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Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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domingo, 22 de mayo de 2022

Argentina declaró “delito de lesa humanidad” la muerte de 500 indígenas en la masacre de Napalpí



Un inédito juicio por la verdad establece la responsabilidad del Estado en la matanza, perpetrada en 1924 “en el marco de un genocidio” indígena.




La masacre indígena de Napalpí tiene, al fin, una historia oficial. Un juicio por la verdad sin precedentes en América Latina ha considerado este jueves un “delito de lesa humanidad” ocurrido “en el marco de un genocidio” la muerte, el 19 de julio de 1924, de entre 400 y 500 indígenas qom y moqoit a manos de la policía. El fallo, firmado en Resistencia, Chaco (norte de Argentina), responsabiliza al Estado y establece ocho medidas de reparación histórica. Ha sido un largo camino para las comunidades indígenas de la región, que durante casi un siglo debieron escuchar la versión de que la matanza era el resultado de un enfrentamiento entre tribus.

Durante el juicio, iniciado el 19 de abril sin imputados -98 años después, no quedan responsables vivos- declaró Rosa Grilo, una mujer qom que era una niña cuando la policía arremetió contra su comunidad y hoy es la única sobreviviente de aquella barbarie. Chaco era en 1924 una región de avanzada criolla, donde los grandes terratenientes ocupaban a sangre y fuego las tierras más productivas de los pueblos originarios. Napalpí era una reducción, como se llamaba a los campos de trabajo administrados por el Estado, donde los indígenas producían algodón en un régimen de servidumbre. La masacre fue la respuesta oficial a una huelga de 1.000 trabajadores hartos de no cobrar por su trabajo.

Los policías y militares “llegaron montando caballos, se establecen a una distancia cercana del campamento y desde allí dispararon con sus fusiles y carabinas, todos a la vez y a mansalva por el espacio de una hora. De forma inmediata, por el impacto de la balacera, cayeron muertos estimativamente entre cuatrocientos y quinientos integrantes de las etnias qom y moqoit, entre ellos niñas y niños, mujeres, algunas de ellas embarazadas, varones, ancianos y ancianas”, dice el fallo, firmado por la jueza Zunilda Nirempreger. “En algunos casos, perdieron la vida varios de los componentes de una misma familia. Los/as heridos/as que quedaron en el lugar y no pudieron escapar a tiempo fueron ultimados/as de las formas más crueles posibles. Se produjeron mutilaciones, exhibiciones y entierros en fosas comunes”, agrega el texto.

“El relato de los hechos es muy descriptivo y abarcativo de cómo fue la secuencia de la masacre y su contexto”, dice el fiscal Diego Vigay, una de las personas que más ha trabajado para que este juicio de la verdad fuese posible. “Cuando empezamos la investigación en 2014, nos planteamos la cuestión de que la verdad abarcara el por qué se llevó a cabo la matanza, cuáles eran los intereses. La sentencia es valiosa en ese sentido. En el juicio hablaron investigadores de otras masacres y eso puso la sentencia en el marco de un proceso de genocidio contra las comunidades indígenas”, explica.

El juicio por la verdad dejó claro que el Estado fue el responsable de la matanza. “La perpetración de la masacre, por su propia complejidad, requirió de la previa concepción de un plan”, dice el fallo, “que supuso una exhaustiva coordinación, organización logística, distribución de roles, movilización de diversos contingentes de tropas, su traslado y concentración desde varios días antes, gran cantidad de armamento y municiones, su acampe y alimentación, además del apoyo de una avioneta que realizó por lo menos, tareas de inteligencia y observación”.

Una vez asesinadas las familias en huelga, se construyó una historia oficial donde las víctimas se convirtieron victimarios. “A los fines de negar y encubrir la matanza, se presentó los hechos como un supuesto enfrentamiento entre las etnias y posterior desbande. La prensa oficialista reprodujo la versión brindada por los oficiales policiales y los funcionarios del Gobierno del territorio, que luego avaló la justicia local, en un proceso en el que declararon solo los efectivos y civiles que participaron de la agresión, pero ningún indígena”, reconstruye el texto.

La verdad deberá ser contada ahora en las escuelas chaqueñas, según ordenó la jueza. Habrá también un museo de la memoria en la que fue la sede de la reducción, en un pueblo rural que hoy se llama Colonia Aborigen y que cambiará de nombre, y se informará a organismos internacionales del resultado de la investigación. El juicio por la verdad ha sido el final de un largo camino que tiene a Rosa Grilo, la única sobreviviente, como cara visible. Y también a la Fundación Napalpí como promotora. En 1998, cuando nadie hablaba de la masacre y las comunidades ocultaban su historia, Juan Chico, descendiente qom, comenzó a preguntarse por la memoria de sus padres y abuelos. Chico investigó y en 2008 publicó un libro que abrió a la sociedad la historia de la masacre de Napalpí. “Ha sido un proceso muy tenso, agotador y llegar a esto relaja mucho emocionalmente, saber que por lo menos algo se hizo”, dice David García, miembro de la Fundación.

Juan Chico no pudo ver el resultado de su trabajo porque murió el año pasado víctima del coronavirus, pero dejó una Fundación en marcha. “Tenemos que formarnos para poder abordar la sentencia, porque hay líneas interesantes, como la reparación y las políticas públicas en educación. Debemos trabajar para reparar algunos daños”, dice David García. Comienza ahora el trabajo de reconstrucción.

Fuente: Diario El Litoral - Santa Fe - Argentina - 20 de Mayo de 2022.

https://www.ellitoral.com/nacionales/argentina-declaro-delito-de-lesa-humanidad-la-muerte-de-500-indigenas-en-la-masacre-de-napalpi_0_Q1OIHlAUMC.html?fbclid=IwAR1_sI4nTrabpx6J1b_C_dbxmx84W4anFywYgmpHu365RNG5OMqfZHgp7yQ

jueves, 24 de septiembre de 2020

Histórica sentencia por la Masacre de Napalpí


La Cámara Federal de Apelaciones de Resistencia revocó un fallo de primera instancia y condenó al Estado nacional por la Masacre de Napalpí. Además de intimarlo a pagar 375 millones de pesos en indemnizaciones y realizar inversiones públicas para promover el desarrollo de las comunidades, la sentencia sienta un precedente por el carácter genocida que le atribuye al hecho.


Pasaron 96 años del 19 de julio de 1.924 cuando se perpetró la mayor matanza de pueblos indígenas en el siglo XX en la Argentina y 16 años que duró la tramitación de un juicio de reparación inédito en América Latina.

La Cámara Federal de Apelaciones de Resistencia, Chaco, en un pormenorizado y destacado fallo del 14 de septiembre del año 2020, por unanimidad, con la firma de las Magistradas María D. Denogens (Juez de 1º voto) y Rocío Alcalá (Juez de 2º voto), hicieron lugar en todas sus partes a la acción resarcitoria condenando al Estado Nacional Argentino a pagar la suma de $ 375.930.000 por el Genocidio del Pueblo Indígena Qom acaecido el 19 de julio del año 1924 y días posteriores, que se conoce históricamente como la “Masacre de Napalpí” (lugar de los muertos en lengua Qom), donde fueron ultimados más de 1.500 niños, ancianos, mujeres y hombres. Además, se ordenó al Gobierno Argentino instrumentar un plan de desarrollo con inversiones públicas, con asignación de recursos y la constitución de una Mesa de Diálogo con el Poder Ejecutivo Argentino y la Organización Indígena.

La demanda “Asociación Comunitaria La Matanza c/ Estado Nacional Argentino, fue iniciada en el año 2.004 por el Dr. Carlos A. Díaz, quien es autor de las obras “El año de la Masacre” y “La imprescriptibilidad Penal y Resarcitoria de los Crímenes de Lesa Humanidad” y los Doctores Mónica M. Echevarría, David H. Parras y Julio C. García. A su presentación no existían antecedentes en América Latina de un caso judicial por Crímenes de Lesa Humanidad de un Pueblo Indígena perpetrado a principios del siglo pasado. Tampoco se había expedido la Corte Suprema de Justicia Argentina sobre la imprescriptibilidad de los Crímenes de Lesa Humanidad, quien lo hizo un año después, en el año 2.005.

-El éxito jurídico fue el resultado de un trabajo en equipo que se mantuvo unido por 18 años – afirmó el Doctor Carlos A. Díaz que subrayó la experiencia y conocimiento aportado por el Dr. Julio C. García con quien fue coactar en la causa de Rincón Bomba; recordó el invalorable el apoyo del entonces dirigente indígena Hermenegildo López, quien fuera presidente del Instituto del Aborigen Chaqueño (I.D.A.CH.) conjuntamente con quien presidía la Asociación Comunitaria La Matanza, el dirigente Concepción Notagay, ambos del Pueblo Indígena Toba Qom, descendientes de los sobrevivientes que pudieron escapar de los fusilamientos de la entonces Policía Nacional de Territorios. Ellos comprendieron la importancia de acudir al poder judicial en busca del reconocimiento de la verdad negada por la historiografía académica.

En la reconstrucción de los hechos fueron invalorables los estudios del historiador y escritor Vidal Mario, autor del libro “Napalpí, la herida abierta”, quien también actuó como Perito Histórico en el juicio. La búsqueda de documentación por los abogados fue realizada durante dos años anteriores a la presentación en el Juzgado Federal Nº 1 de Resistencia. Contó con la colaboración de la Biblioteca del Congreso de la Nación Argentina que posibilitó el hallazgo de la transcripción taquigráfica de la interpelación sobre la barbarie, en el segundo semestre del año 1.924, al Ministro de Gobierno de la Nación por el Diputado Nacional Francisco Pérez Leirós.

En la confirmación del lugar de la masacre, paraje “El Aguará”, en la actual provincia del Chaco, en el nordeste de la República Argentina y descubrimiento de las tumbas comunes, realizaron trabajos de campo en el monte, durante cuatro años los Peritos Criminólogos Licenciados Máximo R. D. Ibáñez y Rosa Edith Encina. El daño moral y espiritual que se replicó de generación en generación en el Pueblo Qom fue dimensionado y explicitado por la Perito Socióloga Licenciada Hilda Elena Díaz. Asimismo, es de destacar los aportes del Ministerio Público de la Defensa Argentino en la generación de doctrina judicial en materia de pueblos indígenas, como la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, reflejada en la histórica sentencia.

Por ENDEPA
Fuente: https://www.endepa.org.ar/375-millones-es-la-condena-por-la-masacre-de-napalpi/?fbclid=IwAR2Aw5TIL9mwSFaqArDWdkSuc2gNv1hI--a2YqyLvv10Ws_1A2wESraRqTE
Fecha: 18/9/2020

martes, 21 de julio de 2020

Chaco (Argentina) inauguró monumento a víctimas de masacre de Napalpí


Forma parte de la política de reivindicación de los derechos indígenas y de reparación histórica que encaró, pionera, la provincia.



El gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, ratificó que la masacre de Napalpí debe ser considerada como un crimen de Lesa Humanidad, al dejar inaugurado el memorial que recuerda la brutal matanza hace 96 años de más de 200 indígenas de las comunidades Qom y Mocoví. La obra contiene ahora las urnas con restos de nueve víctimas, recuperadas desde el museo de La Plata, y una décima urna que representa a los ex combatientes indígenas de Malvinas.

El compromiso asumido por la actual gestión del Instituto de Cultura junto a la Fundación Napalpí, con el acompañamiento del Ministerio de Infraestructura de la Provincia para la construcción de este memorial tuvo el objetivo de restituir, en la primera etapa de su construcción, los restos de 9 referentes indígenas de la comunidad Qom, fallecidos en la mal llamada “Campaña del Desierto verde”.

“No es solamente reivindicando el pasado como hacemos un acto de justicia sino comprometiéndonos con el presente para construir un futuro. Nuestras comunidades originarias no solamente se lo merecen, se lo merece nuestra comunidad chaqueña por ser multicultural, plurilingüe, multirreligiosa, por formar parte de una sociedad humana, democrática y civilizada”, expresó el mandatario y reiteró su pedido de "perdón" por parte del Estado provincial.

Estas urnas fueron restituidas por el museo de La Plata, en articulación con la Fundación Napalpí en 2018, mientras que el proyecto de obra del Memorial fue llevado adelante por Alexander Fernández, estudiante indígena de la carrera de Arquitectura, quien tomó elementos de la cultura indígena para diseñarlo.

La construcción del memorial, llevada adelante por el Ministerio de Infraestructura del Chaco, tiene por objetivo no sólo “devolver“ a estos referentes a su territorio, sino también generar un espacio de visibilización y de ejercicio de la memoria colectiva en reivindicación de la lucha de los pueblos indígenas en la defensa de su territorio durante toda su historia, teniendo en cuenta que la mayor parte de los ex combatientes indígenas son provenientes de Napalpí. Es por ello que la décima fosa de este memorial será destinada a homenajear a los chaqueños de las comunidades indígenas caídos en Malvinas.

Estas acciones forman parte de las reparaciones históricas en las que se viene trabajando sistemáticamente desde hace 12 años con el pedido de perdón en nombre del Estado Provincial a las comunidades indígenas pro la Masacre de Napalpí.

La provincia del Chaco es pionera en el país en generar legislaciones que apuntan a que las comunidades indígenas adquieran derechos para mejorar su calidad de vida, y también para tener representación y ser partícipes en la toma de decisiones en políticas dirigidas a los pueblos originarios.

El 16 de enero de 2008, el Estado provincial realizó el pedido de perdón por la masacre de Napalpí. Esta acción reparatoria quedó en la memoria de los pueblos indígenas y en la historia chaqueña.


El monumento
En cuanto a los detalles del monumento, el sector más significativo es el Círculo Mayor, que posee un alto valor simbólico. En el mismo están indicados los puntos cardinales y el camino del ñandú, un conjunto de estrellas que señalan un sendero en épocas de invierno para las culturas indígenas. En el centro del círculo se encuentra una fuente de fuego, que simboliza la vida, el conocimiento y la historia de los qom, y la reunión de los pueblos indígenas alrededor del fuego, donde los ancianos y ancianas transmitían el conocimiento a las nuevas generaciones.
Alrededor de ese fuego se ubican diez postes de quebracho, correspondientes a los ritos funerarios de los qom, y a sus pies se depositarán las nueve urnas recuperadas del museo de La Plata, a las cuales se sumará una más por los indígenas caídos y excombatientes de la guerra de Malvinas. Es en este lugar donde luego se colocarán las placas conmemorativas.
Al final del círculo, se emplazan dos “Muros De La Historia” donde se encuentran los relatos del pasado de Napalpí, su cultura, tradiciones, y los acontecimientos trágicos sufridos por su pueblo. A su alrededor se realizará un sector de bancos con solado, el cual permitirá su acceso aun en días de lluvia. 
Fuentes: 
Ámbito Financiero - 19 de Julio de 2020.
Chaco TV - 17 de Julio de 2020

domingo, 19 de julio de 2020

19 de Julio de 1924 Masacre de Napalpí



En 1924, en la colonia aborigen Napalpí, a 120 km de la ciudad de Resistencia (capital de la provincia de Chaco, Argentina) un grupo de estancieros y 130 policías asesinan a unos 200 aborígenes tobas y mocovíes en la llamada Masacre de Napalpí. En los días siguientes se exhiben penes y orejas cortados en la comisaría de Quitilipi. En 1924, el radical, Marcelo T. de Alvear era presidente democráticamente elegido en 1922. El Territorio Nacional del Chaco se perfilaba como el primer productor nacional de algodón, Alvear nombra como gobernador del Territorio Nacional del Chaco al estanciero algodonero y político radical Fernando Centeno.

La Reducción Aborigen de Napalpí a 120 kilómetros de Resistencia, era un espacio de sometimiento donde los indígenas eran obligados a trabajar en condiciones de semi esclavitud. En julio de 1924, los indígenas qom y mocoví se declararon en huelga. Denunciaban los maltratos y la explotación de los terratenientes. Y planeaban marchar a los ingenios azucareros de Salta y Jujuy. Pero el gobernador Fernando Centeno les prohibió abandonar Chaco y, ante la persistencia indígena, ordenó la represión. La Reducción de Napalpí había sido fundada en 1911, en el corazón del Territorio Nacional del Chaco. Las primeras familias que se instalaron eran de las etnias Pilagá, Abipón, Toba, Charrúa y Mocoví. En julio de 1924, Federico Gutiérrez (corresponsal del diario La Razón) escribió: «Muchas hectáreas de tierra flor están en poder los pobres indios, quitarles esas tierras es la ilusión que muchos desean en secreto».

La Masacre de Napalpí es el nombre con el cual se da en evidencia la matanza de más de 200 indígenas de las tribus Qom y Mocoví a manos de la policía chaqueña y demás grupos estancieros. Acaecida el 19 de julio de 1924 en la Colonia Aborigen Napalpí, Provincia del Chaco, Argentina durante la presidencia de Marcelo Torcuato de Alvear.

Al menos 700 víctimas, de las que se documentó, estaban compuestas, en su mayoría, por mujeres, ancianos y niños. Aquellos que no morían a manos de los policías, eran degollados sin piedad con machetes y hachas.

Fue una de las masacres de mayor magnitud cometida en Argentina durante el siglo XX. En 2014 el Estado argentino, a través del Ministerio Público, investigó durante cuatro años los eventuales delitos de lesa humanidad cometidos en Napalpí, para luego solicitar la apertura de un juicio por la verdad; puesto que todos los culpables ya habían muerto.

El día 19 de julio de 1924 muy temprano, un grupo de unos 130 hombres, entre policías, estancieros y civiles blancos de la zona, fuertemente armados con fusiles Winchester y Mauser, rodearon el campamento donde se habían reunido los indígenas alzados que, armados tan solo con palos, bailaban en una fiesta religiosa organizada por los chamanes en la zona del Aguará, un área considerada sagrada por los qom ubicada dentro de los límites de la colonia. Convencidos de que los dioses los protegerían de las armas de fuego de los hombres blancos no pudieron ofrecer resistencia a los disparos dirigidos al campamento durante cuarenta minutos. Luego los blancos entraron al mismo para rematar a machetazos a los indígenas que quedaban, muchos moribundos, incluidos mujeres y niños. Los heridos fueron degollados, algunos colgados.

A finales de los años veinte, el periódico Heraldo del Norte recordó así el hecho:
Como a las nueve de la mañana, y sin que los inocentes indígenas hicieran un solo disparo, [los policías] hicieron repetidas descargas cerradas y enseguida, en medio del pánico de los indios (más mujeres y niños que hombres), atacaron. Se produjo entonces la más cobarde y feroz carnicería, degollando a los heridos sin respetar sexo ni edad.

El día 19 de julio de 1924 muy temprano, un grupo de unos 130 hombres, entre policías, estancieros y civiles blancos de la zona, fuertemente armados con fusiles Winchester y Mauser, rodearon el campamento donde se habían reunido los indígenas alzados que, armados tan solo con palos, bailaban en una fiesta religiosa organizada por los chamanes en la zona del Aguará, un área considerada sagrada por los qom ubicada dentro de los límites de la colonia. Convencidos de que los dioses los protegerían de las armas de fuego de los hombres blancos no pudieron ofrecer resistencia a los disparos dirigidos al campamento durante cuarenta minutos. Luego los blancos entraron al mismo para rematar a machetazos a los indígenas que quedaban, muchos moribundos, incluidos mujeres y niños. Los heridos fueron degollados, algunos colgados.

A finales de los años veinte, el periódico Heraldo del Norte recordó así el hecho:
Como a las nueve de la mañana, y sin que los inocentes indígenas hicieran un solo disparo, [los policías] hicieron repetidas descargas cerradas y enseguida, en medio del pánico de los indios (más mujeres y niños que hombres), atacaron. Se produjo entonces la más cobarde y feroz carnicería, degollando a los heridos sin respetar sexo ni edad.

Fuente:Enrique Hopman. Efemérides Históricas, Políticas y Culturales.

Infografía: ENDEPA

sábado, 7 de septiembre de 2019

Soy una Mujer Indìgena



Soy el fuego del tiempo,
el pilar interminable que ha aguantado la muerte
el sostenimiento de una raza invencible,
soy la estrella que ha guiado a hombres perdidos,
soy la madre de diez mil niños moribundos,
soy el fuego del tiempo…
Soy una Mujer Indígena.

Rosa Grilo, última sobreviviente de la Masacre de Napalpí. Declarada Patrimonio Cultural a la edad de 108 años. Es un “tesoro humano viviente”, emblema de nuestras comunidades que han sido reprimidas a través de la historia, y que merece ser reconocida, pertenece a la comunidad qom.
Mi admiración y respeto por el papel ancestral que han cumplido las mujeres indígenas de nuestro territorio.

Compartido por Teresita Seminara

martes, 18 de julio de 2017

19 de Julio de 1924 Masacre de Napalpi


lunes, 12 de diciembre de 2016

"No arranquen el monte de mí"


Poesía de Juan Chico dedicada a la abuela Melitona Enrique una de las útimas sobreviviente mujer de la Masacre de Napalpí ocurrido el 19 de julio de 1924.
No arranquen el monte de mi
Déjame cerrar mis ojos
Allí donde nací
Acunado por el bosque
Junto al murmullo del rio
Y el canto de los pájaros
Déjame cerrar mis ojos
Allí donde por vez primera
Solté mi primer llanto
Mi primer suspiro
Y mi eterno canto
Déjame cerrar mis ojos
Que se apaguen
Junto a las llamas del fuego
Rodeado de mis niños
Y al canto de mis abuelos
Déjame cerrar mis ojos
Llevando en mi memoria
El bramido del trueno
La copiosa lluvia
Y el dulce silbido del viento
Déjame cerrar mis ojos
Pero no en tu desierto de cemento.

martes, 19 de julio de 2016

Napalpí, relatos de una masacre



Sinopsis
El 19 de Julio de 1924 el Estado a través de sus brazos represivos, en complicidad con un sector civil, reprime el levantamiento indígena de la Reducción de Napalpí – Chaco provocando una masacre. A 90 años de aquellos hechos, el pueblo originario alza la voz ante la falta de justicia.



Ficha técnica:

Duración:23.35 minutos
Realización: Ronda Al Fuego
Formato online: HD 720
Formato original: HD 1080

Realización Integral:
Dario Chano - Cecilia Lucena - Pablo Gramajo

Relatos:
Olegario Lopez
Juan Chico
Omar Notagay
Eduardo Ramirez
Viviana Notagay
Juliana Lucero
Brigido Miranda

Colaboración: Vilma Sanabria - Victorio Ramirez

Música: Silvia Lanche - Tonolec

Producción: Ronda al Fuego y Comunidad Colonia Aborigen Chaco

Año: 2013-2014








sábado, 19 de julio de 2014

Napalpí, la masacre impune, 19 de Julio de 1.924.

Escribe: Dario Aranda

A noventa años de una de las mayores matanzas argentinas del Siglo XX.


El 19 de julio de 1924, unos 700 indígenas fueron cercados por la policía en el Chaco: quienes no murieron baleados, fueron degollados. Habían protestado por la explotación a la que eran sometidos. Recién ahora se puso en marcha una investigación.


Fue una de las mayores masacres argentinas del siglo XX. Al menos 700 víctimas, incluidas mujeres, ancianos y niños. Quienes no murieron por las balas policiales, fueron degollados con machetes y hachas. El motivo de la represión fue la negativa a ser mano de obra esclava, denunciar maltratos y, también, el ser indígenas. La orden fue política; el motivo, económico (el avance algodonero y la necesidad de brazos para la cosecha), y los ejecutores fueron la policía y grandes terratenientes. Sucedió en Chaco, hace noventa años, y hoy los pueblos indígenas conmemoran la matanza que se conoce como “Masacre de Napalpí”. El crimen aún sigue impune. “Es crucial analizar la masacre de Napalpí en el marco de un proceso social genocida que sigue teniendo consecuencias sobre los pueblos originarios”, afirmó Marcelo Musante, integrante de la Red de Investigadores en Genocidio y Política Indígena.

En 1922, el radical Marcelo T. de Alvear había reemplazado en la presidencia a Hipólito Yrigoyen. El Territorio Nacional del Chaco ya se perfilaba como el primer productor nacional de algodón. La superficie sembrada en Chaco era de 100 hectáreas en 1895. Para 1920 había crecido exponencialmente: 50 mil hectáreas.

La Reducción Aborigen de Napalpí (a 120 kilómetros de Resistencia) era un espacio de sometimiento donde los indígenas eran obligados a trabajar en condiciones de semiesclavitud. Los maltratos eran frecuentes y no tenían los mismos derechos que el resto de la población.

En julio de 1924, los indígenas qom y mocoví se declararon en huelga. Denunciaban los maltratos y la explotación de los terratenientes. Y planeaban marchar a los ingenios azucareros de Salta y Jujuy. Pero el gobernador Fernando Centeno les prohibió abandonar Chaco y, ante la persistencia indígena, ordenó la represión. El argumento oficial fue una supuesta “sublevación” indígena.

El 19 de julio a la mañana, 130 policías y civiles (enviados por grandes estancieros) rodearon a los grupos en huelga y dispararon con rifles durante 45 minutos. Mataron a hombres y mujeres, ancianos y niños. “El ataque terminó en una matanza, en la más horrenda masacre. Los heridos fueron degollados, algunos colgados”, relata el libro Napalpí, la herida abierta, del periodista Vidal Mario.

Un mes después de la matanza, el 29 de agosto, el ex director de la reducción Enrique Lynch Arribálzaga escribió una carta al Congreso nacional: “La matanza de indígenas continúa en Napalpí y sus alrededores. Parece que los criminales se hubieran propuesto eliminar a todos los que se hallaron presentes en la carnicería del 19 de julio, para que no puedan servir de testigos”.
La prensa de la época repitió el discurso del gobierno u omitió el hecho. Pero hubo excepciones. El periódico Heraldo del Norte denunció: “Sin que los inocentes indígenas realizaran un solo disparo, los atacantes hicieron repetidas descargas de disparos en medio del pánico de los indios, más mujeres y niños que hombres. Se produjo la más cobarde y feroz carnicería, degollando a los heridos sin respetar sexo ni edad”. El corresponsal del diario La Razón escribió en julio de 1924: “Muchas hectáreas de tierra en flor están en poder de los pobres indios; quitarles esas tierras es la ilusión que muchos desean en secreto”.

El sociólogo Marcelo Musante, de la Red de Investigadores en Genocidio y Política Indígena, se especializa en el proceso represivo de Chaco. Explica que Napalpí fue parte de un sistema de reducciones estatales implementado en Chaco y Formosa, suerte de campos de concentración para poblaciones originarias donde se ejercían acciones de control y dominación. “La discusión pública debe preguntarse por qué el funcionamiento estatal, cuando refiere a pueblos indígenas, promueve recurrentemente acciones represivas. Ejemplos claros son la feroz represión ocurrida en Pampa del Indio (Chaco) a inicios de este año, lo que ocurre en la comunidad qom La Primavera (Formosa) o en Santiago del Estero.”


Juan Chico es qom, nacido y criado en el lugar de la matanza (hoy llamado Colonia Aborigen). Escribió (junto a Mario Fernández) el libro Napalpí. La voz de la sangre. Recordó que las comunidades siguen peleando para que el lugar se vuelva a llamar Napalpí, detalló que los asesinados fueron al menos 700 personas (mucho más de los 200 que mencionan los diarios de la época) y valorizó que en Chaco se hable cada día más de la masacre de indígenas. También trazó un paralelo al presente: “Argentina ha avanzado mucho respecto de los derechos humanos, pero pareciera que los indígenas tenemos derechos humanos de segunda, parte de la sociedad nos sigue considerando inferiores y nuestro genocidio sigue invisibilizado”.

En 2008, el gobierno de Chaco pidió públicamente perdón por la matanza y entregó una vivienda a la sobreviviente Melitona Enrique. Hoy a las 18 habrá un acto conmemorativo en el lugar de la matanza. Será interno de los pueblos qom y mocoví, recordarán a las víctimas y volverán a exigir justicia. A noventa años de la masacre, el crimen permanece impune.

Dario Aranda . Diario Página 12 del 19 de Julio de 2.014