Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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jueves, 2 de julio de 2020

Las lenguas indígenas son la clave para comprender quiénes somos realmente






Las lenguas constituyen uno de los mayores emblemas de la diversidad humana, pues revelan las sorprendentes diferencias con las que los seres humanos sabemos percibir y relacionarnos con el mundo y darle sentido. También son las exquisitas bibliotecas existentes, en las que hallamos la historia colectiva, el conocimiento, la mitología y las percepciones de todo un pueblo. Sin embargo, esta diversidad se está perdiendo a un ritmo alarmante. Algunos expertos se atreven incluso a afirmar que el 90% de las lenguas del mundo están en riesgo de extinción.

Pero ¿por qué preocupa la pérdida de lenguas indígenas?

Las lenguas mueren porque la gente deja de hablarlas debido a presiones sociales, cambios demográficos y fuerzas externas. La colonización, y el capitalismo globalizado a que dio lugar posteriormente, han sido tal vez la principal causa de la desaparición de lenguas en la historia de la humanidad, y este legado sigue vivo y activo actualmente. 

Survival International ha emprendido una campaña contra las Escuelas Fábrica (internados) que contribuyen activamente a la muerte de lenguas al enseñar a los niños indígenas en el dialecto dominante o el idioma oficial del Estado y no en su lengua materna.
Esta supresión cultural sistemática es una amenaza para la vida de millones de niñas y niños, sus familias, las comunidades indígenas y la supervivencia de lenguas en todo el globo.

Aunque existen alrededor de 7.000 lenguas habladas en la Tierra, más o menos la mitad de la población mundial habla 23 idiomas. Por otro lado, casi 3.000 lenguas se consideran en peligro de extinción, lo que significa que casi la mitad de la diversidad lingüística actual del planeta está amenazada.

La zona lingüísticamente más diversa del planeta es la isla de Nueva Guinea, dividida entre el Estado independiente de Papúa Nueva Guinea y Papúa Occidental, que se halla bajo ocupación indonesia. En una extensión de 786.000 km² se hablan unas mil lenguas. Compárese esto con Europa, ¡donde se hablan unas cien lenguas en una zona de más de diez millones de km²!

Existe una estrecha correlación entre la diversidad lingüística y la biodiversidad; allí donde hay más especies de plantas y animales es donde se hablan más lenguas. Las lenguas están estrechamente relacionadas con el entorno en que se hablan, de modo que en esas zonas existe un conocimiento rico, detallado y técnico de la flora, la fauna y el hábitat de las mismas.

Cuando los científicos “descubren” una nueva especie, uno podría apostar hasta su último euro a que los indígenas que viven en esa zona ya tienen un nombre para esa especie y un profundo conocimiento de la misma. Estas lenguas son enciclopedias ecológicas y, puesto que en su mayor parte no están escritas, cuando dejan de hablarse esa sabiduría y esa comprensión únicas se pierden para siempre. La diversidad biológica y la diversidad lingüística van de la mano; si una está amenazada, la otra también.

Alrededor de la mitad de las lenguas del mundo carecen de forma escrita, pero esto no significa en modo alguno que carezcan de cultura.

Las lenguas no escritas son ricas en tradiciones orales; historias, canciones, poesía y rituales se transmiten de una generación a otra y se mantienen notablemente coherentes y fiables en el tiempo.
Científicos hallan cada vez más pruebas de acontecimientos que ocurrieron hace miles de años y que están documentados y conservados gracias a la tradición oral indígena, transmitidos y preservados de forma impresionante a través de cientos de generaciones.

Ningún ser humano en la Tierra habla una lengua “primitiva”, porque tal cosa, sencillamente, no existe: Todos los idiomas tienen unas reglas complejas y únicas de pronunciación, vocabulario y gramática que todos sus hablantes conocen y comprenden intuitivamente.

De hecho, las lenguas indígenas suelen ser en general las más complejas, especializadas e idiosincráticas, sobre todo las que se hablan en zonas remotas por parte de pocos centenares de personas. Las grandes lenguas mundiales, como el inglés, el español o el chino mandarín, son relativamente más simples y en conjunto siguen pautas más predecibles. A causa de esta singularidad, las lenguas más amenazadas son lógicamente las que más tienen que enseñarnos sobre la increíble amplitud y la variedad de la percepción y la experiencia humanas.

Algunas lenguas indígenas demuestran que la expresión humana no se limita a la palabra hablada. Las más famosas son tal vez las lenguas de tambor africanas, que permiten transmitir mensajes entre comunidades a una velocidad de más de 160 kilómetros por hora.

Existen asimismo unas 70 lenguas indígenas que pueden silbarse. No es como silbar la melodía de una canción, sino que se silban palabras y frases con la misma flexibilidad que el habla normal. Esto permite a la gente comunicarse efectivamente en terrenos montañosos, en el mar o en un bosque tupido. Va muy bien para cazar, porque suena como el trino de un ave y por tanto no ahuyenta a las presas.

La lengua que hablas determina tu manera de relacionarte con el mundo, pero no limita tu capacidad de pensar y entender. Mientras que nosotros ordenaríamos una secuencia de acontecimientos o imágenes de izquierda a derecha, empezando por la izquierda y terminando en la derecha, los hablantes de una lengua indígena australiana ordenan los acontecimientos de este a oeste, como el curso del sol a lo largo del día. Esto significa que el orden en que colocarían, por ejemplo, una secuencia de fotos que muestran a una persona que envejece cambiaría en función de la posición en que se hallen en un momento dado.

La mayoría de nosotros carecemos de esta capacidad para orientarnos instintivamente entre este y oeste, de modo que seríamos incapaces de colocar las fotos en el orden “correcto” para los hablantes de esta lengua. Sin embargo, el hecho de que veamos el mundo de un modo distinto no implica que no comprendamos su lógica...

Sea cual sea la lengua que se habla, las personas son personas. Palabras como “mamá” y “papá” son notablemente parecidas en casi todas las lenguas, incluidas algunas variantes como “tata”, “dada” y “nana”. ¿Es esto una prueba de que existe alguna profunda relación histórica entre todas las lenguas?No. Lo que demuestra en realidad es que la boca de todos los bebés tiene la misma estructura. Sonidos como “ma”, “pa”, “da”, “ta” y “ga” son los más fáciles de pronunciar, de modo que son los primeros que aprenden los bebés. Todos los progenitores cariñosos consideran que su hijo o hija ha de dirigirse a ellos personalmente, de manera que “mamá” y “papá” pasan a formar parte del vocabulario.

Las lenguas son la prueba de que todos los seres humanos son básicamente parecidos, pero al mismo tiempo diversos, innovadores y únicos de un modo fascinante. No solo revelan la deslumbrante variedad de la cultura y la experiencia humanas, sino que también nos proporcionan, mejor que ningún otro fenómeno, la noción de lo que significa ser humanos, además de los límites y posibilidades de nuestras mentes.

Cosas que podríamos suponer que son comunes a todos los humanos, como que el pasado está detrás y el futuro delante de nosotros, que lo que sigue al 1 es el 2 y que el azul y el verde son colores diferentes, resultan no ser el casopara todo el mundo; otras lenguas lo hacen de modo distinto. Incluso hay pruebas de que la lengua que uno habla cambia realmente la estructura de su cerebro.

Se calcula que ya el 97% de las lenguas humanas que han existido históricamente se han extinguido. Esto representa un vacío enorme en nuestro conocimiento y nuestra comprensión de nosotros mismos como seres humanos. Cuando muere una sola lengua, desaparece para siempre una pieza fundamental del puzle humano.

La causa fundamental de la muerte de una lengua se da cuando los niños dejan de hablar la lengua de sus progenitores. Esto puede ocurrir por una serie de razones, pero un factor clave es cuando a los niños se les hace sentir vergüenza por hablar la lengua de su familia. Survival impulsa una campaña contra la “reprogramación” de niños indígenas en “Escuelas Fábrica” (internados) de todo el mundo, donde se impone la lengua y la cultura dominantes a los niños indígenas.

Escuelas de este tipo han existido en la historia de Australia, Canadá y Estados Unidos, donde se denominaban “residential schools”. Además de acelerar la extinción de cientos de lenguas indígenas, el trauma infligido a las víctimas y comunidades se transmite de una generación a otra y todavía causa sufrimiento en la actualidad.

Survival Internacional - 9 de Agosto de 2019

lunes, 25 de noviembre de 2019

Brasil: El silenciado genocidio de los guaraníes


Los guaraníes son una de las comunidades indígenas más importantes y castigadas de América. Viven en Paraguay, Bolivia, Argentina y en Brasil, donde son unos 51.000. No creen en un paraíso ultraterrenal. El edén está aquí. Es la tierra sin mal y llevan siglos buscándola, aunque no parece que la vayan a hallar en esta vida.
Survival Internacional –la Amnistía Internacional de los aborígenes­­– denuncia que el robo de sus tierras y la violencia de madereros, ganaderos y hacendados ha provocado “una oleada de suicidios sin precedentes”. El drama es especialmente grave en Mato Grosso do Sul, donde los guaraníes añoran el enorme reino que tuvieron.
Estos nativos brasileños se dividen en tres grupos: los ñandeva, los mbya y los kaiowá, que en su lengua significa el pueblo del bosque . El pueblo del bosque ya no tiene bosque, habría que decir. Ahora es el pueblo del arcén. Al menos seis comunidades lo han perdido todo y han de acampar en los bordes de carreteras y caminos.
Otros guaraníes más afortunados se aferran a una mínima porción de terreno, una islita en un mar de ranchos y ganaderías. O eso o se resignan a vivir en condiciones penosas en una reserva sobresaturada. En la de Dourados más de 15.000 personas de las etnias guaraní y terena se concentran en 30 km2. Demasiado poco terreno para poder vivir de la agricultura, la caza y la pesca.
Sus pocas tierras son hoy un basurero. © Romerito Pontes / São Paulo / WC

Según Navi Pillay, alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, “los indígenas no se benefician del progreso económico de Brasil”. Lo dijo hace diez años y, si desde entonces la situación se había agravado, la presidencia del ultraderechista Jair Bolsonaro hace temer lo peor. Un refrán guaraní dice: “La tierra es la vida”. Pero sin tierra, ¿qué les queda?

Fuente: Survival Internacional - 21 de Noviembre de 2019


miércoles, 25 de septiembre de 2019

Davi Yanomami, el “Dalái Lama de la Selva”, gana el Premio Nobel Alternativo



El reconocido chamán yanomami Davi Kopenawa ha sido galardonado con el Right Livelihood Award de este año, popularmente llamado Premio Nobel Alternativo.


Davi Kopenawa, también conocido como el “Dalái Lama de la Selva”, es presidente de la organización yanomami Hutukara, con la que comparte este premio.

Davi lideró la campaña de 20 años de su pueblo, los yanomamis, para proteger su territorio en la Amazonia brasileña, que junto con la región que habitan los yanomamis en Venezuela conforma la mayor área selvática bajo control indígena del mundo.

Salió de Brasil por primera vez en 1989 cuando Survival International, que había ganado el premio Right Livelihood de ese año, le invitó a Europa para recoger el premio en su nombre

En 1991 Survival organizó el primer viaje de Davi a los EE.UU., donde se reunió con el entonces secretario general de la ONU, con miembros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y con senadores americanos para concienciar sobre el genocidio inminente de los yanomamis como consecuencia de la invasión de su selva por mineros de oro que propagaban epidemias mortales y actuaban con una violencia crónica.

Desde entonces Davi no ha dejado de viajar para evitar la destrucción del Amazonas por las actividades mineras, agroganaderas, madereras, la construcción de carreteras y los incendios.

En 2010 escribió The Falling Sky (La caída del cielo), el primer libro de un yanomami. La obra, que es un recorrido por la cosmovisión yanomami y un conmovedor relato de la lucha de su pueblo para sobrevivir a las epidemias y a la violencia, ha sido descrita por Stephen Corry, director de Survival, como “uno de los libros más importantes de nuestro tiempo”.

Davi ha sido amenazado con frecuencia por buscadores de oro y políticos que ambicionan los recursos que alberga el territorio yanomami. Vive en su comunidad, Watoriki (la montaña del viento), donde practica el chamanismo. Su suegro, Lourival, era uno de los chamanes más ancianos y respetados por los yanomamis. Davi está casado con Fátima, junto a quien tiene seis hijos y numerosos nietos.

A lo largo de su vida, Davi ha sido reconocido con numerosos premios y galardones, incluido el premio Global 500 que concede Naciones Unidas y una mención honorífica del Premio Bartolomé de las Casas en España.

El propio Davi ha declarado hoy: “Me siento muy feliz; la gente del premio RLA no se ha olvidado de mí. Llega en el momento justo. Estoy muy contento. Ellos confían mucho en las personas, en mí y en Hutukara, y en quien defiende la selva y el planeta Tierra. Esto me da fuerzas para seguir con la lucha por la defensa del alma de la selva amazónica”.

“Nosotros, los pueblos del planeta, necesitamos proteger nuestro patrimonio cultural, como Omame nos ha enseñado, para vivir bien cuidando de nuestro lugar, para que nuestras generaciones futuras puedan seguir usándolo”.

“Confío mucho en el trabajo de Survival International, que tiene 50 años y sigue apoyándonos, continúa luchando y apoyando a mis parientes”.

Para el director de Survival International, Stephen Corry: “Davi es único. Su ideología se nutre constantemente de su chamanismo. Su libro es el relato más honesto y detallado de las creencias amazónicas que jamás se ha registrado. No se impresiona ni se deja llevar por los supuestos beneficios del mundo industrializado, al que observa con mirada penetrante. Sigue siendo de lejos la voz indígena más coherente y eficaz que se pronuncia en defensa de la Amazonia, y por tanto del resto del mundo. Survival International lleva 50 años apoyando a los yanomamis y trabajando con Davi la mayor parte de ese tiempo. Nadie merece este premio más que él”.

Fuente: Survival Internacional - 25 de Septiembre de 2019





Davi Kopenawa, defensor de los derechos de los indígenas y del Amazonas

Copenhague, 25 sep (EFE).- El chamán y líder indígena brasileño Davi Kopenawa, uno de los ganadores este miércoles del llamado Nobel Alternativo de la fundación sueca Right Livelihood Award, se ha significado en las últimas décadas en la defensa de la etnia yanomami y la protección del Amazonas.

El jurado del premio lo ha distinguido a él y a la asociación Hutukara Yanomami, que cofundó en 2004, por su lucha "valiente" para proteger los bosques y la biodiversidad del Amazonas y las tierras y la cultura de los pueblos indígenas, según el fallo.

El jurado ha destacado que Kopenawa es "uno de los líderes indígenas más respetados de Brasil", condición que ha adquirido tras décadas de lucha como portavoz de los yanomami.

Kopenawa ha llevado a foros nacionales y mundiales su causa, y ha recibido reconocimientos como el Premio Global de la ONU y una mención honorífica otorgada en 2009 por el jurado del Premio Bartolomé de las Casas, galardón convocado por la Casa América de Madrid y el Ministerio español de Asuntos Exteriores.

Nacido en 1956 cerca del río Toototobi, junto a la frontera con Venezuela, aprendió portugués con una misión cristiana, lo que le valió en la década de 1980 para trabajar en la Fundación Nacional del Indio (Funai), del Gobierno brasileño, además de colaborar con otras organizaciones como la ONG Survival International.

Los yanomamis son una de las etnias más numerosas de Brasil con unos 35.000 integrantes y ocupan una superficie entre Brasil y Venezuela más grande que Grecia, que supone además el territorio indígena más gran del mundo.

La invasión de su territorio en 1987 a cargo de buscadores de oro provocó la muerte en 7 años de una quinta parte de los yanomamis, en parte por la exposición a enfermedades contra las que no tenían inmunidad.

Kopenawa jugó un papel determinante en la unión de comunidades indígenas para resistir a los mineros, ganaderos y otros poderosos intereses que destruyen las tierras y los medios de subsistencia yanomami para obtener ganancias financieras, como destaca el fallo.

Así lideró una campaña junto a Survival International y la Comisión Pro Yanomami (CCPY), que consiguió en 1992 la demarcación de las tierras de esta etnia, asegurando en Brasil más de 96,000 kilómetros cuadrados.

"Junto con la Asociación Hutukara Yanomami, Davi Kopenawa está resistiendo con éxito la explotación despiadada de las tierras indígenas en la Amazonía, protegiendo nuestro patrimonio planetario común", señaló en un comunicado el director ejecutivo de la fundación sueca, Ole von Uexkull.

En declaraciones difundidas por esta organización, Kopenawa dijo estar "muy feliz" por el premio, que llega "en el momento adecuado y es una muestra de confianza en mí, en Hutukara y en todos aquellos que defienden el bosque y el planeta Tierra".

"El Premio me da la fuerza para continuar la lucha para defender el alma de la selva amazónica. Nosotros, los pueblos del planeta, necesitamos preservar nuestro patrimonio cultural como lo enseñó Omame (el Creador): vivir bien cuidando nuestra tierra para que las generaciones futuras continúen usándola", señaló.

Kopenawa publicó en 2010 "La caída del cielo", el primer libro escrito por un yanomami, una exploración en la cosmología de esta etnia y un relato de la lucha de su pueblo por sobrevivir a las epidemias y la violencia.
Fuente: Agencia  EFE . 25 de Septiembre de 2019



domingo, 17 de febrero de 2019

Los pueblos indígenas de Brasil encabezan la protesta mundial del “Enero Rojo”



En Brasil y en todo el mundo manifestaciones de protesta ocurren en contra de las políticas anti-indígenas del presidente brasileño Jair Bolsonaro, para marcar su primer mes en el poder. Los manifestantes llevaron pancartas con los lemas “¡Alto al genocidio en Brasil!”, “Sangre Indígena, Ni Una Gota Más” y “Bolsonaro: protege las tierras indígenas”.

Las manifestaciones han estado encabezadas por la APIB, la Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil, para su campaña “Sangre indígena – ni una gota más”, y las actividades de este mes de “Enero rojo” o #JaneiroVermelho.

Los pueblos awa, kaapor, guajajara, tremembé y gamela protestan hoy en Santa Inés, Estado Maranhão en Brasil. Salieron a las calles en contra de las políticas anti-indígenas del presidente Bolsonaro. Antes de ser elegido presidente, Bolsonaro ya era conocido por sus puntos de vista racistas. Uno de sus primeros actos tras la toma de posesión fue de retirar la responsabilidad sobre la demarcación de los territorios indígenas del Departamento de Asuntos Indígenas, FUNAI, y dársela al Ministerio de Agricultura, cuya postura anti-indígena es notoria. Esta decisión fue denunciada por Survival por ser “prácticamente una declaración de guerra contra los pueblos indígenas de Brasil”.

El presidente Bolsonaro también reubicó a la FUNAI al nuevo Ministerio de Mujeres, Familia y Derechos Humanos, encabezado por una predicadora evangélica, otra medida diseñada para debilitar drásticamente a la FUNAI.

Por ejemplo, el territorio de los indígenas uru eu wau wau ha sido invadido, poniendo en peligro a los indígenas no contactados que viven allí; y cientos de madereros y colonos están planeando ocupar el territorio de los awás, uno de los pueblos indígenas más amenazados del planeta.

Sin embargo, la respuesta de los pueblos indígenas de Brasil ha sido de luchar. “Hemos resistido durante 519 años. No vamos a ceder ahora. Uniremos todas nuestras fuerzas y venceremos, dijo Rosilene Guajajara. Y Ninawa Huni Kuin ha declarado: “Luchamos para proteger la vida y la tierra. Defenderemos a nuestra nación”. La APIB dice: “Tenemos derecho a existir. No retrocederemos. No vamos a dudar en denunciar a este gobierno y al agronegocio alrededor del mundo.”

El director de Survival International, Stephen Corry, ha dicho hoy: “Habiendo sufrido 500 años de genocidio y masacres, los pueblos indígenas de Brasil no se dejarán espantar por el presidente Bolsonaro, por muy aberrantes y anticuadas que sean sus opiniones. Y es inspirador ver cuánta gente alrededor del mundo está con ellos.”

Por: Survival
Fuente: https://www.survival.es/noticias/12079 / El Orejiverde 
Fecha: 6 de Febrero de 2.019

domingo, 8 de abril de 2018

Perú: Compromiso histórico en la protección de las tierras de tribus no contactadas


Perú creará dos reservas amazónicas para la protección de los pueblos indígenas aislados, que podrían abarcar una extensión de más de 2,5 millones de hectáreas.

Se sabe que al menos siete grupos distintos de tribus no contactadas, como la de los matsés, viven en las zonas que comprenden las nuevas reservas Yavarí Tapiche y Yavarí Mirin, ubicadas en el estado de Loreto, en la Amazonia nororiental peruana.

Esta región remota ha estado sometida a intensas presiones por proyectos de exploración de hidrocarburos y de extracción maderera, así como por la propuesta de una carretera que podría devastar a las tribus que habitan allí. Quienes ambicionan explotar los recursos naturales de la zona han negado durante mucho tiempo la existencia de pueblos indígenas viviendo en el área, ya que su presencia obstaculizaría sus planes.
Sin embargo, el Gobierno de Perú no ha descartado nuevas exploraciones de petróleo y se ha adjudicado dos concesiones petroleras dentro de las nuevas reservas Yavarí Tapiche y Yavarí Mirin. Survival International, el movimiento global por los pueblos indígenas y la única organización que lucha internacionalmente para detener la aniquilación de tribus no contactadas, ha escrito al Gobierno, junto a miles de simpatizantes, para exigir la prohibición total de toda extracción de recursos en las reservas y para que se supriman los dos lotes petroleros existentes en ellas.

Las reservas son fundamentales para la supervivencia futura de los pueblos indígenas aislados, que se enfrentan a una catástrofe a menos que sus tierras sean protegidas. Poblaciones enteras están siendo exterminadas por la violencia ejercida por los foráneos que les roban sus tierras y recursos, y por enfermedades como la gripe o el sarampión frente a las que no tienen inmunidad. Comunidades enteras pueden resultar diezmadas rápidamente.

Un hombre matsés dijo a Survival: “La vida antes del contacto era increíble. Nuestros hermanos no contactados todavía viven en la selva, sabemos que están ahí fuera. Ellos viven como nosotros lo hacíamos antes. Porque los indígenas aislados están ahí fuera, queremos que el Gobierno proteja la tierra”.

El director de Survival International, Stephen Corry, declaró: “Aunque damos la bienvenida a la creación de las reservas Yavarí Tapiche y Yavarí Mirin, la negativa del Gobierno peruano a prohibir toda extracción de recursos en sus tierras nos preocupa enormemente. Los pueblos indígenas no contactados son los más vulnerables del planeta. Son nuestros contemporáneos y una parte vital de la diversidad humana”.

La creación de dos áreas protegidas en Perú se produce tras años de intensa campaña por parte de los pueblos indígenas y sus simpatizantes. Sin embargo, hay otras tres reservas propuestas que siguen pendientes de formarse. Cuanto más retrase el Gobierno la creación de áreas protegidas, mayor será el riesgo que afrontan los pueblos indígenas que habitan en esas regiones.

Información de contexto
- Los pueblos indígenas no contactados son aquellos que no han mantenido contacto pacífico con nadie de la sociedad mayoritaria o dominante. Estos pueden ser pueblos enteros o grupos reducidos de tribus que ya han sido contactadas.

- Algunos de ellos podrían haber estado en contacto con la sociedad colonial en el pasado, y huyeron a raíz de la violencia que se desató contra ellos. Otros podrían haber formado parte alguna vez de grupos indígenas más poblados, de los que se separaron y alejaron huyendo del contacto.

- Los pueblos indígenas aislados no son atrasados ni reliquias primitivas de un pasado remoto. Son sociedades contemporáneas y allí donde sus derechos se respetan siguen prosperando.

Fuentes:
Survival https://www.survival.es/noticias/11946
El Orejiverde 
8 de Abril de 2.018

viernes, 16 de febrero de 2018

Los indígenas de Sierra Nevada


Los ricos recursos de esta tierra atraen la amenaza exterior.

Los indígenas de Sierra Nevada son cuatro tribus únicas, emparentadas entre sí, que viven en las laderas de la Sierra Nevada de Santa Marta, en el norte de Colombia.

Pero la riqueza natural de su tierra atrae proyectos de “desarrollo” extremadamente dañinos.

La Sierra Nevada de Santa Marta es una montaña única con forma de pirámide que se encuentra en el extremo norte de los Andes, en el norte de Colombia. En sus laderas viven cuatro pueblos indígenas diferentes, pero emparentados entre sí: los arhuacos (o ikas), los wiwas, los kogis y los kankuamos. Juntos, suman más de 30.000 personas.

La cima de la montaña se encuentra a unos 5.000 metros de altitud. En su base, a las orillas del Caribe, una densa selva tropical reviste las bajas llanuras. A medida que la montaña va tomando altura, la selva se va transformando en una sabana abierta y en bosques nubosos.

Para los indígenas, la Sierra Nevada es el corazón del mundo. Está rodeada por una “línea negra” invisible que abarca los lugares sagrados de sus ancestros y demarca su territorio.

Los hermanos mayores
Los indígenas de la Sierra se autodenominan los “hermanos mayores” y creen poseer una sabiduría y un entendimiento místicos que superan los de los demás. Se refieren a otros pueblos como los “hermanos menores”.

Un encuentro en medio del exhuberante paisaje de Sierra Nevada.
© Danilo Villafañe

Los hermanos mayores creen que es su responsabilidad mantener el equilibrio del universo. Cuando hay huracanes, sequías o hambrunas alrededor del mundo, se dice que son la causa de un fallo humano a la hora de mantener la armonía del planeta.

El equilibrio se consigue realizando ofrendas a los lugares sagrados para devolver a la tierra lo que se ha obtenido de ella.

Mamos

Dos hombres arhuacos en la Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia.
© Survival International

Los líderes espirituales se denominan mamos. Un mamo tiene la responsabilidad de mantener el orden natural del mundo por medio de canciones, meditación y ofrendas rituales.

La preparación de un mamo comienza cuando es pequeño y dura unos dieciocho años. Llevan al joven a lo alto de las montañas y allí le enseñan a meditar sobre el mundo natural y espiritual.

En la cultura occidental, el mamo sería una especie de cura, profesor y doctor, todo en uno.

Coca frente a cocaína
La coca desempeña un papel central en la vida cotidiana, y se utiliza en ofrendas y ceremonias.
Cada hombre lleva consigo una bolsa con hojas de coca, que mastican para conseguir un efecto ligeramente estimulante. Cuando dos hombres se encuentran, se intercambian un puñado de hojas como señal de respeto mutuo.

Una calabaza ahuecada a la que llaman poporo contiene conchas machacadas. Con un palo transfieren el polvillo de las conchas trituradas a las hojas de coca que tienen en la boca: la alta alcalinidad de las conchas reacciona al entrar en contacto con la coca y estimula así los principios activos. El polvo sobrante se coloca en el cuello del poporo, y con el tiempo se acaba convirtiendo en un grueso collar.


El poporo es un símbolo de madurez y marca de civilización entre los indígenas.
© Danilo Villafañe

Pero la coca también la cultivan los colonos no indígenas como materia prima de la cocaína. Colombia es desde hace tiempo la capital mundial de esta droga, y su producción ha tenido consecuencias devastadoras para la población indígena.

Las bajas laderas de la Sierra han sido ocupadas por colonos que cultivan coca para el tráfico de drogas, con el que se financia en gran parte el conflicto armado entre los grupos de guerrilla y los paramilitares, en la larga guerra civil que azota al país.

A pesar de la naturaleza pacífica de los indígenas, a menudo se ven atrapados en el fuego cruzado entre el ejército y los grupos armados ilegales. Muchos han muerto asesinados como consecuencia, y otros se han visto forzados a huir por esta especie de guerra civil que asola sus tierras.

Váyanse de nuestras tierras


Se prohíbe la entrada a no-indígenas”. Cartel en una comunidad arhuaco.
© Kelly Loudenberg

Los indígenas de la Sierra son descendientes de los tayronas, una gran civilización cuyo magistral trabajo con el oro y su arquitectura atraen a la región a turistas y ladrones de tumbas por igual.

Cada pueblo indígena se ha adaptado a la invasión de sus tierras a su modo: los kogis rechazaron la invasión exterior huyendo a zonas más altas de la Sierra. Se han mantenido especialmente hostiles a las visitas de turistas con cámara en mano.

Los arhuacos, a cuyos varones se distingue por sus sombreros con forma cónica, han organizado un fuerte movimiento político para defender sus derechos, mientras que los kankuamos viven al pie de las montañas, en su mayoría integrados por completo en la sociedad mayoritaria.

El agua
El agua es enormemente reverenciada por los indígenas, y existe una enorme oposición a los proyectos hidroeléctricos en la región, tanto los ya existentes como los que están en fase de planificación. Las presas interfieren en el ciclo natural del agua de la Sierra y amenazan los cultivos y el ganado de los indígenas.
La propiedad privada de la tierra y los proyectos de “desarrollo” hacen cada vez más difícil para los indígenas moverse por su territorio ancestral y realizar ofrendas para mantener el equilibrio del planeta.

Informe
Survival Internacional
https://survival.es/indigenas/sierra-nevada

sábado, 6 de enero de 2018

Brasil: los guaraníes y una década de promesas rota



Los guaraníes siguen luchando por sus derechos territoriales a pesar de los continuos ataques.
Fiona Watson/Survival
Escrito Fiona Watson/Survival

Los guaraníes siguen luchando por sus derechos territoriales a pesar de los continuos ataques.

Hace diez años el Gobierno de Brasil firmó un acuerdo histórico con el pueblo indígena guaraní, por el que se comprometía a identificar todas sus tierras ancestrales.

El principal objetivo del acuerdo, elaborado por el Ministerio Público Federal de Brasil (Fiscalía) era acelerar el reconocimiento de los derechos territoriales de los guaraníes en el estado de Mato Grosso do Sul.

Sin embargo, una década después, la mayoría de las mediciones de tierra ni siquiera se han llevado a cabo y el fracaso de las autoridades en reconocer los derechos territoriales de los guaraníes sigue teniendo un impacto terrible sobre su salud y bienestar.

Sin esperanza inmediata de recuperar sus tierras y reconstruir sus medios de subsistencia, miles de guaraníes permanecen atrapados en reservas masificadas donde los procuradores dicen que la tierra es tan escasa que “es imposible la reproducción de la vida social, económica y cultural”.

Otras comunidades guaraníes viven a los lados de concurridas carreteras o en pequeñas parcelas de la que fuera su tierra ancestral, rodeados de inmensas plantaciones de caña de azúcar y soja. No pueden cultivar, pescar ni cazar, y no tienen siquiera acceso a agua potable.

Una pareja guaraní-kaiowá sentada en la parte trasera de su alojamiento rodante, en la comunidad de Apy Ka’y, cerca de Dourados, mato Grosso do Sul, Brasil.
© Paul Patrick Borhaug/Survival

El personal sanitario reporta que estas comunidades sufren graves efectos colaterales por los pesticidas que utiliza el agronegocio. Algunas comunidades dicen que sus fuentes de agua y sus hogares están siendo deliberadamente rociados con pesticidas por los terratenientes agroganderos.

Un estudio reciente estimó que el 3% de la población indígena en el estado podría estar siendo envenenada con pesticidas, algunos de los cuales están prohibidos en la Unión Europea.

La malnutrición es habitual, especialmente entre bebés y niños pequeños. Según explica Gilmar Guaraní: “Los niños lloran y no aguantan más. Es el mismísimo sufrimiento. La mismísima debilidad. Prácticamente están comiendo tierra. La situación es desesperada, no van a aguantar”.

Mato Grosso do Sul alberga la segunda mayor población indígena de Brasil, con 70.000 indígenas pertenecientes a siete tribus.

Terratenientes ganaderos y el agronegocio les han robado gran parte de sus tierras ancestrales, y ahora apenas ocupan un 0,2% del estado.

John Nara Gomes, declaró: “Actualmente la vida de una vaca vale más que la de un niño indígena (…) Las vacas están bien alimentadas, mientras que los niños pasan hambre. Antes éramos libres para cazar, pescar y recolectar frutos. Ahora los pistoleros nos disparan”.

La desesperanza entre los guaraníes por la pérdida de sus tierras y de su vida autosuficiente se refleja en las tasas extremadamente altas de suicidio. En el período comprendido entre los años 2000 y 2015 se produjeron 752 suicidios. Desde 1996, las estadísticas revelan niveles de suicidios 21 veces superiores a la media nacional entre los guaraníes. Y posiblemente las estimaciones no reflejen todos los casos reales, dado que buena parte de los suicidios no se registran.

Damiana Cavanha, lideresa de la comunidad Apy Ka’y, ha presenciado la muerte de tres de sus hijos y de su marido. Ella está planificando decididamente la reocupación de su tierra ancestral donde todos ellos se encuentran enterrados.
© Paul Patrick Borhaug/Survival

Los guaraníes también hacen frente a altos niveles de violencia y son constantemente atacados por los pistoleros de los terratenientes agroganderos cuando intentan recuperar partes de su tierra ancestral. Datos recientes muestran que el 60% de todos los asesinatos de pueblos indígenas en Brasil ocurrieron en el estado de Mato Grosso do Sul.

Con un Gobierno y un parlamento dominados por el poderoso sector del agronegocio, los terratenientes en Mato Grosso do Sul no cederan ni un centímetro. Muchos han recurrido a los tribunales como táctica dilatoria para desafiar la identificación de los territorios guaraníes. Un territorio guaraní clave lleva acumuladas 57 respuestas legales.

Pero a pesar de este escenario sombrío, muchos guaraníes siguen decididos a luchar: “Brasil siempre fue nuestra tierra. La esperanza que alimento y voy a alimentar es la demarcación, porque sin ella no podemos cuidar de la naturaleza ni alimentarnos, y por ella vamos a luchar y a morir”, dice Geniana Barbosa, una joven mujer guaraní.

Survival - 29 de Diciembre de 2017