Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

Mostrando entradas con la etiqueta Nahualt. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Nahualt. Mostrar todas las entradas

jueves, 12 de septiembre de 2024

Amar a la Madre Tierra




domingo, 9 de mayo de 2021

Nombres en náhuatl para bebé




Los nombres en castellano, así como los nombres de origen inglés, han generado la pérdida de los nombres en lenguas indígenas. Aquí te decimos algunos para rescatarlos.

México tiene un gran pasado prehispánico, el cual se conserva en nuestras tradiciones, zonas arqueológicas e, incluso, lenguaje. 

Una gran forma de honrar nuestro pasado es portando los nombres prehispánicos con orgullo, los cuales tienen un gran simbolismo y significado vinculados directamente con la cosmovisión de nuestras culturas madres.

De acuerdo con la Academia Veracruzana de las Lenguas Indígenas, en las culturas prehispánicas los nombres no eran designados bajo un santoral, como sí sucede en el catolicismo. Con la conquista, los nombre en náhuatl comenzaron su desuso, ya que los nombres en castellano tenía prioridad religiosa. Sin embargo, hubo una gran cantidad de bautizos con nombres compuesto. Actualmente, el declive continúa, ya que los nombres en náhuatl no solo compiten con el español, también lo hacen con nombres extranjeros que han llegado gracias a las vías de comunicación.

Si estás pensando en nombrar a alguien con un nombre en náhuatl, te compartimos una lista de hermosos nombres que puedes utilizar, así como su significado.

Nombres en náhuatl y significado

Ameyalli: Manantial de agua.

Atzin: Agüita.

Axayakatl: Hija de Tezozómoc.

Centli, Sintli, Sinti: Maíz, materia de nuestra carne.

Chicome Cóatl: Diosa de la cosecha del maíz recio, señora en la plenitud de su madurez.

Cihuacoatl, Siwakoatl: Señora diosa de la tierra.

Cuahtli, Koahtli, kuahtli: El águila, dueño de las inmensidades, de las alturas y de la libertad.

Ehékatl, Ejecatl: Dios del viento que barre los campos antes de las lluvias.

Elía, Eli: Está brotando la planta.

Huitzitzillin, Witzitzillin: El colibrí o la chuparrosa.

Metstona, Metztona: Luz de Luna.

Metztli: Luna.

Mickail Huitontli: Maíz en plena madurez.

Noquetzal, Noketzal: Mi hija hermosa.

Noxochih: Mi flor.

Ollin Tonatiuh: Sol en movimiento, quinto sol.

Quetzalteuh, Ketzaltew: Como una hermosa pluma.

Seltik Xochitl: Flor tiernita.

Siwapil, Sihuapilli: Niña, pequeña hija.

Tonantzin: Nuestra madrecita.

Oxayak: Nuestro rostro.

Xochipili, Xochipilli: Dios de las flores.

Xochiswatl, Xuchizhuatl: Pétalo de rosa.

Yolotl: Corazón.

Fuente: México Desconocido

sábado, 23 de diciembre de 2017

El rarísimo códex Quetzalecatzin, el mapa indígena que se asoma al México del siglo XVI


La mirada que tenemos del mundo ha sido permeada en gran medida por los cartógrafos occidentales. Fueron ellos los que establecieron el canon de la cartografía contemporánea y los que influyeron en el desarrollo de la ciencia a escala global. Sucedió en Europa, en Asia y también en América, una vez los conquistadores españoles llegaron a aquellos territorios e impusieron sus costumbres, lenguas y conocimientos.

Hace poco vimos cómo América tomó su nombre a través de un singular nombre. Tan interesante hecho no significa, sin embargo, que los pobladores indígenas de la Mesoamérica precolombina no hubieran hecho con anterioridad sus propios mapas. Estas reliquias son hoy escasas dada las dificultades de su conservación, pero las que aún perviven son auténticas joyas de la historia de los mapas. Y una de ellas, el códex Quetzalecatzin, está ya disponible en la red.

Las gracias se las debemos a la Librería del Congreso de Estados Unidos, cuya amplísima colección de manuscritos, mapas antiguos y fotografías clásicas se encuentra libre en su web. Hace unas semanas, la organización volcó para el disfrute de todos los interesados el códez Quetzalecatzin, un rarísimo ejemplo de mapa mesoamericano influenciado de forma temprana por la conquista española. Un ejemplo de cómo ambas culturas se hibridaron para siempre.

El mapa data de 1593, un siglo después de que los barcos de Colón hubieran arribado a las islas caribeñas. Para entonces, las colonias españolas se encontraban en un estadio temprano, aún por definir administrativamente, y la mezcolanza definitiva de pobladores nativos y colonos europeos se encontraba en su fase inicial. Por ello, grandes rastros de la cultura mesoamericana lograron pervivir y moldear, hasta dar forma idiosincrática e independiente, a las naciones americanas de futuro.

Pero aquella evolución llevaría siglos, y en su primer siglo colonizada, los indígenas mesoamericanos aún conservaban buena parte de su legado cultural. Durante aquellos años, las autoridades españolas asentaban las bases del gobierno administrativo de Nueva España, lo que provocó que muchas familias indígenas se lanzaran a realizar exhaustivos mapas que ilustraran las vastas posesiones controladas por su estirpe. La que muestra el códex Quetzalecatzin responde al nombre de "De León".

El mapa se realizó no siguiendo las técnicas clásicas nativas, lo que lo coloca como ejemplo paradigmático de la habilidad cartográfica de los pueblos mesoamericanos. La distancia que cubre es la equivalente al norte de la actual Ciudad de México con Puebla, más de cien kilómetros, y sobre ella se representan diversas montañas, ríos, valles y las cabezas familiares del apellido. De forma ideal, el código representaba las aspiraciones territoriales de los De León, ya cristianizados, cuyo linaje se remontaba a Quetzalecatzin XI.

Quetzalecatzin XI fue uno de los monarcas más poderosos de la región un siglo atrás, alrededor de 1480. Aparece representado en el mapa con los ropajes típicos de la civilización azteca y sirve como punto inicial para el largo linaje de un siglo al que se adscribía la familia De León. Prueba de la hibridación de la cultura mesoamericana y europea es que mientras el código está escrito en nahuatl, la lengua azteca, el alfabeto empleado es latino. Del mismo modo, muchas figuras responden a nombres castellanos como Alonso o Mateo.


El mapa representaba caminos, vegas y edificaciones.
Esta pequeña descripción de una importante comunidad local sirve hoy como ejemplo de transición entre los manuscritos aztecas (con sus figuras perfiladas, sus topónimos jeroglíficos, su técnica pintora transmitida de generación en generación por los maestros mesoamericanos) y los colonos europeos (con sus referencias a iglesias y plazas públicas, sus nombres españoles y su alfabeto latino). En definitiva, una fotografía del México del siglo XVI en el que la fusión entre ambas culturas aún era muy temprana, pero ya irreversible.

El mapa, también hilo genealógico, es uno de los muchos sobre los que las autoridades imperiales edificarían el vasto archivo cartográfico de sus posesiones americanas. Pero de forma significativa, tenía un propósito muy político y local, y no era otro sino describir qué familias indígenas habían poseído aquellas tierras de forma secular. Su eminente pátina azteca, la clara influencia mesoamericana, le convierte hoy en un ejemplo de cartografía indígena muy excepcional. Una ciencia que, con los años, se apagaría.

Como decíamos, hay otros mapas de la época que a día de hoy representan una estupenda oportunidad para arqueólogos e historiadores a la hora de comprender el mundo mesoamericano, y cómo se adaptó a la traumática llegada de los europeos. La Librería del Congreso cuenta con varios, como este mapa de las tierras del Oztoticpac. Sin embargo, pocos son tan bellos, tienen tal cantidad de detalles y son tan coloridos como el códes Quetzalecatzin, una mirada a un periodo de histórica transición.

Fuente > Magnet – 19 de Diciembre de 2.017

martes, 15 de noviembre de 2016

México: El ombligo de la Luna - Documental

Gabriel Retes presentó su primer corto de animación titulado México, el ombligo de la Luna basado en la obra didáctica “Nepohualtzintzin en el modelo matemático figurativo náhualt” de Everardo Lara.
En la presentación del cortometraje, tanto el guionista Everardo Lara como el director Gabriel Retes, resaltaron los conocimientos prehispánicos que tenían los antiguos mexicanos, dando una explicación de la numerología mexica, donde los números son parte de la cosecha, los ciclos de la luna e incluso del embarazo de las mujeres. De igual manera, se hace una comparación con lo dicho por el filósofo griego Pitágoras, sobre su teoría de los triángulos y su famoso teorema.
“El cortometraje trata sobre el sincretismo. Llevamos siglos en la educación que ignora que nosotros existíamos antes de la llegada de los occidentales, el calendario lunar azteca es más preciso que el calendario gregoriano que nos rige”, comentó el director. “El cortometraje animado México, el ombligo de la luna, resultó todo un aprendizaje tanto en el género de animación como de enseñanza”, añadió cineasta Gabriel Retes.
México el ombligo de la Luna es narrado por Grecia Peña y César Kancino y nos ubica en el lejano 1111 dC, cuando los antiguos Aztecas vagaban en búsqueda de un lugar para asentarse, hasta el año 1434 cuando en el Valle de Anáhuac, fundaron la denominada México-Tenochtitlán.
México el ombligo de la Luna forma parte del proyecto “Nepohualtzitzin en el modelo matemático figurativo náhualt”, que retoma el CINESTAV del Instituto Politécnico Nacional, para la investigación en el área de matemática educativa. Se logró un convenio de Servicio Social con el Centro de Estudios Tecnológicos Industrial y de Servicios (Cetis) de Milpa Alta, Xochimilco, Iztapalapa, escuelas de nivel medio superior, para desarrollar proceso de Sociabilización de la Educación con base en este modelo.



viernes, 19 de diciembre de 2014

Abecedario provisional Náhuatl


El náhuatl también puede crear su propio abecedario utilizando la iconografía original de su propia cultura. El siguiente abecedario es una muestra de cómo podría ser un sistema de fonemas derivados de ideogramas creados por las mismas culturas del Anáhuac. El abecedario náhuatl tendría 18 letras.



Fuente: Kanakue

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Cumplir los deseos – Sabiduría Náhuatl



Cuenta una leyenda náhuatl que si quieres que un deseo se vuelva realidad, debes contárselo a Papalotl, la mariposa, ésta como no emite ningún sonido sólo podrá decírselo a Xochiquetzal, la diosa de la alegría y las flores. Si pides el deseo y liberas la mariposa, éste llegará al más grande de los cielos. 

 Diario de las Américas.


sábado, 12 de julio de 2014

Maíz, Tonacáyotl


Escucha: el Tonacáyotl, Maíz, Nuestro Sustento, Es para nosotros merecimiento completo. Porque es Nuestro Sustento, nuestra vida, nuestro ser. Es andar, moverse, alegrarse, regocijarse. Porque en verdad tiene vida Nuestro Sustento.
Códice Florentino



El Códice Florentino es un manuscrito, originalmente en cuatro volúmenes, de los cuales hoy sólo quedan tres. Incluye el texto en náhuatl con versión al castellano, a veces resumida y a veces con comentarios, de los textos que fray Bernardino de Sahagún recogió de sus informantes indígenas en el siglo XVI.

sábado, 7 de junio de 2014

Nezahualcóyotl, el Rey Poeta

Nezahualcóyotl murió veinte años antes de que Colón pisara las playas de América.
Fue rey de Texcoco, en el vasto valle de México.
Allí dejó su voz:

Se rompe, aunque sea oro
se quiebra, aunque sea jade,
se desgarra, aunque sea plumaje de quetzal.
Aquí nadie vivirá por siempre.
También los príncipes a morir vinieron.
Todos tendremos que ir a la región del misterio.
¿Acaso en vano venimos a la tierra?
Dejemos, al menos, nuestros cantares.



Fuente: Los Hijos de los Días (7 de Junio) Eduardo Galeano.


Rey Nezahualcóyotl(1402-1472)
En lengua Náhuatl: Nezahual.cóyō.tl ('coyote que ayuna')
Erudito. Arquitecto. Monarca de Texcoco, pero sobre todo POETA.