo a los infiernos, donde habría que ver después de la alegre y bulliciosa mascarita de la comparsa, la cara del maestro de escuela, para los muchachos, peor que una máscara infernal.

Bernardo Frías lo rememora como día amargo entre los más amargos. Y es que el temprano tañido de la campana, cerraba los días de diversión para los niños y jóvenes, y abría el espacio de los deberes, de la seriedad y observancia de la rígida disciplina que se observaba en esas lejanas jornadas. Era el tiempo del reencuentro con el latín y las matemáticas, de la gramática y el catecismo del padre Astete.

Pero también de recuperar la idea tan española como americana que “la letra con sangre entra”, otra faceta penitencial anexa de la pedagogía en aquellos días. De suerte tal, que los escolares añadían otro elemento de contrición espiritual en sus deberes y disciplina cuasi espartana.

El Miércoles de Ceniza ponía fin a los excesos y los cristianos tornaban a las oraciones y labores cotidianas. Habría que esperar un año para el triduo de desenfreno, algarabía enloquecida y liberadora de pasiones.

Fuente
El Tribuno (Salta-Argentina) – 16 de Febrero de 2018


domingo, 12 de marzo de 2017

Monumento para las madres del chaco salteño


Escrito>
Laura Álvarez Chamale /lalvarez.eltribuno@gmail.com

Un monumento de ocho metros de alto, de hierro y cemento, quiere reflejar a las sufridas pero valerosas madres aborígenes y criollas del chaco salteño. Ya está en pie en la plaza de Morillo, en Rivadavia Banda Norte, pero se inaugurará oficialmente a mediados de abril. Fue Cristian Herrera, un hijo de Morillo que se convirtió en la voz del grupo Matacos, quien tuvo esta iniciativa que contó con el apoyo y el entusiasmo del intendente Ata Gerala. Casi cinco meses vivió en ese pueblo el consagrado artista tucumano, oriundo de Simoca, Eduardo Romano, quien les dio forma con sus manos y con su corazón a la madre y al hijo que contarán para siempre, desde el concreto monumento, el silencioso sacrificio de ser madre en un terruño intenso y hostil para la vida.

Cristian Herrera le dijo a El Tribuno sobre su iniciativa: Son proyectos de profundo significado social que mejoran y engrandecen a los pueblos, aunque no siempre cuentan con el compromiso de los gobiernos. Por eso hay que destacar la apuesta del intendente Ata Gerala que vio en esta idea un patrimonio cultural para el pueblo, que podrán disfrutar quienes visiten Morillo.

Agregó: Es una escultura gigante de gran calidad artística que busca homenajear a la figura de la madre del chaco salteño. Tiene 8 metros de altura y es de hierro y concreto. Trabajó desde sus cimientos en el lugar, el artista Eduardo Romano, de Simoca, quien vivió en Morillo desde el 4 de octubre hasta los primeros días de febrero cuando quedó terminada la escultura. Lo dejó listo para inaugurar a mediados de abril. Comentó que fue emocionante ver el cariño de la gente por estas iniciativas. Colaboraron mucho.


Para Herrera, la madre del chaco salteño tiene un inmenso valor. La mujer es el pilar del chaco salteño, una zona donde el hombre es rústico, se convive con un clima intenso, soportan muchas carencias, mucha hostilidad de la naturaleza. El hombre se tiene que retirar de su casa lejos para llevar sustento a la familia, y la mujer es la que sostiene toda la estructura social, en silencio y con un profundo amor, expresó, y acotó: La madre chaqueña es una mujer fuerte como los algarrobos, lucha con las desventajas de su propia desnutrición que se traslada a los hijos, pero no baja los brazos, es paciente, silenciosa y siempre está con los hijos a cuestas, acariciándolos, llorando sus miserias y celebrando la vida a pesar de todo.

La musa inspiradora del cantante Cristian Herrera es su papá, Hugo. Mi papá fue el creador del proyecto solidario cultural "Morillo canta por los niños'. El murió en 2008 y yo tomé la posta del proyecto, por eso vamos tres veces al año a hacer festivales solidarios al pueblo. Este monumento a la madre chaqueña era un sueño de mi padre, que se hizo realidad.

A través de la música del grupo Matacos, cada octubre en Morillo se da rienda suelta a los sueños. Tratamos de llevar alegría y beneficios para la zona, el año pasado llevamos kit de útiles escolares para 10 escuelas. Desde chico me acostumbré al trabajo social, mi padre estaba muy comprometido con la gente, con los vecinos. Eso se hereda y no se puede huir de la responsabilidad de ese legado, aseguró el artista.

Fuente
Diario El Tribuno (Salta-Argentina) 22 de Febrero de 2.017

Gentileza
Morena Coria González



domingo, 26 de febrero de 2017

A pulmón editó el Diccionario Wichi y lo presentará en la Biblioteca Provincial (Salta-Argentina)


Por Laura Álvarez Chamale

Néstor Fernández es un talentoso docente wichi que creó una aplicación virtual de su lengua, que aún no tiene financiamiento. La invitación es para la presentación de dos materiales de su autoría, el jueves 2 de marzo, a las 19, en Belgrano 1002, Salta capital.

Impactó mucho hace unos meses la noticia publicada en El Tribuno sobre la creación de una aplicación (APP) para celular de Lengua Wichi. El autor de esta genial iniciativa que aún no logró el apoyo técnico y económico que necesita, es el profesor Néstor Elio Fernández, oriundo de Embarcación, quien empeñado en preservar sus raíces indígenas, no ha parado de crear y de sembrar la semilla de su lengua nativa. Ahora la invitación es a todos los interesados en ser parte de la presentación del Diccionario Wichi, que tendrá lugar en la sala Walter Adet de la Biblioteca Provincial, en Belgrano 1002 de la ciudad de Salta, el Jueves 2 de marzo, a las 19 horas.

El Wichi es un idioma que pertenece a la familia lingística Mataguaya junto con el Chorote, el Maká y el Nivacle. Actualmente se habla en tres provincias: Formosa, Chaco y Salta; y en Tarija, Bolivia. Históricamente el Wichi fue un idioma oral sin escritura; recién en 1998 se comenzó a escribir mediante convenciones creadas por los cultores de este idioma, en su férrea lucha contra su extinción. Las palabras en wichi se escriben con 14 consonantes del alfabeto español y 6 vocales. Claro, las vocales son 5, pero en la lengua wichi se ha incorporado como sexta la a con diéresis (). Ha sido oral siempre esta lengua, por lo que es extremadamente expresiva, casi actuada la palabra. Es un idioma profundo que dice mucho en pocas palabras, señaló Fernández.




Néstor Elio Férnandez, docente wichi.
Néstor nació en el Lote 75 Tierras Fiscales de Embarcación, una comunidad Wichi de 250 familias que viven en una zona donde hay otras comunidades tobas y guaraníes además de la Wichi. Soy docente bilinge y cumplo el rol de maestro especial en una escuela de El Galpón, donde realizamos la tarea de recuperación del idioma Wichi. Allí hay una comunidad de aproximadamente 80 familias Wichi que están recuperando el idioma ancestral, dijo.

Ahora este maestro que encanta con su apacible pero tenaz actitud, después de crear la APP, nos vuelve a sorprender con su edición a pulmón del Diccionario Wichi que tiene 8.300 términos traducidos del español al Wichi, las diferencias dialectales y la introducción a la gramática de esta lengua que resiste con estoicismo la globalización excluyente.

Presentaré un segundo material de mi autoría junto con el diccionario Wichi, que es una serie de traducciones del Wichi al español, lo que es muy solicitado por estudiantes, que no siempre comprenden las expresiones en español.

Los diccionarios que presentará y venderá Néstor el próximo jueves, han sido editados e impresos con sus acotados recursos económicos, por lo que solo dispone de 50 ejemplares. El Ministerio de Asuntos Indígenas se comprometió con el docente a imprimir más ejemplares en abril.

Sin embargo, el sueño de Néstor no es de papel. El maestro aspira a que su diccionario de idioma Wichi se haga realidad en una aplicación virtual. Ya está creada, tiene el contenido, pero falta financiamiento y apoyo técnico. Es una idea que deberían valorar por su trascendencia cultural, aseguró.

Fuente>Diario El Tribuno (Salta) – 26 de Febrero de 2.017