Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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jueves, 6 de marzo de 2025

El Espíritu de los Animales


El espíritu de los animales es realmente real y los pueblos indígenas han tenido una conexión con los animales desde el comienzo de la humanidad.

Clanes dentro de muchas tribus de indios americanos
Las comunidades reflejan relaciones con los animales.

Cada Animal lleva historia y significado.

Los animales han sido parte de los cuentos de la Creación, los cuentos familiares y las historias personales.

viernes, 29 de noviembre de 2024

El perro mexica


El Xoloitzcuintli, también conocido como Perro Xoloitzcuintle o simplemente Xolo, es una raza de perro originaria de México, reconocida por su gran antigüedad y su conexión con la cultura y la mitología mexica. Es uno de los perros más antiguos del mundo y se ha considerado una raza sagrada y mística a lo largo de la historia.

El Xoloitzcuintli tiene más de 3,000 años de historia. Se cree que esta raza desciende de perros nativos de México, y fue venerada por varias civilizaciones mesoamericanas, incluidos los aztecas, los mayas y los toltecas. Su nombre, “Xoloitzcuintli”, proviene de “Xólotl”, el dios azteca de la muerte y el relámpago, y “itzcuintli”, que significa “perro” en náhuatl. El Xolo fue considerado un perro sagrado, y se creía que acompañaba a las almas de los muertos en su viaje al Mictlán (el inframundo).

A lo largo de los siglos, el Xoloitzcuintli ha sido apreciado por su resistencia y adaptabilidad a climas cálidos. Además, es conocido por su piel sin pelo, que lo hace fácilmente reconocible entre otras razas.

Mejores Cualidades

Lealtad y vínculo con el dueño: El Xoloitzcuintli es un perro extremadamente leal a su dueño. Son conocidos por formar fuertes lazos con las personas, especialmente con aquellos que los cuidan y les dan cariño. Su naturaleza afectuosa los convierte en excelentes compañeros de vida.

Inteligencia y facilidad de entrenamiento: El Xolo es un perro inteligente y aprenden con facilidad. Sin embargo, como es una raza con una personalidad independiente, el entrenamiento debe ser consistente y respetuoso para que el perro se mantenga motivado y entienda los comandos.

Hipoalergénico: Debido a la falta de pelo en muchas variedades del Xoloitzcuintli, esta raza es una excelente opción para personas alérgicas a los perros, ya que reduce las reacciones alérgicas en muchas personas.

Peor Defecto

Necesita protección para la piel: A pesar de ser conocido por su falta de pelaje, el Xoloitzcuintli necesita cuidados especiales para proteger su piel, ya que puede ser susceptible a quemaduras solares, especialmente si está expuesto por largos períodos al sol. Requiere protección con bloqueador solar o ropa protectora cuando se encuentra en ambientes soleados.

Socialización temprana: Aunque es un perro muy leal y cariñoso, el Xolo puede ser reservado con los extraños. Requiere una socialización temprana para evitar comportamientos tímidos o de desconfianza hacia nuevas personas o animales.

El Xoloitzcuintli es famoso por ser una raza sin pelo, aunque existen variedades con pelaje. Los Xolos sin pelo requieren cuidados especiales para su piel, ya que puede resecarse fácilmente. Los Xolos con pelo tienen un pelaje corto que necesita un mantenimiento regular.

El Xoloitzcuintli es una raza antigua y mística con un carácter leal, afectuoso e inteligente. Su naturaleza tranquila y su historia rica lo convierten en un compañero excepcional para aquellos que buscan un perro único y lleno de historia. Si bien requiere cuidados especiales para su piel, el Xolo es una excelente opción para quienes desean un perro de compañía cariñoso y especial.

Fuentes:

American Kennel Club (AKC), “Xoloitzcuintli”.

The Kennel Club, “Xoloitzcuintli”.

sábado, 14 de septiembre de 2024

El pájaro carpintero de prepara para el invierno


Un pájaro carpintero que se prepara para el invierno comienza encontrando un árbol muerto y haciendo meticulosamente agujeros para almacenar bellotas. Cada agujero está elaborado cuidadosamente; si es demasiado grande, otras aves pueden robar fácilmente las bellotas, y si es demasiado pequeño, las bellotas pueden romperse y estropearse. A finales del verano, el trabajo preciso del pájaro carpintero está completo. Las bellotas maduradas se colocan en los agujeros, con un solo gran tronco de árbol capaz de sostener alrededor de 50.000 bellotas, asegurando que el pájaro tiene suficiente comida para un invierno satisfactorio.
Créditos al increíble fotógrafo.





viernes, 23 de agosto de 2024

Mensajes que traen los animales a nuestro hogar


sábado, 16 de octubre de 2021

Yateí: la abeja nativa que conserva el ambiente, cura y alimenta


Su miel fue incorporada al Código Alimentario Argentino y se consolidará como un recurso genuino de las comunidades del norte del país. A través de la etnobiología, investigadores del CONICET estudian sus usos e importancia cultural.

Hasta hace pocos meses, el Código Alimentario Argentino indicaba que miel era el producto proveniente de las abejas obreras, haciendo referencia a la especie Apis mellífera, originaria de Europa y distribuida en todo el mundo. Una reciente modificación incorporó a esta categoría a la sustancia que producen las meliponas Tetragonisca fiebrigi, conocidas popularmente como yateí o rubita, convirtiéndola en un recurso genuino para múltiples comunidades del norte del país que crían y utilizan estos insectos desde hace varios siglos.


La miel de las abejas nativas sin aguijón es usada como medicina y como alimento, tanto por grupos de pueblos originarios como por descendientes de inmigrantes, según reportaron diversos estudios realizados durante la última década por investigadores del CONICET en distintas provincias. Además de resaltar su importancia cultural y nutricional, aseguran que mantener y valorizar la cría de meliponas podrá ayudar a la conservación del ambiente, mediante la preservación de fragmentos de bosques nativos que, a su vez, servirán de soporte para la recuperación de especies.

Para lograr la incorporación de la miel de yateí al Código nacional, fueron necesarias múltiples acciones provenientes de distintos sectores comunitarios, gubernamentales y académicos. “Requirió un trabajo de equipo multidisciplinario, que fue muy largo e intenso, similar al que hacen estas abejas para producir su miel”, compara la investigadora independiente del CONICET en el Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET – UNaM), Norma Hilgert.


Es que para producir apenas un litro de miel, una colonia compuesta por 5 mil abejas trabaja todo un año. Esto convierte a la producción de las yateí en un bien sumamente preciado para las comunidades, donde la utilizan selectivamente para fines específicos o la comercializan a más de 100 dólares por litro.

De acuerdo al grupo cultural y a la especie de abeja que prospere en cada ambiente, en los estudios realizados por investigadores del CONICET se han reportado más de 400 usos distintos de las mieles -solas o combinadas con plantas-, que van desde el tratamiento de infecciones en la piel o en el sistema respiratorio hasta la cura de cataratas. “También se la utiliza como un suplemento para fortalecer el sistema inmunológico de los niños. Por ejemplo, es muy frecuente darles a los niños una cucharadita de miel de yateí antes de ir a la escuela”, comenta Hilgert, quien desde hace varios años se involucró en estudios vinculados a las meliponas nativas desde la etnobiología.

Una miel por cada región

En Argentina, las meliponas están distribuidas principalmente en las provincias del Norte, llegando incluso hasta algunas regiones de Catamarca y Buenos Aires. Misiones es la que tiene mayor trayectoria en el aprovechamiento de este recurso y hace más de 30 años promueve talleres sobre el manejo de las abejas en los que, junto a los pobladores, se definen las mejores prácticas de cría, se establecen los métodos para mudar un nido desde un árbol a una caja y se evalúa cuál es el momento más adecuado para iniciar la cosecha.

Pese a esta vasta experiencia, los emprendimientos vinculados a la miel de yateí no lograron el desarrollo esperado en las últimas décadas porque la producción no podía comercializarse formalmente. La incorporación al Código es el primer paso para lograr las certificaciones y registros necesarios para que se pueda vender en mercados oficiales.

La próxima instancia en el proceso de valorización de la producción melífera, explican los investigadores, es la caracterización por regiones. “Tenemos evidencia de que estas abejas prefieren la flora nativa y que particularmente usan el néctar de especies frutales silvestres que, a su vez, se emplean para hacer dulces. Con un trabajo organizado, se van a poder obtener no sólo mermeladas regionales, sino también mieles exclusivas de cada zona”, agrega Hilgert.

Además, adelanta que está previsto que se registren mieles de otras cuatro especies de meliponas, características de otros ambientes y valoradas por diferentes grupos culturales. “Uno de los objetivos es que estos recursos puedan convertirse en un ingreso más para el sistema diversificado que tienen los productores locales, que en sus chacras se dedican a distintos cultivos y hacen un aprovechamiento integral. De esa manera, se potencian las economías nativas sustentables y se fortalecen los sistemas productivos familiares, además de contribuir al mantenimiento de las funciones ecosistémicas a partir de la promoción de la presencia de estos insectos nativos polinizadores”, destaca la investigadora.

Soberanía alimentaria y conservación

Desde la etnobiología, los investigadores navegan entre los marcos teóricos de la biología y la antropología para estudiar los usos y el manejo que los distintos grupos humanos hacen de los recursos de la naturaleza. El abordaje pone en primer plano al vínculo que se establece entre la persona y el recurso, analizando tanto el uso como la manera en la que se adquiere y transmite el conocimiento.

La valorización de la meliponicultura en cada una de las regiones del país en las que están presentes las abejas sin aguijón será un modo de fortalecer la soberanía alimentaria, que es el derecho que tienen los pueblos a elegir qué producir y consumir. “Cuando hablamos de sistemas productivos locales nos referimos a aquellos que están vinculados a recursos silvestres o a aquellos naturalizados que han sido incorporados al acervo cultural local, es decir a recursos que se renuevan de manera natural. Esto es fundamental para generar identidad, además de aportar a la economía familiar”, explica Hilgert, al tiempo que aclara que la producción de miel de yateí no debe ser vista como una oportunidad de enriquecimiento de los productores o una alternativa de explotación a escala masiva.

“La lógica industrial, aplicada a sistemas productivos diversificados de mediana o pequeña envergadura, generalmente no se lleva bien con la conservación. Lo que buscamos es hacer un aporte a través del uso”, advierte la investigadora. Una posible estrategia para lograr este fin será la recuperación de fragmentos de bosques nativos que están empobrecidos en terrenos privados. “Los dueños de las chacras verán que es una buena alternativa volver a plantar especies nativas porque son usadas por las yateí para hacer miel. Esto no sólo les permitiría generar productos únicos, sino que también le dará valor a esos remanentes que, a su vez, serán de ayuda para la recuperación de la biodiversidad”, agrega.

Colmenas en riesgo

Por múltiples causas vinculadas con deterioro del ambiente, las abejas de la especie Apis mellifera están en declive, con casos de mortandad masiva en los nidos y escasez de producción de miel en muchos países del mundo. Aunque en Argentina aún no se registra este fenómeno, la posibilidad de que las colmenas locales sean afectadas está motivando el interés de los apicultores en el uso de abejas nativas.

Los trabajos de los etnobiólogos señalan que el conocimiento acerca de las meliponas se está fragmentando. “En las comunidades, encontramos gente mayor que sabe cuáles son las meliponas que producen remedios y para qué usarlos en muchas recetas diferentes, pero ya no van al campo. Por otro lado, están los jóvenes que saben dónde están las abejas y cómo cosecharlas, pero no saben exactamente cómo se llaman. Eso significa que estamos ante el riesgo de que se pierda la información. A esto hay que sumarle que las poblaciones de algunas especies están mermando debido a las modificaciones en el ambiente”, explica Hilgert, quien confía que la incorporación de la miel de yateí al código alimentario genere un impulso comercial que se traduzca en un interés renovado por todo el elenco de meliponas.


Fuente: Infoagro

https://infoagro.com.ar/yatei-la-abeja-nativa-que-conserva-el-ambientecura-y-alimenta/

lunes, 27 de septiembre de 2021

En Río Negro se realizó la mayor liberación de cóndor andino de la Argentina

Fueron 7 ejemplares de una especie de ave que está amenazada. Algunos habían sido intoxicados y fueron rehabilitados. Otros nacieron por incubación artificial.



Es el retorno del cóndor al mar. Días atrás, se llevó a cabo la liberación de cóndores más grande realizada en la Argentina hasta el momento. Siete cóndores andinos empezaron a volar en la zona de Sierras Paileman, en el departamento Valcheta, provincia de Río Negro. El acontecimiento fue realizado con ceremonias ancestrales de pueblos originarios.


La liberación se hizo en el marco del Programa Binacional de conservación del Cóndor Andino Chile-Argentina, una iniciativa que cuenta con apoyo del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación. Contó con la participación de diferentes organizaciones no gubernamentales.

Durante la ceremonia de liberación también participaron por la provincia de Río Negro, Dina Migani, secretaría de Ambiente y Cambio Climático y Federico Hollmann, subsecretario Biodiversidad y Cambio Climático. Luis Jácome, presidente de la Fundación Bioandina Argentina y director del Proyecto Conservación Cóndor Andino, también estuvo presente.



Cada uno de los 7 ejemplares de la especie de cóndor Vultur gryphus que volvieron al entorno natural tienen diferentes historias de rescate y superación. Piuque Wenú (que significa “gran corazón”) fue rescatada por personal del Parque Nacional Nahuel Huapi, en Villa La Angostura, Neuquén. Había sido intoxicada por la ingesta de balas de plomo y luego rehabilitada en el Ecoparque de Buenos Aires.

Otro ejemplar rescatado es Kurruf (viento), gracias a miembros de la Estación de Fauna Autóctona de Salta y rehabilitado posteriormente en el bioparque Temaikèn. Por su parte, Tayel (canto sagrado), proveniente de ese mismo bioparque, fue incubada artificialmente y criada con asistencia de títeres de látex en el mencionado Ecoparque porteño.

También fue incubado y criado en el Ecoparque la hembra Mawun (lluvia), que provino de Olavarría, del bioparque La Máxima. En ese espació nació Lihuen (luz de vida). Otro ave liberada fue Kume Feleal (buen vivir), nacida en Temaikèn y criada en aislamiento humano en ese Ecoparque. La lista se completa con Pachamama (madre tierra), nacida y criada en ZooParc de Beauval, Francia.

Entrevistada por RIO NEGRO, Betania González, directora nacional de Biodiversidad en la Secretaría de Política Ambiental en Recursos Naturales del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, resaltó la importancia de la iniciativa de conservación de los cóndores.


“La reintroducción del cóndor andino, cuyo nombre científico es Vultur gryphus, en el ecosistema es de gran importancia ya que cumple un rol ecológico vital. Es el rol común de todas las especies de buitres. Por su dieta carroñera, eliminan posibles fuentes de contaminación o infección, beneficiando la salud de los ecosistemas y la de los humanos”, afirmó González, quien es licenciada en gestión ambiental.

“Al remover toneladas de material orgánico de la naturaleza, las poblaciones de cóndores realizan un servicio ecosistémico valuado en miles de dólares anuales. En los lugares donde las carroñas no son eliminadas de forma eficiente por escasez o ausencia de buitres, puede ocurrir un aumento de carroñeros facultativos que podrían ser transmisores de enfermedades”, señaló.

Los grandes buitres, como el cóndor andino, pueden abrir cueros duros de grandes animales permitiendo el acceso a carroñeros más pequeños. Además, cuando este recurso está disponible en el campo puede haber procesos de facilitación en los que la llegada de una especie a la carroña permite la llegada de otras especies porque aumenta la posibilidad de detección del recurso. Además, “las reintroducciones o suplementaciones poblacionales pueden recomponer relaciones interespecíficas, restaurando funciones ecológicas y ecosistemas”, comentó.

Las acciones de conservación tienen que ser acompañadas por medidas que mitiguen las amenazas que afectan la supervivencia de las especies. En este sentido, la cartera de Ambiente, a cargo de Juan Cabandié, también trabaja en el relanzamiento de la Estrategia Nacional contra el Uso de Cebos Tóxicos. Se trata de un plan conjunto que cuenta con la colaboración de la Fundación Bioandina Argentina para promover medidas contra el uso ilegal de cebos tóxicos en el país. Busca aportar herramientas para la conservación de la población del cóndor.

“La ingesta accidental de cebos tóxicos es hoy la mayor amenaza a la que se ve expuesta el cóndor andino. Esto ocurre por su biología de carroñero: puede alimentarse de restos de animales previamente intoxicados por esos cebos”, explicó González. Se han registrado muertes masivas de la especie por la toxicidad de los cebos que fueron colocados con el objetivo de controlar grandes carnívoros que afectan, por ejemplo, la producción ganadera en alguna zona.

En los últimos años pudo registrarse un promedio de 29 ejemplares de cóndor afectados por cebos tóxicos, a partir de los cuales pudieron realizarse estudios toxicológicos e identificar a las sustancias carbofuran y paratión, que son utilizadas comúnmente como pesticidas.

Durante este año, se han registrado cuatro ejemplares con signos de envenenamiento: uno en la localidad de El Caín, en la provincia de Río Negro, y tres en la ciudad de Chos Malal, en la provincia de Neuquén.

“El objetivo de la iniciativa contra el uso de cebos tóxicos es trabajar junto con las autoridades ambientales y otros actores relevantes de las catorce provincias argentinas con distribución de esta especie amenazada para llevar adelante políticas públicas ambientales”, precisó.

“Se apunta a mejorar la detección y el tratamiento de los casos de envenenamiento. También se quiere minimizar el riesgo para el personal que interviene”, contó l a funcionaria. El plan también está orientado a generar un conocimiento más preciso de los sitios de mayor conflicto para orientar los esfuerzos de conservación y las tareas de difusión y educación en las comunidades.

Fuente: Diario Río Negro (Argentina) - 26 de Septiembre de 2021.

https://www.rionegro.com.ar/en-rio-negro-se-realizo-la-mayor-liberacion-de-condor-andino-de-la-argentina-1973941/?fbclid=IwAR3qgyr_8egkUvUugJt79mNbtHoFInsP1iTcCUnolaukIf0oFqNSDeHhFak

jueves, 2 de septiembre de 2021

National Geographic defendió a los carpinchos de Nordelta



Luego de que se conociera el reclamo de los vecinos por la invasión de carpinchos en diferentes barrios de Nordelta, el tema se instaló en la agenda nacional. Ahora, la polémica fue un poco más allá y llegó a la reconocida publicación vinculada al ambiente y la naturaleza National Geographic. Al referirse a lo que ocurre por estos días en la zona norte de Gran Buenos Aires, la revista consideró que los animales “vuelven al territorio que les pertenece desde hace miles de años”. En realidad no vuelven, siempre estuvieron, pero fueron desplazados por los humanos y ante la falta de depredadores se reprodujeron a mayor velocidad.

Días atrás, los residentes del área afectada por la “superpoblación” de carpinchos emitieron un comunicado en el que aseguraron que “aman” a estos roedores y apuntaron a la responsabilidad de las autoridades provinciales y de los administradores del complejo. El texto fue firmado por la “comisión pro equilibrio carpinchos Nordelta” y sostiene que no buscan “la erradicación total”: “Nuestro pedido concreto es retrotraer la cantidad de carpinchos a los que había cuatro o cinco años atrás por traslado a otras reservas naturales”.

Lejos de agotarse en esa noticia, la controversia continuó escalando. En los últimos días, National Geographic se sumó a la cobertura y subrayó que Nordelta fue construido sobre uno de los humedales del río Paraná: “Después del Amazonas, es el caudal más importante de América Latina”. La publicación agregó que es hogar de una gran cantidad de especies de ecosistemas húmedos, como los famosos “capibaras”, conocidos en nuestro país como carpinchos.

“En el año 2000, sin embargo, el megaproyecto de construcción de este barrio de clase alta vino a cambiar el panorama. Campos de fútbol y golf, centros educativos exclusivos y al menos 31 barrios nuevos se han construido a lo largo de 21 años, en los 16 kilómetros cuadrados que comprende Nordelta”, señaló el medio, que además remarcó que “las casas pueden estar tasadas hasta en 6 millones de dólares”.

“Ni siquiera los mejores agentes de bienes raíces lograron contener la invasión de capibaras que hoy aqueja terriblemente a los vecinos”.

El artículo concluye con una dura crítica: “Antes desplazados por el desarrollo urbanístico exclusivo e irresponsable, los capibaras están retomando el territorio que perdieron hace más de dos décadas. Aunque los vecinos enardecidos de Nordelta intenten erradicarlos, tienen la presión de la mirada del mundo sobre la espalda. Algunos lo han llamado, incluso, un claro ejemplo de lucha de clases”.

Un carpincho puede medir hasta 1,30 metros de largo y los adultos llegan a pesar 60 kilos. Son gregarios, viven en grupos de 10 a 20 animales y se alimentan de la vegetación. Algunos de los problemas más graves que destacan los vecinos del municipio de Tigre son los daños materiales, como los que los roedores están causando en los jardines de las viviendas. Pero, además, algunas familias denunciaron que sus mascotas fueron atacadas por los carpinchos y, según se pudo ver en un video registrado por cámaras de seguridad, también causaron algunos accidentes viales.

Fuente: Noticias Ambientales - 29 de Agosto de 2021.

https://noticiasambientales.com/animales/national-geographic-defendio-a-los-carpinchos-de-nordelta/

lunes, 30 de agosto de 2021

Carpinchos: indios y jesuitas ya hablaban de ellos

En los escritos del padre jesuita Florian Paucke se describían las costumbres de estos roedores también llamados “puercos de agua”.



El carpincho es un mamífero que vive en una geografía húmeda, a orillas de ríos, lagunas, bañados y en esteros flotantes, los llamados embolsados. Son herbívoros: una verdadera máquina de comer pastos tiernos para que no le crezcan sus dientes incisivos. Tienen una cabeza regular, orejas chicas, cuello corto, ojos redondos, con mirada achinada, patas cortas que terminan en tres dedos con uñas. Son animales pesados que pueden llegar a los 60 o 70 kilos y medir un metro.

Su nombre, hydrochaeris, significa “puerco de agua”. Los viajeros los mencionaban como: “puercos marinos, llamados capiguá, capibaras o carpinchos cuyo nombre deriva de una especie de yerba (Caá) que comen en tierra se los domestica rápidamente como lo probé con dos”, escribió el padre Cattáneo de la Reducción de Santa María de las Misiones del Uruguay en julio de 1730.

El jesuita Florian Paucke dejó registros de su paso por la Reducción de San Javier en Santa Fe, (1752), donde estaban los indios mocovíes “los carpinchos en guaraní se denominan capiguará, en lengua mocoví, nopuciaga, y en abipona etapenga.", no les gusta alejarse mucho de la orilla donde se zambullen en caso de ser perseguido, sea por la gente, sea por los tigres (yaguareté). Los indios comen con agrado su carne. Su grasa tiene olor y sabor a aceite de linaza me regalaban la piel de la barriga y el cuello en derredor del pescuezo junto con carne y grasa por ser lo mejor para comer tenían siempre una gran alegría cuando mataban un “puerco marino” y acompañaban esto con una gritería jubilosa... 
Los lechones son más sabrosos porque todavía no tiene un sabor aceitoso utilizan los cueros para sus canastos. Asan la carne junto a la piel, la maceraban con vinagre para que pierdan ese gusto repugnante el tocino es de dos dedos de grasa”.

Para cazarlos, escribió Paucke, “le arrojan el dardo cuando sacan la cabeza del agua y seguro que le aciertan. El dardo no se desprende hay que sacárselo a tajos, nadan con ellos presos a la orilla y lo terminan matando: 12 indios pueden devorar en una noche 43 carpinchos”

Germán Burmsmeister, eminente naturalista alemán, contó que en la gran creciente del Paraná, en febrero de 1858, vio pasar a carpinchos refugiados en camalotes o islas flotantes. “La carne es comestible y el cuero se aprovecha para correas y sobrepuestos”, escribió.

Según el indio toba Clemente López: “el carpincho tiene una carne muy sabrosa, siempre que previamente se le retire la catinga” (olor muy fuerte y desagradable), también, recordó “aprovechamos el cuerito equivalente a la palma de las manos con el cual fabricamos collares muy indicados para suavizar los efectos de los resfríos fuertes o gripes”.

Son mansos, pero hay veces que se agarran entre sí, se muerden dejando heridas profundas. Cuando se enojan, se encrespan y emiten estentóreos gritos. Es un gran nadador, capaz de sumergirse bajo el agua hasta 10 minutos y conviven con el yacaré como buenos vecinos. Tienen una relación simbiótica con los pájaros como el picabuey que estacionan sobre el lomo y le comen las garrapatas.

Ceferino Palma, otro observador, cuenta que salían a cazar carpinchos, a “linternear”, cuando salían de noche a comer, “siempre que el viento estaba en contra, porque tienen mucho olfato y desaparecen rápidamente en el agua. Por sus excrementos frescos, que son como una aceituna, sabíamos que andaban por ahí”. Y relata: “para cazarlo poníamos en la entrada de las sendas o subideros, por donde entran y salen a sus nidos, un cable que al pasar le enlazaba el cuello. Duermen en lugares inaccesibles, sobre nidos de totora, resaca de follaje, juncos que ellos hacen sobre los pantanos es un colchón de casi un metro, que puede aguantar el peso de una persona. Ahí tienen sus crías, que pueden ser de seis a ocho. Cuando se lo cría de guachito es muy dócil y defiende mucho la casa”.

Escrito por Susana Boragno.

Dibujo Florian Paucke

Fuente: Diario La Nación - 28 de Agosto de 2021.
https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/indios-y-jesuitas-ya-hablaban-de-los-carpinchos-nid28082021/?fbclid=IwAR15WzH8JrklXGaMzPwPFtPeFRMoObzX_fKcT4SsT-FqtR8A0hrFyocCzio

jueves, 26 de agosto de 2021

La brasileña que salvó a los guacamayos azules de la extinción


La brasileña que salvó a los guacamayos azules de la extinción y entró en el Salón de la Fama de las Científicas de la ONU.

Fue en los años 80 cuando Neiva Guedes, recién licenciada en biología, vio por primera vez un guacamayo jacinto, el mismo día que descubrió que sus nietos no tendrían sin duda la misma oportunidad, ya que la especie, 100% brasileña, estaba condenada a desaparecer.

La mezcla de sentimientos que sintió aquel día fue lo que definió el destino de Neiva a partir de entonces: decidió dedicar su vida a evitar la extinción del guacamayo jacinto y, 30 años después, lo consiguió.


La bióloga se adentró en el campo, estudió el comportamiento de las aves, se acercó a la comunidad y comprendió que los dos principales factores que contribuían al fin de los guacamayos azules en la naturaleza eran la caza ilegal -para ser vendidos como aves de compañía- y la deforestación, ya que estas aves sólo se reproducían cuando encontraban buenas cavidades naturales en los troncos de los árboles, que cada vez se talaban más

Consciente del problema, Neiva fundó entonces el Instituto Arara Azul, realizó una magnífica labor de concienciación e implicación de la comunidad, desarrolló una técnica de instalación de nidos artificiales en la naturaleza en condiciones perfectas para que los guacamayos azules se reprodujeran y, unas tres décadas después, vio lo que muchos creían imposible cuando empezó su trabajo: la especie salió oficialmente de la lista de animales en peligro de extinción.

Todavía queda mucho trabajo por hacer -sobre todo en lo que respecta al impacto del cambio climático en la vida de los guacamayos azules-, pero el legado que Neiva ha construido hasta ahora es innegable y le ha garantizado a la bióloga, entre otros reconocimientos, un lugar muy especial en el salón de la fama de las niñas y mujeres científicas de la ONU.



Más información:
 www.institutoararaazul.org.br

sábado, 21 de agosto de 2021

Los carpinchos de Nordelta y el problema de construir sobre humedales


El avance de la urbanización sobre los humedales afecta a nuestra fauna nativa de manera directa.
Como consecuencia, especies como el carpincho han quedado excluidos de su ecosistema, como en el caso de Nordelta.
Es fundamental comprender que el cuidado de la fauna es responsabilidad de todos y de todas y que el avance sobre los ecosistemas tiene consecuencias sobre la biodiversidad y el ambiente.

Por su parte, la especialista en ecología y manejo de carpinchos, María José Corriale, enfatizó que el barrio avanzó sobre una zona que no estaba intervenida y en ese lugar había muchos carpinchos. "El desmonte hizo que los carpinchos que estaban en ese lugar pasen a la zona más urbana buscando nuevos lugares donde establecerse", comentó.

"Los carpinchos son animales que viven en zonas de humedales, son herbívoros y no representan ningún peligro para las personas u otras especies en tanto no son predadores", agregaron.

¿Hay una superpoblación de carpinchos en Nordelta?

La doctora en ciencias biológicas aseguró que actualmente en Nordelta no hay una sobrepoblación de carpinchos y aclaró que ninguna población "crece indeterminadamente", sino que está condicionada "por las características del hábitat, que tiene una capacidad de carga máxima".

Por este motivo, no es correcto aventurar una invasión de carpinchos en los próximos meses o años. "Una vez que se llegue a esa capacidad, que no sabemos cuál es, la población va a tender a estabilizarse y autorregularse sola", aclaró Corriale.

No hay antecedentes de presencia de carpinchos en este tipo de urbanizaciones. Otros barrios construidos sobre humedales presentaron "problemas" con castores, comentó la especialista y destacó que finalmente la reproducción de estos animales pudo controlarse.

Sobre este punto, cabe aclarar que en Buenos Aires, está prohibida la caza de carpinchos y, especialmente en ambientes urbanos, la caza de cualquier especie.

Cómo controlar la reproducción de los carpinchos

La investigadora del CONICET relató que se llevan a cabo estudios para determinar cuál es la estrategia más adecuada para limitar la reproducción de los carpinchos en Nordelta. Por lo general, "lo que se hace para controlar sus poblaciones son modificaciones del ambiente que hacen que no sea tan beneficioso para que se sigan reproduciendo", explicó.

Los carpinchos "cortan el pasto y pueden comer alguna planta ornamental, pero ante eso se puede poner alambrados o boyeros eléctricos, incluso se pueden usar repelentes para que no se coman esas plantas", recomendó.

Por su parte, Astrid Waldberg, vecina de Nordelta indicó en declaraciones televisivas que en la rotonda cercana a su casa "había seis carpinchos inmensos comiendo el pasto de la rotonda y eso es re peligroso para todos, porque puede haber accidentes".

Al respecto, la doctora en ciencias biológicas coincidió en la peligrosidad de los accidentes de tránsito que puedan generarse por la circulación de carpinchos en las rutas o vías de circulación interna. "A priori se tiene que lograr una convivencia y reducir los conflictos", recomendó.

De qué se alimentan los carpinchos

Este tipo de roedor se alimenta exclusivamente de hierbas. Prefiere las que crecen en las inmediaciones de estanques, plantas herbáceas y ribereñas, pero también tiene la capacidad de roer la corteza de los árboles con sus dientes que crecen continuamente.

Un carpincho adulto puede consumir hasta 3,6 kilos de hierbas a diario. Suelen realizar sus recorridas para alimentarse por la noche y al atardecer. Durante el día prefieren permanecer en reposo.

Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible - Republica Argentina / Diario Página 12.

domingo, 14 de marzo de 2021

Los guacamayos rojos volvieron a volar en los Esteros del Iberá después de más de 170 años

Son 17 ejemplares que fueron reinsertados en su hábitat. Ya nacieron los dos primeros en estado silvestre.




Llegaron a Corrientes desde distintos lugares. Algunos abandonaron el cautiverio, tuvieron que cambiar su dieta y entrenar sus destrezas. En las últimas horas, después de un largo trabajo, casi una veintena de guacamayos rojos volvieron a volar por los Esteros del Iberá, una imagen que no se registraba desde hace más de 170 años.

Las aves se reinsertaron en la zona gracias a un programa que reunió a la Fundación Rewilding Argentina y al Gobierno de Corrientes a través del Centro de Conservación de Fauna Silvestre Aguará. La iniciativa celebró hace muy poco el nacimiento de los dos primeros guacamayos rojos en estado silvestre.

Los trabajos para devolver a las aves a su ecosistema fueron encabezados por la bióloga Talía Zamboni, de Rewilding Argentina, y el veterinario del Centro de Conservación Aguará, Jorge Gómez-




La labor de los especialistas incluye desde cambios de dieta hasta entrenamientos de vuelo, ya que las aves que llegaron a Corrientes provienen de distintos lugares: algunas arribaron tras estar en cautiverio, mientras que otras llegaron del bioparque bonaerense Temaiken y del Ecoparque porteño. A todas se les realiza un seguimiento para estudiar su adaptación.

La bióloga Zamboni explicó a Télam que "los registros sostienen que los guacamayos rojos fueron vistos por última vez, antes de extinguirse, allá por 1850".

"Desaparecieron porque muchos tomaron a la especie como mascota, también sufrieron persecución por el tráfico de plumas y otro factor fue la tala de árboles, porque habitan zonas boscosas y fueron perdiendo territorio y desapareciendo", señaló .

Contó que ya son 17 los guacamayos que vuelan libres, dos de ellos una pareja de pichones "Tuco" y "Puré", que nacieron en libertad y andan por la zona de reserva, junto a sus padres.

"Su hábitat son los bosques a orillas del río Paraná", detalló la bióloga y agregó que "la experiencia de reintroducción de la especie, logró que dos aves nazcan en vida silvestre".

Rescató que los guacamayos, que consumen frutos silvestres, "ayudan a regenerar los bosques nativos, cuando evacuan las semillas".

"Este es un proyecto desafiante y un gran logro que estos pichones estén volando. Esperamos mucho para esto", afirmó con orgullo.

Por su parte, Jorge Gómez, relató que las aves normalmente "vuelan en la zona de Cambiretá en cercanías de Ituzaingó, predio del Parque Nacional Iberá, uno de los portales de los esteros".

"Es una serie extinta que se reintroduce, un proyecto sin antecedentes, en algunos aspectos se trabaja a prueba y error, por ejemplo, la primera suelta se hizo en 2015, sin entrenamiento y no fue muy exitosa. Vamos aprendiendo de los errores", contó.

En este sentido, explicó que "ahora los entrenamos para que desarrollen su capacidad de vuelo y resistencia y comenzamos con un cambio en la dieta, una adaptación, a lo que será su alimento que son los frutos nativos".

"La liberación es paulatina y en combinación con la dieta", remarcó el veterinario y añadió que "también se realiza un entrenamiento anti predatorio, para que reconozcan el peligro".

Luego del entrenamiento de las aves en el Centro Aguará, Gómez explicó que una vez liberadas se las monitorea a través de collares que dependen de una antena y se las visualiza en un recorrido a pie o caballo y en alguna oportunidad, en avioneta.

"A veces la gente que los ve nos manda fotos o videos, porque la antena sólo los registra en un radio de 8 kilómetros y eso es un gran aporte", mencionó y agregó que los guacamayos rojos suelen ser vistos en la zona del Yerbalito, Villa Olivari y Loreto, al noreste y centro de Corrientes.

Fuentes: Télam. Fotografías: Télam.
Diario Clarin - 13 de Marzo de 2021.

https://www.clarin.com/sociedad/guacamayos-rojos-volvieron-volar-esteros-ibera-despues-170-anos_0_Jx8rkuUBf.html?fbclid=IwAR1vsYsheq_Lh9RO_Abbhf81iWo5WgeZgBQhv0JFRYM3cD6orogF_3ugXhI

domingo, 17 de enero de 2021

Águilas: Siempre hacia adelante...



Las águilas viven 70 años, pero a los 40 años tienen que tomar una difícil decisión, sus uñas se vuelven tan largas y flexibles que no puede sujetar a las presas de las cuales se alimenta. El pico, alargado y puntiagudo, se curva demasiado apuntando contra el pecho y ya no le sirve. Sus alas están envejecidas y pesadas en función del gran tamaño de sus plumas, y para entonces, volar se le hace muy difícil.

Tiene dos alternativas: abandonarse y morir, o enfrentarse a un doloroso proceso de renovación, que consiste en volar a un nido en las montañas cerca de una pared, ya que está seguro. El águila comienza a golpear con su pico en la pared con mucha fuerza hasta conseguir arrancárselo. Después esperará el crecimiento de un nuevo pico, con el que se desprenderá una a una sus viejas uñas. Cuando las nuevas garras comienzan a nacer, comenzará a desgarrarse sus desgastadas plumas.

Y después de todos esos largos y dolorosos cinco meses de heridas, cicatrizaciones y crecimiento, logra realizar su famoso vuelo de renovación, renacimiento y festejo para vivir otros treinta años más...
En nuestra vida para continuar un vuelo de victoria muchas veces tenemos que resguardarnos por algún tiempo y comenzar un proceso de renovación.

Debemos desprendernos de costumbres, tradiciones y recuerdos cuyo peso nos impiden avanzar. Solamente libres del pasado podremos aprovechar el resultado valioso que una renovación siempre nos trae.

Renovarse por dentro implica poner orden en el mundo mental, desechando los recuerdos de acontecimientos frustrantes o dolorosos para quedarnos solo con la experiencia de lo que aprendimos.

Para poner en orden, para renovarnos y alzar vuelo, hay que conocernos, saber quiénes somos, cuáles son nuestras potencialidades y a donde queremos llegar.

No hay necesidad de adaptarse al problema; existe la posibilidad de librarse de él. Pero el camino es un poco difícil, el camino es un desafío. Es una elección tuya.

Sigamos la ruta de las águilas. Siempre hacia arriba, siempre hacia adelante...

Compartido por Maria Helena Kudelko 

jueves, 12 de noviembre de 2020

Cómo es el plan para repoblar de guacamayos rojos el Iberá...



Los guacamayos rojos volaban alto en algunas regiones de la Argentina hace 150 años. Sin embargo, víctimas de la caza, el mascotismo, la deforestación y el tráfico ilegal se extinguieron en nuestro país. En Corrientes, dentro del Parque Nacional Iberá, existe un proyecto coordinado por el CONICET, Parques Nacionales y organizaciones no gubernamentales ambientalistas que busca reintroducir esta especie nativa en su ecosistema original. Allí ya liberaron más de 15 individuos e incluso nacieron tres pichones silvestres en libertad, algo que se cree que no ocurría desde hace más de un siglo.

A 800 kilómetros del Iberá, en la provincia de Buenos Aires, seis parejas reproductoras de guacamayos en el Centro de Recuperación de Especies de Temaikén (CRET) alientan la esperanza del proyecto para repoblar la selva. Se trata de 12 ejemplares que vivieron toda su vida en cautiverio y no podrían sobrevivir en la naturaleza, pero sus pichones sí. "Todos ellos vienen de generaciones en instituciones zoológicas y es imposible que se adapten ahora a una vida silvestre. Los tenemos acá de reservorio genético", explicó Andrés Suares, curador de aves de la Fundación Temaikèn.

"El guacamayo es una especie proliferadora de semillas, es decir que una parte de la fruta que agarran la comen pero otra parte la tiran, por eso es clave para los ecosistemas donde habita", explicó Suares. La reintroducción del guacamayo rojo contribuirá a la recuperación de los bosques nativos en el Iberá. Si bien en la Argentina el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable lo declaró extinto, es considerado como una especie de "preocupación menor" por de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) ya que el Ara chloropterus aún habita en otros países.

Desde que el CRET ingresó al proyecto en 2017, ya enviaron cinco pichones a Iberá para ser reinsertados. En Escobar las parejas reproductoras se encuentran divididas en seis recintos contiguos. "Acomodamos la vegetación para brindarles los mejores estímulos reproductivos posibles", explicó Suares.

Martin Dechima es coordinador de los cuidadores de las aves de la Fundación Temaikén y mantiene un vínculo diario con ellas. "Hay una sola de las parejas que no puso huevos, pero contamos que las demás pusieron 13 en total", sostuvo. El número es estimado, dado que intentan ingresar a los recintos lo mínimo indispensable y no acercarse al nido en esta instancia.

Una vez que nacen los pichones permanecen en los recintos con sus progenitores. "Los cuidados parentales duran 70 días hasta que salen del nido y allí calculamos de seis a ocho meses más de relación parental hasta se pueden independizar y comer solos", explicó Dechima. En ese momento los guacamayos nacidos en cautiverio comienzan su entrenamiento para ser trasladados al Iberá donde lo continúan pero en jaulas más altas hasta poder ser finalmente liberados en la naturaleza.




El trabajo no es exclusivo con los animales sino que para que el proyecto prospere es necesario crear las condiciones para la repoblación. "Una vez liberados no podemos confinarlos al límite del parque nacional, por eso el trabajo con el entorno y con la comunidad es tan importante como la cría del propio animal", indicó Juan Garibaldi, Director Regional NEA de la Dirección de Conservación de Parques Nacionales.

Y agregó: "Buscamos socios en zonas donde no tenemos jurisdicción en la concientización ambiental para minimizar caza furtiva y evitar que la gente lo tenga de mascota. El desafío es lograr que la sociedad toda se apropie de este proyecto y eso es un cambio cultural".

La importancia del cuidado de la biodiversidad para prevenir nuevas pandemias

En octubre de 2020 se dio a conocer un nuevo informe de la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (Ipbes, por sus siglas en inglés) que releva la importancia de cuidar el ambiente y proteger la biodiversidad para prevenir nuevas pandemias. Se estima que hay 1,7 millones de virus actualmente no descubiertos en mamíferos y aves y que entre 540.000 y 850.000 de ellos podrían tener la capacidad de infectarnos.

Lo que afirman los científicos que lo elaboraron es que las mismas acciones humanas que impulsan el cambio climático y la pérdida de biodiversidad son las que aumentan el riesgo de que emerjan nuevas pandemias. Actualmente, el 70% de las enfermedades emergentes, como por ejemplo el ébola, la gripe A, el VIH y Covid-19, son zoonóticas, es decir que se originaron por el contacto estrecho entre humanos y otros animales que son quienes las portaban originalmente. A su vez, casi todas las pandemias fueron causadas por enfermedades de esta naturaleza.

Según los expertos, son la causa de casi un tercio de las enfermedades emergentes: los cambios en el uso del suelo, la expansión de la frontera agrícola y la urbanización. El reporte recomienda acciones para prevenir la propagación de nuevas enfermedades: aumentar la conservación de áreas protegidas y tomar medidas "que reduzcan la explotación insostenible de las regiones de alta biodiversidad". De esta forma se lograría reducir el contacto entre los humanos, la vida silvestre y el ganado y, así evitar nuevas pandemias.

Por: Natalia Louzau
Diario: La Nación (Buenos Aires) - 12 de Noviembre de 2020.