Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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miércoles, 26 de agosto de 2020

Cacao: Historia y propiedades medicinales



Cuando los conquistadores españoles llegaron a tierras americanas, observaron con curiosidad la bebida espumosa y sagrada que le servían en grandes jarras de oro al monarca azteca Moctezuma, que por estar siempre rodeado de mujeres hermosas, pensaron que se trataba de una bebida afrodisíaca. Descubrieron que ese brebaje se extraía de unas almendras de frutos desconocidos hasta entonces por los europeos y que provenía de tierras dominadas por los mayas, que suministraban el producto a los aztecas mediante intercambios comerciales entre ellos.

Los mayas además, usaban esas almendras como moneda corriente, con tablas de equivalencias propias, y preparaban con ellas una bebida amarga y picante a la que llamaban “xocoalt”.

Ese fruto comenzó a llevarse a España después de 1519 como remedio revitalizante, pero en principio, no fue muy bien aceptado por su gusto amargo. No se sabe quién colocó azúcar por primera vez a estos brebajes, pero todo cambió cuando descubrieron que la mezcla de esos dos productos del nuevo continente, (la caña de azúcar y el cacao) tenían un gusto “mágico”.

Por lo tanto, aquella bebida que los nativos llamaban “xocoalt”, pasó a llamarse “chocolate” al oído y al lenguaje español, substituyendo la pimienta por azúcar, con lo que despertó el interés de toda la nobleza española y de la aristocracia de Europa. Muy pronto los franceses, holandeses e ingleses, comenzaron a llevar las plantas de cacao a sus colonias tropicales.

Recién en 1753, se denominó a la planta con el nombre científico de Theobroma cacao, que proviene del griego y significa, “alimento de los dioses”.

En el siglo XVIII se le agregó la manteca de cacao y la leche, coincidiendo con la aparición de las primeras “casas de chocolate” en Europa. Fue también en ese período en que la Royal Navy incluyó al chocolate en sus raciones de combate, por su poder estimulante y por el buen humor que generaba en las tripulaciones.

Hoy se considera al cacao un superalimento, cada vez más cerca de ser un medicamento, que de una golosina.

Lo cierto es que tenemos que diferenciar lo que llamamos chocolate, a lo que es el cacao en estado puro 100%., ya que el chocolate es apenas un alimento a base de cacao en diferentes proporciones, que para ser considerado beneficioso a la salud, se estima que debería tener como mínimo un 70% de cacao, ya que cuanto más pura es la versión, más principios activos beneficiosos va a contener.

Al hablar del cacao en sus formas más puras, podemos encontrar los siguientes componentes.

Flavonoides: Son los antioxidantes más poderosos y abundantes del cacao puro 100%, clasificados por los científicos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) en una tabla de valores con un índice conocido como ORAC, (Oxygen Radical Absorbance Capacity) y su traducción significa, capacidad de absorción de radicales libres. Cuanto mayor es la capacidad de neutralizar esos radicales libres, mayor es el índice ORAC.

Recordemos que la acumulación de radicales libres nos conduce al envejecimiento por oxidación, a las enfermedades neurodegenerativas como es el caso del Alzheimer, a las afecciones cardiovasculares, y también al cáncer. En su clasificación ORAC, está por delante del vino tinto, del té, del jengibre, de las nueces, de los arándanos (blue Berry) y muchísimos otros respetadísimos alimentos considerados antioxidantes.

Alcaloides: La teobromina es el principal alcaloide de las almendras del cacao, favoreciendo el entusiasmo, la animación y también la felicidad, por lo que se lo considera un antidepresivo suave y natural. Su efecto vasodilatador contribuye a regular la presión arterial. Tiene efecto broncodilatador, lo que mejora la oxigenación pulmonar con capacidad de aliviar la tos y las crisis de asma. La teobromina mejora la digestión estimulando la sensación de saciedad.

Fibras: Ayudan a reestablecer las bacterias benéficas de la flora intestinal que fortalecen el sistema inmunológico, funcionando como barrera de protección de la mucosa intestinal evitando el “intestino poroso”, pero además, sintetiza serotonina, que es un neurotrasmisor relacionado a la sensación de euforia y del buen humor.

Vitaminas: Aporta las vitaminas A, E, C, B1, B2, y B6

Minerales: Se destaca la importante cantidad de magnesio que contiene el cacao, que es un mineral “maestro”, que interviene en unas 300 reacciones químicas del metabolismo, regulando el sistema cardiovascular, el equilibrio oseo, el sistema inmune y la vista. Presenta cantidades significativas de potasio y calcio, ambos importantísimos para el esqueleto, las funciones musculares y la regulación del PH en sangre entre otras.

Oligoelementos: Entre varios que contiene, predomina la presencia de zinc, necesario para el sistema inmune, la regulación de la glicemia, fortalece el cabello y las uñas. Es importante para la correcta visión y está presente en la síntesis de hormonas sexuales. Cumple funciones que lo relacionan al desarrollo del intelecto.

Nutrientes: Contiene carbohidratos complejos, grasas saludables y proteínas.

En las almendras de cacao está presente la feniletilamina, que es un neurotransmisor que se ha revelado como el responsable de la sensación de enamoramiento, pero también el que nos hace adictos al chocolate, estando en realidad todo relacionado, ya que el amor y el chocolate siempre fueron “inseparables”.

Los antioxidantes proporcionan a la piel, herramientas que le sirven para permanecer por más tiempo joven, pero insistiendo siempre que para obtener los beneficios, son necesarias las versiones más puras del cacao.

Es muy importante resaltar, que la diferencia entre un remedio y un veneno, muchas veces es apenas la cantidad consumida, por lo que todo requiere criterio, responsabilidad, lógica y moderación. En analogía a lo que ocurre con un buen vino, al que no deberíamos exceder más de una copa al día, una barra de cacao de 80 gramos, debería durar al menos una semana para considerar todas sus propiedades beneficiosas, sin caer en exageraciones.

Artículo escrito por el Dr Carlos Rafael Levigne (Médico).
Universidad de Buenos Aires.
Especializado en Dermatología.
Coaching nutricional.

Fuente: El Independiente Iguazú - 24 de Agosto de 2020

sábado, 2 de marzo de 2019

La memoria sagrada de nuestras raíces...



Me dijo la abuela: “Recuerda, niña, que las plantas llevan aquí desde que la Madre Tierra es Madre. Y nosotras somos sus hijas. Nosotras llegamos después... Ellas contienen la memoria sagrada de nuestras raíces.”

Ada Luz Márquez 

A través de Maureen Patricia Gutierrez




martes, 5 de febrero de 2019

Palo Santo, árbol sagrado y sus propiedades

El sagrado árbol del Palo Santo nos ofrece una amplia variedad de beneficios para la salud como curativo y espiritual. Es un remedio natural altamente requerido en diferentes países donde encender un trozo de madera es un símbolo de celebración de su sagrado aroma.


Es un recurso 100% sostenible y todas las partes del árbol son utilizadas de una u otra manera. Como ya sabemos, este árbol muere de forma natural y solo después de 3 ó 4 años de haber caído es cuando manifiesta sus propiedades. No se tala ningún árbol, con lo cual se garantiza un uso racional del mismo y es esencial en los proyectos de reforestación de los bosques.

Hay muchos estudios realizados sobre esta madera sagrada y aquí hemos querido recopilar sus usos y beneficios basados en los mismos.

El Palo Santo se utiliza para expulsar las energías negativas y atraer las energías positivas. Equilibra las energías, buscando y aumentando todo positivo.

Ayuda a controlar las enfermedades actuales causadas por el estrés regalando paz y armonía. Eso es debido a sus propiedades de limpieza física y espiritual.

Su aroma ayuda a profundizar en los momentos espirituales de meditación y contemplación.

Afrodisíaco: su cualidad terrosa y enigmática ayuda a mejorar la relación amorosa y esperitual en las parejas. Se puede utilizar en el dormitorio para que las parejas tengan un momento mas íntimo, amoroso y lleno de felicidad.

Los chamanes los usan en sus sesiones para limpiar y purificar ambientes contra los malos espíritus, malas vibras y fuerzas negativas.

Nos conecta con amor humano aumentando la capacidad de dar y recibir.

Propicia la meditación ya que relaja la mente e induce una sensación de abandono. Es muy usado en prácticas de Yoga, Reiki, Aromaterapia.

Nos relaja y transporta a un ambiente de paz y tranquilidad único.

Alivia la tensión nerviosa.

Elimina los conflictos domésticos.

Se utiliza respirándolo para levantar el humor, quitar el estrés y contra el asma.

El aroma del palito sirve como ahuyentador de mosquitos 100% natural, ideal para las habitaciones de los niños.

Tiene propiedades antidepresivo, diaforetica, diureticas, depurativas, antireumaticas, antisepticas, antihongos, entre otras.

Ayuda a prevenir gripes (elemento: Alfa-Pinene).

Cumple una función antiséptica, destruyendo microbios para reducir la posibilidad de infecciones (elemento: Terminen-4-OL).

Antivirales (elemento: Sesquiterpeno).

Su principal componente es el Limonene (62,88% en el Palo Santo). Este potente elemento ayuda a prevenir tumores de estómago, hígado, mamas y piel.

Casi todas las culturas antiguas han usado esta madera sagrada. En Perú aún hoy es usado en rituales de limpieza y purificación por los chamanes de los Andes para sus ceremonias y rituales. Es parte importante en las sesiones de ayahuasca en la selva peruana. Durante estas sesiones de purificación del alma el palo santo cumple la función de limpiar los ambientes donde se lleva a cabo la ceremonia y de ayudar a relajar a los participantes.


Aún hoy se vienen descubriendo más propiedades de esta madera sagrada.


PALO SANTO - Escribe Meredith Montero

Principales usos del Palo Santo: ¿Para qué sirve?

Esta madera evocadora ha sido utilizada durante siglos por sus lugareños en una gran variedad de formas espirituales, religiosas y medicinales.

La madera de Palo Santo se utilizaba tradicionalmente como incienso en ceremonias y rituales, de hecho su uso era muy común porque incitaba a la buena suerte. Quien lo utilizaba, se abría a recibir sus beneficios, llenando su “aquí-ahora” de magia y creatividad. De hecho, uno de los usos del Palo Santo más destacados es como talismán o amuleto/protector.

¿Para qué se utiliza el Palo Santo?

Siguiendo las tradiciones de América del Sur, los usos del Palo Santo en la actualidad se pueden dividir en 4 prácticas importantes:

1. Disfrutar de la madera de Palo Santo en su forma natural, sin quemar

Coloca la madera en lugares estratégicos para refrescar y aromatizar cualquier espacio (armarios, vehículos, casa), de una forma respetuosa y ética con el medio ambiente.

Es un icono en nuestras mesas de altares para bendecir el propio altar y realzar el magnetismo de todos los objetos de poder que alojamos en nuestro espacio sagrado.

El uso del Palo Santo es una gran alternativa a la utilización de productos ambientadores que contienen químicos.

2. Uso del Palo Santo para favorecer la limpieza energética espiritual

Quema el Palo Santo a modo de sahumerio, para así disfrutar del humo blanco que desprende la madera, con el propósito de limpiar y purificar espacios, ambientes y personas.

Prender un leño de Palo Santo y agitarlo para obtener su aroma, es una experiencia que puede llegar a ser de gran misticismo. El uso del Palo Santo en ceremonias y rituales hace que consigamos una conexión espiritual más profunda. El leño prendido de Palo Santo se apaga fácilmente y lo podemos volver a encender cada vez que queramos.

Cuando quemamos un palito de Palo Santo, con su humo estamos atrayendo la buena energía y aromatizando el sitio donde se quema. Muchas personas piensan que prender el palito con un mechero o soplete no es adecuado y optan por usar cerillas o velas.

Puedes pasar con el palito humeante por los rincones de la casa y si a eso le pones un pensamiento de buena intención, pues el trabajo de limpieza será mucho más efectivo.

Para hacerte una autolimpieza puedes prender el palito y vas moviéndolo por tu alrededor, desde los pies hasta la cabeza con movimientos redondos y pensamientos felices. También puedes bendecirte con ese mismo humo blanco, arrastrándolo con la mano hasta nuestro pecho (corazón) y coronilla.

3. Mezcla Palo Santo con otros inciensos naturales para obtener un nuevo y atractivo aroma

En tercer lugar, debido a su exquisito aroma, puedes utilizar una mezcla de Palo Santo con otros inciensos naturales, que le otorgan otro aroma no menos impactante.

Prueba de ello son los inciensos de Palo Santo y Mirra realizados a mano con ingredientes naturales y el máximo cuidado, para conseguir un aroma único, dulce pero potente. Estos inciensos llevan como ingredientes el serrín del Palo Santo y Aceite del Fruto del Palo Santo, haciendo una unión de olores muy suave y penetrante, únicos en el mercado.

4. Extrayendo el Aceite Esencial de los Frutos del Palo Santo

Finalmente, otro uso del Palo Santo frecuente se basa en la extracción del Aceite Esencial de los Frutos del Palo Santo. Este aceite 100% natural se caracteriza por un aroma fresco y lleno de matices, que estimularán nuestros sentidos.

Si hablamos de los usos del Palo Santo, es importante remarcar que existe una polémica acerca de cómo debe ser extraído el Aceite Esencial del Palo Santo, si del tronco o del fruto del árbol.

En definitiva, los usos del Palo Santo demuestran que es una madera muy versátil que funciona en cualquiera de sus prácticas, otorgando calma, bienestar y limpieza.

sábado, 29 de agosto de 2015

Tabaco Planta sagrada


Texto de: Mandala - Shamanic Healing

El Tabaco es una planta sagrada y de poder que a lo largo de la historia ha sido mal utilizada por el mundo occidental quien se ha encargado de desacreditarla despojándola por completo de su sacralidad.

El uso de esta maravillosa planta se remonta a las antiguas civilizaciones indígenas americanas quienes utilizaban el Tabaco para sus rituales de limpieza y sanación física y espiritual; así mismo cuando realizaban el Círculo de Palabra alrededor del fuego, encendían la “pipa” que contenía la planta para ser “sahumada”. Lastimosamente fue introducida a nuestra cultura occidental convirtiéndola en un hábito y agregándole componentes químicos que convirtieron al Tabaco en un elemento adictivo y mortal.


He querido recuperar y retomar algunas costumbres ancestrales mediante el uso del sagrado Espíritu del Tabaco en los rituales de sanación; es una labor que en algún momento de mi vida me fue encomendada para poner al servicio de la humanidad con todo el amor y responsabilidad recordando siempre que es una planta sagrada; que su poder de sanación es inmenso y que a través de su Sagrado Espíritu nos permite ver más allá del plano material, agudiza los sentidos, aclara la mente, equilibra y armoniza el cuerpo físico y que actúa de acuerdo a la intención del Ser que hace uso de él; de ahí la importancia del estado energético en el que estemos vibrando; es decir, que nuestra intención sea siempre amorosa e impecable.

El Tabaco no se “fuma”, se “sahuma”, y es el humo sagrado del “Abuelo” el que limpia, cura y sana cuerpo, mente y espíritu. – (Paya Thaniy Sunqu)
“Y con mi aliento yo curo, con mi Tabaco yo rezo y a mis Abuelos les pido la memoria de mi compromiso” (Con mi Tabaco – Alonso del Río).
Compartido por Fernándo Emilio Flores

domingo, 5 de abril de 2015

Las plantas sagradas y el sentido de su uso en el mundo indígena


En el mundo indígena americano, la ingesta de ciertas plantas en contextos de ceremonias dirigidas por chamanes [1] y con estrictos fines medicinales, produce estados ampliados de consciencia que permiten tanto al chamán como al paciente encarar juntos el proceso de curación. Son las llamadas plantas sagradas.

Las más conocidas son la ayahuasca; el cebil; el san pedro o wachuma; el toé o floripondio; el chamico; el canelo; la epena y la coca (Sudamérica); el peyote y los hongos psilocibios (Norteamérica y Mesoamérica) y el tabaco (en todo el continente). [2]



Estas plantas, cuyo uso es de una antigüedad milenaria, se distinguen de las otras plantas medicinales porque permiten alcanzar aquellos estados que permiten el viaje a otros planos y/o dimensiones de la realidad, ese mundo invisible que está poblado por espíritus, seres, entidades y fenómenos que están más allá de la realidad ordinaria. 
Es que la idea de realidad que da sustento a las cosmovisiones de los pueblos indígenas, es más compleja y múltiple que aquella en la que nosotros, occidentales, fuimos enseñados y acostumbrados a entender como la única posible.

La ingesta ceremonial y ritual de estos vegetales posibilita tanto al chamán como al paciente tomar contacto con el mundo invisible y los seres y situaciones que en él habitan; en el caso particular del chamán se agrega la capacidad para viajar por esos mundos y tomar de ellos los poderes, la información y las claves que necesitará – una vez de regreso- en el proceso de diagnóstico y curación de la enfermedad. Una de las máximas habilidades del chamán es precisamente la de regresar, porque no sólo es importante transitar por las otras realidades, sino el saber regresar desde ellas a este mundo. 

El descubrimiento de estas poderosas plantas por parte de Occidente, así como el sentido de su utilización y su eficacia como parte sustantiva de la medicina indígena, puso en evidencia la existencia de otras formas de sabiduría y de conocimiento, insertas en los contextos más amplios de las complejas cosmovisiones originarias.

Cuando decimos la existencia de otras formas de conocimiento, nos referimos a que tenemos que hacer el esfuerzo de dejar de lado los parámetros de nuestros modelos cognitivos o las leyes de la ciencia occidental con que habitualmente nos movemos y tratar en cambio de entender que existen otras maneras diferentes de concebir el mundo, la vida y el universo y que esas maneras pueden ser tan valiosas como las nuestras. Tal es lo que sucede con las cosmovisiones indígenas.


Hoja de Coca
Es en este marco de análisis que desde hace ya muchos años he dejado de utilizar el término alucinógeno para definir a estas plantas. Lamentablemente ese término aún se sigue utilizando en ciertos círculos académicos y, a mi entender, en forma equivocada ya que confunde “la connotación patológica que tiene con el sentido espiritual, ceremonial y curativo que, por el contrario, el uso de estos vegetales tiene entre los indígenas”. (Martínez Sarasola 2010:146; ver también Llamazares y Martínez Sarasola 2004: 260). 

Me parece importante en esta dirección reafirmar la utilización de la expresión “plantas sagradas” (de uso extendido en el mundo indígena), así como también “plantas psicoactivas” (que actúan sobre la psique), “plantas maestras” (porque ellas enseñan) o “enteógenos”. Este último vocablo, muy utilizado en los últimos años, fue creado en 1979 por Gordon Wasson, Carl Ruck, Jeremy Bigwood, Dany Staples y Johnattan Ott para reemplazar precisamente al cuestionado “alucinógeno”; “enteógeno” significa “que genera a Dios en nuestro interior” y creo que es un término que transmite con bastante precisión el sentido y función de estos vegetales.

Este último aspecto, el de ser instrumentos de comunicación con los planos sagrados, es más que importante porque completa el profundo sentido que ellas tienen para las concepciones indígenas y chamánicas al generar la posibilidad del contacto directo y personal de las personas con lo sagrado, con la divinidad. Y esta conexión espiritual cobra una relevancia aún mayor porque para los pueblos originarios el concepto de salud tiene que ver precisamente con el estar en equilibrio espiritual, mientras que por el contrario, la enfermedad es producto de un desequilibrio del espíritu. La función del chamán es colocar al paciente, restaurar su equilibrio, devolverlo a su eje, ese que conecta firmemente a la persona con la Tierra y el Cielo.

Todo este extraordinario y ancestral conocimiento se transmite de generación en generación y “con las restricciones propias de los saberes reservados” (Llamazares y Martinez Sarasola 2004), debiendo el chamán mantener a lo largo de su vida una disciplina casi ejemplar, detalladamente pautada, lo que le permitirá ejercer su oficio en el marco de la seriedad y el respeto que la cosmovisión y las plantas requieren. 

Hay que tener siempre presente que, para la concepción chamánica, la planta sagrada es un ser vivo que durante la ceremonia ingresa en el cuerpo del paciente. Una vez allí, el espíritu de la planta dialogará con el espíritu de esa persona, acción que será guiada por el chamán, con sus cánticos, tambores, sonajas, el humo del tabaco y/o alguna de las distintas técnicas extáticas que le ayudarán en la curación. Todo este delicado proceso, en que dos espíritus de distintas especies interactúan para la curación, es parte central de estas ceremonias, denotando una vez más “lo serio de esta cuestiones” como los mismos indígenas definen a ciertos temas centrales de sus culturas.


Ayahuasca
En los últimos años, las plantas sagradas han salido de sus lugares de origen y están “viajando” por distintas partes del mundo, muchas veces de la mano de chamanes que convidan en ceremonias ecuménicas a personas de distintos orígenes. También muchas de estas personas han accedido a estas experiencias en el propio ámbito de los indígenas. En muchas ocasiones estas sesiones tienen el sentido curativo, medicinal y trascendente que explicamos anteriormente, pero en otros casos se realizan por el mero hecho de experimentar o con fines puramente recreativos. En muchos casos también estos encuentros son guiados por personas no capacitadas y, por lo tanto, que no están en condiciones de llevar adelante los mismos y menos aún implementar fines medicinales.

Creo que estos conocimientos, tan antiguos como valiosos, hoy se están abriendo a muchas personas más allá de las fronteras del mundo indígena e incluso posibilitando el desarrollo de muy destacados proyectos vinculados con la salud [3]. Es auspicioso que estos conocimientos puedan extenderse a cada vez más personas, pero es clave también que ello se haga atendiendo a los marcos ceremoniales y rituales que constituyen una complementariedad ineludible. Tener en cuenta estos marcos; contar con la guía de chamanes reconocidos y/o personas de conocimiento debidamente capacitadas y autorizadas y, muy especialmente, no olvidar el sentido profundamente espiritual de estas experiencias son algunos de los aspectos a considerar para que los procesos curativos con esta otra medicina, sean cuidados, efectivos y respetuosos.

Carlos Martínez Sarasola


Peyote

Notas

[*] Especializado en la etnohistoria y los estudios de la frontera como metáfora de la construcción de la Argentina, sus libros son de referencia en la temática indígena. Profesor en Universidades nacionales y del exterior, investiga también sobre las cosmovisiones originarias, la idea de realidad que las sustenta y el chamanismo, en el marco de los procesos de reetnización y espiritualidad emergentes. En la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) se desempeña como docente e investigador de la Maestría y el Instituto en Diversidad Cultural. Es miembro de la comunidadgünün ä küna mapuche Vicente Catrunao Pincén.

[1] El término “chamán” (de la lengua tungus de Siberia “saman”: “el que se mueve”) fue universalizado por la antropología y hace referencia a aquellas personas que en las comunidades indígenas tienen no sólo la tarea de curar sino la de comunicarse con los distintos planos de realidad. Cada pueblo indígena tiene su propia denominación para estas personas sumamente destacadas en la organización social.

[2] El tabaco está considerado entre los indígenas la principal planta sagrada. Es originaria de América y su uso fue desacralizado por Occidente luego que los conquistadores lo llevaran y difundieran por Europa. Cuando nos referimos aquí al tabaco lo hacemos en relación al vegetal ancestral (y su uso) que no tiene nada que ver con el nocivo producto “cigarrillo” o tabaco industrializado que tanto perjuicio ha traído.

[3] En Tarapoto, Perú, existe desde hace muchos años el Centro Takiwasi que, con el Dr. Jacques Mabit al frente de un equipo de especialistas occidentales e indígenas, se dedica a la curación de adictos utilizando plantas sagradas.

Carlos Martínez Sarasola es un antropólogo argentino. Licenciado por la Universidad de Buenos Aires en 1974, se ha especializado en los estudios indígenas, etnohistóricos y de la frontera como metáfora de la construcción del país.
Ha sido docente e investigador de las Universidades Nacionales de Buenos Aires, Salta, Río Cuarto y del Salvador. Profesor en actividades de posgrado en las universidades de Buenos Aires, Río Cuarto, Tres de Febrero y Católica Argentina. En el exterior ha dictado conferencias y/o seminarios en la New School for Social Research (New York) Universidad Autónoma de Occidente (Cali, Colombia) y California Institute of Integral Studies, CIIS (San Francisco, California)
Es autor de varios libros que son de referencia en la temática indígena. Nuestros paisanos los indios (vida historia y destino de las comunidades indígenas en la Argentina), cuya primera edición apareció en 1992, fue el primero, fruto de más de quince años de investigación. En los últimos años investiga acerca de la cosmovisión indígena americana, la concepción de realidad que la sustenta y el chamanismo, en el marco de los procesos de reetnización y espiritualidad emergentes en América. Dichos procesos lo han ido involucrando desde un compromiso más personal, siendo en la actualidad un integrante más de la comunidad günün ä küna mapuche Vicente Catrunao Pincén.
Entre 1998 y 2011 fue miembro del Consejo Interamericano sobre Espiritualidad Indígena (Morelia, México).
Co-fundador y Director de la Fundación Desde América, una ONG de Buenos Aires, Argentina (1994-2012) dedicada a promover el conocimiento de la sabiduría, el arte y la cosmovisión de los pueblos indígenas de la Argentina y América en su encuentro con los nuevos paradigmas emergentes en Occidente a través de la investigación, la docencia, la difusión y los programas de fortalecimiento de comunidades indígenas.

En la actualidad es Profesor e Investigador de la Maestría y el Instituto en Diversidad Cultural de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) donde también se desempeña como coordinador de la carrera de Especialización en Estudios Indoamericanos. Es miembro de TEFROS, Taller de Etnohistoria de la Frontera Sur (Universidad Nacional de Rio Cuarto).