Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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martes, 22 de abril de 2025

22 de abril – Día Internacional de la Madre Tierra



No nos pertenece.
Ni el aire que respiramos,
ni el suelo que pisamos,
ni el agua que corre por nuestros dedos.

La Tierra no es nuestra herencia:
es un préstamo de quienes aún no han nacido.

Hoy no se trata solo de sembrar un árbol o apagar una luz.
Se trata de recordar que todo lo que nos rodea respira, lucha, resiste…
como un estoico silencioso que sufre en silencio nuestras decisiones.

La Tierra enseña con firmeza:
no grita, no reclama, pero tampoco olvida.
Cada sequía, cada incendio, cada especie que desaparece,
es una carta que nos escribe sin tinta… y aún así no la leemos.

Que este día no sea un símbolo, sino un principio.
Un principio de respeto, de sobriedad,
de ese valor tan estoico que el mundo ha olvidado:
el cuidado consciente del destino compartido.

No heredas la Tierra de tus ancestros; la tomas prestada de tus hijos. 

viernes, 23 de abril de 2021

22 de Abril Día de la Tierra


sábado, 25 de abril de 2020

22 de Abril Dìa de la Tierra: Nada para festejar





Casi un tercio de la humanidad no tiene lo mínimo necesario para su subsistencia, el agua escasea o está contaminada, las catástrofes ambientales se han hecho más pronunciadas y recurrentes. Mientras tanto, un sector minoritario que tiene todos los botes salvavidas sigue bailando en la cubierta del Titanic.

Hoy se cumplen cincuenta años desde que se estableció el Día de la Tierra con el objetivo de generar una relación más armónica, más respetuosa y menos agresiva para con el entorno. Muchos años para la vida de un ser humano, muy pocos para la de la Tierra. Aquellos años ’70 eran épocas de utopías y luchas por un mundo mejor en que se le decía no a la guerra, las ideas libertarias florecían en el ocaso del hippismo.

El ambientalismo estaba en sus albores y eran actividades reservadas para unos pocos entendidos o iniciados, no obstante científicos, estudiantes y algunos sectores sociales minoritarios empezaban a intuir que algo no estaba funcionando bien en esa relación controversial entre Sociedad-Naturaleza.

Se insinuaban indicios preocupantes sobre los problemas que se avecinaban y que anticipaban tendencias negativas sobre el futuro inmediato, abriendo interrogantes sobre la viabilidad del crecimiento permanente y anunciando que el colapso sería una hipótesis cierta y previsible en tiempos no tan lejanos.

Muchos de esos pronósticos y anticipaciones, lamentablemente, hoy se confirman a la luz de los descalabros sociales y ambientales que en distintas regiones del mundo se están produciendo, en las cuales la desigualdad y el cambio climático aportan su cuota de agravamiento del problema.

Casi un tercio de la humanidad no tiene lo mínimo necesario para su subsistencia, el agua escasea o está contaminada, las catástrofes ambientales y los fenómenos extremos se han hecho más pronunciados y recurrentes, no obstante un sector minoritario de la raza humana, menos de un 20 % privilegiado, que tiene todos los botes salvavidas sigue bailando en la cubierta del Titanic, despilfarrando recursos y el patrimonio común en una fiesta interminable que pagamos todos.

Las exhortaciones y apelaciones a favor de un cambio de paradigma que posibilite que sigamos siendo seres vivos equivalen a predicar en el desierto. Parecería que la única aspiración “trascendente” de la globalización es el consumismo ilimitado e irracional.

Mientras tanto, disimulado por el maquillaje verde, las grandes empresas multinacionales que conducen este tsunami hablan de responsabilidad social empresaria, consumo verde, autos ecológicos, biocombustibles, desarrollo sustentable, revolución verde, etc., a la par que llenan sus faltriqueras a costa del futuro común y las carencias de millones.

Decía Eduardo Galeano “no todo es verde lo que se pinta de verde” y la consigna de hoy, multiplicada sin solución de continuidad por la mercadotecnia parece ser: “a comprar que se acaba el mundo”.

Como agujeros negros devoradores de energía y los ahorros de muchos, las catedrales del mercado (shopping) y sus hijos bastardos, los casinos, florecen como hongos después de la lluvia para alegría de chicos y grandes, ofreciendo a los incautos que creen distenderse en esos lugares -hasta que les llega el resumen de cuentas de sus tarjetas de créditos, iluminación, aire y seguridad artificial- que terminan pagando con su libra de carne.

Por su parte, los funcionarios municipales celebran o celebraban hasta hoy estos síntomas de “crecimiento” y “desarrollo”, confundiendo gordura con hinchazón, mientras la violencia y la miseria cotidiana les estalla en la cara.

Los que teníamos confianza ciega en que a través de la prédica, la educación, la toma de conciencia y la participación social se podía revertir la tendencia suicida que nos pone al borde del abismo y cerca de una catástrofe de proyecciones impredecibles e imprevisibles, hoy no estamos tan seguros de ello.

Por desgracia, el paradigma consumista y el modelo comunicacional de aturdimiento social ha calado hondo y es poco probable que en lo inmediato viren hacia una relación más sana y armónica con el ambiente.

La creencia en que la ciencia es infalible y que todo lo puede remediar alimentan el sueño del crecimiento sin límites, cuyas huellas casi imposibles de borrar están aniquilando las esperanzas de millones que luchan por un mundo mejor, mientras los tiempos se acortan inexorablemente para la salvaguarda del Planeta.

El paradigma del status social, su “Majestad el automotor”, cada año mata más personas que la pandemia y provoca más de 50.000.000 de heridos y lesionados, sin contar otras afecciones producto de la contaminación, lo que ha superado con creces a la sumatoria de víctimas de todos los conflictos bélicos que año a año se desarrollan en el mundo, impulsados por los traficantes de la muerte para la apropiación de nuevos recursos.

A su paso, cual caballo de Atila, avanza la desertificación de los suelos, se degrada la calidad del agua, los bosques y selvas nativas se convierten en celulosa, cuando no son incendiadas intencionalmente o dan paso a formaciones forestales industriales o desaparecen literalmente bajo el peso de los monocultivos.

Millones de muertos, heridos, desplazados, exilados, enfermos, olvidados, silenciados y marginados son mudos testigos que integran la nómina de los que no tienen cabida en la “Gran Comilona” del poder mundial.

Esos sobran, son descartables, reciclables, están de más, no han alcanzado el mínimo indispensable para acceder a la categoría de consumidores y por tanto no son considerados ni tenidos en cuenta por los parámetros de un mundo pragmático, utilitarista y productivista.
Sin más y esperando que este 22 de Abril piense en nuestra Pachamama, los dejo hasta la próxima. 

Por Ricardo Luis Mascheroni
*Docente Universitario – Escritor / Columnista de HoraCero

Fuente: https://horacero.com.ar/contenido/4383/22-de-abril-dia-de-la-tierra-nada-para-festejar

Blog del Proyecto Lemu - 25 de Abril de 2.020

domingo, 22 de abril de 2018

Madre Tierra en peligro





22 de Abrfil Dìa de la Tierra




martes, 25 de abril de 2017

Día de la Tierra


En el día de la Tierra, nos sumamos a la responsabilidad colectiva de fomentar la armonía con la naturaleza y la Madre Tierra para alcanzar el equilibrio justo entre las necesidades económicas, sociales y medioambientales de las generaciones presentes y futuras.

Matriarca



domingo, 23 de abril de 2017

Día de la Tierra: ocho datos asombrosos que demuestran que los indígenas son los mejores medioambientalistas


Tradicionalmente, pequeñas comunidades ‘pigmeas’ se trasladaban con frecuencia por territorios forestales y recogían una gran variedad de frutos del bosque, recolectaban e intercambiaban productos con sociedades vecinas sedentarias.
© Selcen Kucukustel/Atlas
Tradicionalmente, pequeñas comunidades ‘pigmeas’ se trasladaban con frecuencia por territorios forestales y recogían una gran variedad de frutos del bosque, recolectaban e intercambiaban productos con sociedades vecinas sedentarias.

Con ocasión del Día de la Tierra, Survival International revela algunas de las asombrosas formas en que los pueblos indígenas y tribales son los mejores conservacionistas y guardianes del mundo natural:

1. Los “pigmeos” bakas cuentan con más de quince palabras para designar al elefante

El pueblo indígena baka sabe tanto de elefantes que cuenta con toda una gama de términos para designarlos en función de su sexo, edad e incluso carácter.
Estudios han mostrado que en muchos lugares los bakas conviven con altas densidades de especies amenazadas. Un hombre baka dijo a Survival: “Sabemos cuándo y dónde hay furtivos en el bosque pero nadie quiere escucharnos”. En vez de perseguir las causas que provocan daño medioambiental, los proyectos de las grandes organizaciones conservacionistas exponen a pueblos como los bakas a acosos y palizas, tortura y muerte.

2. Los kogis han contribuido a regenerar un área de tierra degradada

Con la ayuda de un pequeño equipo conservacionista, el pueblo indígena kogi de la cordillera de la Sierra Nevada de Santa Marta en Colombia adquirió en 2012 una pequeña parcela de la que fuera su tierra ancestral. Desde entonces, los conservacionistas constatan que la vegetación ha vuelto a crecer, que las aguas se han descontaminado y que los lagos que estaban repletos de basura se han convertido en “hermosas lagunas de agua dulce”.

Mujer baiga de la Reserva de Tigres de Kanha, India, 2013.
© Survival International, 2013
3. Los baigas han regenerado más de 240 hectáreas de bosque tan solo alrededor de una comunidad

En la comunidad de Dhaba, en India central, los baigas estaban preocupados porque el departamento de bosques estaba talando demasiados árboles, supuestamente para frenar el avance de una plaga. Protestaron e intervinieron físicamente interponiéndose entre los funcionarios forestales y los árboles.
Su protesta fue un éxito y ahora varias especies de árboles que rodean la comunidad, como el char, el mahuli o el bambú, se han regenerado. Los propios baigas plantaron gran parte de los árboles.

4. Los chamanes tukanos establecen cuotas de caza para su tribu

Un importante estudio antropológico constató que, en Colombia, los chamanes tukanos desempeñan un papel activo en el control de las actividades de caza de la tribu. Contabilizan cuántos animales se matan y prohíben cazar en determinadas áreas donde piensan que la densidad de población animal está descendiendo.

5. Los soligas controlan especies de plantas invasivas mediante el uso selectivo de fuego

La tribu soliga de la India solía prender pequeños fuegos para desbrozar terrenos para su agricultura sostenible. Desde que esta práctica se prohibió en nombre de la conservación de la naturaleza, los ecosistemas locales se han deteriorado porque una especie invasora de maleza llamada lantana ha tomado el control. “El departamento forestal no tiene conocimiento de cómo conservar la naturaleza. Conservamos el bosque durante muchos años. Ellos no saben cómo proteger nuestro bosque”, declaró un hombre soliga.

Los awás cazan en sus tierras ancestrales, en el nordeste de la Amazonia brasileña.
© Survival
6. Los awás no cazan determinadas especies para mantener el equilibrio del ecosistema

El pueblo indígena awá de Brasil vive de la caza y de la recolección en el nordeste de la selva amazónica. Sin embargo, para los cazadores awás es tabú matar a determinados animales, como el águila harpía (en peligro de extinción), los colibríes o los capibaras. Los awás tienen un profundo conocimiento de la naturaleza y del lugar que ocupan en ella.

7. Los territorios indígenas son la mejor barrera contra la deforestación amazónica

El territorio indígena amazónico de Arariboia es una isla verde rodeada de deforestación.
© Survival
Esta imagen satelital, y esta, y esta otra también muestran territorios protegidos en la Amazonia brasileña: islas verdes en medio de un mar de deforestación. Cuando proteges los derechos territoriales indígenas, proteges la selva. Así de sencillo.

8. Con sus huertas, los orang aslis crean hábitats y alimentos para los animales
En la Reserva Natural de Krau de Malasia, las huertas frutales de los orang aslis atraen a la zona a muchos animales, incluidos grandes mamíferos. Estas proporcionan alimento y en contrapartida los animales actúan como principales dispersores de semillas, recuperando el rol que elefantes y rinocerontes, que ahora han desaparecido de la zona, antes desempeñaban. La agricultura tribal a pequeña escala a menudo fomenta la biodiversidad.

Para Stephen Corry, director de Survival International: “Los pueblos indígenas han cuidado y gestionado sus entornos naturales durante milenios y ahora hay multitud de evidencias que demuestran que cuidan del medioambiente mejor que nadie. Esto no supone caer en el mito del ‘buen salvaje’: es un hecho científico. Si queremos proteger el medioambiente es hora de que pongamos a los pueblos indígenas y tribales al frente del movimiento conservacionista y medioambiental. Si queremos salvar las selvas, por ejemplo, debemos luchar para garantizar que se mantienen en manos de sus pueblos indígenas.”

Fuente>Survival Internacional – 21 de Abril de 2.017


sábado, 22 de abril de 2017

Cuida tu hogar, cuida tu Pacha


Qué fácil es conseguir quien te mueva el piso. Lo difícil es conseguir poner los pies sobre la tierra...

Pisa suavemente, anda con calma, cuídala, ella es tu hogar y ten presente que no volverás a pasar dos veces por este lugar...


Teresita Seminara



22 de Abril Día Internacional de la Tierra



En 2009, la Asamblea General de la ONU designó este día para crear conciencia sobre el medio ambiente, proponiendo para 2017 una campaña mundial denominada “Alfabetización medioambiental y climática”, un gran desafío para los gobiernos y la sociedad civil. “Hoy más que nunca se necesita el involucramiento de toda la ciudadanía. El cambio climático vino para quedarse, hay que conocer lo que ello significa para ser conscientes y dimensionar la amenaza que el mismo significa para sostenibilidad planetaria”, señala en su columna el ingeniero forestal Jaime Ledesma (*)

El 22 de abril se celebra, en muchos países, el Día Internacional de la Tierra.

Cabe recordar que su promotor fue el  senador nacional estadounidense, por el Estado Wisconsin, Gaylord Nelson, que instauró ese día para crear una conciencia común a los problemas de la superpoblación, la producción de contaminación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales para proteger la Tierra.

Se considera esa fecha como el nacimiento del movimiento ambientalista moderno, el cual se inició en 1970, cuando 20 millones de norteamericanos tomaron las calles, los parques y los auditorios para manifestarse por un ambiente saludable y sustentable.


Ese día (22 de abril de 1970) se logró una coincidencia política que parecía imposible; que posibilitó luego la creación de la Agencia de Protección al Medio Ambiente de Estados Unidos (Environmental Protection Agency) y la aprobación de un importante paquete de leyes relacionadas con el aire limpio, el agua limpia y la conservación de especies en peligro de extinción, etcétera.

Cada año en esta fecha, el mundo entero reflexiona y se moviliza por una Tierra mejor.

En 2009, a través de la Resolución Nº 63/278, la Asamblea General de la ONU designó al 22 de abril como el Día Internacional de la Madre Tierra para “crear conciencia” sobre el medio ambiente.

Alfabetización medioambiental
A partir de entonces, la Asamblea General de la ONU, elige un tema para reflexionar el 22 de abril; proponiendo para este 2017, la campaña se denominada: “Alfabetización medioambiental y climática”; un gran desafío para los gobiernos y la sociedad civil.

La educación es indudablemente uno de los principales basamentos, donde una sociedad cimienta su  progreso y bienestar y es, a través de ello, que se pueden generar los cambios actitudinales y las transformaciones socioculturales necesarias para revertir nuestro accionar hacia nuestro ecosistema planetario.

Hoy más que nunca se necesita el involucramiento de toda la Ciudadanía Mundial, y en particular de la nuestra. El cambio climático ha venido para quedarse, es necesario conocer lo que ello significa para ser consciente y dimensionar la amenaza que el mismo significa para sostenibilidad planetaria a nivel social, económico y ecoterritorial; de la cual nuestra región no escapa a ello. 

El desafío es lograr el empoderamiento necesario, como sociedad, que produzca los cambios en favor de un ambiente más saludable y sostenible; estratégico para consolidar un Desarrollo Sostenible Nacional sustentado en el desarrollo de tecnologías y empleos respetuosos con el medio ambiente.
La alfabetización medioambiental y climática es el gran desafío de estos tiempos, este 22 de abril la oportunidad de dar el punta pie inicial. 

(*) Ingeniero Forestal
Mat. Prof CoInForM Nº 082
Fuente
Misiones On Line – 20 de Abril de 2.017

Las siete plagas que afectan la Tierra



1.Superpoblación: De acuerdo con The Nature Conservancy se tendría que sacrificar 20% de los hábitats naturales para dar espacio a la población, ya que se estima que para el 2050 sea 9.700 millones de personas habitando el planeta por la falta de control de natalidad y el desmesurado crecimiento poblacional en países emergentes.

2.Altos niveles de contaminación: La baja calidad del aire es un peligro que afecta no solo a los humanos sino a todos los ecosistemas. La contaminación atmosférica, el calentamiento global, la degradación de los bosques y el deterioro de las cosechas y cultivos, son algunas consecuencias de la contaminación del aire más conocidas, puesto que son difíciles de cuantificar.

3.Deforestación: La revista Nature calculó a principios del 2016 que en la Tierra existen tres billones de árboles aproximadamente, sin embargo, la tasa de árboles se ha reducido un 46% desde el inicio de la civilización humana, principalmente por la deforestación y la mano del hombre que acaban con 15.000 millones de árboles por año. Además, de acuerdo al informe “Bosques Vivos: Salvar los bosques en peligro” de World Wildlife Foundation (WWF), 170 millones de hectáreas de bosque podrían ser destruidas entre el 2010 y 2030.


4.Sequía y desertización: Según el informe ‘Water in the World We Want’ realizado por la Universidad de las Naciones Unidas, próximamente la demanda de agua ocasionará conflictos por la corrupción, los auxilios al sector energético y al agrícola, y adicionalmente por el excesivo crecimiento de las poblaciones.Para el 2030 la demanda mundial de agua dulce será un 40% superior a la oferta y en 10 años, 48 países estarán clasificados en la categoría “con escasez de agua”. Por otro lado, la desertificación causada por el cambio climático, la gestión inadecuada del agua y la agricultura intensiva es un problema que de no controlarse prontamente podría desencadenar una catástrofe a nivel mundial.

5.Reducción de la biodiversidad: De acuerdo con la WWF, desde 1970 al 2010 miles de poblaciones de vertebrados se redujeron en un 52%. Por otra parte, en los últimos 40 años Latinoamérica perdió el 83% de las poblaciones de peces, aves, mamíferos, anfibios y reptiles, un hecho preocupante porque dichas especies garantizan el tejido de los ecosistemas que sustentan la vida humana. La pérdida de biodiversidad tiene un coste estimado de 2 y 6 billones USD anuales, mientras que detener la extinción de especies puede costar 80 mil millones USD en un año.

6.Cambio Climático: Entre los efectos más alarmantes de este fenómeno se incluyen los eventos climáticos cada vez más extremos y el incremento del nivel del mar y de la temperatura terrestre. Está comprobado que las labores cotidianas sobre todo las de las industrias, han perjudicado el clima desde hace mucho tiempo, por lo que un cambio pertinente en los hábitos y en la forma de ejecutar las actividades industriales, sobre todo las que utilizan combustibles fósiles, puede hacer la diferencia en el futuro.

7.Acidificación de los océanos: Es el proceso que logra que se disminuya el nivel de pH de los océanos, teniendo en cuenta que éste no es constante ni en el tiempo ni en el espacio y depende de distintas variables naturales como la temperatura del agua y la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera, relacionándose así con el ciclo del carbono. Actualmente se está observando una rápida acidificación en los océanos del mundo gracias a las actividades humanas desde la revolución industrial y la emisión de gases de efecto invernadero. Lo preocupante es que la acidificación supone una alteración del ciclo de vida en los diferentes ecosistemas marinos y una reducción del plancton que es vital para la subsistencia de varias especies, que además de servirnos como alimento regulan el ciclo de la vida en la Tierra.


viernes, 22 de abril de 2016

22 de abril. Día de la Tierra.


Feliz día a pesar de las bombas,
de las guerras y los transgénicos,
de la megaminería, del intento
de horadar tu seno sin medida,

Feliz Día.

A pesar de la ambición capitalista
que en su ciega avaricia contamina
los ríos, las montañas y la vida,
el cielo, el aire y la fauna que has creado...
Madre Tierra, Feliz Día.




Feliz día en banderas de la tierra
que te llevan en la sangre y te veneran,
feliz día en la lucha de los pueblos
que reclaman su espacio en tu bandera
y besando el color de tu estandarte
te llevan en la piel y en las venas.

Cristhian Espinoza

miércoles, 22 de abril de 2015

22 de Abril "Día de la Tierra"


Toda la energía de la Pachamama a aquellos seres que la valoran y agradecen todo lo que ella nos da.
Cuidémosla, respetémosla.



Pintura “Pachamama” por Mamani Mamani

lunes, 21 de abril de 2014

22 DE ABRIL – DÍA DE LA TIERRA



FOTO: NIÑO MBYA GUARANÍ, KAAGUY (MONTE) A'E (y) MANGA (JUEGO)


LA   TIERRA   NO   ES   UNA  HERENCIA DE   NUESTROS   PADRES,   SINÓ   UN PRÉSTAMO   DE   NUESTROS  HIJOS…



SABIDURÍA INDÍGENA (1.854)