Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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domingo, 12 de enero de 2020

3 amigos fundan empresa de ladrillos de envases plásticos en Alta Gracia, Córdoba (Argentina)





La Fundación Ecoinclusión, ganadora del primer premio en el concurso regional #DesafioGoogleOrg, es una organización argentina sin fines de lucro que nació en 2015, de manos de un grupo de jóvenes que promueve la construcción de un mundo más justo y equitativo, hacia una sociedad sostenible.

Se trata de un proyecto de construcción responsable, realizado por 3 amigos de la ciudad argentina de Alta Gracia, provincia de Córdoba, Fabián Saieg, Leo Lima y Leandro Míguez, que consiste en la producción de ladrillos a través del reciclaje de botellas de plástico para reducir la contaminación. Los ladrillos creados con estos materiales  y destinados a familias necesitadas son también un medio para despertar conciencia sobre la importancia del reciclaje, generar impacto positivo ambiental y social, y promover la participación cultural en las comunidades.

“Por cada ladrillo se reciclan 20 botellas. Además de usar como materia prima un desecho, todo el proceso de producción es limpio. Ver que la basura está ayudando a alguien en un barrio nos llena de alegría. Formamos redes para recolectar el plástico y transformarlo. Generamos alianzas con empresas y gobiernos para que los ladrillos lleguen al barrio sin ningún tipo de costo para el usuario”, comenta Saieg.




Los ladrillos tienen la certificación técnica otorgada por la Secretaría de ONU-Hábitat. Han sido desarrollados y patentados por el Centro Experimental de la Vivienda Económica (CEVE) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Se necesitan 20 botellas de plástico reciclado para producir una pieza y cada una tiene características como las de un ladrillo de arcilla, pero con un mejor rendimiento como aislamiento térmico.

“Somos 3 amigos de toda la vida que teníamos ganas de hacer algo por nuestra sociedad. Queríamos trabajar en lo ambiental pero también en lo social. Eso nos llevó a investigar sobre las problemáticas actuales referidas a temas ambientales y dimos con cifras impactantes en cuantos desechos sólidos, como por ejemplo que los argentinos tiramos 12 millones de botellas plásticas en un solo día… sólo el 15% se recicla”, comentan los jóvenes en su página.

Desde 2014, EcoInclusión ha sido autorizada para producirlos. Para lograr su principal objetivo han generado dos vías de recolección de materia prima:
ECORED: a través de la cual diferentes municipios y empresas del sector privado donan sus residuos de plástico PET y colaboran en la logística de la donación.
ECOCONSTRUCCIÓN: a través de la articulación de actores públicos, privados y sociales que acompañan económicamente las líneas de producción de ladrillos y la construcción en sí.



En la Argentina se recupera apenas el 15% de los desechos plásticos. Partiendo de esa base, los tres amigos pensaron en utilizar ese gran volumen de basura en algo productivo: convertir los materiales en ladrillos.
El objetivo es transformar la basura en un insumo para mejorar el medio ambiente y ayudar a quienes más lo necesitan a través de construcciones sociales que permiten cambiar la realidad de comunidades en situación de vulnerabilidad.

Los jóvenes de EcoInclusión, que tienen entre 27 y 28 años, comenzaron su proyecto en 2014.  En un comienzo montaron una planta y la equiparon con maquinarias que adquirieron con sus propios ahorros.
La iniciativa cuenta con el apoyo al Centro Experimental de la Vivienda Económica (Ceve) del Conicet en Córdoba.
Fuente y créditos fotografías: EcoInclusion
Inspimundo

sábado, 7 de diciembre de 2019

Argentina: Un misionero creó un reactor que convierte el plástico en combustible

El metalúrgico e investigador Walter Rosner, de Dos de Mayo, produce combustible a partir del plástico en un horno donde descompone el plástico.


El investigador y metalúrgico misionero, Walter Rosner, creó y fabricó un reactor que funciona a altas temperaturas y convierte en combustible para vehículos y máquinas el plástico común de los envases y otros orígenes. También se obtienen aceites, brea para asfalto y carbón.

El invento le permitió también dar una solución al grave problema de los envases de agroquímicos, como el glifosato, que son contaminantes. Rosner los compacta y los reutiliza reciclándolos como combustibles y carbón. Se necesitan unos 10 kilos de plástico para obtener 9 litros de combustible. 
De un kilo de plástico, el 5 % es carbón y el 95 % “petróleo crudo”. A su vez, de este petróleo crudo, extrae el 50 % de nafta, el resto es kerosene, aceite, brea para asfalto y gasoil. Propuso una planta en cada municipio, a escala de su cantidad de basura, para alimentar sus máquinas y vehículos.
Su reactor procesa 30 kilos de plástico en un tiempo aproximado de 90 minutos. “Hay plásticos de dos horas, y otros de 45 minutos”, dijo. Los diferentes plásticos producen distintos combustibles: gasoil, nafta y aceite.
En los costos se incluye el consumo de leña para la caldera, que representa 60 kilos de madera para 30 kilos de leña. Como junto al combustible también sale agua, es necesario un proceso de destilación y purificación, para separar el gasoil o nafta.
La máquina creada por Rosner también reutiliza el gas, que es el primer elemento que se desprende del plástico a altas temperaturas en ausencia de oxígeno. Esa descomposición química en el reactor elimina los gases del plástico y genera el combustible.
Rosner viajó hace dos años a Europa, donde vio cómo clasificando la basura y su combustión. Se pregunto cuál era la ganancia al ver que se pagaban 50 centavos por cierta cantidad de plásticos. Investigó entonces el proceso de pirólisis, ya de regreso a la Argentina.
Investigó sobre los plásticos, como derivados del petróleo. “Esto no lo sabía, aunque recordaba de la escuela que los plásticos estaban dentro de los subproductos del petróleo“, dijo el inventor. Para dar un ejemplo de lo que significa este invento, Rosner dijo que en su casa se generan unos 8 kilos de desechos plásticos semanales, con los que es posible obtener 5 litros de nafta. 
Contó que construyó un reactor que acelera el proceso de descomposición del plástico. De 500 años adelanté la descomposición a tres horas. “En tres horas tenés combustible aptos para los autos, máquinas, grupos generadores, motosierras”, explicó.
Comenzó en pequeña escala con un destilador chico y mezclaba el producto. Estudió la destilación y los gases en diversos libros y sitios de Internet. Como metalúrgico, al no haber antecedentes de máquinas similares en Argentina, Rosner inventó este reactor que convierte el plástico en combustible.
La nota fue realizada por el programa “La Chacra en Progreso”, que conduce el médico veterinario Rubén Colucci junto al periodista Daniel Orloff. Colucci es coordinador de la Universidad Nacional del Alto Uruguay (UNAU) con sede en San Vicente.
Fuente: Vía Oberá - 8 de Octubre de 2019

https://viapais.com.ar/obera/1325117-un-misionero-creo-un-reactor-que-convierte-el-plastico-en-combustible/?fbclid=IwAR1sdnjlV5ym_ruVMD1TPvm2wDdnmhnarduHAV9qR277cO_6CL1VaMlccQo