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Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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sábado, 15 de marzo de 2025

Tragedia en Bahía Blanca: la deforestación y el agronegocio también son responsables



Tragedia en Bahía Blanca: la deforestación y el agronegocio también son responsables
No se trata solamente de lluvias extraordinarias.

La negación y la inacción ante el calentamiento global cobra vidas y pérdidas millonarias.

Las graves inundaciones que azotaron a muchas localidades de la provincia de Buenos Aires y el resto del país, con personas fallecidas y grandes pérdidas materiales en Bahía Blanca, dejan al descubierto la miopía socioambiental de la política y advierten que las ciudades argentinas no están preparadas para adaptarse al cambio climático.

Lo que sucede en Argentina cada vez que se produce una catástrofe socioambiental, derivada de una precipitación intensa o de una fuerte tormenta, es que se responsabiliza a la lluvia extraordinaria local o al cambio climático global.

Si bien esto no deja de ser cierto, puesto que los diluvios “bíblicos” en poco lapso de tiempo son una cualidad del calentamiento global (por más que muchos se esmeren en desmentirlo), ambas cuestiones resultan ser la mejor excusa para no gestionar ni invertir presupuesto público en obras de infraestructura que permitan paliar estas situaciones que generan zozobra.

El poder hegemónico (sea político, económico, mediático o judicial) prefiere echar mantos de culpabilidad a situaciones que, en apariencia, escapan de la órbita de su toma de decisiones, ergo, de su responsabilidad. Son discursos que, por un lado, los deja relativamente ilesos con respecto a la opinión pública en cuanto a su gestión territorial (dado que la naturaleza no puede responderles, al menos con nuestro lenguaje), pero, por otro lado, exhiben su incapacidad o desnudan acuerdos espurios, puesto que a la primera de cambio, se excusan por no haber realizado una obra hidráulica, una correcta gestión de residuos sólidos urbanos o un plan territorial de viviendas que impida que muchas casas se instalen sobre veras inundables de ríos.

Miserias de la política
La mayoría de las obras de infraestructura de alivio hídrico de la provincia de Buenos Aires datan de fines del siglo XIX o primera mitad del XX, cuando el país y el mundo eran otros. Lo que se hizo a partir de los años setenta, con el advenimiento del neoliberalismo y el consecuente ajuste estructural, fueron diferentes ampliaciones o rectificaciones de obras ya existentes, con la excepción de la reactivación del Plan Maestro del Río Salado, que gozó de una ingeniería importante.

Si hacemos un análisis comparativo entre lo que se hizo y el recrudecimiento del cambio climático a nivel global en las últimas décadas del siglo XX y lo que llevamos transitado del XXI, sumado al desmonte desaforado en nuestro país y el avance de la agricultura transgénica en los campos bonaerenses; podremos arribar a conclusiones que nos permiten explicar los problemas que vivimos hoy.

Si el cambio climático avanza y no adaptamos nuestros territorios a los fenómenos que surgen como consecuencia, si desmontamos bosques o eliminamos vegetación absorbente de lluvias y permitimos el avance del monocultivo que lava suelos, si no realizamos obras de infraestructura para mitigar los eventos cada vez menos extraordinarios; el resultado es obvio, a la vez que evidente. Las explicaciones ambientales y los padecimientos sociales no se explican con mera matemática, pero dos más dos son cuatro.

A su vez, tenemos un gobierno nacional que se maneja con una barbarie propia de los regímenes autócratas y conservadores del siglo pasado, negando el evidente calentamiento global que advierten los científicos del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, el cual se manifiesta en el incremento de sequías sostenidas, inundaciones rabiosas, derretimiento de glaciares y aumento del nivel de los mares.

El próximo paso rimbombante de la “administración” Milei sería retirarse del Acuerdo de París, lo cual exime a nuestro país de dar explicaciones a esa comunidad internacional que tanto les gusta consentir y saca a Argentina del listado de países aptos para recibir esa financiación externa de la que tanto se vanaglorian, para encarar obras de mitigación y adaptación para lo que se viene.

Evidentemente, el negacionismo climático no es gratuito, sino que deja a su paso potenciales polvorines ambientales que no tendrán presupuesto ni respuesta política alguna para mantener a salvo a la población, cada vez más desprotegida en términos sociales, económicos y ambientales.

Un modelo de ciudad anti-catástrofes es posible
Las fuertes imágenes de Bahía Blanca dejan una certeza: las ciudades argentinas de hoy no están preparadas para enfrentar amenazas de tamañas dimensiones. ¿Explicaciones? Muchas: el crecimiento desmedido de la población no acompañado por una política de vivienda segura y asequible, el loteo de terrenos inundables como producto de la voracidad de los pulpos inmobiliarios, la realización desigual de obras de infraestructura que benefician a los sectores altos y medio-altos de la población, el desmanejo en la gestión de los residuos sólidos urbanos que genera taponamiento en las bocas de tormenta.

A eso se le se suman acciones concretas que evidenciamos a diario en la obra pública: la ingente expansión de asfalto o cemento impermeables en la superficie, la tala inexplicable y sin criterio de la arboleda urbana, la decadencia del transporte público y el consecuente colapso de calles por parte de automóviles individuales, el cada vez menor porcentaje de metros cuadrados de espacios verdes por habitante, entre otros.

Todo este combo de (in)acciones en la gestión pública y privada constituye la “miopía ambiental” de la política. Se sigue pensando —en el mejor de los casos— que “lo ambiental” consiste en crear áreas protegidas en espacios alejados y bonitos, pero resulta que la ciudad —que es donde habita el 93 por ciento de la población argentina— es despojada de políticas públicas amigables con la naturaleza y la sociedad, que se pueden encarar hoy mismo y que no solo no requieren tanto presupuesto, sino que, a largo plazo, hasta les podría remitir dividendos a las administraciones y, por supuesto, confianza de sus poblaciones.

El problema fundamental es que, lamentablemente, las fuerzas políticas —y en esto se puede ver una continuidad de criterios en todos los partidos hegemónicos— están más ocupadas en el cortoplacismo electoral y en el dedo señalador hacia el adversario de turno que en un auténtico plan que sea capaz de atender las verdaderas necesidades de la gente.

Por: Diego García Ríos

* Geógrafo y educador ambiental. Agencia Tierra Viva

https://www.tiempoar.com.ar/.../tragedia-bahia-blanca.../

Fuente. Diario Tiempo Argentino - 14 de Marzo de 2025

Comentario

viernes, 17 de enero de 2025

Confirman que 2024 fue el año más caluroso de la historia




La Organización Meteorológica Mundial aseguró que el año pasado fue el más cálido desde que se registran temperaturas, superando el umbral de 1,5°C.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó que 2024 es el año más cálido desde que se tienen registros, marcando una década completa de temperaturas récord. Según los datos de seis fuentes analizadas por la OMM, la temperatura media global en la superficie alcanzó 1,55°C por encima de la media registrada entre 1850 y 1900.

Este valor convierte a 2024 en el primer año en superar el umbral simbólico de 1,5°C, un límite que se había fijado como objetivo en el Acuerdo de París para evitar los efectos más graves del cambio climático.

Aunque superar este límite no significa el fracaso del acuerdo internacional, las cifras reflejan la necesidad urgente de tomar medidas más contundentes. La comunidad científica ha señalado que el calentamiento global está impulsado por las altas concentraciones de gases de efecto invernadero, principalmente derivados de actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles y la deforestación.
El impacto de la crisis climática


Desde 2014, el planeta vive una sucesión de años cálidos, en los que las temperaturas no dejan de superar los valores históricos. Este fenómeno dio lugar a eventos climáticos extremos, como olas de calor intensas, huracanes más fuertes y sequías prolongadas. Además, los efectos del cambio climático son palpables en el deshielo acelerado de los glaciares y el aumento del nivel del mar, lo que amenaza a numerosas poblaciones costeras.

En este contexto, el Secretario General de la ONU, António Guterres, instó a los líderes mundiales a actuar con rapidez. "Todavía hay tiempo para evitar lo peor de la catástrofe climática, pero los líderes deben actuar ahora", declaró. La OMM también destacó que cada fracción de grado en el aumento de las temperaturas tiene un impacto directo en la vida de las personas, las economías y los ecosistemas. La secretaria general de la OMM, Celeste Saulo, señaló que "la historia del clima se está desarrollando ante nuestros ojos", subrayando la importancia de cada cambio, aunque sea pequeño.

Un desafío que requiere acción conjunta

El análisis de la OMM se basó en datos proporcionados por instituciones como la NASA, la Agencia Meteorológica de Japón, la NOAA de Estados Unidos y el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio, entre otros. A pesar de que existen algunas diferencias metodológicas, todos los conjuntos de datos coinciden en resaltar que 2024 marca un año excepcionalmente caluroso, en el que los efectos del cambio climático son más visibles que nunca.

A pesar de las cifras alarmantes, la comunidad científica insiste en que aún es posible revertir las tendencias. No obstante, esto requiere de acciones inmediatas y coordinadas a nivel global. La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la transición hacia fuentes de energía más limpias y la implementación de políticas que protejan el medio ambiente son algunas de las medidas necesarias para mitigar los efectos del calentamiento global y evitar que las temperaturas sigan escalando.

Fuente LM Neuquen

https://www.lmneuquen.com/mundo/confirman-que-2024-fue-el-ano-mas-caluroso-la-historia-n1167321


viernes, 26 de julio de 2024

La Tierra bate durante dos días seguidos su récord de temperatura máxima diaria





El domingo 21  y el lunes 22 de Julio de 2024 se alcanzaron los 17,09 y 17,15ºC respectivamente, superando la marca anterior de julio de 2023, según los datos del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S). "Nos encontramos en un territorio verdaderamente desconocido", señala Carlo Buontempo, director de la agencia europea.

El lunes 22 de julio, la Tierra experimentó su temperatura más alta jamás registrada, batiendo el récord… del día anterior. El domingo 21, la temperatura media global del planeta fue de 17,09ºC y el lunes se llegó (aún de manera preliminar) a los 17,15ºC, superando los 17,08ºC alcanzados el 6 de julio de 2023, según las mediciones llevadas a cabo por el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), cuyo histórico de datos se remonta a 1940.
Para la agencia europea, “lo que realmente llama la atención es también la diferencia entre las temperaturas desde julio de 2023 y todos los años anteriores”. Y es que, antes de julio de 2023, el récord previo diario en la temperatura media mundial era de 16,8°C, los registrados el 13 de agosto de 2016. Desde el 3 de julio de 2023 ha habido 58 días en los que se han superado ese récord anterior de 17,08ºC, distribuidos entre julio y agosto de 2023, y durante junio y julio en lo que va de 2024.
“Lo verdaderamente asombroso es la gran diferencia entre la temperatura de los últimos 13 meses y los registros de temperatura anteriores. Ahora nos encontramos en un territorio verdaderamente desconocido y, a medida que el clima siga calentándose, seguramente veremos cómo se baten nuevos récords en los próximos meses y años”, señala Carlo Buontempo, director del C3S. Asimismo, el físico no descarta que en los próximos días vuelva a registrarse un nuevo hito en la temperatura diaria global.

La Tierra experimentó el lunes 22 de julio su día más cálido desde que hay registros

Estos valores de temperaturas son la máxima prueba del calentamiento global provocado, principalmente, por la quema de combustibles fósiles y la deforestación. Así, los diez años con las temperaturas medias máximas diarias anuales más altas son los últimos, de 2015 a 2024.
Como explican desde Copernicus, la temperatura media mundial suele alcanzar su máximo anual entre finales de junio y principios de agosto, coincidiendo con el verano del hemisferio norte. Esto se debe a que los patrones estacionales del hemisferio norte determinan las temperaturas globales generales. "Las grandes masas de tierra del hemisferio norte se calientan más rápido de lo que los océanos del hemisferio sur pueden enfriarse durante los meses del verano boreal", apuntan.

Copernicus señala que los picos de calentamiento están relacionados con temperaturas muy superiores a la media en amplias zonas de la Antártida. "Estas grandes anomalías no son inusuales durante los meses de invierno antártico, y también contribuyeron a las temperaturas mundiales récord de principios de julio de 2023", sostienen. Además, explican, la extensión del hielo marino antártico es casi tan baja como en esta época del año pasado, lo que provoca temperaturas muy superiores a la media en algunas zonas del océano Antártico.
Con esto esto, todo apunta a que 2024 desbancará a 2023 como el año más caluroso desde que hay registros. No obstante, todo dependerá en gran medida de cuándo y con qué intensidad se desarrollará La Niña, un fenómeno natural y cíclico que tiende a enfriar las aguas del Pacífico.

Fuente: https://climatica.coop/record-de-temperatura-diaria... 

jueves, 11 de enero de 2024

Confirman que 2023 fue el año más caluroso de la historia y la ONU advirtió por un “aviso catastrófico”




El año pasado fue el más caluroso registrado en el planeta y probablemente el más cálido del mundo en los últimos 100.000 años, informó el Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea el martes en su balance anual

Este fue un hito muy esperado por los científicos, después de que se rompieran repetidamente récords climáticos durante el transcurso del año. Desde junio, cada mes fue el más caluroso registrado en comparación con el mes correspondiente en años anteriores. Entre junio y diciembre el mundo registró ocho meses consecutivos de récords mensuales. Julio de 2023 fue el mes más caluroso registrado, seguido inmediatamente por agosto de 2023.

“Este ha sido un año muy excepcional en términos climáticos… en una liga propia, incluso en comparación con otros años muy cálidos”, dijo el Director de Copernicus, Carlo Buontempo.

Copernicus confirmó que 2023 fue el año más caluroso en los registros de temperatura global desde 1850. Al contrastarlo con registros de datos paleoclimáticos a partir de fuentes como anillos de árboles y burbujas de aire en glaciares. “Probablemente superan las de todos los períodos durante al menos 100.000 años”, aseguró Samantha Burgess, directora adjunta de Copernicus.

En promedio, en 2023, el planeta estuvo 1,48°C más cálido que en el período preindustrial de 1850-1900, cuando los humanos comenzaron a quemar combustibles fósiles a escala industrial, liberando dióxido de carbono a la atmósfera.

Fue el primer año en el que cada día fue más de 1°C más caliente que en la época preindustrial. Por primera vez, dos días, ambos en noviembre, estuvieron 2°C más cálidos que en el período preindustrial. El año pasado fue 0,17°C más caluroso que en 2016, el año más caluroso anterior, rompiendo el récord por un margen “notable”, dijo Buontempo.

Casi 200 países acordaron en el Acuerdo de París de 2015 tratar de evitar que el calentamiento global supere los 1,5°C en pos de evitar consecuencias graves. El mundo todavía no superó los 1,5°C, pero Coperpernicus dijo que las temperaturas habían superado el nivel en casi la mitad de los días de 2023, estableciendo “un precedente grave”.

La profesora de Cambio Climático en la Universidad de Newcastle Hayley Fowler dijo que 2023 subrayó la necesidad de actuar “extremadamente urgente” para reducir las emisiones. “La velocidad del cambio en el mundo político y la voluntad de realmente reducir las emisiones de gases de efecto invernadero no coincide con la velocidad del cambio del clima extremo y el calentamiento”, aclaró Fowler.

A pesar de la proliferación de objetivos climáticos de gobiernos y empresas, las emisiones de CO2 siguen siendo altas. Las emisiones mundiales de CO2 derivadas de la quema de carbón, petróleo y gas también alcanzaron niveles récord en el 2023.

El año más cálido de la historia es “un simple aviso del futuro catastrófico que se anuncia si no actuamos ya”, dijo este martes Stéphane Dujarric, vocero del secretario general de la ONU, en Nueva York. Sin embargo, el secretario general de la ONU, António Guterres, “sigue pensando que todavía se puede evitar lo peor, a condición de que respondamos a los “récords de temperaturas con acciones revolucionarias”, subrayó.

Además, en el 2023 las temperaturas fueron impulsadas por el fenómeno climático El Niño, que calienta las aguas superficiales en el océano Pacífico oriental y contribuye a aumentar las temperaturas globales. La temperatura media de la superficie marina también batió récords en todos los océanos del mundo, advirtió Copernicus.

Los indicadores marinos son un dato clave porque el mar sirve de regulador de la temperatura, absorbiendo excesos de calor y de CO2. Estas temperaturas amenazan la vida marina, aumentan la intensidad de las tormentas y calientan la atmósfera.

Este aumento también tiene el efecto de acelerar el derretimiento de las plataformas de hielo flotantes de Groenlandia y la Antártida, cruciales para retener agua dulce de los glaciares y prevenir un aumento masivo del nivel de los océanos.

No obstante, los científicos aún no saben es si el calor extremo del 2023 es un signo de que el calentamiento global se está acelerando. Esta anomalía debe ser registrada durante “al menos 20 años” para considerar que el clima global ha alcanzado este límite, aclaró el observatorio. Carlo Buontempo declaró que es “demasiado pronto para saber” si el cambio climático se está acelerando.

“Si hubo un cambio de fase o un punto de inflexión, o si es un año anormalmente cálido, necesitamos más tiempo y más estudios científicos para entenderlo”, dijo Burgess. “Incluso sin El Niño, 2023 sigue siendo un año muy inhabitual”, añadió.

Cada fracción de aumento de temperatura agrava los desastres climáticos. En 2023, se registraron olas de calor mortales desde China hasta Europa, lluvias extremas que causaron inundaciones que mataron a miles de personas en Libia y la peor temporada de incendios forestales registrada en Canadá.

El fenómeno estacional El Niño acentuó la tendencia y contribuyó a perturbar el clima en todos los rincones del planeta, desde los incendios hasta las sequías extremas en África, Medio Oriente, o las elevadas temperaturas en pleno invierno en Australia y el Cono Sur.

“Pequeños cambios comparables en las temperaturas globales tienen enormes impactos en las personas y los ecosistemas”, dijo Friederike Otto, científica del clima que colidera la colaboración global de investigación meteorológica World Weather Attribution. “Cada décima de grado importa”, agregó.

Las consecuencias económicas del cambio climático también están aumentando. Estados Unidos sufrió al menos 25 desastres climáticos y meteorológicos con daños que superaron los 1000 millones de dólares, mientras que las sequías arrasaron los cultivos de soja en la Argentina y el trigo en España.

Agencias Reuters y AFP

9 de Enero de 2024





jueves, 9 de noviembre de 2023

Octubre, el quinto mes consecutivo en romper récord histórico del más caluroso de la Historia.


Desde enero, la temperatura media en el planeta es la más cálida registrada para los primeros 10 meses del año, situándose 1.43 ºC por encima de la media en el periodo 1950-1900.

El mes pasado fue el octubre más caluroso jamás registrado en el mundo, con lo que se alargó una serie de cinco récords mensuales consecutivos, anunció este miércoles 8 de noviembre el observatorio europeo Copernicus, que pronosticó que este año será el más caluroso de la historia.

Estas nuevas mediciones, que en la práctica se traducen en sequías y hambrunas, incendios devastadores o huracanes más intensos, refuerzan los avisos de los científicos de cara a la cumbre climática COP28 de la ONU en Dubái (celebrado del 30 de noviembre al 12 de diciembre).

“Podemos afirmar con casi total certeza que 2023 será el año más cálido en los anales. El sentimiento de que deben tomarse urgentemente medidas climáticas ambiciosas de cara a la COP28 nunca ha sido tan fuerte”, dijo Samantha Burgess, jefa adjunta del servicio de cambio climático de Copernicus.

El mes pasado, con una media de 15.38 ºC en la superficie del planeta, la cifra superó en 0.4 ºC, el récord precedente de octubre de 2019, según Copernicus. La anomalía es “excepcional” para las temperaturas mundiales, apuntó este observatorio.

Octubre de 2023 fue “1.7 ºC más cálido que la media para el mes de octubre en el periodo 1850-1900”, antes de que se notasen los efectos de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por la actividad humana, añadió el observatorio.

Y desde enero, la temperatura media en el planeta es la más cálida registrada para los primeros 10 meses del año, situándose 1.43 ºC por encima de la media en el periodo 1950-1900, indicó Copernicus.

EL CALENTAMIENTO SE SITÚA EN MÁS DE 1.2 ºC RESPECTO A LA ERA PREINDUSTRIAL

Más que nunca, 2023 se acerca al límite emblemático de más 1.5 ºC establecido por el Acuerdo de París. La COP28 debe aportar un primer balance oficial del avance hacia este objetivo y, si es posible, una primera corrección.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) estimó en primavera que en el próximo lustro se iba a superar por primera vez este límite a lo largo de un año. Sin embargo, habrá que registrar este incremento de 1.5 ºC de media en varios años para considerar que se ha franqueado ese umbral desde el punto de vista climático.

El panel IPCC de expertos del clima de la ONU prevé que hay un 50 por ciento de posibilidades de que esto ocurra entre los años 2030-2035 teniendo en cuenta el ritmo de emisiones de gases de efecto invernadero. Actualmente se considera que el calentamiento se sitúa en alrededor de más 1.2 ºC respecto a la era preindustrial.

Las mediciones de Copernicus se remontan hasta 1940, pero pueden compararse con el clima de otros milenios establecidos gracias a los anillos de los troncos de los árboles o los núcleos de hielo. Los datos obtenidos por estos métodos sugieren que las temperaturas actuales sean probablemente las más cálidas desde hace más de 100.000 años.

“La vida en el planeta Tierra está en estado de sitio”, advirtió a finales de octubre un grupo de eminencias científicas que denunciaron “progresos mínimos” para reducir las emisiones de CO2.

Como ocurrió en 2016, actualmente el año más caluroso registrado, El Niño se suma a los efectos del cambio climático para hacer subir el termómetro. Este fenómeno cíclico en el Pacífico suele culminar alrededor de la Navidad.

Copernicus señaló que el fenómeno sigue activo “si bien las anomalías son inferiores a las registradas en este periodo del año” en 1997 y 2015, cuando El Niño fue históricamente intenso.

En el último octubre caluroso, la sequía castigó regiones de Estados Unidos y México, pero otras zonas del planeta experimentaron condiciones más húmedas de lo habitual, a menudo vinculadas a tormentas y ciclones.

Los océanos contribuyen en gran medida a estos récords. Las temperaturas en la superficie de los mares baten récords cada mes desde abril y en octubre se situaron en una media de 20.79 ºC.

Esto hace aumentar la intensidad de las tormentas, cargadas con más agua evaporada, y aceleran el deshielo de plataformas flotantes como Groenlandia y la Antártica, cruciales para evitar la subida del nivel del mar.

La banquisa de la Antártica se mantiene por sexto mes consecutivo a un nivel récord para la temporada, un 11 por ciento por debajo de la media, según Copernicus. En el Ártico, octubre es el séptimo mes seguido, un 12 por ciento por debajo de la media. 

Fuente

Newsweek en español - 8 de Noviembre de 2023

https://newsweekespanol.com/2023/11/octubre-mes-caluroso-record-historic

sábado, 13 de noviembre de 2021

Vamos hacia un devastador aumento de la temperatura promedio global de 2,4 grados centígrados

Lo aseguró el informe de Climate Action Tracker (CAT), considerada la coalición de análisis climático más respetada del mundo en la COP26. Un aumento de más del 1,5 C para fin de siglo haría muy difícil la vida en la Tierra, aseguraron los científicos.


El mundo va camino de alcanzar unos niveles de calentamiento global desastrosos, muy por encima de los límites establecidos en el acuerdo climático de París y de la opinión científica generalizada. El Climate Action Tracker (CAT), la coalición de análisis climático más respetada del mundo, presentó su informe anual en la cumbre de medio ambiente de Glasgow, la COP26, en el que asegura que si tenemos en cuenta los objetivos de corto plazo que se fijaron los países más contaminantes de la Tierra, antes de fin de siglo tendremos un devastador aumento global de la temperatura de 2,4 grados centígrados con respecto a los niveles previos a la industrialización.

Esto significaría el derritimiento de los hielos en los polos, el aumento de los mares que inundarán todas las zonas costeras y harán desaparecer islas, sequías extendidas y tormentas de gran magnitud que harán muy difícil la vida en el planeta.

La evaluación pone el calentamiento global por encima de lo que se considera el punto límite máximo de 2C para evitar una catástrofe y del límite más seguro de 1,5C que se pretende incorporar en la legislación internacional y los acuerdos en esta cumbre que se realiza en Glasgow. En el marco del Acuerdo de París de 2015, los países se comprometieron a limitar el aumento de la temperatura global a un nivel “muy inferior” a 2C.

La estimación contrasta fuertemente con las previsiones optimistas publicadas la semana pasada, que sugerían que el calentamiento podría mantenerse en 1,9C o 1,8C, gracias a los compromisos anunciados en esta COP26. Pero estaban basadas en los objetivos a largo plazo establecidos por países como la India, el tercer mayor emisor del mundo, que aspira a tener cero emisiones netas en 2070.

Los cálculos del CAT se basan en los compromisos ya contraídos y que deberían ponerse en práctica a partir de 2030. Y si se analiza lo que los países están haciendo realmente (no las propuestas), el aumento previsto es aún mayor, situándose en 2,7C. El CAT también hizo un informe paralelo con el “escenario más optimista”, en el que dice que, si todos los objetivos prometidos por los países se cumplieran en su totalidad y antes de 2070, la temperatura igual aumentarían 1,8C.


“Este nuevo cálculo es como un telescopio dirigido a un asteroide que se dirige a la Tierra. Es un informe devastador que, en cualquier mundo cuerdo, haría que los gobiernos de Glasgow dejaran inmediatamente de lado sus diferencias y trabajaran con un vigor inflexible para llegar a un acuerdo que salvara nuestro futuro común. En cambio, estamos viendo la subversión, el sabotaje y el egoísmo de los poderosos, mientras los países vulnerables luchan por sus vidas y los jóvenes activistas claman por la justicia. Hay que preguntarse, ¿dónde está la empatía?”, dijo en una conferencia de prensa en Glasgow la directora ejecutiva internacional de Greenpeace, Jennifer Morgan.

Bill Hare, director ejecutivo de Climate Analytics se quejó de esta disparidad en las proyecciones de las cifras: “Nos preocupa que algunos países traten de presentar aquí, en la COP26, como si el límite de 1,5C estuviera casi conseguido. Pero no es así, está muy lejos de serlo, y están restando importancia a la necesidad de conseguir objetivos a corto plazo para 2030 en línea con el 1,5C”. Según el CAT, en 2030 las emisiones serán el doble de lo necesario para no superar el 1,5C, según las promesas hechas en Glasgow. Los científicos advierten que más allá de ese aumento de la temperatura de 1,5C, algunos de los daños al clima de la Tierra serán irreversibles. Los analistas también encontraron un abismo entre lo que los países han dicho que harán sobre las emisiones de gases de efecto invernadero y sus planes reales. Los resultados deberían servir de “control de la realidad” para las conversaciones, dijo Niklas Höhne, uno de los autores del informe. “Las intenciones de los países a largo plazo son buenas, pero su implementación a corto plazo es inadecuada”, agregó en una entrevista con The Guardian.

A los 197 países que firmaron el acuerdo de París de 2015 se les pidió que acudieran a Glasgow con dos objetivos: una meta a largo plazo de alcanzar las emisiones netas globales a mediados de siglo; y planes nacionales a más corto plazo, conocidos como contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC), que fijan las reducciones de emisiones para 2030. Los científicos afirman que las emisiones de gases de efecto invernadero deben reducirse en un 45% en esta década para que la temperatura mundial no supere los 1,5ºC de los niveles preindustriales. Los países responsables del 90% de las emisiones mundiales se comprometieron a objetivos de cero emisiones netas a partir de 2050, es el caso de los más desarrollados, hasta 2060 en el caso de China y 2070 en el de la India, pero las NDC para las acciones de la próxima década son muy dispares. El clima responde al carbono acumulado en la atmósfera, por lo que si las emisiones son lo suficientemente elevadas en las próximas dos décadas, el mundo podría superar el límite de 1,5C incluso si el carbono llega a ser neto cero más tarde. “Es fantástico que los países tengan objetivos de “cero neto” a largo plazo, pero tienen que cerrar la brecha con medidas a corto plazo, con las que tomarán en 2050 no alcanza”, dijo Bill Hare de Climate Analytics.

Por su parte, Stephen Cornelius, asesor jefe de clima de WWF, una de las organizaciones ambientalistas más antiguas, dijo: “Aunque es alentador ver algunos avances en el marco del acuerdo de París, las proyecciones de calentamiento global publicadas hoy ponen de manifiesto lo débiles que son realmente los objetivos de los países para 2030″. Y agregó que “es imposible alcanzar el 1,5C sólo con las promesas hechas hoy. Necesitamos urgentemente que nuestros líderes adopten medidas creíbles, políticas potentes y una financiación ambiciosa ahora, si queremos que las personas y el planeta prosperen mañana. No olvidaremos qué líderes dieron un paso adelante cuando lo necesitábamos”.

La primera semana de las conversaciones de la COP26 estuvo dominada por una avalancha de anuncios con compromisos para detener la deforestación antes del fin de la década, cortar las emisiones de metano y la financiación del sector privado para las energías limpias. Pero los compromisos empezaron a desvanecerse rápidamente cuando algunos comenzaron a aclarar puntos oscuros de los acuerdos y otros, directamente, renegaron de lo que sus delegados habían firmado. En el comienzo de la segunda semana de las conversaciones están apareciendo fuertes divisiones entre los países que quieren una acción más dura, en concreto obligar a los países a revisar sus NDCs anualmente si no están en línea con el 1,5C, y otros que quieren mantener el calendario de París de revisiones quinquenales. También hay disputas sobre cómo deben controlar los países las emisiones, y sobre la financiación del clima para los países pobres.

Las organizaciones ambientalistas creen que muchos de los objetivos a largo plazo que los países han establecido carecen de credibilidad. Y en los pasillos de la COP se señala por sobre todo a Brasil, Australia y Rusia que “firman, pero después no cumplen”. Y hasta reconocen que China, el mayor contaminador está haciendo esfuerzos para descarbonizarse. Posee los campos de energía renovable (eólica y solar) más extendidos de la tierra, pero al mismo tiempo sigue dependiendo del carbón para producir la energía que necesita su industria. El líder chino, Xi Jinping, ni siquiera se presentó en la cumbre y cuando tenía que enviar un mensaje grabado terminó publicando un comunicado muy vago.

“Tenemos hasta el fin de semana para darle la vuelta a esto. Eso significa que los países se pongan de acuerdo en cómo van a volver el año que viene y todos los años siguientes hasta que se cierre la brecha de 1,5C. Los ministros no deberían abandonar esta ciudad hasta que lo hayan conseguido”, insistió Jennifer Morgan de Greenpeace. “También necesitamos ver una señal de eliminación de los combustibles fósiles en el texto de la decisión final, y los países más ricos deben cumplir su promesa de destinar dinero a los países menos desarrollados para que se adapten a los impactos de la crisis climática, desarrollen sistemas de energía limpia y realicen la transición lejos de los combustibles fósiles. Nos acaban de decir lo que nos depara el futuro. Todo el mundo sabe lo que tenemos que hacer para cambiarlo. Se acabaron las excusas, se acabó el tiempo, nuestros líderes tienen que cumplir, y ahora”

Todos los dedos señalan en este momento hacia el primer ministro británico, Boris Johnson, y su par escocesa, Nicola Sturgeon, que en su carácter de anfitriones podrían meter presión sobre las principales delegaciones para que se alcancen acuerdos más concretos y efectivos. La incógnita se resolverá, probablemente, en la madrugada del sábado. Las deliberaciones deben terminar a última hora del viernes y, como sucedió ya en otras cumbres, todo se alarga por unas cuantas horas en las que los delegados terminan exhaustos y en que los gobiernos tienden a hacer algunas concesiones.

Fuente: Infobae - 9 de Noviembre de 2021.

Por Gustavo Sierra
Especial para Infobae America

https://www.infobae.com/america/medio-ambiente/2021/11/12/fin-de-la-cop26-en-glasgow-el-mundo-sigue-estirando-de-la-cuerda-del-cambio-climatico/

Fotografía: Activistas de organizaciones ambientalistas con máscaras de los líderes del mundo durante una protesta en el Forth and Clyde Canal de Glasgow. REUTERS/Dylan Martinez/File Photo

domingo, 3 de octubre de 2021

Preocupación por la Madre Tierra


sábado, 28 de septiembre de 2019

La científica que predijo hace 164 años el cambio climático... y no pudo presentar en público su trabajo por ser mujer





Eunice Newton es hoy la admirada pionera que anticipó la tragedia del calentamiento global y un faro del feminismo

Ese día de agosto de 1856, la lámpara incandescente y el teléfono (versión del italiano Antonio Meucci) eran casi recién nacidos, a la bicicleta le faltaba un lustro –lo mismo que al dirigible–, y bastante más el termómetro clínico, la máquina de escribir, el automóvil, la Coca Cola… ¡y la pastilla de jabón!

Pero ese día, una mujer, Eunice Newton Foote, norteamericana de Connecticut, nacida en 1819, se animó –se atrevió– a presentar una investigación ante la Academia Americana de Ciencias y Artes: “Circunstancias que afectan al calor de los rayos del sol”.

Para llegar a esa hipótesis usó tres campanas de vidrio de 76 centímetros de largo. La primera, llena de vapor de agua. La segunda, de dióxido de carbono (CO2). La última, de aire. Las expuso al sol, y comprobó de que modo el calor solar modificaba el contenido de las campanas.

Suenen trompetas: según lo sucedido en la segunda…, descubrió el drama –la tragedia, en verdad–, del cambio climático y el calentamiento global.

Sin embargo, no pudo (no le permitieron) subir al estrado y advertirle a la humanidad la lenta pero inexorable catástrofe que se abatiría sobre el planeta. ¿¡Una mujer en ese ámbito sagrado y dominado por hombres!? Anatema…

Y mucho más si predecía, como una bruja o un ente demoníaco, la contaminación del aire, el aumento de temperatura en los océanos, el deshielo de los glaciares, la muerte de especies, y la avalancha de basura generada por los humanos…

No tuvo otra salida que acepar que su trabajo fuera expuesto por un hombre: el profesor norteamericano Joseph Henry. Sus palabras antes de empezar:

–La ciencia no es de ningún país ni tiene sexo. La esfera de la mujer no sólo abarca lo bello y lo útil, sino lo verdadero.

Pero el físico irlandés John Tyndall, que unos años después publicó un trabajo similar –con mínimas modificaciones–, ignoró el hallazgo de Eunice. Con total desfachatez, dijo: –Hasta hoy no existía un experimento similar.

El 11 de septiembre de 2019, a 163 años del aquel episodio, un grupo de mujeres encabezado por Mary Robinson, presidenta de Irlanda, lanzó un comunicado que es también un claro acto de justicia: “El movimiento climático no puede tener éxito sin un incremento del liderazgo de las mujeres en el mundo. Mujeres y niñas ya están liderando audazmente la justicia climática, abordando la crisis de manera que cure, en lugar de profundizar, las injusticias sistémicas. Sin embargo, esas voces, a menudo, están poco representadas, y sus esfuerzos no son suficientemente respaldados. Es el momento de reconocer la sabiduría y el liderazgo de estas mujeres”.

Un largo camino… Recién el 19 de julio de 1848, en Seneca Falls, Nueva York, ante trescientas almas –hombres y mujeres–, fue aprobada y celebrada la Declaración de Sentimientos: texto fundacional del feminismo como movimiento social, inspirado en luminosa base: la Declaración de Independencia de los Estados Unidos.

Derecho de antiguas raíces: las primeras protestas de mujeres contra la esclavitud. No es casual que en esa declaración se lea: “La historia de la humanidad es la historia de las repetidas vejaciones y usurpaciones perpetradas por el hombre contra la mujer, con el objetivo directo de establecer una tiranía absoluta sobre ella”.

Entre los firmantes estaban Eunice Newton y su marido, el matemático y abogado Elisha Foote, y comisionado de la Oficina de Patentes entre 1866 y 1869: tres años y un lugar que les abrieron las puertas para patentar algunos de sus inventos: el relleno de suela de botas y zapatos (sic), una cosechadora, una secadora y una máquina para encuadernar…

Al parecer, Eunice apoyó su investigación en el clima del período cálido del Devónico tardío y el comienzo del Carbonífero, 360 millones de años antes. Algo que había sospechado dos décadas antes el médico y filopaleontólogo francés Adolphe Theodore Brongniart.

Ambos coincidieron en asegurar que –según la vegetación fósil de ese período– la atmósfera tenía un altísimo contenido de dióxido de carbono.

A pesar del vacío sufrido por Eunice al intentar presentar su hipótesis, un mes después, en una columna de la publicación Scientific American titulada “Scientific Ladies”, alguien escribió: “Algunos no sólo han mantenido, sino incluso expresado, la idea de que las mujeres no poseen la fortaleza mental para dedicarse a la investigación científica. Debido a la naturaleza de las obligaciones femeninas, pocas de ellas han tenido el esparcimiento o la oportunidad de dedicarse a la ciencia de manera experimental, pero las que han tenido el gusto y la oportunidad de hacerlo han demostrado tanto poder y habilidad como el hombre”.

Pionera del Efecto Invernadero, Eunice murió en 1888, a sus 69 años. Elisha, seis años antes.

Tuvieron dos hijas: Mary y Augusta. La primera, artista y escritora, llegó a presidenta de la Asociación para el Sufragio Femenino, de Misuri. Su hermana escribió el libro The Sea at Ebb Tide (El Mar y la Marea Menguante): estudio de los organismos que hay en las playas norteamericanas.

Fuente: Infobae - 28 de Septiembre de 2019

sábado, 16 de marzo de 2019

Miles de jóvenes, a las puertas del Congreso: “Ni un grado más, ni una especie menos”



Eslóganes reivindicativos en un ambiente juvenil: "Podéis engañar a los votantes, pero no a la atmósfera" en todo el mundo.

En cerca de un centenar de países. En más de 1.000 ciudades. Bajo el nombre de Juventud por el Clima, se manifiestan estudiantes y jóvenes para reclamar políticas reales que palíen el efecto devastador del cambio climático y la crisis medioambiental en la que está inmerso el planeta. En Madrid, numerosa la manifestación que ha recorrido el centro, desde la Puerta del Sol hasta las puertas del Congreso de los Diputados, en un recorrido que ha llenado la calle Alcalá hasta Cibeles, para proseguir después por Recoletos hasta Neptuno. 9.000 personas han participado en la capital, según la organización.

Ambiente reivindicativo y festivo en un día soledado de marzo que más parece de primavera-verano que de la estación invernal que marca el calendario. Las proclamas, variadas e ingeniosas: “Podéis engañar a los votantes, pero no a la atmósfera”. Gritos en favor de una concepción ecologista de la política, pero también cargada de conciencia de clase y de que es la economía feroz y las políticas públicas (o su ausencia) las que evitan que los gobiernos cumplan con las exigencias de la supervivencia de un planeta.

“Si se cargan el planeta, huelga general”; “¿Dónde están, no se ven, los votantes del PP?”; “Ni un grado más, ni una especie menos”; “Este sistema es una mierda”; “A-anti-anticapitalistas”; “No tenemos un PLANeta B”…

Nuria (21 años) es estudiante de Enfermería y participa en la manifestación con un grupo de amigas. “Somos la última generación que, todavía, podemos cambiar el rumbo del planeta, no lo estamos cargando”, explica, a cuartopoder.es. Para esta estudiante, le parece inconcebible que los gobernantes no tengan la cuestión medioambiental entre sus prioridades. “Sabemos, está estudiado, que los efectos del cambio climático serán devastadores dentro de poco tiempo“, añade.

Juan (19 años) estudia Biología. “Tenemos dos grandes retos por delante como generación: el feminismo y el ecologismo”, asegura, explicando que también participó en la huelga de la semana pasada en la Universidad Complutense. “Ha sido una semana de recarga de energía, colectivamente tenemos mucho por hacer y somos muchas personas jóvenes las que sabemos que el futuro del planeta y de la humanidad depende de nuestra generación“, prosigue.

En la misma línea, Sofía (26) que estudia un máster de género. “Si la semana pasada denunciamos un sistema machista y heteropatriarcal, esta semana, un sistema devastador; o cambiamos nuestros hábitos de vida, de consumo, de relacionarnos entre las personas, o todo se va al garete”, explica. “Todas estas movilizaciones tienen que seguir y, además, no darse solo en las calles, también que se noten en las urnas, los partidos de derechas no harán nada ni por las mujeres, ni por el planeta”, considera Sofía.

La manifestación terminaba en el Congreso. “Si el planeta fuera un banco ya lo habrían rescatado”, proseguía la protesta. Una protesta que, como una mecha, se ha ido extendiendo entre estudiantes a nivel internacional y que llega a España en un momento pre-electoral. Distintos partidos de izquierdas se han dejado ver en la manifestación de Madrid: Más Madrid y Equo, IU, Podemos y Anticapitalistas han estado presentes. También el PSOE ha apoyado la convocatoria.

La movilización social parece despertar, después de un largo letargo en el que, básicamente, solo levantaban la voz feministas y pensionistas. Una generación joven, politizada, intenta marcar la agenda e incluir la crisis ecológica en el debate público. Los partidos tienen la obligación de recoger el guante y sacarlo a relucir en campaña. “Nos va la vida en ello, no tenemos un plan B, un planeta B”.

Fuente: Cuarto Poder - 15 de Marzo de 2.019


viernes, 9 de febrero de 2018

La cartografía del desastre ecológico que nos muestra cómo será el mundo si sube la temperatura 4 grados


Mediante la cartografía se han conocido y reconocido los territorios, recreándolos en mapas que nos ayudan a comprender las delimitaciones de cada lugar y sus especificidades.

Pero, ¿qué tal si pudiéramos prever cómo será el territorio, y no sólo recrearlo?
Eso es lo que hizo Parag Khanna, un experto en relaciones internacionales, un futurista geopolítico, que defiende la utilidad de la geografía para comprender nuestro pasado, nuestro presente e, incluso, nuestro futuro, porque los cambios de los mapas son los cambios de la civilización. Khanna utilizó para probarlo un mapa muy distinto a cualquiera conocido:


Se trata de una cartografía de la catástrofe ecológica que podríamos enfrentar en unos años, si la temperatura sigue subiendo. Porque según Khanna, el mapa del mundo cambia constantemente por las acciones del hombre, y una de las mayores razones detrás de ello son los cambios que estamos provocando en el metabolismo de la tierra, y que están ocasionando una gran crisis ecológica.

Ésta, como muchos sabemos, está causando un aumento de la temperatura por la emisión de C02, el deshielo acelerado en zonas polares y el acrecentamiento de los mares. Junto con la pérdida de la biodiversidad, esto constituye una catástrofe sin precedentes que es difícil de imaginar. Es por eso que Khanna se ha valido de la cartografía para ayudarnos a hacerlo, utilizando un mapa anteriormente publicado en la revista New Scientist.

Las zonas amarillas son las desertificadas, mientras que las marrón son aquellos lugares que quedarán inhabitables por climas extremos. Lo marcado en rojo son costas e islas tragadas por el mar; lo verde son nuevos lugares habitables, y los puntos simbolizan zonas donde podrían ubicarse enormes parques de paneles solares y otras energías limpias. 

¿Y cómo es el desastre ecológico mapeado?
Una Sudamérica desértica, una Patagonia a punto de perderse entre las aguas y una Antártica densamente poblada y urbanizada: una especie de oasis, como lo serían también Escandinavia, Siberia y el norte de Canadá, los lugares fríos que podrían convertirse en nuevos campos de cultivo.


La población del Ártico es de menos de 4 millones de personas, pero podría llegar a las 400 millones en los próximos años.

No obstante, las pérdidas serían demasiadas. Todo lo que conocemos desaparecería: ciudades enteras, llenas de patrimonios y de historia. Peor aún, cientos de especies hoy en riesgo se extinguirían junto con sus ecosistemas. Verlo así, en un mapa, resulta apabullante y estremecedor.

Pero según Khanna, podemos anticiparnos a esos cambios y evitarlos. De eso se trata el ejercicio gráfico y cartográfico que realiza en su libro, Connectography, mapping the future of global civilization, donde busca indagar en las soluciones a los conflictos bélicos, a las crisis económicas y por supuesto, a la crisis ecológica.


Estos ejercicios de imaginación cartográfica podrían, sin duda, contribuir a sembrar un poco de conciencia contemporánea, pero sobre todo a cimbrarla para hacer algo al respecto.

Fuente

Ecoosfera – 7 de Febrero de 2.018