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lunes, 23 de octubre de 2023

Más de 10.000 sitios arqueológicos precolombinos permanecen inexplorados en la selva amazónica


Una nueva investigación combina un sistema de detección remota con un modelo de distribución espacial predictivo y concluye que aún quedan por descubrir entre 10.272 y 23.648 yacimientos arqueológicos a gran escala en la Amazonia.

Debajo de los árboles de la selva amazónica se esconden los restos arqueológicos de lo que hace tiempo fue una gran aldea construida por comunidades indígenas precolombinas antes de la llegada de los europeos a América. La antigua ciudad tenía calzadas elevadas, estanques artificiales, diques, zanjas, cementerios, caminos con andenes, presas para peces, y estaba ubicada en lo que ahora conocemos como la cuenca del río Xingú, al sur de la Amazonia brasilera. Estas ruinas, que permanecen ocultas por la tupida vegetación del bosque, fueron descubiertas por un grupo de científicos gracias a un sistema especial de detección remota llamado LiDAR, que usa rayos láser para mapear pequeños cambios en la topografía del suelo de la selva y permite reconstruir en tres dimensiones lo que hay en la superficie.

Vinicius Peripato y Luiz Aragão, del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil, lideraron un trabajo de más de cinco años en el que sobrevolaron 5.315 kilómetros cuadrados en una región de la Amazonia con drones y aviones equipados con el sistema LiDAR. Solo en esa pequeña extensión de tierra, que representa el 0,08% de los siete millones de hectáreas que tiene el bosque tropical más grande del mundo, encontraron 24 nuevos yacimientos arqueológicos similares a la antigua aldea. Decidieron, entonces, combinar sus hallazgos con un modelo de distribución espacial predictivo que permitió establecer un estimado de los movimientos de tierra producidos por comunidades en toda la selva hace más de 500 años. Los resultados del estudio, publicado este jueves en la portada de la revista Science, revelan que aún quedan por descubrir entre 10.272 y 23.648 estructuras arqueológicas precolombinas de gran escala en la Amazonia.

El origen del trabajo fue una pregunta imposible de responder sin la tecnología actual: ¿dónde y cuántos sitios precolombinos están escondidos bajo el dosel del bosque amazónico? Hasta el momento de la investigación, científicos de los nueve países que componen la selva (Brasil, Perú, Colombia, Bolivia, Venezuela, Ecuador, Guyana, Surinam y Guayana Francesa) habían descubierto cerca de 950 sitios arqueológicos usando los datos satelitales de alta resolución que proporciona Google Earth. El problema era que solo se veían los movimientos de tierra que había en áreas deforestadas. Lo que está debajo de los árboles permanecía oculto. El sistema LiDAR, que significa “Detección y alcance de luz”, cambió todo.

En entrevista con EL PAÍS, Peripato explica que este sensor aéreo es una tecnología avanzada de teledetección que “ha revolucionado la forma en que obtenemos información sobre la superficie de la Tierra y sus características tridimensionales”. Ya no hay que talar el bosque para saber lo que hay dentro de él. En los últimos años, LíDAR también se usó para descubrir la compleja red urbana y rural que tenían los mayas a lo largo de Mesoamérica: “Los sitios arqueológicos mesoamericanos presentan características muy diferentes a los del Amazonas por la variedad en los materiales de construcción: los mayas usaban piedra y los indígenas del Amazonas, tierra. La tecnología LíDAR ha mejorado sustancialmente nuestra comprensión espacial de la arqueología en sitios con paisajes boscosos”, se lee en el artículo científico.

Peripato cuenta que entre los 24 yacimientos arqueológicos encontraron sitios de defensa y ceremoniales en el suroeste de la Amazonia, conocidos como geoglifos. “La presencia de urnas funerarias dentro de este tipo de sitios, y la ausencia de suelos y cerámicas antropogénicas, son evidencia de que el uso de estas estructuras se limitaba a reuniones religiosas y comunitarias”, dice el investigador. También hallaron montañas conquistadas por comunidades indígenas en el Escudo Guayanés que fueron utilizadas para funciones ceremoniales y domésticas, y sitios ribereños en llanuras de la Amazonia central que se utilizaron para recolectar peces durante el aumento y la caída de los niveles de los ríos.

Carolina Levis, coautora del trabajo y docente de la Universidad Federal de Santa Catarina, explica en un comunicado de prensa que esta investigación ayuda a desmentir la idea generalizada de que la Amazonia es un vasto bosque virgen. “El trabajo nos muestra que hay muchas áreas de la selva que ya han sido objeto de extensas obras de ingeniería, cultivo y domesticación de plantas por parte de sociedades precolombinas”, dice Levis. Y añade: “estos sitios arqueológicos son prueba de que las comunidades indígenas dominaron sofisticadas técnicas de manejo de tierras y plantas, que, en algunos casos, aún están presentes en los conocimientos y prácticas actuales que pueden inspirar nuevas formas de convivir con el bosque sin necesidad de su destrucción”.

La investigación, además, es un paso importante para pensar la selva amazónica no solo como un espacio de biodiversidad animal y vegetal, sino como una gran fuente de investigaciones arqueológicas. Antes teníamos la certeza de que en la cuenca del río Amazonas viven 427 especies de mamíferos, 1.300 especies de aves, 378 especies de reptiles y más de 400 especies de anfibios. Ahora sabemos que en la superficie tapada por el bosque hay más de 10.000 movimientos de tierras de gran escala que pueden guardar las claves para entender mejor las costumbres y la cultura de las comunidades indígenas que habitaron la selva por miles de años.

Luiz Aragão dice a EL PAÍS que el mapa también permite demostrar que en regiones con alta probabilidad de encontrar sitios arqueológicos hay un aumento en la densidad de especies de árboles domesticados. “Este fue un resultado interesante porque muestra que las poblaciones precolombinas tenían una relación muy estrecha con especies que les proporcionaban bienestar, sobre todo alimento y fibras. De allí se puede concluir que manipularon el ecosistema para aumentar la densidad de estas especies”. De hecho, la investigación muestra que la cantidad de plantas y árboles de frutas y nueces comestibles aumentó significativamente en los lugares donde se cree que están ubicados los yacimientos arqueológicos. Los autores identificaron relaciones entre la probabilidad prevista de movimientos de tierras y la aparición y abundancia de especies de árboles domesticados y encontraron una asociación significativa entre ambas. “Esto sugiere que las prácticas activas de manejo forestal indígena precolombino han dado forma durante mucho tiempo a la ecología de los bosques modernos en toda la Amazonia” dice el artículo.

A pesar de lo novedoso de la investigación, Aragão es prudente al señalar sus limitaciones. Ante la pregunta de si es posible concluir que en la Amazonia hay más de 10.000 sitios arqueológicos precolombinos inexplorados, responde que sí con contundencia, pero es claro en que es una estimación. “Con base en la cantidad existente de estructuras conocidas y nuestro modelo de predicción, esperamos que muchos sitios aún estén ocultos debajo del dosel. Por supuesto, esta es una estimación basada en métodos estadísticos y tiene incertidumbres. Pero es muy probable que haya miles de sitios arqueológicos que estén ahí por descubrir”, explica a EL PAÍS.

Hans ter Steege, coautor del trabajo e investigador del Centro de Biodiversidad Naturalis y de la Universidad de Utrecht, afirma que estos sitios arqueológicos deben estar concentrados en unas zonas específicas de la selva: “Predecimos que el 90% del bosque amazónico tiene muy pocas posibilidades de tener movimientos de tierra, por lo que este tipo de modificación puede haber ocurrido principalmente en el 10% de su área”, dice el científico en un comunicado.

Aunque todavía no se conocen bien ni el tamaño ni las características de los miles de yacimientos arqueológicos de la selva, este trabajo abre nuevos caminos de investigación para que futuros científicos tengan una brújula para saber donde explorar. “Los bosques amazónicos merecen protección no sólo por su valor ecológico y ambiental sino también por su alto valor arqueológico, social y biocultural, que puede enseñar a la sociedad moderna cómo gestionar de manera sostenible sus recursos naturales”, concluye la investigación.

POR JUAN MIGUEL HERNÁNDEZ BONILLA

Periodista de EL PAÍS en Colombia. Ha trabajado en Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS, en Madrid, y en la Unidad Investigativa de El Espectador, en Bogotá. En 2020 fue ganador del Premio Simón Bolívar por mejor reportaje. Estudió periodismo y literatura en la Universidad Javeriana.

Fuente:
El País - 5 de Octubre de 2023
https://elpais.com/ciencia/2023-10-05/mas-de-10000-sitios-arqueologicos-precolombinos-permanecen-inexplorados-en-la-selva-amazonica.html





martes, 30 de agosto de 2022

Los conocimientos ancestrales son parte de las respuestas ante las crisis actuales


Si bien las comunidades indígenas han pasado del exterminio y desprecio al reconocimiento de su valor, aún hace falta que de verdad se tenga en cuenta lo que sus enormes saberes pueden aportar a la sociedad.




Cada 9 de agosto los Pueblos Indígenas del mundo conmemoran su día internacional reconocido por la Organización de las Naciones Unidas. Aunque los datos estadísticos no son precisos y tienden al subregistro, en el mundo viven alrededor de 500 millones de personas que pertenecen a algunos de los cinco mil pueblos indígenas que existen en el planeta.

En América Latina y el Caribe existen 826 pueblos indígenas, entre los cuales más de 100 son transfronterizos, ya que habitan en al menos dos países y un número mayor de pueblos en aislamiento voluntario, casi todos en la Amazonia. Cerca de 60 millones de indígenas habitan la región y son hablantes de unas 550 lenguas, la mayor parte de ellas en riesgo de extinción por diversas causas.

En esta fecha es bueno recordar que a partir del año 1989, cuando se adoptó el Convenio Internacional del Trabajo 169, seguido luego por la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de 2007, y la Declaración americana sobre la misma materia, en 2016, las comunidades originarias han logrado avanzar notablemente en el reconocimiento de su calidad de sujetos de derechos individuales y colectivos.

En el ámbito regional, la creación del Fondo para el Desarrollo para los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe, que este año 2022 cumple sus primeros 30 años de vida, es sin duda un avance notable, entre otras razones, por el carácter paritario, con participación equitativa de delegaciones nativas y gubernamentales en todos sus espacios de toma de decisiones.

Además, no puede dejar de mencionarse que estos cambios tan positivos en el plano internacional han sido acompañados dentro de varios países por reformas constitucionales, legales e institucionales que han implicado un salto cualitativo en relación con la situación existente algunas décadas atrás.

En términos históricos se ha logrado pasar de la lógica del exterminio, el sometimiento, el desprecio y la negación, al reconocimiento de que las sociedades son multiculturales y que las diversas culturas deben ser respetadas integralmente, avanzando hacia la construcción de sociedades interculturales con relaciones equitativas entres sus integrantes.

Sin embargo, estos reconocimientos, todos ellos producto de las luchas a lo largo y ancho del planeta, no han logrado cambiar la realidad concreta de las personas y comunidades indígenas. En términos generales, están muy lejos de ser consideradas de manera prioritaria por la gran mayoría de los Estados, viven en condiciones de pobreza y tampoco logran los índices de participación social y política previstos por las normas internacionales mencionadas.

Es también necesario profundizar un cambio cultural global que valore en sus justos términos las enormes riquezas y potencialidades de los pueblos indígenas quienes, durante centurias, han conformado un bagaje de conocimientos sostenidos en prácticas concretas que son de enorme utilidad para el conjunto de la sociedad.

En el mundo actual, donde nos enfrentamos a crisis superpuestas a consecuencia de un desarrollo social y productivo excluyente, generador de desigualdades y agresor de la naturaleza, los conocimientos tradicionales de las comunidades ancestrales deben ser vistos como parte esencial de las respuestas a los grandes desafíos del presente. Y en especial los saberes de las mujeres, pues ellas son celosas guardianas y trasmisoras de los mismos.

Necesitamos que la construcción y mantenimiento de la paz esté en el centro de la agenda política global. No debemos resignarnos a contemplar muerte y destrucción sin intentar evitarlo, sabiendo, además, que las consecuencias de la guerra terminan golpeando a los más vulnerables tarde o temprano, sin importar dónde se encuentren.

Se trata de lograr acuerdos que permitan que cada cultura que convive en la tierra aporte lo mejor que tiene para torcer el rumbo actual. De ahí que el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas propusiera, en sus sesiones del año 2021, un nuevo contrato social.

Se trata de poner en marcha un amplio diálogo intercultural, una interacción equitativa y horizontal entre las culturas que conviven en el continente, sus expresiones y formas de ver el mundo, incluyendo sinergias entre las innovaciones científicas y los conocimientos tradicionales propios de los pueblos indígenas como herramientas necesarias para entender la realidad y actuar sobre ella.

Escrito por Freddy Mamani Machaca

Freddy Mamani Machaca es presidente del Consejo Directivo del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe (FILAC).

Fuente: Diario El País - PLANETA FUTURO - 10 de Agosto de 2022

https://elpais.com/planeta-futuro/red-de-expertos/2022-08-10/los-conocimientos-ancestrales-son-parte-de-las-respuestas-ante-las-crisis-actuales.html?ssm=FB_CC&fbclid=IwAR2AXIYy6xbJBIVfvpuftbnXOme_7k9p9pDcd0jzY-Is_O3szKKvofxX9cw

jueves, 16 de septiembre de 2021

La extinción del lenguaje provoca la pérdida de conocimientos medicinales únicos



La proclamación de las Naciones Unidas de 2022 a 2032 como el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas tiene como objetivo aumentar la conciencia mundial sobre su peligro y la importancia para el desarrollo sostenible. Las lenguas indígenas contienen el conocimiento que las comunidades tienen sobre las plantas circundantes y los beneficios que brindan.


Aquí, encontramos que la mayor parte del conocimiento medicinal es lingüísticamente único, es decir, conocido por un solo idioma, y está más fuertemente asociado con idiomas amenazados que con plantas amenazadas. Por lo tanto, cada lengua indígena es una reserva única de conocimiento medicinal: una piedra Rosetta para desentrañar y conservar las contribuciones de la naturaleza a las personas.

Podría parecer que, en la era de la información, todo está registrado. Nada más lejos de la realidad. Entre el 73% y el 91% del conocimiento de los servicios medicinales de las plantas (sus propiedades farmacológicas y terapéuticas) de regiones de América del Norte, la Amazonia y Nueva Guinea corre el riesgo de desaparecer porque solo los conocen los indígenas de cada zona y no hay más registro que sus voces. Si muere su lengua (más del 30% de las 7.400 del mundo ya no se hablarán a finales de siglo, según la Unesco), desaparece el conocimiento que guarda.

Un estudio publicado en la revista PNAS por Rodrigo Cámara Leret y Jordi Bascompte, del departamento de Biología Evolutiva y Estudios Ambientales de la Universidad de Zúrich, ha identificado, en estas tres regiones 12.495 servicios medicinales de las plantas, de los que el 75% son solo conocidos en una lengua. Y “cada dos semanas”, según la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, “desaparece una en el mundo”. Ante esta emergencia, Jordi Bascompte lamenta: “Es como una biblioteca quemada, como amputar una extremidad. Estamos perdiendo oportunidades terapéuticas”.

Cámara Leret pone algunos ejemplos del potencial farmacológico de las plantas conocidos por los indígenas: los integrantes del pueblo Cubeo de la Amazonia utilizan los tallos y raíces de la Connarus ruber como “barbascos” o “matapeces” para pescar porque las plantas tienen metabolitos que interfieren en la respiración branquial del pez. Los tucanos del Río Negro de Brasil recurrían para cazar a las propiedades anestésicas de la corteza de la Leptolobium nitens, que usaban como ingrediente del curare (veneno para las flechas). Los siona, habitantes de las riberas del río Putumayo, entre Colombia y Ecuador, usan el látex lechoso de la Euphorbia hirta para tratar infecciones fúngicas en los pies.

El botánico recuerda que el conocimiento indígena ha servido para el desarrollo de fármacos, aunque calcula que menos de un 10% ha pasado por estudios farmacológicos o ensayos. La vinblastina, utilizada en el linfoma de Hodgkin, en el cáncer de pulmón de células no pequeñas, y en los de mama, cabeza, cuello y testicular, fue aislada por Robert Noble y Charles Thomas Beer de la planta Catharanthus roseus de Madagascar. Es un caso frente a miles de posibles opciones terapéuticas que están en peligro de quedar enterradas.

Los dos investigadores han recogido, por primera vez, datos de hasta 3.597 especies de plantas medicinales e identificado 12.495 servicios medicinales (combinación de una especie vegetal y una subcategoría medicinal, como Ficus insipida y sistema digestivo) asociados a 236 lenguas indígenas. Cámara Leret advierte: “Es solo la punta del iceberg. Mucho conocimiento medicinal está contenido en idiomas que están en peligro de extinción”. Las conclusiones del estudio avalan la afirmación: “La singularidad del conocimiento indígena asociado a lenguas amenazadas sugiere que la pérdida de estas será aún más crítica para la extinción del conocimiento medicinal que la pérdida de biodiversidad”.

La amenaza es doble, según la investigación. Por una parte, el desuso lingüístico está fuertemente asociado a la disminución de los conocimientos indígenas sobre las plantas. Por otra parte, el cambio climático global limita la extensión geográfica de muchas especies y cultivos endémicos utilizados por el hombre. El trabajo concluye: “Juntas, la extinción del lenguaje y la reducción de las especies útiles en el próximo siglo, pueden limitar el potencial completo de las contribuciones de la naturaleza a las personas y el descubrimiento de usos imprevistos”.

La única salvaguarda de este conocimiento es que en algunos casos se comparte oralmente con otros grupos indígenas que hablan otros idiomas. Pero es insuficiente porque estos también están amenazados. Por esta razón, los investigadores consideran “prioritario” un esfuerzo de documentación.

Cámara Leret añade como estrategias el fortalecimiento de los idiomas indígenas y la realización de registros participativos. Para Jordi Bascompte, “la documentación de las especies en relación con sus usos sería como la piedra de Rosetta [el fragmento de roca con grabados en tres escrituras que permitió comprender la cultura del Antiguo Egipto], la llave de nuevas terapias”.

La antropóloga Victoria Reyes, elegida miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos e investigadora de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA), destaca del trabajo de los dos científicos españoles, del que no forma parte, “la idea de que cada una de las diferentes culturas del mundo ha desarrollado un sistema de conocimiento único”: “Estos sistemas de conocimientos están codificados en sistemas lingüísticos, por lo que cuando se pierde una lengua, con ella se pierden también muchas otros elementos. El estudio se centra en el conocimiento medicinal, pero probablemente encontraríamos la misma asociación si mirásemos cómo la pérdida de una lengua afecta a la pérdida del conocimiento de técnicas de cultivo, el conocimiento de plantas alimenticias o el conocimiento de interacciones entre elementos de la naturaleza, por citar algunos”.

Reyes amplía la relevancia de las conclusiones: “Un aspecto que este artículo menciona solo tangencialmente, pero que es fundamental, es la importancia de entender que la diversidad biológica y cultural van unidas, por lo que la pérdida de lenguas, sabiduría medicinal y otros conocimientos tradicionales tiene efectos directos en la pérdida de especies o ecosistemas, del mismo modo que la pérdida de diversidad biológica tiene efectos en la pérdida de diversidad cultural”.

“Los resultados de este estudio”, concluye la antropóloga, “son solo un ejemplo de cómo la pérdida de diversidad biocultural destruye las muchas formas en las que la especie humana ha aprendido a vivir en el planeta. Más allá del conocimiento médico, como explica esta investigación, la pérdida de la diversidad biocultural reduce la capacidad de adaptación de la especie humana y, en concreto, la capacidad de encontrar soluciones a los problemas ambientales a los que nos enfrentamos”.

Por El Orejiverde
Fuente: https://elpais.com/ciencia/2021-06-11/el-conocimiento-medicinal-indigena-se-extingue-sin-dejar-rastro.html
https://www.pnas.org/content/118/24/e2103683118
Fecha: 25/6/2021

martes, 7 de septiembre de 2021

“Somos vistos como extranjeros en nuestro país”: los indígenas de Brasil reclaman su derecho a la tierra

Cientos de miembros de pueblos nativos han acampado en Brasilia para presenciar un juicio histórico en el Supremo que definirá la demarcación de sus territorios.




Frente a las puertas del imponente edificio del Tribunal Supremo Federal (STF) en Brasilia se siente el humo y el olor a barbacoa del vendedor ambulante que ofrece bocadillos a los poco más de 1.000 indígenas que están acampados. Es miércoles, 31 de agosto, y el grupo ve en una gran pantalla el juicio que puede determinar el futuro de todos los pueblos nativos de Brasil. Muchos están sentados, otros bailan con pinturas en la cara y en el cuerpo y con adornos de colores. Los magistrados de la Corte acaban de reanudar el juicio sobre el proceso del “hito temporal”, que definirá la demarcación de las tierras indígenas y el porvenir de los indios, y que continúa esta semana en la capital brasileña. El hito propone que solo se reconozcan los pueblos que estaban en sus tierras en 1988, el año en que se promulgó la Constitución después del régimen militar (1964-1985).

Hoy los indígenas son dueños de un 12,2% de las tierras de Brasil, según la Fundación Nacional del Indio (Funai). Sin embargo, varios pueblos pelean en la justicia por las tierras de sus ancestrales de donde fueron expulsados por dueños de haciendas, madereros y exploradores de piedras preciosas. Varios procesos de expulsión ocurrieron durante la dictadura, que dejó a los pueblos originarios vulnerables, mientras se priorizó el desarrollo económico en la selva. Durante la democracia se restauraron algunos de sus poderes y se demarcó parte de sus tierras.


A cuatro kilómetros del edificio de la Corte, cientos de indígenas de distintas etnias provenientes de todas las regiones del país armaron carpas donde protestan desde hace más de una semana para reivindicar el derecho a las tierras. “Somos vistos como extranjeros en nuestro propio país”, resume Valdelice Veron, una guaraní-kaiowá de Mato Grosso do Sul. Veron es alta, tiene ojos pequeños y una mirada triste. Aún así, muestra una gran disposición para resistir. “Hoy, a diferencia de cuando se promulgó la Constitución, hablamos portugués, no tenemos miedo. No saldremos de nuestros bosques y tampoco dejaremos salir a quienes entre".

El grupo cuenta con el apoyo de varios políticos que visitaron el campamento durante la semana. Guilherme Boulos (Partido Socialismo y Libertad), candidato en las últimas elecciones municipales, hizo acto de presencia este miércoles. Luís Inácio Lula da Silva (Partido de los Trabajadores) no acudió, pero envió un breve audio, que reprodujo la presidenta de su partido, Gleisi Hoffmann, en el que enaltecía la lucha indígena.

Tienen en contra, sin embargo, a la poderosa agroindustria interesada en avanzar con plantaciones de soja, creación de ganado y abrir espacio para carreteras. Son ellos quienes le dan soporte al presidente Bolsonaro en su cruzada por reducir el espacio de los indígenas. También la Cámara de los Diputados refuerza la lucha en contra los indígenas a través de un proyecto de ley, que impone la tesis del hito temporal en la legislación, que establece, entre otras cosas, la apertura de los territorios para la explotación de proyectos y permite el contacto con indígenas aislados.


Hoy existen 680 procesos de demarcación de tierras indígenas, de los cuales 443 son de territorios homologados, con sus límites definidos, y reconocidos oficialmente. Los demás son reivindicados por pueblos nativos cuyas delimitaciones están en trámite, bajo una compleja evaluación, que incluye la pesquisa antropológica de sus tierras ancestrales.

El juicio puede durar días o semanas. Durante toda la tarde del miércoles, la pantalla improvisada que veían los indígenas mostraba a abogados y activistas involucrados en el proceso haciendo sus defensas en este debate histórico. El hito temporal que desean los terratenientes puede excluir muchos de los procesos de demarcación que se arrastran hace años en la justicia y ponen en riesgo las tierras ya oficializadas como indígenas. “Los indígenas sin territorio no son indígenas”, dice Jaciene Brito, de la etnia tupinambá, en el estado de Bahía.

Lucas de Matos, de la etnia Bororó, recordaba a sus antepasados para fortalecer sus anhelos. “Si no tenemos buenas noticias, vamos a cantar, a llamar nuestros ancestros. Somos indígenas, no desistimos fácilmente”. Acampados desde hace más de diez días, muchos se despidieron de Brasilia este miércoles. Aun así, el campamento no se desmontará. Este fin de semana comenzaron a llegar mujeres indígenas para la marcha de las mujeres, que tendrá lugar entre el 7 y el 11 de septiembre. El acto genera la incertidumbre sobre posibles enfrentamientos, ya que empieza justo el día en que se espera que partidarios de Bolsonaro salgan a las calles para defender al presidente.


Fuente: El País (España) - 5 de Septiembre de 2021

https://elpais.com/internacional/2021-09-06/somos-vistos-como-extranjeros-en-nuestro-pais-los-indigenas-de-brasil-reclaman-su-derecho-a-la-tierra.html

jueves, 1 de abril de 2021

El pueblo que habla con las plantas

Durante la pandemia, los indígenas de la Amazonía se aislaron e intentaron hallar refugio en el vasto bosque. Así lo hicieron los shipibo-konibo, conocedores de la selva y los usos de la flora. Lo cuentan aquí de viva voz: la crisis sanitaria pone en peligro su conocimiento de la biodiversidad al morir los más ancianos.


Las comunidades del pueblo shipibo-konibo se ubican en gran parte en las riberas del río Ucayali, uno de los más importantes de la Amazonía peruana, que tiene su origen en la Cordillera de los Andes y desemboca luego en el río Amazonas. Representan una de las sociedades más numerosas de los 51 pueblos originarios amazónicos, con alrededor de 32.964 habitantes, organizados en 140 comunidades.

La diversidad de especies de plantas amazónicas es enorme, y aún hay muchas por investigar en su especificidad y uso dentro de la sociedad shipibo-konibo. Una investigación de etnobotánica del Centro de Investigaciones de Masisea (CIPTT), liderada por Samuel Cauper, ingeniero agrónomo, y publicada el 2018, identificó 180 variedades de flora nativa solo en el distrito de Masisea, en Ucayali. De ellas, el 70% son usadas por las comunidades con fines medicinales.

A lo largo de los años, los usos y conocimientos sobre estas plantas han sido transmitidas de generación en generación, de padres a hijos. La oralidad es la fuente principal de la herencia de estos saberes en herboristería. Sin embargo, durante el año pasado, la pandemia de la covid-19 afectó a varios de los líderes con más edad, poniendo en riesgo la continuidad de la difusión.

Con un sistema de salud público colapsado, sin camas ni oxígeno medicinal, los shipibo-konibo decidieron organizarse. El 15 de mayo del 2020, fundaron el Comando Matico, un grupo de artistas, curanderos y líderes locales dedicados al uso de plantas tradicionales. En sus hojas y raíces buscaban respuestas y alguna mejora a los síntomas producidos por el virus. El grupo recorrió las comunidades del río Ucayali llevando alivio y acompañamiento.

Los voluntarios del Comando Matico usan el sacha-ajo, el kion, el eucalipto, cebollas, limones y, principalmente, las hojas de matico, de donde obtuvieron su nombre. Con el tiempo, pudieron también llevar algunas medicinas y galones de oxígeno que les fueron donados por diferentes organizaciones nacionales y extranjeras.

Alexander Shimpukat, es uno de los fundadores del Comando Matico, el equipo de conocedores de las plantas que ayuda a los enfermos de covid-19. “Así nació el Comando Matico, por la planta. Porque en ese instante había un Comando Covid-19, que eran los que levantaban los cadáveres. Nosotros no. El Comando Matico buscaba salvar vidas, era diferente”, explica.

Otro de los fundadores es Jorge Soria, también shipibo-konibo. Dice que hasta el mes de noviembre del 2020, han atendido a más de 1.500 personas con síntomas de covid-19, entre shipibos, cacataibos y mestizos. Sus métodos de alivio viajaron hasta la comunidad que fundaron en Lima en 1991: Cantagallo. En mayo del año pasado hicieron llegar una carga con hojas de matico para que la población indígena del centro de Lima pudiera recuperarse.

Las hojas de matico se usan en vaporizaciones. Esta técnica viene de una tradición muy antigua de los pueblos de la Amazonía. De acuerdo con la cosmovisión shipibo-konibo, vaporizar con una selección específica de plantas es un método que ellos creen que los ayuda a enfrentar problemas respiratorios y otras enfermedades traídas con las migraciones del pasado. Frente a la nueva pandemia y desprovistos de acceso a la salud pública, han encontrado refugio en el bosque amazónico.

La presencia de la iglesia católica y evangélica ha impactado en el sistema cultural y tradicional de estas comunidades, y en varios casos ha provocado que algunas rechacen o dejen de usar algunas plantas. Esta es la historia de la comunidad de Callería, a unas seis horas de viaje en bote a motor desde Pucallpa, donde el líder evangélico Jacob Rodríguez, de 59 años, rechaza el uso del ayahuasca, planta psicoactiva usada por los curanderos tradicionales, quienes según la cosmovisión indígena, tienen pactos con los espíritus de las plantas para vencer a las enfermedades.

Sin embargo, con el incremento del número de enfermos en la comunidad, la posta médica sin atención y sin personal de salud, Rodríguez, que tuvo abuelos curanderos, se juntó con el jefe de la comunidad Roberto Rodríguez, de 48, y en un intento de mejorar la salud de las familias indígenas, autorizó el trabajo del Comando Matico en su iglesia.

En varias comunidades la presencia de las iglesias católica, evangelista y adventista tienen un rol muy importante, como en Caco Macaya, en Bethel y en San Salvador. El pastor de Calleria, Jacob Rodríguez, también estuvo enfermo de covid-19 y en los momentos más críticos dijo haber recordado a sus abuelos quienes conocían muy bien el uso de las plantas medicinales.

Richard Soria, docente shipibo-konibo y miembro del Comando Matico, opina: “Siempre ha habido dos tipos de conocimientos: la religión y el mundo científico, que cuando llegaba a las comunidades ya nadie quería acudir a las plantas medicinales. Este es un momento en el que podemos salir a la luz y decir al mundo que los pueblos originarios también tienen su saber. Acá estamos. No para obstaculizar al Estado ni a los científicos, sino para aportar, como una alternativa de mejora para la humanidad”.

Soria también explica que el uso de las plantas medicinales está ligado al mundo espiritual de los shipibo-konibo, que los líderes como los del Comando Matico tienen una relación con las deidades o espíritus de las plantas y son solo intermediarios. En este sentido, lamenta que la presencia de las diferentes iglesias rechacen las deidades de las plantas para imponer un único Dios.

“¿Qué cosa es lo que ocurre cuando muere un paisano? En la parte ontológica, yo tengo que llorar a mi muerto. ¡Yo tengo que hablarle, tengo que vestir, tengo que guardar luto!”, expresa Soria. “Y en esta situación nunca ha habido este tipo de respeto. A mí me dio mucha pena, yo estaba en la puerta del Hospital Amazónico cuando falleció el alcalde. Cuando estaban sacando el cadáver me dije, me voy a mi casa y luego voy a su velorio. Y veo en la transmisión en directo que ya están llevándolo directamente al cementerio. ¿Qué está pasando?”, se cuestiona.

Esta situación y las pérdidas de vidas han dejado desoladas a varias comunidades. De acuerdo con testimonios de shipibos-konibos que sobrevivieron al virus, muchos aún presentan secuelas que comprometen seriamente su salud, como dificultad respiratoria o cansancio crónico. Estos problemas afectan la vida de los comuneros quienes dependen de un rendimiento físico para sobrevivir en sus territorios y realizar actividades como la pesca y la agricultura.

Según la Dirección Regional de Salud de Ucayali, hasta al 15 de marzo de 2021, se registraron 249.828 casos confirmados y 4.477 fallecidos con síntomas de covid-19 en la Amazonia peruana, entre los que se encontraban ancianos y líderes de todos los pueblos indígenas.

El Comando Matico funciona como una alternativa al hospital Amazónico local que sigue colapsado. El pueblo shipibo-konibo reclama tener acceso a la sanidad pública y los líderes están negociando con el Consejo Nacional del Colegio Médico del Perú y el Gobierno para recibir equipamiento sanitario y que sus instalaciones puedan funcionar como un centro de salud accesible para los pueblos indígenas. Hasta la fecha, la organización indígena ha logrado dotar su punto de atención con oxígeno medicinal, camas y otros medicamentos con ayuda de entidades locales y organismos internacionales para poder atender a los afectados por el virus.

El activista y artista indígena Alexander Shimpukat tiene fe en su acompañamiento y el papel del Comando: “Nosotros con 20 soles o con 10 soles podemos aliviar una vida, en los hospitales y clínicas cobran 55.000 soles. Es una gran diferencia lo que estamos haciendo. Pero no nos toman en cuenta. Todos tenemos que tener mucha plata para poder atendernos en un hospital. Sin embargo, no nos miran como un ejemplo. Hay una diferencia total, nosotros siempre vamos a ser discriminados y siempre vamos a ser últimos en esta situación tan complicada”.

Ronald Suárez, presidente de la organización indígena Coshikox, fundada en 2009, perdió a su madre junto a otros siete familiares por la covid-19. Asegura que la desaparición de ancianos shipibo-konibo es muy grave, ya que con ellos se va el saber sobre el uso de las plantas y de la biodiversidad de la Amazonía. Sus abuelos, indica, son sus bibliotecas vivientes. La abrupta interrupción de la transmisión oral puede representar el fin de una cultura.

Como él, muchos shipibo-konibo consideran que esta pandemia amenaza el futuro de sus pueblos y ahora temen por la presencia de la nueva variante del virus, que fue identificada en Manaos, Brasil.

Soria reflexiona sobre el conocimiento indígena y la ciencia occidental: “El ser humano, la naturaleza y las deidades son muy fuertes en nosotros. En el mundo científico no entienden, dicen que todo es la comprobabilidad. Que yo toco, que yo huelo, que yo peso. Yo tengo que comprobar. En cambio, en nosotros, no es así. Tenemos más allá de la comprobación, llevamos en nuestro espíritu que ese árbol nos va a cuidar, nos va a proteger y por lo tanto yo debo respetar, yo debo conservar. El humano no solamente es el que domina la naturaleza, es uno más dentro de la naturaleza”. Y pide abrir las puertas a un diálogo más profundo entre ciencia y espiritualidad indígena.

Este proyecto ha contado con el apoyo del Pulitzer Center en alianza con el Amazon Rainforest Journalism Fund.

Fuente

Diario El Paìs - España / 22 de Marzo de 2021

domingo, 25 de octubre de 2020

La misión “casi imposible” de México: recuperar el penacho de Moctezuma y otros tesoros

El tocado que el emperador azteca regaló a Hernán Cortés es uno de los objetivos más preciados de los que ha ido a buscar Beatriz Gutiérrez a Europa.





La escritora e historiadora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de Andrés Manuel López Obrador, ha emprendido “una misión” que el presidente de México ha calificado de “casi imposible”: traer al país el penacho de Moctezuma. El tocado es un conjunto de plumas de quetzal, oro, plata y cobre que fue regalado por el emperador azteca al conquistador Hernán Cortés cuando el extremeño llegó a América en el siglo XVI. México ha reclamado la pieza en diferentes ocasiones, en 1991 y 2011, pero el penacho permanece en el Museo de Etnología de Viena. Gutiérrez se reunió el lunes con el presidente austriaco, Alexander Van der Bellen, como parte de una visita europea en la que también se ha entrevistado con el papa Francisco, el presidente de Italia, Sergio Mattarella, y la esposa del presidente Francés, Brigitte Macron, para solicitarles el préstamo temporal de piezas arqueológicas para conmemorar los aniversarios patrióticos que se celebrarán en 2021.

“Le recomendé [a Beatriz Gutiérrez] que insistiera en el penacho de Moctezuma, aunque se trata de una misión casi imposible, dado que se lo han apropiado por completo, al extremo de que ni a Maximiliano de Habsburgo se lo prestaron cuando nos invadieron e impusieron al llamado Segundo Imperio Mexicano”, ha escrito López Obrador en Twitter tras el encuentro de la historiadora con Van der Bellen. El objetivo es exponer las piezas recuperadas, entre ellas el tocado de Moctezuma, durante los aniversarios de la independencia de México (1821), del quinto centenario de la caída de Tenochtitlán [el precedente prehispánico de Ciudad de México] (1521) y la fundación de las primeras villas en esa ciudad en 1931, que coincidirán el próximo año.

El presidente ha insistido este lunes, 12 de octubre de 2020, en que España pida perdón por la conquista del continente y ha calificado de “muy polémica” la fecha en que se conmemora la llegada europea a América. Días atrás, envió una carta al Papa en la que también solicitaba a Francisco disculparse por los abusos de la conquista.

El tesoro azteca ya fue solicitado por México en 1991 cuando el Gobierno exigió al país europeo la devolución de la pieza y no obtuvo una respuesta. En 2011, las autoridades mexicanas ofrecieron un intercambio temporal del penacho a cambio de la carroza dorada del emperador Maximiliano de Habsburgo que se exhibe en el Museo Nacional de Historia, en la capital. Pero aunque Austria aceptara el préstamo del tocado ahora, el traslado no sería sencillo. El penacho fue restaurado entre 2010 y 2012 por expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en el marco de un proyecto de cooperación entre México y Austria. Especialistas de ambos países coincidieron entonces en que su “frágil estado” no permitía el traslado por agua, tierra o aire hasta que exista una tecnología “que pueda impedir cualquier vibración”.

El reclamo del tocado obsequiado en 1519 por Moctezuma, que desconocía la inminente intención de los conquistadores de tomar su imperio, se da ahora en el marco de otras exigencias que el Gobierno de López Obrador impone también a España y a la Iglesia Católica. Durante su gira por Europa, Gutiérrez Müller también ha solicitado dos códices que actualmente están en Italia: el Codex Fiorentino, escrito entre 1540 y 1585 por fray Bernardino de Sahagún en náhuatl, latín y castellano, y el Codex Cospi o Bologna, un texto que revela los avances en matemáticas y astronomía de los nahuas anterior a la invasión española y que se encuentra en la Universidad de Bolonia. La historiadora y escritora también ha reclamado una serie de piezas arqueológicas a Francia y próximamente visitará Alemania, de acuerdo con fuentes de Presidencia, para continuar con la tarea de traer al país, al menos temporalmente, tesoros prehispánicos repartidos por el mundo.

Otros tesoros repartidos por el mundo

Códice maya de Dresde


Es uno de los cuatro manuscritos mayas que existen en todo el mundo y el más completo de los tres que quedan. Este libro de 39 páginas es parte de las colecciones de la Biblioteca del Estado de Sajonia y de la Universidad de Dresde. Llegó originalmente a España en 1519 enviado por Hernán Cortés al Rey. Desde España viajó a Austria y en 1739, Johann Christian Götze, director de la Biblioteca Real de Dresde se lo compró a un propietario privado de Viena. Durante la II Guerra Mundial, el códice fue alcanzado por los bombardeos y sufrió daños importantes por el agua, pero fue restaurado.

Máscara de Tezcatlipoca


Conservada en el Museo Británico de Londres, es una de las máscaras más espectaculares del mundo antiguo. Fue elaborada en el siglo XV sobre un cráneo humano con incrustaciones de turquesa, una cubierta de piel de venado y ojos de hierro pulido y concha blanca. Representa a Tezcatlipoca, dios del cielo y de la tierra, fuente de vida, tutela y amparo del hombre en la cultura mexica. La pieza fue donada al museo británico por el arqueólogo inglés Henry Christy, quien la adquirió de un comerciante y coleccionista llamado Bram Hertz. Este la compró en una colección privada en Brujas, Bélgica. 

La máscara de Quetzalcóatl

Dos serpientes de mosaico azul y verde turquesa que se entrelazan forman la prominente nariz retorcida y los ojos saltones asociados con Tlaloc, el dios de la lluvia, en esta máscara del siglo XV. La curadora de la exposición del Museo Nacional Británico, Elisenda Vila Llonch, relata que el sacerdote que servía a Tlaloc en el Templo Mayor de Tenochtitlan pudo haber usado una máscara como esta como parte de su atuendo. El museo adquirió esta pieza en una subasta de la colección del millonario Anatole Demidov, primer príncipe de San Donato, en 1870 en París.

Nican Mopohua


Una copia parcial datada en 1556 del manuscrito con el relato en náhuatl de las apariciones de la santísima Virgen en México bajo la advocación de Guadalupe se puede encontrar en la Biblioteca Pública de Nueva York desde 1880. Los documentos llegaron a Estados Unidos a través de la venta en Londres de una serie de libros sobre México de la biblioteca personal del historiador mexicano José Fernando Ramírez. 

Serpiente azteca de dos cabezas

Este adorno para el pecho está tallado en una sola pieza de madera de cedro. La parte delantera de la serpiente y las dos cabezas están cubiertas con un mosaico turquesa, y el reverso ahuecado del cuerpo originalmente era dorado. Este maquizcóatl podría haber sido una insignia usada o sostenida por una efigie de Huitzilopochtli, según la comisaria Llonch. El Museo Nacional Británico conserva esta pieza desde 1892, cuando la compró por 100 libras esterlinas a la Duquesa Massimo, quien actuaba como intermediaria de un vendedor anónimo.

Códice Borbónico


Necesario para la comprensión del calendario mexica y las deidades y rituales asociados, este documento estuvo en España hasta la guerra de Independencia. Llegó un tiempo después a Francia de forma desconocida. Desde 1826 forma parte de la Biblioteca de la Asamblea Nacional de París. Este manuscrito de 14,2 metros de largo es el documento pictográfico por excelencia del grupo de códices aztecas.

Fuente: Diario El País - 12 de Octubre de 2020.

martes, 23 de junio de 2020

Hallan un “asombroso” anillo externo cerca de Stonehenge


Los restos encontrados por un equipo de varias universidades británicas abren nuevas vías de investigación y muestran "una sociedad mucho más compleja de los que hubiéramos imaginado"


Símbolo artúrico, templo de reunión de los druidas, misterio arqueológico, Patrimonio de la Humanidad y lugar de peregrinación de miles de personas que cada año acuden a ver el espectacular amanecer en el solsticio de verano, el complejo funerario de Stonehenge sigue siendo un misterio que cada vez se revela más complejo.

Arqueólogos británicos han descubierto una alineación de pozos prehistóricos, en forma de inmenso anillo externo, construida hace aproximadamente 4.500 años, cerca del monumento megalítico ubicado en el sur de Inglaterra, uno de los lugares más visitados por los turistas. El hallazgo abre nuevas vías de investigación sobre un conjunto arquitectónico que mantienen multitud de incógnitas. “El tamaño de los pozos y el circuito que forman rodeando el Muro de Durrington no tiene precedentes en Reino Unido”, señalan los investigadores. El muro no es tan conocido como el crómlech (el círculo de menhires clavados a la tierra). Apenas unos surcos indican la existencia de uno de los mayores asentamientos en Europa, hace casi 5.000 años.

Animación que recrea el lugar de los hallazgos y el eje que formarían.UNIVERSIDAD DE BRADFORD / REUTERS
Unos trabajos de campo realizados por científicos de distintas universidades han permitido hallar un círculo de unos dos kilómetros con varios pozos de más de 10 metros de diámetro y cinco de profundidad a unos tres kilómetros de Stonehenge. En este proyecto han trabajado expertos de las universidades británicas de St Andrews, Birmingham, Warwick, Glasgow y Trinity Saint David de Gales. Las pruebas realizadas sobre el terreno sugieren que el anillo es neolítico y se estima que los 20 pozos que tiene pudieron servir como perímetro a una zona sagrada, según los arqueólogos. La mayoría de ellos habían permanecido ocultos, o simplemente se creyó que eran construcciones para labores de pastoreo. “Restos de sílex tallado y de huesos fueron recuperados en los sedimentos primarios y las pruebas de carbono 14 han mostrado rastros de origen neolítico en el limo más profundo de uno de los pozos”, han explicado los responsables del hallazgo en la página web Internet Archaeology, donde se ha dado a conocer la noticia.

Los investigadores han resaltado el grado de exactitud con que los responsables de la construcción midieron la distancia desde la construcción de piedra central a los pozos, que trazan un círculo que indica ciertos conocimientos matemáticos y una intención de otorgar sacralidad al lugar.

Para Nick Snashall, arqueóloga del National Trust (un organismo que preserva lugares históricos), el “asombroso descubrimiento” permite conocer más sobre la vida y las creencias de los antepasados neolíticos, según ha explicado a Reuters. “Los sensores remotos y un muestreo cuidadoso nos da una idea del pasado y muestra a una sociedad mucho más compleja de lo que nos hubiéramos imaginado”, señaló Richard Bates, de la Escuela de la Tierra y el Medioambiente de St. Andrews. ”Unas prácticas claramente sofisticadas demuestran que la gente estaba en consonancia con la naturaleza hasta un punto que apenas puede ser concebido en el mundo moderno”, añadió.

Los arqueólogos han resaltado también que este hallazgo permite conocer un poco más sobre el paisaje que dominaba Stonehenge hace miles de años. Los expertos utilizaron una mezcla de trabajo arqueológico y labores detectivescas en un proceso que no necesitó excavaciones para llegar a este “extraordinario descubrimiento” y redactar “un nuevo capítulo en la historia del paisaje de Stonehenge”, añadió Snashall.


Stonehenge es un monumento megalítico construido entre el final del Neolítico y principios de la Edad de Bronce cerca de la localidad de Amesbury, en el condado de Wiltshire, y se estima que era utilizado como templo o centro de reunión. No es la primera vez que hay un hallazgo de grandes magnitudes en una zona continuamente inspeccionada. En 2014 se descubrió, a apenas tres kilómetros de Stonehenge y enterrado a un metro de profundidad, los restos de un inmenso monumento megalítico formado por 90 rocas de hasta 4,5 metros de altura, originalmente dispuestas en un semicírculo de un kilómetro y medio de circunferencia. El hallazgo, anunciado en el Festival Científico de Bradford, constituía en aquel momento “el mayor monumento de piedra jamás descubierto en Reino Unido y posiblemente en Europa”, según el arqueólogo Vince Gaffney, al frente de la investigación.

Fuente: Diario El Paìs (España) - 22 de Junio de 2020

jueves, 22 de agosto de 2019

De botella de plástico a colegio en Costa de Marfil



Unicef lidera, junto con una empresa social colombiana, un proyecto para construir 528 clases con ladrillos hechos de plástico reciclado

En Costa de Marfil, sobran residuos plásticos y faltan colegios. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), aliado con la empresa social colombiana Conceptos Plásticos, ha logrado cuadrar esta ecuación: construir clases con plástico reciclado. Ya hay nueve en uso. Y se planea construir al menos otras 519, que en total acogerán unos 25.000 estudiantes (50 como máximo por aula, en vez de los 90 o 100 que son habituales ahora).

“Estamos muy a gusto en las nuevas clases en comparación con las antiguas, que estaban hechas con materiales provisionales que, desafortunadamente, fueron destruidos por fuertes vientos”, asegura por teléfono Koffi Konan, director de uno de los primeros colegios en albergar esta iniciativa. Situado en Sakassou, una localidad rural a tres horas de Abiyán (la capital económica y la ciudad más poblada del país), este centro fue seleccionado por ser uno de los que tenían carencias más urgentes.

Como en la escuela de Konan, la necesidad de infraestructuras educativas en Costa de Marfil es apremiante. De acuerdo con Unicef, en total hacen falta unas 15.000 clases. “En ciertas áreas, por primera vez, los niños de preescolar en los vecindarios pobres no tendrán que compartir el espacio con otros 100 estudiantes", plantea en un comunicado Aboubacar Kampo, representante hasta hace poco de Unicef en este país y uno de los impulsores del proyecto.


Problema global, oportunidad local

¿Por qué plástico? “La contaminación por este material es un problema global, que genera grandes riesgos para el medioambiente y la salud, también aquí”, explica en conversación telefónica Sophie Chavanel, jefa de comunicación de Unicef en Costa de Marfil. Además, agrega, "en este país, como en muchos otros de África occidental, aún hay muchas desigualdades y carencias".

Según la ONU, la gestión inadecuada de los desechos provoca el 60% de casos de malaria, diarrea y neumonía en los niños, afecciones que destacan entre las principales causas de mortalidad infantil en esta zona. Al obstruir alcantarillas y proporcionar lugares de cría para los mosquitos y las plagas, los plásticos contribuyen a la propagación de estas enfermedades. Solo en Abiyán, Unicef estima que se producen más de 280 toneladas de desechos de este tipo al día y se recicla apenas el cinco por ciento.

“Hay exceso de residuos plásticos y necesidad de aulas, y existe una tecnología que permite producir ladrillos de plástico reciclado de gran calidad; es una oportunidad para abordar a la vez estos problemas”, detalla Chavanel. Además, se añade un efecto secundario positivo: “Se ofrece a personas en situación vulnerable una mejor manera de ganarse la vida”.

Se trata de quienes recolectan residuos plásticos, que suelen ser mujeres. Como Mariam Coulibaly, que a sus 33 años lleva nueve desarrollando esta tarea. “Salgo a las cinco de la mañana, buscando plástico por la calle, especialmente botellas, y vuelvo a casa sobre las diez, para atender a mis hijos. Voy de nuevo por la tarde, desde las seis hasta las ocho o las nueve”, explica telefónicamente desde Abobo, el barrio al norte de Abiyán donde vive con sus cuatro hijos, su marido y dos de sus hermanos, un poco más jóvenes que ella.

Coulibaly comenzó a recoger plásticos siguiendo el ejemplo de su madre, por no encontrar otro trabajo. Su marido es taxista y su hermano tiene pequeños empleos, como ofrecer servicios telefónicos desde su móvil, así que entre todos suman. Ella consigue unos 20.000 francos CFA de África occidental (XOF) por semana, equivalentes a unos 30 euros.
Nueva fábrica

La recolectora se muestra muy esperanzada con la puesta en marcha de la futura fábrica de ladrillos de plástico reciclado que se está construyendo en Abiyán. Hasta ahora, las primeras clases se han construido con ladrillos exportados de Colombia. A partir de finales de año, cuando se prevé que la nueva planta comenzará a funcionar, recuperará unas 9.600 toneladas de residuos anualmente y se espera que mejorará las condiciones de mujeres como Coulibaly.


“Ya nos hemos reunido con la gente de Conceptos Plásticos, que nos han explicado cómo funcionará la venta y creo que será más fácil”, detalla la marfileña. “Nos asociamos con Unicef en este proyecto porque queremos que nuestro modelo de negocio tenga un impacto social. Al convertir la contaminación plástica en una oportunidad, queremos ayudar a sacar a las mujeres de la pobreza y dejar un mundo mejor para los niños”, afirma Isabel Cristina Gámez, cofundadora y directora ejecutiva de Conceptos Plásticos.

Según detallan desde la empresa colombiana, su tecnología convierte el plástico usado en ladrillos modulares, tipo bloques de Lego, que se ensamblan fácilmente. Una casa para una sola familia, aseguran, se puede construir, entre cuatro personas sin experiencia, en solo cinco días.

Asimismo, son duraderos y tienen un bajo coste. Estiman que son un 40% más baratos y un 20% más livianos y, por tanto, más fáciles y económicos de transportar que los materiales convencionales. También son impermeables, retardantes del fuego, aislantes del calor y están diseñados para resistir fuertes vientos y terremotos.

“Al principio había dudas porque jamás habíamos escuchado hablar de ladrillos de plástico, pero la realidad hoy es que los reparos han desaparecido”, afirma Konan, el director del colegio de Sakassou. Ahora, apostilla, “niños, hombres y mujeres están todos convencidos y felices” con los nuevos edificios.

Konan se muestra seguro de la durabilidad del material: “Con un martillo se pueden romper fácilmente los ladrillos de hormigón, pero con los de plástico es imposible”. Y, para posibles escépticos, confirma que aíslan mejor de las altas temperaturas: “Hace verdaderamente fresco, no calor al mediodía como en el edificio de hormigón”.

Junto con las de Sakassou, de momento, se han construido aulas en Divo, otra localidad rural, y Gonzagueville, un barrio de Abiyán. “Esperamos conseguir más financiación para seguir expandiendo este proyecto, tan necesario y exitoso”, asegura Chavanel, de comunicación de Unicef en Costa de Marfil.

Además, a nivel general, esta agencia de la ONU planea también extender la iniciativa a otros países de África occidental y central. Según sus datos, de todos los niños no escolarizados en el mundo, un tercio de los que están en edad de cursar la primaria y un quinto de los que están en el primer ciclo de secundaria viven en esta región.

Una pésima cifra que ha comenzado a reducirse en Costa de Marfil, como señala Kampo, el exrepresentante de Unicef en este país: “Los niños que nunca pensaron que habría un lugar para ellos en la escuela podrán aprender y prosperar en un aula nueva y limpia". Y 100% reciclada.

Fuente: Diario El Pais (España) - 22 de Agosto de 2019