Esta frase detesto, empíricamente cierta, a mí me da mucha bronca, y siento que viene destruyendo la humanidad.
No estoy buscando ser diplomático, el enojo también es conmigo, nadie está exento de culpa.
La plaza, el parque, la costanera, las reservas ecológicas, la basura, el tratamiento de los suelos, la degradación de la biodiversidad… Es de todos, o sea de nadie. Esta semana la comunidad científica publicó un informe histórico, que algún idealista hubiera pensado que sería “tapa de los diarios”, donde concluyeron que la preocupación ambiental ya no es tema del futuro, la generación actual se encuentra en RIESGO, debemos cambiar nuestro trato con el ECOSISTEMA, sin embargo los medios y la comunidad política, permanecieron callados.
Cierto es que lejos están los problemas ambientales y de hábitat de la agenda del promedio de los ciudadanos, esos son temas que los manejan generalmente los partidos políticos cuando arman sus plataformas de campaña (y suelen quedarse en nada), por eso mismo es ahí donde está la responsabilidad de quienes nos consideramos activistas o nos gustan las temáticas ambientales, de hacer foco, llamar, convencer, y lograr poner en agenda estas problemáticas.
Seguir subestimando la naturaleza, es quizás la muestra de arrogancia e ignorancia más grande de la comunidad política.
Cuidar el ambiente es luchar contra la pobreza, es desarrollar políticas de educación, cuidar el ambiente es salir un poco del mundo artificial que vivimos y volver a las raíces.
Facundo Lopes Sartori
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