Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

domingo, 25 de marzo de 2018

Olvidados


Por Wendy Marton – Columna de Opinión en el Diario Última Hora (Asunción – Paraguay)

Casi siempre están en un grupo de cinco. A veces se suman otros. Esperan que empiece a anochecer para juntarse y sentarse en el marco de la ventana de un viejo estacionamiento. Miran a quienes pasan a su lado con la misma indiferencia con que la sociedad los trata.

Los menores fuman y se drogan mientras ven cómo la vida capitalina los ignora. Caminan descalzos y andrajosos y solo hablan entre ellos.

Tienen una edad promedio de 15 años. Están aquí hace varios meses, apostados frente a la sede de un Congreso que se blinda ante la corrupción y esquiva la mirada ante la realidad de miles de paraguayos.

Tan cegados como el Instituto Paraguayo del Indígena (Indi) o la Secretaría de la Niñez (SNNA), que a pesar de tener presupuesto para asistencia están sumidos en la burocracia y las excusas propias de quienes al llegar a un puesto están más preocupados por mantenerse allí que por buscar soluciones estructurales.

La mayoría de los indígenas provienen de la ciudad de Doctor Juan Eulogio Estigarribia, más conocida como Campo Nueve, Departamento de Caaguazú. Los nativos pertenecen a la parcialidad Mbya Guaraní.

Pero no son los únicos olvidados. En todo el país sufren las precariedades de un Estado ausente. En Puerto Casado, alumnos indígenas de la etnia Maskoy atraviesan penurias con el propósito de seguir sus estudios de nivel medio.


Los nativos acuden a colegios agropecuarios para obtener una profesión que les sea útil de forma personal y comunitaria. Pero las decenas de peripecias que deben sortear por el camino no importan a las instituciones públicas.

No tienen caminos de todo tiempo, deben cruzar en botes para llegar a su destino.

A esto se suman los datos del Ministerio de Salud, los cuales revelan que los casos de tuberculosis afectan en mayor medida a las comunidades indígenas que habitan la zona chaqueña, debido a la falta vías de todo tiempo.

Las entidades estatales alegan que la cultura indígena les imposibilita darles mejor asistencia. Excusas para un Estado que no trata de formar profesionales que asistan a los pueblos originarios.

El presupuesto del Indi para este año asciende a G. 81.832 millones (USD 14,8 millones), de los cuales más de USD 13,4 millones son para programas de acción, es decir, para atención integral a las comunidades indígenas.

Si bien el Indi promociona en su página web acciones de apoyo a las comunidades indígenas, estas aún son insuficientes para mejorar la calidad de vida de los pueblos originarios.

Ello, debido a que esta institución no puede ni debe trabajar en forma descoordinada con otras instituciones. Dotar de caminos de todo tiempo necesita de una planificación conjunta con el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, mientras que para ofrecer mejores condiciones de educación la labor debe intensificarse con el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) y con el Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP), enfocada a cada etnia.

Además, el Ministerio de Salud necesita contar con un plan que permita llegar a todas las comunidades y tratar enfermedades básicas.

Los mecanismos aplicados hasta el momento para asistir a los pueblos originarios son insuficientes, por lo cual urge hacer una revisión y tomar las medidas necesarias para que vivan acorde a lo que se merecen.

Fuente: Última Hora (Asunción-Paraguay) – 25 de Marzo de 2.018

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