"La verdad más grande es nuestra raíz, ignorarla es matar nuestra identidad"
José Javier Rodas
La
tierra llama para no morir...
Honra
tu camino. Como hayan sido tus pasos y con las caídas que la tierra te haya
sostenido.
Honra
tu origen, tu linaje, nómbralo y agradece ser fruto de toda esa existencia.
Tanto poder hay sosteniendo de manera invisible nuestras vidas, sutil como las
alas del colibrí en movimiento, apenas vislumbradas en transparencia y sin
embargo tan firmes como su vuelo.
Todo, todo el origen está en cada molécula y todo germen.
Riega como un rio tus huellas y tus heridas, y deja que tu niño se trepe al lomo de la anaconda en un viaje sin temor hacia el mar.
Vuélvete pincel, sonido, aroma.
Date el tiempo del silencio, en tu mente y en
tu voz, para que lo que está por dentro se vuelva forma en tu hacer.
En ese tiempo la contemplación de la tierra enseña en su ciclo y su verdor, con certeza precisa, abriendo la vida y recibiendo la muerte con la misma labor, transformando.
Corre
tus límites y transfórmate en todo lo que veas.
Se piedra, lluvia, flor, fuego, viento, sol, grano de arena, semilla, ave, planta...tus células que son pequeños inmensos mundos te traerán tu memoria antigua.
Y solo se, con confianza, con humildad, como una suave gota de roció tu propio bálsamo para tu alma.
Toda la naturaleza te habita, en la tierra, en
el cielo, en la galaxia.
Y cuando logres tu propio abrazo, podrás abrazar al mundo..."
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