Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

Mostrando entradas con la etiqueta Mbya Guaraníes. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mbya Guaraníes. Mostrar todas las entradas

domingo, 7 de septiembre de 2025

Enfermedades de niñas y niños mbyá-guaraní: Tratamientos en un entramado de relaciones¹





El nacimiento de una niña o un niño mbyá suele ser un acontecimiento celebrado en las comunidades, es una expresión de confianza de los dioses a una pareja. Pero esa confianza debe ser retribuida demostrando que son capaces de hacer que el alma enviada por los dioses quiera permanecer en la tierra. La comunidad entera dispondrá los recursos y acompañará a la familia en el crecimiento de la/el recién nacida/o, la categoría nativa para denominar esta etapa es pytã. Se espera que, al ir creciendo, la/el niña/o despliegue una serie de rasgos físicos, sociales y anímicos, entre los que se destacan el caminar, comenzar a hablar, recibir su rery – nombre indígena enviado por los dioses –, que se integre al grupo de pares, que reciba cariño, que no llore, que juegue, entre otras. Condiciones que se desarrollan de forma gradual y que no se dan todas juntas; a este período se lo denomina kiringüe (Enriz, 2012).

Así, durante el primer tiempo de vida toda la familia, especialmente la madre, el padre, y las/os abuelas/os, dispondrán su tiempo y dedicación continua a atender a la/el bebé. Las buenas acciones de madres y padres serán prácticas destinadas al crecimiento del/a niño/a. Estas características de la infancia nos acercan a las ideas sobre lo que se considera que un/a niño/a esté sana/o que si bien no es similar a no estar enfermo, pero tampoco le es excluyente. Algunas expresiones como “el bebé está gordito” o “es cachetoncito” son compartidas en la comunidad para describir el bienestar de una niña o un niño. Cuando crecen las palabras como “gordito” y “cachetoncito” dejan de tener el valor tan positivo que tiene durante el primer tiempo de vida, ya que se valoran que la persona tenga un peso que le permita ciertas destrezas físicas donde el alto o bajo peso son limitantes. Teniendo esto en cuenta considero esas categorías están relacionadas con los diálogos constantes con el sistema público de salud donde el bajo peso y la desnutrición infantil son una preocupación. Cuando se manifiesta una enfermedad o un problema de salud en bebés y niñas/os la búsqueda de soluciones es diversa incluyendo itinerarios que se construyen entre la medicina indígena o del sistema hegemónico, lo que no necesariamente generar controversias.

Algunas enfermedades serán atendidas a través de la administración de remedios de plantas o en el opy (casa de rezo) dependiendo de la gravedad que consideren. El conocimiento sobre plantas medicinales circula por distintas personas de la comunidad, pero quizás, son las kuña karai (mujeres adultas) a quienes se les reconoce el mayor conocimiento sobre los yuyos. Cuando se trata de curaciones en el opy es el opygua (líder espiritual, en general un varón) quién lleva a cabo el tratamiento. Noelia Enriz (2009) que pudo presenciar estas ceremonias describe que estos métodos demandan varios días y disposición de la comunidad. Pero, estas curaciones a través de rezos o plantas medicinales no eliminan la posibilidad realizar otros recorridos.

Me interesa relevar esos cuidados cuando la dolencia afecta a las niñas y los niños pytã o kiringüe porque esas interacciones son más cotidianas que en la edad adulta por ser la población de mayor control por el sistema público de salud. Con este fin a continuación propongo distinguir tratamientos propios de la medicina indígena de alternativas actuales con las que se encuentra esta población, problematizando la compleja malla de relaciones a la hora de atender a un problema de salud.

Estos debates se sustentan a partir del registros de campo etnográfico recuperados entre el años 2015 y 2019 en la zona norte de la provincia de Misiones (Argentina)2. Las comunidades del departamento de Iguazú plantean particularidades relacionadas con el entramado entre lo urbano y lo rural. En este trabajo me refiero a 4 locaciones3 mbyá (de 6 en la zona) que se ubican en un predio conocido como las 600 hectáreas que está rodeado de la ruta nacional N° 12 por la que se llega a Brasil y a las Cataratas del Iguazú, por lo que es muy transitada. Por ese camino hay una parada de colectivo urbano en la entrada a las 600 que lleva a la ciudad demorando más o menos 15 minutos para arribar en el hospital, además la ambulancia llega a la entrada de los núcleos habitaciones. Este camino está pavimentado en busca de mejorar el acceso a hoteles y emprendimientos turísticos con quienes las y los indígenas disputan sus tierras (Cantore; Boffelli, 2017).

Distintas etapas de vida, diferentes sentidos de cuidado
En este trabajo parto de la idea de que los cuidados de las niñas y los niños son primordiales para las familias guaraníes. La dedicación constante a la atención infantil, las demandas de tiempo y la disposición de recursos económicos y simbólicos del grupo nos llevan a sostener esta hipótesis. Una reflexión comparativa de los cuidados durante distintas etapas de vida colabora para fortalecer estas ideas, principalmente si entendemos a la infancia y a la vejez como dos etapas en las que en sociedades occidentales implican una asistencia sensible y dedicada. Sin embargo, los sentidos que adquieren estos momentos del ciclo de vida en el grupo guaraní es relevante para comprender el entramado de relaciones que se ponen en juego ante una exigencia o necesidad de cuidado.

En una charla con un varón adulto sobre una mujer anciana que vivía en la comunidad le pregunté ¿quién se encargaba de cuidarla? Su respuesta fue que nadie debía cuidarla, que ella no necesitaba ser cuidada (Diario de Campo, Iguazú, marzo 2019). A primera vista esta respuesta pareciera confirmar la idea de vulnerabilidad y la necesidad de protección de niñas y niños. Pero, además, el conocimiento de los ancianos y las ancianas es altamente valorado por el grupo mbyá, y su presencia es depositaria de un valor especial, ya que se considera que estas personas han adquirido a lo largo de su vida conocimientos ligados al monte, la caza, lo religioso, etc., que las y los más jóvenes desconocen y son las personas mayores quienes pueden transmitir esas enseñanzas.

Las formas de denominar a estas personas son karai, hombre adulto y kuña karai, mujer adulta.

El término karai, presente en ambas categorías, puede ser aplicado en diferentes contextos y en todos los casos, refiere a una serie de características tales como madurez, sabiduría, poder, y espiritualidad, que habilitan a quienes lo poseen – varones y mujeres – a realizar tareas indelegables a los jóvenes (Martinez; Crivos; Remorini, 2002, p. 220).

Las ancianas y los ancianos son quienes dan buenos consejos, hacen un buen uso de la palabra, hablan mejor la lengua indígena y conducen la ceremonia religiosa. También son consultados para el cuidado de niños y niñas porque son quienes tienen un mayor conocimiento de plantas medicinales de monte, entre otras sabidurías ancestrales. Las experiencias y saberes de las abuelas y los abuelos son respetados más allá de los lazos de parentesco.

Tales ideas sobre la vejez son muy interesantes para dar cuenta de las nociones sobre cuidado que tiene el grupo. La ancianidad mbyá plantea interesantes diferencias respecto a los estereotipos occidentales sobre la longevidad donde se asimila a esta etapa de vida con la debilidad y la exigencia de cuidados constantes. Esto se transforma en una problemática por la falta de redes e instituciones de cuidado estatales o las complejidades de organismos privados (Jelin, 1998; Faur, 2014). Por el contrario, en el grupo mbyá se espera que en la vejez las personas sean más activas e independientes: que realicen tareas de subsistencia desde cocinar hasta vender artesanías, que puedan moverse por sus propios medios. Su fortaleza corporal es una característica muy visible y destacada por los miembros de la comunidad.

Se suele ver a las abuelas y los abuelos visitando a sus familiares. Cuando han enviudado tienen su propia casa que se ubican muy cerca de la casa de una hija o un hijo. Podemos pensar que le vejez no implica una demanda de cuidado constante. No conllevan el tiempo de dedicación cotidiana que sí precisan las/los más pequeñas/os. Por el contrario, cuando nace una persona o durante su niñez se considera que son más vulnerables a los peligros espirituales, del monte o de relaciones negativas. La protección de las niñas y los niños es la tarea primordial de madres y padres para intentar que nada malo les pase. La comunidad entera acompaña y observa a esta pareja a fin de guiarlos en las acciones correctas y sostener el bienestar de su hija/o. Cualquier acción negativa o relación con otra persona que pueda acarrear problemas en la salud de la niña o el niño son marcadas por el grupo, por lo que se espera que la conducta de la pareja sea intachable.

1 – En este trabajo se presentan resultados de mi tesis de maestría en Antropología Social que versa sobre la distribución desigual por género de cuidados de niñas y niños en comunidades mbyá-guaraní.
2 – En esta provincia se encuentran más de 100 comunidades indígenas que tienen distintas características y vínculos con la sociedad envolvente y las instituciones estatales.
3 – A fin de mantener el anonimato de las personas y las comunidades donde realizó trabajo de campo las menciones sobre las mismas se harán de manera general.

Investigación :
Alfonsina Cantore Correio
alfonsinacantore@gmail.com
Universidad de Buenos Aires/Instituto de Ciencias Antropológicas (UBA/ICA), Argentina. Prof., Lic. y Magister en Antropología Social por la Universidad de Buenos Aires. Actualmente doctoranda de la misma casa de estudio con beca de estudios en el Instituto de Ciencias Antropologicas de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA). Sus investigaciones se enfocan en dimensiones de mujeres indígenas con perspectiva de género.

Comentario

martes, 19 de agosto de 2025

Mbya Guaraníes


En el corazón de Misiones, una familia de la comunidad Andrés Guazurarí resiste y florece.
Entre la deforestación y los pinos que avanzan, cultivan orquídeas. La selva les habla y cada planta tiene un nombre, un remedio, un secreto que hasta los más pequeños aprenden y transmiten. La medicina vive en su palabra.

Resistir es permanecer en el monte, es sanar con hierbas, es sembrar vida donde otros solo ven negocio y desmonte.

Misiones. Argentina

Escrito poe Erica Voget


sábado, 31 de mayo de 2025

Mujeres mbya: pilares de la cultura y memoria de un pueblo




Cultivar la tierra, hacer artesanía, criar a los hijos. También transmitir la tradición y costumbres de esta comunidad dentro de otra comunidad. Las mujeres son la columna vertebral dentro de todas las aldeas.

Por Natalia Guerrero
@natushkaguerrero

Conviven con el monte, no viven de él. Hay una diferencia: sacan lo justo y necesario, siempre tratando a la tierra como sagrada. El fuego se mantiene siempre encendido, las ollas con harina, maíz y mandioca.

En la cultura mbya guaraní la mujer cumple una función no solamente de pilar, sino de piedra fundacional de una familia.

Las mujeres mbya, desde niñas, aprenden en el seno de una aldea, el pertenecer a una comunidad, vivir y convivir en ella. Desde tratar y cultivar la tierra, cuidar el monte, cosechar en sus propias huertas, hasta inclusive plantar y cuidar aquellas de las cuales se obtienen las semillas para los collares y pulseras, o la madera específica para realizar las tallas.

La harina, el maíz y la mandioca son ingredientes característicos en una cocina mbya, junto con el fuego que siempre se mantiene encendido a leña. Chipa mbocá, mandioca, batata y poroto son algunas de las recetas y productos que se encuentran en las ollas de la aldea.

Conviven con el monte, no viven de él, sacan lo justo y necesario, siempre tratando a la tierra como sagrada. El calor del fogón une y más cuando el vínculo lo cierra una comida.

Ser madre en la comunidad
Las mujeres mbya pueden formar pareja y ser madres desde muy jóvenes. Y esa unión debe tener la bendición del cacique (jefe de la comunidad), con esa aprobación avanza la conformación de una nueva familia.

Muchas veces se observa en Posadas, la capital misionera, a familias guaraníes que llegan en búsqueda de ayuda monetaria, para vender sus artesanías o limones. Arriban en colectivo desde el interior de la provincia y acampan en zonas cercanas a la terminal de ómnibus y en las avenidas principales.

Otro movimiento en familia muy frecuente es el traslado de una aldea a otra, o desde la aldea hasta cierto punto de interés, todo se hace caminando, sobre la ruta y con los niños a cuestas. Los grupos familiares pueden llegar a caminar varios kilómetros entre comunidades, o hasta el pueblo más cercano. Andan caminos de tierra, barro, piedra, por el monte o sobre la ruta.

Dentro de la comunidad, algunas casas son de material, con techos de chapa de zinc y paredes de ladrillos, pero hay otras que son de barro ñaú con techos de paja y el piso de tierra. Todo se obtiene del monte donde están asentados.

Según Hirsh* (2008) la maternidad es un componente fundamental del matrimonio entre los guaraníes, tiene sentido ya que define la femineidad, implica la inserción como adultas en el seno de la familia extensa y por ende en la comunidad. La maternidad en las mujeres guaraní es constitutiva de su rol en la sociedad, los hijos tienen una fuerte carga identitaria, que le otorgan legitimidad y estatus a la mujer dentro de la familia, y también brindan una gratificación emocional y un acompañamiento a lo largo de la vida. La cantidad de hijos que una mujer tenga a lo largo de su vida es de importancia para la familia, un mayor número de hijos es lo aceptable y deseado.

Guardianes de la selva
Hay escuelas bilingües en Misiones, donde asisten niños y jóvenes de todas las comunidades, por ejemplo en Puerto Iguazú se encuentra la aldea mbya Jasy Porá y dentro de la aldea se sitúa la Escuela Intercultural Bilingüe N° 941 Jasy Porã y en el Paraje Yacutinga, se encuentra la aldea Yacutinga y dentro de ella la Escuela Intercultural Bilingüe Tajy Poty.

En ellas los ingresantes aprenden a escribir en guaraní y en español y las nociones de su cultura. En la secundaria, aprenden sobre artesanías en barro, a cultivar la tierra y al cuidado de la misma. Las madres pueden llevar a sus hijos a las clases.

En la aldea, el contacto con los animales es muy cercano, al conocer tanto la selva, también conocen sobre cómo cazar y cómo tratar a cada especie. Loros, monos y apereá (cuis / roedor) suelen verse siendo mimados por los niños.

Sembrar y conocer sobre las especies nativas es también parte de la cultura mbya guaraní.

El conocimiento sobre las hierbas del monte y plantas medicinales se aprenden dentro del núcleo de la aldea por transmisión de generación en generación.

Religiosidad
Las mujeres mbya también pueden ser opyguá, (lideres espirituales), que según la religiosidad del pueblo originario pueden establecer contacto con la divinidad y además sanar y realizar diferentes rituales para el bienestar de la comunidad.

Mujeres sabias
La abuela Rogelia Benítez de la aldea Perutí, con 80 años vive sola y sale a saludar todas las tardes, cuando ve una reunión o pequeña charla cercana a su casa, lentamente se acerca con su bastón, no duda en tirar unos besos al aire a aquellos que la saludan desde lejos.

Rogelia es la abuela de la aldea, abuela de todos y guarda en ella no solamente simpatía, sino también historia.

Los ancianos son los más respetados de la comunidad debido a su experiencia y sabiduría cuanto más anciana es la persona, mayor es su conocimiento. Por este motivo, el respeto hacia los adultos mayores es una forma de resguardar los saberes.

La artesanía mbya es hecha con elementos que da la naturaleza misma, y para que trascienda y no se pierda, la joven Florencia Gauto (26) transmite sus conocimientos de la talla, con paciencia para preservar este saber hecho con las manos. Es una destreza manual en conexión y equilibrio con el entorno natural.

Estas piezas características del arte mbya guaraní son trabajadas en madera kurupí kay, se colorean con alambre o hierro caliente, figuras como tucanes, yaguaretés todos animales del monte muy respetados, como todo ser vivo.

Florencia aprendió este oficio de artesano de niña, mirando a los mayores mientras tallaban, así, esta transmisión de cultura originaria potencia la posibilidad de trabajo para las familias de la aldea. Su juventud da esperanza a la comunidad toda, por el contagio del entusiasmo para rescatar el oficio del saber artesano y para que la tradición no se pierda.

Con el tiempo, hay mujeres que por alguna circunstancia quedan viudas, es el caso de las Venancia y Elena amigas de toda la vida, ambas viven en la aldea Peruti y se acompañan todas las tardes.

Por el modo de vida comunitario, los mayores no quedan solos, sino que están integrados a la familia extensa.

Otra de las bellezas que tiene este pueblo originario, es el canto y la danza, la abuela Aurelia Núñez artesana e integrante del coro, confecciona collares y pulseras con adornos de semilla, éstas tienen su significado espiritual y de unidad con el monte y con la tierra.

Una de sus ocupaciones en el día es transmitir a sus nietos y a los niños de la comunidad estos conocimientos que adquirió de chica, de su madre y abuela, como la danza, el canto y a usar las tacuaras para marcar el ritmo.

Las mujeres juegan un rol primordial para preservar las melodías tradicionales, teniendo upa a sus bebés ya empiezan a entonar estas melodías, así los niños duermen con este canto para que luego ellos participen en un coro de la comunidad.

Con esta simple acción, la de cantar, la de tallar, confeccionar collares, reafirman su identidad, la mantienen y rescatan la cultura ancestral.

En la provincia hay 8 comunidades lideradas por mujeres. Una de las mujeres que ha llegado a ser cacique es Ruperta Morínigo, de la comunidad de Yacutinga, en Gobernador Roca.

La legislatura misionera designó que cada 5 de septiembre sea el día provincial de la mujer mbya guaraní.

* Hirsch, S 2008 Maternidad, trabajo y poder: cambios generacionales en las mujeres guaraníes del norte argentino. Mujeres indígenas en Argentina. Cuerpo, trabajo y poder, 231-251. Silvia Hirsch es especialista en comunidades indígenas de la Argentina en temas vinculados a la educación, salud, género e identidad.


NG/MA

Fuente El Diario AR
24 de Agosto de 2024

viernes, 30 de mayo de 2025

Primer graduado Mbya Guaraní en la Facultad de Humanidades de la UNaM



Anibal González hace historia al convertirse en el primer licenciado Mbya Guaraní de la UNaM, un hito de inclusión y diversidad en la educación superior de Misiones.

La Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) ha celebrado un acontecimiento histórico al otorgar el título de Licenciado en Trabajo Social a Aníbal González, convirtiéndose en el primer miembro de la comunidad Mbya Guaraní en lograr un título de esta facultad.

El evento, que tuvo lugar en la sede de Posadas, contó con la presencia de familiares de González, provenientes de la Comunidad Andresito en San Ignacio, además de docentes, compañeros y autoridades académicas. La tesis de González fue dirigida por la Dra. Yamila Irupé Nuñez.

Este logro marca un importante avance en la inclusión dentro del ámbito universitario público de la región. La facultad destacó la importancia de un sistema educativo público, gratuito e inclusivo, y celebró la incorporación de González al grupo de sus graduados.

El nuevo licenciado expresó su agradecimiento hacia la universidad pública por su formación y motivó a otros jóvenes de su comunidad a perseguir estudios superiores. Asimismo, las autoridades de asuntos guaraníes de la institución reconocieron el esfuerzo y dedicación de González durante su trayectoria académica.


sábado, 10 de mayo de 2025

El excelso arte de Marisol Gorgues





“Luces del Monte”
Óleo sobre bastidor de 50x70 cm.
Celia, la hermosa modelo, es miembro de la comunidad guaraní Mbororé, de Iguazú.
Los guaraníes tenían la gran capacidad de explicar, desde su cosmovisión, distintos fenómenos a través de leyendas, y una de ellas es la de los isondúes o “bichitos de luz”.
La historia dice que en la creación del mundo, el Dios supremo de los guaraníes, Tupá, creó los primeros hombres. Durante el día, los hombres disfrutaban de los placeres de la naturaleza y recorrían los valles, comían frutos y se bañaban en los arroyos. Pero cuando el sol se retiraba, el mundo se hundía en la oscuridad. Los hombres se refugiaban de los peligros que los acechaban, sobre todo de Añá, el espíritu del mal.
Por esto, Tupá les dio el fuego para que los calentara y protegiera. Los hombres estaban felices y por las noches armaban fogatas para reunirse y compartir.
Una noche, Añá rondaba por allí y escuchó un alboroto. Al acercarse, encontró al grupo de hombres reunidos alrededor del fuego. Añá enfureció y su corazón se llenó de envidia, ya que esperaba encontrarlos sufriendo el frío de la noche y profesando temor. Así, se transformó en ráfagas de viento y sopló contra las fogatas, con la intención de apagar el fuego para siempre. Las chispas volaban por todos lados y Añá las perseguía soplando para no dejar ni un rastro de fuego.
Los hombres, espantados, buscaron refugio mientras miraban como su preciado fuego era extinguido. Pero Tupá, quien había visto todo, decidió engañar a Añá: convirtió las chispas en insectos alados que prendían y apagaban su propia luz a medida que volaban. Los llamó Isondúes.
Añá, sin notar el cambio, continúo persiguiendo a los Isondúes, soplando con furia para apagarlos, pero los Isondúes se multiplicaron y se dispersaron por toda la tierra. Añá fue detrás de los insectos, y dejó en paz a los hombres. Finalmente, Tupá enseñó a los hombres a reavivar el fuego y todos recuperaron la alegría y la tranquilidad.
#arte #art #kunst #oilpainting #pinturaaloleo #culturaguarani #leyendaguaran
 las reac

sábado, 19 de abril de 2025

19 de Abril - Pueblo Mbya Guaraní


domingo, 13 de abril de 2025

Saludo Mbya Guaraní al Amanecer


Ñeporandu opu’ãaregua / Saludo Mbya Guaraní al Amanecer

Aguyjevéte.
Repu’ã atyrami’ĩ,
Repu’ã ñendu porã’ ĩ,
Ñamandu ouare, nde ayvu’i, nderory’I, rekorã’i juma
reropu’ã’ ĩ
Kova’ema ha’eve’i.

Como todos los días al despertar,
con la fortaleza de sentirse bien,
con la venida del sol, Ñamandu, con las palabras,
la alegría y la vida, hoy al despertar
esto es Sagrado.


Fuentes:
Grisel Reyes Docente de Lengua y Cultura Mbya Guaraní - Comunidad de Leoni Tava’i (Misiones / Argentina)
Hilario Castillo Estudiante Comunidad El Chapá (Misiones / Argentina)
Julio César Castillo Estudiante Comunidad El Chapá (Misiones / Argentina)
Antonio Castillo Docente de Lengua y Cultura Mbya Guaraní Comunidad El Chapá (Misiones / Argentina)
Agustín Ocampo Docente de Lengua y Cultura Mbya Guaraní Comunidad Katupyry (Misiones / Argentina)
Ernesto Morínigo Estudiante Comunidad Katupyry (Misiones / Argentina)
Alejandro Almada Integrante Comunidad Katupyry (Misiones / Argentina)
Ariel Cabrera Estudiante Comunidad El Pocito (Misiones / Argentina)
Colección “Con Nuestra Voz Cantamos” Ministerio de Educación de la República Argentina

martes, 25 de febrero de 2025

Lengua Mbya Guaraní / Día Inrternacional de la Lengua Materna


El mbya guaraní “es uno de los idiomas que sobreviven a la colonización porque se sigue transmitiendo de generación en generación, y eso ayuda a preservar su cultura y saberes ancestrales.

❞𝐄𝐬 𝐮𝐧 𝐨𝐫𝐠𝐮𝐥𝐥𝐨 𝐩𝐨𝐝𝐞𝐫 𝐡𝐚𝐛𝐥𝐚𝐫 𝐞𝐧 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐥𝐞𝐧𝐠𝐮𝐚❞  

El Día Internacional de la Lengua Materna se celebra el 21 de febrero con el objetivo de proteger los idiomas nativos y con ellos la identidad de todos los pueblos del mundo, además de promover el respeto por la diversidad lingüística y cultural.

Según el último censo realizado en Argentina, en 2022, se reconocieron 58 Pueblos Indígenas en el país, y el 29,3% de esta población manifestó hablar o entender la lengua de su pueblo.
Este dato denota el impacto de la colonización y la falta de políticas educativas que acompañen el desarrollo y preservación de las diversidades lingüísticas que la Constitución Nacional garantiza a los Pueblos Indígenas al establecer “el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural”, el idioma es parte fundamental de la identidad.
En Misiones existen 135 Escuelas Interculturales Bilingües, de las cuales 115 son de nivel inicial/primario y 20 de nivel secundario, mientras que la matrícula es de 6.000 alumnos y 160 Auxiliares Docentes Indígenas (ADI) designados. Pero es necesario que una ley incorpore la modalidad Educación Intercultural Bilingüe (EIB) al Estatuto docente de la provincia, mientras tanto las escuelas son atendidas como escuelas comunes, a pesar del nombramiento de los ADI, al no haber una dirección específica para el área. El año pasado, en el marco de una protesta, desde las Comunidades solicitaron una coordinación de EIB en el Concejo General de Educación (CGE), elevación de horas y más cargos docentes.

Sin embargo, el Mbya Guaraní es uno de los idiomas que sobreviven a la colonización porque se sigue transmitiendo de generación en generación, y eso ayuda a preservar su cultura y saberes ancestrales. El mismo censo de 2022 arrojó el dato de que el 83,6 % de la población que se reconoce o desciende del Pueblo Mbya Guaraní, habla o entiende su lengua. Es el segundo Pueblo Indígena en Argentina, después del Pilagá, que mejor conserva su idioma de origen.

Reunidos en su asamblea tradicional, Aty Ñeychyrõ, reflexionaron sobre esta fecha: Valentín Benítez, de la Comunidad Alecrín, San Pedro, expresó: “En la lengua está nuestra raíz, que no se ha perdido, se mantiene firmemente. En las Comunidades (tekoa) hablamos en nuestra lengua, sólo hablamos castellano cuando salimos de ahí adentro. Es importante mantener la lengua materna porque podemos decir que el Pueblo Mbya no se ha perdido con la colonización. Los jóvenes estamos atentos cuando hay palabras que se van perdiendo, es nuestro rol. Es un orgullo poder hablar en nuestra lengua”.
La lengua es fundamental para mantener la diversidad cultural, porque es allí donde se mantienen vivas la memoria, las tradiciones e incluso la forma de ver el mundo. La lengua es crucial en la formación del pensamiento y por tanto, de la identidad.

#DíaInternacionalDeLaLenguaMaterna #PueblosIndígenas #PuebloMbya #identidadvisual

Fotografía
Liliana N. Sosa  
Compartido por EMIPA

viernes, 24 de enero de 2025

Celebración del Ára Pyau 21 de Septiembre - Año Nuevo Mbya Guaraní



La llegada de la primavera es el renacer de un nuevo tiempo del florecimiento y abundancia, es por eso que los Mbya Guaraníes celebran el Ara Pyau o año nuevo Mbya.

Ñande Ru Ete (padre) y Ñande Chy Ete (madre) ordenan a Tupã a hacer bendiciones a todos y para todos. Para los hombres, mujeres y niños; también para el monte, para los animales, para la plantación y por la salud. También es tiempo de bautismo. Tupã bautiza el avachi pyau (semilla nueva) y al avachi reñói para que se renueven.

“Tupã Oykoa Opygua oepya pave oyva yvy rekoachyre, tete í ñe é kuery”: Tupã reconoció a los Opygua como guías espirituales del mundo y le da fuerza a su cuerpo y espíritu bueno.
Las bendiciones se hacen con agua, con brotes, con cáscara de cedro, con la pluma de loro. También se hacen velas con cera de jate'i (abeja), se prepara un tata pyau (fuego nuevo) con la varilla de la hoja del pindo. Ésta sirve para los fogones de las casas y también tiene el sentido de que “todo vuelve a renovarse”.

Con la hoja del pindo se prepara un canasto para el mbojape, comida típica sagrada hecha con avachichĩ (maíz blanco). Con miel en una calabaza se bendice para compartir con todos, para que se renueve también la comida, para bendecir a los kyryngue (niños) que nacieron en este tiempo, para bendecir las semillas, con lo que se quiere que haya nuevas plantas.

Los chicos que nacen en este mes son llamados a renovar el mundo, son especiales. Los rituales comienzan con el amanecer. Primero se realiza el Aguyjevéte, la llegada. Después el aguyjevete ñeporandu, saludo entre los opygua, donde se saluda al Ñande Ru Ete por medio del Opygua.

Posteriormente, viene el Tangara que consiste en una formación en círculo, donde hombres y mujeres, acompañado con música mbaepuja y  raveja (música con guitarra y violín), con los instrumentos tradicionales, el mbaepu (guitarra de cinco cuerdas), rave (violín de tres cuerdas), mbaepu mirĩ (calabacita con semillas), popygua (2 varillas de madera) y takuapu (caña takuarusu, que solo ejecutan las mujeres).

Inmediatamente se entra en el Opy, los Opygua entran primero y después el resto, con el acompañamiento de “japysakareko” (música sagrada que se ejecuta con los mismos instrumentos).

Comienzan los pedidos, por medio del opy, se pide a Dios que escuche. Para ello se usa humo de pipa “petỹngua” (tabaco). Se canta “Mborai (con los instrumentos tradicionales), se canta también el “ Mborai Ñanderuete” (canto sagrado). Se pide primero la bendición para el pueblo Mbya. Para salir del Opy se baila “jerojy”. Se pide permiso para salir, afuera del Opy, los cabos, al escuchar esa música, saben que algunos van a salir del Opy, a hacer sus necesidades y después vuelven a entrar. Esta primera parte puede durar alrededor de dos horas.

La segunda parte, se hacen curaciones, se saca el Espíritu Malo de las personas, también el Opygua cuenta a los padres y madres, y a todos los que escuchan, de qué pueblo vienen los kyryngue (chicos). También explican el porqué de los nombres que le ponen a los kyryngue. Algunos vienen de Ñanderuete, Ñandechyete o Kuaray, entonces los llaman Kuaray o Karai Vera, Karai Tataendy, Karai Mirĩ o Karai Vera, solo por mencionar algunos nombres. Las niñas tienen otros nombres como Jachuka, Yva, Kerechu, Para'i, entre otros.

Ñande Ru Ete le cuenta al Opygua, espiritualmente, que nombre tiene que poner.

El Opygua cuenta a los padres como tienen que mantener el respeto a su familia, entre la pareja y con sus hijos, porque es costumbre del Mbya que el hombre tiene que tener una sola mujer, de acuerdo con el mandamiento de Ñande Ru Ete y Ñande Chy Ete, porque los menores tienen que saber quienes son sus “cheramói a chejarýi (abuelo y abuela). Al final, se pide que los cantos y rezos que no se pudieron hacer, se escuchen cuando se vuelvan a juntar en el Opy. Ahí también se pide la bendición para los jurua (blancos), porque antes eran uno solo, pero después se compartió para ser mbya y jurua, cada uno con su cultura, pero siguen siendo hermanos. Así también se pide por todos, porque el espíritu bueno y el malo pueden estar en el mbya y en el jurua.
Esta segunda parte puede llegar a durar hasta tres horas, depende del Opygua, si escucha lo que le dice Ñanderuete, puede quedarse o irse. Si se van a descansar, se decide a través de los sueños si se van a juntar otra vez.

Compartido por FB Guaraní Reko


viernes, 17 de enero de 2025

Identidad Mbya

Bellísimo arte
de los ancestro heredados
a esta parte...
Milensarias guardas
e imágenes talladas...
Selva, Identidad,
desde la maravillosa, profunda y andestral
Tierra sin Mal,
desde la creatividad de la kuña arandú;
Jachuka!
Javier Rodas
17 de Enero de 2025






Haciendo Artesanias forrado en mates y tallados.
Jachuka Duarte.

jueves, 19 de diciembre de 2024

Sergia Ferreira, Artesana Mbya Guaraní


Sergia Ferreira, gran cestera mbya guarani de Tekoa El Pocito, Capiovi - Misiones.
Todas las