Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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sábado, 12 de diciembre de 2020

Mito del castigo de los Sapos - Mito Peruano



En un tiempo muy remoto, los sapos eran criaturas enormes que todo lo devoraban. Por su desobediencia fueron castigados con la pérdida de su reino.






Cuando un ser se atreve a desobedecer a un dios, sufrirá nefastas consecuencias, como en el mito del castigo de los sapos. Este fascinante relato oral del Norte de Perú nos refiere que en tiempos muy lejanos los sapos proliferaban. Gracias a la cantidad de lagunas que había, estos animales pudieron reproducirse en gran número. Por si fuera poco, también llegaron a tener tamaños descomunales. Sin embargo, esta clase de sapos devoraban toda la vida en las lagunas y eran una verdadera plaga. De tal suerte, el dios Catequil, dueño del rayo, les prohibió reproducirse más. Sólo así florecerían más especies.

La desobediencia y el castigo de los sapos

Es fácil comprender que los reyes de las lagunas, los sapos, no estarían de acuerdo con la petición del dios. Así que después de someterlo a consenso, decidieron no hacer caso de Catequil. Por desgracia, el señor del rayo se enteró y decidió ejercer el castigo de los sapos. Con ayuda del dios Inti (Sol) y la Pacha Mama (Tierra), el señor Catequil desapareció las lagunas de la jalca. Algunas de ellas fueron secadas por los rayos del Sol. Otras se hundieron a través de profundas grietas. Sumado a esto, el dios ofendido dejó de enviar sus lluvias fecundadoras.

El castigo de los sapos fue la pérdida de las lagunas y de su gran tamaño. Se dice que la única forma que tuvieron para sobrevivir fue volverse pequeños. Por esta razón todas las ranas y sapos de la región hoy son diminutos. Además, estos animalitos aprendieron a usar camuflaje del color de las hierbas. Sólo así lograron permanecer con vida, si bien son muy pocos los sapos que hoy se pueden encontrar en la zona. Finalmente, cuando llueve todos los sapos saltan y cantan suplicando a Catequil que les devuelva las lagunas.

Fuente: Mitos cortos
https://www.mitos-cortos.com/mitos-peruanos/mito-del-castigo-de-los-sapos/

jueves, 13 de agosto de 2020

Mito del Cóndor Casamentero (Ecuador)

En algunas comunidades rurales de Ecuador se cuida a las jovencitas para que no sean raptadas por el Cóndor Casamentero y las convierta en esposa.

Hoy en día en las comunidades rurales más remotas del Ecuador se cuenta el mito del Cóndor Casamentero. Este relato Kichwa comienza cuando una joven pastorcita salía con sus llamas a pastar en el campo. Cerca de ella, apareció un hombre elegantemente vestido. Destacaba el atuendo negro y formal de este caballero, a mitad de la nada. Sin embargo, la joven no tuvo este razonamiento; al contrario, se alegró al verlo porque podría pasar el arroyo con ayuda. Así pues, la muchachita pidió apoyo al hombre, quien no articulaba ni una palabra.

El Cóndor Casamentero rapta a una pastora

La joven pastora descubrió muy tarde que se trataba del Cóndor Casamentero y fue raptada. En un inicio, el hombre extendió cada una de sus piernas a los costados del río. Después, con una fuerza descomunal, cargó cada una de las llamas y las puso del otro lado del río. Esto mismo hizo con el perro, pero no con la niña. Cuando el extraño la tuvo en sus brazos, sacudió su cuerpo y dos grandes alas aparecieron. Junto con la señorita se elevó por los cielos hasta alcanzar una cumbre muy alta e inaccesible para los hombres.

A pesar de que el perro dio aviso a los padres, nunca pudieron salvarla del Cóndor Casamentero. Aquella tarde el perro de la pastora volvió a casa montando gran alboroto, de modo que los padres comprendieron que algo malo había pasado. Desafortunadamente, por más que buscaron por los campos y montañas no lograron encontrarlo. Un tiempo después consiguieron vera a la hija en el nido de una altísima peña. El cóndor la había hecho su esposa y no había forma de subir hasta allá y rescatarla. Así que la dejaron ahí para que la muchacha para sus días como conyugue del pajarraco. Esta historia sirve para prevenir a otras muchachas.

Fuente: Mitos Cortos
https://www.mitos-cortos.com/mitos-ecuatorianos/mito-del-condor-casamentero/