Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.
Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.
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domingo, 30 de mayo de 2021
jueves, 11 de julio de 2019
viernes, 15 de febrero de 2019
Los bosques son el pulmón del planeta
Los bosques son una superficie que se caracteriza por poseer una alta densidad de árboles. Su presencia a lo largo de la superficie terrestre es enorme y sirven como hábitat de numerosas especies. Asimismo, son reguladores de los flujos hidrológicos, conservadores del suelo y administradores de oxígeno, lo que los convierte en uno de los elementos más importantes de la biosfera de la Tierra. Respecto a las disciplinas que los analizan, destaca la ecología forestal, que se dedica a su estudio científico, y la silvicultura, encargada de la administración de los bosques con el fin de extraer sus recursos de forma sostenible. A continuación, se detallarán sus principales características, tipos y extensiones, además de analizar los ciclos químicos en los que interviene el bosque y tratar el problema de la deforestación.
Un ecosistema complejo, rico y húmedo
El bosque es una formación vegetal que puede verse como la forma más desarrollada de un ecosistema y que se caracteriza por la presencia masiva de los árboles, que subordinan un sotobosque de arbustos, hierbas y musgos. Los bosques destacan por su heterogeneidad de procesos, la estabilidad de su sistema, su elevado índice de productividad, la enorme diversidad biológica que contienen y su capacidad de regulación de los rasgos físicos, químicos y edafológicos. Una de las razones de su frondosidad, riqueza de nutrientes y elevado índice de humedad se encuentra en la vegetación aérea que disminuye la velocidad de precipitación de la lluvia. Esto hace que el agua llegue al suelo de forma más lenta, sea retenida por las raíces de las plantas de forma más abundante y penetre más en el sustrato.
Otra de las características de los bosques es que enriquecen y otorgan estabilidad al medio ambiente al aportar variados nutrientes, ser el hábitat de una gran diversidad de especies y favorecer el clima circundante. Asimismo, su presencia garantiza que las aguas superficiales sean controladas por la vegetación y no laven el suelo, supriman el humus e inicien procesos de desertificación.
Además, regulan los niveles de dióxido de carbono en todo el planeta. Por ejemplo, un metro cuadrado de bosque fija cada año alrededor de 1.300 g de carbono, frente a los 150 g fijados por un campo de trigo. Gracias a ello, las superficies boscosas son un elemento imprescindible para compensar mediante la liberación de oxígeno las alteraciones del ciclo del carbono provocadas por las desenfrenadas actividades humanas, que multiplican la presencia de CO2 en la atmósfera.
Tipos de bosques y principales extensiones
Los bosques pueden clasificarse según una serie de criterios muy heterogéneos. Por ejemplo, pueden distinguirse según el ecosistema en el que existen, según la longevidad de las hojas de los árboles (ya sean perennes o caducas), según la composición predominante de los bosques (de tipo de hoja ancha, coníferas, etc.), según su estructura física o etapa de crecimiento, o según las especies dominantes presentes en los mismos.
También pueden clasificarse por la zona geográfica:
- Bosques boreales: ocupan la zona subártica y están compuestos, normalmente, por árboles de hojas perennes.
- Bosques de zonas templadas: comprenden los bosques caducifolios de hoja ancha y los bosques perennifolios coníferos. Asimismo, en las zonas templadas más cálidas se encuentran árboles perennifolios de hojas anchas, como el bosque mediterráneo y el bosque de laurel.
- Bosques tropicales y subtropicales: incluyen los bosques tropicales y subtropicales húmedos, los bosques tropicales y subtropicales secos, y los bosques tropicales y subtropicales de coníferas.
Otra clasificación destacada se realiza a partir de la historia de los bosques y de su grado de alteración:
- Bosques primarios: también denominados nativos, son los que no han sufrido intervenciones por parte del hombre. Estos bosques naturales sólo disponen de los modelos primigenios de la biodiversidad.
- Bosques antropogénicos: comprenden los que han sido afectados por los humanos con una frecuencia o intensidad suficiente para alterar de forma notoria los patrones del bosque. Estos bosques se pueden dividir, a su vez, en bosques secundarios (los que se han regenerado después de una primera tala) o artificiales (los que han sido plantados por el hombre).
Los bosques pueden hallarse en todas las regiones del planeta que sean capaces de mantener el crecimiento de árboles, excepto en aquellos parajes donde la frecuencia de fuego natural es demasiado alta, o donde el ambiente ha sido alterado de forma dramática por procesos naturales destructivos o por actividades humanas invasivas. Según el informe Evaluación de los recursos forestales mundiales 2010 de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), los diez países con mayor extensión de superficie forestal suman el 67 % del área de bosque global del planeta. La clasificación esté encabezada por Rusia, que por sí sola dispone del 20 % de la masa de bosque total con 809 millones de hectáreas. Tras el bosque ruso, el resto de países son (todos ellos con cifras en millones de hectáreas): Brasil (520), Canadá (310), Estados Unidos (304), China (207), República Democrática del Congo (154), Australia (149), Indonesia (94), Sudán (70) e India (68).
Funcionamiento del ciclo del carbono y del oxígeno
El papel de los bosques es básico en dos de los ciclos más importantes del planeta: el ciclo bioquímico del carbono y el ciclo biogeoquímico del oxígeno, ya que la fotosíntesis de las especies vegetales que contienen los bosques es un eslabón fundamental en el correcto flujo de estos elementos. Debido a ello, los bosques son considerados el pulmón del planeta porque contribuyen a regular la presencia equitativa de dióxido de carbono y oxígeno en la atmósfera del planeta.
Respecto al primer ciclo, el carbono disponible para los seres vivos surge de la fotosíntesis de las plantas (en su mayoría, las especies vegetales de los bosques), que fija el dióxido de carbono atmosférico para formar moléculas orgánicas. Parte del carbono de estos compuestos orgánicos regresa a la atmósfera mediante la respiración y la descomposición. El resto del carbono pasa a la litosfera gracias a la formación de rocas sedimentarias y combustibles fósiles, donde permanece durante un largo período de tiempo antes de regresar a la atmósfera mediante las erupciones volcánicas y la combustión de petróleo, carbón y gas natural.
En cuanto al segundo ciclo, está íntimamente ligado al del carbono ya que la fotosíntesis no sólo fija el dióxido de carbono para crear carbohidratos, sino que durante el proceso libera oxígeno a la atmósfera. Al margen de la fotosíntesis, el flujo del oxígeno entre la atmósfera y los seres vivos se realiza a partir de los procesos de respiración. El oxígeno pasa a la litosfera a causa de la descomposición de la materia orgánica y debido a la oxidación de los compuestos inorgánicos (como, por ejemplo, los minerales de hierro). De allí, regresa a la atmósfera a través de las erupciones volcánicas, en forma de óxidos de carbono.
La problemática de la deforestación
En los últimos años, se ha incrementado la presión internacional para frenar la destrucción de los bosques debido a sus graves consecuencias sobre el medio ambiente. En concreto, la deforestación puede generar tres dramáticos efectos en la salud del planeta:
- Desertificación. La pérdida de masa forestal favorece el aumento de la erosión, que es la causa de que desaparezca el suelo fértil y que sea sustituido por una superficie estéril semejante a la de un desierto, incapaz de aportar las condiciones necesarias para el crecimiento de las especies vegetales y, en consecuencia, la estabilidad de la cadena trófica. En la actualidad, algunas de las áreas más afectadas por la desertificación son África y el litoral mediterráneo.
- Pérdida de biodiversidad. La desaparición de los bosques provoca la destrucción de un hábitat en el que viven el 80 % de las especies de todo el planeta. Hoy día, los bosques más afectados por la deforestación son las selvas tropicales de la Amazonia, África ecuatorial y Sudeste asiático.
- Cambio climático. La deforestación puede alterar el ciclo del carbono de la Tierra, lo que provoca que aumente la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera. Este gas retiene en la atmósfera el calor procedente de la radiación solar, lo que causa un aumento de la temperatura y el denominado efecto invernadero, germen del cambio climático. Además de la pérdida de los bosques, el cambio climático también se ha visto perjudicado por la actividad humana. Asimismo, la destrucción de la vegetación reduce la capacidad de transformación del dióxido de carbono en oxígeno, lo que perjudica aún más la situación.
Para evitar el avance de la deforestación (que ha acabado en el último siglo con una quinta parte de los bosques del planeta), los organismos internacionales de defensa de los recursos naturales, como la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), han establecido una serie de medidas de protección:
- Reforestación. Las superficies taladas o quemadas pueden regenerarse con medidas destinadas a la recuperación natural. Esta reforestación puede realizarse de dos maneras; de forma natural, el bosque puede volver a instalarse en tan solo unas décadas después de su desaparición si no han desaparecido los nutrientes del suelo, o bien, si se ha perdido el sustrato nutritivo, puede replantarse con especies autóctonas.
- Prevención de incendios. La destrucción de los bosques puede evitarse mediante la adopción de medidas de prevención de las quemas intencionadas, junto con una penalización más importante de estos actos delictivos. Asimismo, una legislación adecuada que controle la explotación de los recursos forestales también puede frenar la proliferación de incendios.
- Agricultura biológica. La medida más reciente ha sido fomentar y proteger las técnicas de cultivo que utiliza la agricultura biológica, ya que contribuyen a conservar la fertilidad del suelo. Además, es una actividad económica que se acopla a la perfección en el ciclo biológico y protege la biodiversidad.
Fuentes: BioGuía - ESPASA
http://espasa.planetasaber.com/theworld/monographics/seccions/cards/default.asp?pk=2992&art=39
sábado, 9 de febrero de 2019
Reforestación, muy necesaria
Si te molesta el calor, planta un árbol.
Si te gusta el agua, planta un árbol.
Si te gustan las frutas, planta un árbol.
Si te gustan las aves, planta un árbol.
Y si te gusta la vida, planta muchos árboles.
WWF
miércoles, 6 de febrero de 2019
martes, 20 de febrero de 2018
Qué es Shinrin Yoku, la práctica japonesa de los "baños forestales" que gana adeptos en el mundo
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage caption La
práctica del baño forestal o shinrin yoku requiere absorber el bosque con todos
los sentidos.
El bosque puede ser una medicina. Pero no basta una simple caminata
entre los árboles. Hay que absorber al bosque con todos los sentidos.
Es lo que propone una práctica japonesa que está ganando cada vez
más adeptos en otros países.
Se llama "Shinrin Yoku" o "Baño Forestal" y
consiste en pasear por el bosque, pero de una forma meditativa y muy especial.
"Se trata de tomarse el tiempo para notar lo que vemos,
respirar profundamente, sentir el contacto con el aire, las texturas de las
hojas, escuchar el viento entre los árboles, oír los pájaros", explica
Amos Clifford, fundador de la Asociación de Terapias de la Naturaleza y el
Bosque (Association of Nature and Forest Therapy), con sede en California, que
promueve la práctica japonesa en Estados Unidos.
Según estudios realizados por científicos japoneses, el impacto de
los baños forestales en la salud es claro: bajan la presión arterial,
fortalecen el sistema inmunológico, reducen las hormonas relacionadas al estrés
y la incidencia de infartos.
Terapia forestal
El término "Shinrin Yoku" significa
literamente "absorber la atmósfera del bosque" y fue acuñado inicialmente
por técnicos de la Agencia Forestal de Japón.
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage caption Japón ha
designado cerca de 50 bosques como sitios de terapia forestal.
Pero el concepto está inspirado en prácticas budistas
ancestrales y en el sintoísmo, una religión nativa de Japón que venera los
espíritus de la naturaleza.
La Agencia Forestal nipona designó a cerca de 50 bosques como
centros de terapia forestal y espera expandir el número a 100 en la
próxima década.
Guías
Se estima que al menos dos millones y medio de japoneses participan
cada año en sesiones de terapia de bosque, en las que son conducidos por guías
o terapeutas forestales.
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionLos guías
ayudan con sus ejercicios a que los participantes puedan sentir las texturas
del bosque.
"A veces la gente habituada a caminar en la naturaleza me
pregunta, ¿para qué necesitamos un guía? Mi experiencia es muy clara. La razón
es que requerimos estos guías para que nos ayuden a bajar las revoluciones,
a calmarnos", señala Clifford en el sitio de su asociación.
Los paseos organizados por Clifford suelen durar cerca de dos
horas.
En una caminata de baño forestal el guía puede invitarnos a notar
una flor o el aroma de un cedro. También a detenernos para tomar un té o
recostarnos en un tronco, cerrar los ojos y respirar profundo escuchando al
bosque, o tocar la textura de la tierra y los troncos.
Y antes y después del paseo meditativo los guías usan monitores
para medir la presión arterial, de forma que los caminantes puedan constatar el
impacto positivo en su salud del baño forestal.
Evolución
El poder restaurador del contacto con la naturaleza ha sido
experimentado e intuido por siglos.
Pero es en Japón donde se han realizado más estudios sobre los
beneficios concretos del baño forestal.
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage caption"Hemos
pasado el 99,9% de nuestra evolución en ambientes naturales", señaló el
antropólogo Yoshifumi Miyazaki.
Uno de los pioneros en este trabajo ha sido Yoshifumi Miyazaki,
antropólogo y vicedirector del Centro de Medio Ambiente, Salud y Estudios de
Campo de Chiba University, en las afueras de Tokio.
"Hemos pasado el 99,9% de nuestra evolución en ambientes
naturales", señaló.
"Nuestras funciones fisiológicas aún están adaptadas a esos
entornos y en el día a día podemos alcanzar una sensación de bienestar si
sincronizamos nuestros ritmos con los del medio ambiente".
Miyazaki realizó estas declaraciones en una entrevista para la
publicación Outside Magazine a la periodista y escritora
estadounidense Florence Williams, autora del reciente libro "The Nature
Fix", o Soluciones de la Naturaleza, que incluye un análisis sobre
"Shinrin Yoku".
Impacto inmunológico
Miyazaki ha realizado desde 2004 estudios con más de 600 personas
en los bosques.
Sus trabajos, junto a su colega Juyoung Lee, también de Chiba
University, demostraron que, en comparación con caminatas urbanas, los baños
forestales lograron bajar en un 12,4% los niveles de la hormona del estrés
cortisol y en un un 1,4% en promedio la presión arterial. La incidencia de
infartos también se redujo en un 5,8%.
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionEl
contacto con la naturaleza fortalece el sistema inmunológico y baja las
hormonas del estrés y la presión arterial.
El contacto con la naturaleza disminuye además la actividad del
córtex prefrontal, responsable de funciones cognitivas como planificar, y
aumenta la actividad en otras áreas del cerebro vinculadas con la empatía y las
emociones.
"Por eso la comida sabe mejor en el campo", señaló
Miyazaki a Florence Williams.
Los baños forestales también aumentan el nivel de las llamadas
células NK, sigla de natural killers o asesinas naturales, un tipo de
glóbulo blanco que permite combatir enfermedades.
Qing Li, de la Escuela de Medicina Nippon, en Tokio, señala que
compuestos volátiles en árboles como cedros son los que generan ese impacto
beneficioso en el sistema inmunológico.
Certificados
El entusiasmo por los baños forestales sigue creciendo. En Estados
Unidos, diferentes organizaciones ofrecen cursos para obtener un certificado de
"guía de terapia de bosque".
Y si no es posible ir a a un bosque, visitar un parque en una
ciudad y hacerlo con todos los sentidos, también es beneficioso.
Algunos de los estudios en Japón constataron un impacto positivo
luego de un baño forestal de sólo 15 minutos.
Cómo señala la Asociación de Terapias de la Naturaleza y el Bosque
de California en su sitio, lo importante es recordar que el guía "apenas
abre la puerta".
"El verdadero terapeuta es el bosque mismo".
Fuente
BBC – 17 de Julio de 2018
sábado, 20 de enero de 2018
Los últimos bosques nativos de la Argentina, en peligro
Suenan tiros en lo más profundo del impenetrable salteño –norte de
Argentina-. Amancio respira hondo de nuevo, mientras apunta a un cerdo salvaje
que aparece en mitad de la estepa. De este disparo dependerá la subsistencia de
su familia la próxima semana. El tiro se desvía por poco, centímetros, podría
decirse que roza al puerco. “Cada día hay menos animales, el bosque se
desvanece y con él, nuestras vidas” afirma.
Amancio es uno de los últimos indígenas wichí que resisten en la
finca de Cuchuy, en el departamento de San Martín, Salta. El resto de
comunidades han ido desapareciendo a la misma velocidad que avanzaban las
excavadoras. Pueblos originarios olvidados por el Gobierno. Perseguidos,
acorralados, expulsados. De las 9.000 hectáreas que había en esta zona tan
solo quedan 3.000; “Pronto las bestias de hierro acabaran con lo que queda”,
añade Amancio.
A su lado yacen varias vacas muertas, puro pellejo y huesos. “Un
día vimos que los animales bebían del río y morían. Han contaminado nuestras
aguas. Ya no se encuentran yaguaretes y ni tapires, huyeron cuando talaron los
arboles” agrega, mientras arranca su motocicleta rumbo a casa.
En la aldea Corralito, construcciones de adobe, un tanque para el
agua vacío y niños que juegan bajo un sol abrasante. Mucha tierra, polvo,
sudor. Dos mujeres tallan las hojas de Yaguar: las bolsas y adornos con
elementos de la naturaleza y figuras de animales del monte. El hilo lo tiñen
con la resina del algarrobo, que da color negro y marrón.
“El bosque para nosotros es una fuente de vida. Nuestro hogar. Sin
el bosque no podemos andar. Del bosque sacamos la fruta, pescamos, e incluso
obtenemos las medicinas” reflexiona Amancio, mientras sondea el horizonte,
con cierto aire de resignación.
Durante muchos años los wichís han luchado por obtener títulos
legales para la tierra de la que son propietarios, y que constantemente se ve invadida
y expoliada por ganaderos no indígenas, madereros, agricultores y
constructores.
Sus reclamaciones territoriales principales están en dos grandes
zonas de territorio público al este de Salta, conocidas como Lote 55 (unos
2.800km²) y Lote 14. Según la ley, los derechos de los wichís a esta tierra han
sido reconocidos, pero el Gobierno provincial de Salta interpreta las leyes a
su manera.
Los últimos bosques de Argentina
Argentina ha perdido el 70.5% de los bosques nativos originales.
Tras fuertes presiones de organizaciones como Greenpeace la Ley de Bosque
Nativo, fue promulgada y reglamentada el 23 de febrero de 2009 por el Poder
Ejecutivo a cargo de Cristina Fernández de Kirchner. Sin embargo, existen
maneras de evadir las normas.
Un ejemplo de ello es la finca de Cuchuy, a 70 kilómetros de la
ciudad de Tartagal, donde la situación es extrema. Su propietario Alejandro
Jaime Braun Peña, primo del jefe de gabinete Marcos Peña, e integrante del
directorio de varias empresas de la familia del presidente Mauricio Macri, fue
quien solicitó al gobierno de Juan Manuel Urtubey, gobernador de Salta, la
autorización para recategorizar la zona a Categoría III - verde que estaba
clasificada bajo el Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos como Categorías
I - rojo y II - amarillo, donde no se permitía su desmonte. Básicamente
cambiaron por decreto el color de las áreas, volviendo vulnerables zonas que
otrora eran intocables. De esta manera el gobierno provincial autorizó
ilegalmente el cambio de zonificación para que se pudiesen deforestar 8.962
hectáreas (la superficie de media ciudad de Buenos Aires).
Bestias de hierro
Nos vamos de “cacería”. En busca de las excavadoras que están
destruyendo las últimas hectáreas que quedan intactas en la finca de Cuchuy, a
70 kilómetros de la ciudad Tartagal. Abrimos la verja y accedemos a una zona
arrasada, como si hubiera pasado un ciclón. “El espectáculo” es dantesco:
Cientos de árboles derribados, arrancados de raíz. No hay rastro de la
maquinaria. Rastreamos con prismáticos, escuchamos en silencio. Hasta que por
fin llega el rugido. A lo lejos se divisan arboles cayendo. Corremos. Dos
enormes topadoras se encuentran a la par. Una en cada lado de la hilera de árboles,
unidas por una enorme y tensa cadena que va cortando los arboles a un ritmo
frenético. Avanzan al mismo paso que nosotros, los troncos milenarios caen sin
cesar.
Los activistas de Greepeace actúan rápido. Se interponen en el
camino con las manos en alto, la maquina levanta la pala amenazante, amaga con
continuar hasta que finalmente, apaga el motor. El conductor se baja
malhumorado del vehículo, “porque no hablan con mi jefe, yo solo estoy
trabajando” dice refunfuñando. Se aleja. Está vez David venció a Goliat aunque
se trata de una victoria pírrica; las topadoras volverán a funcionar pronto,
quizás con las primeras luces, cuando el sol no arde.
Hernán Giardini, coordinador de la campaña de bosques de
Greenpeace, responde: "Cuando se trata de los bosques hay una especie de
asociación ilícita entre el Gobierno provincial y empresarios que ya
denunciamos y son parientes directamente ligados a autoridades del Gobierno
nacional.” La organización ecologista viene denunciando el caso desde 2014. “Si
existiera la ley de delitos forestales que estamos impulsando en el Congreso de
la Nación, los funcionarios y los empresarios implicados en este caso estarían
con una causa penal”, concluye Giardini.
Greenpeace ya había denunciado el caso en el año 2014 y frenado el
desmonte hasta que sus activistas fueron detenidos. El mes pasado las
topadoras volvieron a arrasar 400 hectáreas más de bosques nativos. La
deforestación afecta en forma directa a cuatro comunidades wichí, cuyas
familias quedaron encerradas entre varias fincas que fueron desmontadas en los
últimos años.
“Quienes destruyen bosques no son empresarios, son delincuentes.
Necesitamos que se penalice a los responsables de desmontes ilegales e
incendios intencionales y a los funcionarios que los faciliten”, finaliza
Giardini.
Amanece, volvemos a la aldea, Corralito. Allí sigue Amancio,
mirando la luna que recién asoma en lo alto, escoltada por sus estrellas.
“Espero que mañana podamos cazar algo y que alguien detenga las excavadoras
cuanto antes, no deben de quedar más de seis kilómetros hasta aquí” dice.
“¿Sabes?” nos pregunta sin darnos tiempo a responder. “Wichí significa ‘lo
que tiene vida’. Para nosotros la voluntad es muy importante, es como el alma
del cuerpo. Pero a veces es difícil no perder la voluntad, la esperanza”,
suspira. El tiempo se agota...
Fuente La Razón (Espana) - 20
de Enero de 2.018
viernes, 20 de enero de 2017
Ley de Bosques en Córdoba (Argentina) : Carta de Raly Barrionuevo a Cartez por los Bosques Nativos
La polémica por las modificaciones a la Ley de bosques que tienen programado un tratamiento legislativo en la Unicameral este 2017 se acrecentó luego que la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez) emitiera un comunicado cuestionando con dureza a los artistas que expresaron su repudio a esas modificaciones.
Concretamente, el comunicado apuntaba contra José Luis Serrano, quien interpreta a “Doña Jovita”; y al cantante Raúl Eduardo “Raly” Barrionuevo. A ellos les endilgó generar "confusión en la opinión pública" y llevar "el foco de la discusión al ámbito de las ideologías extremas”.
La respuesta no tardó en llegar y el músico y compositor Raly Barrionuevo lanzó una carta abierta en las redes sociales dirigida a "los señores que me invitan a callar".
"Hablo de ese monte que tantas veces recorrí de la mano de mi madre, una mujer nacida y criada bajo los algarrobos blancos y negros, quebrachos, tinti takos, tuscas e innumerables plantas de nuestra tierra; ese monte que canta por mi garganta y hace música a través de mis manos", inicia la misiva.
El artista, se sabe, tiene una extensa militancia en favor de la protección de los bosques. En la carta aprovechó para responder a cada una de las acusaciones.
"Ustedes me acusan de generar “confusión en la opinión pública” y de llevar la discusión “al ámbito de las ideologías extremas”. Dicen que eso “es lo que se pretende superar”. Desde hace mucho tiempo que otros señores como ustedes vienen vaticinando el fin de las ideologías. Quiero decirles que los desmontes irracionales que viene sufriendo nuestra tierra no son otra cosa que el resultado de una ideología extrema, la de ustedes", dijo.

La carta completa de Raly Barrionuevo
A los señores que me invitan a callar:
Unquillo, Córdoba, 14 de Enero de 2017
A ustedes, señores, que me piden que no hable de cosas que no sé, de cosas que, según su criterio, estoy desautorizado a opinar.
Pues deben saber ustedes que hablo de ese monte que tantas veces recorrí de la mano de mi madre, una mujer nacida y criada bajo los algarrobos blancos y negros, quebrachos, tinti takos, tuscas e innumerables plantas de nuestra tierra; ese monte que canta por mi garganta y hace música a través de mis manos.
Claro, seguramente para ustedes esto no significa absolutamente nada, pero para mí y para tantos paisanos significa la vida misma. Ustedes me invitan a callar y yo no acepto su ofensiva invitación. ¿Saben por qué? Porque mis canciones y las de mis compañeros vienen de allí, de ese lugar que ustedes detestan porque les impide seguir engordando sus cuentas bancarias en nombre de un supuesto progreso. Ese lugar, el bosque nativo, el que siempre nos dice la verdad.
Ustedes ofenden mi historia y a mi gente, al decir que busco el aplauso fácil. Eso es algo, señores, que ni yo ni ustedes podremos juzgar, solo el tiempo lo hará. Sí me veo en el deber de transmitirles humildemente que si buscara el aplauso fácil, sería la falta de respeto mayor que podría hacerle a mi tierra y a mi pueblo. La tierra canta, llora, recuerda, camina, se manifiesta y nosotros la honramos como nuestra madre total, mientras que ustedes la castigan con sus topadoras y sus venenos “milagrosos”.
Son, según se ve, miradas opuestas del mundo y de la vida.
Ustedes me acusan de generar “confusión en la opinión pública” y de llevar la discusión “al ámbito de las ideologías extremas”. Dicen que eso “es lo que se pretende superar”. Desde hace mucho tiempo que otros señores como ustedes vienen vaticinando el fin de las ideologías. Quiero decirles que los desmontes irracionales que viene sufriendo nuestra tierra no son otra cosa que el resultado de una ideología extrema, la de ustedes.
La verdad es que lo que “sorprende y preocupa” es la “escasa valoración” que ustedes tienen por la opinión de muchos científicos serios y honestos, por el monte y por el campesinado. ¿Ustedes me piden argumentos científicos para sostener mi postura? Hay cientos de ellos, uno más contundente y fehaciente que otro, hay tantos que no cabrían en esta pequeña carta. Les cuento, por si no están al tanto, que muchos de estos argumentos fueron aportados por prestigiosas instituciones a las autoridades legislativas. En algún cajón deben estar.
Y tengo de los otros, de los que veo todos los días, los de la gente destrozada en lo más profundo de sus sueños, los de los pueblos inundados de preguntas y sin una sola respuesta, los de las manos lastimadas por las esquirlas de un sistema voraz y sangriento, los de tantos campesinos despojados de sus noches puras y de su medicina ancestral, en fin, los de una Córdoba desbastada en su naturaleza como pocos lugares en el mundo.
El monte nos enseña, todos los días alguna lección nos da, nos purifica el alma y el camino. Es por eso, señores, que para arrasar con el monte que nos queda, digo, tendrán que mirar a sus hijos a la cara y luego pasar sobre nosotros.
Raly Barrionuevo.
Fuente: La Voz ' 15 de Enero de 2.017
martes, 17 de enero de 2017
martes, 14 de junio de 2016
Proteger los bosques
Debemos
proteger los bosques para nuestros hijos, nuestros nietos y todos los niños que
nacerán.
Debemos
proteger los bosques para todos los que no pueden hablar en su nombre: los
pájaros, los animales, los peces y los árboles.
Edward
Moody
Fuente:
Sikuani/Fundación Impacto
lunes, 21 de marzo de 2016
21 de Marzo Día Internacional de los Bosques
Hoy, 21 de marzo, se celebra el Día Internacional de los Bosques,
para concienciar sobre el papel fundamental que desempeñan estos pulmones
naturales y el peligro al que están siendo sometidos desde hace décadas.
Este año, el tema es "bosques y agua", por la función
que desempeñan para abastecer al planeta de agua dulce, un recurso esencial
para la vida y cuyo día mundial se celebra mañana.
En el marco de esta fecha tan importante, presentamos 9 aspectos
esenciales que debes conocer sobre los bosques:
1. No hay un solo tipo de
bosque. Los hay en variedad y cada uno desempeña una función en los
ecosistemas. Hay bosques tropicales, seco tropical, monzónico, de coníferas,
chaparrales y templados.
2. Son filtros naturales de agua. Los bosques consumen agua, la
filtran y la depuran. Además, está demostrado que los bosques aumentan el flujo
total del agua. Por tanto, según la FAO, la pérdida de cubierta forestal del
planeta puede perjudicar el suministro de agua dulce y por consiguiente, poner
en peligro la seguridad alimentaria de millones de personas.
3. Ayudan en el control de las inundaciones. A través de su enorme
red de raíces, evitan la erosión del suelo, reducen la sedimentación de los
depósitos y así disminuyen el peligro de deslaves e inundaciones.
4. Reducen al mínimo la contaminación acústica. Los bosques actúan
como una barrera del sonido. La contaminación acústica afecta tanto a los
humanos como a los animales. Estos últimos reaccionan con un estado de alarma
y, entre las personas, son los niños y los ancianos los grupos más sensibles.
Estudios han concluido que la población expuesta a un nivel de ruido extremo
desarrolla a corto plazo un índice superior en 20 % de ataques cardíacos, los
niños aprenden a leer más tarde, son más agresivos, entre otras consecuencias.
5. Los necesitamos para respirar. Durante el día, los bosques
generan el oxígeno que necesitamos para respirar y absorben el dióxido de
carbono que exhalamos.
6. Son el hogar de miles de especies, incluyendo la humana. Los
bosques por naturaleza atraen la vida salvaje y se convierten en su hogar y
alimento, al tiempo que protegen a miles de especies. Naciones Unidas calcula
que albergan más del 80 % de las especies animales y vegetales. También, cerca
de 1,600 millones de personas dependen directamente de los bosques para vivir.
Aquí se incluyen más de dos mil culturas indígenas, que desarrollan sus vidas
plenamente en ellos.
7. Ayudan a inventar nuevos medicamentos. Como se sabe, lo primero
utilizado para curar las enfermedades fue la medicina natural, pero también los
científicos utilizan los compuestos de las plantas y árboles para experimentar
y encontrar nuevas curas.
8. Los bosques influyen dónde caen las lluvias. La ONU respalda un
nuevo estudio científico que indica que son los bosques los que indican dónde y
cómo caen las lluvias. Esta teoría asegura que los bosques generan vientos
atmosféricos que bombean la humedad a la tierra y el aire se eleva sobre las
zonas con mayor evaporación intensiva y la baja presión resultante aspira el
aire húmedo adicional dando lugar a una transferencia de vapor de agua que caen
en forma de lluvia.
9. Están amenazados por los humanos. A pesar de los beneficios
que dan los bosques, la deforestación continúa a un ritmo de 13 millones de
hectáreas al año, lo que es responsable entre un 12 y 20 % de las emisiones de
gases que producen el efecto invernadero y contribuyen al calentamiento global,
advierte la ONU.
Fuente: La Prensa Gráfica (El Salvador)
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