A los 45 años, este
animal único y último vestigio de una subespecie a las puertas de la extinción,
ha tenido que ser sacrificado como consecuencia de una incurable enfermedad
'Sudán' ha fallecido
este martes. El último rinoceronte macho del norte ha perdido la vida
a los 45 años, después de que sus cuidadores se hayan visto en la
obligación de sedarle para evitarle más sufrimiento por la enfermedad que
sufría. Se trataba del último macho de esta subespecie animal, muy conocida por
ser de color blanco, que podría significar la extinción de uno de
los animales más exóticos del mundo... salvo que los científicos
consigan el último milagro que quieren lograr con 'Sudán'.
Este rinoceronte
sufría una complicada enfermedad, derivada de una infección en su pata
trasera derecha. El año pasado ya tuvo este mismo problema, del que consiguió
recuperarse a finales de 2017. Sin embargo, pocos meses después volvió a
recaer, hasta el punto de ser incurable: "Su enfermedad empeoró mucho en
las últimas 24 horas, siendo incapaz de ponerse de pie. Lo estaba pasando
muy mal", informó en un comunicado la reserva Ol Pejeta en la
que se le sometió a eutanasia.
Desde hace varias
décadas, 'Sudán' pasó a ser todo un símbolo de la biología. La
brutal caza furtiva que se llevó a cabo en África en la década de los
70 provocó que incluso se llegara a considerar que el rinoceronte del norte se
había extinguido, pues buena parte de los cazadores querían tener como trofeo
un rinoceronte blanco. Por ello, cuando se pensaba que todo estaba perdido, 'Sudán'
fue un punto de inflexión, suponiendo un hilo de esperanza para la salvación de
la especie.
Durante las últimas
décadas del siglo XX, la caza furtiva se convirtió en una de las grandes
culpables de la extinción de varias especies animales. En el caso del
rinoceronte blanco, no solo se codiciaba su 'extraña' piel, de color
blanco, sino que especialmente se ansiaban sus cuernos, con unos
desproporcionados precios en el mercado negro debido a que le atribuyen
propiedades curativas y afrodisíacas, lo que le convertían en una de las presas
preferidas de los cazadores furtivos.
Para evitar que
fuera cazado, los científicos decidieron trasladarle desde su Kenia natal
al zoológico de Dvur Králové, en la República Checa, donde vivió durante varias
décadas. Hace pocos años, los expertos decidieron volver a llevarle a África,
concretamente a la reserva de Ol Pejeta, donde ha vivido los últimos años de su
vida. Eso sí, bajo extrema vigilancia, pues varios miembros de seguridad se
encargaron de escoltarle a diario para evitar un nuevo intento de
caza.
Además de 'Sudán',
actualmente existen otras dos hembras vivas de rinoceronte del norte
-ambas descendientes suyas-, que ahora son la gran esperanza de la especie. Los
científicos, conscientes desde su rescate de que la muerte del macho supondría
la condena de la especie, decidieron llevar a cabo una arriesgada apuesta: realizar
una campaña publicitaria con la que conseguir la financiación de 9
millones de dólares necesaria para poder realizar técnicas de
fertilización asistida.
Por ello, 'Sudán' se
hizo famoso gracias a su perfil de Tinder, con el que los científicos
llevaron a cabo su particular publicidad: "Soy único. Soy el último
rinoceronte blanco macho en el planeta Tierra. No quiero parecer un
aprovechado, pero el destino de mi especie depende, literalmente, de mí. Actúo
bien bajo presión. Mido 1,82 metros y peso 2.267 kilos, por si esto
importa", describía en su perfil. Y logró reunir buena parte de las
ganancias necesarias.
Ahora, los
científicos han confirmado que lograron extraer satisfactoriamente
material genético de 'Sudán', una buena noticia pero no definitiva: ahora queda
por ver si es posible llevar a cabo la fertilización asistida en el rinoceronte
blanco, una técnica nunca antes probada. "'Sudán' será recordado por su
memorable vida", afirma el comunicado de la reserva de Ol Pejeta, una vida
'obligada' por culpa de la caza furtiva: adiós al último macho de rinoceronte
blanco.
Fuente
El Confidencial – 20
de Marzo de 2.018
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