Un
viento llegó con voz de ancestro y le besó suavemente en la frente,
susurrándole al oído:
- Escucha a tu corazón, no lo intentes enjaular, porque intentar ejercer el control sobre el corazón es lo mismo que intentar controlar las pupilas cuando se hacen puntos de alfiler ante la luz. Escúchale y no temas. El temor cierra el gran ojo, el ojo del corazón. El miedo ciega, el Amor ensancha. Haz lo que sientes, lo que sueñas, lo que amas. Haz con el alma en flecha, apuntando cada latido como impulso al infinito.
Pon la mano en tu pecho y siente... estás viva, eres eterna.
- Escucha a tu corazón, no lo intentes enjaular, porque intentar ejercer el control sobre el corazón es lo mismo que intentar controlar las pupilas cuando se hacen puntos de alfiler ante la luz. Escúchale y no temas. El temor cierra el gran ojo, el ojo del corazón. El miedo ciega, el Amor ensancha. Haz lo que sientes, lo que sueñas, lo que amas. Haz con el alma en flecha, apuntando cada latido como impulso al infinito.
Pon la mano en tu pecho y siente... estás viva, eres eterna.
Todo irá bien.
Ada Luz Márquez
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