Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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lunes, 18 de marzo de 2024

Restituyen restos humanos a las comunidades huarpes


La colección de Agustín Gnecco fue donada al Museo Udaondo en 1944 e incluye cráneos y momias huarpe. El gobierno bonarense las devuelve a sus descendientes.

En 1857 nació en el barrio porteño de Flores Agustín Gnecco, hijo de un capitán naval genovés. Con los años, Gnecco se hizo muy sanjuanino y muy coleccionista, llenando su casa de imágenes coloniales, monedas, papeles, muebles y todo tipo de objetos históricos. Y también de restos humanos, porque Gnecco, como tantos de su generación y como su amigo Estanislao Zeballos, era un recurrente ladrón de tumbas indígenas. Del saqueo quedó una morbosa colección de cinco cadáveres completos, treinta cráneos y una enorme cantidad de objetos personales y rituales robados.

En 1944, un hijo de Gnecco combinó con Eduardo Udaondo, director del museo que hoy lleva su nombre en Luján, la donación y el envío de buena parte de la colección a esos pagos bonaerenses. Ahí fueron también los cadáveres robados y sus ajuares funerarios, que fueron exhibidos por un tiempo. Con los años, al personal del Udaondo le dio vergüenza el botín, que quedó guardado en un sótano.

Este miércoles y después de un largo trabajo de identificación de los restos, el gobierno de la provincia de Buenos Aires los va a devolver a sus parientes y descendientes de las comunidades huarpe de San Juan. La despedida va a ser ritual, con un canto a cargo de la escritora, cantante y activista mapuche-tehuelche Carina Carriqueo, con otros representantes de las Primeras Naciones bonarenses. Y también estarán representados los que recibirán los restos y les devolverán su dignidad, la Organización Territorial Huarpe Pikanta.

El destino de los restos de estos ancestros es la comunidad huarpe Las Chacras, en Caucete, San Juan, a unos 160 kilómetros de la capital. Allí hay un espacio sagrado donde descansan muchos otros que se salvaron de los saqueos "científicos".

El trabajo

El primer análisis de la morbosa colección se hizo entre 1997 y 1999 en el marco de un proyecto de extensión de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Universidad Nacional de Luján. Los trabajos fueron dirigidos por el doctor Carlos Cansanello, con los arqueólogos Alicia Tapia y Mariano Ramos. El informe explica que lo que donó Gnecco es "un conjunto de elementos óseos disociados, especialmente integrados por cráneos, por restos humanos individuales conservados por momificación natural y restos culturales asociados a los entierros".

En el 2008, antropólogos y arqueólogos de un proyecto oficial de la Universidad Nacional de Luján se comunicaron con la comunidad Qom de San Pedro para anoticiarlos de la situación. En 2012, se realizaron reuniones con pueblos originarios en El Antigal, Primer Centro de Interpretación Indígena de la Argentina, y en el Concejo Deliberante de San Pedro. Así se logró el consentimiento de las comunidades originarias para realizar el estudio y proceder a la identificación de los restos. Ese mismo año se tomaron muestras y el antropólogo Mariano Ramos presentó un informe a las autoridades del Museo con “la identificación precisa de carácter étnico de los restos esqueletarios”.

Todo esto iba acompañado por el Instituto Cultural de la provincia, que puso a trabajar a la Dirección Provincial de Coordinación de Políticas Culturales, la Dirección de Diversidad y Prácticas Identitarias, la Dirección Provincial de Patrimonio Cultural y el Complejo Museográfico Provincial “Enrique Udaondo”. En paralelo, se involucraron el Consejo Provincial de Asuntos Indígenas de la Subsecretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia bonaerense, el todavía existente Instituto Nacional de Asuntos Indígenas y el Programa de Arqueología histórica y Estudios Pluridisciplinarios de la Universidad de Luján.



Como se verá por la escala de tiempo, pasaban los años y no se hacía la restitución, que recién tomó impulso en el gobierno de Axel Kiciloff y la gestión de Florencia Saintout al frente del Instituto Cultural. Para la funcionario, todo esto "se enmarca en la Ley nacional 25.517 sobre restos mortales de las comunidades indígenas y representa una importante política de reparación histórica, ante el genocidio, la colonizacion y cosifiacion de nuestros Pueblos Originarios”.

El marco legal

El primerísimo artículo de la ley que cita Saintout dice que “los restos mortales de aborígenes que formen parte de los museos y/o colecciones públicas o privadas, cualquiera fuera su característica étnica, deben ser puestos a disposición de los pueblos indígenas y/o comunidades de pertenencia que los reclamen". La ley es de 2001, pero recién en 2010, con Cristina Kirchner en la presidencia, tuvo un encargado, el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, que el presidente Javier Milei acaba de disolver efectivamente.

La Constitución Nacional, a todo esto, reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas y ordena el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural. También reconoce la personería jurídica de sus comunidades, la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan, y regula la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano. Todo esto, por supuesto, apenas pasa de lo declarativo y sigue siendo una larga lucha política hasta el simple reconocimiento por escritura de las tierras que ocupan desde siempre.

La Constitución de la provincia de Buenos Aires, en el artículo 36, también reconoce los derechos de los pueblos indígenas y dice que “la Provincia reivindica la existencia de los pueblos indígenas en su territorio, garantizando el respeto a sus identidades étnicas, el desarrollo de sus culturas y la posesión familiar y comunitaria de las tierras que legítimamente ocupan”.

La restitución de los ancestros huarpe que realizan ahora Kiciloff y Saintout es resultado de la voluntad política de cumplir estos marcos constitucionales y legales, largamente ignorados. Es también un acto de justicia para ir levantando una lápida de las que pesan. El robo de tumbas de las Primeras Naciones fue sistemático después de la expedición de Roca, con cientos de enterratorios violados por buscadores de platería, textiles y cráneos para las colecciones "científicas". El Perito Moreno, Gnecco, Georges Claraz fueron de los más activos en esto de saquear tumbas.

La crueldad con que esto se hacía es notable. Estanislao Zeballos descubrió que entre los prisioneros encadenados había un baqueano y le ofreció la libertad a cambio de guiarlo. El pobre hombre, un mapuche, pronto descubrió que lo que buscaba el huinca eran tumbas para excavar y robar...

Fuente
Diario Página 12 - 18 de Marzo de 2024.

https://www.pagina12.com.ar/721675-un-obscuro-dia-de-justicia

sábado, 26 de febrero de 2022

Argentina: Referentes de pueblos originarios reclaman que se reformulen dos preguntas del censo 2022


La organización Tejido de Profesionales Indígenas, una red creada en julio del 2018 por iniciativa de ciudadanos argentinos pertenecientes a los pueblos originarios, presentó una medida cautelar para que se revisen las preguntas 23 y 24 que integran el cuestionario del Censo 2022, que se realizará el miércoles 18 de mayo.

Si bien la próxima edición del censo contará con preguntas nuevas como las relacionadas con la identidad de género y el autorreconocimiento étnico, este colectivo de organizaciones indígenas asegura que hay dos preguntas que deberían ser repensadas. Y denuncia "invisibilización estadística".

Las preguntas 23 y 24 son parte de la ampliación propuesta para el censo este año, y de este modo constituyen en sí un reconocimiento de las comunidades originarias de la Argentina “porque hasta el momento en los censos anteriores, en el 2001 y en el 2010, la pregunta solo se aplicaba a muestras, no se la aplicaba a toda la población. En este punto, avanzamos”, destacó consultada por este tema la politóloga mapuche Verónica Azpiroz Cleñan. Sin embargo, “si bien sentimos que hemos ganado en el sentido de incluir la pregunta de las lenguas, ésta no está bien formulada”.

"La pregunta 23 invisibiliza estadísticamente los nombres de los 39 pueblos originarios y la pregunta 24, referida a la diversidad lingüística, no es aplicada a la totalidad de la población argentina", argumentan desde la organización Tejido de Profesionales Indígenas.

Según manifestaron, la formulación de la pregunta número 23 contiene errores que atentan contra la visibilización porque “tiene casilleros vacíos para que el censista complete, eso genera errores porque los nombres de los pueblos originarios están castellanizados y se pueden escribir de muchas maneras. Pero, además, al no escribir el nombre de los pueblos originarios, están ocultándolos”, destacó Verónica Azpiroz Cleñan en diálogo con el programa radial Verano Prometido.

Por otro lado, la pregunta 24 del formulario "no a incluye las lenguas de señas, las lenguas migrantes/minorizadas y tampoco ofrece los nombres de las lenguas de origen indígena". La pregunta 24 se relaciona con la diversidad lingüística, la cual “fue una propuesta que nosotros hicimos de modo de poder hacer una fotografía de la cantidad de lenguas de pueblos originarios que se hablan en Argentina, pero ligándola a los derechos lingüísticos donde también incluimos la Lengua de Señas Argentina y también buscábamos incluir a la población migrante de la primera, segunda y tercera ola de migración en el país”, explicó Azpiroz Cleñan.

La amplitud de la pregunta, tal como había sido pensada originalmente por las organizaciones y referentes indígenas, se vio limitada en la versión final del firmulario a si la persona censada se percibe como indígena o no. Esto, argumenta Azpiroz Cleñan, “reduce el nivel de calidad de respuesta, porque puede ser que una persona que no sea indígena pero hable una lengua indígena”, así como también hay personas originarias que no hablan la lengua. “Entonces restringir esa respuesta solamente a aquellas personas que se reconocen parte de pueblos originarios va a generar un número mucho menor del que realmente debería ser”. Las estadísticas, en este marco, “son muy importantes para lo que nosotros creemos que son los procesos de revitalización lingüística en aquellos casos de las lenguas que están en proceso de desaparición o retracción"

En referencia a la medida cautelar presentada para que se reformulen estas dos preguntas, Azpiroz Cleñan destacó que la misma contó con el apoyo del Colectivo de Investigadores en Lenguas y Pueblos Originarios, quienes aportaron informes técnicos, la CEPAL/CELADE y 19 áreas de Universidades Nacionales. En contraste con esto, el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas no interfirió ni se expidió sobre el asunto. 

Fuente: Diario Página 12  -  25 de Febrero de 2022

lunes, 6 de septiembre de 2021

Encuentro de comunidades indígenas por la emergencia territorial



En el marco del día de la mujer originaria, este domingo se llevó a cabo el Encuentro Federal y Plural Emergencia Territorial Indígena en Argentina. Durante la jornada, representantes de comunidades originarias reclamaron la prórroga de la Ley 26.160, de emergencia y relevamiento territorial de comunidades indígenas, cuya vigencia finaliza en noviembre de este año. Además, debatieron sobre la necesidad de una ley de propiedad comunitaria indígena que instrumente el derecho a la posesión de sus territorios.

La jornada de debate fue organizada por el Encuentro Plurinacional de Naciones, Pueblos e Identidades Indígenas, Afrodescendientes, Migrantes y Diversidades, y contó con la adhesión de más de 60 organizaciones sociales y políticas. "Nos reunimos para organizarnos y tejer estrategias colectivas, construyendo propuestas y acciones para que nuestras demandas se hagan realidad mediante el cumplimiento efectivo de nuestros derechos", indicaron desde el Encuentro y detallaron que la actividad fue "el inicio de una serie de encuentros regionales durante el mes de septiembre".

Fuente: Página 12 - 5 de Septiembre de 2021

https://www.pagina12.com.ar/366281-encuentro-de-comunidades-indigenas-por-la-emergencia-territorio

sábado, 28 de agosto de 2021

Por qué se celebra el “Día del idioma Guaraní” y su influencia en Argentina





El “Día del idioma Guaraní”, una fecha nacional del país vecino de Paraguay, se celebra cada 25 de agosto en recuerdo a la promulgación de la Constitución Nacional de 1967, en el cual el guaraní fue declarado idioma nacional.

Paraguay es un país oficialmente bilingüe y sus leyes exigen que el uso del idioma guaraní tenga tanta importancia como el castellano. Se trata de una lengua de la familia tupí-guaraní hablada por aproximadamente 6,5 millones de personas en el Cono Sur de América, incluyendo a los hablantes de guaraní, y también a los que utilizan como segunda lengua.

Es un idioma americano que actualmente reconoce hablantes en siete países de América del Sur, compartido por poblaciones indígenas de Brasil, Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela, Paraguay y Argentina, siendo estos dos últimos los únicos donde es compartido por indígenas y criollos. En los demás países es confinado a poblaciones indígenas.

En Argentina las provincias de Corrientes, Misiones y Formosa tienen poblaciones criollas que usan habitualmente esta lengua, a raíz de lo cual el gobierno de la Provincia de Corrientes la declaró lengua oficial de la provincia.

Lo que define su presencia en América del sur es el hecho de ser la lengua de la mayoría nacional no indígena de Paraguay, mientras que además es hablada por seis parcialidades indígenas pertenecientes a la familia lingüística guaraní. Aquel país detenta la capitalidad del idioma y es tenido como su más importante custodio.

Tipos de guaraní

Se pueden diferenciar tres variantes principales del idioma guaraní, no totalmente inteligibles entre sí: el misionero o jesuítico, el guaraní tribal hablado por los guaraníes, y el guaraní moderno/criollo, este último el más hablado actualmente, en su versión paraguaya.


El guaraní misionero (jesuítico) se habló en el área y tiempo de influencia de las misiones jesuíticas, entre 1632 y 1767. Esta variedad había desaparecido totalmente para 1870, pero dejó importantes documentos escritos.

El guaraní tribal: abarca los dialectos hablados por cinco o seis etnias asentadas dentro del territorio paraguayo. Se lo conoce también como el "guaraní-ete", así como "guaraní puro o cerrado", y es utilizado mayormente por las tribus indígenas guaraníes.

El guaraní criollo: abarca sus variantes modernas, como el guaraní paraguayo y el guaraní correntino (perteneciendo ambas subvariedades a la variedad conocida como "guaraní criollo", la cual tiene sus orígenes en la tribu cario-guaraní del siglo XVI), poseen un amplio uso entre poblaciones mestizas, y no indígenas propiamente dichas. Esta variante tiene una leve influencia del castellano, a diferencia del guaraní tribal que es un guaraní más "puro".

La influencia del idioma guaraní

En Misiones hay nada menos que 11 municipios que llevan un nombre en guaraní: Caa Yari, Capioví, Caraguatay, Cerro Corá, Garuhapé, Garupá, Itacaruaré, Oberá, Panambí, Iguazú y Puerto Piray.

Por otro lado, existen muchos saltos, cerros y parques naturales que llevan nombre en guaraní, por ejemplo Parque provincial Teyú Cuaré, los saltos del Tabay, el cerro Mbororé en Panambí, Salto y valle del Cuña Pirú entre otros.

Los animales propios de Misiones y la flora autóctona también son honrados con nombres en guaraní como por ejemplo Ñandú, Coatí, Yacaré, Yaguareté, Mbariguí o mono carayá.

Por otro lado, algunos nombres en guaraní son Itatí, Anahí, Arami, Irupé, Yerutí, Iracema entre otros tantos.

Fuente: Diario Página 12 - 25 de Agosto de 2021.

https://www.pagina12.com.ar/363848-por-que-se-celebra-el-dia-del-idioma-guarani?fbclid=IwAR0YMjOqEHpEwC2wrfEdqufwGJZcA4Z9tB08xpPTTUWEidjJtDJ-05xYlkI

domingo, 22 de agosto de 2021

La Revolución de los carpinchos + LEY DE HUMEDALES



Barrios privados y ecosistemas

El debate por Nordelta y los carpinchos: 


Qué son los humedales y por qué es necesario protegerlos.

Aunque son reservorios de agua y brindan servicios imprescindibles, son ecosistemas degradados desde hace más de 50 años. La necesidad de una ley que regule usos sustentables.

Las imágenes de los carpinchos en los barrios privados de Nordelta dominaron la agenda durante los últimos días y provocaron reacciones variopintas. Mientras los vecinos reclaman el control de su reproducción y solicitan el traslado de los "invasores", distintas organizaciones ecológicas se manifestaron en favor de la convivencia pacífica con los simpáticos roedores. De hecho, fue tal el alboroto que generaron estos animales de cuerpo símil barril y cabeza pequeña (llegan a pesar 65 kilos), que hasta el Ministerio de Ambiente se pronunció al respecto, a través de sus redes: "El avance de la urbanización sobre los humedales afecta a nuestra fauna nativa de manera directa. Como consecuencia, especies como el carpincho han quedado excluidos de su ecosistema".

El desmonte, el exitoso despliegue de emprendimientos inmobiliarios y la expansión de la frontera agrícola, provocó que los carpinchos -desplazados- fueran en busca de un sitio para establecerse. Aunque los habitantes de las zonas aledañas protesten contra su presencia por ser "potencialmente peligrosos" (la viralización del choque en moto se emplea como argumento a favor de su traslado), hoy ocupan un sitio que a los animales les pertenece desde hace décadas.


"Personalmente, no romantizaría el tema de los carpinchos", dice el biólogo Sergio Federovisky y le quita el tono espectacular a la cuestión. "Tampoco tiendo a pensar que en un acto de arrojo decidieron recuperar la porción de naturaleza que habían perdido. Lo hacen durante estos días porque se produjeron condiciones particulares: una reproducción excesiva que se suma a la ausencia de predadores", detalla el viceministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación. Después opina: "Lo que creo que el tema revela es la destrucción de las redes tróficas entre las especies. De todos modos, es verdad que no deja de constituir una señal interesante para poder reflexionar al respecto de qué manera los humanos nos vinculamos con el escenario natural y los espacios silvestres". Si de repensar el escenario natural se trata, la referencia directa es para los humedales.


¿Tierras improductivas?

Aunque los humedales constituyen reservorios de agua fundamentales, a menudo son etiquetados por el mercado inmobiliario y agropecuario como "tierras improductivas" y "fuentes de plagas". De hecho, a pesar de la enorme capacidad de prestar bienes y servicios que tienen estos ecosistemas, en las últimas décadas han afrontado una marcada degradación, principalmente a partir de actividades humanas. "No da lo mismo tener humedales que no tenerlos", afirma Rubén Quintana, doctor en Ciencias Biológicas y apasionado en el rubro desde hace más de 30 años.


Luego de la sentencia, comparte una paradoja: "Tanto a nivel nacional como internacional existe una mayor conciencia acerca de la importancia que tienen. Sin embargo, como contracara, se desarrolla un proceso agresivo de pérdida, que se desplegó durante el siglo XX y en el XXI se profundiza. La aniquilación de estos espacios representa el triple de la tasa anual de pérdida de los bosques… así que imaginate", expresa el Investigador del Conicet en el Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de San Martín.

Según la definición que brinda el Ministerio de Ambiente, los humedales son áreas que permanecen "en condiciones de inundación o con suelo saturado de agua durante considerables períodos de tiempo". Si bien se calcula que, a nivel mundial, cubren 12 millones de km2, desde 1970, su extensión ha disminuido aproximadamente en un 35 por ciento. Entre las principales causas, se halla la urbanización, los procesos de deforestación, la pesca, la contaminación, el cambio climático y la introducción de especies invasoras. La otra gran amenaza la constituye el fuego: solo en 2020 se perdieron cerca de 350 mil hectáreas por los incendios que arrasaron las islas del Delta del Paraná.


En Argentina, existe una enorme diversidad de humedales: además del Delta y los Esteros del Iberá (Corrientes), hay otros que se ubican en zonas áridas y que brillan por su importancia local, al proveer agua dulce y forraje para ganado. En total, son 23 los que poseen relevancia internacional y representan una superficie que supera los 5,5 millones de hectáreas.
¿Por qué deberían protegerse?

“Principalmente, los humedales contribuyen a la retención, la filtración, la absorción y la purificación del agua. También es central su actividad como esponja que morigera con mucho éxito a las inundaciones. De hecho, está demostrado que cuando un humedal desaparece, las inundaciones son muchísimo más violentas", explica Federovisky.

Conservarlos, como apuntaba el funcionario, es medular para proteger la diversidad biológica (muchas especies de flora y fauna dependen directamente de ellos para sobrevivir); porque funcionan como amortiguadores de las inundaciones (las controlan al actuar como esponjas y filtrar el agua lentamente a través del suelo); mitigan el cambio climático (actúan como sumideros de carbono); abastecen de agua (la retienen y almacenan para uso industrial, agrícola y doméstico). Asimismo proveen alimentos, materiales y medicinas (se generan productos a base de plantas, animales y minerales); operan como primera línea de defensa contra las tormentas (reducen el impacto de las olas); y, como si fuera poco, contribuyen a estimular la recreación y el turismo (por su belleza natural y diversidad biológica, potencia las economías regionales).

En este marco, si son tan importantes: ¿por qué no se regula su conservación y su uso sustentable?
Desregulación planificada

"En Buenos Aires, el caso más cercano lo constituye la urbanización sobre áreas de humedales en el Nordelta. En el bajo Delta, para poner otro caso, entre 1994 y 2010, se perdieron 88 mil hectáreas de humedal, algo así como el 45 por ciento. La construcción de barrios privados avanza sobre estas zonas por algo obvio: los terrenos son más baratos. La inversión en movimientos de tierras y demás adecuaciones conviene a los agentes inmobiliarios. La ecuación les cierra", advierte Quintana. Los procesos de drenado y endicado de los humedales se producen para habilitar el avance ganadero y promover los emprendimientos urbanos. Incluso, en algunos casos, también se los degrada para impulsar el desarrollo de actividades agrícolas, con cultivos de arroz y soja.


En materia de regulación de humedales, el único mojón robusto fue el Ramsar: la convención que se firmó en Irán (1971) y que apuntaba a la conservación y el uso racional de los humedales. Argentina aprobó la Convención sobre los Humedales en 1991, a través de la Ley 23.919 (y sus enmiendas en la Ley 25.335). La administración de estos escenarios naturales se encuentra, según corresponde, a cargo de las jurisdicciones provinciales, CABA o la Administración de Parques Nacionales (en el caso de constituir un área natural protegida). No obstante, a la fecha no existe una ley que normativice y evite su desaparición.

El miércoles, la Multisectorial Humedales Rosario marchó desde Plaza de Mayo a Congreso, donde realizó un acto y presentó un petitorio, con más de 400 organizaciones socioambientales de todo el país. El objetivo fue exigir el tratamiento del proyecto de Ley de Humedales. Sus referentes apuntan que la norma está "cajoneada", por obra y gracia del lobby agropecuario e inmobiliario. Federovisky plantea: "Más que discutir sobre la conservación de los humedales, habría que hacerlo sobre cómo mantener vigentes los servicios ambientales que presta un humedal. Si debatimos exclusivamente sobre su conservación, pareciera que se está inhabilitando cualquier actividad productiva en cualquier humedal". Desde su punto de vista, habría que adecuar una norma con el propósito de establecer con precisión "qué actividades sobre qué humedales están permitidas y cuáles actividades sobre otros humedales no lo están".

El ejemplo más cabal, menciona el funcionario, es el de los humedales de la cuenca Río Luján. "En la medida en que desaparecieron y fueron reemplazados por barrios cerrados, se generó el impacto creciente de las inundaciones. Desapareció el servicio ambiental que los humedales prestaban al retener agua y absorberla".

Usos sustentables

Quintana acuerda con la mirada de Federovisky y apunta: "Las regulaciones no deben dejarlos intactos sino planificar usos sustentables. Hoy en día cada propietario toma decisiones sobre ellos sin tener en cuenta los contextos territoriales. Cuando hacen los endicamientos, nunca piden las autorizaciones correspondientes", dice Quintana. ¿Para qué construyen diques? Para que el agua no los inunde. El problema es que no tienen en cuenta la alteración de los regímenes hidrológicos que ocasionan y que culminan por perjudicar a la gente que no tiene el poder adquisitivo suficiente para edificar sus propias barreras. "Cuando llueve mucho, el agua permanece durante más tiempo en los campos que no están endicados, porque no consigue drenar", agrega el científico.

"El gran problema lo tenemos en las áreas periurbanas, allí debemos poner el acento en protegerlos, principalmente, de la actividad inmobiliaria y agropecuaria, sin ningún tipo de regulación. Estamos fallando: no tenemos Ley de Humedales y los proyectos que había perdieron estado parlamentario", comenta Federovisky. Luego continúa: "Hay todo un sector productivista que se enfrenta a la posibilidad de una Ley de humedales, porque presupone que se prohibirá todo, cuando en realidad lo que se plantea es discutir qué tipo de construcciones y qué clase de actividades podrían permitirse".

El aspecto subyacente es que los empresarios inmobiliarios y agropecuarios se oponen a cualquier tipo de regulación porque la ausencia de normas promueve una desregulación regulada. Explica Quintana: "Cada vez que existió un proyecto de ley, no resistió a las presiones de los diferentes sectores y perdió estado parlamentario". Y alerta: "La ley ayudará a ordenar actividades bajo pautas coherentes de manejo, pero no solucionará los problemas de degradación, porque todo deberá estar acompañado de acciones y políticas bien definidas”.

Fuente: Página 12 - 21 de Agosto de 2021

pablo.esteban@pagina12.com.ar

miércoles, 18 de agosto de 2021

Deforestación en Argentina: una preocupación que nos debe llevar a la concienciación...



Por Mempo Giardinelli

Mientras el circo mediático sigue haciendo de las suyas ­-verbi gratia, sus maldades- su cometido final y profundo no es otro que ocultar lo que se nos viene encima a casi 50 millones de compatriotas, si no reaccionamos. Ya está a la vista el desastre, con algunas otras, hace varios meses: el Paraná no era una cuestión solamente de soberanía, o en todo caso sí lo era pero con todo lo que implicaba: recuperar el comercio exterior, cuidar el río, liquidar la deuda, sustentabilidad climática, racionalidad productiva, y disfrute de la población. Todo eso ahora ya no está "en peligro", sino en plena evidencia de daños.

Y como no podía ser de otra manera, ahora viene a mostrar una de sus consecuencias peores: precisamente porque el río está herido y no va a soportar más canalizaciones y dragados canallas, los beneficiarios de siempre y sus amigos funcionarios salieron a buscar otras opciones y encontraron la más razonable: el ferrocarril. Pero enseguida escupieron el asado abriendo otro frente de espanto ambiental: los ferrocarriles argentinos abandonados por dos décadas y media requieren vías en buen estado. ¿Y hasta dónde llegó la imaginación de los genios de la economía y el transporte?

Lo revela un informe de Greenpeace que produce escalofríos: Las dos últimas semanas se ocultó ­-aunque debiera decirse "se supo"- el desastre que se avecina. Y que una vez más pone en marcha el Ministerio de Transporte de la Nación, que por licitación BCyL N°28/2021 “Mejoramiento Pesado de Vías en Sectores Varios, Línea General Belgrano, Año 2021” convoca al recambio de las vías de tren en Chaco y Catamarca, para lo cual se dispone la compra de 36.000 durmientes de quebracho... Que se sumarán al ya denunciado desmonte de más de 2 millones de ejemplares de esa especie arbórea arrasada en la última década y que fue hiperdenunciado inútilmente.
La repudiable disposición no deja de tener un costado casi gracioso, ya que el texto del decreto llama "QºCº"a los que son ni más ni menos que "quebrachos colorados". Acaso para disimular así los llama, y el decreto además admite la tala de durmientes de otras maderas duras, también chaqueñas y también en extinción, como quebracho blanco, urunday y guayacán, especies de maderas durísimas igualmente en extinción.


Según un completo informe de Greenpeace que está circulando, "en el norte argentino a mediados de la década de 1940 se llevaban talados 350 millones de quebrachos colorados para la extracción de tanino y la elaboración de durmientes de ferrocarril, postes, leña y carbón". El dato es aún más escalofriante si se añade que fueron 350 millones de ejemplares de uno de los árboles más duros del mundo, que se caracteriza por su absoluta resistencia a la humedad. De ahí su maldición, porque de esa madera se hicieron los "durmientes" rectangulares que soportaron y todavía soportan rieles ferroviarios en gran parte del mundo, debido al tanino que contiene y que se usó también para la industria de las curtiembres, además del indiscriminado uso en forma de leña y carbón. Como para el argentinísimo "asadito", o sea.
La extracción de este árbol emblemático de las selvas chaqueñas se inició circa 1870 y degradó millones de hectáreas de bosques. A despecho de lo cual gobiernos pro-empresariales y cipayos fueron capaces de celebrar semejante atentado ecológico declarando al quebracho, en 1956, “Árbol Forestal Nacional”. Quizás porque ya entonces la explotación maderera intensiva, y los desmontes para abrir campos para un supuesto "desarrollo agropecuario", prácticamente arrasaban con los quebrachales.
Hoy el desmonte contumaz ha colocado al Gran Chaco (las provincias de Salta, Formosa, Santiago del Estero y Chaco, por lo menos), en la cima mundial de pérdida de bosques nativos. El 85% de este ecosistema ha sido destruido. Y encima ahora desde un ministerio de un gobierno nacional y popular se llama a licitación para terminar aquella obra maldita.

Pero lo más grave -y alucinante en términos ambientales- es que desde 2013 empezaron a anunciarse licitaciones para la compra de más de dos millones y medio de durmientes de quebracho colorado y quebracho blanco. Son los dos millones de árboles que aún quedan y que tienen entre 60 y 80 años de edad, y que mientras lectoras y lectores se adentran en esta nota están siendo cortados bestialmente por empresas y empresarios autorizados por funcionarios incalificables. El Chaco, con Santiago del Estero, Salta y Formosa, a este paso será muy pronto un desierto. Como ya lo es la otrora "Cuña Boscosa" del norte santafesino, que hoy es un paisaje raso y para llorar.
Y la verdad es que nada ha cambiado: en la Argentina el sector forestal es uno de los más descontrolados y se calcula que el 30% del volumen total de la madera de bosques nativos que se comercializan, es ilegal. Por eso asombra y disturba que la industria ferroviaria no busque otras opciones, que sí tiene. Por ejemplo, los durmientes de hormigón o de plásticos ultrasintéticos que reemplazan a las maderas en todo el mundo. Y que desde hace años se utilizan como alternativas en las industrias ferroviarias de los Estados Unidos, la India, Brasil, México y Europa. En cambio aquí el disparate es fenomenal: esta semana se abren los sobres de dos nuevas licitaciones para mejoramiento de vías que incluyen la compra de 120.000 durmientes de quebracho, que implicarán la tala de unos 120.000 árboles aún jóvenes. No es así como la Argentina debe recuperarse. Nadie se opone a la restauración de los trenes, más bien al contrario: es necesidad y urgencia nacional, en múltiples sentidos. Pero acabar con los pocos quebrachos existentes en los pocos bosques que quedan, además de políticamente imbécil es económicamente repudiable. Y sobre todo si van a ser unas pocas corporaciones las beneficiarias, una vez más.
La inmoralidad en esta materia parece generalizada. Toda red ferroviaria sustentada en semejante crimen ecológico será condenable desde el vamos. Y más aún si las licitaciones se llaman desde el mismo Ministerio de Transporte que buscó y es presumible que sigue buscando entregar a toda costa nuestro río Paraná.
Se disculpará a esta columna el enojo y el dolor que gobiernan estos párrafos -escritos por un nativo y residente chaqueño- pero cuando la irracionalidad gobierna, las decisiones políticas de un gobierno que votamos y apoyamos, resulta casi imposible atemperar la indignación. Porque más allá de debates tarados acerca de la infortunada foto de un cumpleaños, mejor sería que se cortaran de cuajo decisiones como ésta y se forzara a la oposición a ocuparse de estos que sí son crímenes.
Pero ya sabe el país que Arturo Jauretche tenía razón en esta materia: "Los gobiernos populares son débiles ante el escándalo. No tienen, ni cuentan con la recíproca solidaridad encubridora de las oligarquías y son sus propios partidarios, quienes señalan sus defectos que después magnifica la prensa. El pequeño delito doméstico se agiganta para ocultar el delito nacional que las oligarquías preparan en las sombras".
La pregunta que queda es hasta cuándo, y cuánto más.

Fuentes:
Diario Pagina12 / Buenos Aires.
Blog del Proyecto Lemu.

lunes, 21 de junio de 2021

Se nos murió un guerrero

El 12 de junio Juan Chico, Qom, se fue hacia el Gran Espíritu. Así sintió y nos anticipó un hermano Wichí. Víctima del Covid-19, así que de la feroz depredación del ambiente que principió con la invasión euro-occidental.


 Juan, el joven que recorría Colonia Aborigen (Chaco) en bicicleta y a pie con Mario Fernández, Qom también, logrando los testimonios de sus ancianos que por años guardaban la palabra de lo que habían visto, escuchado, sufrido en la Masacre de Napalpí en 1924. Juan quien publicó, con Mario, el fruto de ese trabajo al que llamaron “Napalpi. La voz de la sangre”, “Napa’lpi. Ltaxayaxac yi ntago’q” porque ellos eran la voz de la sangre de sus ancestros masacrados y allí estaban, dijo, para exigir justicia en su lugar.

Juan, quien quitó el retrato de Domingo F. Sarmiento y lo reemplazó por el de la Cacica Dominga, moqoit, en esa escuela de Colonia Aborigen en una acción decidida, firme, reparadora de la dignidad. Juan, que en esa escuela escuchaba a los ancianos pilagá que les hablaban a los jóvenes sobre la Matanza de Rincón Bomba en Formosa, y les transmitían el mandato: “Escriban, escriban. Ustedes son los que tienen que prepararse y escribir nuestra historia”.

Juan, quien viajó incansablemente con sus hermanos indígenas y con aliadas y aliados criollos, buscando más testimonios, investigando, trabajando ardua y artesanalmente para saber quiénes, cuántos de cuál pueblo, fueron las y los masacrados en Napalpí. Juan, que con ello contribuía de manera notable a la investigación en el fuero federal para pedir la sustanciación de un Juicio por la Verdad. La Verdad, la Memoria y la Justicia, y para demostrar la responsabilidad del Estado argentino.

Juan, el investigador de la historia de los Qom que lucharon en Malvinas, y otro libro entonces sobre esos ex-combatientes. Para disputar memoria, para construir una que nos cobije a todxs, sobre todo que no olvide a nadie.

Juan, quien se afanaba porque esta otra escritura de la historia se difundiera en las escuelas, estuviera en las bibliotecas, y docentes y alumnxs la hicieran suya.

Juan, el que nos hizo ver que lxs primerxs desaparecidxs de este territorio fueron lxs indígenas capturadxs, de los que nunca más se supo, durante las invasiones militares del sur y del norte. Juan, quien nos ayudó a entender y clamar que ‘un genocidio, todos los genocidios’. Juan, quien nos ayudó a comprender tan profundamente que crímenes de lesa humanidad son todos, los cometidos en la dictadura cívico-militar de 1976-1983 como los de Napalpí, Rincón Bomba, El Zapallar. Y siguen los nombres, las fechas, las víctimas y los victimarios.

Juan, el promotor del Cine Indígena y de los festivales anuales. Juan maestro, Juan poeta, Juan amigo. Juan el Guerrero. Del linaje de guerreros del Pueblo Qom. De los que supo usar las armas de esta época: el discurso, la escritura de la historia, la ley. La palabra, incansable e intensa. Los cargos que la estructura del Estado ofrecía y él tomaba cuando servían como trincheras en el combate. Juan y su relación con la academia, con la universidad, cuando ella brindaba datos y aliadas y aliados para ganar terreno, para conseguir pruebas, para seguir sin parar.

El mundo es un poquito mejor, no tengo dudas, luego que Juan lo atravesó en esta dimensión. Cumplió intensamente la misión para la que vino y dejó su estela. Para que sigamos la urdimbre, la que se venía tejiendo antes de él. El usó otros colores, los justos para este su y nuestro tiempo.

Lo estamos llorando, entendiendo y aceptando. Aceptando quizá que la vida y la muerte se entrelazan. Que Juan nos acompaña y que lo acompañamos de modo diferente ahora. Que nos va a hacer falta en la trinchera, sí. Pero que con sus colores y los nuestros continuamos. Incansables. Convencidxs. Otrxs vendrán luego porque el camino es muy largo, los tonos y las melodías infinitas, y las luchas y las risas son de muchísimxs Juanes y Juanas. Así que acá nos abrazamos en la congoja, el desamparo, la esperanza y el cobijo. Aquí seguimos pues.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/348183-se-nos-murio-un-guerrero


lunes, 14 de junio de 2021

Argentina: Barcos, indios y cómo pensar quiénes somos


¿Puede la Argentina del siglo 21 seguir sosteniendo el mito de origen inmigratorio? María Pía López, Alejandro Grimson, Ezequiel Adamovsky, Virginia Pineau y Atilio Borón analizan pasado y presente.



"Los mexicanos salieron de los indios, los brasileros salieron de la selva, pero nosotros, los argentinos, llegamos de los barcos". La frase de Alberto Fernández más citada, hecha meme y criticada a diestra y siniestra en los últimos días, fue atribuida en la escena protocolar a Octavio Paz, pero se amplía en un sinfín de citas de lo más diversas: que Carlos Fuentes, que Julio Cortázar, que Litto Nebbia. Que si fue planteada originalmente como afirmación, como crítica, como ironía, como canción. Lo cierto es que encierra un sentido común que podría extenderse hasta cualquier sobremesa o viaje en taxi argentinos (y del AMBA en particular, ahora que esta región cobró identidad propia). Pero en boca del Presidente disparó --además de la réplica fotográfica de Bolsonaro con indios y selva, una grieta discursiva aparentemente saldada y los dardos coordinados de una oposición súbitamente preocupada por lo multicultural-- la pregunta sobre lo que encierra ese sentido común: ¿Hasta dónde y cómo esa idea nos atraviesa como nación?¿Puede la Argentina del siglo 21 seguir sosteniendo el mito de origen de los barcos? Y si es tiempo de pensar otros relatos para definir quiénes somos, ¿qué debería incluir esa nueva mirada, hoy?

El mito de origen

"A veces las personas se dejan hablar por lugares comunes, que no por comunes son buenos, sino que son sedimentaciones ideológicas, de relaciones de poder, de relatos hegemónicos. Eso pasó, creo, en el discurso del Presidente", analiza María Pía López. "Con el agravante de que cuando hacemos política debemos observar, con mucha atención, las palabras que usamos, porque se trata de disputas por el sentido y por las narraciones colectivas".

"No es un problema de verdad histórica solamente, sino de comprensión de la heterogeneidad", advierte la socióloga y ensayista. "Menos aún es una cuestión que se pueda resolver con la pregunta por si se discrimina o no. Porque de lo que se trata es de resolver con qué imágenes se reconoce la pertenencia común a la trama nacional".

Hacia allí avanza Alejandro Grimson en su libro Mitomanías argentinas (Siglo XXI), en el que cita esa mismísima y difundida frase de la polémica para introducir, justamente, el mito "Los argentinos descendemos de los barcos" (que también mereció un capítulo de la serie de Encuentro que se llamó igual que el libro). Se liga, a su vez, con "La Argentina es un país europeo", "quizás el mito padre de todos los mitos nacionales", dice en el libro el antropólogo e investigador.

"El país se fundó sobre un imaginario de blanqueamiento, fue una manera distinta a las que estructuraron los relatos culturales en otros paíes latinoamericanos, donde la cuestión del mestizaje cobró mucha más fuerza. Esa estructuración, que empezó en el siglo 19, tuvo impacto sobre todas las dimensiones educativas, culturales y políticas, y lo tiene hasta el día de hoy", analiza en diálogo con Página/12 el antropólogo e investigador. Hoy asesor presidencial, dice que no sabe si Fernández leyó su libro, "y tampoco tiene por qué hacerlo".

"El racismo en la Argentina está tan naturalizado como el patriarcado", observa Grimson. "La gran diferencia es que desde el Ni una menos para acá, hay un movimiento feminista muy potente que cuestiona abiertamente esa naturalización. En el caso del racismo, en cambio, hasta ahora fue cuestionada por movimientos de los pueblos originarios, algún movimiento de migrantes, y por el mundo académico. Debería llamarnos esta oportunidad, así como se está trabajando sobre la democratización de los imaginarios de género, también a trabajar sobre la diversidad cultural. La Argentina del siglo 21 tiene como una tarea necesaria y pendiente construir un imaginario nacional inclusivo y democrático que reivindique esta diversidad que somos, que promueva el respeto y el reconocimiento a cada uno de los grupos y los sectores".
La historia oficial

"La idea de una Argentina europea avanzó en varias olas. La primera fue la de la década de 1830, cuando los unitarios imaginaron el conflicto político de la época como una lucha de la 'civilización' (ellos) contra la 'barbarie' (los federales). Sarmiento popularizó luego esa visión. Que avanzara la parte europea de la sociedad –lo urbano, lo porteño, lo letrado– era la solución para superar los males locales, identificados con lo plebeyo, lo rural, lo criollo, mestizo, indígena, moreno", historiza Ezequiel Adamovsky, que ha trabajado sobre el tema en libros como El gaucho indómito e Historia de la clase media arentina.

"La segunda ola fue la narrativa de la historia nacional que propuso Mitre, que identificaba en la supuesta europeicidad de Buenos Aires una clave para entender su vocación emancipadora y liberal, por contraste con otros territorios que carecían de esa levadura de la libertad. La tercera fue la presión blanqueadora de la élites políticas e intelectuales de fines del siglo 19, que proclamaron que, luego de la gran oleada de inmigración europea, el país ya había dejado atrás cualquier componente no-blanco que pudiera haber tenido. José Ingenieros fue la figura más influyente en esta fase".

Adamovsky también destaca que "esa visión era conveniente para los inmigrantes (el mismo Ingenieros lo era), porque les otorgaba un papel brillante como portadores de la antorcha del progreso y los colocaba, así, en una posición de superioridad respecto de la población previa que los había acogido".
"El mito de la Argentina blanca funcionó porque se hizo carne en una porción enorme de la población que lo encontró conveniente".

"Finalmente, la identidad de clase media reforzó esa visión, al enhebrar las narrativas del progreso (europeo) de la nación con las narrativas del progreso familiar o individual. Todavía hoy, los descendientes de inmigrantes se cuentan historias de mérito personal que giran en torno de abuelos que vinieron sin nada y forjaron un progreso para sus hijos y, al mismo tiempo, para la nación. Lo implícito en todo esto es que el bajo pueblo 'no progresa' porque no es lo suficientemente europeo, con lo que, además, impide el progreso de la nación", advierte.

Los invisibles en el aula

¿Y qué pasa con la escuela, ese aparato reproductor de ideología por excelencia? Virginia Pineau es profesora del Normal 1, uno de los institutos de formación docente de la ciudad, y ha dictado diversos cursos de capacitación docente. También es antropóloga, y desde el Instituto de Arqueologia de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA se dedica específicamente a investigar qué pasó en La Pampa luego del genocidio indígena, cuando los inmigrantes comenzaron a ocupar esas tierras una vez "limpiadas" por el ejército en la "campaña del desierto".

Desde esa múltiple experiencia comprueba que hay un estereotipo que goza de buena salud: "los migrantes buenos son los europeos que vinieron a fines del siglo 19. Ellos llegaron de los barcos y de ellos venimos. Los demás, son extranjeros".

"La especie humana es migrante. La construcción de los estados es cultural, los seres humanos salimos de un puntito en el sur de Africa y de ahí conquistamos el planeta. Fuimos migrantes siempre", dice Pineau, como en sus clases.

Como en sus clases, también, invita a pensar por qué "hay migraciones de primera y de segunda, o que sólo son visibles cuando se quieren destacar atributos negativos". Y recuerda el impacto que provocan estas reflexiones, como cuando una alumna "se largó a llorar y me dijo: 'ahora entiendo por qué nunca conté en la escuela que mis papás son paraguayos. Yo no sabía por qué lo ocultaba'. Esa piba iba a ser maestra. Necesitó ser interprelada para sacudir eso que tenía tan internalizado y naturalizado".

Pineau cuenta cómo este mito de origen sigue instalado en alumnes y docentes, y en un diseño curricular "que es de 2004 y ha avanzado, pero deja pocas entradas para hablar de migraciones, o en todo caso depende mucho de que el docente le encuentre la vuelta".

"En sexto grado se habla de las migraciones europeas de fines del siglo 19 y principios del siglo 20, el momento en que 'los argentinos se bajaron de los barcos'. Lamentablemente en la práctica termina siendo el único proceso migratorio que los pibes ven. Y con un relato blanco y sin conflictos, donde se pasan por arriba, por ejemplo, los movimientos socialistas y anarquistas que trajo esa inmigración", observa.

"En cuarto grado se ve lo que aparecen en los manuales como 'los pueblos originarios de Argentina'. Allí se habla solo en pasado: cómo se alimentaban, cómo se vestían. Pero en general no hay referencias al presente, aunque cada maestro y maestra tiene la libertad de buscarle esa vuelta, no es prescriptivo".
Desde su experiencia, Pineau concluye que en este punto "es fundamental la capacitación docente continua en buenas condiciones".

Para Adamovsky, esta visión en la historia "fue hegemónica en el sistema escolar hasta hace poco, sólo empezó a cambiar en los últimos veinte años". Y suma: "En el campo académico diría que también pasó algo parecido. Hoy pocos historiadores profesionales se atreverían a sostenerla, pero diría que de todos modos sigue incidiendo sutilmente en las interpretaciones que algunos proponen. Queda mucho por hacer para desmontarla".

¡Son lo mismo!

En la semana de reflexión multicultural, no faltó quien recordara que Mauricio Macri dijo lo mismo, además de imaginar la angustia española de la conquista. O que Cristina Kirchner apeló a idéntico sentido común en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso de 2015.

Se recordó, también, la criminalización mapuche del gobierno de Cambiemos, o que Bolsonaro fue denunciado ante La Haya por crímenes de lesa humanidad por los mismos "indios de la selva" de la foto que posteó. En el medio habló Pichetto para ratificar, porlas dudas, que a los extranjeros no hay que darles hospitales ni escuelas gratis.

"Casi todos los políticos importantes de la Argentina han hablado de que descendemos de los barcos, no es novedad: es un lugar común instalado por la derecha, pero que se expandió al campo nacional y popular y a la izquierda. Da para tesis doctoral demostrando los prejuicios de esa autodefinición fallida del nosotros como nación latinoamericana", sonríe Atilio Borón.

"Toda la historia oficial argentina parte de que este país era un desierto, que fue 'conquistado' y poblado luego por los inmigantes. Para sostenerla hubo que negar el exterminio y sometimiento de los pueblos originarios. Y en ese relato nos hemos formado. Recuerdo que cuando era chico me llamaba la atención: ¿por qué tanto despliegue si no hay nadie? Del mismo modo, hay mucha gente que hoy asume muy naturalmente que los primeros afrodescendientes que llegaron al país son los que hoy venden cosas en la calle", describe el politólogo y sociólogo.

¿Esta continuidad discursiva tiene un reflejo, por ejemplo, en la política exterior? "Claramente no. Si se observa el rol que jugó Fernández en el exilio de Evo Morales, la actitud del Gobierno de alejarse del Grupo de Lima, la participación en el Grupo de Puebla, la colaboración con el nuevo gobierno boliviano, e inclusive la precoz felicitación a Pedro Castillo. Lo que se hizo en relación al tema de la innmigración, o la resolución de conflictos de tierras en el sur. Ninguna de estas políticas va en línea con una concepción racista o discriminadora. Y los discursos deben ir en la misma línea que estas políticas, porque lo discursivo no es un tema menor".
Hay mucho por hacer para dejar de lado el colonialismo mental de considerarnos europeos y asumir nuestro mestizaje étnico como un fecundo patrimonio cultural", concluye.

¿Y ahora qué?

"Narrar qué es una nación, qué sujetos la constituyen, no se puede separar de las ideas que tenemos sobre la sociedad que habitamos, qué sujetos son visibles y reconocibles como sujetos con derechos, qué corporalidades aparecen como parte del entramado común y cuáles como extranjeras. Entonces, creo que hay que construir las condiciones del debate: comprender que lo simbólico no es un agregado de menor relevancia a las cosas reales, sino parte necesario de la práctica social", señala María Pía López.

¿Puede esta hojarasca plantar un debate que ponga en relación la frase, el pedido de disculpas, las acusaciones de discriminación, con otros sentidos comunes como los de "negros planeros", "los extranjeros nos sacan el trabajo", y un largo etcétera? ¿Exponer en qué condiciones o no de igualdad acceden a la salud, la educación, la justicia, los distintos grupos étnicos hoy? ¿Contra quiénes se dirige la violencia institucional? ¿Cómo y por qué Milagro Sala lleva presa casi dos mil días? Cuestionar en serio el relato sobre el pasado siempre tiene esa condición: implica avanzar sobre el presente, para proponer el futuro.

Escrito por Karina Michelotto para Página 12 / 13 de Junio de 2021

https://www.pagina12.com.ar/347846-barcos-indios-y-como-pensar-quienes-somos

domingo, 25 de abril de 2021

Pueblos originarios del norte reclaman relevamientos del INAI y títulos


Referentes de los pueblos Guaraní, Weenhayek, Diaguita y Wichí dialogaron sobre la necesidad de que el Estado les reconozca sus territorios ancestrales.


Referentes de comunidades indígenas debatieron sobre la prórroga de la Ley 26.160, las dificultades que han tenido hasta ahora porque pese a su vigencia han sido desalojados y criminalizados por la justicia, y la necesidad de que el Estado les reconozca y entregue los títulos de los territorios que reclaman como ancestrales. Esto ocurrió en un encuentro virtual realizado en el marco de la semana de los pueblos originarios que se extiende desde el 19 al 25 de abril.

La mburuvicha (cacica) Mónica Romero, de la Comunidad Guaraní Estación El Tabacal, contó de la lucha que sostienen desde 2003, cuando fueron desalojados por pedido, afirmó, de la Seabord Corporation, la firma que administra el ingenio. También participaron desde Tartagal la comunicadora Nancy López de la comunidad Weenhayek Oh ka Pukie (Mi Troja); el niyat (cacique) de Kyelhyuktaj, Isaías Fernández; la cacica de la comunidad Siwok (El Carpintero) Elizabeth Medina, que es además coordinadora de cacicas del departamento San Martín y coordinadora general del pueblo Weenhayek. Y participó el integrante del Consejo de Pueblos Indígenas (CPI) por Pueblo Diaguita, Juan Condorí, y Tiburcio Flores, de la comisión de Misión Chaqueña Fwa' Achat, del Pueblo Wichí.

El encuentro fue organizado por la diputada nacional Alcira Figueroa, y participó también el abogado que forma parte de su equipo, Martín Plaza, de origen diaguita. También estuvo el abogado y técnico del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) Julián Fernández, quien intervino en varios de los conflictos territoriales en Salta, y el académico Daniel Mato.

En el marco del vencimiento de la prórroga de la ley 26.160, la principal preocupación que manifestaron lxs referentes fue la del territorio. Romero contó que su comunidad pid el reconocimiento de 5 mil hectáreas de territorio ancestral en Hipólito Yriyoyen, territorio que disputan con la empresa Seabord Corporation. La mburuvicha relató que el 16 de septiembre de 2003 fueron desalojados, reprimidos y detenidos. Recordó que después hicieron una caminata hasta Buenos Aires para exponer su situación y buscar el amparo del gobierno nacional, dijo que esa vez pudieron reunirse con Alicia Kirchner, quien después envió cosas a la comunidad pero no tuvieron una solución con el tema del territorio.

La cacica dijo que el gobierno municipal, a cargo del intendente Alfredo Sosa, los tiene en estado de abandono. Contó que el jefe comunal sostuvo hace dos días que hicieron un convenio con la empresa para realizar un camino turístico en la zona del territorio que la comunidad guaraní reclama. Añadió que tienen un juicio con la Seabord y que hay una cautelar de no innovar, pero aseguró que "nunca se ha respetado eso" por parte de la empresa. Además, dijo que el INAI no hizo el relevamiento territorial en su comunidad, y en cambio sí lo hizo con otra comunidad que reclama solo dos hectáreas y que se formó de una división con la suya durante el reclamo ante la Seabord.

En la comunidad de Romero hay 300 familias. La mburuvicha aseguró que no tienen vivienda digna, ni trabajo. Los miembros de su comunidad se encuentran dispersos en asentamientos.

Nacy López recordó por su parte el brutal desalojo que sufrió la comunidad El Quebracho. Señaló la importancia de visibilizar las problemáticas que tienen como Pueblo Weenhayek y el reclamo territorial.

"En el territorio es donde está el monte, donde podemos acudir cuando estamos pasando por procesos de enfermedades", explicó. Relató cómo las mujeres indígenas vienen recurriendo al conocimiento sobre las plantas medicinales para intentar hacer frente a la pandemia de la covid-19. "Es importante que tengamos comunidad y territorio", manifestó.

El Pueblo Weenhayek viene luchando por ser reconocido oficialmente por el gobierno provincial, lo que posibilitaría su inclusión en la conducción del Instituto Provincial de Pueblos Indígenas de Satla (IPPIS).

En general, los referentes expositores manifestaron la necesidad de que la Ley 26.160, de emergencia de la propiedad comunitaria indígena que ordena un relevamiento territorial y que suspende los desalojos de comunidades originarias, "sea permanente, que no haya prórroga. Sería mi propuesta como cacique", sostuvo Fernández.

A su turno Martín Plaza señaló que el Poder Judicial y el Ministerio Público Fiscal requieren de una "perspectiva indígena" y destacó como una dificultad el hecho de que algunos fiscales y jueces sean familiares de titulares registrales que disputan tierras a los originarios. Opinó que es necesaria la prórroga de la Ley 26.160 porque los desalojos se multiplicarían sin esta norma. También enfatizó en la necesidad de que los relevamientos territoriales incluyan a la Dirección de Inmuebles de la provincia, para fortalecer la seguridad jurídica de las comunidades.

Julián Fernández recordó que las tierras se venden con las comunidades adentro. Consideró que la Ley 26160 vino a empoderar un poco a las comunidades, pero a la vez también generó mayor conflictividad con titulares registrales. Habló también de sus falencias ya que cuando se termina el relevamiento con la carpeta técnica, no queda incripta en los registros públicos. "La nueva prórroga tiene que venir con un presupuesto adecuado para que se pueda efectuar un relevamiento", consideró.

La diputada Alcira Figueroa se comprometió a trabajar en proyectos de ley. Se refirió a las dificultades para las comunidades de sobrevivir en la pandemia, los conflictos territoriales que se incrementan, la preocupación por los avances indiscriminados de los desmontes, la contaminación, el uso de agroquímicos y las consecuencias para la salud que asoció a cánceres y malformaciones.

Fuente: Página 12 (Buenos Aires) - 25 de Abril de 2021.