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Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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miércoles, 27 de febrero de 2019

La pérdida de biodiversidad amenaza la variedad de alimentos que conocemos

Un nuevo informe de la FAO denuncia la disminución de especies vegetales en las explotaciones agrícolas, el aumento de razas ganaderas en peligro de extinción y de la sobrepesca.



Agricultores siembran arroz antes de la temporada de verano en Naypyitaw, Birmania. HEIN HTET (EFE)
Más variedad de plantas y animales implica más opciones para encontrar distintos nutrientes, más resistencia ante las plagas, más principios activos para medicinas o más riqueza de productos. Pero la biodiversidad del planeta se destruye y por ende se agrava la inseguridad alimentaria, según revela El estado de la biodiversidad para la alimentación y la agricultura en el mundo, el primer informe en este ámbito realizado la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). De unas 6.000 especies de plantas que se cultivan para obtener alimentos, menos de 200 contribuyen de manera sustancial a la producción alimentaria mundial, y nueve representan el 66% del total de la producción agrícola, revela este texto que ha tardado cinco años en elaborarse y se basa en información de 91 países y de una veintena de organizaciones. “Si no preservamos la biodiversidad, nosotros también estamos en peligro. La situación está llevando a nuestra ya frágil seguridad alimentaria al borde del colapso”, ha alertado el director general de la FAO, José Graziano da Silva, en la presentación del texto este viernes en Roma.
Entre sus principales conclusiones expone que la producción ganadera mundial se basa en unas 40 especies animales, de las cuales solo varias proporcionan la mayor parte de la carne, la leche y los huevos. Destaca también que de las 7.745 razas de ganado locales, el 26% está en peligro de extinción. En el ámbito de la pesca, el 33% está sobreexplotada, y el 60% han alcanzado su límite de aprovechamiento sostenible. "Una vez perdida, esta biodiversidad ya no puede recuperarse", se lee en el texto, que incluye a las plantas y animales, tanto silvestres como domésticas, que abastecen de alimentos, piensos, combustible y fibra, además de los microorganismos que los sustentan. 
“Ya no podemos perder más tiempo”, ha señalado durante la presentación Bernard Lehmann, secretario de Estado para la Agricultura de Suiza, que ha señalado la importancia de vincular la recuperación de especies con los mercados y las políticas gubernamentales. “La biodiversidad no puede quedarse solo en la conservación, se tiene que utilizar para la alimentación”, ha instado Lehmann sobre un estudio que incluye a los insectos, murciélagos, aves, manglares, corales, praderas marinas, lombrices, hongos y bacterias como agentes que mantienen a los suelos fértiles, polinizan las plantas, purifican el agua y el aire, mantienen sanos peces y árboles, y combaten las plagas y enfermedades de los cultivos y el ganado.
“El informe requiere acción y que los países y la comunidad internacional traten las causas. Hay que transformar el sector porque tiene que seguir alimentando de manera adecuada a la población creciente y a la vez dejar de degradar los ecosistemas”, ha agregado en Roma Naoko Ishil, directora de la asociación Global Environment Facility. El ser humano está detrás de la mayoría de las causas, tanto en los usos del suelo como por el cambio climático. La expansión a gran escala de la agricultura comercial, la deforestación, la urbanización, la sobrepesca o sobreexplotación, la sobreutilización de pesticidas e insecticidas que se filtran al agua y a la tierra o la sustitución de alimentos tradicionales por comerciales inciden en la pérdida. “Antes había casi tantas variedades como agricultores y cada una de ellas era diferente. Eso servía de amortiguador ante enfermedades o cambios medioambientales, pero la obligación por ley a utilizar determinadas semillas crea dependencia de las multinacionales y de sus productores y homogeneíza el cultivo, la uniformidad es pérdida”, apunta el genetista José Esquinas, que indica también como la inseminación artificial de especies ganaderas reducen también la diversidad biológica.
También limita la riqueza de especies el cambio climático. “Genera inundaciones, sequías, tormentas, fuegos, o aumentos de temperaturas que afectan a la propagación de especies invasoras o a los océanos. Por ejemplo, los corales y sus hábitats”, detalla Julie Bélanger, coordinadora del informe y miembro del departamento de la Comisión de Recursos Genéticos de la Alimentación y la Agricultura. Bélanger resalta también cómo afectan estas causas a los polinizadores, que preservan la fertilidad de los suelos y son controladores naturales de plagas. “Los informes sobre las pérdidas de las colonias de abejas están en aumento; el 16,5% de las especies polinizadoras de vertebrados están amenazadas”, indica el texto, que indica que están “gravemente amenazadas” las abejas, las mariposas y los murciélagos.
Las especies silvestres, que también inciden en los organismos del suelo, se evalúan como “en rápida desaparición”. “El 24% de casi 4.000 especies silvestres alimentarias, sobre todo plantas, peces y mamíferos, disminuye en número. Pero es probable que la proporción de alimentos silvestres en declive sea aún mayor, ya que se desconoce el estado de más de la mitad de las especies de alimentos silvestres existentes”, detalla el texto. “Si el ser humano entiende la alimentación como industria se basará en incrementar la producción a corto plazo sin importar la salud o el medio ambiente”, concluye Esquinas, que coincide con Da Silva en aumentar el poder de los pequeños agricultores, que son los que producen el 80% de los alimentos mundiales, y a la vez sufren inseguridad alimentaria. “Ellos son los que más contribuyen a la preservación de la biodiversidad, solo in situ, en fincas, en sus explotaciones se puede preservar”, ha declarado el director general. “Los pequeños agricultores son los que alimentan al mundo, pongamos sus intereses por encima de los demás”, ha reclamado Normita Ignacio, directora ejecutiva de la organización Searice Filipinas. 
Fuente: El País (España) - 22 de Febrero de 2019

lunes, 6 de marzo de 2017

FAO advierte que 37 países están amenazados por el hambre


De acuerdo al informe de la FAO, 28 de las 37 naciones afectadas por el hambre se encuentran en África.

La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés) informó que al menos 37 países se encuentran amenazados por el hambre debido a los conflictos armados, terrorismo y las sequías pese a que a escala mundial abundan las cosechas.

Según el último informe sobre perspectivas de cosechas y situación alimentaria destaca que 28 de esos 37 países dependientes de la ayuda alimentaria internacional están en África, donde las sequías de 2016 vinculadas al fenómeno de El Niño han seguido causando estragos.


El director general adjunto de la FAO, Kostas Stamoulis, señaló en un comunicado que el mundo se halla en un momento "sin precedentes", con cuatro amenazas de hambruna en varios países a la vez.

El organismo internacional sostiene que los conflictos armados vigentes en el mundo han aumentado igualmente el número de personas desplazadas que pasan hambre, lo que hace que tiendan a crecer las emergencias por inseguridad alimentaria.
En zonas de Sudán del Sur se declaró la semana pasada la hambruna. Se calcula que afecta a 100.000 personas, mientras que en todo el país 4,9 millones de sursudaneses necesitan asistencia alimentaria urgente.

De acuerdo a la ONU, en Yemen la guerra y la escasez de alimentos han hecho que 17 millones de personas (dos tercios de la población) sufran hambre, la mitad de los cuales requiere ayuda de emergencia, por lo que el riesgo de declarar la hambruna es alto.

Mapa Mundi Interactivo del hambre

En el norte de Nigeria existen 8,1 millones de personas con inseguridad alimentaria aguda a causa de las acciones del grupo terrorista Boko Haram, 2,9 millones en Somalia afectados por el terrorismo de Al Shabab y una dura sequía que ha reducido la producción de alimentos en un 70 por ciento por debajo de la media, agotando las reservas.

Afganistán, Burundi, la República Centroafricana, la República Democrática del Congo, Iraq, Birmania y Siria son otros de los países donde los combates y disturbios han puesto en riesgo la alimentación de millones de personas.


domingo, 5 de marzo de 2017

Alarmante: hambruna sin precedentes en África


La amenaza de hambrunas en Nigeria, Somalia, Yemen y Sudán del Sur preocupa a la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que calcula que 37 países, 28 de ellos en África, requieren de ayuda alimentaria externa.

“Esta es una situación sin precedentes. Nunca antes nos habíamos enfrentado a cuatro amenazas de hambruna en varios países simultáneamente”, aseguró el director general adjunto de la FAO, Kostas Stamoulis.

“Hay que actuar rápido y proporcionar no solo ayuda alimentaria sino también apoyo a los medios de vida para asegurar que estas situaciones no se repiten”, pidió.

En un comunicado divulgado ayer, la FAO, cuya sede central se encuentra en Roma, advirtió sobre las graves dificultades para acceder a los alimentos en las zonas que sufren conflictos civiles y donde se registran además sequías, como ocurre en África oriental.


Según el informe Perspectivas de cosechas y situación alimentaria, “alrededor de 37 países requieren ayuda alimentaria externa, 28 de ellos en África, como consecuencia de los efectos persistentes de las sequías provocadas por El Niño el año pasado sobre las cosechas”.

En Sudán del Sur se declaró formalmente una situación de hambruna, “mientras que en el norte de Nigeria, Somalia y Yemen, la seguridad alimentaria es también motivo de gran preocupación”, denuncia la entidad de Naciones Unidas.

En Sudán del Sur alrededor de 4,9 millones de personas sobre una población de once millones, han sido clasificadas como en situación de crisis, emergencia o hambruna.


En el norte de Nigeria, 8,1 millones de personas se enfrentan a condiciones de inseguridad alimentaria aguda y en Yemen, donde se estima que 17 millones de personas -dos tercios de la población- padecen inseguridad alimentaria, casi la mitad de ellos necesitan ayuda de emergencia.

En Somalia, el conflicto, la inseguridad civil y la sequía se han unido para hacer que haya más del doble de personas -ahora unos 2,9 millones- padeciendo grave inseguridad alimentaria respecto a hace seis meses.

Fuentes: AFP-NA
Diario Primera Edición (Posadas-Argentina) – 3 de Marzo de 2.017 

miércoles, 25 de enero de 2017

Inundaciones, la costumbre de culpar al clima (Argentina)


El monte nativo absorbe diez veces más agua que un campo desmontado para soja. Las ONG cuestionan que el Gobierno tome como interlocutores a los representantes del desmonte y responsabilice al clima por las inundaciones.

En un ciclo de lluvia, inundación, el agro que culpa al clima, millonarias pérdidas económicas, el gobierno ofrece subsidios y promete obras. Y el círculo reinicia en el próximo temporal. Sucede de forma periódica y, estas semanas, tocó a regiones de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. “No es el clima, es el modelo agropecuario”, resumió la ONG Naturaleza de Derechos, dedicada al derecho ambiental. En el mismo sentido apuntaron organizaciones socioambientales que recordaron que, agronegocios mediante, Argentina es líder mundial en desmonte. Estudios muestran la influencia del cambio del uso del suelo.

El monte nativo absorbe 300 milímetros de agua por hora. Una pastura convencional (donde hay ganado) 100 milímetros. Y un campo con soja apenas 30 milímetros por hora. Lo precisó una investigación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), difundida por este diario en abril pasado, cuando zonas de Córdoba y Buenos Aires sufrieron inundación. Nicolás Bertram, del INTA Marcos Juárez (Córdoba), uno de los autores del trabajo, remarcó que “los excesos hídricos no se deban a la falta de obras ni al exceso de lluvias, sino más bien a la agriculturización de las últimas dos décadas principalmente”.

“Ascenso de napas en la región pampeana: ¿Incremento de las precipitaciones o cambios en el uso de la tierra?”, es el título del trabajo académico (firmado junto a Sebastián Chiacchiera). Analizaron las lluvias de los últimos cuarenta años y los cambios en el modelo agropecuario (sojización y expulsión de ganadería), entre otras variables. Bertram lo explicó: “La napa estaba a diez metros de profundidad y hoy está a menos de un metro de la superficie. Los suelos están saturados, no pueden absorber más. Es como si antes teníamos una maceta grande y echábamos un balde de agua. Ahora la maceta es diez veces más chica pero echamos el mismo balde de agua”.


En 2015, frente a una inundación en Córdoba, el entonces gobernador José Manuel de la Soja culpó a la naturaleza: “Fue un tsunami que vino del cielo”. Ante los actuales anegamientos, la Asociación de Productores de Siembra Directa (Aapresid, empresarios del agronegocio y del modelo transgénico) dijeron: “Catástrofe climática. Las inundaciones en el centro del país, producto del temporal, dejaron al agro en alerta roja”.

Horacio Brignone, de la campaña Paren de Fumigar (con agrotóxicos) de Santa Fe denunció que las autoridades sólo tomen como interlocutor al sector del agro: “Ante las inundaciones, subsidian al sector responsable de las mismas. Parece que al agua la van a parar con subsidios, exportaciones y ‘producción’. Hacen siempre lo mismo y esperan resultados diferentes”. Y compartió el comunicado del Centro de Protección a la Naturaleza (Cepronat), parte de la Campaña Paren de Fumigar:  “El modelo agrobiotecnológico agrava las inundaciones. La aplicación del paquete de transgénicos, agrotóxicos y siembra directa significó la subida de las capas freáticas. El monocultivo de soja y sus agroquímicos producen una impermeabilización del suelo. De esa forma, el agua no penetra, no absorbe y simplemente corre e inunda”.

El comunicado está fechado en agosto de 2015, pero volvió a circular esta semana. Carlos Manessi, de Cepronat, explica: “Tiene total vigencia y por eso lo compartimos”. Cuestionó que el sector empresario y político solo mencione el cambio climático o el fenómeno conocido como “El Niño”.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ubicó a Argentina entre los diez países que más desmontaron durante los últimos 25 años. En el país se arrasaron 7,6 millones de hectáreas, un promedio de 300.000 hectáreas al año. Hernán Giardini, de Greenpeace, afirmó: “Todos los años somos testigos de grandes inundaciones. No es casualidad ni un fenómeno natural. Es consecuencia de la ausencia de una política ambiental nacional que proteja a nuestros bosques y humedales de los incendios, de los desmontes por el avance de la soja, la ganadería intensiva y los desarrollos inmobiliarios”.

La localidad de Chabás, al sur de Santa Fe, es una de las localidades más afectadas por la inundación. Los vecinos cortaron la ruta nacional 33 y pidieron obras de infraestructura, canales y bombas para desagotar. Miguel Fabrro, junto a otros grupo de vecinos, no descartó la importancia de las obras pero marcó otras causas: “Es el modelo extractivista. Chabás tiene trece cuadras por trece, en medio de un mar de soja. El agua empezó a venir del campo sin que esté lloviendo en el pueblo. En 2 horas teníamos el 70 por ciento de las calles con agua”.

Córdoba es una de las provincias más inundadas. Laboulaye, Las Varillas, Villa Huidobro, Adelia María, Chazón, San Francisco, Oncativo y Morteros, están en las localidades más afectadas. Darío Avila, abogado especializado en derecho ambiental y parte de la APDH Córdoba, llamó la atención: “Qué casualidad. Todas zonas del agronegocio, corazón sojero”. El gobierno de Córdoba impulsa una ley para desmontar nuevas regiones y avanzar con el agronegocio.

Escrito>Darío Aranda

Fuentes> Ecoportal.net

Diario Página 12 – 23 de Enero de 2.017