Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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sábado, 15 de febrero de 2025

Antes que Colón


lunes, 6 de enero de 2025

Cristóforo Columbus


sábado, 11 de mayo de 2024

Los españoles NO descubrieron América.




El mito de que Cristóbal Colón fue el primer europeo en pisar el continente americano se derrumba poco a poco con cada año que pasa. Es bien sabido que los vikingos habían llegado siglos antes que Colón a partes de Canadá y Groenlandia, pero se nos ha enseñado en la escuela que decir que los españoles no fueron los primeros en llegar a México es una tonteria. A pesar de que existen pruebas históricas, parece ser que está prohibido mencionar que los españoles no fueron los primeros en arribar a México. Algo ilógico, pues según las historias de los mismos españoles, cuando llegaron a la Península de Yucatán por primera vez, escucharon de los mismos nativos que unos hombres blancos ya habían estado allí, y habían prometido volver.

Otra historia afirma que - de acuerdo al testimonio de los frailes que acompañaron a Colón - los nativos no se extrañaron al divisar las cruces de los guerreros porque ya las conocían, lo que coincide con la hipótesis de que los caballeros templarios ya habían estado en América con anterioridad, y mantuvieron en el más grande secreto la ruta debido a sus intereses personales. Esta hipótesis comenzó debido a que, en un punto de la historia, los caballeros templarios llegaron a tener cantidades ingentes de oro, tanto que ni siquiera las elites gobernantes de aquellos tiempos se explicaban de dónde lo habían sacado. Para explicar sus grandes cantidades de oro, la población ignorante de aquellos tiempos atribuyó su riqueza a que los templarios habían encontrado el templo de salomón y el arca de la alianza, teorías y elucubraciones sin fundamento real, producto de la superstición religiosa y la ignorancia que imperaba en la Edad Media, aunque incluso algunos en el presente siguen creyendo esta historia. En cambio, es mucho más factible atribuir sus riquezas a que los templarios habían estado ya en América. Hay libros completos sobre los viajes de los templarios a México, el más conocido es del investigador francés Louis Charpentier, pero dejaremos los intrincados detalles de esa historia para otra ocasión.

Además de ser una buena explicación a la riqueza de los templarios, otra coincidencia es que se sabe que los mayas adoraban a Kukulkán y los pueblos nahuas a Quetzalcoatl, un dios blanco y barbado. Constatación insólita, porque estas culturas las formaban hombres lampiños y morenos por genética.

Pero los europeos no eran los únicos que conocían la ruta hacia América. Existen otras hipótesis - aunque con muy poco sustento - que mencionan que los chinos y los árabes también habían arribado al continente siglos atrás. Los chinos fueron por siglos, e incluso milenios, los mejores marineros del mundo. Un dato poco conocido debido al eurocentrismo impuesto en la sociedad occidental, en donde aun creemos que los primeros filósofos nacieron en Europa, cuando en realidad milenios antes los egipcios y los chinos ya tenían sus propios filósofos, astrónomos y matemáticos.

Se sabe que la flota china en el siglo XV era tan grande y numerosa que no se vio una de igual tamaño hasta la primera guerra mundial, 500 años después. El tamaño de los barcos españoles comparados con los barcos chinos era minúsculo. Pero debido a la política china de paz y no invasión - que hasta nuestros tiempos sigue vigente- a pesar de todo este poderío naval, los chinos nunca anexionaron territorios extranjeros, sino que solamente comerciaban con los diferentes pueblos. Por ello algunos teorizan que la flota china bien pudo haber encontrado nuestro continente, pero a diferencia de los europeos, no provocaron ninguna invasión. Lamentablemente, unos pocos años antes de que los españoles supuestamente descubrieron America, el nuevo emperador chino, inspirado en supersticiones, destruyó casi toda la flota naval china, y de esta manera, china terminó cayendo lentamente de ser la primera potencia económica y naval del planeta, y comenzó la misteriosa etapa del aislamiento chino, el cual terminó a penas hace unas cuantas décadas. Por lo tanto, si China descubrió America un poco antes que los españoles, debido a su política de no invasion y no anexión, los exploradores chinos no habrían hecho de ello una gran noticia, a diferencia de los europeos con mentalidad de conquista.

Además, la hipótesis más aceptada sugiere que si loss chinos descubrieron America, muy probablemente haya sido en viajes de un solo sentido, pues debido a la naturaleza del océano pacifico, las flotas chinas no habrían podido regresar fácilmente sin la ayuda de las corrientes marítimas y de aire que sí existen en el océano Atlántico.

Pero algunos arqueólogos chinos van más allá. Según sus hipótesis, los chinos no descubrieron américa décadas o siglos antes que los españoles, sino milenios. Llegan al punto de teorizar que las enigmáticas cabezas olmecas son prueba contundente de que los chinos estuvieron en américa - específicamente en el sur de México - hace ya miles de años. No solo por el parecido en las facciones faciales, sino también porque supuestamente muchos de los jeroglíficos olmecas son casi idénticos a los jeroglíficos chinos antiguos. Esta hipótesis no parece tener apoyo de casi ningún arqueólogo occidental, pero los arqueólogos chinos están tan seguros de esto que ellos mismos están pagando su propia investigación.

Aún así, hasta ahora no se han presentado pruebas contundentes de esa hipótesis, en cambio, de lo que sí tenemos pruebas es de que los pobladores de las islas polinesias sí llegaron a América siglos antes que los españoles. La tan conocida isla Rapa Nui, mejor conocida con su nombre impuesto por los colonizadores europeos: "Isla de Pascua", es el claro ejemplo. Pero no solo llegaron a esta isla, sino que muy seguramente su cultura se fusionó con las culturas de Sudamérica, pues muchas de las antiguas palabras de los pobladores polinesios originales de la isla son muy similares a palabras utilizadas en la cultura inca.

El tema del verdadero descubrimiento de América es demasiado extenso, y muchos libros se han escrito al respecto, por lo que es imposible abordar los detalles en una sola publicación. Pero si algo tiene que quedar claro es que Cristobal Colón y sus acompañantes marineros no fueron los primeros en descubrir America, pero sí fueron los primeros en tratar de conquistarla y devastarla, algo que ni siquiera los templarios (hombres que vivían para la batalla) hicieron.

Eduardo Villalobos 
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viernes, 7 de octubre de 2022

El verdadero Cristóbal Colón


Escrito por HOWARD ZINN
TRADUCCIÓN: VALENTÍN HUARTE

No hay nada que celebrar. La llegada de Colón a las Américas, lejos de haber sido una aventura heroica, fue un vertedero de sangre.

Arahuacos hombres y mujeres, desnudos, con sus pieles leonadas y completamente asombrados, salieron de sus aldeas hacia las playas de la isla y nadaron contra el mar para mirar de cerca esa embarcación, tan enorme y extraña a la vez. Cuando Colón y sus marineros orillaron con sus espadas, los arahuacos corrieron a saludarlos y los agasajaron con comida, agua y regalos. Poco tiempo después, el navegante escribió en su diario:
[N]os traían papagayos e hilo de algodón en ovillos y azagayas y otras cosas muchas, y nos las trocaban por otras cosas que nos les dábamos, como cuentecillas de vidrio y cascabeles. En fin, todo tomaban y daban de aquello que tenían de buena voluntad. […] Ellos no traen armas ni las conocen, porque les mostré espadas y las tomaban por el filo y se cortaban con ignorancia. Deben ser buenos servidores […] con cincuenta hombres los tendrán todos sojuzgados y les harán hacer todo lo que quisieren.

Estos arahuacos de las Islas Bahamas se parecían bastante a los indios del continente, pues se destacaban —los observadores europeos no se cansaban de repetirlo— por su hospitalidad y su disposición a compartir. Esos rasgos no sobraban en la Europa del Renacimiento, dominada como estaba por la religión de los papas, el gobierno de los reyes y la locura dineraria que definió a la civilización occidental y a su primer mensajero en las Américas, Cristóbal Colón.

La pregunta que movía a Colón era clara y sencilla: ¿Dónde está el oro? Había persuadido al rey y a la reina de España de financiar una expedición a tierras lejanas bajo el supuesto de que encontraría grandes tesoros del otro lado del atlántico: traería oro y especias de la India y de Asia. Al igual que otra gente culta de su tiempo, sabía que el mundo era redondo y que navegando hacia el oeste llegaría al lejano este.

La unificación de España era reciente: el país se había convertido en un nuevo Estado nación, como Francia, Inglaterra y Portugal. Su pueblo, compuesto fundamentalmente de campesinos pobres, trabajaba para la nobleza, que representaba el 2% de la población y poseía el 95% de la tierra. Como otros Estados del mundo moderno, España estaba en busca de oro, esa nueva insignia de la riqueza, mucho más útil que la tierra, pues permitía comprar cualquier cosa.

Había oro en Asia, pensaban, y también seda y especias. No hacía tanto tiempo, Marco Polo y otros habían traído al continente cosas maravillosas. Ahora que los Turcos habían conquistado Constantinopla y las regiones orientales del Mediterráneo, los caminos que pasaban por Asia estaban bajo su control y era necesario encontrar rutas marítimas. Los portugueses habían llegado al extremo sur de África. Entonces, España decidió jugársela en un largo paseo sobre un océano desconocido.

A cambio de traer oro y especias, los reyes católicos prometieron premiar a Colón con el 10% de las ganancias, el gobierno de las tierras descubiertas y la fama que acompañaría su nuevo título: Almirante de la Mar Océana. Colón era un comerciante de la ciudad italiana de Génova, tejedor de medio tiempo —hijo de un maestro en el oficio— y experto marinero. Zarpó con tres carabelas, entre las que destacaba por su tamaño la Santa María, de casi treinta metros y con una tripulación de treintainueve miembros.

Colón nunca hubiese llegado a Asia, situada muchos kilómetros más lejos de lo que indicaban sus cálculos, fundados en el imaginario de un mundo pequeño. La amplitud de los mares lo hubiese condenado a la muerte. Pero tuvo suerte. A un cuarto de camino se topó con una tierra inexplorada y desconocida, que separaba a Europa de Asia: las Américas. Fue durante la primera mitad de octubre de 1492, treintaitrés días después de que Colón y sus marineros hubieron abandonado las Canarias, archipiélago situado en la costa atlántica de África. Entonces vieron ramas y palos que flotaban en el agua. Vieron bandadas de pájaros.

Eran signos de que estaban acercándose a tierra. El 12 de octubre, un marinero llamado Rodrigo contempló el brillo de la luna mañanera sobre las arenas blancas, y lloró. Era una de las islas caribeñas de las Bahamas. Se suponía que el primer hombre que avistara tierra obtendría una pensión anual vitalicia de 10 000 maravedís, pero Rodrigo nunca cobró. Colón juró que había visto una luz la noche anterior. Así obtuvo la recompensa.

Fue en ese momento, cuando se acercaban a la costa, que los indios arahuacos nadaron a saludarlos. Los nativos vivían en aldeas comunales y contaban con una agricultura bastante desarrollada de maíz, batata y mandioca. Sabían hilar y tejer, pero no tenían caballos ni animales de trabajo. Aunque no tenían hierro, de sus orejas colgaban pequeños adornos de oro.

Las consecuencias del detalle fueron terribles: luego de secuestrar a algunos habitantes, Colón los torturó para que lo condujeran hacia la fuente del oro. Navegó hasta la actual Cuba y luego hasta La Española (hoy dividida entre Haití y República Dominicana). Allí, las diminutas partículas de oro que brillaban en los ríos y una máscara del mismo metal, que el jefe de una tribu puso ante los ojos de Colón, generaron la visión delirante de inagotables campos auríferos.

En su informe a la Corte de Madrid, Colón exageraba. Insistía en que había desembarcado en Asia —estaba en Cuba— y en una isla en la costa de China (La Española). Sus descripciones eran en parte verdad y en parte ficción:
La Española es maravilla: las sierras y las montañas y las vegas y las campiñas y las tierras tan hermosas y gruesas para plantar y sembrar […]. [H]ay muchas especierías y grandes minas de oro y de otros metales.

Los indios, informaba Colón, «son tanto sin engaño y tan liberales de lo que tienen, que no lo creería sino el que lo viese. Ellos de cosa que tengan, pidiéndosela, jamás dicen que no, antes convidan a la persona con ello […]. Concluía su informe con un pequeño pedido a su Majestad, a cambio del cual «yo les daré oro cuanto hubieren menester […] y esclavos cuantos mandaren cargar […]».

Las promesas y los informes de Colón lograron que su segunda expedición contara con diecisiete barcos y más de doscientos hombres. El objetivo estaba claro: esclavos y oro. Desde su base haitiana, Colón empezó a enviar a una expedición tras otra hacia el interior. No encontraron campos de oro, pero aun así tenían que llenar los barcos que volvían a España con algún tipo de dividendo.

En 1495 acometieron una redada esclavista: rodearon a 1500 arahuacos —hombres, mujeres y niños—, los metieron en jaulas vigiladas por españoles y perros y eligieron a los 500 mejores especímenes para subirlos a bordo. De esos 500, 200 murieron en el viaje.

Fueron muchos los que murieron en cautiverio. Entonces Colón, desesperado por devolver los dividendos anticipados, tuvo que honrar su promesa de llenar los barcos de oro. En la provincia haitiana de Cicao, donde el conquistador y sus hombres pretendían encontrar los campos auríferos, ordenaron que todas las personas mayores de 14 años recolectaran cada tres meses una cierta cantidad del metal precioso. Cuando cumplían la directiva, los colonizadores colocaban un identificador de cobre alrededor de sus cuellos. A los indios que no tenían el cobre, les amputaban las manos y los dejaban morir desangrados.

La tarea que los colonizadores imponían a los indios era imposible. El único oro que había alrededor era el polvo que surcaba la corriente de los ríos. Entonces los nativos intentaron huir, pero fueron cazados por los perros y asesinados. Cuando se hizo evidente que no había más oro, los indios fueron sometidos al trabajo esclavo en el marco de grandes Estados, conocidos más tarde como encomiendas. Se los forzaba a trabajar a un ritmo insoportable y morían de a miles. En 1515 quedaban, con suerte, 50 000 indios. En 1550 quedaban 500. Un informe de 1650 muestra que no quedaba en la isla ni un solo arahuaco nativo. Tampoco habían sobrevivido sus descendientes.

La fuente principal —y, en muchos casos, la única— de información sobre lo que sucedió en las islas después de la llegada de Colón es Bartolomé de las Casas, quien, cuando era apenas un joven cura, participó de la conquista de Cuba. Durante un tiempo gobernó una plantación de indios esclavos, pero renunció y se convirtió en un crítico apasionado del maltrato español. Las Casas transcribió el diario de Colón y, cuando cumplió cincuenta años, empezó a escribir los múltiples tomos de su Historia de las Indias.

En el segundo, Las Casas, quien al principio había instado a reemplazar a los indios por esclavos negros, convencido de que eran más fuertes y sobrevivirían, pero luego terminó rindiéndose ante la evidencia de los efectos que provocaba la situación en los negros, narra el trato que recibían los nativos de parte de los españoles. Por ejemplo, pasado cierto tiempo, los españoles se negaban a realizar cualquier trecho caminando. Entonces, si estaban apurados, montaban las espaldas de los indios o las hamacas que ellos cargaban corriendo. También obligaban a los indios a cubrirlos del sol con grandes hojas y a abanicarlos con plumas de ganso.

El control total condujo a la crueldad total. Las Casas cuenta que los españoles no hacían otra cosa que apuñalar decenas de indios y cortarlos en pedacitos para probar el filo de sus espadas. Todos los intentos de defensa fracasaron. El cura informa que los indios sufrieron y murieron en las minas o realizando otros trabajos forzados, en un silencio desesperado, sin nadie a quien recurrir para pedir ayuda. Luego, describe el trabajo en las minas:
Enfermaban en las minas por las susodichas causas: no los curaban, sino dábanles un poco de cazabí y ajes, y enviábanlos a sus tierras a que se curasen, los cuales se iban cuanto más podían durar, y cuando el mal les crecía o la comida les faltaba, echábanse en un monte o arroyo donde se acababan; yo los vide algunas veces y digo verdad.
Ved el escarnio de las leyes, y cuán llenas de iniquidad. Otra ley hobo que mandó que ninguna mujer preñada, que pasase de cuatro meses la preñez, no la enviasen a las minas, ni a hacer montones, sino que las tuviesen los españoles en sus estancias y se sirviesen dellas en las cosas de por casa, que son de poco trabajo, así como hacer pan y guisar de comer y desherbar. Véase qué crueldad e inhumanidad, que hasta cuatro meses pudiese trabajar la mujer preñada en las minas y hacer montones, que son trabajos para gigantes, como queda declarado, y que hasta que eche la criatura sirva en casa de hacer pan, que es no chico, sino grande trabajo, y mayor el desherbar las labranzas.

Cuando llegó a La Española en 1508, Las Casas declaró que había 60 000 personas en la isla, contando a los indios, de donde es posible concluir que entre 1494 y 1508 habían muerto más de tres millones de personas a causa de la guerra, la esclavitud y las minas.

Lo mismo que hizo Colón con los arahuacos de las Bahamas, hicieron Cortés con los aztecas de México, Pizarro con los Incas del Perú y los colonos ingleses de Virginia y Mssachusetts con los powhatanos y los pequot. Usaron las mismas tácticas y por los mismos motivos: la locura del oro, típica de los primeros Estados capitalistas europeos, el hambre de esclavos y de materias primas, destinados a pagar a los bonistas y accionistas de las expediciones, a financiar a las burocracia monárquicas de Europa occidental, a acicatear la nueva economía dineraria que surgía de las ruinas del feudalismo, en fin, a participar de lo que Marx denominó acumulación originaria. Fueron los violentos inicios de un intricado sistema que supo combinar la tecnología, los negocios, la política y la cultura para garantizar su dominio mundial durante los cinco siglos siguientes.

¿Qué tan seguros estamos de que todo lo destruido era inferior? ¿Quiénes eran esas personas que salieron de la playa y nadaron con regalos para Colón y su tripulación y que invitaron a Cortés y a Pizarro a cabalgar en sus campos? ¿Qué sacó el pueblo español de todas las muertes y la crueldad provocadas contra los indios de las Américas? En su libro, Columbus: His Enterprise, Hans Koning sintetiza bien la respuesta esta última pregunta:
Pues todo el oro y la plata robados y enviados a España no enriquecieron al pueblo español. Solo sirvió para otorgarles una ventaja a sus reyes en el equilibrio de fuerzas de la época, es decir, representó una oportunidad de contratar más mercenarios para sus guerras. Pero, en cualquier caso, fueron guerras perdidas, y lo único que quedó fue una inflación monstruosa, una población hambrienta, ricos más ricos, pobres más pobres y una clase campesina arruinada.

Así comenzó la historia de la invasión europea a los asentamientos indígenas de las Américas.

HOWARD ZINN

(1922-2010) Fue un importante historiador, escritor, dramaturgo y activista social estadounidense. El artículo que sigue es una adaptación de su reconocida obra, A People's History of the United States (traducido al castellano como La otra historia de los Estados Unidos).

https://jacobinlat.com/2021/10/12/el-verdadero-cristobal-colon/#:~:text=Col%C3%B3n%20era%20un%20comerciante%20de,una%20tripulaci%C3%B3n%20de%20treintainueve%20miembros.

miércoles, 29 de diciembre de 2021

Un estudio reveló que los vikingos llegaron a América mucho antes que Cristóbal Colón

Un estudio publicado en Nature confirma que el primer encuentro entre los vikingos y los nativos americanos se dio en el siglo XI.

Que Cristóbal Colón no fue el primero en poner un pie en tierras americanas es un hecho historiográfico más o menos conocido y aceptado, pero el crédito por el ‘descubrimiento’ del nuevo continente nunca le ha sido realmente arrebatado.


Ya para el año 1874, Rasmus B. Anderson, profesor de la Universidad de Wisconsin, fue el primero en declarar que “América no fue descubierta por Colón”, y en señalar a los Vikingos como los reales descubridores de estas tierras, específicamente la parte norte del continente. Su afirmación estaba basada en las revisiones historiográficas y lingüísticas de las antiguas sagas vikingas, como la “Saga de los groenlandeses” y la “Saga de Erik el Rojo”, escritas en los siglos XIII y XIV.

Esta teoría de Anderson fue finalmente comprobada en octubre de este año, gracias a una investigación que, utilizando tecnología de punta, logró establecer la fecha exacta de la primera visita vikinga a América del Norte: tuvo lugar en 1021.

Para hacerlo, analizaron la edad de los restos de madera recuperados en las excavaciones arqueológicas en la isla de Terranova (actualmente una provincia de Canadá), un sitio llamado L’Anse aux Meadows, en el que en 1960 fueron descubiertos ocho estructuras que se asemejaban a ruinas vikingas de Islandia y Groenlandia.


La excavación posterior arrojó varios objetos, entre ellos una aguja de hueso, una piedra de afilar y un verticilo de esteatita, que demostraron que el sitio pertenecía a los nórdicos. Si bien la mayor parte de la evidencia sugirió que L’Anse aux Meadows se estableció a fines del siglo X o principios del XI, las técnicas de datación disponibles en ese entonces seguían siendo imprecisas.

Pero el artículo publicado en Nature logró establecer una fecha más precisa. El estudio se centró en tres piezas de madera obtenidas de L’Aanse aux Meadows. Cada una había sido cortado con una herramienta de metal, tal vez un hacha, una tecnología que no era utilizada por los grupos indígenas de la zona en el siglo XI.



Los científicos que lideraron el estudio luego centraron su atención en la dendrocronología, o datación de anillos de árboles, un campo cuya precisión ha avanzado considerablemente en los últimos años. Tras la identificación de un evento inusual llamado Miyake en 993 y 994, en el que los picos del isótopo carbono-14 en la atmósfera cambiaron la forma en que aparecen los anillos de los árboles de ese momento, los científicos buscaron esta firma de radiocarbono distintiva en los anillos de sus tres especímenes. Usando este método, calcularon que los árboles fueron talados 28 años después de 993: exactamente hace un milenio, en 1021.

Los científicos han reconocido que este lugar es el legendario Vinland descrito en las sagas nórdicas, un territorio que fue el epicentro del encuentro de los vikingos con los pueblos originarios que ya habitaban esas tierras, por lo menos 500 años antes de la llegada de Colón y de que el cartografista alemán Matthias Ringmann bautizara el continente cómo América, en honor al italiano Américo Vespucio.



Tanto las sagas como la evidencia arqueológica subrayan la naturaleza tentativa y de pequeña escala de la actividad vikinga en América del Norte. L’Anse aux Meadows no acogió a más de 100 personas. Con toda probabilidad, el sitio funcionó menos como una colonia permanente y más como un campamento que sirvió como base para futuras exploraciones. Las sagas describen sucesivas expediciones a Vinland que no lograron establecerse. Según los autores, esto se debió en parte a la hostilidad de los pueblos nativos que ocupaban estas tierras y en parte a disputas internas entre los grupos exploradores que emprendieron los viajes.

Estas historias comunicaron el mensaje de que Vinland, a pesar de todos sus abundantes recursos naturales, era un lugar peligroso para visitar. A pesar de estas advertencias, la evidencia de las crónicas y otras fuentes dejan claro que, a lo largo de la Edad Media, los miembros de las colonias nórdicas en Groenlandia, descendientes de los colonos vikingos originales, continuaron viajando con cierta regularidad hacia los confines de lo que hoy es América del Norte. Lo hicieron en busca de madera y para cazar las morsas cuyos colmillos eran preciados en toda Europa en ese momento.

Para Joel D. Anderson, profesor asistente de historia en la Universidad de Maine, este encuentro de dos culturas demuestran cómo los vikingos ayudaron a expandir el mundo de formas hasta entonces inimaginables. Destaca el profesor que los seres humanos comenzaron a emigrar de África hace 80.000 años y que con la reciente confirmación del encuentro entre americanos nativos y vikingos en 1021, ahora sabemos a ciencia cierta cuánto tiempo le tomó a la humanidad para rondar toda la Tierra.
Uno de los trozos de madera recuperados de L’Anse Aux Meadows que se uso para datar la llegada de los vikingos a América (Foto: Nature)

“El encuentro entre los vikingos y los pueblos indígenas de América del Norte fue una especie de reencuentro familiar, un encuentro de dos ramas de la especie humana, una migrando por Europa y la otra por Asia, que habían estado separadas durante miles de años”, destaca el científico.

Este trascendental evento, destaca Anderson, pasó entonces desapercibido y pasaron mil años para que entendiéramos su magnitud y significancia, por eso pregunta: “Si la tala de tres árboles en 1021 puede arrojar luz sobre un pasado que nos ayuda a dar sentido al mundo en 2021, ¿qué pequeño evento, apenas notado hoy, podría proporcionar una idea de la historia mundial en 3021?”

Fuente: INFOBAE - 29 de Diciembre de 2021
https://www.infobae.com/america/mundo/2021/12/29/un-estudio-revelo-que-los-vikingos-llegaron-a-america-mucho-antes-que-cristobal-colon/?utm_medium=Social&utm_source=Twitter#Echobox=1640814197-1

martes, 12 de octubre de 2021

12 de Octubre - El Descubrimiento


viernes, 10 de septiembre de 2021

Estatua de mujer indígena sustituirá a escultura de Colón en Ciudad de México



Tras meses resguardada, la estatua de Cristóbal Colón del Paseo de la Reforma de la Ciudad de México será finalmente sustituida por una escultura en homenaje a las mujeres indígenas en esta avenida neurálgica de la capital.

«La estatua de Colón será reubicada en el Parque América, en la alcaldía Miguel Hidalgo, en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)», informó el Gobierno de la Ciudad de México en un boletín.

Por el Día Internacional de la Mujer Indígena, que se celebró este 5 de septiembre, la alcaldesa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, señaló que se busca realizar «un gran reconocimiento a las mujeres indígenas de México»

Por ello anunció que, en colaboración con INAH, se colocará en la llamada Glorieta de Colón la escultura «Tlali», en honor a las mujeres indígenas de México.

Esta escultura está siendo elaborada por el escultor mexicano Pedro Reyes, cuenta con 6,5 metros de alto y tendrá un basamento hecho en tezontle.

Además, recupera la «tradición ancestral de talla directa en piedra, la cual surgió hace más de 4.000 años con las cabezas colosales olmecas», puntualizó el texto.


POLÉMICA CON COLÓN

La estatua de Colón fue construida a mediados del siglo XIX por el escultor francés Charles Cordier y financiada por el industrial mexicano Antonio Escandón.

Llegó a México por el oriental estado de Veracruz en 1875 y se instaló unos años después en la capital, según recuerda el libro «El monumento elevado en la Ciudad de México a Cristóbal Colón. Descripción e Historia», de Luis García Pimentel.

El 10 de octubre del pasado año, el Gobierno de la capital mexicana retiró la estatua de su principal avenida, dos días antes de una protesta ciudadana que pretendía derribar el monumento.

Mientras que el 12 de octubre del pasado año, cuando en México se celebra el Día de la Raza o el Día de la Nación Pluricultural -como declaró el Senado en 2020-, se desplegó un fuerte dispositivo de seguridad en dos lugares de la capital con estatuas del navegante.

«Colón claro que fue un gran personaje universal y también hay que reconocerlo. Pero creemos que, en el centro de nuestra ciudad, ahí tiene que haber un reconocimiento a la mujer indígena y, por eso, este monumento», añadió este fin de semana la alcaldesa Sheinbaum.

LA RESISTENCIA INDÍGENA

Con un sinfín de actividades, el Gobierno mexicano conmemora este 2021 los 200 años de la independencia del país, los 700 de la fundación de Tenochtitlan y los 500 años de la conquista de Hernán Cortés, una efeméride ahora rebautizada como de «resistencia indígena».

En este contexto, Sheinbaum resaltó que, como parte de un «cambio cultural», se debe dar importancia y homenajear a la «mujer indígena» y ponerla «en el centro de nuestra ciudad» y «en el centro de nuestra historia».

Esta no es la primera ocasión en la que el actual Gobierno de la Ciudad de México retira estatuas o cambia nomenclaturas de calles dedicadas a la conquista y a la colonia española.

El pasado 27 de julio, las autoridades renombraron un espacio dedicado a la llamada Noche Triste de Hernán Cortes -por la pérdida de una batalla en 1520- como la plaza de la Noche Victoriosa, en un paso más en el afán del Gobierno mexicano en reescribir la historia de la conquista.

Semanas antes, cambió la avenida Puente de Alvarado, que honraba al conquistador español Pedro de Alvarado, por la avenida México-Tenochtitlan, antigua ciudad mexica sobre la que se levantó la actual capital mexicana.

Fuentes: El Mercurio - 5 de Septiembre de2021

https://elmercurio.com.ec/2021/09/06/estatua-de-mujer-indigena-sustituira-a-escultura-de-colon-en-ciudad-de-mexico/?fbclid=IwAR0yJyetLaSlm8azqUaT7zwNGqnTQrTHTC3b4UeoiS3wY33YigF9W1rJ0JA

sábado, 12 de diciembre de 2020

Lo que trajo Cristóbal Colón y no se enseña en los colegios


El Reino de terror de Colón es uno de los capítulos más oscuros de nuestra historia. 

Sorprendentemente, Colón supervisó la venta de niñas nativas a la esclavitud sexual. Las niñas de 9 a 10 años eran las más deseadas por sus hombres. En 1.500, Colón escribió casualmente sobre ello en su diario. Dijo: "Cien castillos son tan fáciles de conseguir para una mujer como para una granja, y esto es muy general y hay muchos traficantes que buscan niñas; las de nueve a diez años están ahora en demanda." Obligó a estos pacíficos nativos a trabajar en sus minas de oro hasta que murieron de agotamiento. Si un trabajador "indio" no entregaba toda su cuota de polvo de oro antes de la fecha límite de Colón, los soldados le cortaban las manos y se las ataban al cuello para enviar un mensaje. La esclavitud era tan intolerable para esta dulce y gentil gente de la isla que en un momento cien de ellos se suicidaron en masa. 

La ley católica prohibía la esclavitud de los cristianos, pero Colón resolvió este problema. Simplemente se negó a bautizar a los nativos de La Española. 

En su segundo viaje al Nuevo Mundo, Colón trajo cañones y perros de ataque. Si un nativo se resistiera a la esclavitud, le cortaría una nariz o una oreja. Si los esclavos trataban de escapar, Colón los quemaba vivos. Otras veces, enviaba perros de ataque para cazarlos, y los perros arrancaban los brazos y las piernas de los nativos que gritaban mientras aún estaban vivos. Si los españoles se quedaron sin carne para alimentar a los perros, los bebés arahuacos fueron matados para comer. 

Los actos de crueldad de Colón fueron tan indecibles y tan legendarios - incluso en su época - que el gobernador Francisco De Bobadilla arrestó a Colón y a sus dos hermanos, los ató con cadenas y los envió a España para que respondieran por sus crímenes contra los arahuacos. Pero el rey y la reina de España, con su tesoro lleno de oro, perdonaron a Colón y lo liberaron. 

Uno de los hombres de Colón, Bartolomé De Las Casas, estaba tan mortificado por las brutales atrocidades de Colón contra los nativos que dejó de trabajar para Colón y se convirtió en un sacerdote católico. Describió cómo los españoles bajo el mando de Colón cortaban las piernas de los niños que huían de ellos para probar el filo de sus cuchillas. Según De Las Casas, los hombres hacían apuestas sobre quién, con un solo golpe de su espada, podía cortar a una persona por la mitad. Dice que los hombres de Colón derramaron gente llena de jabón hirviendo. En un solo día, De Las Casas fue testigo ocular cuando los soldados españoles desmembraron, decapitaron o violaron a 3000 nativos. "Se cometieron tales inhumanidades y barbaridades a mis ojos como ninguna edad puede ser paralela", escribió De Las Casas. "Mis ojos han visto estos actos tan extraños a la naturaleza humana que ahora tiemblo mientras escribo." 

De Las Casas pasó el resto de su vida tratando de proteger a los indefensos nativos. Pero después de un tiempo, no quedaban nativos que proteger. Los expertos coinciden en general en que antes de 1.492, la población de la isla de La Española probablemente superaba los 3 millones de habitantes. A los 20 años de la llegada de España, se redujo a sólo 60.000. En 50 años, no se pudo encontrar ni un solo habitante nativo original. 

En 1.516, el historiador español Pedro Mártir escribió: "Un barco sin brújula, gráfico o guía, pero sólo siguiendo el rastro de los indios muertos que habían sido arrojados de los barcos donde podían encontrar su camino desde las Bahamas hasta La Española."

Cristóbal Colón obtuvo la mayor parte de sus ingresos de la esclavitud, observó De Las Casas. De hecho, Colón fue el primer traficante de esclavos de las Américas. Cuando los esclavos nativos murieron, fueron reemplazados por esclavos negros. El hijo de Colón se convirtió en el primer comerciante de esclavos africano en 1505. 

Fuentes: Trata de esclavos -asesinos en masa- colón central irlandés- Libro de Todorov la conquista de America. Extractos de Bartolomé de las Casas. 

Compartido por Marcelo Gallardo Olivares

viernes, 24 de julio de 2020

Dos estatuas de Cristóbal Colón son retiradas en Chicago


Dos estatuas de Cristóbal Colón fueron retiradas este viernes en la ciudad de Chicago, en medio de una ola de rechazo a la figura del explorador y la creciente controversia por su rol en la historia de América.

La estatua del Parque Grant fue sacada de su cimiento en la madrugada, ante la mirada atenta de un grupo de personas. 

"Se siente bien ver esta estatua caer", dijo a la AFP Brenda Armenta.

Otra estatua del navegante nacido en Génova, que ahora forma parte de Italia, elogiado por "descubrir el Nuevo Mundo", fue derribada en el parque Arrigo, en una zona de la ciudad conocida como la Pequeña Italia. 

En Estados Unidos, las estatuas de Colón son numerosas y fueron instaladas en un tiempo en que los inmigrantes italianos sufrían discriminación y fue una forma de alentar su integración en la sociedad estadounidense. 

Pero tras la muerte de George Floyd, un estadounidense negro, a manos de la policía, el país está sumido en un profundo examen de conciencia que ha desembocado en la retirada de estatuas de Colón y otras figuras relacionadas con el colonialismo. 

El despacho de la alcaldesa, Lori Lightfoot, indicó en un comunicado que las estatuas fueron sacadas de forma "temporal" hasta nuevo aviso. 

La autoridad explicó la decisión afirmando que es una medida de prevención ya que su presencia era "insegura" tanto para los manifestantes como para la policía, después de que varios individuos intentaran tumbar la estatua con métodos peligrosos. 

"Esta medida es un esfuerzo para proteger la seguridad pública para preservar un espacio seguro para un diálogo inclusivo y democrático sobre los símbolos de nuestra ciudad", indicó. 

El legado de Colon, que viajó desde Cádiz a las Antillas en 1492, ha sido cuestionado debido al tratamiento brutal que sufrieron los indígenas a manos de los colonizadores europeos. 

Las estatuas del navegante han sido sacadas en ciudades como Baltimore, Boston y San Francisco.

En Nueva York, tanto el gobernador, Andrew Cuomo, como el alcalde, Bill de Blasio, descartaron mover un monumento que está en una rotonda cerca de Central Park.

Fuente: Andina - Agencia Peruana de Noticias - 24 de Julio de 2020.

domingo, 28 de junio de 2020

California retirará la estatua de Cristóbal Colón e Isabel la Católica del Capitolio




La Legislatura Estatal de California, EE.UU., decidió quitar de la rotonda central del Capitolio en Sacramento, la estatua de Cristóbal Colón e Isabel I de Castilla, ya que “ofende a los indígenas americanos”. Esta decisión fue tomada luego de la ola de protestas antirracistas en el país, que comenzaron siendo contra la policía y ahora se extienden a los símbolos de la conquista europea en América.

La iniciativa fue tomada por un grupo de legisladores, un día después de que fuese retirada la estatua del colono John Sutter delante del hospital que lleva su nombre en la capital californiana. La figura del explorador germano-suizo es cuestionada hace décadas como un símbolo del exterminio indígena sobre California en el siglo XIX.



A pesar de que Cristóbal Colón nunca pisó tierras estadounidenses y murió tres siglos antes de la conquista del suroeste americano, aquellos que rechazan la visión idealizada de la llegada de los europeos a América lo consideran el símbolo de todo lo que vino después. Anteriormente, en noviembre de 2018, el condado de Los Ángeles retiró la misma estatua, ubicada en Grand Park.

Fuente: History - 27 de Junio de 2020.

https://latam.historyplay.tv/noticias/california-retirara-la-estatua-de-cristobal-colon-e-isabel-la-catolica-del-capitolio

domingo, 26 de febrero de 2017

Como Cristóbal Colón salvó la vida gracias a un eclipse lunar


Tras el descubrimiento de América, Cristóbal Colón hizo tres viajes más en los siguientes diez años. En el cuarto y último viaje para explorar las costas americanas, el navegante se encontró en una situación delicada. Pero usando sus conocimientos de astronomía, consiguió engatusar a los nativos, aterrorizándolos y salvándose a sí mismo y su tripulación.

Llegada de Colón a La Española en 1492
Colón, ya con 51 años y con su artritis a cuestas, parte con dos carabelas, la Capitana y la Santiago, y dos naos, el Gallego y el Vizcaíno. Sin embargo, una incursión de carcoma en la flota le obligó a abandonar dos de los barcos y a arribar la costa de la isla hoy conocida por Jamaica el 25 de junio de 1503. Inicialmente, los nativos dieron la bienvenida a la flota, proporcionándoles alimento y refugio. Pero a medida que los días se convirtieron en semanas las tensiones aumentaron. Después de 6 meses de estancia, y tras un rifirrafe, algunos hombres de la tripulación mataron a unos nativos. Se les negó la comida, el hambre y la venganza eran inminentes y Colón tuvo que idear un plan…



Los indígenas asombrados ante el eclipse
Al consultar el libro del matemático y astrónomo alemán Johannes Müller von Königsberg (1436-1476), encontró que el siguiente eclipse lunar sucedería el 29 de febrero de 1504. Sabiendo esto, tres días antes del eclipse, Colón pidió reunirse con el líder de los indígenas para informarle que el Dios cristiano estaba muy enojado con ellos y que sufrirían las “consecuencias”. Así que, para mostrar su enojo, en tres días “las llamas de la ira” harían desaparecer la luna del cielo.

De hecho, ocurrió lo que dijo Colón. Comenzó el eclipse y la “luna sangrienta” hizo su aparición. Según el hijo del navegante, los nativos se encontraban sumidos en tal terror que de inmediato pidieron a Colón que “hablara con Dios” para devolver a la luna a su tamaño original.


Entonces Colón se encerró en una cabaña durante 50 minutos, aparentemente para hablar con el altísimo. Usó su reloj de arena para registrar las fases del eclipse y, justo antes de que llegara a su fin, anunció que Dios estaba de acuerdo en “devolverles” la luna. Así pues, los nativos agradecidos los alimentaron y ayudaron hasta su partida por el Caribe el 29 de junio de 1504.

Fuente>Historias de Nuestra Historia
Imágenes: Flickr


martes, 11 de octubre de 2016

11 de Octubre, último dìa de la Libertad de los Pueblos Originarios del Abya Yala



Abya Yala es el nombre con que se conoce al continente que hoy se nombra América, que literalmente significaría tierra en plena madurez o tierra de sangre vital. Dicho nombre le fue dado por el pueblo Kuna en Panamá y en Colombia, la nación Guna Yala del actual Panamá, antes del descubrimiento y arribo de Cristóbal Colón y los europeos. El 11 de octubre de 1492 fue el ultimo día antes de que conquistadores insaciables y sin escrúpulos provenientes de Europa, de España mas precisamente, y después de haber cruzado el océano Atlántico desembarcaran en las islas del Caribe y comenzaran las acciones de conquista en nombre de la Corona y de la Iglesia de una basta extensión de tierras. Los navegantes pensaban que habían llegado al Oriente, a la India a Catay y Bangui en China y Cipango en Japón a los que también pretendían poner bajo su yugo. Muchos años después se dieron cuenta que habían llegado a otro continente del que se adueñaron a la fuerza y del que, casi inmediatamente comenzaron a extraer sus riquezas, especialmente oro, A Abya Yala ya habían llegado europeos como los vikingos unos 400 años antes, y se piensa que polinesios. También hay pruebas que los incas navegaron por el Pacifico hacia la Polinesia y hubo en los siglos anteriores intercambios culturales y economicos entre los distintos continentes a pesar de que Abya Yala esta rodeado por dos grandes océanos. Pero nunca, ninguna cultura originaria previó que un día iban a llegar humanos tan insensibles a la vida humana, a la diversidad cultural o religiosa, y tan ambiciosa de bienes terrenales como los metales preciosos y la facilidad de hacerse ricos rápidamente, aunque sea matando y esclavizando por un lado, y consiguiendo nuevas almas para el cristianismo, y así congraciarse con la Iglesia, por otro.
Las consecuencias que destacan por su importancia en la Conquista de Abya Yala son:
Desaparición de los sistemas políticos y organizativos de los pueblos indígenas aunque en cada región ocurrió en momentos diferentes.
Pérdida definitiva de su soberanía.
Desaparición de numerosas lenguas autóctonas y la casi extinción de otras. Las lenguas indígenas pasaron a un segundo plano, si bien este proceso tardó casi tres siglos, y se impusieron definitivamente los idiomas europeos pasaron a ser hegemónicos en todos los países americanos.
Destrucción de obras culturales de los pueblos originarios textos, obras de arte, religiones, templos, ciudades, obras artesanales, monumentos, etc.
Inferiorización, desprecio y estigmatización de las culturas originarias, por lo que entre muchos intelectuales europeos se consolida en eurocentrismo.
Subordinación de los pueblos originarios: los colonizadores españoles atribuyeron a los indígenas la categoría de "encomendados", por lo que en otros casos no fueron reconocidos como seres humanos con los mismos derechos que los europeos.
La esclavitud y el trabajo forzado: existían pueblos aborígenes que practicaban la esclavitud y los conquistadores la establecieron de la misma de manera.
Por esto, secuestraron entre 15 y 60 millones de personas en África, de las cuales solo unos 10 millones llegaron vivas a América, para ser reducidos a esclavos.
Sin embargo, algunas culturas del Nuevo Mundo conservaron la propria identidad y aumentaron el número de habitantes mientras que otras desaparecieron debido a enfermedades infecciosas, llevadas por los europeos y por las que los indígenas carecían de defensas.
La conquista entabló nuevas vías de comunicación y transporte, sobre todo marítimas entre Europa y América. Esto llevó a la creación de numerosos puertos oceánicos y fluviales en el continente americano. La ruta de estas vías fue establecida por razones mercantiles, en relación con los bienes que se extraían en América para ser llevados a Europa. Principalmente, lo que se exportaba era oro, plata y alimentos, así como la importación de manufacturas desde Europa y esclavos desde África.
Inicio de la mundialización y aparición del comercio transatlántico.
El maíz, la patata, el cacao y el tomate tuvieron un impacto importante en la alimentación del resto del mundo así como el café y la caña de azúcar. En muchas regiones el uso del maíz y de la patata permitió la supervivencia de poblaciones significativas como en la China Ming.
Por su parte, los colonizadores aportaron varios tipos de cultivos que no existían en América: olivo, almendra, arroz, caña de azúcar y trigo. Introdujeron también animales de granja y de carga, como el caballo, la vaca, el asno, el buey, y la oveja, y el uso de tecnología agrícola, como la carreta con rueda, desconocida por los nativos americanos.
Durante la conquista de América se produjo un colapso demográfico de la población indígena. Todavía se deben aclarar las razones, puesto que hay quien lo atribuye a las enfermedades epidémicas traídas por los colonizadores europeos, la Cumbre de los Pueblos Indígenas de América considera que la Conquista realizada por todas las potencias europeas fue un genocidio físico y cultural y que esta matanza continuó con los estados americanos.
La Cumbre Continental de Pueblos y Organizaciones Indígenas del Continente de Abya Yala, reunidos en Mar del Plata en 2005, declaró:
Nosotros, los Pueblos y Organizaciones Indígenas del Continente de Abya Yala —América— reunidos en territorio ancestral del Pueblo Mapuche, Mar del Plata, Argentina, del dos al cuatro de noviembre, primeramente invocamos, la cosmovisión de nuestros mayores y siguiendo el camino trazado por ellos, en un marco de unidad y armonía entre nosotros y con nuestra madre naturaleza, damos las siguientes palabras.
Que, esta Cumbre Continental Indígena en Mar del Plata 2005, es la continuación de 1990 en el Encuentro Continental Indígena. El Segundo Encuentro Continental de un proceso de Unión Continental del Águila y el Cóndor, iniciado en Quito.
Que somos los representantes de más de 50 millones de mujeres y hombres indígenas del continente y somos Pueblos preexistentes a la creación de los actuales Estados, por lo que ejercemos y reclamamos el reconocimiento de nuestro derecho a la libre determinación como Pueblos, a fin de decidir nuestra organización política y nuestro propio desarrollo económico, social y cultural.
Que los Pueblos Indígenas hemos sido víctimas por quinientos trece años de un proceso de genocidio, colonización y discriminación producto de ideologías y políticas imperiales, mismas que han violado nuestros derechos fundamentales. Cualquier diálogo entre Pueblos Indígenas, el Estado y la Sociedad, debe tomar en cuenta la naturaleza colectiva e histórica de estos derechos.

Los conquistadores poema de Pablo Neruda
¡Ccollanan Pachacutec! ¡Ricuy anceacunac yahuarniy richacaucuta! TUPAC AMARU!
Vienen por las islas (1493)
Los carniceros desolaron las islas.
Guanahaní fue la primera
en esta historia de martirios.
Los hijos de la arcilla vieron rota
su sonrisa, golpeada
su frágil estatura de venados,
y aún en la muerte no entendían.
Fueron amarrados y heridos,
fueron quemados y abrasados,
fueron mordidos y enterrados.

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