Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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jueves, 1 de octubre de 2020

1° de Octubre Día Internacional de la Música




El Día Internacional de la Música se celebra el 1° de octubre, fecha establecida por la UNESCO en 1975, para conmemorar sus diversas manifestaciones y su trascendencia a nivel internacional. Es una oportunidad que se nos presenta para honrar a todos los músicos y los estilos que disfrutan y comparten todas las personas, en el sentido de unir y compartir un mismo sentimiento.

Se declaró el día 1 de Octubre de 1975 el Día Internacional de la Música en un intento de unir a todos los pueblos a través de sus diversas manifestaciones artísticas, específicamente la música, como símbolo de igualdad, ya que todos pueden identificarse con ella. Este día de celebración varía según el país, pero el motivo de festejo es el mismo. Algunos países europeos lo festejan el 22 de noviembre, en Francia se celebra el 21 de junio.

Su creación fue idea de Lord Yehudi Menuhin para promover la música entre todos los sectores de la sociedad y los ideales de paz y amistad entre los pueblos de la UNESCO; alentar el intercambio de experiencias y la apreciación mutua de sus valores estéticos; y promocionar las actividades de International Music Council, sus organizaciones internacionales miembros y comités nacionales, así como su política de programas en general.

Fuente: Wikipedia-La Enciclopedia Libre

sábado, 19 de septiembre de 2020

Juego del cordel en Tekoa Mbya Guaraní Jasy Pora


El juego del cordel es un juego de manos basado en un cordel, o similar, cerrado y anudado formando aros. El cordel debe disponerse entre las dos manos del jugador, que comienza formando una figura.

Un segundo jugador "pliega" la figura y, estirando y deshaciendo la figura inicial, forma una nueva figura con el cordel estirado entre sus manos. De forma reiterada. cada jugador va presentando figuras al compañero hasta que, por falta de habilidad o conocimiento, la figura se deshace o se hace imposible continuar.

Inicio y manera de jugar

Lo primero que se necesita es disponer de un cordel, cordoncillo o similar adecuado, de una longitud de un metro aproximadamente. Los cordeles demasiado delgados o demasiado rugosos no van bien. Con un nudo sencillo se unen las cabezas del cordel formando un aro.

El jugador que comienza introduce las manos en el aro y, solo, forma una figura con el cordel. Esta figura inicial suele recordar a una cuna invertida (de ahí el nombre inglés del juego: Cat's cradle), aunque hay diferentes variantes. Presentada la figura a un segundo participante, con las manos separadas y ejerciendo una tensión moderada sobre el cordel, el nuevo jugador debe ir plegando con los dedos con el fin de crear una nueva figura (mientras tanto, el jugador inicial colabora, aflojando la tensión del cordel cuando sea necesario ). Si se sigue una acción correcta, el movimiento resulta en una nueva figura del cordel, creada entre las manos del segundo jugador. Cada figura tiene una denominación popular. En una de las variantes más conocidas, la figura final (porque no admite más pliegues) es la de las “patas de gallo” o “pata de gallina”.


Takua a'e Ñuã ñimbo.
Takua y su juego del cordel.
Tekoa Mbya Guaraní Jasy Pora - 18 de Septiembre de 2020


Referencias

-"Los juegos infantiles: un pasado que hemos vivido", artículo de Francesc Palet y Setó, 2000, p. 71, versión revisada y ampliada del artículo "Jugamos ...? Pasado, presente y futuro de los juegos infantiles", que apareció en el Archivo del Centro Excursionista de Tarrasa, n.º 100-101, enero-junio de 1999, p. 15-22.

-"El cordel. Juegos tradicionales de la Conca de Barberà

Fuente: Wikipedia - La Enciclopedia Libre

miércoles, 5 de agosto de 2020

Radiestesia / Rabdomancia

Radiestesia en la Comunidad Mbya Guarani Jasy Porã de Puerto Iguazú en búsqueda de agua.


La radiestesia o rabdomancia es una actividad pseudocientífica que se basa en la afirmación de que los estímulos eléctricos, electromagnéticos, magnetismos y radiaciones de un cuerpo emisor pueden ser percibidos y, en ocasiones, manejados por una persona por medio de artefactos sencillos mantenidos en suspensión inestable como un péndulo, varillas "L", o una horquilla que supuestamente amplifican la capacidad de magnetorrecepción del ser humano.

Etimología

"Radiestesia" es un neologismo construido a partir de dos términos: el latino radium: ‘radiación’ y el griego aesthesia: ‘percepción por los sentidos’ o ‘capacidad de sentir’ (de aesthesis: ‘percepción’).

La palabra "rabdomancia" proviene del griego rhabdos: ‘vara’ y manteia: ‘adivinación’. Este término fue acuñado en 1785. 

Zahoríes 

Un zahorí, a veces llamado radiestesista o rabdomante, es alguien que afirma que puede detectar cambios del electromagnetismo a través del movimiento espontáneo de dispositivos simples sostenidos por sus manos, normalmente una varilla de madera o metal en forma de "Y" o "L" o un péndulo. Los zahoríes afirman ser capaces de detectar la existencia de flujos magnéticos o líneas ley,​ corrientes de agua, vetas de minerales, lagos subterráneos, etc. a cualquier profundidad y sustentan la eficacia de la técnica en razones psicológicas, y los movimientos de los instrumentos por el efecto ideomotor. 

Antecedentes 

La radiestesia en su variante tradicional de búsqueda de aguas subterráneas es una práctica llevada a cabo desde hace al menos 4500 años. Ha sido ampliamente practicada desde tiempos remotos, a falta de conocimiento geológico o de instrumental científico, si bien hoy día sigue teniendo amplio uso en zonas rurales. 

Intentos de explicación 

Los primeros intentos de explicación científica se basaban en la noción de que las varillas del zahorí eran físicamente afectadas por emanaciones de las sustancias de interés. Por ejemplo, William Pryce en su Mineralogia Cornubiensis de 1778. 

En 1986, la revista Nature, incluyó el zahorismo en una lista de "efectos que se presuponían paranormales, pero que pueden ser explicados por la ciencia". En concreto, el zahorismo puede ser explicado en términos de pistas sensoriales y conocimientos previos del zahorí, efectos de expectativas y probabilidad. 

Grabado aluciendo a la Radiestesia


Los escépticos y algunos creyentes piensan que el instrumento usado por el zahorí no tiene energía propia, sino que amplifica pequeños movimientos inconscientes de las manos, efecto conocido como efecto ideomotor. Esto haría de la varilla un instrumento de expresión de conocimiento o percepción subconsciente del adivino.

Algunos autores afirman que el ser humano podría ser sensible a pequeños gradientes del campo magnético terrestre, aunque no hay evidencia sobre ello.

El zahorismo, tal y como se practica hoy en día parece haberse originado en Alemania durante el siglo XV para encontrar metales. Ya en 1518 Martín Lutero la citaba como una violación del primer mandamiento, al considerarlo un acto de brujería en su obra Decem praecepta. En la edición de 1550 de la Cosmographia de Sebastian Münster aparece un grabado de un zahorí con una varilla en Y en unas extracciones mineras. En 1556, Georgius Agricola realiza una detallada descripción del zahorismo para la búsqueda de metales.

En 1662, el jesuita Gaspar Schott afirmó que la práctica era una superstición, e incluso satánica, aunque posteriormente diría que no estaba seguro de que el diablo fuera siempre el que movía la varita.

El uso de varas o ramas para la localización ha sido un elemento popular de las creencias populares de principios del siglo XIX en Nueva Inglaterra. Los primeros líderes mormones, religión surgida en esa época, participaron de esas creencias. Así, Oliver Cowdery, escriba del Libro de Mormón y uno de los doce apóstoles de la Iglesia Mormona, usó una varilla para practicar la adivinación.

El término radiestesia aparece en inglés por primera vez en los años treinta, proveniente del francés radiésthesie creado hacia el año 1890 por el abad Alexis Bouly quien fundaría la Sociedad de Amigos de la Radiestesia.



Práctica y Técnica

Vara en forma de Y


El practicante de la radiestesia emplea una varilla vegetal o metálica o bien un péndulo, que aparentemente sirve de estímulo para percibir el lugar indicado. No obstante algunos radiestesistas utilizan otro tipo de equipos, o no se sirven de ninguno.

Quienes hacen uso de la horquilla de árbol, preferentemente avellano común o sauce, la sostienen con las dos manos y en una postura determinada (ver ilustración) mientras el sujeto recorre el terreno a explorar, hasta que su movimiento indique la presencia buscada.

Usos

La radiestesia practicada con péndulo es una técnica de medicina alternativa que pretende servir para el diagnóstico y está muy relacionada con los campos descritos por la acupuntura. Una utilidad conocida de la radiestesia, quizá la de más larga tradición, es la realizada por los denominados zahoríes, que aseguran ser capaces de encontrar los sitios más favorables para la excavación de pozos, donde el nivel freático es más accesible, por medio de estas técnicas.

Los usos pretendidos de la radiestesia son muchos. Con ella se intenta:
-diagnosticar enfermedades,
-obtener medidas exactas,
-encontrar agua,
-encontrar minerales,
-inventariar recursos naturales,
-predecir estados actuales o futuros de la materia viva,
-encontrar objetos perdidos,
-ubicar puntos de radiación de energía,
-encontrar personas, etc.
-adivinar números y combinaciones.

Comprobación

Los experimentos controlados no han confirmado nunca los efectos proclamados, así que se tiende a no tener la confianza en esta práctica y consideran que sus resultados no van más allá del azar:

Estudios: en 1948 un estudio que evaluó la habilidad de 58 zahoríes para detectar agua.​ Una revisión de varios estudios controlados en 1979, ​Christopher Bird en 1979 con el título de The divine hand y James Randi, en el libro Flim-Flam!, todos ellos demostrando en uno u otro aspecto el efecto como un fraude.

Un estudio de 1987 y 1988 en Múnich por Hans-Dieter Betz y otros científicos que en declaraciones de Jim T. Enright, consideró que los experimentos proporcionaban "la prueba más convincentemente imaginable en contra de que los radiestesistas puedan hacer lo que afirman". Recalcando que el análisis de los datos fue "especial, no convencional y retocados", realizando "análisis más convencionales".

Más recientemente un estudio en Kassel (Alemania) bajo la dirección de la Gesellschaft zur Wissenschaftlichen Untersuchung von Parawissenschaften (GWUP) [Sociedad para la Investigación Científica de las Paraciencias] y Richard Dawkins realizó un experimento controlado y filmado con diversos rabdomantes, sin que ninguno de ellos consiguiera resultados positivos.

Fuente: Wikipedia la Enciclopedia Libre 
https://es.wikipedia.org/wiki/Radiestesia


miércoles, 6 de mayo de 2020

5 de Mayo Día Internacional de la Partera



La Organización Mundial  de la Salud estableció que se celebre todos los años el 5 de mayo el Día Mundial  de la Partera para destacar la importante función que las matronas desempeñan en la salud de las madres, los niños y sus familias.

Más de 340 000 mujeres y más de 3 millones de niños de todo el mundo mueren cada año como resultado de complicaciones evitables en el embarazo y el parto. La mayoría de estas muertes podrían evitarse si hubiese suficientes matronas o parteras cualificadas y se dispusiese de los recursos adecuados. Las matronas están preparadas para proporcionar hasta un 87 % de los servicios asociados al embarazo, por lo que son los profesionales sanitarios ideales para ayudar a las mujeres durante el continuo de la atención de maternidad.

La Organización Mundial de la Salud, varias agencias de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales han reconocido que las matronas son la clave para lograr reducir el número de muertes y discapacidades de madres y recién nacidos en todo el mundo. Las matronas multiplican por dieciséis la inversión realizada, por lo que el efecto dominó en la mejora de los resultados sanitarios es significativo. Las matronas salvan vidas.

Día Internacional de la Matrona
5 de mayo 2020
Matronas y mujeres: celebrar, demostrar, movilizar, unir: ¡nuestro momento es AHORA!


El lema del DIM 2020 se basa en el lema del Año internacional de la matrona 2020: «Celebrar. Demostrar. Movilizar. Unir». Para el DIM 2020, la ICM hará mayor hincapié en la forma en la que las matronas y las mujeres pueden colaborar para movilizarse y unirse hacia el objetivo común de la igualdad de género.

Las matronas trabajamos con las mujeres a diario, colaborando en sus cuidados durante el proceso de embarazo, parto y puerperio. Las matronas y las mujeres estamos ante una oportunidad única para conocernos mejor las unas a las otras y establecer relaciones de reciprocidad y confanza durante el embarazo, el parto y el puerperio. A través de estas relaciones, las matronas se convierten en miembros de confianza dentro de las familias y las comunidades.

Tenemos que impulsar esta alianza. Las mujeres y las matronas deben unirse para exigir acciones políticas en favor de un mundo con igualdad de género.

Las matronas desempeñan una función crucial en el movimiento de la igualdad de género: día tras día en todo el mundo, las matronas defienden los derechos de las mujeres a una asistencia de calidad dirigida por matronas durante el proceso de embarazo, parto y puerperio. Somos la profesión feminista por excelencia.

Las matronas utilizan su voz para participar en debates comunitarios sobre la mutilación genital femenina, el matrimonio infantil, la contracepción y los derechos y la salud sexual y reproductiva. Pueden desempeñar y, de hecho, desempeñan una función activa para impulsar el avance hacia la igualdad de género en sus comunidades y países. Las matronas de todo el mundo están con las mujeres. Estamos a su lado durante sus momentos más vulnerables y luchamos a diario para que se reconozca su derecho a elegir un parto natural bajo el cuidado de una matrona. Pero no podemos librar esta batalla solas.

En muchos países y comunidades, las matronas han perdido su poder como colectivo y se enfrentan a los mismos desafíos habituales que el resto de las mujeres a escala internacional: falta de remuneración, menosprecio, acoso y discriminación. Estas realidades se pusieron de relieve en el informe Midwives’ Voices, Midwives Realities.

Temas del Día Internacional de la Partera

Año
Tema
2020
Matronas y mujeres: celebrar, demostrar, movilizar, unir: ¡nuestro momento es AHORA!
2019
“Matronas y Matrones: Defensores de los Derechos de la Mujer”
2018
Matronas liderando el camino con un cuidado de calidad
2017
«Matronas, madres y familias: ¡compañeros de vida!».
2016
Mujeres y recién nacidos: en el corazón de la partería
2015
“Matronas: para un futuro mejor”
2014
“El mundo necesita parteras ahora más que nunca”
2013
“El mundo necesita parteras ahora más que nunca”
2012
“El mundo necesita parteras ahora más que nunca”
2011
“The first 5km of the long Walk to Durban in South” 
2010
“El mundo necesita parteras ahora más que nunca”
2009
“El mundo necesita parteras ahora más que nunca”
2008
“Healthy Families – the Key to the Future” en inglés


Fuente: Wikipedia – La Enciclopedia Libre

jueves, 3 de octubre de 2019

Clase 6 - La Herencia Misionera - Historia de la Provincia de Misiones - Capítulo 6: La expresión de la cultura en las reducciones


Los vestigios jesuíticos que hoy persisten dispersos en el Paraguay, la Argentina y el Brasil, nos permiten vislumbrar aspectos muy vívidos de la cultura que afloró en los pueblos misioneros por más de un siglo y medio de historia. Una cultura generada por efecto del mismo proyecto de evangelización jesuítico, que impregnó todos los ámbitos vitales del guaraní. Asombra la multitud de canales de expresión a través de los cuales dicha cultura se manifestó, con una fuerza inusitada en lo que fuera el universo cultural colonial. El mensaje expresado era único: Cristo, el Evangelio, pero no como conceptos estáticos, sí como elementos plenos de fuerza vital, como motivos de la existencia. Los canales de expresión cultural fueron múltiples: la música, la pintura, el tallado, la arquitectura, la cerámica, la lengua guaraní, la escultura en piedra.

Cuando los testimonios documentales de aquellos contemporáneos de las misiones jesuíticas se refieren a ellas y abren un juicio estético sobre las mismas, todos coinciden en la misma apreciación. Los pueblos guaraníes eran bellos, eran agradables a los sentidos. Los templos, con sus alhajas y demás ornamentos, impactaban al visitante habituado a la pobreza estética de la mayoría de los templos de los pueblos de españoles.

El guaraní que araba el campo bajo el sol ardiente, era el mismo que luego cantaba en el coro, ejecutaba el órgano en el templo, labraba en plata alguna alhaja, esculpía en madera de cedro alguna imagen o hasta escribía una historia de su pueblo que luego era llevada a la imprenta. Después de que ejecutara alguna de esas actividades probablemente sería destinado a buscar ganado en una vaquería lejana, o a luchar como soldado al servicio del Rey en una campaña contra los portugueses de la Colonia del Sacramento ¿Se hallaría en el resto del mundo colonial hispánico un ser más polifacético?

Los instrumentos de la educación
La acción de los Padres jesuitas sobre los guaraníes fue esencialmente educativa. Educar en el cristianismo de la Iglesia Católica, no partiendo de una negación de la cultura guaraní, sino aceptándola y usándola como basamento para la construcción del nuevo orden cultural. Reconocer y aceptar la lengua guaraní como una realidad irrefutable fue quizás el mayor atrevimiento de los Padres jesuitas, en el marco de un modelo cultural que propugnaba hispanizar a cualquier costo al indio. El guaraní fue la lengua de las misiones, hasta para los Curas de los pueblos, pese a que la Corona reiteradamente insistía en la necesidad de imponer la lengua castellana en las reducciones. En el delicado y profundo proceso de educar al guaraní en el evangelio se usaron todos los instrumentos disponibles. Se educaba al indígena no solamente a través de la prédica cotidiana, que podría darse en la escuela a los niños y jóvenes o en el sermón de la misa a los adultos. La educación y la cultura reduccional se impartían también por medio de símbolos y elementos significativos. Las cruces en las cuatro esquinas de la plaza o la cruz erigida como mojón en el lote del abambaé, el rosario pendiente del cuello, la imponente fachada del templo, la capilla instalada a la vera de un camino, las pinturas, estatuas y esculturas, los pequeños nichos con imágenes religiosas presentes en las viviendas de los indios, los músicos y el coro conmoviendo a la multitud, los pétalos de flores aromáticas maceradas en alcohol y esparcidas por el piso del templo. Factores todos que “educaban” en una atmósfera muy particular y cautivante. El guaraní se incorporó en toda su plenitud a dicho proyecto y lo hizo suyo, al punto de avivarlo otorgándole un dinamismo propio.



Copistas y creadores
En sus expresiones culturales, ¿el guaraní de las reducciones creaba o era un mero copista o imitador de modelos que se ponían ante sus ojos u oídos? Los testimonios de los propios Padres jesuitas son muy claros: el indio poseía una habilidad extrema para realizar reproducciones de objetos que les eran puestos ante su aguda vista. Pero al mismo tiempo era incapaz de crear algo nuevo o de modificar por propia iniciativa el objeto que se le pedía que reprodujera. Era capaz de reproducir con una gran fidelidad obras pictóricas, una estatua, una pieza musical, una talla en madera, la trama del hilado de un lienzo y hasta una obra arquitectónica.

Pero también es cierto que gran parte de esta crítica dirigida a menoscabar la capacidad del indígena esta teñida de prejuicios, propios de una mentalidad eurocéntrica y etnocéntrica. Basta con observar detenidamente y penetrar el mensaje de las obras de arte elaboradas por indígenas para descubrir, en esas “copias” de modelos previos, un sello y un estilo particular que trasunta la punzante capacidad de expresión del guaraní, en donde los sentimientos son llevados en la imagen a un límite casi hiriente. La imagen pasa a un segundo plano y sirve únicamente como portadora del dolor, la alegría, la consternación, el miedo o el desconsuelo.

Ni copista ni creador. El guaraní gustaba de la expresión y los instrumentos le eran indiferentes. El sistema reduccional le ofrecía al indio los medios o instrumentos que requería para manifestarse y éste los aprovechaba. La escultura en madera del Cristo coronado de espinas y lleno de llagas, podría ser calificada como muy europea, pero el dolor y misterio que expresaba la imagen eran muy íntimas del guaraní. Del mismo modo el monumental templo de un pueblo jesuítico, que sin duda alguna era la expresión del barroco ¿Pero acaso no era genuinamente guaraní la espiritualidad que emanaba de lo arquitectónico, el encuentro en comunidad en las ceremonias religiosas o el concepto de Dios que se manifestaba en el lugar?

La fuerza expresiva de la cultura del guaraní reduccional se refleja también en otras facetas de la realidad. Se trata de expresiones que podríamos llamar espontáneas y populares, marginales al proyecto cultural institucional. Es una arte muy rústico pero de gran contenido expresivo. La impresión de manos en baldosas cerámicas, los dibujos trazados con incisiones en la piedra, pequeños animales del monte y pipas moldeados en cerámica y coloreados, evidencian la existencia de formas de expresión aún no suficientemente valoradas ni estudiadas dentro de la cultura reduccional guaraní. Y aquí sí que había creatividad pura. Era el arte que surgía en el ámbito del hogar, en el momento de ocio. El otro era el que se expresaba en los talleres del pueblo, donde las obras se hacían a pedido y bajo dirección.

La pintura
Por el carácter endeble de las obras pictóricas, muy pocas han perdurado hasta nuestros días. Las obras que perduraron y que hoy se exponen en museos o forman parte de colecciones particulares son una pobre muestra de lo que existía en las reducciones. Basta con leer el inventario levantado en el año 1768 para comprender la magnitud de las obras pictóricas que ostentaban los pueblos en sus templos. Las más mencionadas son las denominadas “pinturas de humo”, realizadas directamente sobre las paredes del templo por los mismos indígenas. No faltaban los cuadros realizados sobre tablas o tela, especialmente el de los santos patronos del pueblo. 

Los colores eran obtenidos excepcionalmente fuera de las reducciones. La mayoría de los pueblos poseían en los talleres una oficina en donde se hallaban los “elementos y piedras de moler colores”. Estos colores eran obtenidos de sustancias vegetales y diversos tipos de óxidos.




La escultura y las tallas
Las estatuas de piedra y tallas en madera policromadas predominaban en los pueblos. Algunos, como Nuestra Señora de Loreto, San Juan Bautista y San Borja, en algún momento de su historia las produjeron para otros pueblos e inclusive para la venta a las ciudades de españoles. Cristos, santos, vírgenes, altares, retablos, sillas, bancos, columnas y los más diversos objetos de ornamentación o de uso cotidiano, eran producidos con una admirable precisión por las manos de los indígenas, dirigidos por algunos maestros en el arte que recorrían las reducciones.

Las piedras, específicamente la arenisca rosada, y la madera fueron utilizadas por la creatividad de los misioneros en todas sus posibilidades plásticas. Se trata de dos materiales que la naturaleza de la región ofrece en abundancia. Los árboles que ofrecían excelentes maderas para todos los usos se hallaban disponibles en los alrededores de los mismos pueblos, mientras que las areniscas eran obtenidas de canteras dispuestas también en las cercanías de las reducciones.

Carpinteros, pedreros, y expertos en el manejo del cincel, del escoplo y del pincel, generaban en los talleres de las reducciones magníficas obras de arte que hoy podemos apreciar en los museos o entre las ruinas de los mismos pueblos jesuíticos.

Prácticamente la totalidad de las obras son de un contenido estrictamente religioso. Pareciera ser que el mensaje pedagógico se sobreponía al mensaje estético. Importaban más el mensaje y la enseñanza a transmitir por la escultura o la talla que la armonía plástica de la misma. No es extraño entonces que se justificara por ejemplo lo grotesco o lo desproporcional si ello contribuía a acentuar el mensaje a transmitir.

La industria cerámica
La cerámica era el material utilitario más común en las reducciones. Pisos, platos, ollas, tazas, pipas, también algunas imágenes, eran de cerámica. Su elaboración era parte de la cultura guaraní, pero en las reducciones se le agregaron nuevas técnicas de confección y de cocción, lo que permitió la obtención de un material cerámico de óptima calidad. Algunas de las principales innovaciones fueron la utilización del torno, la incorporación del horno para la cocción y la utilización del esmaltado y del vidriado.

La primitiva cerámica guaraní no desapareció. Su producción continuó en el ámbito familiar, de manera que las viejas técnicas, como el escobillado y el engobe, entre otras, continuaron en forma paralela a las innovaciones.

Como producción comunitaria, la industria cerámica se orientó específicamente a la elaboración de tejas y de baldosas.



Oído innato para la música
El gusto por la música que tenía el guaraní causaba asombro en los misioneros jesuitas, así como la innata capacidad para ejecutar piezas musicales.

Los Padres jesuitas incorporaron a las reducciones instrumentos musicales típicamente europeos y un estilo particular, el barroco.

En las reducciones no faltaban flautas, fagotes, chirimías, violines, liras, arpas, vihuelas o guitarras, clarines, trompetas y hasta algún órgano.

La música que se ejecutaba en los pueblos era básicamente sacra y buscaba cimentar el proyecto evangelizador.

Algunos instrumentos eran comprados, pero la mayoría eran fabricados en las propias reducciones. De ese modo a fines del siglo XVII del Padre Antonio Sepp, logró fabricar en el pueblo de Itapúa un órgano, fundiendo para los tubos los platos y fuentes de peltre que existían en la reducción. Este órgano fue luego de pueblo en pueblo, hallándoselo al momento de la expulsión de los jesuitas en el templo de la reducción de San Javier.

La imprenta guaraní
Contar con obras impresas en las reducciones en idioma guaraní, constituía una prioridad para los jesuitas. En varias oportunidades los Padres habían solicitado una imprenta y un tipógrafo, sin que se llegara a lograr el objetivo.

Finalmente se obtuvo una. Los tipos fueron realizados por los propios indígenas y la tinta obtenida de la yerba mate. Esta imprenta imprimió obras en los pueblos de Nuestra Señora de Loreto y en Santa María la Mayor. Algunas impresiones fueron en latín y otras en idioma guaraní. Los textos generalmente de tipo religioso estaban destinado a la catequización del indígena. Algunas de las obras impresas fueron las que había escrito el Padre Antonio Ruíz de Montoya en lengua guaraní, también se imprimió una traducción al guaraní de la obra Diferencia entre lo temporal y lo eterno, del Padre Eusebio Nieremberg, también Flos Sanctorum del Padre Rivadeneira. El Padre Buenaventura Suárez pudo también imprimir sus interesantes y novedosos estudios astronómicos realizados desde el observatorio de la reducción de San Cosme y Damián.

Pero no sólo jesuitas imprimieron sus obras. Lo hicieron también algunos guaraníes. Entre ellos estaban Nicolás Yapuguay y el indio Melchor, quien escribió una historia del pueblo de Corpus Christi, mientras que otro indio de Loreto había escrito un libro con sermones para cada domingo del año. 

La circulación de libros, comprados o impresos en las reducciones, era muy intensa en las misiones y de ellos se valían tanto los jesuitas como los indígenas para su instrucción. Cada reducción contaba con un salón biblioteca en el sector de la residencia o colegio. Los inventarios de las bibliotecas realizados en el año 1768 muestran la profusa diversidad bibliográfica que existía. Junto a los libros religiosos, estaban los de matemáticas, geometría, historia, literatura, tratados prácticos sobre agricultura y diversos oficios, geografía, filosofía, artesanías.

Algunos de los maestros del arte
La historia rescata algunos de los nombres de aquellos misioneros jesuitas que instruyeron a los indígenas y formaron escuelas de arte en los pueblos. En el año 1615 se menciona al Hermano Bernardo Rodríguez como un eximio pintor. En 1616 aparece el Padre Luis Berger, quien enseñó música y pintura a los indios de Loreto en el Guayrá, mientras que también pintaba obras en San Carlos y Concepción. Otro fue el Hermano Luis de la Cruz, autor de un famoso cuadro que estaba sobre el altar del templo de Loreto en el año 1647.

A finales del XVII y comienzos del XVIII sobresalió sin duda alguna como escultor el Hermano José Brasanelli, quien también era arquitecto, trabajando en todos los pueblos del Paraná y Uruguay. Allí donde se lo requería iba, para dirigir o diseñar una construcción, o para instruir a los indígenas en el arte de la escultura o del tallado. Brasanelli falleció en Santa Ana, donde residía habitualmente, el 17 de agosto de 1728.

Fuente: La Herencia Misionera - Diario El Territorio (Posadas-Misiones)


El final de las reducciones

A partir de inicios del siglo XVIII, las reformas borbónicas puestas en marcha por esta nueva dinastía a fin de evitar el lento proceso de decadencia en que se encaminó la monarquía hispánica, alcanzaron también al aspecto religioso en donde la corona aplicó el regalismo.

Durante el reinado de Fernando VI de España España se enfrentó con Portugal por la colonia del Sacramento, desde la que se facilitaba el contrabando británico por el Río de la Plata. José de Carvajal consiguió en 1750 que Portugal renunciase a tal colonia y a su pretensión de libre navegación por el Río de la Plata. A cambio, España cedió a Portugal dos zonas en la frontera brasileña, una en la Amazonia y la otra en el sur, en la que se encontraban siete de las treinta reducciones guaraníes de los jesuitas. Los españoles tuvieron que expulsar a los misioneros jesuitas, lo que generó un enfrentamiento con los guaraníes que duró once años.

El rey sucesor, Carlos III, imitando las políticas seguidas en el Reino de Portugal (1759) y en el Reino de Francia (1762), a través de la Pragmática Sanción de 1767, emitida el 27 de febrero de ese año, ordenó la expulsión de los jesuitas de todos los dominios de la corona de España, incluyendo los de América y los demás ultramarinos, cifra que alcanzó a más de 6000 religiosos. El ataque de la monarquía a esta orden religiosa también alcanzó sus bienes temporales toda vez que ya que la pragmática también decretó la incautación del patrimonio de la Compañía de Jesús.

Las ruinas jesuitas de la Santísima Trinidad del Paraná, en la ciudad de igual nombre, departamento de Itapúa, Paraguay.

Poco tiempo después, el 21 de julio de 1773, el papa Clemente XIV dictó el breve apostólico Dominus ac Redemptor, suprimiendo la Compañía de Jesús, que únicamente logró subsistir en Rusia y volvió a ser autorizada por el papa Pío VII en 1814.

Las reducciones guaraníes no se disolvieron de inmediato, sino que se reemplazaron a los jesuitas con nuevos directores seculares que no tenían los ideales de los primeros. Tampoco fueron exitosos las direcciones de los franciscanos, dominicos y mercedarios que tomaron a su cargo los pueblos misioneros, constituyéndose la Gobernación de las Misiones Guaraníes.

Pero los años inmediatamente posteriores a la expulsión la emigración de indios se multiplicó. Grupos de guaraníes ya habían empezado a buscar refugio en Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, la Banda Oriental y Buenos Aires de los ataques de españoles y criollos y las malocas de los paulistas. En 1801, cuando los lusitanos ocuparon definitivamente las Misiones Orientales un importante contingente de sus habitantes se refugió en el actual territorio uruguayo, especialmente su campiña. Otros volvieron a sus selvas mientras algunos se sirvieron del entrenamiento como artesanos que habían aprendido en las reducciones para vivir en las ciudades. Hubo una rápida disminución de la población.

La creación del virreinato del Río de la Plata en 1776, que fue el último creado por la corona española como una escisión del virreinato del Perú en su intento de reorganizar la administración de sus colonias en América, no logró detener la decadencia de estos pueblos.

A partir de 1810, durante las guerras de independencia hispanoamericanas, los guaraníes apoyaron los cambios radicales económicos, políticos y sociales propuestos por el caudillo José Gervasio Artigas, donde la situación del indio tenía especial preocupación. Este afianzó su poder en las regiones de mayoría mestiza o indígena, lo que hace comprensible que Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, la Banda Oriental y las Misiones Orientales se sumaran a su Liga Federal. Durante dicho periodo otro gran contingente de las Misiones Orientales se refugió en las tierras del actual Uruguay.

Posteriormente, en 1820 Artigas fue vencido por el enterriano Francisco Ramírez y obligado a exiliarse en Paraguay. Cerca de cuatro mil guaraníes artiguistas de las Misiones Occidentales, Corrientes y Entre Ríos se refugiaron en la Banda Oriental. En 1828 Fructuoso Rivera ocupó brevemente las Misiones Orientales, pero debió retirarse tras firmar el Convención Preliminar de Paz, llevándose consigo de cuatro a ocho mil indios misioneros a la Banda y fundando Santa Rosa del Cuareim, actual ciudad de Bella Unión. Durante su campaña, el ejército de 500 soldados de Rivera triplicó su número gracias a los reclutas tapés y charrúas que se sumaron.

En cuanto a la planta física, en las primeras décadas del siglo XIX las tropas del general del Brasil Francisco das Chagas Santos y el dictador paraguayo Gaspar Rodríguez de Francia causaron graves daños a los edificios. El golpe de gracia vino por el sucesor de Francia, Carlos Antonio López cuando éste abolió forzosamente y destruyó las comunidades quedándose con las tierras.

En recuerdo de la obra jesuítica, las regiones que ocuparon antaño las reducciones hoy son llamadas «misiones».

Fuente: Wikipedia, la Enciclopedia Libre.

martes, 17 de septiembre de 2019

Curso Clase 4 - La Herencia Misionera - Historia de la Provincia de Misiones - Capítulo 4: Los 30 Pueblos Guaraníes


San Ignacio Mini - Misiones (Argentina)
Las misiones jesuíticas guaraníes o reducciones jesuíticas guaraníes fueron un conjunto de treinta pueblos misioneros fundados a partir del siglo XVII en llamada Provincia Paraguaria​ (jurisdicción situada en Virreinato del Perú y que abarcaba regiones de los actuales Paraguay,Argentina, Uruguay y partes de Bolivia, Brasil y Chile) por la orden religiosa católica de la Compañía de Jesús entre los aborígenes guaraníes y pueblos afines, con el objetivo de evangelizar a dichos pueblos.

Quince misiones se ubicaron en las actuales provincias de Misiones y Corrientes (Argentina), ocho en el Paraguay y las siete restantes en las denominadas Misiones Orientales, situadas al suroeste del Brasil.

Historia
En 1603, el vigésimo séptimo gobernador de Nueva Andalucía del Río de la Plata Hernandarias modificó la legislación sobre el trabajo de los aborígenes, promoviendo la supresión de las mitas y encomiendas, por las cuales los españoles gozaban de los frutos del trabajo de los nativos a cambio de su evangelización, en la práctica inexistente. Obtuvo la aprobación de esta reforma por parte del rey Felipe III de España, y en 1608 se dispuso la creación de las reducciones jesuíticas y franciscanas en la región del Guayrá (actual Estado de Paraná, Brasil).

Las misiones o reducciones que los jesuitas crecieron con los años entre los guaraníes, guaicurúes y pueblos afines y legaron a ubicarse en las regiones del GuayráItatínTapé (las tres en el actual Brasil), Uruguay (Brasil, Argentina y Uruguay actuales), Paraná (Argentina, Paraguay y Brasil actuales) y las áreas guaycurúes en el Chaco (Argentina y Paraguay contemporáneos), fueron establecidas en el siglo XVII dentro de territorios pertenecientes al imperio español en la Gobernación del Río de la Plata y del Paraguay y sus gobernaciones sucesorias a partir de su división en 1617: la Gobernación del Paraguay y la Gobernación del Río de la Plata, todas dependientes del inmenso Virreinato del Perú y fundadas con el fin de evangelizar a los pobladores originarios.

Eclesiásticamente formaban parte de los obispados católicos de Buenos Aires y de Asunción e integraban la Provincia Jesuítica del Paraguay.

Ubicación geográfica
Localización de las misiones jesuíticas guaraníes en los actuales territorios de Argentina, Paraguay y Brasil.

Las treinta misiones jesuitas guaraníes se localizaron en la geografía de los actuales territorios de las repúblicas de Argentina, Paraguay y Brasil, en derredor de dos de los más importantes ríos que conforman la cuenca del Plata, el río Paraná y el río Uruguay, en la selva tropical de la mata atlántica.

Los jesuitas fueron continuadores del exitoso sistema de planificación demográfico que el virrey del Perú Francisco Álvarez de Toledo había ideado para las reducciones de indios. Así se creó la “República de indios” donde las misiones alcanzaron un alto grado de desarrollo.

La primera misión jesuítica guaraní se fundó en 1609, en el actual territorio de Paraguay, bajo el nombre de San Ignacio Guazú.

En la gran provincia misionera, el territorio de la actual provincia de Misiones, fue el que mayor concentración de reducciones tuvo ya que los jesuitas fundaron doce misiones entre los ríos Paraná y Uruguay en el área donde se produce el mayor acercamiento entre ambos cursos fluviales.

También erigieron los miembros de la Compañía de Jesús siete pueblos que se ubicaron al Este del Río Uruguay y que se conocieron con el nombre de Misiones Orientales, en un área que actualmente abarca el centro y el oeste del estado de Río Grande del Sur, en Brasil.

Las treinta misiones jesuíticas guaraníes fueron:

Número
Nombre
Lugar actual
Estado actual
Coordenadas
Año
1
San Ignacio Guazú
Departamento de Misiones
Paraguay
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png26°5324.5176S 57°126.2027O
1609
2
Nuestra Señora de la Encarnación de Itapúa
Departamento de Itapúa
Paraguay
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png27°2020.6995S 55°5158.8769O
1615
3
Santo Tomé
Provincia de Corrientes
Argentina
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png-28.5501744, -56.0350093
1632
4
San Francisco de Borja
Estado de Río Grande del Sur
Brasil
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png-28.6609598, -56.0057473
1682
5
San Nicolás
Estado de Río Grande del Sur
Brasil
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png28°116.3463S 55°1541.1922O
1626
6
San Luis Gonzaga
Estado de Río Grande del Sur
Brasil
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png-28.4082739, -54.9613119
1687
7
San Lorenzo Mártir
Estado de Río Grande del Sur
Brasil
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png-28.4617043, -54.7099097
1690
8
San Miguel de las Misiones
estado de Río Grande del Sur
Brasil
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png-28.5473261, -54.5548771
1632
9
San Juan Bautista
Estado de Río Grande del Sur
Brasil
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png-28.4582177, -54.399062
1697
10
Santo Ángel Guardián de las Misiones
Estado de Río Grande del Sur
Brasil
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png-28.3051037, -54.2617258
11
Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo
Provincia de Misiones
Argentina
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png27°5437.1505S 55°452.6553O
12
Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción del Ibitiracuá
Provincia de Misiones
Argentina
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png27°5849.49795S 55°3113.26863O
13
Santa María la Mayor
Provincia de Misiones
Argentina
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png27°5315.7506S 55°2041.5345O
1626
14
San Francisco Javier
Provincia de Misiones
Argentina
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png27°5226.4770S 55°87.0468O
1629
15
Santos Mártires del Japón
Provincia de Misiones
Argentina
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png27°488.7334S 55°250.1852O
1639
16
San José de Itacuá
Provincia de Misiones
Argentina
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png-27.7703236, -55.7795734
1633
17
San Carlos Borromeo
Provincia de Corrientes
Argentina
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png-27.7436859, -55.8997406
1631
18
Nuestra Señora de la Candelaria
Provincia de Misiones
Argentina
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png27°2713.8265S 55°4517.9035O
19
Nuestra Señora de Santa Ana
Provincia de Misiones
Argentina
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png27°2326.1661S 55°3450.6802O
1633
20
Nuestra Señora de Loreto
Provincia de Misiones
Argentina
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png27°1958.7179S 55°312.3570O
1610
21
San Ignacio Miní
Provincia de Misiones
Argentina
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png27°5519S 55°3154O
1611
22
Corpus Christi
Provincia de Misiones
Argentina
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png27°734.6724S 55°2954.6057O
23
Jesús de Tavarangué
Departamento de Itapúa
Paraguay
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png27°319.2646S 55°4511.4606O
1685
24
Santísima Trinidad del Paraná
departamento de Itapúa
Paraguay
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png27°752.7199S 55°4213.1655O
1706
25
Nuestra Señora de la Asunción de Acaraguá y Mbororé (La Cruz)
Provincia de Corrientes
Argentina
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png-29.1784567, -56.6382532
1630
26
San Cosme y Damián
Departamento de Itapúa
Paraguay
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png27°1913.44S 56°1958.08O
1632
27
Santiago Apóstol
Departamento de Misiones
Paraguay
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png-27.1407485, -56.7631713
1669
28
Santa Rosa de Lima
Departamento de Misiones
Paraguay
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png-26.8867399, -56.8491883
1698
29
Santa María de Fe
Departamento de Misiones
Paraguay
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png-26.7834013, -56.9439451
1647
30
Yapeyú
Provincia de Corrientes
Argentina
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9a/Erioll_world.svg/15px-Erioll_world.svg.png29°2815.9959S 56°492.2799O
1627

Mapa de la Distribución Geográfica de las Misiones en los actuales territorios de Argentina, Paraguay y Brasil


Población
La estimación de la población de las misiones jesuitas guaraníes es la siguiente:

Año
Población
Año
Población
Año
Población
1641/1643
36.190
1724
117.164
1750
95.089
1647
28.714
1732
141.242
1755
104.483
1648
30.548
1733
128.389
1756
89.536
1657
37.412
1734
116.250
1762
102.988
1667
43.753
1735
108.228
1765
85.266
1668
47.088
1736
102.721
1767
88.796
1676
53.298
1737
104.473
1768
88.864
1677
58.118
1738
90.287
1772
80.891
1678
55.125
1739
81.159
1783
56.092
1682
61.083
1740
73.910
1784
57.949
1700
86.173
1741
76.960
1791
44.677
1702
89.500
1742
78.929
1793
51.991
1717
121.168
1743
81.355
1801
45.637

Organización política

La política guaraní obedeció a su propia lógica, la cual fomentaba la unificación de las tekoas o aldeas (de hasta 300 000 habitantes) en volátiles alianzas que perseguían como fin último no sólo el control de los recursos naturales provenientes del ecosistema de la selva tropical, base de sustentación de toda su economía, sino también la búsqueda de la Tierra Sin Mal, creencia en la que se basaba su religión.

Tanto la figura de los karaís o profetas pan-guaraníes (no adscritos a una tekoa en particular sino a la "Nación" en general) como la búsqueda de la tierra sin mal, fueron dos rasgos de la cultura guaraní que los jesuitas supieron aprovechar. Ellos también eran como los karaí (con los que compitieron durante los primeros años) portadores de una nueva: el "camino al paraíso" era compatible con el aguyé o camino de la perfección guaraní con destino a la Tierra Sin Mal. Los padres misioneros aunaron los sistemas de valores y creencias de la cultura guaraní de la época prehispánica con la cosmovisión del catolicismo logrando la unificación de los guaraníes bajo la protección de las leyes de la corona de España de las que los jesuitas eran garantes. Los guaraníes también supieron aprovechar este hecho frente a la creciente expansión del frente colonial hispano-portugués, en especial a partir de 1640, cuando el reino de Portugal se independizó de los reyes de España.

La mayoría de los líderes políticos guaraníes de muchas tekoas aceptaron levantar iglesias, que eran símbolos de la protección divina y jurídica, aliándose en definitiva con lo que la Compañía de Jesús representaba.

Otros líderes, por el contrario, se mantuvieron en guerra y continuaron el ciclo de enfrentamientos con sus propios connacionales: para un guaraní comerse a otro de ellos era de motivo religioso y no lo hacían a menudo. Porque según la tradición «...sólo los guaraníes son capaces de acumular energía para llegar a la Tierra sin mal».

El sistema político imperante mantenía a las reducciones estrictamente subordinadas al monarca español, quien ejercía su autoridad en América por medio de las Reales Audiencias de Lima y Buenos Aires. Por ello los jesuitas recurrían permanentemente al rey, solicitando autorizaciones o pedidos varios, favores y hasta privilegios. En algunos casos las solicitudes se dirigían a las audiencias y a los gobernadores.

Todas las misiones jesuitas fueron fundadas siguiendo el mismo modelo: la iglesia, la residencia de los padres y las casas regulares de los indios, que se ubicaban alrededor de una gran plaza.

El gobierno de cada misión tuvo muchas similitudes con las instituciones que los castellanos trasplantaron al Nuevo Mundo desde la península ibérica, aunque le sumaron características particulares atendiendo a la idiosincrasia de los naturales de la región.

Como gobierno local, en cada reducción funcionaba un cabildo precedido por el corregidor, que era además la autoridad principal del pueblo, conocido entre los guaraníes como parokaitara ‘el que dispone lo que se debe hacer’. Era confirmada su elección por el gobernador y generalmente el elegido era uno de los caciques del pueblo y solía ser a perpetuidad. De esta forma los jesuitas fueron continuadores de las instituciones indígenas ya que el jefe de la tribu era la máxima autoridad comunal.

Otras autoridades eran los alcaldes de primer voto y segundo voto, también llamados yvyrajoko ‘el primero entre los que llevan vara’. Ellos velaban por las buenas costumbres, castigaban a los holgazanes y vagabundos y vigilaban a los que no cumplían sus deberes. Esta autoridad se ejercía dentro del pueblo, junto con cuatro alcaldes de barrio, fuera de él había entre seis y ocho comisarios para los cuarteles. Una veedora vigilaba a las mujeres, cuatro celadores a los niños y cuatro inspectoras a las niñas.

Además del corregidor y los alcaldes, el cabildo estaba integrado por un teniente de corregidor, un alguacil, cuatro regidores, un alguacil mayor, un alférez real, un escribano y un mayordomo, del cual dependían los contadores, los fiscales y los almaceneros. Los integrantes del cabildo eran electos cada 1ro de enero por los que dejaban el cargo en una asamblea general y puestos a consideración de los sacerdotes y luego a confirmación del gobernador.

Los regidores se encargaban de inspeccionar el aseo y la limpieza en los lugares públicos y privados, controlando también la concurrencia de los niños a la escuela y el catecismo.
El alguacil era quien se debía encargar de ejecutar las órdenes del cabildo y de la justicia. La legislación misionera excluyó la pena de muerte, otro de los grandes avances que la organización jesuita incorporó en sus comunidades.

Organización Jesuita
La institución del real patronato indiano o el "patronazgo real" fue el régimen vigente que ejercieron los virreyes y los gobernadores en nombre de su majestad católica, el rey de España, para quien uno de los fines de la conquista de América fue la evangelización de los indigenas. Estos funcionarios tenían facultades para conferir beneficios eclesiásticos y designar sacerdotes. El mecanismo utilizado para la designación establecía que el obispo debía presentar una terna de nombres entre los cuales el gobernador elegía.

Los curas tenían a su cargo el gobierno de las reducciones siendo los verdaderos administradores de los bienes de los pobladores y contando con facultades de intervención directa no sólo en la actividad espiritual sino también temporal, económica, cultural, social y hasta militar.

En el orden estrictamente espiritual, los misioneros se preocuparon especialmente de la difusión de la fe católica y de la enseñanza del catecismo. Los jóvenes que habían superado la edad escolar y se encontraban trabajando en cualquier actividad, por las tardes, al escuchar el sonido de la campana, debían dirigirse a la iglesia. El acto religioso más importante era la misa, al que los fieles concurrían acompañados de toda la familia, particularmente los días preceptuados.
Las iglesias fueron el corazón de los pueblos. Eran construcciones imponentes frente a la plaza que poseían un alto campanario con el que se llamaba a la misa y excepcionalmente a reunión general. Todas las calles del trazado urbano terminaban en ella.

La Provincia Jesuítica del Paraguay tenía un padre provincial residente en la ciudad de Córdoba, designado por el general de la Compañía de Jesús, con sede en Roma. Al general o prepósito de la orden, los sacerdotes jesuitas le debían total obediencia, después del Papa. El provincial redactaba anualmente las "Cartas Anuas de la Provincia" que remitía a Roma con los principales sucesos ocurridos ese año. El provincial tenía bajo su dependencia directa a los procuradores de Buenos Aires, Santa Fe y Asunción, además de un secretario y de los consultores. Cada grupo de misiones tenía un padre superior subordinado al provincial, las misiones del Paraná y del Uruguay tuvieron cada una un superior hasta principios del siglo XVIII (el superior del Guayrá desapareció al trasladarse su misión); desde entonces las treinta reducciones quedaron bajo un solo superior residente en Nuestra Señora de la Candelaria, estableciéndose un padre vice-superior para las reducciones del Paraná y otro para las del Uruguay, que además regían su propia reducción, contando cada uno con un consultor ordinario y otro extraordinario además de un admonitor.

En cada reducción había dos sacerdotes (en las más pobladas había tres), uno a cargo de lo espiritual y religioso (el cura del pueblo) y otro (el compañero) que estaba a cargo de las cosas temporales como el trabajo y la instrucción.
Organización espacial

Plano de la reducción jesuítica de San Ignacio Miní.



En una reducción, los edificios principales, como la iglesia, el cementerio comunal y la escuela, que servía al mismo tiempo para albergar a los jesuitas, conformaban una unidad a manera de monasterio. Estas edificaciones construidas en piedra local y madera de lapacho, quebracho y urunday se encontraban en un lado de una gran plaza cuadrada, rodeada de casas por los otros tres lados. Junto a la iglesia también edificios administrativos y talleres. En el centro de la misma, una gran cruz y una estatua del santo patrono de la misión.

Las calles y casas estaban ordenadas según precisas líneas geométricas, de acuerdo a las recomendaciones españolas relativas a la construcción de nuevos asentamientos. La posición central de su lugar de residencia permitía a los padres tener una vigilancia constante sobre la vida de la reducción. También disponían una casa comunal coty guazu para alojar a las viudas, huérfanos y mujeres solteras y tenían agua corriente y servicios sanitarios.

Hasta finales del siglo XVII, esta organización también permitió mantener las estructuras de parentesco de las tribus guaraníes, garantizando así la cohesión y la supervivencia de la comunidad, debido a que la disposición de las viviendas no inhibía los contactos entre los diferentes linajes y por tanto, la sostenibilidad de la familia extensiva, forma original de la sociedad guaraní. Posteriormente, los jesuitas trataron de imponer la familia restringida. En 1699, una disposición tomada por el provincial (es decir, el superior jesuita de la “provincia”) prohibió los «actos inconvenientes que se producían en las viviendas por los indios por vivir en grupos familiares bajo el mismo techo». Cada familia debía vivir separada.

Organización económica
Por costumbres ancestrales los guaraníes cultivaban diversos vegetales como el maíz, la batata, la mandioca, la yerba mate y el algodón, además de ser cazadores y pescadores.

Sin embargo, los padres jesuitas implementaron un sistema económico agrícola que fue rápidamente asimilado por los aborígenes. Esta importante agricultura fue complementada con la ganadería que suministró a los aborígenes carne, leche y cuero.

Se logró que cada reducción formara una unidad económica independiente. Como no se tenía moneda de metal se funcionaba sobre la base de una economía de trueque y como tenían multitud de posesiones comunales, se favorecía un intenso tráfico comercial entre las reducciones promoviendo una integración económica, social y política con sede central en Candelaria.

El régimen de propiedad era mixto, aceptando la propiedad individual privada y la propiedad colectiva. La propiedad individual privada o Ava Mba´e, permitía que cada jefe de familia dispusiera de una chacra con la extensión necesaria para sembrar en ella todo el cultivo indispensable para el sustento anual familiar. La propiedad colectiva o “tierra de Dios” (Tupa Mbaé, de Tupa, ‘Dios’, y Mbae, ‘dueño’) se utilizaba para el cultivo de algodón, trigo y legumbres. Generalmente existían dos campos en los que se trabajaba comunitariamente.

Cada reducción se especializaba en unos oficios, trabajando el hierro y la plata, carpintería, cocina-panadería, chapado en oro, vajillas, telas, elaboración de sombreros o instrumentos musicales. Desde allí se promoverían excelente escultura, pintura y música barrocas guaraníes.​

Las misiones jesuíticas guaraníes aventajaron en casi trescientos años al derecho del trabajo contemporáneo.

Fijaron la jornada laboral en seis horas diarias lo que permitía que los indios contaran con tiempo suficiente como para su realización de otras actividades, entre las que se destacaron las obras religiosas.

Organización educativa

Arte de la lengua guaraní, impreso en Misión jesuítica de Santa María la Mayor en 1724.

Los reyes de España, como parte del proceso de evangelización, ordenaron que "hubiese escuelas de doctrina y de leer y escribir en todos los lugares de indios". Este decreto real, al que se le prestó por lo general en América un acatamiento sólo nominal, fue cumplido con rigor por los misioneros jesuitas, dedicándole la atención necesaria que permitió fundaciones de escuelas y centros de formación de distintos niveles que fueron verdaderos centros de educación y de transmisión de los valores del catolicismo.

En todas las reducciones funcionaron escuelas de primera enseñanza, donde los varones de seis a doce años aprendían a leer, escribir y hacer operaciones matemáticas elementales. Las niñas de la misma edad tenían escuelas separadas donde aprendían a leer, escribir, hilar y cocinar por lo que la formación de las mujeres menores fue un punto importante en la organización educativa de estos pueblos guaraníes.


Arte de la lengua guaraní, impreso en Misión jesuítica de Santa María la Mayor en 1724.

El castellano se enseñaba para lograr la unidad lingüística en todas las posiciones españolas. Los jesuitas hablaban correctamente el guaraní, utilizando la lengua como el mejor medio para llegar a los naturales. Los hijos de los caciques incluso llegaron a aprender algo de latín.

En las misiones los jesuitas publicaron libros en guaraní sobre gramática, catecismo, manuales de oraciones y hasta un diccionario. Las reducciones contaron con la primera imprenta fundada por los padres Juan Bautista Neuman y José Serrano, quienes armaron una prensa, fundieron los tipos necesarios y publicaron los primeros libros. Las impresiones se hicieron en Nuestra Señora de Loreto, San Javier y Santa María la Mayor.

El primer libro publicado fue el Martirologio Romano en el año 1700; más adelante el Flos Sactorum del padre Pedro de Ribadeneyra en edición guaraní, y De la diferencia entre lo temporal y lo eterno del padre Juan Eusebio Nieremberg. Fue muy rica y variada la producción bibliográfica, conservándose todavía la mayoría.

Música misional
La música y el canto ocuparon un lugar destacado en el proceso de aprendizaje. Cada pueblo contaba con un coro y orquesta. Desde la misma escuela se promovió la participación de los niños y los jóvenes, mientras que los adultos se organizaron, en la mayoría de los casos, desde la iglesia.

En los mismos escritos de los sacerdotes participantes de las misiones, que datan desde los primeros contactos evangelizadores, dieron cuenta de una «inclinación natural por los sonidos europeos» por parte de los nativos. A razón de esto es que la música fue concebida como una «potente arma de conversión”.

Es así que los indios reducidos fueron eximios cantantes y destacados músicos que reprodujeron textos musicales tanto de contenido religioso como profano. Las interpretaciones que los guaraníes alcanzaron con instrumentos como el arpa y el violín constituyen clásicos de la música rioplatense.

Así puede citarse a Hara Vale Hava que es una bella obra anónima para tenor, violines y continuo cantada en guaraní que fue compuesta a finales del siglo XVII o inicios del XVIII en las misiones jesuitas paraguayas o bolivianas.

Los guaraníes, además, le dedicaron tiempo y esfuerzo a la danza. Los danzarines ensayaban desde los seis años, incorporando incluso melodramas los días domingos y feriados. En las festividades las principales diversiones justamente consistían en representaciones, música, canto y baile.

A lo largo del siglo XX se tomó una imagen idílica de la evangelización que impregnó en las artes, naciendo el término de “barroco jesuítico”, el cual fue la idea del resultado sensitivo tanto aural como visual del sincretismo que se dio entre los nativos y europeos. Sin embargo, este punto de vista no da cuenta de ciertos puntos muy importantes como, por ejemplo, la forma en que se acogió y percibió por parte del nativo americano tanto estas músicas que le son ajenas como las estrategias que usaron los misioneros de la Compañía de Jesús para adaptarlas a los contextos locales, lo que en este caso particular, se tradujo muchas veces en concesiones poco comunes en un contexto de contrarreforma católica, como fue la incorporación en muchos casos de elementos propios de las culturas nativas (estrategia nada nueva dentro de la historia, pero sí dentro de este contexto). Estos aspectos pasaron a integrar un proceso cultural y político bastante amplio, el cual se cargó de tensiones y conflictos. A pesar de las particularidades propias de su espacio y su tiempo las misiones generaron nuevos modos de expresión cultural guaraní tanto en la música vocal como instrumental y en el baile que son apreciados hasta el presente.

Organización militar
Las misiones guaraníes constituyeron un importantísimo freno a las aspiraciones expansionistas de los lusitanos, que liderados por los bandeirantes se dedicaban a la caza de indios para venderlos como esclavos en São Paulo y Río de Janeiro.

Desde los primeros tiempos de la conquista de América, la corona española otorgó a los  naturales americanos, el mismo estatus jurídico de hombres libres, equiparándolos a los vasallos peninsulares. Esta era la condición que tenían los guaraníes en el Virreinato del Perú.
Tras varias incursiones bastante exitosas, en 1641 una gran tropa de bandeirantes paulistas fue vencida en la batalla de Mbororé. Estos volvieron a intentar atacar en 1652 y 1676 pero en ambas ocasiones el gobernador de Paraguay consiguió detenerlos gracias a la participación de las milicias jesuitas.

Los permanentes ataques de los bandeirantes forzaron a una mayor militarización de las misiones. Las reducciones empezaron a fortificarse y a formar milicias armadas con armas de fuego y entrenadas en tácticas de guerra modernas combinadas a sus tácticas selváticas clásicas gracias al entrenamiento con veteranos de las guerras europeas. De esta manera se constituyeron milicias permanentes a las que, a cambio de participar en campañas convocadas por los gobernadores de Asunción y Buenos Aires, se liberaba de la mita.​ Aparte de esto, los guaraníes cooperaron frecuentemente en los asedios a la Colonia del Sacramento: en 1680 lucharon 4000, en 1704-1705 3000 y en 1735-1736 otra vez tres mil.
​En 1702, además, derrotaron a los charrúas con los que habían entrado en conflicto por extensos territorios de la Banda Oriental aptos para que pastaran sus ganados. Sin embargo, la mano de obra guaraní no sería tan solo usada para apoyar en las campañas militares. Altamente cualificados fueron solicitados para ayudar en la construcción de fortalezas, destacando en especial las murallas de Montevideo.

Las milicias de las misiones tuvieron también una participación importantísima en la supresión de la Segunda revolución comunera del Paraguay (1721-1735). En 1724, tras años de conflicto entre los comuneros —que entre otras cosas solicitaban que las misiones quedaran gobernadas por corregidores que acabaran con la autonomía autárquica de estas— y los jesuitas en las cortes de justicia, el enfrentamiento se trasladó al campo de batalla cuando éstos últimos, siguiendo las órdenes del virrey del Perú José de Armendáriz, prepararon un ejército de dos mil indios a orillas del río Tebicuary, aunque fueron atacados sorpresivamente por un ejército asunceño superior y vencidos. En 1726 los jesuitas, gracias a su apoyo al gobierno real, consiguieron la autonomía frente al gobernador de Paraguay y seis años después movilizaron siete mil indios para defender el Tebicuary de ataques desde Asunción. En 1735, Bruno de Zavala, gobernador del Río de la Plata, decidió organizar una expedición con la que acabar con los rebeldes. Los jesuitas inmediatamente le dieron su apoyo, organizaron más de 6000 guaraníes cerca del Tebicuary y otros 6000 quedaron de reserva en sus misiones.​ Pronto se sumaron a la tropa de Zavala, más de 8000 hombres, que el 14 de marzo de 1735 obtuvo la decisiva victoria de Batalla de Tabapy marcando así el fin de la insurrección.

La demostración del poder militar de las misiones impresionó e intimidó a los vecinos de Asunción y Corrientes, que desde entonces desconfiaron de los misioneros sobremanera. Pocas décadas después se produjo la guerra guaranítica que terminó siendo usada como el principal argumento para expulsar a los jesuitas, a los que no se consideraba leales al rey.

El final de las reducciones
A partir de inicios del siglo XVIII, las reformas borbónicas puestas en marcha por esta nueva dinastía a fin de evitar el lento proceso de decadencia en que se encaminó la monarquía hispánica, alcanzaron también al aspecto religioso en donde la corona aplicó el regalismo.

Durante el reinado de Fernando VI de España España se enfrentó con Portugal por la colonia del Sacramento, desde la que se facilitaba el contrabando británico por el Río de la Plata. José de Carvajal consiguió en 1750 que Portugal renunciase a tal colonia y a su pretensión de libre navegación por el Río de la Plata. A cambio, España cedió a Portugal dos zonas en la frontera brasileña, una en la Amazonia y la otra en el sur, en la que se encontraban siete de las treinta reducciones guaraníes de los jesuitas. Los españoles tuvieron que expulsar a los misioneros jesuitas, lo que generó un enfrentamiento con los guaraníes que duró once años.

El rey sucesor, Carlos III, imitando las políticas seguidas en el Reino de Portugal (1759) y en el Reino de Francia (1762), a través de la Pragmática Sanción de 1767, emitida el 27 de febrero de ese año, ordenó la expulsión de los jesuitas de todos los dominios de la corona de España, incluyendo los de América y los demás ultramarinos, cifra que alcanzó a más de 6000 religiosos. El ataque de la monarquía a esta orden religiosa también alcanzó sus bienes temporales toda vez que ya que la pragmática también decretó la incautación del patrimonio de la Compañía de Jesús.

Poco tiempo después, el 21 de julio de 1773, el papa Clemente XIV dictó el breve apostólico Dominus ac Redemptor, suprimiendo la Compañía de Jesús, que únicamente logró subsistir en Rusia y volvió a ser autorizada por el papa Pío VII en 1814.
Las reducciones guaraníes no se disolvieron de inmediato, sino que se reemplazaron a los jesuitas con nuevos directores seculares que no tenían los ideales de los primeros. Tampoco fueron exitosos las direcciones de los franciscanos, dominicos y mercedarios que tomaron a su cargo los pueblos misioneros, constituyéndose la Gobernación de las Misiones Guaraníes.

Pero los años inmediatamente posteriores a la expulsión la emigración de indigenas se multiplicó. Grupos de guaraníes ya habían empezado a buscar refugio en Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, la Banda Oriental y Buenos Aires de los ataques de españoles y criollos y las malocas de los paulistas. En 1801, cuando los lusitanos ocuparon definitivamente las Misiones Orientales un importante contingente de sus habitantes se refugió en el actual territorio uruguayo, especialmente su campiña.

Otros volvieron a sus selvas mientras algunos se sirvieron del entrenamiento como artesanos que habían aprendido en las reducciones para vivir en las ciudades. Hubo una rápida disminución de la población.

La creación del virreinato del Río de la Plata en 1776, que fue el último creado por la corona española como una escisión del virreinato del Perú en su intento de reorganizar la administración de sus colonias en América, no logró detener la decadencia de estos pueblos.

A partir de 1810, durante las guerras de independencia hispanoamericanas, los guaraníes apoyaron los cambios radicales económicos, políticos y sociales propuestos por el caudillo José Gervasio Artigas, donde la situación del indio tenía especial preocupación. Este afianzó su poder en las regiones de mayoría mestiza o indígena, lo que hace comprensible que Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, la Banda Oriental y las Misiones Orientales se sumaran a su Liga Federal. Durante dicho periodo otro gran contingente de las Misiones Orientales se refugió en las tierras del actual Uruguay.

Posteriormente, en 1820 Artigas fue vencido por el enterriano Francisco Ramírez y obligado a exiliarse en Paraguay. Cerca de cuatro mil guaraníes artiguistas de las Misiones Occidentales, Corrientes y Entre Ríos se refugiaron en la Banda Oriental. En 1828 Fructuoso Rivera ocupó brevemente las Misiones Orientales, pero debió retirarse tras firmar el Convención Preliminar de Paz, llevándose consigo de cuatro a ocho mil indígenas misioneros a la Banda y fundando Santa Rosa del Cuareim, actual ciudad de Bella Unión. Durante su campaña, el ejército de 500 soldados de Rivera triplicó su número gracias a los reclutas tapés y charrúas que se sumaron.

En cuanto a la planta física, en las primeras décadas del siglo XIX las tropas del general del Brasil Francisco das Chagas Santos y el dictador paraguayo Gaspar Rodríguez de Francia causaron graves daños a los edificios. El golpe de gracia vino por el sucesor de Francia, Carlos Antonio López cuando éste abolió forzosamente y destruyó las comunidades quedándose con las tierras.

En recuerdo de la obra jesuítica, las regiones que ocuparon antaño las reducciones hoy son llamadas «misiones».

Samtisima Trinidad de Paraná - Paraguay

Patrimonio de la Humanidad
Algunas de las misiones jesuíticas guaraníes han sido declaradas lugar Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Cada una de ellas se caracteriza por un plan específico y un diferente estado de conservación.

Son siete los impresionantes restos que el organismo cultural ha protegido. La primera declaración data de 1983 y fue para las ruinas de São Miguel das Missões, ubicadas en el sur de Brasil.

En 1984, la declaración otorgada a las ruinas brasileñas de San Miguel de las Misiones fue extendida para incluir las misiones argentinas de San Ignacio Miní, Santa Ana, Santa María la Mayor y Nuestra Señora de Loreto, lo que lo convirtió en un único sitio transfronterizo.

En 1993 el número se amplió con la declaración que alcanza a dos misiones situadas en Paraguay: la Misión Jesuítica de Jesús de Tavarangué y la Misión Jesuítica de Santísima Trinidad del Paraná.

Esquemáticamente las misiones que han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad son las siguientes:


Código
Nombre
Lugar actual
País
Coordenadas
Año
291-001
São Miguel das Missões
São Miguel das Missões, estado de Río Grande del Sur
Brasil
1983
291-002
San Ignacio Miní
San Ignacio, Departamento San Ignacio, Provincia de Misiones
Argentina
1984
291-003
Nuestra Señora de Santa Ana
Santa Ana, Departamento Candelaria, Provincia de Misiones
Argentina
1984
291-004
Nuestra Señora de Loreto
Cerro Corá, departamento Candelaria, provincia de Misiones
Argentina
1984
291-005
Santa María la Mayor
Santa María, Departamento Concepción, provincia de Misiones
Argentina
1984
648-001
Santísima Trinidad del Paraná
Encarnación, en el Distrito de Trinidad en Itapúa
1993
648-002
Jesús de Tavarangué
Encarnación, en el distrito de Trinidad en Itapúa
Paraguay
1993

Fuente: Wikipedia - La Enciclopedia Libre