Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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jueves, 11 de julio de 2024

El chamán y el Águila / Espiritualidad Indígena


En la mitología y las prácticas espirituales de muchas culturas indígenas, la relación entre el chamán y el águila representa la fusión de lo terrenal y lo divino, la conexión entre el hombre y el espíritu, donde los dos se convierten en uno en la búsqueda de la sabiduría y el poder espiritual.

El chamán, como intermediario entre el mundo visible y el invisible, busca la guía y la protección del águila, un símbolo de visión, libertad y elevación espiritual. A través de ceremonias, rituales y la práctica de la medicina ancestral, el chamán entra en comunión con el espíritu del águila, trascendiendo las limitaciones del cuerpo físico y ascendiendo a las alturas del mundo espiritual.

En esta unión sagrada, el chamán adopta la perspectiva del águila, viendo con claridad más allá de las ilusiones y las limitaciones del mundo material. Desde las alturas del cielo, el chamán adquiere una visión amplia y panorámica de la vida, comprendiendo la interconexión de todas las cosas y reconociendo el propósito más elevado que guía su camino.

A su vez, el águila otorga al chamán el poder de la curación, la protección y la sabiduría ancestral, compartiendo su conocimiento de los cielos y los misterios del universo. En esta simbiosis espiritual, el chamán y el águila se convierten en aliados en la búsqueda de la verdad espiritual y el equilibrio armonioso con la naturaleza.

Cuando los dos son uno, el chamán experimenta una transformación interior profunda, elevándose por encima de las preocupaciones mundanas y abrazando su papel como sanador, visionario y guardián de la sabiduría ancestral. En esta unión sagrada, el chamán encuentra la fuerza y la inspiración para seguir adelante en su camino espiritual, confiando en la guía del águila para elevar su espíritu y expandir su conciencia hacia los reinos más elevados del ser.

Al Nuir

Compartido por Fernándo Emilio Flores

domingo, 17 de enero de 2021

Águilas: Siempre hacia adelante...



Las águilas viven 70 años, pero a los 40 años tienen que tomar una difícil decisión, sus uñas se vuelven tan largas y flexibles que no puede sujetar a las presas de las cuales se alimenta. El pico, alargado y puntiagudo, se curva demasiado apuntando contra el pecho y ya no le sirve. Sus alas están envejecidas y pesadas en función del gran tamaño de sus plumas, y para entonces, volar se le hace muy difícil.

Tiene dos alternativas: abandonarse y morir, o enfrentarse a un doloroso proceso de renovación, que consiste en volar a un nido en las montañas cerca de una pared, ya que está seguro. El águila comienza a golpear con su pico en la pared con mucha fuerza hasta conseguir arrancárselo. Después esperará el crecimiento de un nuevo pico, con el que se desprenderá una a una sus viejas uñas. Cuando las nuevas garras comienzan a nacer, comenzará a desgarrarse sus desgastadas plumas.

Y después de todos esos largos y dolorosos cinco meses de heridas, cicatrizaciones y crecimiento, logra realizar su famoso vuelo de renovación, renacimiento y festejo para vivir otros treinta años más...
En nuestra vida para continuar un vuelo de victoria muchas veces tenemos que resguardarnos por algún tiempo y comenzar un proceso de renovación.

Debemos desprendernos de costumbres, tradiciones y recuerdos cuyo peso nos impiden avanzar. Solamente libres del pasado podremos aprovechar el resultado valioso que una renovación siempre nos trae.

Renovarse por dentro implica poner orden en el mundo mental, desechando los recuerdos de acontecimientos frustrantes o dolorosos para quedarnos solo con la experiencia de lo que aprendimos.

Para poner en orden, para renovarnos y alzar vuelo, hay que conocernos, saber quiénes somos, cuáles son nuestras potencialidades y a donde queremos llegar.

No hay necesidad de adaptarse al problema; existe la posibilidad de librarse de él. Pero el camino es un poco difícil, el camino es un desafío. Es una elección tuya.

Sigamos la ruta de las águilas. Siempre hacia arriba, siempre hacia adelante...

Compartido por Maria Helena Kudelko 

viernes, 24 de febrero de 2017

Las aves, una inspiración de los pueblos precolombinos


Las representaciones de las aves en los pueblos ancestrales son tan variadas y fascinantes como el mundo de la avifauna. En él podemos encontrar al animal más veloz del planeta: el halcón peregrino, que alcanza los 300 km/h.

Otros como el águila harpía son los más poderosos; tiene una fuerza de agarre de 31 kg/cm2. Varían desde los polinizadores como los colibríes hasta el carroñero más grande como el cóndor.

Las culturas ancestrales se inspiraban en los colores, los tamaños, los poderes naturales, el canto y el vuelo de las aves. Por ejemplo, el búho aparece en diferentes culturas. Su excelente visión por la noche llamó la atención de los pueblos precolombinos.

La representación del hombre pájaro es común en las culturas de la Costa.
Fuente.Diario EL COMERCIO (Ecuador)
El antropólogo Juan Martínez Yánez y presidente de la Fundación Shinchi Sacha cuenta que los chamanes pretendían tomar su poder y se los colocaban. Las figuras que representan al chamán con ojos de lechuza. Además de este pájaro nocturno, la representación de las aves en los rituales chamánicos se entiende como el vuelo hacia el mundo de arriba. Así lo explica Daniela Castillo, comunicadora del Museo Mindalae y refuerza la idea con la teoría que los chamanes querían observar todo desde arriba, como las aves. Uno de los personajes más emblemático en la simbología ancestral es el hombre pájaro. Esta figura tiene muchas interpretaciones. La que sostiene Yánez es la de un hombre que ha evolucionado y que tuvo que pasar por varias pruebas de crecimiento para volar. “Hay varias fases de iniciación. Puede pasar de ser una gallina, una paloma y luego finalmente alcanza el vuelo eterno”, dice en antropólogo. El vuelo final es la forma de transitar del mundo terrestre al celestial. El hombre pájaro va acompañado por dos alas y unos círculos que representan las fases que ha superado. El cuerpo está cubierto por plumas y normalmente su posición se prepara para volar: las manos juntas y hacia adelante y las rodillas un poco dobladas. Al hombre pájaro también se lo interpreta como un danzante: viste un traje de plumas y en algunas figuras parece que está bailando. Estas representaciones son muy comunes en la cultura Jama-Coaque. Fueron pueblos que se asentaron en la Costa entre 500 a. C. y 750 d. C. En la Sierra, el búho era un ave sagrada que era el comunicador y testigo del amor. El cóndor también era considerado un ave sagrada y así lo cuenta la leyenda del cóndor enamorado. El mito, aún permanece en la cultura Kichwa. La historia trata de un cóndor que se enamoró de una joven campesina y la secuestró. Al principio tuvo miedo pero, al respirar aire puro, ella se sintió libre como un pájaro, relata Alfonso Toaquiza en su libro.

En la Amazonía, el ave más emblemática es el águila harpía por su poder. Es así que inspirados por la belleza de las aves y sus cualidades, los pueblos ancestrales se vistieron son sus plumas, crearon leyendas e incluso se imaginaron personajes que hoy conocemos superhérores.

Fuente>Diario EL COMERCIO (Ecuador)
https://www.elcomercio.com/tendencias/aves-inspiracion-pueblos-precolombinos-figuras.html
1 de Septiembre de 2.-16



martes, 24 de mayo de 2016

El Águila para los nativos de América…


El águila es admirada por los Nativos de América, no solo como mensajera del Gran Espíritu, pero también como símbolo del poder de la naturaleza, de la supremacía o majestuosidad, de sus misterios, pero también de la sabiduría, coraje y fuerza. Algunas otras aves rapaces, como el cóndor y el halcón, son también asimiladas al águila, especialmente en América del Sur.


El Águila es el más sagrado de los animales de casi cualquier chamán de cualquier tradición, Inca, Sioux, Maya, Dakota, Cheyenne, Azteca, Mexica, y un largo etcétera. Imprescindible dentro del simbolismo animal en la cultura de los nativos de América, principio espiritual y prototipo del chamán por excelencia. El águila representará ese estado de sabiduría alcanzado mediante la iniciación chamánica, así como el poder que ello conlleva. Los chamanes Incas, cuando están en su primer nivel de aprendizaje, son considerados Papachahuitas (“Aguiluchos”).

Siento el Fuego
En el Cielo y en la Tierra con el Sol y las estrellas…
…en el Cielo y en la Tierra la Lunita y las estrellas…
siento el Fuego dentro dentro, siento el Fuego aqui te encuentro (bis)
Pachamama en este Fuego, Pachamama aquí te encuentro…
Vuela, vuela el Aguilita, vuela vuela el Cordorcito…
Vuelan, vuelan por nosotros
Cuidan, miran por nosotros…

En el México prehispánico sólo tlatoanis, sacerdotes y guerreros podían portar las plumas o las llamadas “sombra de los dioses”. El águila es también el ave imperial de los aztecas. En el siglo Xll, los aztecas descubren un águila que se posa sobre un cactus. Esta es la señal del lugar donde erigirán Tenochtitlán, que brilló donde hoy se emplaza la actual capital de México. Los aztecas veían en el ave al Sol naciente, devorador de la serpiente de la oscuridad.

El antiguo pueblo dominador y sacrificador de Mesoamérica posee la Orden de Águilas y los Jaguares, su aristocracia guerrera. La vestimenta del guerrero águila variaba según su rango y el contexto de uso ya fuera ceremonial o militar, pero estos generalmente representaban el coraje y la fuerza física que se presumía desplegaba en el campo de batalla.

Los escudos también representaban el rango en la milicia, eran coloridos y cubiertos de plumas. En la pierna el guerrero llevaba una banda de piel, y para cubrir su cabeza, una cabeza de águila a modo de casco o sombrero ricamente decorado con plumas.

En la película La Selva Esmeralda acerca de las tradiciones del área amazónica, fundado por otra parte en una historia real, el director describe una ceremonia mágica con el uso de cohoba, donde un padre y su hijo se “transforman” respectivamente en un jaguar y un águila, de acuerdo a las formas prevalecientes en su psicología profunda.

Las plumas del ave son sagradas, especialmente del águila real y del águila calva. Ya desde siempre, los indios americanos utilizaban sus plumas como símbolos ceremoniales, siendo consideradas como el objeto de curación por excelencia. Las plumas suelen expresar los grados jerárquicos de quienes las exhiben en sus atuendos, en especial las que se usan sobre la cabeza, símbolo de autoridad. También son un signo de poder y sabiduría. En esta cultura la mujer entregaba una pluma de águila al hombre como símbolo de seguridad, orgullo y amistad dentro de su relación de pareja.  Por lo tanto, es un privilegio usar las plumas del águila. Además, estas tribus de nativos americanos creen que las plumas del águila nunca deben tocar el suelo. Por otra parte, éstas también son utilizadas como decoración de objetos en las ceremonias de la Danza del Águila.

Para celebrar el Gran Espíritu, las tribus de la praderas norteamericanas obtienen, de los huesos del águila las flautas que suenan durante la danza del Sol, danza sagrada  en donde dan gracias  a las divinidades por el año transcurrido y se invocan las fuerzas divinas para pedir protección y prosperidad para todos los seres vivientes en el curso del año que tendrá inicio. Las danzas rituales asociadas al águila tienen el doble sentido de impetración del hálito vital por mediación de la lluvia, y el de poder, en relación a lo que se ha dado en llamar “magia simpática”.  Las garras son además consideradas potentes amuletos que el danzador debe llevar para favorecer el contacto con el Gran Espíritu.


Si un indio rezaba y un águila se posaba cerca de él, significaba que sus plegarias habían sido escuchadas: El Águila era el mensajero directo del Gran Espíritu, un mensajero sagrado que traslada nuestras plegarias al Creador y regresa con regalos y visiones para el hombre su capacidad de elevarse en las alturas y descender velozmente en picado, se asocia con la descarga fulminante del rayo y con el Pájaro del Trueno para los indios de la costa noroeste de Estados Unidos. Al combatir con los espíritus del mundo de los muertos provoca las tormentas. Incorporada a los postes totémicos de los clanes, alude al fundador mítico del grupo.

Fuentes:
-Wikipedia
-Algunas partes por Julia C. White © 1995-99. ISBN 1-888059-25-7