Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

Mostrando entradas con la etiqueta Diario El Litoral (Santa Fe-Argentina). Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Diario El Litoral (Santa Fe-Argentina). Mostrar todas las entradas

lunes, 13 de enero de 2025

Descifraron el ADN de la yerba: podría "diseñarse" un mate que no genere acidez





Federico Vignale (UBA) dirigió el equipo de investigación. La clave fue sintetizar la cafeína. Tomar mate sería una nueva experiencia para los argentinos.

La ciencia argentina no deja de sorprender, más aún en estos tiempos en que es tan desacreditada. Un equipo de investigación liderado por el Doctor en Química Biológica de la Universidad de Buenos Aires (UBA) especializado en bioinformática, Federico Vignale, logró secuenciar el genoma (ADN) de la planta de yerba mate (Ilex paraguariensis).

Este desarrollo, que apuntó a “la más pura argentinidad”, generaría quizás con el paso del tiempo implicancias que se pueden volver históricas. Es que tras el proceso en laboratorio, se logró saber cómo es la sintetización de la cafeína de la planta de yerba mate, secuenciación mediante.

Con ellos, se podría “diseñar” una variedad de yerba mate que no produzca esa sustancia estimulante, la cafeína, para satisfacer a aquellos consumidores que sufren acidez.

“Creo humildemente que este desarrollo, que demandó unos 10 años, cambiaría definitivamente la forma que tenemos de relacionarnos con esta infusión que tanto nos representa en términos culturales. Y también el modo de consumir mate”, dijo el Dr. Vignale, en diálogo con El Litoral.

La investigación iba a ser publicada en breve por la prestigiosa revista científica eLife.

El descubrimiento
En 2018, el director del doctorado de Vignale, Dr. Adrián Turjanski, le propuso ponerse al frente de este proyecto. “Nosotros secuenciamos el ADN de la planta de yerba mate y, después de descifrarlo, nuestro foco de investigación se centró en lo que era la síntesis, es decir, la producción de la cafeína de la planta”, explicó el investigador.

Porque la infusión del mate tiene muchas propiedades beneficiosas: antioxidantes (polifenoles); estimulantes (xantinas); otras antidiabéticas, antimicrobianas, etcétera, dadas por las saponinas. “Pero de todas estas propiedades de la planta, nos interesaba particularmente las propiedades de la cafeína”, explicó.

¿Por qué la cafeína? Porque es un estimulante del sistema nervioso. Popularmente se creyó siempre que en el mate tiene “mateína”; pues no, no existe esa molécula, aclara el científico. Tanto el mate, el té (que tampoco tiene “teína”, como se presume) como el café tienen cafeína.

La “maldita acidez”
“Al ser un estimulante del sistema nervioso, la cafeína nos da esa sensación de energía, nos sentimos como más despiertos; pero es una sensación falsa. Además genera algo de adicción. Y justamente por ser un estimulante, cuando alguien toma mucho mate ingiere grandes cantidades de cafeína, y eso puede llegar a producir acidez”, precisó el científico.

Ese malestar de la acidez ocurre porque la cafeína consumida irrita el estómago. “Entonces hay mucha gente que deja de tomar mate por la cafeína; pero al dejar de tomar esta infusión se está perdiendo de ingerir un montón de propiedades beneficiosas, que ya fueron mencionadas”, adujo.

En los niños no está recomendado el consumo de yerba mate, justamente porque la cafeína les puede generar nerviosismo, insomnio y, por la noche, mucha irritabilidad.

Es por eso que el equipo liderado por el Dr. Federico Vignale se centró en la síntesis de la cafeína en la planta. ¿Por qué? “Porque como ya sabemos cómo la planta produce la cafeína, el día de mañana podríamos desarrollar una variedad de yerba mate que no produzca ese estimulante y, por tanto, que no genere acidez”, subrayó.

El limpio: con este descubrimiento se podría desarrollar una yerba mate que no produzca cafeína y que pueda ser consumida tanto por adultos -que así lo prefieran- como por los niños, puesto que se “quitaría” el problema de la sustancia estimulante. Y esta variedad de yerba mate se podría lograr a través de la ingeniería genética.

La ingeniería genética permitiría modificar genéticamente la planta: el proceso sería que esa planta deje de producir la cafeína. “Pero además se podría apelar a esa tecnología para que, por ejemplo, el mate produzca en mayor proporción otros de los compuestos que tiene y que son beneficiosos, como más antioxidantes”, agregó.

El futuro
“Creo que en el futuro, habrá al menos una variedad de yerba mate modificada genéticamente para que no tenga cafeína”, proyecto el Dr. Vignale, y puso un ejemplo: “Hay millones de de consumidores en el mundo que toman café descafeinado; por qué algo parecido no podría pasar con la yerba mate”.

-Pienso que sí. Para mí va a marcar un antes y un después este desarrollo. No sé si este antes y después va a ser rápido o lento; tampoco sé si la gente lo va a aceptar, porque habrá personas que dirán: “No, quiero seguir tomando mate con cafeína”.

Es totalmente sano consumir una planta genéticamente modificada. Consumimos ADN, ingerimos ADN todo el tiempo. Con el mate que tomamos, el pollo o la lechuga que comemos. Es indistinto qué tipo de ADN sea. La molécula es la misma, entonces no trae ninguna complicación.

Sinceramente no sé si estas variedades de yerba mate serían desarrolladas por grandes productores, o por los pequeños. Tampoco si habrá inversiones: es todo muy prematuro. Pueden llegar a surgir empresas nuevas que decidan elaborar estas variedades de mate sin cafeína, y después se las vendan a los productores. Pero insisto, son conjeturas mías.

Argentinidad al palo (de yerba)
-¿Qué reflexiona sobre este desarrollo científico y sobre el mate como un símbolo de la Argentina por excelencia?

-Como científicos tratamos de hacer algo que a la larga pueda beneficiar a la humanidad. Para que todo nuestro tiempo invertido, años de trabajo y esfuerzo, el día de mañana le puede servir a la humanidad y, sobre todo, en este caso a los argentinos, en el sentido de que mejore la calidad de vida.

Así, hemos buscado que el mate se consuma no necesariamente como algo “medicinal”, sino como un acto placentero al momento de tomar una infusión rica a la mañana, por caso. En la Argentina es el mate, el asado y el fútbol lo que quizás más nos representa culturalmente (risas).

Pero también es importante remarcar que este trabajo se dio en un contexto donde la ciencia argentina está siendo desvalorizada, deshonrada, cuando en realidad debiera ser todo lo contrario. Los científicos de mi país han trabajado incansablemente siempre, durante la pandemia por ejemplo, siendo en muchos casos pioneros a nivel mundial.

Cómo nació todo
El proyecto comenzó hace unos diez años por iniciativa del Ministerio de Educación nacional. Nació con el nombre “ProMaTear”. Consistía en secuenciar el ADN de la planta de la yerba mate. “En aquel entonces muchas plantas ya se venían secuenciando, fue como un auge científico”, contó Vignale.

Se trató de una colaboración entre la Universidad de Buenos Aires y otras instituciones nacionales como la Universidad de Misiones y la de Corrientes. “Como luego la ciencia argentina dejó de ser apoyada, requerimos de financiamiento internacional para continuar el trabajo”, agregó.

A partir de ahí, se empezó a colaborar con equipos investigativos de Brasil, Estados Unidos y de algunos de países de Europa, a través del Instituto de Biología Molecular de la UBA. “Pero este proyecto siempre fue liderado por científicos argentinos”, subrayó Vignale.

Quién es
Federico Agustín Vignale es argentino, tiene 31 años y se crió en la ciudad de Buenos Aires. Estudió la Licenciatura en Ciencias Biológicas en la UBA (2012-2017). En el segundo año de la carrera, representó a esa universidad en la competencia de ingeniería genética iGEM, llevada a cabo en MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), Estados Unidos.

En dicha competencia desarrolló un biosensor de arsénico, que le valió una medalla de oro y una mención de estudiante destacado de la UBA en 2014. Al finalizar sus estudios de grado, realizó su Doctorado en Química Biológica bajo la supervisión del Dr. Adrián Turjanski en la misma universidad con una beca doctoral del Conicet (2017-2022).

Fuente
Diario El Litoral - Santa Fe - Argentina
13 de Enero de 2025

viernes, 23 de agosto de 2024

La extinción del yaguareté y de las humanidades


Pueden parecer dos hechos inconexos porque, a fin de cuentas, qué tienen que ver la muerte de un yaguareté y la drástica reducción de becas del Conicet para el área de las humanidades. Por un lado, hace pocos días, el 1 de agosto de 2024 para ser más precisos, a través de El Litoral nos enteramos de la muerte a mano de cazadores amateurs de uno de los últimos yaguaretés del Gran Chaco. La nota dice que estos cazadores no tienen escrúpulos al matar un animal que se encuentra en peligro de extinción. En la nota también queda claro que existen leyes que defienden la especie y que penan la caza porque, como sabemos, la biodiversidad tiene una función y un valor intrínseco. Pero, cabe preguntarse... ¿Sirven para algo los yaguaretés?

Ciertamente, no sirven para carne de consumo, no pueden criarse en cantidad y no son un producto que cotiza en el mercado. Esa pobre perspectiva oculta las verdaderas causas de que el yaguareté (¡Y cuántas otras especies!) esté en peligro: el avance de la frontera agrícola y la deforestación de tres millones de hectáreas en quince años. Sin hábitat no hay subsistencia posible, haya o no cazadores. Esto no libera de responsabilidad al cazador que sigue teniendo una culpa algo diluida. Lo que sí hace la ley es trasladar la inescrupulosidad a otros actores que son cómplices de esta situación crítica: funcionarios de todo el arco político, empresarios, bancos y, por qué no, el común de la gente. Todos somos responsables, por acción u omisión, ante este ecocidio generalizado. Y en lugar de tomar medidas, se extiende en los organismos oficiales (como el INTA por ejemplo) donde se prohíbe usar frases como "cambio climático", o bien expresiones como "sustentabilidad" y "biodiversidad", lo cual nos lleva al poder de "visibilizar" de las palabras del que hablaremos después.

Pero… ¿Por qué sucede esto? Hay una razón clara: el afán de lucro entiende que el monte es dinero y, por eso, está justificada su destrucción. Existe, en el fondo, una distorsión de lo que es "valioso" porque se pone el énfasis en lo inmediato. En ningún caso hay una riqueza en la naturaleza y su diversidad; incluso si se la quiere medir en términos materiales: no valen sus maderas, sus frutos, hierbas, insectos y demás. Por otro lado, la capacidad de valorar la naturaleza depende directamente del observador: sólo una mirada que supera lo meramente material puede ver la belleza de trasfondo que, a fin de cuentas, es la más importante. Para ilustrarlo: el valor de una escultura no se mide por la cantidad de mármol empleado, sino por la perfección de su acabado. Lo mismo sucede con un bosque o con una especie animal: un yaguareté no vale su carne ni su piel, ni un monte de miles de años la cantidad de madera que contiene. Nuestros ecosistemas son obras de arte que valen la contemplación y admiración.

Así, la inescrupulosidad de funcionarios, empresarios y de todos en general habla, en realidad, de cierta dificultad para trascender el límite del abordaje materialista: habla de nuestra pobreza, la espiritual. Algo semejante sucede cuando se interroga sobre la importancia o utilidad de los estudios humanísticos, particularmente de las letras y de la filosofía. Se preguntan: "¿Para qué sirven?". Producimos, y mucho, pero no productos que coticen en bolsa. Los griegos, hace más de 2.500 años, se preguntaron sobre la utilidad de estos conocimientos y los llamaron "artes placenteras". Porque, precisamente, a diferencia de otros saberes u oficios que generan un producto aparte como resultado (una mesa o un barco), las placenteras tienen su beneficio y utilidad en el acto en sí de realizarla. Leer un poema, pensar un argumento, preocuparse por cómo el lenguaje genera nuestras creencias: esas acciones resultan "un bien", "un valor" en sí, en el placer del acto de realizarlas y en cómo ese acto nos transforma.

Decía Aristóteles que son estos saberes los que nos detienen a reflexionar sobre lo que nos hace humanos: nuestras creencias, el sentido de lo que hacemos, del mundo que nos rodea y de cómo interactuamos con él. Nos permiten pensar que existe una "historia de las ideas" pero que esas ideas (justicia, verdad, bien, libertad) no están fuera del lenguaje, como el yaguareté, sino que son construidas por la lengua y el consenso. Y hay consensos que es mejor pensarlos bien, analizarlos y discutirlos. Hay muchas formas de defender las humanidades pero lo que nos interesa enfatizar aquí es que estos estudios, que no se rigen por las leyes del mercado, se abocan al pensamiento, a comprender cómo las lenguas modelan nuestra mente, nuestros juicios, cómo los argumentos se tensionan en una sociedad, cómo construyen pertenencia, identidad, autoridad o sumisión. Un espíritu vacío de este interés, vacío del asombro ante la naturaleza y del asombro ante el conocimiento en general es un espíritu deshumanizado.

Los estudios humanísticos y los estudios clásicos, en particular, poseen ese valor porque se ocupan de los temas humanos más universales: del amor y del dolor, del bien y del mal, de la justicia humana y divina, del origen del universo y del final de la vida, sea en el formato de la reflexión de la tragedia clásica de Sófocles o en el formato de la reflexión filosófica de Platón. Sería absurdo pensar que el enfrentamiento entre griegos y troyanos de Homero o la ética de las virtudes aristotélica han perdido vigencia. Si bien ya no vivimos como los antiguos, compartimos muchas inquietudes. En todo caso, desde Homero en adelante, los antiguos nos recuerdan una cosa: somos responsables de nuestras decisiones y, siempre, de las consecuencias.

Somos responsables de lo que miramos y de lo que elegimos no ver. Así, al igual que con la muerte del yaguareté, el desfinanciamiento de la educación y de los organismos de ciencia y tecnología del país va dejando terreno árido. Nos empobrece y no sólo a quienes trabajamos directamente allí sino a todos los educadores de diferentes niveles (porque la educación pública y el sistema científico también es un ecosistema solidario que forma a docentes tanto de instituciones públicas como privadas) que luego educan, a su vez, con ese conocimiento nuevo producido en nuestro entorno, con nuestros intereses e inquietudes.

No miremos para otro lado, por favor, ni nos quedemos en silencio. Con los ojos bien abiertos: por la naturaleza y la educación siempre.

Por Ivana S. Chialva y Manuel Berrón de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad Nacional del Litoral.

Fuente: Diario El Litoral (Ciudad de Santa Fe - Argentina) - 12 de Agosto de 2024


martes, 13 de agosto de 2024

Martes 13


En las culturas de Grecia y algunos de los países de cultura hispana, como España, Cuba, Uruguay, Paraguay, República Dominicana, Argentina, Chile, Perú, Venezuela, Colombia, Ecuador y otros, se considera martes 13 un día de mala suerte.

Marte es el dios romano de la guerra, por lo cual el martes está regido por el planeta rojo, el de la destrucción, la sangre y la violencia. Además, la leyenda dice que un martes 13 se produjo la confusión de lenguas en la Torre de Babel.

Paremiología
En español, existe un antiguo refrán que ilustra en parte la superstición: En martes 13, ni te cases, ni te embarques, ni de tu casa te apartes. Para muchas personas, es lo mismo que decir: en un día aciago y funesto como el martes, no emprendas ningún negocio de importancia.

Compartido por Enrique Hopman


Martes 13: el origen de la "mala suerte" y la superstición

Diversos relatos a lo largo de la historia aseguran que en esta fecha hay que evitar viajes o eventos de resonancia para eludir los infortunios. ¿Qué diferencias hay con el "viernes 13"?

Se crea genuinamente o no, es de conocimiento popular la leyenda que asegura que la fecha viernes 13 es significado de mala suerte y que todo lo que suceda dicho día puede tornar para un lado negativo.

Sin embargo, su origen se remonta siglos atrás de la conformación cultural actual estadounidense y se ubica en otra región del planeta. Muchos historiadores atribuyen el miedo al 13 en las fechas al Código de Hammurabi, una especie de Constitución que implementaba el Imperio Babilónico para agrupar sus leyes y normas de la vida diaria.

Según los informes, en dichos documentos se omitió una ley 13 de sus códigos legales escritos. A pesar de que esto fue solo un error cometido por uno de los traductores que simplemente omitió una línea de texto, el mito se instaló.

Si bien la versión del viernes es la más elegida a nivel mundial, principalmente en Estados Unidos, en Argentina es más común que se haga referencia a otro día de la semana: “Martes 13, ni te cases ni te embarques”,

Por qué el martes

El martes 13 es un día con una fuerte connotación con la mala suerte en diferentes culturas alrededor del mundo. La fecha está presente en la cultura popular desde la edad antigua y actualmente muchas personas creen en supersticiones respecto de esta fecha.

El origen de esta creencia inicia con el carácter negativo del número 13 procedente de la mitología romana, concretamente Marte, dios de la guerra y divinidad que da nombre a este día de la semana.

De igual manera, al número 13 se le ha otorgado a lo largo de la historia en las religiones judeocristianas de la antigüedad sesgos negativos debido a aspectos como la cantidad de espíritus malignos y la relación con el carnero, víctima de Abraham en su sacrificio encomendado por Dios. Además, se hace presente en algunas casualidades históricas como la aparición del Anticristo en el decimotercer capítulo del Libro del Apocalipsis o la caída de la Torre de Babel que, se cree, ocurrió en un día 13.

En ese sentido, algunos ejemplos de tragedias relacionados a esta cifra son bastante posteriores a la época bíblica como lo es la caída del Imperio Romano de Constantinopla, la cual de acuerdo a la cultura popular se cree que aconteció el martes 13 de mayo del 1453, aunque realmente esto sucedió el día 29 según historiadores.

Fuente: Diario El Litoral - Santa Fe Capital.

https://www.ellitoral.com/informacion-general/martes-13-origen-mala-suerte-supersticion-creencias-populares-roma-babilonia_0_JWT4ZLejtN.html?utm_term=&utm_campaign=El+Litoral+-+Categor%C3%ADas&utm_source=adwords&utm_medium=ppc&hsa_acc=2288789652&hsa_cam=21472991447&hsa_grp=170111382132&hsa_ad=705864268938&hsa_src=g&hsa_tgt=dsa-1456167871416&hsa_kw=&hsa_mt=&hsa_net=adwords&hsa_ver=3&gad_source=1&gclid=Cj0KCQjwiOy1BhDCARIsADGvQnAi-nO0D5Qi2_5j3KSqop_3xbi_HIR4mQqgkZBTTzhhd3nUPByVl9MaAmjLEALw_wcB

domingo, 22 de mayo de 2022

Argentina declaró “delito de lesa humanidad” la muerte de 500 indígenas en la masacre de Napalpí



Un inédito juicio por la verdad establece la responsabilidad del Estado en la matanza, perpetrada en 1924 “en el marco de un genocidio” indígena.




La masacre indígena de Napalpí tiene, al fin, una historia oficial. Un juicio por la verdad sin precedentes en América Latina ha considerado este jueves un “delito de lesa humanidad” ocurrido “en el marco de un genocidio” la muerte, el 19 de julio de 1924, de entre 400 y 500 indígenas qom y moqoit a manos de la policía. El fallo, firmado en Resistencia, Chaco (norte de Argentina), responsabiliza al Estado y establece ocho medidas de reparación histórica. Ha sido un largo camino para las comunidades indígenas de la región, que durante casi un siglo debieron escuchar la versión de que la matanza era el resultado de un enfrentamiento entre tribus.

Durante el juicio, iniciado el 19 de abril sin imputados -98 años después, no quedan responsables vivos- declaró Rosa Grilo, una mujer qom que era una niña cuando la policía arremetió contra su comunidad y hoy es la única sobreviviente de aquella barbarie. Chaco era en 1924 una región de avanzada criolla, donde los grandes terratenientes ocupaban a sangre y fuego las tierras más productivas de los pueblos originarios. Napalpí era una reducción, como se llamaba a los campos de trabajo administrados por el Estado, donde los indígenas producían algodón en un régimen de servidumbre. La masacre fue la respuesta oficial a una huelga de 1.000 trabajadores hartos de no cobrar por su trabajo.

Los policías y militares “llegaron montando caballos, se establecen a una distancia cercana del campamento y desde allí dispararon con sus fusiles y carabinas, todos a la vez y a mansalva por el espacio de una hora. De forma inmediata, por el impacto de la balacera, cayeron muertos estimativamente entre cuatrocientos y quinientos integrantes de las etnias qom y moqoit, entre ellos niñas y niños, mujeres, algunas de ellas embarazadas, varones, ancianos y ancianas”, dice el fallo, firmado por la jueza Zunilda Nirempreger. “En algunos casos, perdieron la vida varios de los componentes de una misma familia. Los/as heridos/as que quedaron en el lugar y no pudieron escapar a tiempo fueron ultimados/as de las formas más crueles posibles. Se produjeron mutilaciones, exhibiciones y entierros en fosas comunes”, agrega el texto.

“El relato de los hechos es muy descriptivo y abarcativo de cómo fue la secuencia de la masacre y su contexto”, dice el fiscal Diego Vigay, una de las personas que más ha trabajado para que este juicio de la verdad fuese posible. “Cuando empezamos la investigación en 2014, nos planteamos la cuestión de que la verdad abarcara el por qué se llevó a cabo la matanza, cuáles eran los intereses. La sentencia es valiosa en ese sentido. En el juicio hablaron investigadores de otras masacres y eso puso la sentencia en el marco de un proceso de genocidio contra las comunidades indígenas”, explica.

El juicio por la verdad dejó claro que el Estado fue el responsable de la matanza. “La perpetración de la masacre, por su propia complejidad, requirió de la previa concepción de un plan”, dice el fallo, “que supuso una exhaustiva coordinación, organización logística, distribución de roles, movilización de diversos contingentes de tropas, su traslado y concentración desde varios días antes, gran cantidad de armamento y municiones, su acampe y alimentación, además del apoyo de una avioneta que realizó por lo menos, tareas de inteligencia y observación”.

Una vez asesinadas las familias en huelga, se construyó una historia oficial donde las víctimas se convirtieron victimarios. “A los fines de negar y encubrir la matanza, se presentó los hechos como un supuesto enfrentamiento entre las etnias y posterior desbande. La prensa oficialista reprodujo la versión brindada por los oficiales policiales y los funcionarios del Gobierno del territorio, que luego avaló la justicia local, en un proceso en el que declararon solo los efectivos y civiles que participaron de la agresión, pero ningún indígena”, reconstruye el texto.

La verdad deberá ser contada ahora en las escuelas chaqueñas, según ordenó la jueza. Habrá también un museo de la memoria en la que fue la sede de la reducción, en un pueblo rural que hoy se llama Colonia Aborigen y que cambiará de nombre, y se informará a organismos internacionales del resultado de la investigación. El juicio por la verdad ha sido el final de un largo camino que tiene a Rosa Grilo, la única sobreviviente, como cara visible. Y también a la Fundación Napalpí como promotora. En 1998, cuando nadie hablaba de la masacre y las comunidades ocultaban su historia, Juan Chico, descendiente qom, comenzó a preguntarse por la memoria de sus padres y abuelos. Chico investigó y en 2008 publicó un libro que abrió a la sociedad la historia de la masacre de Napalpí. “Ha sido un proceso muy tenso, agotador y llegar a esto relaja mucho emocionalmente, saber que por lo menos algo se hizo”, dice David García, miembro de la Fundación.

Juan Chico no pudo ver el resultado de su trabajo porque murió el año pasado víctima del coronavirus, pero dejó una Fundación en marcha. “Tenemos que formarnos para poder abordar la sentencia, porque hay líneas interesantes, como la reparación y las políticas públicas en educación. Debemos trabajar para reparar algunos daños”, dice David García. Comienza ahora el trabajo de reconstrucción.

Fuente: Diario El Litoral - Santa Fe - Argentina - 20 de Mayo de 2022.

https://www.ellitoral.com/nacionales/argentina-declaro-delito-de-lesa-humanidad-la-muerte-de-500-indigenas-en-la-masacre-de-napalpi_0_Q1OIHlAUMC.html?fbclid=IwAR1_sI4nTrabpx6J1b_C_dbxmx84W4anFywYgmpHu365RNG5OMqfZHgp7yQ