Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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sábado, 21 de enero de 2017

Wirikuta, el lugar más ancestral de tierras originarias en México

Wirikuta es uno de los territorios más sagrados del pueblo indígena Wizarika y los habitantes lo han considerado como el corazón de México, debido a que, según sus creencias, es aquí donde se dio inicio la creación del mundo.

Este afamado lugar es conocido como la tierra mágica del peyote y es aquí donde se efectuaron muchos de los rituales mexicanos, según los nativos. Está compuesto aproximadamente por unas 140.000 hectáreas, pertenecientes a la entidad de San Luis de Potosí. Este espacio es sagrado para los originarios wixarricas, ya que sus creencias aseguran que es en sus tierras donde se dio lugar a la creación del mundo.

Por tal razón, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) la integró a la red mundial de sitios sagrados.

Los wixaricas aseguraron que en la costa del Océano Pacífico, en parte del área del municipio San Blas, se encuentra el tatéi Haramara, también conocido como Isla de Rey o Estero del Rey. Es en este lugar donde los originarios afirman que salió por vez primera el sol y es ahí donde residen los dioses y espíritus ancestrales. Por ello, consideran que cada elemento natural que forma parte de este territorio tiene un valor sagrado.

Se conoció que entre los meses de octubre y marzo se realiza la recreación del caminar de las deidades desde el mar en Haramara, al este, hasta Reunax, un área en donde resurgió la gran estrella solar y que actualmente es el Cerro Quemado (Leunaxü). Los originarios aseguran que, ahí, los seres omnipotentes fueron guiados por el abuelo fuego Tatewari y posteriormente llegó un venado que con sus cuernos elevó el disco solar al cielo, brindando así luz al mundo.


La primera parte de este peregrinaje consiste en caminar hasta Takata, un sitio sagrado en la Sierra Madre Oriental, en la que los jicareros o guardianes de los templos piden por un buen camino. Luego se parte hacia un templo mayor, kalihuey, en donde se prepara, conjuntamente con otras autoridades huicholas, el recorrido a llevar a cabo hasta el destino, que es Wirikuta. Así lo describió la fuente de Universis México.

Este importante territorio compone un gran simbolismo para toda la población de pueblos originarios que componen la zona de San Luis de Potosí y por tal razón esta sagrada tierra se encuentra protegida en los artículos 6 y 7 del Convenio 169 de los pueblos indígenas y tribales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Este lugar se encuentra convalidado por el presidente de la República de México; es por esto que se estableció que los gobiernos deberán consultar con los pueblos indígenas cuando dicho territorio, el cual es naturalmente sagrado, vaya a ser afectado por alguna decisión gubernamental o de cualquier otro tipo.

Las tierras donde aún viven los pueblos originarios de América Latina son consideradas como tierras sagradas o fértiles. Es por esta razón que existe tanta disputa entre las empresas y organizaciones lucrativas y los nativos de las tierras donde aún habitan los pueblos originarios. Debido a la historia y tradición que estos aún conservan.

Fuente: Segundo Enfoque 19 de Enero de 2.017

domingo, 1 de noviembre de 2015

La Leyenda del Venado Azul


Los ancianos nos contaban que hace mucho, mucho tiempo, en la Sierra Huichol los abuelos se reunieron para discutir sobre su situación. La gente se encontraba enferma, no había ni agua ni comida, no llovía y la tierra estaba seca. Ellos decidieron entonces, enviar a cuatro jóvenes de cacería, con la tarea de encontrar alimentos y llevarlos a la comunidad para compartirlos, no importando lo poco o mucho que obtuvieran cazando. Cada uno de los jóvenes representaría un elemento: fuego, agua, aire y tierra.

La mañana siguiente, los jóvenes comenzaron la jornada, cada uno cargando su arco y flechas. Caminaron durante días hasta que, una tarde, saltó detrás de unos arbustos, un venado grande y gordo. Los jóvenes se encontraban exhaustos y hambrientos pero, cuando vieron al venado, se olvidaron de todo y comenzaron a correr tras de él, sin perderlo de vista. El venado miró a los jóvenes y sintió compasión por ellos. Los dejó descansar una noche y, el siguiente día los incitó para que continuaran la persecución.


Pasaron muchas semanas antes de llegar a Wirikuta (en el desierto de San Luis, camino sagrado de los Huicholes). Cuando los, jóvenes se encontraban en el camino de la colina, cerca del cerro de las Narices, vieron al venado saltar en dirección al lugar donde habita el espíritu de la tierra. Juraban que habían visto al venado correr en esa dirección, y trataron de encontrarlo sin éxito. De repente uno de los jóvenes disparó una flecha que cayó dentro de la figura de un venado, formada por las plantas de peyote que había en la tierra que, con el sol, brillaban como lo hacen las esmeraldas, mirando hacia una sola dirección.

Los jóvenes se encontraban confundidos por lo que había pasado, pero decidieron cortar las plantas formado la figura del Marratutuyari (venado) para llevarlas al pueblo. Después de caminar durante varios días, llegaron a la montaña Huichola, donde todos les estaban esperando. Dirigiéndose inmediatamente a los ancianos, les contaron su experiencia. Los ancianos comenzaron a repartir el peyote entre la población y, después de un tiempo, y no sintieron más hambre o sed.

Desde entonces, los huicholes adoran al peyote que, al mismo tiempo es venado y maíz, su espíritu guía. Así que, cada año desde entonces, continúan peregrinando, manteniendo la ruta viva desde la sierra Huichola hasta Wirikuta, para pedirle a Dios lluvia, comida y salud para su gente.

Fuente: Teresa Delgado Luque. Blog: Querido Ser Humano

http://queridoserhumano.blogspot.com.ar/2015/11/leyenda-del-venado-azul.html?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed:+QueridoSerHumano+%28Querido+Ser+Humano:%29

viernes, 27 de marzo de 2015

Ojos de Dios – Cultura Huichol

El padre o la madre del pequeño es quien hace el ojo de dios, como una especie de protección a los niños. El Ojo de Dios es una de las artesanías más típicas. Consiste en un conjunto de cinco rombos a base de cruces de madera tejidos con vistosos y múltiples colores.

Tiene varios significados: cuando nace un niño huichol y cumple un año de edad, conocido como Wirraca o ave que canta se lleva una ofrenda al templo o Kalihuey un ojo de dios que contiene un solo rombo; cumple dos años de edad se lleva un ojo de dios con dos rombos; y así año con año hasta completar cinco años de edad; porque suponen que a partir de esta edad el niño podrá llevar por sí sólo las ofrendas a sus dioses. 

Es entonces cuando padre e hijo se dirigen al mar y arrojan el ojo de dios, así dan gracias porque el niño hasta los cinco años, la edad más difícil sin ser atacado por alguno de los animales ponzoñosos como los alacranes.

También simboliza los cinco puntos cardinales del indígena; Norte, Sur, Oriente y Poniente; arriba y abajo. 


Los colores del ojo de dios o Tzicuri, simbolizan el poder y sirve para ver y entender las cosas desconocidas, cada color tiene un significado:

1. El negro es vida, es el color de Tatei Aramara (Océano Pacífico) donde vive la gran serpiente devoradora de hombres.
2. El azul es el color de la lluvia y el agua simbolizando por Rapawiyene y la laguna de Chapala.

3. El blanco está asociado con las nubes, por lo cual los huicholes colocan pedacitos de algodón en las jícaras para pedir la lluvia, también significa la muerte.
4. El rojo significa la vida de Dios en el oriente, la zona de Parierekua, residencia del Dios Peyote.

5. El morado es la vida del hombre.

En el aspecto textil, el huichol porta un suntuoso vestuario de manta ricamente bordado con hilo de colores y representando generalmente aves, venados, flores geométricas; el maíz, el peyote, el fuego y el sol.

En la peregrinación a Wirikuta los wixaritari recrean el transitar de sus antepasados recogiendo a cada paso su memoria guiados por los maraka´ate, cantadores dedicados a proteger el sol y procurar que éste permanezca alejado de la tierra y que así no pueda ser atacado por la serpiente de dos cabezas que amenaza al mundo con devolverlo a la oscuridad. 
Tatewari, el abuelo fuego, guió a los antepasados de los wixaritari al amanecer y fue gracias a él que los xukurikate llegaron al Cerro del Quemado, lugar donde nació el sol.

Fuente: Awka Malen

domingo, 6 de julio de 2014

Tzicuri , el ojo de Dios de los huicholes, wixárikas o wixáricas.


El padre o la madre del pequeño es quien hace el ojo de dios, como una especie de protección a los niños. El Ojo de Dios es una de las artesanías más típicas. Consiste en un conjunto de cinco rombos a base de cruces de madera tejidos con vistosos y múltiples colores.

Tiene varios significados: cuando nace un niño huichol autodenominados wixárikas y cumple un año de edad, conocido como Wirraca o ave que canta se lleva una ofrenda al templo o Kalihuey un ojo de dios que contiene un solo rombo; cumple dos años de edad se lleva un ojo de dios con dos rombos; y así año con año hasta completar cinco años de edad; porque suponen que a partir de esta edad el niño podrá llevar por sí sólo las ofrendas a sus dioses. 

Es entonces cuando padre e hijo se dirigen al mar y arrojan el ojo de dios, así dan gracias porque el niño hasta los cinco años, la edad más difícil sin ser atacado por alguno de los animales ponzoñosos como los alacranes.También simboliza los cinco puntos cardinales del indígena; Norte, Sur, Oriente y Poniente; arriba y abajo. 
Los colores del ojo de dios o Tzicuri, simbolizan el poder y sirve para ver y entender las cosas desconocidas, cada color tiene un significado:


1. El negro es vida, es el color de Tatei Aramara (Océano Pacífico) donde vive la gran serpiente devoradora de hombres.
2. El azul es el color de la lluvia y el agua simbolizando por Rapawiyene y la laguna de Chapala.
3. El blanco está asociado con las nubes, por lo cual los huicholes colocan pedacitos de algodón en las jícaras para pedir la lluvia, también significa la muerte.
4. El rojo significa la vida de Dios en el oriente, la zona de Parierekua, residencia del Dios Peyote.
5. El morado es la vida del hombreEn el aspecto textil, el huichol porta un suntuoso vestuario de manta ricamente bordado con hilo de colores y representando generalmente aves, venados, flores geométricas; el maíz, el peyote, el fuego y el sol.

En la peregrinación a Wirikuta los wixaritari recrean el transitar de sus antepasados recogiendo a cada paso su memoria guiados por los maraka´ate, cantadores dedicados a proteger el sol y procurar que éste permanezca alejado de la tierra y que así no pueda ser atacado por la serpiente de dos cabezas que amenaza al mundo con devolverlo a la oscuridad. 
Tatewari, el abuelo fuego, guió a los antepasados de los wixaritari al amanecer y fue gracias a él que los xukurikate ]llegaron al Cerro del Quemado, lugar donde nació el sol.

En Wikipedia se explica que: El "ojo de Dios" (tsik+ri) es la figura instrumental religiosa más conocida de la cultura huichola. Representa los cinco puntos cardinales del cosmos wixárika -oriente, poniente, norte, sur y centro- y en él se reivindica al oriente, donde surge "abuelo fuego", punto geográfico más importante del universo. Un "ojo de Dios" equivale a un año en la vida de un niño y cada año, después de su iniciación en la "Fiesta del tambor" apenas recién nacido, su padre debe elaborar uno hasta que cumpla cinco años de edad, para que siempre esté protegido. Estos amuletos integran un "árbol cósmico" que se tira al mar en un lugar sagrado que los wixárikas tienen en San Blas, Nayarit.

Fuentes: Awka Malen.

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