Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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viernes, 20 de junio de 2025

Inti Raymi - Amelia Ameli Vargas



En el mes de junio, desde el 20 en adelante se conmemora en centenares de comunidades originarias del Hemisferio Sur de América un Nuevo Ciclo Anual coincidente con el Solsticio de Invierno. Los abuelos y abuelas nos cuentan que una semana antes debemos prepararnos con ayunos, comiendo alimentos orgánicos y tomando hierbas para la purificación de nuestro cuerpo y espíritu.

Hoy 2025 estamos en el año 5533 tiempo de volver a las raíces.

Las culturas agrícolas observaron que la vida renacía después del invierno; que las plantas florecían en primavera y fructificaban en verano; que el Sol daba su calor y su energía a todas las formas vivientes. Los inkas, asentados en el Hemisferio Sur del planeta, celebraron con el Intiq Raymin (Intiq, Sol; Raymin, la Fiesta) el momento en que el Padre Sol (Tayta Inti) iniciaba su marcha hacia el Sur para calentar esta parte del mundo, entre el 21 y el 24 de junio. La ciencia conoce a este fenómeno como el solsticio (Sol quieto) de invierno, la noche más larga del año. Para los pueblos originarios era el momento en que los ciclos de la naturaleza y del cosmos recargaban su energía, para reiniciar renovados, el Nuevo Tiempo.

Los abuelos decían: el sol dormirá una larga noche para despertar como un niño con todas su fuerzas.

Desde entonces todos los pueblos andinos tributan respeto y reconocimiento al Sol como principal fuente de la vida, celebrando al mismo tiempo el comienzo de un nuevo año.

En el mes de junio contemplamos la aparición en el cielo de la Constelación de las Pléyades (“Las siete cabritas”) al igual que nuestros hermanos mapuches. El día 20 es un hatun punchay (es un gran día) momento que nos preparamos en ayllu (familia y comunidad) para hacer juntos la ceremonia al Tayta inti.

Este tiempo es un tiempo masculino, se fortalecen las energías, se hacen ofrendas al Tayta Inti para propiciar la continuidad y renovación de la vida, para que sus rayos sigan brillando y aseguren buenas cosechas y salud para todos los seres vivientes. Este tiempo es para llamarnos al gran fortalecimiento espiritual, desde todos los territorios, desde todas las creencias, nos invitan los ancestros, el gran espíritu, a seguir una filosofía de vida paralela a la de la naturaleza, a la madre tierra.

Por Amalia Vargas
Quechua Nación Chicha

lunes, 24 de junio de 2024

24 de Junio Inti Raymi Andino



El grito para que retorne el Sol
Por Sofía Chipana Quispe, Pueblo Aymara

En el hemisferio Sur vivimos el tiempo del solsticio de invierno, se trata de un tiempo nuevo, con la llegada de los primeros rayos del sol, que transmite su energía, y nos ofrece la renovación espiritual necesaria para seguir caminando por nuestro tránsito por esta vida. En muchos espacios ancestrales considerados como espacio de la energía cósmica, numerosas Comunidades se autoconvocan desde el ritual del fuego que acompaña toda la noche, hasta que se siente cómo los rayos del sol despuntan de las altas montañas para llenar la vida con su luz, su fuerza.

domingo, 23 de junio de 2024

Padre Sol, Madre Tierra - José Javier Rodas

Padre Sol
Madres Tierra
Eje milenar
De Vida,
De Presencia,
De Existencia,
Febo que con tu luz das:
Generosidad
Centro de vida,
de todo ser vivo
y de la Humanidad.
Javier Rodas
Solsticio de Invierno de 2024
Todas las r

jueves, 20 de junio de 2024

INTI RAYMI 5532 Comienzo de Ciclo




El calendario andino se basa en el movimiento del Inti Tayta que determina la sucesión de las estaciones, y se compone de doce meses lunares más una cantidad de días complementarios, todo lo cual es representado con la Chakana, que preside el ciclo ceremonial. La Chakana o “Cruz andina” es una síntesis de la cosmovisión andina: es la unión del cielo y la tierra y reúne a los principios femenino (Urin Saya) y masculino (Hanan Saya), exponentes de la Dualidad y organiza a las cuatro estaciones, a las ceremonias y sus fechas. Expresa la idea del tiempo circular y lo sagrado, muy distinto al tiempo cronológico occidental; es un tiempo que se renueva a sí mismo, a la naturaleza, a los hombres y al Universo a través de las ceremonias, rituales y festividades.

El mes de junio se llama Intiq Raymin y en el día 21 que coincide con el solsticio de invierno y con la aparición en el cielo de la constelación de las Pléyades (“Las siete cabritas” según los incas) se realizaba la celebración que lleva el mismo nombre. Se hacen ofrendas al Tayta Inti para propiciar la continuidad y renovación de la vida. El hombre cumple con su el rol, el de ayudar a sostener el equilibrio del cosmos, uniendo al cielo y la tierra.

Estas ceremonias vienen de épocas precolombinas, en los Andes centrales, fundamentalmente, hoy siguen siendo practicadas en Perú, Bolivia, Ecuador, norte de Chile y de Argentina. Las culturas agrícolas observaron que la vida renacía después del invierno; que las plantas florecían en primavera y fructificaban en verano; que el Sol daba su calor y su energía a todas las formas vivientes. Los incas, asentados en el hemisferio sur del planeta, celebraron con el Intiq Raymin (Intiq, del Sol; Raymin, su Fiesta) el momento en que el Padre Sol (Inti tayta) iniciaba su marcha hacia el Sur para calentar esta parte del mundo, entre el 21 y el 24 de junio. La ciencia conoce a este fenómeno como el solsticio (Sol quieto) de invierno, la noche más larga del año. Para los pueblos originarios era el momento en que los ciclos de la naturaleza y del cosmos recargaban su energía, para reiniciar renovados, el Nuevo Tiempo A raíz de la introducción del cristianismo, muchas costumbres ancestrales se han ido perdiendo, todavía hoy esta festividad se mantiene y en muchos casos se ha revalorizado, especialmente en las ciudades en donde los migrantes indígenas retoman sus valores culturales, como es en el caso de argentina.

PURIFICACIÓN EN EL INTI RAYMI
Según los pueblos andinos el Inti Raymi dura varios días los primeros días de junio ya se viven un mes de alegría, en el cusco se va preparando los hombres y las mujeres para este momento de purificación. Para esta ceremonia tres días antes del día fijado para la ceremonia principal, se comienza un ayuno, se trata de un ayuno riguroso, donde el hombre y la mujer se alimentaban sólo con un poco de maíz blanco, agua simple y un compuesto de yerbas que llamaban chuka, presumiblemente sagrada. Durante esos tres días estaba absolutamente prohibido encender fuego alguno, en toda la ciudad, y tanto curacas como orejones se abstenían de todo contacto sexual. De esta manera se cuidaba la energía de cada uno y así poder hacer una verdadera purificación de cuerpo y espíritu.

Mientras los hombres ayunaban, las mamaconas y acllas iban preparando los manjares y bebidas que luego consumirían sus señores en ceremonia. En esta ocasión se preparaba pan de maíz, el Sankho, que los antiguos peruanos comían sólo dos veces al año, y también la kancha, la chicha y viandas simbólicas. Hoy se sigue preparando esta comida incluso en el norte de argentina para ceremonias especiales, a base de maíz amarillo, grasa de llama y agua.

Hoy se sigue celebrando y renovando las energías, los pueblos no han perdido sus costumbres, se espera al Tayta Inti, cada 21 de Junio, para agradecer lo dado y renovar las energías del comienzo de ciclo, se está volviendo a buscar la armonía y el equilibrio junto a la naturaleza. Estamos transitando el Pachakuti de Luz, estamos despertando la gran conciencia

Amalia Vargas Pukio Sonqoy
Boletín. Museo de Arqueología y Antropología
Del diario el Orejiverde

#amaliavargas2003@yahoo.com.ar 

lunes, 20 de junio de 2022

INTI RAYMI- WILLKA KUTI -Comienzo de Ciclo



El calendario andino se basa en el movimiento del Tayta Inti que determina la sucesión de las estaciones, y se compone de doce meses lunares más una cantidad de días complementarios, todo lo cual es representado con la Chakana, que preside el ciclo ceremonial. La Chakana o “Cruz andina” es una síntesis de la cosmovisión andina: es la unión del cielo y la tierra y reúne a los principios femenino (Urin Saya) y masculino (Hanan Saya), exponentes de la Dualidad y organiza a las cuatro estaciones, a las ceremonias y sus fechas. Expresa la idea del tiempo circular y lo sagrado, muy distinto al tiempo cronológico occidental; es un tiempo que se renueva a sí mismo, a la naturaleza, a los hombres y al Universo a través de las ceremonias, rituales y festividades.

El mes de junio se llama Intiq Raymin y en el día 21 que coincide con el solsticio de invierno y con la aparición en el cielo de la constelación de las Pléyades (“Las siete cabritas” según los incas) se realizaba la celebración que lleva el mismo nombre. Se hacen ofrendas al Tayta Inti para propiciar la continuidad y renovación de la vida. El hombre cumple con su el rol, el de ayudar a sostener el equilibrio del cosmos, uniendo al cielo y la tierra.

Estas ceremonias vienen de épocas precolombinas, en los Andes centrales, fundamentalmente, hoy siguen siendo practicadas en Perú, Bolivia, Ecuador, norte de Chile y de Argentina. Las culturas agrícolas observaron que la vida renacía después del invierno; que las plantas florecían en primavera y fructificaban en verano; que el Sol daba su calor y su energía a todas las formas vivientes. Los incas, asentados en el hemisferio sur del planeta, celebraron con el Intiq Raymin (Intiq, del Sol; Raymin, su Fiesta) el momento en que el Padre Sol (TaytaInti) iniciaba su marcha hacia el Sur para calentar esta parte del mundo, entre el 21 y el 24 de junio. La ciencia conoce a este fenómeno como el solsticio (Sol quieto) de invierno, la noche más larga del año. Para los pueblos originarios era el momento en que los ciclos de la naturaleza y del cosmos recargaban su energía, para reiniciar renovados, el Nuevo Tiempo A raíz de la introducción del cristianismo, muchas costumbres ancestrales se han ido perdiendo, todavía hoy esta festividad se mantiene y en muchos casos se ha revalorizado, especialmente en las ciudades en donde los migrantes indígenas retoman sus valores culturales, como es en el caso de argentina.

PURIFICACIÓN EN EL INTI RAYMI
Según los pueblos andinos el Inti Raymi dura varios días los primeros días de junio ya se viven un mes de alegría, en el cusco se va preparando los hombres y las mujeres para este momento de purificación. Para esta ceremonia tres días antes del día fijado para la ceremonia principal, se comienza un ayuno, se trata de un ayuno riguroso, donde el hombre y la mujer se alimentaban sólo con un poco de maíz blanco, agua simple y un compuesto de yerbas que llamaban chuca, presumiblemente sagrada. Durante esos tres días estaba absolutamente prohibido encender fuego alguno, en toda la ciudad, y tanto curacas como orejones se abstenían de todo contacto sexual. De esta manera se cuidaba la energía de cada uno y así poder hacer una verdadera purificación de cuerpo y espíritu.

Mientras los hombres ayunaban, las mamaconas y acllas iban preparando los manjares y bebidas que luego consumirían sus señores en ceremonia. En esta ocasión se preparaba pan de maíz, el zanco, que los antiguos peruanos comían sólo dos veces al año, y también la cancha, la chicha y viandas simbólicas. Hoy se sigue preparando esta comida incluso en el norte de argentina para ceremonias especiales, a base de maíz amarillo, grasa de llama y agua.

Hoy se sigue celebrando y renovando las energías, los pueblos no han perdido sus costumbres, se espera al Tayta Inti, cada 21 de Junio, para agradecer lo dado y renovar las energías del comienzo de ciclo, se está volviendo a buscar la armonía y el equilibrio junto a la naturaleza. Estamos transitando el Pachakuti de Luz, estamos despertando la gran conciencia

Por Amalia Vargas
Pukio Sonqoy
Boletín. Museo de Arqueología y Antropología
Fecha: 20/6/2018.
Foto : Revuncamino

lunes, 21 de junio de 2021

Año Nuevo del Sur: comenzó el año 5.529, se acerca el Sexto Sol y el levantamiento de “los hijos de esta tierra”




Con el Solsticio de Invierno comenzó este lunes, además, el año 5.529 del Quinto Sol para los llamados pueblos originarios andinos. Luego del día más corto del año, con el Inti Raymi (Fiesta del Sol) se celebra que la Tierra y el Sol comienzan a acercarse nuevamente. Según la cosmovisión, se aproxima el Sexto Sol, que llegará con un nuevo orden mundial y más protagonismo de los Hijos de la Tierra.

Astronómicamente hablando, el 21 de junio marca en el Hemisferio Sur –y de acuerdo al calendario tradicional- el inicio del invierno. A las 0:31 de este lunes tuvo lugar el Solsticio de Invierno y comenzó la estación más fría del año. Con esta simplificación, enmarcada dentro del calendario gregoriano, podría decirse entonces –y sintéticamente- que durante la primera media hora de este lunes comenzó en todo el Hemisferio Sur (desde Argentina hasta Australia) el invierno del 2021.


Sin embargo, dentro de la cosmovisión de los pueblos andinos y mapuches –también resumidos bajo el mote simplista de “pueblos originarios”-, este 21 de junio marcó más que el comienzo de una estación. Y es que con el Solsticio de Invierno de anoche, se conmemoró también el Año Nuevo del Sur (Inti Raymi, o Raymy según la lengua original –Fiesta del Sol-) y el comienzo del año 5.529 del Quinto Sol.
“Es una celebración cósmica y que tiene que ver con nuestra cosmovisión. Ayer el Sol y la Tierra estuvieron en su punto más alejado, y fue el día más corto del año. De acuerdo a la cosmovisión, la Tierra se amarraba simbólicamente al Sol para que no se aleje más allá de lo que estuvo ayer, por lo que el 21 de junio se conmemora que la Tierra comienza a volver al Sol, por eso se celebra el Inti Raymi; porque justamente empezamos a volver hacia el Sol (Inti). Esto marca el inicio de un nuevo año”, resumió Inka Miko Tika, referente de la Comunidad Inca Colla, la primera comunidad creada en Mendoza.

Inti Raymi para los pueblos andinos o Wiñoy Xipantv para los mapuches se trata de una fiesta milenaria que, cada solsticio de invierno, celebra justamente el retorno del sol; y encierra un profundo sentido de descolonización cultural y resistencia también.


Tras haber transcurrido anoche justamente la noche más larga del año, el amanecer del 21 de junio y el recibimiento de los primeros rayos del sol que marcan este nuevo comienzo es el motivo para celebrar.

Se aproxima levantamiento

Siempre de acuerdo a la cosmovisión de “los hijos de esta tierra” (como se perciben y denominan a sí mismos los tradicionalmente llamados miembros de los pueblos originarios), entre el 20 y 21 de junio la Tierra llega a su punto más alejado del Sol y es el día más corto; por lo que a partir de hoy los días se van alargando un poco más.

“Este punto de partida viene de antes de Cristo, comienza a contabilizarse sobre los 3.000 años a.C y estamos muy cerca con el calendario de otras culturas antiguas, como los mayas y los hebreos. Ya estamos arrimándonos a un proceso de un Sexto Sol, ya que se estima que cambia el Sol cada mil años”, agregó el referente local.

La aproximación del año 6.000 de acuerdo al calendario de la cosmovisión de esta parte del mundo trae, además, un nuevo orden mundial. “Según nuestra profecía, el Sexto Sol llega con el nuevo orden mundial, en el que los Hijos del Sol despiertan y se da un cambio en el Pacha (que es la combinación de espacio – tiempo); es un cambio cósmico y un nuevo pensamiento. Los Hijos de esta Tierra (a quienes hoy se nos llama pueblos originarios) vuelven a levantarse con el Sexto Sol. Justamente por eso hoy se ve el proceso latinoamericano en el que el ‘indio’ no quiere que le regalen nada, sino quiere tener protagonismo, gobernar”, explicó Miko Tika.

Este nuevo orden mundial del que hablan los “pueblos originarios” nada tiene que ver con esa concepción cuasi apocalíptica y conspirativa de la que suele hablar la cultura tradicional de occidente al referirse -por ejemplo- a lo que vendrá en la era post pandemia. En el caso de los “Hijos de la Tierra”, hablan de la merecida reivindicación de sus pueblos y miembros.

“Hoy hay un cambio cósmico, las energías del sol son distintas; y cada día, cada año cambian. Estamos en un viaje de miles de kilómetros. El nuevo orden mundial que estamos viendo actualmente –con composiciones de países como el G20, G7 y el G8, o las organizaciones mundiales como OTAN, OEA y el Banco Mundial comienzan a caer. La vuelta del cóndor andino también es una señal de ello. Porque después de la invasión europea, el cóndor desapareció. Sin embargo, a partir del 2006 empezó a aparecer y a vérselo de nuevo; y es esta la señal de que se está acercando otra época del espacio – tiempo (Pacha). El hombre andino vivía conforme al cosmos, al Pacha; y nuestra ciencia ha sido muy avanzada en el tema de alimentación (como el maíz). De hecho, 70% de alimentos que se consumen en el mundo es de esta parte del mundo, de esta cultura”, graficó Inka Miko Tika.

“Nosotros, los llamados indios, hemos sido olvidados. Hoy en Mendoza no tenemos ni un rancho donde enseñar, es una realidad. En la educación hay leyes que son papeles. Pero con la llegada del Nuevo Sol, va a haber un cambio”, explicó el referente de la comunidad Inca Colla.


Celebraciones

En Mendoza, el amanecer de este 21 de junio fue recibido y celebrado en la zona de Las Compuertas (Luján) -en el espacio Volar-, por algunos referentes de las comunidades originarias que habitan la provincia; acompañados precisamente por una puesta artística al servicio de las tradiciones. Se realizó una vigilia con fogón y hubo alimentos y bebidas típicas; respetando cuidados y protocolos en el contexto de pandemia.


Además, esta tarde –desde las 16:30- en los Portones del Parque, se va a hacer un Saludo al Sol y para recibir el año 5.529 del Quinto Sol. “No va a ser una ceremonia, sino un saludo tímido y tranquilo. En años anteriores hemos podido hacer ceremonias en la Casa de Gobierno, por ejemplo; pero ahora –por un tema de protocolos- vamos a hacer solo un saludo a las cuatro naciones del Estado Inca, conocidos como suyos: Antisuyo, Chinchaysuyo, Contisuyo y Collasuyo”, explicó el referente de la Comunidad Inca Colla en Mendoza, Miko Tika.

A nivel continental, en Bolivia la celebración del Inti Raymi se recuperó en la década del 80; en plena opresión de la mayoría indígena en manos del racismo y la desigualdad.

Fuente: Diario Los Andes / Mendoza-Argentina / 21 de Junio de 2021.

https://www.losandes.com.ar/sociedad/ano-nuevo-del-sur-comenzo-el-ano-5529-se-acerca-el-sexto-sol-y-el-levantamiento-de-los-hijos-de-esta-tierra/


jueves, 25 de junio de 2020

Inti Raymi



Yo sé muy poco sobre los dioses, casi nada.
No sé donde habitan.. no sé si duermen...
Tampoco sé si llevan cuenta de cada uno
de nosotros y nuestros actos.
Ignoro si se pronuncian en plural,
en mayúscula, hacia el Este, hacia el río.

Yo no sé casi nada sobre Dios,
pero cuando deseo imaginarlo se me aparece el sol.
Omnipresente, justo, indoblegable.
Contra el que nada pueden las cadenas
ni los señuelos de oro.

Nada más parecido a Dios que este sol nuestro,
principio de la vida, tan lejos y tan cerca.

Y nosotros, sus hijos, queriendo hacernos a su semejanza:
justos, indoblegables.
Sin que puedan contra nosotros las cadenas
o los señuelos de oro.

Y aquí sus hijos, adeudándole la mejor de
todas las ofrendas, la única que el sol puede esperar.
Salir al cielo, iluminar un día
la primera mañana sin hambrientos
la primera mañana sin espanto
la primera mañana de los hombres.
Salir al cielo para iluminar
la primera mañana sin esclavos.

Liliana Bodoc

martes, 23 de junio de 2020

Inti Raymi - Hijos del Sol - Diversidad Cultural Indìgena Americana











sábado, 22 de junio de 2019

Inti Raymi




Yo sé muy poco sobre los dioses, casi nada. No sé donde habitan.. no sé si duermen... Tampoco sé si llevan cuenta de cada uno de nosotros y nuestros actos. Ignoro si se pronuncian en plural, en mayúscula, hacia el Este, hacia el río. 

Yo no sé casi nada sobre Dios, pero cuando deseo imaginarlo se me aparece el sol... Omnipresente, justo, indoblegable. Contra el que nada pueden las cadenas ni los señuelos de oro. Nada más parecido a Dios que este sol nuestro, principio de la vida, tan lejos y tan cerca.

Y nosotros, sus hijos, queriendo hacernos a su semejanza: justos, indoblegables. Sin que puedan contra nosotros las cadenas o los señuelos de oro.

Y aquí sus hijos, adeudándole la mejor de todas las ofrendas, la única que el sol puede esperar. Salir al cielo, iluminar un día
la primera mañana sin hambrientos
la primera mañana sin espanto
la primera mañana de los hombres.
Salir al cielo para iluminar
la primera mañana sin esclavos. 

Liliana Bodoc 
2007-11-11

domingo, 23 de diciembre de 2018

¿Qué Celebramos? ¿Qhapaq Raymi o Navidad? ¿Inti Raymi o San Juan?



Celebraciòn del Capac Raymi según Guaman Poma

Por Ivan Ignacio*

Tras la violenta invasión europea a nuestro continente Abya-Yala se sucedieron una serie de cambios impuestos por la fuerza sobre nuestros pueblos tanto a nivel cultural, político, religioso, económico, militar, jurídico, etc.

Estos cambios se dieron de diferentes maneras y procesos, desde las más sutiles hasta las más abruptas y turbulentas. Sin duda que una que una de ellas se dio en el plano religioso cuyos representantes mediante la Santa Inquisición justificaron sus crímenes de lesa religiosidad produciendo la colonización espiritual de nuestros antepasados.

La expansión de la religiosidad occidental tomó la forma de sectas a medida que los conflictos internos en la iglesia católica y el caos cristiano oficiales se iban agudizando irremediablemente.

En este proceso es en el que se inscriben por ejemplo la suplantación descarada de nuestras festividades, rituales y ceremonias religiosas, con otros nombres relacionados con la religión dominante, con otros elementos ceremoniales, con otros conceptos y visiones del mundo, y tratando de adecuar y hacer coincidir de modo sutil las fechas más importantes de las festividades andinas en nombre de un supuesto sincretismo religioso.

Y de esta híbrida mezcla emergieron nuevos rituales, nueva simbología, nuevas creencias, etc. que a decir verdad no son mas que grotescas caricaturas de nuestras verdaderas tradiciones espirituales y religiosas, las mismas que en su mayoría son practicadas por la iglesia católica sobre la población criollo-mestiza principalmente en los centros urbano-citadinos en donde mas influencia tuvo la invasión.

Sin embargo de todo esto, conforme pasaba el tiempo y de acuerdo a la tradición y transmisión oral andina, constatamos que en infinidad de nuestras comunidades originarias aun conservamos intacto la semilla pura de nuestra religiosidad, presta a echar nuevamente las raíces, a germinar y brotar como el maíz de la tierra. Esto en el propósito de mostrar lo que esencialmente representa para nuestro mundo andino el porqué de nuestra fe, de nuestra esperanza y de nuestro júbilo.

En nuestros sagrados Andes existen cuatro momentos importantes en el ciclo vital del maíz como referencia esencial, los que científicamente establecidos constituyen determinados puntos en el tiempo llamados equinoccios y solsticios, durante el lapso de un año, tiempo en el que nuestro planeta gira dando una vuelta entera alrededor del sol.

Entre estos solsticios se distinguen nuestras celebraciones del Inti Raymi y del Qhapaq Raymi, festividades que nuestros antepasados solían celebrar el 21 de Junio y el 21 de Diciembre de cada año, fechas en las cuales el sol alcanza su máxima distancia en su alejamiento del centro equinoccial de la tierra, llamado también el Inti-ñan o Inti-Watana, lo que significa la ceremonia de protección del Padre Sol, el Tata Inti, a fin de evitar que esta deidad suprema se aleje extremadamente de nuestro planeta y, contrariamente, permita la germinación y maduración de los frutos que nacen de nuestra Madre Tierra, la Pachamama, otra de nuestras divinidades supremas.

Nuestros sabios Amawtas y Achachilas de los Andes nos enseñaron a venerar la Madre Tierra, porque ella constituye fuente inagotable de vida, que nos provee de alimentos, nos provee de medios para protegernos de los desastres naturales, nos provee del placer de convivir con nuestros congéneres, con la madre naturaleza y con los otros seres vivientes que habitan nuestro planeta.

Conforme a la naturaleza de nuestra cosmovisión, el equinoccio de septiembre simboliza la época de la siembra, tiempo en el que la tierra muestra su máxima pureza y fertilidad, tiempo en el que ella se muestra desnuda, virgen, con su color y aroma inconfundible, lista para recibir la semilla. Es la festividad del Kuya Raymi, dedicada al agradecimiento a la tierra y al mismo tiempo a la veneración de la feminidad (mujer), porque es ella quien entrega la vida al universo. Esta celebración ha sido superpuesta con la llamada fiesta de la Virgen María por parte de la invasión europea.

Con el transcurrir de los días, las semanas y los meses, la semilla sembrada es alimentada y protegida constantemente por su madre, la tierra, y en sus entrañas, esta semillita sufre una transformación grandiosa, el de la transición de la muerte a la vida, la semilla se transforma y pasa a ser una planta viva, es el momento en que celebramos el renacer de la muerte a la vida, hoy comúnmente celebrado como el día de los difuntos.

Entonces ya cuando el tierra en su desplazamiento sitúa al sol en su extremo derecho, o geográficamente hablando hacia el polo sur, se produce un otro solsticio, el 21 de diciembre. Para este tiempo, la semilla ha brotado del vientre de su madre, ahora ya es una planta, pequeñita y llena de vida. Los ojos de nuestros abuelos y abuelas expresan nítidamente el júbilo que sienten por su hermosura, su bondad, su fortaleza.

A este momento y visión los sabios y Amawt´as lo llamaron Inti Qhapaq Raymi, pues la influencia del sol, sumado a la de todo el cosmos renueva la vida a través de las semillas plantadas en el vientre virgen de la Tierra. Estas tiernas plantitas se comparan a la llegada del niño esperado, y que luego es arrullado en los brazos de sus padres. Como nuestros niños, juguetones, sonrientes y alegres, las pequeñas plantas llegan a poblar la Tierra y ellas darán fruto, seguridad y bienestar a la siguiente generación.

El ritual del Qhapaq Raymi o la gran fiesta de la nueva vida, ancestralmente se la celebraba con mayor majestuosidad que en los tiempos actuales. Pues como se trataba de una festividad dedicada a la continuación de la vida, estaba explícitamente dedicada a las nuevas generaciones, a los niños y jóvenes, que luego del gran ritual pasaban a formar parte viva, activa y sujetos de la sociedad en sí.

Cuenta la tradición oral, que los mayores engalanaban a las futuras generaciones con obsequios celebrando el ritual de la dotación simbólica a los recién nacidos, de prendas de vestir, los valores más preciados, los útiles y herramientas más esenciales para que ellos sean los continuadores de su compromiso natural adquirido en la vida y que los irían trasmitiendo de generación en generación. Este acto de ofrenda a los menores, se traducía en base al compromiso y la participación recíproca de todos los integrantes de la comunidad.

Tal era la magnificencia de nuestras fiestas, que los invasores venidos de occidente a través de la imposición de símbolos y creencias, tuvieron que buscar modos para reemplazarlas con algo que también tuviera gran peso y esplendor material y espiritual conforme a lo que acontecía en este tiempo. Y esta imposición fue suplantando nuestras festividades.

Por ejemplo la Fiesta del Inti Raymi que se celebra cada 21 de Junio fue maliciosamente yuxtapuesta por la fiesta católica llamada San Juan, una muestra clara de esta intención es que por ejemplo las tradicionales danzas y formas musicales que se bailaban en esa fiesta en la región de Imbabura, fueron denominados "San Juanitos", a fin de demostrar que eran ritmos dedicados a la fiesta San Juan.

Igual hicieron con la fiesta del Qhapaq Raymi, que lo celebramos el 21 de Diciembre. Pretendieron convencernos de que esta celebración era la misma a la que ellos denominaban la fiesta de la Pascua de Navidad, dedicada al nacimiento del niño Jesús considerado por ellos redentor de la humanidad, y que se la debía efectuar los días 24 y 25 de Diciembre. Igualmente los cánticos y danzas tradicionales de la época llamadas Cha´untunkis fueron denominados Villancicos de Navidad.

Así, bajo el nombre de sincretismo religioso se pretende yuxtaponer valores religiosos traídos de occidente. En la actualidad estas festividades son difundidas profusamente desde El Vaticano, hecho que es muy bien recibido por el mundo capitalista para estimular el florecimiento de la sociedad de consumo.

Este gigantesco proceso de usurpación y suplantación de símbolos y rituales originarios ha ocasionado la pérdida de la identidad de grandes grupos de hermanos y hermanas durante estas más de 5 centurias. En este tiempo del Pachakuti, estamos retomando el camino de la recuperación, estamos re-emprendiendo la senda de la emancipación espiritual, estamos pasando de la reflexión a la acción, a la defensa de nuestras vidas y la de todos los seres que habitan la tierra. Estamos emprendiendo el proceso de sanación del cosmos y la tierra.

* Ivan Ignacio es miembro del Consejo Andino de Naciones Originarias (CANO)

Fuente: Servindi