Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

Mostrando entradas con la etiqueta Pueblos Indígenas del Brasil. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Pueblos Indígenas del Brasil. Mostrar todas las entradas

sábado, 23 de septiembre de 2023

Claves sobre la demarcación de tierras indígenas en Brasil




Brasilia (AFP) – La corte suprema de Brasil derribó este jueves el llamado "marco temporal", una tesis que amenazaba el reconocimiento de las tierras indígenas.


Estas son las claves sobre la demarcación de las tierras indígenas y del juicio en el Supremo Tribunal Federal (STF).
¿Cuáles son las tierras indígenas en Brasil?

Las Tierras Indígenas (TI) son "porciones dentro del territorio nacional habitadas por una o más comunidades indígenas (...) para usufructo indígena", según la Fundación Nacional de los Pueblos Indígenas (Funai), órgano gubernamental encargado de demarcar y promover el desarrollo de esas áreas.

Ese reconocimiento, asegurado en la Constitución brasileña, les otorga el derecho inalienable a ocupar sus tierras ancestrales y el uso exclusivo de sus recursos naturales, para preservar su modo de vida tradicional.




Según cifras de la Funai, las TI ocupan 13,75% del territorio de Brasil, la mayoría en la Amazonía.
¿Cómo estas reservas ayudan al medioambiente?

Según la ciencia, las reservas indígenas ayudan a preservar el medioambiente.

Un estudio del Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y la consultora Climate Focus concluyó en marzo de 2022 que las tierras boscosas de los pueblos originarios de Brasil, Colombia, México y Perú "capturan más del doble de carbono que las no indígenas".

Ello, indicó, se debe a sus prácticas tradicionales y sostenibles, y al hecho de que en gran parte se trata de bosques vírgenes.

Los beneficios de delimitar territorios indígenas también se observan en otros biomas, como los bosques atlánticos de la costa de Brasil, según un estudio publicado en enero por la revista científica británica PNAS Nexus.

"Otorgar títulos de propiedad a los pueblos indígenas es crucial si queremos garantizar el fin de la deforestación y preservar el equilibrio climático", según el Instituto de Investigación Medioambiental de la Amazonía de Brasil.

¿Cuáles eran las consecuencias del "marco temporal"?

Si la tesis del marco temporal era aprobada, las comunidades ancestrales podían ser expulsadas de sus tierras de no demostrar que estaban ahí asentadas cuando fue promulgada la Constitución, en 1988.

Según la ONG Instituto Socioambiental, casi un tercio de las más de 700 reservas indígenas existentes en Brasil -la mayoría en la Amazonía- estaban amenazadas por la regla del "marco temporal" debido a que todavía no han sido demarcadas.
¿Qué falta definir?

También sopesarán compensaciones a indígenas en caso de que no sea posible conceder un área reivindicada.

El juez Alexandre de Moraes propuso, por ejemplo, la posibilidad de compensar a los pueblos ancestrales con tierras alternativas en caso de que sea imposible entregar un área requerida.

© 2023 AFP - 21 de Septiembre de 2023







lunes, 24 de abril de 2023

Alessandra Korap Munduruku indígena amazónica, gana el premio medioambiental Goldman




Alessandra Korap Munduruku, líder de la comunidad indígena mundurukú de Brasil, fue galardonada con el Premio Goldman por su exitosa lucha contra la minería en la selva amazónica.

El premio, conocido como "el Nobel verde", reconoce el activismo de base para la protección del medio ambiente y la conservación de los recursos naturales.

Gracias al trabajo de Korap y al de otros grupos, grandes empresas mineras —como Anglo American y Vale— han renunciado a proyectos de exploración en el territorio indígena, que aún no está oficialmente demarcado y reconocido por las autoridades brasileñas.

Korap, de 39 años, es presidenta de la Asociación Indígena Pairi, que apoya a las comunidades que habitan en la región que comprende la cuenca del río Tapajós, en Pará, en el norte de Brasil.

Fuente: BBC Mundo Noticias
https://www.bbc.com/mundo/noticias-65376413


martes, 7 de septiembre de 2021

“Somos vistos como extranjeros en nuestro país”: los indígenas de Brasil reclaman su derecho a la tierra

Cientos de miembros de pueblos nativos han acampado en Brasilia para presenciar un juicio histórico en el Supremo que definirá la demarcación de sus territorios.




Frente a las puertas del imponente edificio del Tribunal Supremo Federal (STF) en Brasilia se siente el humo y el olor a barbacoa del vendedor ambulante que ofrece bocadillos a los poco más de 1.000 indígenas que están acampados. Es miércoles, 31 de agosto, y el grupo ve en una gran pantalla el juicio que puede determinar el futuro de todos los pueblos nativos de Brasil. Muchos están sentados, otros bailan con pinturas en la cara y en el cuerpo y con adornos de colores. Los magistrados de la Corte acaban de reanudar el juicio sobre el proceso del “hito temporal”, que definirá la demarcación de las tierras indígenas y el porvenir de los indios, y que continúa esta semana en la capital brasileña. El hito propone que solo se reconozcan los pueblos que estaban en sus tierras en 1988, el año en que se promulgó la Constitución después del régimen militar (1964-1985).

Hoy los indígenas son dueños de un 12,2% de las tierras de Brasil, según la Fundación Nacional del Indio (Funai). Sin embargo, varios pueblos pelean en la justicia por las tierras de sus ancestrales de donde fueron expulsados por dueños de haciendas, madereros y exploradores de piedras preciosas. Varios procesos de expulsión ocurrieron durante la dictadura, que dejó a los pueblos originarios vulnerables, mientras se priorizó el desarrollo económico en la selva. Durante la democracia se restauraron algunos de sus poderes y se demarcó parte de sus tierras.


A cuatro kilómetros del edificio de la Corte, cientos de indígenas de distintas etnias provenientes de todas las regiones del país armaron carpas donde protestan desde hace más de una semana para reivindicar el derecho a las tierras. “Somos vistos como extranjeros en nuestro propio país”, resume Valdelice Veron, una guaraní-kaiowá de Mato Grosso do Sul. Veron es alta, tiene ojos pequeños y una mirada triste. Aún así, muestra una gran disposición para resistir. “Hoy, a diferencia de cuando se promulgó la Constitución, hablamos portugués, no tenemos miedo. No saldremos de nuestros bosques y tampoco dejaremos salir a quienes entre".

El grupo cuenta con el apoyo de varios políticos que visitaron el campamento durante la semana. Guilherme Boulos (Partido Socialismo y Libertad), candidato en las últimas elecciones municipales, hizo acto de presencia este miércoles. Luís Inácio Lula da Silva (Partido de los Trabajadores) no acudió, pero envió un breve audio, que reprodujo la presidenta de su partido, Gleisi Hoffmann, en el que enaltecía la lucha indígena.

Tienen en contra, sin embargo, a la poderosa agroindustria interesada en avanzar con plantaciones de soja, creación de ganado y abrir espacio para carreteras. Son ellos quienes le dan soporte al presidente Bolsonaro en su cruzada por reducir el espacio de los indígenas. También la Cámara de los Diputados refuerza la lucha en contra los indígenas a través de un proyecto de ley, que impone la tesis del hito temporal en la legislación, que establece, entre otras cosas, la apertura de los territorios para la explotación de proyectos y permite el contacto con indígenas aislados.


Hoy existen 680 procesos de demarcación de tierras indígenas, de los cuales 443 son de territorios homologados, con sus límites definidos, y reconocidos oficialmente. Los demás son reivindicados por pueblos nativos cuyas delimitaciones están en trámite, bajo una compleja evaluación, que incluye la pesquisa antropológica de sus tierras ancestrales.

El juicio puede durar días o semanas. Durante toda la tarde del miércoles, la pantalla improvisada que veían los indígenas mostraba a abogados y activistas involucrados en el proceso haciendo sus defensas en este debate histórico. El hito temporal que desean los terratenientes puede excluir muchos de los procesos de demarcación que se arrastran hace años en la justicia y ponen en riesgo las tierras ya oficializadas como indígenas. “Los indígenas sin territorio no son indígenas”, dice Jaciene Brito, de la etnia tupinambá, en el estado de Bahía.

Lucas de Matos, de la etnia Bororó, recordaba a sus antepasados para fortalecer sus anhelos. “Si no tenemos buenas noticias, vamos a cantar, a llamar nuestros ancestros. Somos indígenas, no desistimos fácilmente”. Acampados desde hace más de diez días, muchos se despidieron de Brasilia este miércoles. Aun así, el campamento no se desmontará. Este fin de semana comenzaron a llegar mujeres indígenas para la marcha de las mujeres, que tendrá lugar entre el 7 y el 11 de septiembre. El acto genera la incertidumbre sobre posibles enfrentamientos, ya que empieza justo el día en que se espera que partidarios de Bolsonaro salgan a las calles para defender al presidente.


Fuente: El País (España) - 5 de Septiembre de 2021

https://elpais.com/internacional/2021-09-06/somos-vistos-como-extranjeros-en-nuestro-pais-los-indigenas-de-brasil-reclaman-su-derecho-a-la-tierra.html

domingo, 25 de abril de 2021

Dia da Terra: indígenas escrevem ‘Carta à Mãe Terra’ em nome de todos os povos tradicionais

22 de abril de 2021 Mônica Nunes


A impossibilidade de estarem juntos, ao vivo, por mais um ano devido à pandemia, não impediu os povos indígenas de realizarem, por meio de suas entidades, mais uma edição do Acampamento Terra Livre, a maior mobilização indígena do Brasil, que marca o mês de abril desde 2004.

Assim, como em 2019, debates, rituais e manifestos estão sendo promovidos virtualmente.

Como parte de suas atividades, hoje, Dia da Terra, às 16h, o acampamento realizou um grande ato – transmitido ao vivo e gravado – para “reafirmar nosso compromisso de luta, respeito e gratidão à Mãe Terra”, que foi complementado por uma linda carta endereçada à ela.

A carta-manifesto foi escrita pelos indígenas em nome de todos os povos tradicionais: indígenas, ribeirinhos, quilombolas, assentados e dos brasileiros nascidos e criados nessas comunidades.

Nela, eles lembram que “a luta pela Mãe Terra é a mãe de todas as lutas“.

É uma oração, um apelo, um pedido de desculpas e de perdão, uma declaração de confiança e de amor pela Terra e pelo futuro. Vale muito a leitura!

Leia o texto a seguir, na íntegra. Abaixo, o cartaz belíssimo desse encontro.


Carta à Mãe Terra

Querida Pacha Mama, generosa Mãe Terra,

Estamos aqui reunidos neste ato para mais uma vez reafirmar nosso compromisso e disposição de defender-te até o último dos nossos suspiros.

Neste Dia da Terra, celebrado todo 22 de abril, lembramos de quão generosa tu és, quanta abundância tu fornece e quantos presentes tu oferece aos teus filhos e filhas.

Falamos em nome daqueles que te entendem como um ecossistema integrado, em que as dimensões física, biológica, espiritual e energética de nossas existências dançam de maneira harmoniosa, possibilitando que uma infinidade de seres usufrua da tua obra.

Falamos em nome daqueles que possuem contigo uma conexão mais íntima – os indígenas, os ribeirinhos, os quilombolas, os assentados, os nascidos e criados em populações tradicionais – e que estão habituados aos ciclos da semeadura e da colheita, que exige de nós compromisso, trabalho árduo, respeito à natureza e sabedoria.

Estamos atualmente sob um grande desafio – uma pandemia de proporções globais, causada pela maneira descuidada e pretensiosa com a qual lidamos com a criação.

Esta pandemia está levando nossos entes queridos, mas não só: ela está mudando nossa economia, nossa política e o funcionamento da sociedade que optamos ser alguns séculos atrás.

Já entendemos que o capitalismo não traz as respostas que queremos, e as soluções que precisamos – e por isso precisa ser substituído por outro modo de vislumbrar a existência.

Cavamos em busca de ouro e minérios, destruindo tudo o que existe ao redor como se não houvesse amanhã – e sempre há.

Queimamos raízes, galhos e troncos, deixando cinzas e restos carbonizados onde antes havia cor e vida.

Deixamos que nossos santuários naturais sejam invadidos e vandalizados, causando feridas profundas em tua pele.

Poluímos as águas, desrespeitando os rios, lagos, mares e oceanos, assim como todos os seres que dependem delas.

Exterminamos os polinizadores e lançamos ao ar gases que condenam toda a vida.

Os sinais de nossa má atitude são evidentes: o clima mudou. Falta água para muitos; respirar é difícil em vários lugares; as frutas escasseiam; e muitos dos nossos são forçados ao deslocamento em busca de provisões e de melhores condições de vida.

Mas te pedimos, Generosa Mãe que cura – não desista de nós!

Perdoa aqueles que ainda não entenderam a força do sagrado feminino, a energia das mulheres e das contribuições que elas trazem às nossas lutas e vidas.

Perdoa aqueles que ainda advogam pela supremacia do homem sobre todas as outras formas de vida, sem entender que cada animal, cada planta, cada rio ou cachoeira, cada vale ou montanha, cada floresta ou cada savana, têm sua razão de ser.

Perdoa os teus filhos que ainda não entenderam que somos todos um só e que tudo está relacionado.

Perdoa teus filhos que ainda não entenderam que a vida se dá em ciclos – não há boa fortuna que não cobre seu preço, e não há tempo de fartura sem período de escassez. Por isso, o equilíbrio é fundamental.

Neste momento, com esta carta, prometemos a ti – com a força dos nossos maracá, jenipapo e urucum – lutarmos integralmente pela vida, fazendo dos nossos corpos árvores e, de nossos chãos, as últimas fronteiras na luta pela vida.

Amada Mãe,

Acolhe os pedidos desses teus filhos que sabem que sem ti nada brota e nada cresce.

Ajuda-nos a conceber um pensamento decolonial coletivo, mais próximo das tuas demandas, mais horizontal em suas visões, que valorize devidamente todas as tuas manifestações.

Apenas tu sabes do futuro que estamos fazendo por merecer. E confiamos no teu amor e na tua generosidade para nos guiar rumo a uma transformação restauradora, que alivie os sofrimentos e cure as feridas.

Pedimos a tua compaixão e um pouco mais de paciência.

Estamos aqui, estamos por ti e somos todos um só!

Foto: Apib/Divulgação

Mônica Nunes


Jornalista com experiência em revistas e internet, escreveu sobre moda, luxo, saúde, educação financeira e sustentabilidade. Trabalhou durante 14 anos na Editora Abril. Foi editora na revista Claudia, no site feminino Paralela, e colaborou com Você S.A. e Capricho. Por oito anos, dirigiu o premiado site Planeta Sustentável, da mesma editora, considerado pela United Nations Foundation como o maior portal no tema. Integrou a Rede de Mulheres Líderes em Sustentabilidade e, em 2015, participou da conferência TEDxSãoPaulo.

Fuente: Conexao Planeta

https://conexaoplaneta.com.br/blog/dia-da-terra-indigenas-escrevem-carta-a-mae-terra-em-nome-de-todos-os-povos-tradicionais/?fbclid=IwAR1rSLNAQEkOhCBaAq9-iYbta1vJl1UXwbvBXU3Ai1ITghO3ieACLaY3YAk#fechar



domingo, 20 de diciembre de 2020

Sabiduría ancestral, otra pérdida en la Amazonia

La pandemia sacó a la luz el abandono, la deforestación y desaparición del conocimiento milenario.



Además de dejar en evidencia las heridas del abandono estatal, múltiples deficiencias, la cruel deforestación y la violencia de la minería ilegal, uno de los efectos más desastrosos causados por el covid-19 en la Amazonia colombiana ha sido “la muerte de sabedores y sabedoras indígenas”, dice a EL TIEMPO una voz de la Fundación Gaia Amazonas, ONG colombiana que trabaja con los pueblos indígenas de la región desde hace más de 30 años.

Esas muertes no solo pusieron en riesgo la supervivencia física de nuestra Amazonia, sino “también sus sistemas culturales de conocimiento y manejo con los cuales se han cultivado y nutrido por milenios las selvas y los ríos, de los que depende hoy el frágil equilibrio del clima global. Cualquier menoscabo de la diversidad cultural es una pérdida irreparable de diversidad biológica”, sostiene.

Diagnosticar con exactitud los daños producidos por covid-19 en la Amazonia es difícil por las dificultades de acceso, pero el Instituto Nacional de Salud reportó que afectó a, por lo menos, 50 pueblos indígenas y que los más azotados fueron los tikuna con 401 casos confirmados, los murui-uitoto con 134 casos y los puinave con 45.

Los tikunas habitan longitudinalmente en Perú y Brasil y, longitudinalmente, entre el río Putumayo y el río Amazonas, abarcando el trapecio amazónico en Colombia, incluyendo el bajo Caquetá. Los murui-uitoto viven a lo largo de las orillas de los río Putumayo, Cara-Paraná e Igara Paraná, en Colombia, y en el norte de Perú, y los puinave en aldeas dispersas en la cuenca del río Inírida, en el oriente del Guaviare y en las fronteras colombianas con Brasil y Venezuela.

Han muerto 118 indígenas entre los 3.266 casos confirmados de covid, de los que 100 eran mayores de 50 años y 43 de 75 años. Con su muerte se perdió “un conocimiento invaluable para cada pueblo indígena afectado”, lamenta Gaia.

Al principio, la pandemia tomó la Amazonia por sorpresa, principalmente en capitales como Leticia, y produjo fallecimientos en serie, pero luego los indígenas encontraron salidas dentro de los conocimientos de su propia cultura para enfrentarlo.

Gaia explica que “otro aspecto fundamental que tienen los pueblos indígenas para enfrentar los retos generados por el covid-19, son sus Sistemas Alimentarios Indígenas Amazónicos (Saia). Los conocimientos culturales implicados en la producción y consecución de alimento tienen especial relevancia en situaciones de pandemia ya que en ellos confluyen los saberes para proteger, prevenir y curar”.
Los Saia se definen como la totalidad de conocimientos y relaciones sociales, que incluyen las de los seres de la naturaleza, que tienen relación con la producción y obtención de los alimentos considerados nutritivos.

“La característica fundamental de estos sistemas es que se sustentan en la reciprocidad y el equilibrio en las relaciones con todos los otros seres de la naturaleza”, explica la ONG.

Además, en los Saia existen la experiencia y el conocimiento milenario que hoy se requieren para garantizar un bioma amazónico conservado y resiliente y, como lógica de relacionamiento con la naturaleza, son un ejemplo mundial de alternativa al cambio climático.

La actividades relacionadas con los alimentos son un entramado de prácticas, saberes y comportamientos indígenas en las que se repiten interacciones con seres no humanos (plantas, animales y minerales) y otras entidades (dueños espirituales de los elementos de la naturaleza), integrando conocimientos y acciones que son propios de mujeres y hombres, de manera complementaria e interdependiente.

“Por eso, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), entre otros, han venido poniendo sobre la agenda política internacional la agroecología en sus diferentes expresiones culturales como estrategia para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible- ODS 2030”, afirma Gaia.

Para los indígenas amazónicos el covid es “una “enfermedad del mundo”, la cual es posible prevenir, manejar, tratar mediante el restablecimiento de las relaciones con los seres espirituales y el uso de plantas medicinales. En ese sentido, es posible afirmar que han tenido éxito”, añade.

La veloz propagación

La velocidad de la expansión del covid en la Amazonia se debió, principalmente, a que se trata de una región donde “confluyen las fronteras de 9 países, donde las geografías culturales de sus poblaciones locales e indígenas comparten territorios nacionales y donde los flujos de movimiento de las personas se dan principalmente por los ríos y sus afluentes, los cuales históricamente han servido como las principales vías de comunicación, comercio e intercambio”, según Gaia.

Todo esto se suma a la sostenida ausencia del Estado que ha redundado en una muy precaria o inexistente asistencia en servicios de salud. Además, complicó la situación el descuido con que se distribuyeron alimentos enviados desde Bogotá o desde otras ciudades amazónicas. También, la ignorancia y el irrespeto por las culturas indígenas que habitan la región.

Es decir, de “la prevalencia de políticas públicas de salud construidas sin tener en cuenta un diálogo intercultural, a partir del cual se podría reconocer como complementarias las prácticas y conocimientos locales y tradicionales que tienen las poblaciones amazónicas para prevenir, curar y manejar la salud y la enfermedad”.

“La persistente visión de la región como una zona de frontera ha contribuido a fomentar la presencia de un sinnúmero de actores que se dedican a la extracción indiscriminada de recursos y a economías extractivas ilegales como narcotráfico, minería, tráfico de fauna silvestre y madera, acaparamiento de tierras, etc., que transitan por la selva sin restricciones, invaden los territorios indígenas, incluso las áreas intangibles para la protección de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial (Piaci)”, denuncia Gaia.

Otro factor que favoreció la expansión del virus por la Amazonia fue su condición como frontera internacional y, en especial, por su proximidad, en la zona oriental, con un país tan afectado por el covid como Brasil.

“Teniendo como vecinos más cercanos a San Gabriel de Cachoeira, que al primero de diciembre reportó más de 4.800 casos de confirmados, o la influencia de Manaos, con un alarmante número de 71.325 contagios y siendo una de las poblaciones más afectadas en Brasil, era de esperarse que la propagación del virus por las vías fluviales hiciera su aparición en estos territorios”, afirma Gaia.

Otros flagelos y desafíos

A los desastres producidos por el covid se suman otros flagelos contra el medio ambiente, como la voraz deforestación y la minería ilegal, que envenena territorios y ríos con mercurio y afecta la cadena alimenticia.

La minería ilegal es uno de los grandes cánceres de la Amazonia y está haciendo metástasis. Se estima que existen en la actualidad unos 4.472 puntos de minería ilegal de los que el 83 % afecta varias hectáreas sobre los ríos de la Amazonia. Un 53,8 % de esos puntos se localizan en Brasil y el 32 por ciento restante en Venezuela, que apenas representa un 5,6 % de la región.

“En toda la Amazonia existen 664 territorios indígenas y 129 áreas naturales protegidas donde se presentan actividades mineras, según la Red Amazónica de Información Socio ambiental Georreferenciada (Raisg).

Por lo menos el 33 por ciento de la Amazonia está hoy bajo mayor presión que hace 8 años y las áreas más afectadas se ubican en regiones periféricas del bioma: en zonas montañosas y de piedemonte de la Amazonia occidental; especialmente en Ecuador, en el norte de Venezuela y en el sur de la Amazonia brasileña, según el reciente Atlas Amazonia bajo presión, elaborado por la Raisg.

Uno de los aspectos del problema, según Gaia, es “la precariedad del sistema de salud que dejó al descubierto el covid en la Amazonia y se focaliza en dos aspectos fundamentales: el escaso avance en la construcción e implementación de modelos realmente interculturales, a partir del reconocimiento efectivo de los sistemas de conocimiento y prácticas propias de los pueblos indígenas”.

También incluye los mecanismos para garantizar la complementariedad con el conocimiento biomédico y la pobreza institucional que afecta al actual sistema nacional de salud, caracterizado por la poca infraestructura, la deficiente dotación y su constante crisis financiera”.

“Esos aspectos constituyen los retos más importantes a mediano plazo, lo que implica una acción estatal más decidida para desarrollar un verdadero diálogo intercultural con los pueblos indígenas y construir un sistema de salud viable en lo cultural y sostenible en lo financiero”, sostiene Gaia.

Y, tal vez, en ese abismo que existe entre lo que son y lo que el Gobierno interpreta que son los pueblos indígenas radicaron algunas de las fallas de la asistencia durante la actual pandemia.

“La ayuda directa del Gobierno a los pueblos indígenas se concentró en el envío de mercados desde una perspectiva de seguridad alimentaria, muy similar a la adoptada para poblaciones vulnerables en contextos urbanos, pero había que tener en cuenta que los pueblos indígenas tienen sistemas alimentarios propios, en cuyo fortalecimiento se debe concentrar la perspectiva estatal”, afirma Gaia.

Por eso, esa institución y otras ONG ambientalistas tuvieron que construir paquetes de ayuda, con el auxilio de las comunidades, que incluían anzuelos, nailon, mecheras, sal, pilas y otras cosas, indispensables para mantener la autonomía alimentaria y limitar el desplazamiento de los indígenas a centros urbanos donde podían contagiarse.

Para Gaia, nos enfrentamos en la Amazonia a dos grandes desafíos que requieren cuidados urgentes:

1) La vigencia de los Saia como patrimonio cultural inmaterial, que se encuentran en riesgo frente al avance de la pandemia del covid 19.

2) Que en los Saia “está parte de la solución para la prevención de futuras enfermedades infectocontagiosas de origen viral derivadas de la degradación ambiental y la pérdida de equilibrio ecológico en ecosistemas aislados de la sociedad industrial”.

Por lo anterior es importante que los Estados avancen en la construcción de relaciones colaborativas con los pueblos indígenas, basadas en el diálogo intercultural como herramienta y asuman la importancia de sus conocimientos y prácticas culturales para establecer una nueva visión en el desarrollo y preservación de la Amazonia.

Escrito por Gloria Helena Rey
Especial para EL TIEMPO - (Colombia) - 18 de Diciembre de 2020

https://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/coronavirus-en-amazonas-sabiduria-ancestral-otra-perdida-en-la-amazonia-555779

lunes, 16 de noviembre de 2020

Las muertes de ancianos por la COVID-19 ponen en peligro los idiomas indígenas


Por Jill Langlois 
National Geographic
Fotografías de Rafael Vilela

«Nos preocupa mucho», dice una líder indígena. «Tienen mucho más que contarnos».



Eliézer Puruborá, una de las últimas personas que creció hablando el idioma puruborá, falleció de COVID-19 en Brasil a principios de este año. Su muerte a los 92 años ha debilitado el poco control que tiene este pueblo sobre su idioma.

Los idiomas indígenas de Brasil han estado amenazados desde la llegada de los europeos. Solo siguen hablándose unos 181 de los 1500 idiomas que existían y la mayoría tiene menos de mil hablantes. Algunos grupos indígenas, sobre todo aquellos con poblaciones más grandes, como los mbyá guaraníes, han logrado mantener su idioma materno. Pero los idiomas de grupos más pequeños, como los puruborás, con unos 220 miembros, están a punto de extinguirse.

La pandemia está agravando esta frágil situación. Se estima que hay más de 39 000 casos de coronavirus entre indígenas brasileños, entre ellos seis puruborás, y hasta 877 muertes. La COVID-19 está llevándose las vidas de ancianos como Eliézer, que suelen ser los guardianes del idioma. El coronavirus también obliga a los miembros de la comunidad a aislarse, impide la celebración de eventos culturales que mantienen vivas las lenguas y mina el lento progreso de la gestión lingüística.

Para los puruborás, preservar su idioma y su cultura ha sido una larga lucha. Hace más de un siglo, los recolectores de caucho, auspiciados por el Servicio de Protección al Indio —la agencia federal que administraba los asuntos indígenas— llegaron a sus tierras en el estado amazónico de Rondônia. Pusieron a hombres y niños indígenas, entre ellos Eliézer, a trabajar recogiendo caucho de los árboles y repartieron a las mujeres y niñas indígenas entre los recolectores de caucho no indígenas como si fueran premios. Solo se permitía hablar en portugués.

«Todo lo relacionado con nuestra cultura se prohibió», cuenta Hozana Puruborá, que se convirtió en la lideresa de los puruborá tras la muerte de su madre, Emília. Emília era la prima de Eliézer; de niños, los primos, ambos huérfanos, hablaban en susurros en puruborá cuando nadie más podía escucharlos. «Mantuvieron su lengua viva en la clandestinidad».

En 1949, los Servicios de Protección al Indio declararon que ya no había más pueblos indígenas en la región porque se habían «mezclado» y «civilizado». Oficialmente, los puruborás habían desaparecido.



Construyendo un archivo

Sin embargo, los puruborás se negaron a desaparecer. Se asentaron en Aperoi, la última aldea puruborá, una parcela de 25 hectáreas de tierras ancestrales compradas a productores de soja y ganaderos. No es lo bastante grande para todos, así que Eliézer vivía con su hija en la localidad de Guajará Mirim, no muy lejos.

Los puruborás también empezaron a trabajar con Ana Vilacy Galucio, una lingüista del Museo Paraense Emílio Goeldi, que alberga los archivos permanentes de 80 idiomas indígenas de la Amazonia brasileña. Con su ayuda, quería crear un archivo del puruborá.

Cuando Galucio empezó a visitarlos en 2001, había nueve ancianos puruborás, entre ellos Eliézer y Emília, que se sintieron motivados a volver a hablar su lengua. Muchos vivían lejos de Aperoi y llevaban décadas sin hablar en puruborá.

«No es solo que no pudieran hablarlo», dice Galucio. «No podían escucharlo; no tenían contacto con su idioma».

Galucio los reunió para que hablaran. Llevaban cascos y hablaban con micrófonos. Grabó todo lo que dijeron para crear un archivo de audio de su idioma. Al principio, solo recordaban unas pocas palabras. Enseguida recordaron los nombres de los animales; la gramática y las estructuras sintácticas fueron más difíciles. Pero cuanto más tiempo pasaban hablando, más recordaban.

Ahora solo quedan dos ancianos —Paulo Aporte Filho y Nilo Puruborá— que dominan más o menos el idioma. Ambos tienen más de 90 años y mala salud, así que son muy vulnerables al coronavirus. Ninguno vive en Aperoi ni pueden visitarla debido a la pandemia. Hozana teme que la COVID-19 pueda llevárselos antes de tener tiempo para compartir todo lo que saben.

«Aún faltan muchas cosas en el archivo», afirma. «Nos preocupa mucho. Tienen mucho que contar».
Un impulso inesperado

Mucho más al sur, la pandemia también está afectando a los mbyá guaraníes. En las seis aldeas que componen su comunidad en São Paulo, cientos de personas han contraído la COVID-19, entre ellas ancianos de más de 100 años. Por ahora no ha fallecido nadie.





Las escuelas públicas de educación primaria de la comunidad, que enseñan el idioma y la cultura guaraníes, están cerradas, lo que ha dejado a los niños sin un medio importante para aprender y compartir. Muchas personas han perdido su empleo.

Con todo, el idioma guaraní también ha recibido un impulso inesperado. Cuando comenzó la pandemia, Anthony Karai, un joven líder indígena, empezó a dar clases de idiomas virtuales para recaudar dinero para miembros desempleados de su comunidad. Creyó que podría atender a hasta 100 alumnos, pero más de 300 personas se apuntaron en dos horas.

Karai no quería rechazar a nadie, así que llamó a dos profesores de aldeas diferentes para que enseñaran a los 200 estudiantes de más. Él dice que enseñar guaraní no solo le proporciona una forma de mantener el idioma con vida, sino que también ayuda a las personas no indígenas a ver su comunidad desde una perspectiva diferente.

«Cuando aprendes un idioma, no puedes aprender solo el idioma», afirma Karai. «Tienes que aprender la cultura».

Y viceversa: perder un idioma puede significar perder una cultura, y eso es lo que preocupa al profesor de puruborá Mario Puruborá.




En Aperoi, al igual que en las aldeas mbyá guaraníes, los niños aprenden puruborá en la escuela pública. Pero incluso antes de la pandemia, las autoridades locales querían cerrar el colegio porque tenía muy pocos estudiantes.

Mario, que había estado luchando para que las clases continuaran, no domina el puruborá. Aprendió lo que sabe de las grabaciones de audio que hizo Galucio para el archivo del museo.

Antes de la pandemia, visitaba con regularidad a los ancianos que vivían fuera de la aldea, como Paulo y Nilo, para que resolvieran sus dudas sobre el idioma. El coronavirus ha hecho que esos viajes sean demasiado peligrosos y ahora teme que muchos detalles lingüísticos mueran con ellos.

Los puruborás están haciendo lo que pueden para que los miembros de su comunidad sigan sanos y salvos. Han pospuesto la asamblea y el festival cultural que celebran cada año —donde comparten historias, cantan y organizan iniciativas de preservación del idioma— y han reducido los viajes no esenciales. Y dicen que, cuando la pandemia amaine por fin, intentarán garantizar que la responsabilidad de preservar su cultura y su idioma no recaiga solamente en los frágiles hombros de sus ancianos.

«Mucha gente dice que hemos resurgido, pero a mí no me gusta ese término», dice Mario. «Siempre hemos conocido nuestra identidad y siempre hemos estado aquí. Y siempre estaremos».

Este artículo ha contado con el apoyo del COVID-19 Emergency Fund for Journalists de la National Geographic Society.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.


domingo, 27 de septiembre de 2020

Covid-19 leva Aritana Yawalapiti, o diplomata do Alto Xingu



Por Marcio Camilo/Amazônia Real

Líder reconhecido mundialmente, que ficou duas semanas internado numa UTI de Goiânia, lutou por décadas pelos direitos dos povos indígenas.

A perda do Xingu inteiro. A morte de Aritana Yawalapiti, de 71 anos, para a Covid-19, representou um duro golpe para parentes, amigos e indígenas de várias etnias. O “diplomata do Alto Xingu”, uma das várias lembranças associadas a Aritana, morreu na manhã desta quarta-feira (5), depois de duas semanas de internação na UTI de um hospital de Goiânia (GO).

Em nota de falecimento, a família do cacique destacou que Aritana era uma das maiores e mais antigas lideranças do Alto Xingu. A nota destaca que ele foi nomeado cacique aos 19 anos de idade, durante a década de 1980.

“Ele era um dos últimos falantes do idioma tradicional de seu povo, o Yawalapiti, mesmo nome da etnia. Além de guardar a memória de sua língua natural, Aritana também falava português e outros quatro idiomas tradicionais indígenas”, destacou a nota.

“A perda do meu tio Aritana é a perda de 98% da nossa língua. Significa para a gente muitos desmontes”, lamentou a liderança Watatakalu Yawalapiti, sobrinha do grande líder, a quem também chamava de pai, em nota de pesar divulgada pela Coordenação das Organizações Indígenas da Amazônia Brasileira (Coiab).

É ela quem resumiu que, sem a presença de Aritana, uma das maiores e mais antigas lideranças indígenas do País, a Terra Indígena Xingu se torna ainda mais ameaçada. Para ela, os jovens precisam agora transmitir os conhecimentos deixados por Aritana.

Até antes de ficar doente, Aritana tinha lançado uma mobilização para construir um hospital de campanha no Alto Xingu, para defender o seu povo contra a disseminação do novo coronavírus.

“Lutou até o último momento contra a religião do homem branco que estava entrando na nossa aldeia. É uma perda irreparável para minha família. É um buraco que se abre debaixo dos nossos pés”, afirmou Watatakalu.

Na nota de pesar, a Coiab resumiu: “Era um grande defensor da luta pela preservação e perpetuação da cultura de seu povo para as novas gerações, e constantemente denunciou o efeito do desmatamento no entorno do seu território, como extinção de peixe dos rios e contaminação das águas”.

A morte de Aritana teve repercussão internacional, com sites estrangeiros noticiando o óbito dele, como a agência Reuters e o francês Tribune de Géneve.

A Coordenação das Organizações Indígenas da Bacia Amazônica (Coica), que representa nove países, também manifestou condolências em sua rede social.

Poliglota, Aritana era um dos últimos falantes de sua língua tradicional, yawalapiti, mas também se comunicava em caribe, tupi e na língua portuguesa. Isso o tornava uma liderança respeitada por outras etnias.

Ana Paula Xavante, que se identifica como prima de consideração do grande líder, ressalta que Aritana era conhecido como o “grande diplomata do Xingu”, muito cordial, e apesar de cacique, escutava a todos, sendo muito democrático em suas decisões.

“O Brasil perde hoje, talvez, o indivíduo indígena mais importante. Aritana era esse homem fabuloso, íntegro, capaz de seduzir príncipes e receber reis, presidentes de Repúblicas, era uma pessoa de um grande caráter e sem vaidades”, resumiu Adelino Mendez, amigo de longa data de Aritana e antropólogo pela Universidade Federal do Rio de Janeiro (UFRJ).

A promotora do Ministério Público Estadual de Mato Grosso, Solange Linhares Barbosa, que atuou na comunidade alto-xinguana, escreveu em suas redes sociais: “Lutou até o último segundo, como o grande guerreiro Yawalapiti que sempre foi. O seu legado não tem tamanho e nunca será esquecido”.

O DRAMA DOS ÚLTIMOS DIAS

Em 19 de julho, Aritana estava em sua aldeia quando teve uma crise respiratória e, a partir dos sintomas, foi diagnosticado com Covid-19. Em seguida foi internado em um hospital de Canarana (MT). Ele era hipertenso. Dois dias depois, seu estado de saúde se agravou, e ele precisou ser transferido para um hospital de Goiânia (GO), que dispunha de Unidade de Terapia Intensiva (UTI). Como os médicos do Xingu não conseguiram UTI aérea, ele teve que fazer uma viagem de ambulância, de mais de mais de 10 horas, com um cilindro de oxigênio, até chegar à unidade em Goiânia.

“Foi uma falta de respeito do Estado brasileiro com outro chefe de Estado, por não ter conseguido a UTI aérea. Ele passou um dia inteiro em uma ambulância, com os balões de oxigênio até chegar ao hospital”, criticou Ana Paula Xavante. O caso de Aritana Yawalapiti era grave. Quando foi retirado do Xingu, mais de 50% do pulmão estava comprometido pela Covid-19, lembrou Ana Paula.

No dia 25 de junho, Aritana perdeu o seu irmão Matarywá, conhecido como Juvenil, para a Covid-19. Ele também era outra importante liderança do Alto Xingu. A essa altura, o novo coronavírus já havia se espalhado nas aldeias Yawalapiti.

Em todo o Xingu, vivem 16 povos indígenas. São cerca de 7 mil pessoas, em 114 aldeias. Só no Alto Xingu – onde morava Aritana – residem 11 povos: Aweti, Kalapalo, Kamayurá, Kuikuro, Matipu, Mehinako, Nahukuá, Naruvotu, Trumai, Wauja e Yawalapiti. A terra indígena tem 2.642 hectares de área, com fortes indícios de presença de povos isolados. A disseminação do coronavírus obrigou ao cancelamento, pela primeira vez em 50 anos, do Kuarup – o maior ritual em homenagem aos mortos entre indígenas brasileiros.




A PERDA DE UM AMIGO

À Amazônia Real, o antropólogo Adelino Mendez destacou que Aritana foi um dos grandes responsáveis, juntamente de seu pai, o cacique Kanato Tepori, pelo resgate cultural da sua etnia.

“Passou cinco anos preso, recluso dentro da sua casa, ouvindo os ensinamentos do Kanato, da mãe, dos tios e avôs paternos. Foi um homem preparado na mais alta cultura Yawalapiti, etnia que nos anos 1950 estava desaparecendo. Eles sumiram na década de 1930 e ressurgem após a chegada dos irmãos Villas Boas. Através de alguns contatos como os Kuikuros, são reagrupados, reconstituem suas aldeias e se tornam um povo importante na estrutura social e cultural do alto Xingu”, explicou Mendez.

Estudioso da cultura Yawalapiti, o antropólogo ressaltou que o nome Aritana reaparece há centenas de anos, uma tradição repassada de avô a neto. “Há duzentos anos surgia no nome dele. As pessoas mencionam grandes homens chamados de Aritana. Tataravôs, bisavôs… o nome na cultura xinguana é sempre de avô a neto. Uma geração sim, uma geração não”, ensinou.

“Eu vejo o Aritana como o último Aritana. Aquele cara que você quer ficar perto. Que não sabia o que era ser chefe, sabia liderar, as pessoas o ouviam, ele nunca pedia. Ele só dava. Se chegava uma melancia na aldeia, Aritana dava um pedacinho para todo mundo comer”, recordou Mendez, muito emocionado. “Não era o índio da televisão, mas é o índio do amor, das pessoas. Homem político, inteligente, conhecido no mundo inteiro, que fazia tudo para não sair de sua aldeia. Foi meu irmão, ajudou na minha formação, como antropólogo, como homem”, lamentou.





Marcio Camilo – Jornalista. Matéria publicada originalmente no site Amazônia Real: https://amazoniareal.com.br/covid-19-leva-aritana-

Fonte: Xapuri Socioambiental (Brasil) - 27 de Setembro de 2020

https://www.xapuri.info/coronavirus/covid-19-leva-aritana-yawalapiti-o-diplomata-do-alto-xingu/





viernes, 4 de septiembre de 2020

Brasil: La resistencia indígena contra el silenciamiento de la historia

Por Tel Guajajara y Victor Pataxó

Pindorama era el nombre de Brasil antes de la invasión portuguesa. La gente que vivía aquí tenía la tierra como sagrada, lejos de las enfermedades y todos los males, un lugar donde se realizaban lo sagrado y todos los rituales. Todos caminaron por el centro del bosque y fueron a la playa para pescar y hornear mariscos y frutas. Era una tierra de mucha riqueza y abundancia, cuidada por todos los que vivían aquí. Pero el territorio lleno de riquezas y bellezas fue invadido y con ella, comenzamos a perder nuestra historia y nuestra gente.


El 22 de abril de 1500, que para algunos es la celebración del “descubrimiento de la Patria”, para nosotros, los pueblos originarios, es una fecha más de “conmemoración” de la masacre y esclavitud. También es el comienzo de la gran destrucción de nuestra madre naturaleza, que es el gran vínculo que tenemos con nuestra tierra.

Aquí está la primera inversión de la historia contada en las escuelas: Pindorama fue creado con la sangre de cientos de personas y raíces extraídas de estas tierras.

Pindorama no era solo la tierra de Palmeiras, también era el vínculo que teníamos con el bosque y con toda la tierra sagrada que hoy sufre los ataques de los descendientes de los mismos europeos que invadieron nuestras tierras, matándonos en busca del poder.

Nosotros, los pueblos originarios, recorrimos todo el país cuidando las tierras, los bosques, y siendo guardianes de la verde inmensidad que aquí existía, estos pueblos diversos, con diferentes culturas, y que, actualmente, solo pueden tener 11.6 % de 8.514.876 km² de territorio nacional.

El borrado de la cultura indígena ocurre hoy no solo por limitar la tierra, sino por descuidar la inserción de los indígenas en el empleo y la educación.


Con la política de cuotas, incluida la reserva de plazas para los indígenas, el acceso a la Educación Superior creció más de un 50%. Las propuestas presupuestarias para 2021, que, si se aprueban, recortarán más de 180 millones de reales de la asistencia estudiantil, tienden nuevamente a crear un abismo en la universidad para los estudiantes que necesitan políticas de ayudas para completar su título.

Por ello, advertimos que el proceso de colonización continúa hasta el día de hoy.

Seguimos como resistencia para demarcar, además de nuestros territorios, nuestra historia y nuestra cultura. Con este escrito, proponemos una reflexión: ¿Qué Brasil conoces? ¿Cómo se describe la historia de los pueblos originarios en tus libros escolares?.

Para analizar este borrado histórico, basta con mirar cómo nos «enseñaron». Vale recordar que los colonizadores utilizan todas las herramientas para borrar nuestra historia. Por eso, siempre debemos alinearnos con una educación diferenciada para que podamos deconstruir y garantizar una atención especial, que históricamente nos ha sido negada.

Todavía sufrimos de esta cicatriz infligida por gente bárbara y sin alma. El suelo que Brasil construyó bajo sangre y dolor es indígena.

Guiar nuestras luchas observando lo que era este territorio es lo más importante.

En esta tierra tenemos muchas victorias y derrotas, pero ninguna de ellas nos hará olvidar que necesitamos estar en todos los espacios posibles de ocupación, para que podamos demostrar, de hecho, quiénes somos y cómo llegamos aquí con vida.

La lucha es urgente, seguiremos existiendo y resistiendo a los diversos ataques contra nuestro pueblo.

Tel Guajajara es estudiante de derecho en la UFPA Universidad Federal de Pará, y Victor Pataxó es estudiante de Producción y Comunicación en la UFBA, Universidad Federal de Bahía.

Fuente: Blog del Proyecto Lemu - 4 de Septiembre de  2020

Traducción: Resumen Latinoamericano.
Fuente (de la traducción): https://www.resumenlatinoamericano.org/2020/09/02/brasil-estudiantes-universitarios-presente-y-futuro-de-las-luchas-de-los-pueblos-originarios/
Fuente (del original): https://www.cartacapital.com.br/opiniao/une-a-resistencia-indigena-contra-o-apagamento-da-historia/
Fuentes: Carta Capital (Brasil). Imagenes: fotografía de los autores; tomado de Carta Capital.






jueves, 30 de abril de 2020

Tribus y territorios indígenas brasileños más vulnerables ante el avance del Covid-19

La pandemia de coronavirus ya dejó un saldo de más de cinco mil muertes y continúa en aumento con un riesgo mayor para poblaciones más desprotegidas, como es el caso de pueblos originarios.


Desde la llegada de la pandemia a territorio brasileño las aldeas indígenas en áreas reservadas quedaron más vulnerables tanto a la propagación del virus como al avance de la deforestación ilegal por parte de agentes vinculados al agronegocio, empresas mineras y madereras. El discurso de odio contra los pueblos originarios y la constante afirmación sobre la necesidad de reducir los territorios reservados dieron vía libre a invasores, quienes ante la situación generada por el coronavirus encuentran un territorio liberado para el avance con operaciones de fiscalización cada vez más reducidas.

Desde marzo en el territorio Yanomami, que ocupa parte de los Estados de Amazonas y Roraima, las invasiones aumentan a cada día. Según cuenta el propio líder de la comunidad, Dario Kopenawa Yanomami, “son más de 25 mil invasores que ya vienen con amenazas de muerte, armas de fuego”. “Mataron nuestros ríos y ahora nos traen esa enfermedad. Necesitamos acciones verdaderas. Las operaciones que hubo hasta ahora lo único que hacen es desparramar a los invasores, pero todavía están acá”, añadió. 

Avances ilegales también se registraron en reservas del sur del Estado de Pará, hogar de 1700 indígenas, Mato Grosso do Sul y en la frontera con Guyana Francesa, donde además se calcula que hay unos 480 campamentos ilegales con cerca de 10 mil brasileños explotando ilegalmente el territorio.

Según el Instituto Socioambiental (ISA) que monitorea por satélite la actividad en Amazonas, hubo un aumento del 3% en áreas degradadas en comparación con febrero de este año. De acuerdo con el boletín de ISA los nuevos focos de invasión deforestaron 114 hectáreas de bosque en tierras indígenas Yanomami. A su vez el 22 de abril se conoció un decreto firmado por el presidente de la Fundación Nacional del Indio en donde 237 tierras indígenas que se encuentran pendientes de homologación en todo el país podrán ser vendidas, loteadas, desmembradas e invadidas con derecho a certificación que establezca que no son territorio indígena, incluso en lugares con establecimientos de tribus aisladas.

Ante estos avances, el Instituto Brasilero de Medio Ambiente (IBAMA) incendió alrededor de 70 tractores y otros equipos desde el 4 de abril de pasado. Esta acción está protegida por la legislación brasileña. 

En una entrevista concedida al programa “Fantástico” el 12 de abril, los fiscales de IBAMA explicaron que “hubo un aumento de la expectativa de que la fiscalización ambiental no tuviera la misma regularidad durante la pandemia y por eso los indígenas quedaron cada vez más expuestos a esas invasiones”.

El respaldo que estos grupos de invasores tienen por parte de las autoridades federales se ve reflejado no sólo en los discursos que el propio presidente Jair Bolsonaro pronuncia, quien en enero de este año llegó a afirmar que el tamaño del territorio indígena demarcado es “abusivo”. Desde que asumió la presidencia, el mandatario intentó transferir la competencia de la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) del Ministerio de Justicia a la cartera de Agricultura, dejando al organismo en manos de quienes más intereses tienen en reducir los territorios reservados. En ambos casos, el Congreso y la Justicia consiguieron frenar el decreto. 

Además, en un gesto claro de acercamiento, representantes de madereros, mineros y del agronegocio llegaron a reunirse durante el 2019 con autoridades del Ejecutivo con el fin de reclamar la actuación de los fiscales ante el incendio de máquinas utilizadas en el avance sobre territorios reservados. En los encuentros, de los cuales participaron figuras como Onyx Lorenzonni, ex jefe de gabinete y actual ministro de Ciudadanía, el general Augusto Heleno, jefe de Gabinete de Seguridad Institucional, y Ricardo Salles, ministro de Medio Ambiente, las autoridades federales se comprometieron a buscar “una solución estructural y de largo plazo para las demandas presentadas”.

Posibilidades de contagio

Ante el avance de la pandemia de Covid-19 la invasión deja de ser sólo un problema ambiental y de preservación de pueblos y territorios. La salud de los indígenas está en riesgo ya que los mismos invasores pasan a ser agentes de transmisión del virus en aldeas que en la mayoría de los casos no cuentan con asistencia sanitaria ni recursos para prevención. 

El estudio Análisis de vulnerabilidad demográfica e infraestructura de las tierras indígenas ante el Covid-19 dirigido por la demógrafa Marta Azevedo, investigadora de la Universidad Estadual de Campinas, advierte que “los pueblos indígenas son especialmente susceptibles a los virus porque las naciones actuales fueron contactadas mayoritariamente en el siglo XX y tuvieron poco contacto biológico con patógenos con los cuales la población no indígena ya lidio”. Y alerta que cerca de 81 mil personas originarias se encuentran en riesgo de vulnerabilidad crítica frente a la pandemia.


En virtud de hacer un seguimiento del avance del coronavirus en poblaciones indígenas, el ISA lanzó una plataforma de monitoreo. Hasta el momento se registraron 89 casos y 4 muertes. Sin embargo la metodología de conteo es motivo de controversias, ya que para el Ministerio de Salud son pacientes indígenas apenas aquellos que viven en áreas rurales, dejando afuera a quienes viven en áreas urbanas.

En ese contexto y con la intención de captar apoyo y asistencia internacional, el cacique Raoni Metuktire, figura emblemática de la lucha contra la deforestación en Amazonas, se pronunció en un video publicado por la ONG francesa Planéte Amazone, donde además hizo un pedido de donaciones para sobrevivir al aislamiento. 

“Como ustedes saben el presidente de Brasil no tiene consideración por nosotros, al contrario, insiste en atacarnos. Redujo el presupuesto de la Fundación Nacional del Indio y de los organismos que cuidan de nuestra salud”, explicó. Asimismo sostuvo que necesitan “alimentos básicos, productos de higiene, medicamentos y combustibles para transportarlos”. “Sin la ayuda de ustedes los pueblos indígenas de Brasil no podrán sobrevivir a ésta terrible enfermedad”, completó.

Tanto por el avance del coronavirus como por la deforestación ilegal incentivada por las autoridades brasileras a través de las políticas de abandono y de discursos de odio, los pueblos indígenas se encuentran en situación de genocidio inminente, un viejo anhelo del bolsonarismo en conjunto con empresas de minería y con el agronegocio para avanzar en la extracción y destrucción de bosques autóctonos y vida originaria.

Escrito desde Desde Río de Janeiro por Ana Laura Dagorret

Notas Periodismo Popular - 29 de Abril de 2020