Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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viernes, 10 de marzo de 2017

La Mujer y la Tierra son una sola, palabras de una lideresa aguaruna



No hablaré de cifras sobre la situación de la mujer ni de sus dolores, o algo por el estilo que parezca académico. Por mucho tiempo he reflexionado sobre por qué en la lengua Awajún se dice a la mujer “nuwa”, a la tierra “nugka” y a la madre de la tierra “nugkui”. ¿Es una explicación de la relación holística de la mujer con la tierra o es una mera coincidencia lingüística?

Yo diría que no es una coincidencia lingüística sino una expresión de conexión de la mujer con el mundo real. Me explico. En la historia del pueblo Awajún, la agricultura llega en manos de la mujer y Nugkui es su principal fuente proveedora de conocimiento en la materia.

La tierra representa fertilidad, pero también es fuente proveedora de la riqueza del mundo. Todo sale de ella. Así como la semilla germina alimentándose de la tierra, todas las naciones venimos por medio de la mujer.

La naturaleza epistemológica de esta relación es muy profunda y holística. La expresión “madre” es una palabra que viene dotada de una significación profunda como la raíz de un árbol anclada en el suelo. Cuando más profunda la raíz, más alta y visible denota el árbol. Pues contemplada en forma humana así se destaca la mujer develando su gran maestría, aunque muy ignorada tantas veces.

No se destaca porque trae naciones al mundo, se destaca porque es la primera maestra del mundo que enseña a la humanidad las bases del caminar. La tierra no se quiere desprender de la mujer, ella no puede hablar pero habla a través de la mujer, por eso le dio el conocimiento de la agricultura y del cuidado que los humanos debemos tener en su aprovechamiento. La mujer es cómplice innata de la tierra. No existe nación alguna sin ninguna identidad territorial como tampoco existe el ser humano sin ninguna madre.

En la modernidad de los tiempos quien entiende mejor el problema climático es la mujer y eso no es porque la mujer estudia con mayor dedicación el fenómeno natural, sino que ocurre que ella es la tierra misma. La mujer en forma de madre entiende mejor el problema del hambre porque es ella la que alimentó a las naciones y es ella la que enfrenta a diario y carga el problema de la escasez.


Entiende de cerca el problema de la pobreza porque conoce el frío que siente un niño cuando no tiene abrigo, entiende mejor el problema de la violencia y de la injusticia porque ella ha repartido desde un principio la ración del mundo con amor y ponderación. Ella es la que en familia distribuye alimento a todos por igual y el cariño que emana es la palabra de amor.

Sin embargo, poco o nada hemos hecho sus hijos por ella. Por eso, en el Día Internacional de la Mujer, lo mínimo que debemos hacer es honrarla como debe ser, darle el espacio que por derecho natural le corresponde.

Por qué no entender que de las tantas tareas que existen gran parte de ellas deben estar en las manos maestras de la mujer, por qué no entender que la falta de esta fuerza le quita al mundo de los humanos la mitad de su energía, por qué no facilitar que la mujer siga sorprendiéndonos con su conocimiento, aprender de ella, dejar que con voz cada vez más fuerte diga “así se debe resolver el problema social”, “de esta manera se debe equilibrar los poderes para mantener la paz y la justicia”, de escuchar sus aportes sobre cómo enfrentar la crisis climática, pero también abrir más espacios en el plano político y económico para que sus manos ayuden a resolver el problema del hambre y la pobreza.

Ella es sabia por naturaleza porque no está sola, la tierra es ella y la tierra está con ella, con su divino hacedor. Es el momento de darle vuelta a la página, es el tiempo de la mujer.

Por Gil Inoach Shawit 
Indígena del pueblo Awajún (o Aguaruna), ocupó el cargo de presidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP) de 1996 al 2002. El presente artículo fue publicado originariamente el 9 de marzo de 2014. Palabras bellas de la selva amazónica peruana.

Fuentes:
Servindi
https://www.servindi.org/actualidad/102643
Fecha: 8 de Marzo de 2.017
El Orejiverde

miércoles, 22 de febrero de 2017

La cosmovisión aguaruna, patrimonio Cultural de la Nación (Perú)



El Estado peruano publicó esa Resolución que pone en valor a los conocimientos, saberes y prácticas del pueblo awajún asociados a la producción de cerámica.

En la Resolución Viceministerial 009-2017-VMPCIC-MC, el Ministerio de Cultura destaca que la cerámica awajún ocupa un importante lugar en el arte amazónico del Perú, la expresión de la cosmovisión ancestral de este pueblo.

El arte de producir alfarería -para los awajún o aguaruna- es producto de la relación dinámica entre el conocimiento de las mujeres y los elementos disponibles en el entorno, requiriendo el respeto de aspectos rituales, de acatamiento de ciertas restricciones para la extracción de los recursos y de saberes basados en narraciones míticas.

El proceso de producción de la alfarería awajún se desarrolla en tres fases: primero, los elementos del bosque se recolectan; a continuación, se transforman en vasijas por el modelado y la cocción; finalmente, se caracteriza a las vasijas con diseños que expresan su utilidad y les dan sentido y belleza.

Esta es una obra que realizan la mayoría de mujeres aguarunas acopiando todos los saberes que heredaron de sus antepasados, donde utilizan los elementos completamente naturales.

La reciente Declaración oficial ha contemplado los ritos y la conservación de estos tal y como han llegado hasta nosotros ahora, a saber: Las mujeres alfareras no deben estar en su periodo menstrual, embarazadas o haber tenido relaciones sexuales recientemente; deben estar preparadas para la vida; deben saber sembrar, cuidar plantas y semillas, criar niños, saber atender una familia, para que su trabajo agrade a Núgkui, la Madre de la Tierra, pues a ella se le adjudica la enseñanza de todos estos conocimientos. Las alfareras le deben respeto a esta deidad, no solo por reverencia, sino porque serían castigadas con una mala producción.


Tres son las fases para lograr una producción fructífera y organizada en la alfarería: Recolección de los elementos del bosque; modelado y cocción de vasijas y por último, la decoración, la que le da sentido, belleza y utilidad a las vasijas. Todo este proceso permite que los acabados sean perfectos, refinados y a la vez muy sencillos dentro de lo formal.

Esta permitido que la creatividad sea plasmada en la cerámica, como también la combinación de varios estilos para el diseño de cada pieza. Mayormente se utilizan formas geométricas estilizadas que se asocian con elementos de la naturaleza como cerros, estrellas, peces, partes de animales, plantas, hojas, entre otros.

Cabe destacar que esta práctica en la alfarería posibilita crear un vínculo con el Dékamu-conocimiento profundo sobre la selva- entre todas las generaciones de mujeres, lo que permite compartir, transmitir y compartir sus conocimientos. Con ello se asegura la continuidad de la alfarería awajún, así como la de su lengua, evitando su total extinción.

Las piezas más características de la producción alfarera awajún son pinig, pocillo redondo para beber; yukún, pieza en forma de copa, para beber guayusa; ichinak, olla para cocinar; amámuk, vasija con cuerpo de aros progresivos, para contener masato, bebida tradicional.

Los awajún ó aguaruna
Según la Base de Datos de Pueblos Indígenas u Originarios del Ministerio de Cultura, el pueblo awajún, también conocido con el nombre de aguaruna, es el segundo pueblo más numeroso de la Amazonía peruana. Su lengua es la más hablada entre las cuatro que pertenecen a la familia lingüística Jíbaro. Este pueblo tiene una fuerte presencia política y organizativa, la cual se evidencia desde fines de la década de 1970, con la creación de importantes organizaciones indígenas como el Consejo Aguaruna y Huambisa (CAH).

El pueblo awajún vive principalmente el departamento de Amazonas, aunque también se encuentran comunidades de este pueblo en el norte de los departamentos de Loreto, Cajamarca y San Martín. Se estima que en la actualidad el pueblo awajún está integrado por 83 732 personas.

Fuentes: 
El Orejiverde – 14 de Febrero de 2.017
Andina
http://www.andina.com.pe/agencia/noticia-declaran-patrimonio-cultural-de-nacion-a-los-saberes-awajun-sobre-ceramica-652034.aspx
Actualidad Ambiental
http://www.actualidadambiental.pe/?p=43010
La República/ Rumbos
http://larepublica.pe/turismo/rumbos-al-dia/846044-declaran-conocimientos-de-pueblo-awajun-como-patrimonio-cultural-de-la-nacion