Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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martes, 16 de julio de 2024

Artigas, Karai Guasu y los Guaraníes


“Owerawa Karaí como los indios vecinos de Artigas lo llamaban en la selva paraguaya de Curuguaty.”

“Ese mismo día sentí mucha emoción cuando Caula contó a Awaju que en un viaje al Paraguay a algunos delegados del gobierno uruguayo, que estaban investigando sobre la vida de Artigas allí, al preguntarles a los guaraníes por Artigas estos les hablaron sobre el Owerawa Karaí.

Al conocer que así llamaban a Artigas, Awaju hizo la explicación del nombre y coincidía con los criterios del Ñande rekó sobre el nombre alma, ya que el sabio guerrero nació el 19 de junio de 1764, Gua'an.

Fue un honor estar presente en ese momento mágico e histórico a la vez, en que nos acercamos a la comprensión de Artigas como un iniciado guaraní.

Varias confirmaciones hemos recibido después de esta historia.”

OWERAWA KARAI
Venido desnudo
En un poncho estrellado
Silencio de piedra
Corazón destrozado
Owerawa Karaí
Leyó las amenazas de la noche
Descifró el espiral hilo de humo
Fue cazador
Entre las espinas
Owerawa Karaí
Se quemó en las gargantas infernales
Entretuvo los pétalos del fuego
Se hizo velocidad
Luz repentina
Rayo Blanco en las tinieblas
Awaju Poty Joao.

En Wikipedia .... " Karaí-Guasu también escrito karay-guazú (palabra compuesta en guaraní cuya traducción más frecuente es Gran Señor), nombre por el que se conoce en la cultura guaraní al más grande señor o profeta. Este nombre y título se le otorgó a dos líderes carismáticos del siglo XIX: José Gaspar Rodríguez de Francia y José Gervasio Artigas como una expresión de las poblaciones con linajes guaraníes para identificarles como sus "caudillos", aunque también fue utilizado para referirse a Francisco Solano López.

Durante su exilio en el Paraguay, José Gervasio Artigas recibió este nombre guaraní y además es reconocido por los indígenas como el "Padre de los Indios".

Investigación de María Eugenia Maru Rodriguez.


sábado, 11 de septiembre de 2021

Septiembre 10 - La primera reforma agraria de América



Ocurrió en 1815, cuando el Uruguay todavía no era país, ni se llamaba así.
En nombre del pueblo alzado, José Artigas expropió las tierras de los malos europeos y peores americanos, y mandó que se repartieran.
Fue la primera reforma agraria de América, medio siglo antes que Lincoln y un siglo antes que Emiliano Zapata.
Proyecto criminal, clamaron los ofendidos, y para colmo, Artigas advirtió:
—Los más infelices serán los más privilegiados.
Cinco años después, Artigas, derrotado, marchó al exilio, y en el exilio murió.
Las tierras repartidas fueron arrebatadas a los más infelices, pero la voz de los vencidos sigue diciendo, misteriosamente: —Naides es más que naides. 

Fuente: Los hijos de los días - Eduardo Galeano

lunes, 14 de septiembre de 2020

Artigas, el padre de los pobres.



Autor: Felipe Pigna

A comienzos de la década de 1810, en la ribera oriental del Río de la Plata, soplaba un vendaval desatado por un hombre que había nacido en Montevideo un 19 de junio de 1764 y que desde muy chico, tras estudiar en el colegio franciscano de San Bernardino, se había dedicado a las tareas rurales en las estancias de su padre. Ya mayorcito comenzó a ganarse la vida comprando cueros en la campaña para venderlos a los exportadores de Montevideo. En 1797 ingresó como soldado de caballería en el regimiento de Blandengues y en 1806, durante las invasiones inglesas participó en la reconquista de Buenos Aires y en la defensa de Montevideo a las órdenes de Liniers.
Pero el oriental no había nacido para estar a las órdenes de nadie y al producirse la Revolución de Mayo, el entonces capitán Artigas desertó de la guarnición de Colonia y se puso a disposición del gobierno porteño para combatir al gobernador español Javier de Elío que se negaba a reconocer a la Junta revolucionaria de Buenos Aires y que había sido nombrado Virrey del Río de la Plata.
Artigas fue reclutando un verdadero ejército popular formado por los gauchos orientales, empobrecidos por la escandalosamente corrupta administración de Elío. Repartió entre sus paisanos las tierras y los ganados que les iban “recuperando” a los españoles. Con estas fuerzas, el 18 de mayo de 1811 derrotó a los realistas en el combate de Las Piedras y, puso sitio a Montevideo hasta que, sorpresivamente y sin consultarlo, el Primer Triunvirato firmó el 20 de octubre un armisticio con Elío por el cual se comprometía a retirar las tropas patriotas.
Seguido por sus milicianos y la mayoría de la población oriental, Artigas se retiró hacia Entre Ríos para reorganizar la lucha. De todos lados llegaban familias huyendo de la persecución a colocarse bajo su protección y a ofrecerse para luchar contra los españoles y los portugueses, que habían comenzado a penetrar desde el norte de la Banda Oriental por pedido de Elío. Mil carretas y unas 16 mil personas, hombres, mujeres y niños, con sus pocos ganados y pertenencias, cruzaron el río Uruguay y se instalaron en Ayui, cerca de la actual Concordia, Entre Ríos, preparados para continuar la lucha. Era el famoso éxodo del pueblo oriental. Pero el Primer Triunvirato era poco afecto a las epopeyas populares y decidió enviar a Manuel de Sarratea para reemplazar a Artigas en el mando de las tropas orientales. Sólo cuando a fines de 1812, tras la caída del Primer Triunvirato, Sarratea fue reemplazado por Rondeau, y se le devolvió su mando a Artigas, los orientales aceptaron unirse a las tropas porteñas para sitiar Montevideo.
Al inaugurarse la Asamblea del Año XIII, la Banda Oriental eligió a sus representantes en un Congreso y, por inspiración de Artigas, les dio precisas instrucciones de contenido federalista y revolucionario: inmediata declaración de independencia, constitución republicana, libertad civil y religiosa, igualdad de todos los ciudadanos, gobierno central con respeto a las autonomías provinciales y el establecimiento de la capital fuera de Buenos Aires.
La Asamblea presidida por el centralista Carlos María de Alvear rechazó los diplomas de los diputados orientales, argumentando que no habían sido elegidos legalmente. Era una vil excusa ya que los únicos delegados elegidos por voto popular eran precisamente los orientales.
La clase alta porteña temía que la influencia del caudillo oriental y su enorme popularidad se extendieran al resto de las provincias. Veía en la acción de Artigas un peligroso ejemplo que propugnaba un serio cambio social. El reparto de tierras y ganado entre los sectores desposeídos concretado por Artigas en la Banda Oriental, bien podía trasladarse a la otra margen del Plata y poner en juego la base de su poder económico.
El Director Supremo Gervasio Posadas, tío de Alvear, lo declaró «traidor» y puso precio de 6.000 pesos a su cabeza. José Artigas fue el primero en plantear claramente en el Río de la Plata las ideas del federalismo, entendiendo que el reparto equitativo de la riqueza por regiones era una condición imprescindible para su entera concreción.
Del otro lado del Río y de la Historia José Gervasio Artigas ponía en práctica la ley agraria más avanzada que se conozca hasta estos momentos en estos lares del Río de la Plata. Fundó una colonia agrícola que combinaba las tradiciones comunitarias de los abipones y guaycurúes del Chaco, tan artiguistas como los charrúas, quienes ya tenían destinada en propiedad la zona de Arerunguá para su subsistencia.
Para 1814, la popularidad de Artigas se había extendido a varias de las actuales provincias argentinas, afectadas, al igual que la Banda Oriental por la política de libre comercio y puerto único, promovida por Buenos Aires que arruinaba a los artesanos y campesinos del Interior. Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Misiones y Córdoba se unen a los orientales, formando la Liga de los Pueblos Libres. Como Protector de la Liga, Artigas luchó junto con los jefes litoraleños contra el centralismo del Directorio. La liga formó una especie de mercado común regional en el que se protegía a los productores nacionales y se fomentaba la agricultura a través del reparto de tierras, animales y semillas. No pagaban impuestos las máquinas, los libros y las medicinas y derivaba el comercio del Litoral al puerto de Montevideo.
En 1815 Artigas recuperó Montevideo, ocupada hasta entonces por las tropas porteñas y convocó en Concepción del Uruguay el 29 de junio de 1815 al Congreso de los Pueblos Libres que se reunió en Concepción del Uruguay, Entre Ríos. Allí estaban los delegados de la Banda Oriental, Corrientes, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y Misiones. Sus primeros actos fueron jurar la independencia de España y de “todo otro poder Extranjero cualquiera que sea”, izar la Bandera tricolor –celesta y blanca y con una franja diagonal roja- y enviar una delegación a Buenos Aires para concretar la unidad.
Mientras en Buenos Aires se sancionaba el Reglamento del tránsito de Individuos que decía: “Todo individuo que no tenga propiedad legítima será reputado en la calidad de sirviente y será obligatorio que se muna de una papeleta de su patrón visada por el juez. Los que no tengan estas papeletas serán reputados como vagos y detenidos o incorporados a la milicia”, Artigas proclamaba su Reglamento Oriental para el fomento de la campaña que establecía la expropiación de tierras a “emigrados, malos europeos y peores americanos” y su reparto entre los desposeídos del país para “fomentar con brazos útiles la población de la campaña”.
Diferenciándose del liberalismo económico desenfrenado, Artigas promulgó el 9 de septiembre de 1815 un Reglamento de Comercio que establecía: “Que todos los impuestos que se impongan a las introducciones extranjeras, serán iguales en todas las Provincias Unidas, debiendo ser recargadas todas aquellas que perjudiquen nuestras artes o fábricas, a fin de dar fomento a la industria de nuestro territorio”. 1
En la sesión del 19 de julio del Congreso de Tucumán, uno de los diputados por Buenos Aires, Pedro Medrano, previendo la reacción furibunda de San Martín que estaba al tanto de las gestiones secretas en las que estaban algunos congresales y el propio Director Supremo encaminadas a entregar estas provincias, independientes de España, al dominio de Portugal o Inglaterra, señaló que “antes de pasar al ejército el acta de independencia y la fórmula del juramento, se agregase, después de ‘sus sucesores y metrópoli’; esto más: ‘de toda dominación extranjera’, para sofocar el rumor de que existía la idea de entregar el país a los portugueses”
Medrano sabía que lo de “entregar el país a los portugueses” era mucho más que un rumor. El ministro argentino en Río de Janeiro, el inefable y omnipresente Manuel José García le había escrito al Director Supremo Pueyrredón: “Creo que en breve desaparecerá Artigas de esa provincia y quizás de toda la Banda Oriental. Vaya pensando en el hombre que ha de tratar con general Lecor”.
Lecor era nada menos que el jefe del ejército invasor portugués a quien el Director Supremo de las Provincias Unidas llamaba “Jefe del Ejército de Pacificación” y le escribía en estos términos: “El interés recíproco de ambos gobiernos demanda imperiosamente que Artigas sea perseguido hasta el caso de quitarle toda esperanza de obrar mal a que lo inclina su carácter. 2
A fines de 1819 la Liga estaba entre dos fuegos, por un lado los directoriales y por el otro los portugueses. Artigas concibió un plan militar. Él atacaría el campamento portugués en Río Grande mientras que las fuerzas de Entre Ríos y Santa Fe atacarían Buenos Aires. Pero mientras el caudillo de Santa Fe, Estanislao López, y su compañero de Entre Ríos, Francisco Ramírez, invadían exitosamente Buenos Aires y triunfaba en Cepeda, Artigas era derrotado por los portugueses en Tacuarembó.
Aprovechando esta situación de debilidad de su antiguo jefe, los caudillos firmaron a espaldas de Artigas el Tratado del Pilar, abandonando a su suerte al líder oriental. Artigas decidió unir sus escasas fuerzas con las de Corrientes y Misiones. Ingresó en Entre Ríos dispuesto a someter a Ramírez, pero fue derrotado definitivamente en Las Huachas y debió marchar hacia el exilio en el Paraguay.
Allí vivió humildemente, bajo la protección de los sucesivos gobernantes paraguayos, Gaspar Rodríguez de Francia y Carlos Antonio López. Habitó en una modesta chacra donde vivió en el ostracismo por 30 años. Murió el 23 de septiembre de 1850, rodeado de indios y campesinos que lo llamaban en guaraní Caraí Marangatú, ni más ni menos que el Padre de los pobres.

Referencias:

1 Eduardo Gallicchio Esteva, Documentos para el estudio de la historia constitucional del Uruguay, Tomo 1, Montevideo, Editorial Industria Gráfica Nuevo Siglo, 1993, pág. 146.

2 Edberto Oscar Acevedo, La independencia de Argentina, Buenos Aires, Editorial MAPFRE, 1992, pág. 166.

Fuente: www.elhistoriador.com.ar











sábado, 22 de agosto de 2020

Desde este año, septiembre será el “Mes de Artigas en Misiones (Argentina)”


En el marco de una nueva sesión ordinaria de la Cámara de Diputados, ayer se sancionó la ley que instituye a septiembre como el “Mes de Artigas en Misiones".

El proyecto, de autoría del diputado Hugo Passalacqua, fue sancionado en sesión de ayer por la Legislatura provincial y apunta a la organización de actividades que conmemoren al “Protector de los Pueblos Libres" a lo largo de todo el mes.


En el marco de una nueva sesión ordinaria de la Cámara de Diputados, ayer se sancionó la ley que instituye a septiembre como el “Mes de Artigas en Misiones". El proyecto, presentado por el diputado provincial Hugo Passalacqua, apunta al desarrollo y promoción de diversas actividades educativas, culturales y turísticas “que impulsen los valores de una de las figuras fundamentales de la historia de nuestra provincia".

No es casual que esta iniciativa se dé en 2020, ya que el viernes 4 de septiembre se cumplirá el bicentenario del paso del “Protector de los Pueblos Libres» por la tierra colorada, más precisamente por Santa Ana, donde estuvo su última noche antes de su exilio final en Paraguay.

Passalacqua consideró la flamante ley como una “reparación histórica” con un prócer que fue negado primero por el puerto de Buenos Aires y luego por la historia oficial. Asimismo, consideró a Artigas como un líder que ejercía la conducción de forma inédita, “escuchando a la gente".

Mes de Artigas: quien fue y porque se recuerda su figura

José Gervasio Artigas nació el 19 de junio de 1764 en Montevideo, Uruguay. Miembro de una acaudalada familia, Artigas se vinculó desde joven con la vida rural, trabajando en los campos de su padre. Esto lo vinculó con los sectores sociales que pululaban por la campaña oriental, como los gauchos, los pueblos originarios y toda una serie de actores de diverso origen, que se amparaban en la laxitud de los controles en la región fronteriza entre posesiones españolas y portuguesas.

A fines del siglo XVIII, Artigas ingresó al cuerpo de Blandengues, en donde inició una ascendente carrera militar que acrecentó su figura en la campaña oriental.

Al producirse la revolución de 1810, los orientales se mantuvieron a la expectativa, y recién en 1811 se plegaron a las luchas por la emancipación. De inmediato, Artigas emergió como el líder de los sectores populares y como el ideólogo de un modelo alternativo al centralismo de Buenos Aires: el federalismo.

El planteo general de Artigas se sustentaba en la Soberanía particular de los pueblos, esto es, que cada pueblo es autónomo para darse el gobierno que desee, pero siempre en el marco de una unidad mayor bajo un régimen confederal. A partir de esta prédica, es que surgirán las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe, que en la época colonial eran dependencias de Buenos Aires. Además, dentro de su radicalizada visión social, Artigas envió a su hijo adoptivo Andrés Guacurarí y Artigas como Comandante General de Misiones, en un hecho inédito en la historia nacional: la de un originario al mando de una provincia.

Fuente: Misiones On Line - 21 de Agosto de 2020.


lunes, 29 de junio de 2020

Artigas, Concepción del Uruguay y la primera declaración de Independencia en 1815

El 29 de junio de 1815 comandado por el líder oriental Gervasio Artigas se reunieron en la entonces Arroyo de la China (actual C. del Uruguay) representantes de las provincias de la zona para declarar la Independencia contra cualquier Estado extranjero. Fue un año antes que el 9 de julio tucumano.


El denominado Congreso de los Pueblos Libres también conocido como Congreso de Oriente, Congreso Oriental o Congreso del Arroyo de la China, reunido a partir del 29 de junio de 1815 en la ciudad de Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos, constituyó un acontecimiento de gran importancia histórica, siendo considerado como la Primera Declaración de Independencia del Río de la Plata.

La medida podría disgustar a quienes teman que dicho hallazgo de singular trascendencia, ignorado hasta hoy por la historia oficial, pueda afectar la memoria del 9 de julio de 1816. De ninguna manera. Reivindicar el congreso entrerriano convocado por José Gervasio Artigas de ninguna manera supone devaluar el tucumano ya que a ojos vistas son complementarios, pues éste último reunió a las provincias andinas, las cuyanas, las del noroeste y las altoperuanas, a las que se sumó Buenos Aires, luego del fracaso de la intención de organizarlo en su territorio.

En cambio, el de Concepción del Uruguay convocó a las provincias litorales: la Banda Oriental, las Misiones, Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe, a las que se agregó una parte de Córdoba. Todas ellas dominadas por el bando federal, razón por la cual quienes escribieron nuestra historia, los vencedores de las guerras civiles del siglo XIX, los unitarios rebautizados liberales, no pusieron entusiasmo en reivindicarlo. La misma estrategia que llevó a condenar al ostracismo histórico al gran jefe federal José Gervasio Artigas, un prócer de dimensión rioplatense y latinoamericana.

La asamblea de diputados se celebró el 29 de junio de 1815 en la villa de Concepción del Uruguay, entonces también conocida como del Arroyo de la China, capital de la provincia de Entre Ríos. Las provincias que concurrieron fueron los llamados "Pueblos Libres", las provincias federalistas, las litorales más Córdoba, voluntariamente sujetas al "Protectorado" de Artigas.

Las actas se han perdido, y eso da argumento a quienes se oponen a reconocer lo que aquí afirmamos, pero es de tener en cuenta que eran tiempos de guerra y de comunicaciones por chasquis, propensos a la pérdida o destrucción. Así sucedió con las actas originales del congreso de Tucumán, que fueron portadas hacia Buenos Aires por el ayudante mayor del Regimiento 8, Cayetano Grimau, quien fue asaltado en el camino y despojado de su encomienda, que nunca fue encontrada.

Además, en Concepción del Uruguay los participantes tenían una identidad más popular, gauchesca y originaria, poco propensa a los actos formales, con la concurrencia de muy escasos hombres de leyes.

A pesar de la carencia de actas, las investigaciones recogen evidencias que las sustituyen. He aquí algunas de ellas:

1) En las Instrucciones artiguistas para la Asamblea del Año XIII, en su encabezamiento, antes del articulado, se leía: "Primeramente pedirá la declaración de la independencia absoluta de estas colonias, que ellas están absueltas de toda obligación de fidelidad a la corona de España y familia de los Borbones, y que toda conexión política entre ellas y el Estado de España deber ser totalmente disuelta".

2) El rechazo de sus delegados a la citada Asamblea, que no cumplió con su inicial propósito independentista por injerencia de Gran Bretaña a través de los delegados miembros de la Logia Lautaro, no disminuyó la obstinada decisión de Artigas y de otros gobernadores federales en declarar la independencia de las Provincias Unidas, como entonces se llamaba nuestra Argentina, lo que los llevaría a aprovechar la primera oportunidad propicia para hacerlo. Y esa fue el "Congreso de Oriente".

3) En la memorable oración inaugural al Congreso de Tres Cruces, celebrado tres años antes del de Concepción del Uruguay, el caudillo oriental expresó: "La soberanía particular de los pueblos será precisamente declarada y ostentada, como objeto único de nuestra revolución; la unidad federal de todos los pueblos e independencia no sólo de España sino de todo poder extranjero".

4) Cuando Artigas tomó conocimiento de la Declaración de Independencia en San Miguel de Tucumán, el 9 de julio de 1816, escribió al Director Supremo en Buenos Aires, Juan Martín de Pueyrredón, el 24 de ese mes: "Ha más de un año que la Banda Oriental enarboló su estandarte tricolor y juró su independencia absoluta y respectiva. Lo hará V.E. presente al Soberano Congreso para su Superior conocimiento".

Su habitual prudencia lo habría llevado a referirse sólo a la provincia bajo su influencia, no haciéndose vocero de las otras provincias participantes, las que también vivían tiempos de inestabilidad política, como era el caso de Santa Fe, donde el artiguismo había sido desplazado por una fuerza militar porteña al mando de Juan José Viamonte quien había impuesto al centralista Juan Francisco Tarragona como gobernador, que a su vez fue depuesto por una sublevación acaudillada por Estanislao López.


5) El hecho de que ninguna de las provincias que asistieron al "Congreso de Oriente" o "de los Pueblos Libres" concurriera al de Tucumán es evidencia de que ya consideraban cumplido el trámite independentista. Por otra parte eran las que propugnaban una organización y constitución federal, republicana, popular y americanista, lo que no coincidía, salvo excepciones, con las concurrentes a Tucumán. La presencia de los delegados porteños en ésta tampoco era un aliciente ya que la Liga Federal de los "Pueblos Libres" se encontraba en guerra con el puerto y no ignoraba que la invasión portuguesa era alentada desde allí.

6) El cabildo de Corrientes dejó sentadas las conclusiones de los debates sostenidos en Concepción del Uruguay: "Viéndose penetrado de la utilidad y necesidad de convenir, consultando la beneficencia del pueblo, su representado, con las benéficas y liberales ideas con que el señor General (Artigas) promueve la santa causa de los pueblos, para colocarlos en el goce pacífico de sus primeros derechos, las cuales ni son opuestas al sistema esencial de la América, ni distintas de las que se adoptaron en la primera época de la instalación del gobierno provisorio de la capital de Buenos Aires, se resolvió declarar la independencia bajo el sistema federativo y al General Don José de Artigas por Protector".

7) Las instrucciones del delegado por Salta son también confirmatorias. El primer artículo decía: "Pedirán la declaración absoluta de la independencia de la Corona de España y familia de los Borbones".

8) A su vez las instrucciones que llevó el delegado santafesino al Congreso de Oriente reproducían casi literalmente las enviadas en 1813 a la Asamblea reunida en Buenos Aires: "1º Pedirán la declaración absoluta de la independencia de la Corona de España y familia de los Borbones". Pocas dudas quedan que las demás provincias habrán propuesto y votado iniciativas similares ya que la declaración de la independencia era un eje clave de la unión federal.

Otro de los aspectos notables del Congreso de los Pueblos Libres fue su sistema de elección de delegados, en primera instancia para una asamblea en Montevideo, pero suspendida ésta se lo consideró válido para el Congreso de los Pueblos Libres. Se regía por una notable circular en la que quedaba claro el voto universal, sin distinción de clases, "encargando muy particularmente que los ciudadanos en quienes la mayoridad de sufragios haga recaer la elección para diputados, sean inmediatamente provistos de sus credenciales y poderes, y se pongan con toda prontitud en camino".

El Reglamento enviado al Cabildo de Montevideo era explícito: "Los ciudadanos de cada departamento concurrirán desde las nueve de la mañana hasta las cinco y media de la tarde del día subsiguiente a la recepción de la orden de esta data, a las casas que indiquen los respectivos presidentes, a nombrar tres electores correspondientes a su distrito. El voto irá bajo una cubierta cerrada y sellada: y el sobre en blanco. En la mesa del presidente firmará todo sufragante su nombre en el sobrescrito, que también se rubricará por aquél, y un Escribano que debe serle asociado. El Escribano numerará y anotará los papeles entregados por los votantes echándolos en una caja, que concluida la hora se conducirá cerrada al Muy Ilustre Cabildo, el cual abrirá las cuatro sucesivamente, y cotejando en cada uno los votos con la numeración y anotación procederá al escrutinio. (…) Se pondrá muy particular esmero en que todo se verifique con la mayor sencillez posible, cuidando que el resultado sea simplemente la voluntad general".

Quizás pueda afirmarse que la esencia política del federalismo de entonces fuera el "sufragio universal" abierto a todos los que desearan expresar su voto, sin distinción de ninguna especie, tan opuesto al elitismo de las "clases decentes" del unitarismo. Así lo estableció el Reglamento de 1815; también las constituciones de los "Pueblos Libres" Santa Fe y Entre Ríos. Y lo admirable es que en aquellos tiempos el sufragio universal era una novedad absoluta en todo el planeta.

En el Congreso, como estaba planeado, se trató la política agraria y el comercio interprovincial y con el extranjero, resolviendo que se confeccionara un reglamento para el fomento de la campaña, poblada por inmensos latifundios que despoblaban y no explotaban las feraces pampas litorales. En cumplimiento de ello, Artigas sancionó el 10 de septiembre de 1815 el "Reglamento Provisorio de la Provincia Oriental para el Fomento de la Campaña y Seguridad de sus Hacendados", que fue la primera reforma agraria de Latinoamérica. Consistía en la confiscación de propiedades de "malos europeos y peores americanos", adversarios de la revolución patriota, para distribuirlas y así ser leales con las bases populares que constituían la fuerza del artiguismo.

En su articulado podía leerse:
"6°. El Sr. Alcalde Provincial y demás subalternos se dedicarán a fomentar con brazos útiles la población de la campaña. Para ello revisará cada uno, en sus respectivas jurisdicciones, los terrenos disponibles; y los sujetos dignos de esta gracia, con prevención, que los más infelices serán los más privilegiados. En consecuencia los negros libres, los zambos de esta clase, los indios y los criollos pobres, todos podrán ser agraciados con suertes de estancia, si con su trabajo y hombría de bien propenden a su felicidad, y a la de la Provincia."

Que no pase inadvertida la decisión de privilegiar a "los más infelices", calificación que abarcaba a los excluidos de la "civilización" oligárquica rioplatense: los negros libres, los zambos de esta clase, los indios y los criollos pobres. El artículo 7º establecía que "serán igualmente agraciadas las viudas pobres si tuvieran hijos. Serán igualmente preferidos los casados a los americanos solteros, y éstos a cualquier extranjero".

De acuerdo a una reglamentación estricta para el fiel cumplimiento de lo dispuesto se repartieron en propiedad parcelas de legua y media y se entregaron de cien a cuatrocientas cabezas de ganado a cada favorecido, con la prohibición de revender y la obligación de montar el establecimiento rural en dos meses.

Estas medidas, no podía ser de otra manera, aumentaron la oposición de las dirigencias rioplatenses que se consideraban las únicas con derecho a explotar las feraces tierras de las provincias ahora dominadas por el federalismo popular. Pues la explotación agrícola ganadera, producción casi exclusiva de la región, era la base de su riqueza y de su posición social.

Salvo Córdoba, que lo hizo con una escuálida representación que enarboló sin éxito ideas federalistas, ninguna de esas provincias concurrió al Congreso de Tucumán en 1816. Lo consideraron innecesario pues ya lo habían hecho al de Arroyo de la China, hoy Concepción del Uruguay.

Es mi opinión, ya expresada en estas páginas, que si bien no puede negarse un hallazgo histórico, la puesta en superficie del Congreso de 1815 bajo ningún concepto debe opacar la celebración del histórico juramento del 9 de julio de 1816 y que nuestra independencia debe seguir celebrándose en esa fecha y en ese lugar.

Fuente: Pacho O´Donnell (Historiador) - Infobae - Babel Digital.

https://www.babeldigital.com.ar/noticias/val/9455/val_s/2/artigas-concepcion-del-uruguay-y-la-primera-declaracion-de-independencia-en-1815.html?fb_comment_id=1200226680010923_2063851526981763

sábado, 28 de octubre de 2017

Congreso de los Pueblos Libres, la Primer Independencia




El 29/06/1815 se llevó a cabo el Congreso de los Pueblos libres, Congreso de Arroyo de la China, o Congreso del oriente.

Con la participación de Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Santa Fe, Córdoba y la Banda Oriental,
el protector, José Gervasio Artigas "declara la independencia de España y de todo poder extranjero".

Esta es la primera declaración de independencia en la historia del Virreynato del Río de la Plata (hoy territorios de Argentina y Uruguay).

Increiblemente para la historia oficial de ambos países, esta declaración pasa casi desapercibida, básicamente por los intereses particulares del oligarquismo reinante de Buenos Aires y Montevideo porque en el Artiguismo habían profundas ideas y cambios sociales, como la reforma agraria, donde los más humildes serían los más privilegiados y donde los pueblos nativos se gobernarian por sí mismos.

Decía José Gervasio Artigas en 1813.

Ciudadanos…
"Los pueblos deben ser LIBRES 
ese carácter debe ser su único objeto
y formar parte de su celo
por desgracia, aún falta una salvaguardia general al derecho popular de nuestra revolución
todo extremo envuelve fatalidad
por eso una desconfianza desmedida sofocaría los mejores planes
¿pero es acaso menos terrible un exceso de confianza?
Toda clase de precaución debe prodigarse cuando se trate de fijar nuestro destino
es muy veleidosa la probidad de los hombres
solo el freno de la constitución puede afirmarla
mientras ella no exista, es preciso adoptar las medidas que equivalgan a la garantía preciosa que ella nos ofrece"

Compartido por el hermano charrúa Javier Moreira


lunes, 10 de julio de 2017

Liga de los Pueblos Libres, 29 de Junio de 1815, ese día que comenzamos a ser un pueblo independiente


Historiadores y alumnos de Historia de la UNaM explicaron en una deliciosa charla publicada hace 5 años por PRIMERA EDICIÓN lo que no aparece en los relatos oficiales: la interpretación revisionista y el precedente independentista de 1815 que involucró a Misiones y a gran parte de la región.
Con el protagonismo indiscutido del general José de San Martín, finalmente el 9 de julio de 1816 los congresistas de varias provincias, que hoy componen Argentina, reunidos en Tucumán declaran la independencia de las Provincias Unidas del Sud.

La célebre frase del libertador “Seamos libres ahora, lo demás no importa” pone el sello a su gran actuación por la libertad de estas tierras americanas. 

Pero para entender en su mayor dimensión la declaración de la independencia del 9 de julio de 1816 también hay que tener en claro lo que pasaba -como mínimo- dos años antes en el contexto local e internacional, algo que fue posible interpretar durante un nuevo y valioso debate temático, propiciado por la carrera de Historia de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Misiones, en exclusiva para PRIMERA EDICIÓN.


Esta vez la charla estuvo enriquecida con el aporte de un grupo de entusiastas alumnos desde segundo a quinto año del cursado de la carrera, quienes se ocuparon de poner en alto el trabajo revisionista de algunos investigadores de ese campo. La deliciosa mesa contó con la moderación del historiador Ismael Humberto Décima.

Otro de los aspectos principales de la mesa fue poner en alto las actuaciones en otra fecha que muy pocos conocen: la del 29 de junio de 1815, cuando los Pueblos Libres (integrados por las provincias de la Mesopotamia, Santa Fe, Córdoba y la Banda Oriental) firmaron su independencia de España.

“Una de las bases de esa independencia que declaran los estados que formaban los Pueblos Libres es que ’todas eran iguales y ninguna debía someter a la otra’. Lamentablemente varios intereses terminan sofocando esta declaración inicial, principalmente porque Gervasio Artigas, el protector de los Pueblos Libres, proponía una reforma agraria que tocaba los intereses de quienes después prevalecieron por encima de él y sus ideas, ya que su pretensión era dar la tierra en propiedad de quien la trabajara”, explicó en síntesis el alumno avanzado Omar Ferreyra.

“Artigas proponía el verdadero federalismo, porque si bien se iba a formar un país llamado Virreinato del Río de la Plata, cada provincia iba a tener la misma igualdad y los mismos derechos y firman un tratado mediante el cual se comprometen a que ninguna provincia iba a subyugar a la otra. Un modelo abiertamente diferente al de Buenos Aires”, añadió el profesor Ismael Humberto Décima.


Otro brillante aporte lo hizo el alumno de tercer año, Héctor Lafuente, quien señaló lo que aparece en algunos libros al mencionar la gesta: “Lo que tiene que saber el pueblo misionero es que esta provincia no mandó representantes al Congreso de Tucumán no por nada, sino por la sencilla razón de que había adherido a la independencia de los pueblo libres un año antes. Ya era un Estado independiente”, remarcó.

“En algunos libros aparece el planteo de Artigas sobre las repúblicas y se menciona “la república de Corrientes, la república de Entre Ríos que eran territorios libres con su propio ejército. Sería bueno en todo caso recordar la fecha del 29 de junio de 1815, porque fue importante aunque censurada por la historia oficial. Un dato: en Corrientes esa fecha se la celebra todos los años”, añadió Ferreyra.

“A Gervasio Artigas se lo tiene bastante tapado y más bien parece un prócer ajeno, pero en realidad es nuestro, pero como nos quieren separar a uruguayos de argentinos, al interior con Buenos Aires, cuando en realidad es muy importante que sepamos de la unidad histórica, que lamentablemente por decisiones propias de gobernantes del pasado se los omitió. Cuando se hace el Congreso de los Pueblos Libres se invita a Buenos Aires a participar pero no quiere estar porque esta declaración de ’igualdad’ no le conviene. La respuesta del directorio es socarrona, les responde ’que se independicen si quieren’, como dando a entender que no le importa. Con ello se pierde por ejemplo la soberanía del Uruguay que era parte del virreinato, que termina de sellarse en 1825 cuando el imperio portugués se disputaba esas tierras con las Provincias Unidas del Sur. Cuando ocurre la invasión brasileña a la Banda Oriental, se pide ayuda a Buenos Aires y este le exige que reconozca el Congreso de Tucumán a lo que Artigas responde ’no voy a negociar la independencia de mi pueblo’ y lo rechaza”, contaron.

Algo muy importante indicó Décima: “San Martín quien de primera mano juzga como el “malo” a Gervasio Artigas después cuando en 1818 Buenos Aires lo convoca para que lo enfrente militarmente con sus tropas, el general se niega diciendo “vine a pelear contra los godos, no contra criollos’. De ahí que el gobierno central deja de enviarle dinero”.

“Eso es algo que lo oculta la historia oficial, como por ejemplo que es Chile el que le paga al ejército patriota en la expedición a los Andes. Otra cosa que no se cuenta es que Chile y Perú le siguen pagando los sueldos cuando se encuentra exiliado en Europa”, fueron algunos de los aportes deslizados en la mesa.

“Hasta aquí la historia se ha comprendido, ya es tiempo de cambiarla”

“Esa frase nos sirve para analizar ¿con qué tipo de relato histórico nos quedamos? Desde la Universidad Nacional de Misiones estamos trabajando con “la otra historia”, tratando de salir del aislamiento disciplinario con un nuevo paradigma que dice que la “historia oficial nos va a presentar una visión de las cosas y la historia oculta o fabulada no va a dar otra”, explicó el alumno Fabricio Ayala.

Para desacreditarla se ha dicho y se dice que “esta historia no es científica". “Esto pasa porque la lucha contra el paradigma creado por un estado país está muy arraigado porque fuimos forjados en esa educación, en esa historia oficial mitrista (quien decía a veces la “verdad” tiene que estar aparatada del relato para no herir el sentimiento patrio) en donde muchos acontecimientos fueron ocultados por no ser convenientes. Uno de los historiadores, propulsores de contar la verdadera historia es Felipe Pigna fue blanco de una campaña de desprestigio que lo señalaba solamente como “profesor” de historia y no un doctor, o investigador.


La importancia de ser independientes
“La sublevación de Fontezuelas marca el comienzo de los acontecimientos. Se lo saca a Alvear al frente del directorio y lo colocan a Ignacio Álvarez Tomas (militar e íntimo amigo de San Martín) cuya primera decisión fue convocar al Congreso de Tucumán, que empieza a deliberar un 24 de marzo de 1816 -fijate que fecha importante-. ¿Por qué empiezan a apurar esto? Hay varios acontecimientos: la tercera expedición al Alto Perú fracasa, empiezan las peleas internas que debilitan la frontera Norte y el general San Martín que ve esto, con mucho criterio “agita” la cosa para la declaración de la independencia, ya que la revolución del Río de la Plata era la única que estaba en pie (las demás iniciadas en el resto del continente ya habían caído por diversas razones).

“Los ejes fundamentales de la asamblea del año XIII se vuelven a tomar: declarar la independencia y redactar la constitución. Lo apura San Martín, quien envía sus representantes de la zona de cuyo: Juan José Paso que esta entre quienes van a pedir que se sancione la independencia”, sintetizó el historiador, Ismael Décima.

“La fecha es de muchísima importancia porque es una manera de que Europa reconozca como pueblos libres para quedar fuera del yugo español. Una cosa muy importante a saber: la declaración de la independencia del 9 de Julio no termina ahí, continúa un año más”. 

Los que no estaban y por qué
El relato de la historia oficial evita explicar por qué muchas provincias que hoy componen Argentina no participaron del Congreso, sólo cuenta que no enviaron sus delegados omitiendo las razones. 

No estuvieron representantes de la Patagonia, poblada por tehuelches y mapuches, el territorio de Formosa y Chaco con pobladores Tobas y Matacos y los Pueblos Libres formado por las tres provincias de la mesopotámicas, Santa Fe y la Banda Oriental (estos últimos habían declarado su independencia un año antes el 29 de junio de 1815, por lo tanto la respetaban -algo sobre lo cual los invitados a la mesa temática explicaron en detalle más adelante).

“Para nosotros que estudiamos la rama revisionista de la historia vale esta declaración de la independencia de los Pueblos Libres, ya que tiene una importancia regional que nos toca de cerca y sería importantísimo que se la estudie en las escuelas y universidades”, destacaron.

Fuente
Diario Primera Edición (Posadas) – 9 de Julio de 2.012

domingo, 3 de julio de 2016

Pueblos Originarios: apoyaron la Independencia pero luego fueron negados y perseguidos


LOS PUEBLOS ORIGINARIOS, HABITANTES PREEXISTENTES AL PRIMER POBLAMIENTO EUROPEO Y ORGANIZACIÓN ESTATAL, FUERON PARTE IMPORTANTE DEL PROCESO QUE HACE 200 AÑOS LLEVÓ A LA ARGENTINA A SU DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA, Y A PESAR DE HABER SIDO RECONOCIDOS Y RESPETADOS POR LOS PRÓCERES DE AQUELLA GESTA, DURANTE LOS PRIMEROS AÑOS DE LA NUEVA NACIÓN PASARON A SER VÍCTIMAS DE PERSECUCIÓN, QUE ALGUNOS HISTORIADORES CALIFICARON DE GENOCIDIO, Y EL DESPOJO DE SUS TIERRAS.

Los pueblos originarios, habitantes preexistentes al primer poblamiento europeo y organización estatal, fueron parte importante del proceso que hace 200 años llevó a la Argentina a su declaración de Independencia, y a pesar de haber sido reconocidos y respetados por los próceres de aquella gesta, durante los primeros años de la nueva Nación pasaron a ser víctimas de persecución, que algunos historiadores calificaron de genocidio, y el despojo de sus tierras.

Se trata de decenas de etnias que habitan desde hace siglos el actual territorio nacional, aún en las regiones de duras condiciones geográficas y climáticas como el Altiplano y la Patagonia austral, y que a principios del siglo XIX coexistieron y hasta colaboraron con los criollos en el proceso liberador de España.

Esta historia se plasmó en la Declaración de Independencia del 9 de julio de 1816, impresa en numerosos ejemplares bilingües, que fueron distribuidos en español -en la columna izquierda- y quechua -en la derecha- o en aymara.

El Congreso de Tucumán también encargó una traducción al guaraní, pueblo de amplia presencia en el norte argentino y Paraguay, pero no llegó a imprimirse oficialmente.

“Durante el siglo XIX hubo algunos períodos distintivos a tener en cuenta, como el lapso entre 1810 y 1820, cuando los primeros patriotas y los grandes personajes de la Independencia, como Moreno, Castelli, Belgrano, San Martín, Artigas y Güemes, pensaron un país con los pueblos indígenas”, destacó a Télam el antropólogo Carlos Martínez Sarasola.

Sarasola, uno de los principales investigadores de la cuestión indígena en el país, autor de numerosos y diversos libros sobre la temática, agregó que “a partir de 1820 comenzó a revertirse con políticas estatales encaminadas al genocidio. Salvo excepciones como la de Juan Manuel de Rosas, en algunos momentos, y períodos en los que se buscó una articulación entre criollos e indígenas con tratados y acuerdos circunstanciales”.


Es muy conocida por una profusa bibliografía y documentación la propuesta presentada en el Congreso de Tucumán por Manuel Belgrano, en sintonía con José de San Martín y con Martín Miguel de Güemes, de adoptar una “monarquía atemperada”, parlamentaria, como forma de gobierno de las Provincias Unidas.

Este imperio, inspirado en el Inca, tendría su capital en el Cuzco y la corona sería entregada a un descendiente de la “casa de los Incas”, posiblemente a Juan Bautista Túpac Amaru, el anciano hermano menor de José Gabriel Túpac Amaru, líder del levantamiento de 1780, considerado una leyenda en la lucha de emancipación de España.

El abogado Darío Rodríguez Duch, histórico defensor de habitantes mapuches de territorios ancestrales de Río Negro y Chubut en juicios contra desalojos impulsados por terratenientes, recordó que en la guerra de la independencia los pueblos originarios “también tuvieron un rol activo en favor de los revolucionarios”.

“Entre los gauchos de Güemes y los que lucharon junto a Belgrano hubo muchos indígenas. Incluso San Martín, cuando estaba a punto de cruzar los Andes, se reunió con los lonkos (jefes) mapuches en Mendoza y los consultó para pasar por su territorio rumbo a Chile. Los líderes indígenas debatieron en un consejo de lonkos, lo autorizaron e hicieron de guías”, relató.

Sin embargo esta afinidad de originarios y criollos no había tenido representación personal en el Congreso de 1816. Ninguno de los congresales y representantes que firmaron la Declaración fue de origen indígena. Ni siquiera entre los enviados de la provincia de Charcas, con pueblos originarios entre sus habitantes, o zonas del Alto Perú con predominio de chichas y mizque.

El cambio de visión política ante los originarios en la construcción de la Nación se profundizó a mediados del siglo XIX y tiene su punto de inflexión en la campaña militar a la Patagonia, definida como Conquista del Desierto, entre 1878 y 1885, comandada por el general Julio A. Roca.

En su libro "La Argentina de los caciques. O el país que no fue", Sarasola sostuvo que los grandes líderes indígenas de la región pampeana y la patagónica “hasta último momento y más allá de las violencias de la época, intentaron coexistir y convivir con la nueva sociedad en formación, en la medida en que fueran respetados sus derechos. Pero el plan de Roca y de la generación del ’80, que repensó a la Argentina y culminó con la toma de sus territorios, terminó definitivamente con aquella posibilidad”.

Investigadores como Sarasola, Walter del Río (Universidad Nacional de Río Negro) y Osvaldo Bayer, entre otros, coincidieron en definir esa campaña como un genocidio, porque además de los crímenes en combate y ejecuciones, generó campos de concentración y muerte para miles de familias completas, y destierros de hombres, mujeres y niños a Buenos Aires y otros lugares donde eran entregados como esclavos.

Sarasola también recordó que decenas de originarios, entre ellos algunos jefes y sus familias, fueron entregados al explorador y creador del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, donde fueron exhibidos en forma humillante, despojados de su cultura y terminaron muriendo.

“Durante el siglo XIX hubo algunos períodos distintivos a tener en cuenta, como el lapso entre 1810 y 1820, cuando los primeros patriotas y los grandes personajes de la Independencia, como Moreno, Castelli, Belgrano, San Martín, Artigas y Güemes, pensaron un país con los pueblos indígenas”, Carlos Martínez Sarasola, antropólogo.

El investigador explicó que todas estas acciones buscaron quitarles las tierras, la negación de su condición de pobladores anteriores al Estado nacional y la invisibilización de sus culturas.
Investigadores y organizaciones afines a la temática coincidieron en que este proceso de negación comenzó a revertirse recién en los años 80 del siglo pasado, en sintonía con los cambios políticos producidos en toda América latina.
Sarasola señaló que “el gran punto de inflexión fue en 1992, con el quinto centenario (de la llegada de Colón a América), cuando hubo un ‘ponerse de pie’ indígena que continúa con la defensa de la conquista de derechos, el fortalecimiento identitario a través de sus cosmovisiones y espiritualidad”.

Darío Rodríguez Duch, especialista en temas de derecho de los pueblos originarios, precisó que esta nueva época para estos pobladores “tuvo un hito que fue la Constitución Nacional de 1994, que en su artículo 75 inciso 17, reconoció la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos”.

“Fue el único artículo aprobado por unanimidad y aclamación. Además de emocionante fue una revolución a nivel latinoamericano y mundial”, afirmó, y agregó que en 1989 “hubo otro avance fundamental: la adhesión al Convenio 169 de la OIT (sobre sobre pueblos indígenas y tribales), que el país ratificó por ley nacional”.

Estas normas cambiaron la suerte de los indígenas que luchaban en los tribunales contra expulsiones ilegítimas e ilegales, y luego surgieron otras -nacionales, provinciales y municipales- que iniciaron un proceso reparador en cuanto a derechos, respeto a su cosmovisión y culturas ancestrales y recuperación territorial.

Todos reconocen a este proceso como muy destacado en Argentina, aunque lento en relación a los intereses vitales vinculados a las necesidades sociales y defensa de los derechos humanos que promueven las organizaciones indigenistas.

Escrito: Daniel Lorenzo para Agencia Telam el 3 de Julio de 2.016