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martes, 14 de enero de 2020

Australia, devastada por los incendios: ya murieron mil millones de animales




Los expertos afirman que los animales "mueren por falta de alimento y refugio", en este caso, provocado por el fuego. Las ranas, insectos, invertebrados y reptiles, fueron otras de las especies afectadas.

Aquella pequeña llama que comenzó allí por octubre, se ha convertido en quizás el peor incendio forestal en la historia de Australia, el cual produjo 26 muertos, más de 2.000 viviendas destruidas, más de 5 millones de hectáreas arrasadas y mil millones de animales afectados. Pero no solo esto, el fuego en los estados de Nueva Gales del Sur y Victoria podría ser fatal para ciertas especies.

Se cree que animales menos visibles, como ranas, insectos, invertebrados y reptiles, también han sido gravemente afectados. Los expertos advierten que, aquellos que sobreviven, también deben luchar por mantenerse en vida.

"El número de animales rescatados o que necesitan ser atendidos que estamos recibiendo no es el que habíamos previsto", dijo Sarah Price, que trabaja para el grupo de rescate de vida silvestre WIRES, dando a entender que "muchos perecieron en los incendios".

"Muchos de los animales mueren después del incendio por falta de alimento y refugio" o son devorados por otros animales, explicó Mathew Crowther, profesor de la Universidad de Sidney. En el estado de Victoria, donde la temporada de incendios solamente acaba de comenzar, los veterinarios aseguran haber visto koalas, aves, ualabíes y zarigüeyas con quemaduras y problemas respiratorios.

Por su parte, miles de imágenes devastadoras de koalas con el pelaje chamuscado, zarigüeyas con patas quemadas y canguros carbonizados han dado la vuelta al mundo y se convirtieron en el símbolo de un país golpeado por los efectos del cambio climático. "Quedan pocos hábitats para muchas especies. Esto puede provocar extinciones locales", declaró en cambio John Woinarski, del Threatened Species Recovery Hub, un programa público para proteger la fauna. Los incendios están siendo una especie de "holocausto" para los animales, agregó.

Como estaba previsto, Australia sacrificó a más de 5.000 camellos para proteger zonas aborígenes. Así fue mediante varios hombres armados a bordo de helicopteros. La operación tuvo una duración de cinco días, y fue para evitar que los animales, sedientos por la ola de incendios en Australia, llegaran a las comunidades aborígenes.

Los aborígenes del Estado de Australia del Sur, donde está situada esta región, advirtieron de la existencia de grandes rebaños de camellos que se acercaban hacia las localidades rurales buscando agua y comida, en medio de una ola de calor sin precedentes.

También aseguraron que los animales ponían en peligro la poca comida y agua disponibles en la zona y amenazaban las infraestructuras y a los conductores.

La "Suerte" de un canguro

Cuando la voluntaria Sarah Price encontró un bebé canguro asustado, pero milagrosamente vivo en la bolsa de su madre moribunda en medio de los incendios forestales que devastan el sudeste de Australia, le pareció oportuno llamarlo "Suerte". Tanto la madre como el hijo habían salido vivos de las llamas, pero horas después, la madre murió por estrés agudo. Fue esta la que se sumó a los mil millones de animales que han perecido en los incendios desde septiembre.

"Suerte" fue instalada en una bolsa en una habitación oscura y se está recuperando lentamente. Come y bebe con frecuencia. Su historia es de las pocas que han tenido un final feliz, en medio del desastre que conmocionó incluso a los voluntarios acostumbrados a los incendios estivales australianos.

El profesor Crowther consideró que después de los incendios, varias especies deberán ser protegidas para evitar su extinción. Además, los bosques quemados tardarán décadas en recuperarse. Los expertos, por su parte calculan que se necesitará una inversión considerable para restaurar los hábitats y dar a animales como "Suerte" la oportunidad de sobrevivir.

Fuente: Ámbito Financiero (Buenos Aires-Argentina) - 14 de Enero de 2020


miércoles, 8 de enero de 2020

Más de 1.000 millones de animales murieron en Australia por incendios forestales



Los incendios forestales han matado a más de 1.000 millones de animales en toda Australia, incluidos más de 800 millones de ejemplares en el estado de Nueva Gales del Sur, el más afectado por las llamas, según las estimaciones de un experto académico de la Universidad de Sídney, el profesor Chris Dickman.

Hace varias semanas, el profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Sídney ofreció una primera estimación de las consecuencias de los incendios forestales y habló de al menos 480 millones de animales muertos.


Teniendo en cuenta que los incendios han continuado en Australia, especialmente en el estado de Nueva Gales del Sur, el profesor universitario ha revisado al alza su estimación hasta situarla en más de 1.000 millones de ejemplares muertos, incluidas especies tan características de Australia como los koalas y los canguros.

"Creo que no hay nada igual que se pueda comparar con la devastación que está habiendo en una zona tan amplia de forma tan rápida. Es un acontecimiento monstruoso en términos de geografía y de número de animales afectados", ha dicho el profesor universitario, en declaraciones a la cadena de radio estadounidense NPR.

"Sabemos que la biodiversidad australiana ha estado rebajándose durante las últimas décadas y es probablemente bien conocido que Australia tiene el mayor índice de extinción de mamíferos. Hechos como estos pueden acelerar el proceso de extinción para otras especies. Es un momento muy triste", ha afirmado.

El experto académico ha advertido de que Australia está sufriendo claramente "los efectos del cambio climático". "A veces se dice que Australia es el canario en la mina de carbón con los efectos del cambio climático siendo los más graves y los más tempranos. Estamos probablemente viendo lo que puede ser el cambio climático en otras partes del mundo con las primeras fases de este proceso en Australia", ha explicado.

Dickman ha hecho hincapié en que "los científicos" deben volver a ser escuchados en el debate sobre el cambio climático y sus efectos para averiguar "qué es probable que pase en las próximas décadas" y cómo se puede mantener la biodiversidad "en esta situación cambiante".

El profesor de Ciencias de la Universidad de Sídney ha dicho que los animales que han logrado sobrevivir a la ola de incendios forestales lo han hecho huyendo o metiéndose bajo tierra y ha avisado de que volverán a aparecer en zonas en las que ahora no hay recursos para que se alimenten.

En un comunicado, la Universidad de Sídney ha explicado que la estimación del profesor Dickman se basa en un informe de 2007 elaborado para WWF sobre el impacto de la pérdida de terreno que padece la fauna australiana en Nueva Gales del Sur.

"Los autores han empleado de forma deliberada estimaciones altamente conservadoras para hacer sus cálculos. La verdadera mortalidad es probable que sea mayor que la estimada", ha señalado el centro académico australiano.

La estimación de animales muertos incluye los mamíferos, excluyendo a los murciélagos, las aves y los reptiles, aunque sin contabilizar a ranas, insectos y otros invertebrados.

Fuente: Diario El Once - Paraná (Entre Ríos-Argentina) - 8 de Enero de 2020

martes, 7 de enero de 2020

Incendios en Australia: tres claves que explican la dramática situación






Los números son dramáticos. 
La situación casi insostenible.
Australia vive su peor pesadilla desde que se tenga memoria. Los incendios -algo recurrente para esta época del año- han alcanzado niveles nunca vividos: 24 personas han perdido la vida, varios de ellos bomberos que se transformaron en héroes, 1.588 casas destruidas, 5.500.000 hectáreas arrasadas por el fuego y 500 millones de animales muertos.


Pero, ¿por qué esta vez los incendios son tan devastadores? Las razones son varias. Las llamas han sido alimentadas por una combinación de calor extremo, sequía prolongada y fuertes vientos.


Australia está sumida en una ola de calor con temperaturas récord desde hace tres meses. Cuando promediaba diciembre y nadie creía que los incendios podían ser tan mortales, los australianos vivieron el día más caluroso de la historia: la temperatura promedio fue de 41.9 grados centígrados. Abrumador incluso para una población acostumbrada al calor. Las noticias no son alentadoras. En las próximas semanas las condiciones no variarían demasiado.


Pero este calor extremo fue acompañado además por otro factor inesperado: los fuertes vientos. Las ráfagas de hasta 96 kilómetros por hora -el pasado lunes- han sido el combustible fatal para el fuego. Esto permitió que las llamas se expandieran rápidamente.


Pero no termina todo aquí: Australia atraviesa, por si fuera poco, la temporada más seca de los últimos 120 años. New South Wales y Queensland son los estados más golpeados por el fenómeno. Las lluvias son casi nulas desde principio de 2017 y su vegetación está casi muerta desde entonces. Incluso, la sequía ha afectado a las áreas agrícolas más productivas del país, incluidas algunas de las que ahora están en llamas.


Aunque en esta época del año los incendios forestales suelen ser frecuentes, la experiencia actual es algo inusual y comenzaron demasiado temprano. Hacia septiembre ya se preveía que serían devastadores, aunque no parecían proyectar la actual devastación. Las llamas han emergido en todo el país en los últimos meses, afectando principalmente a cuatro de los seis estados. La costa este ha sido la más afectada.


A principios de noviembre, 1.500 bomberos luchaban contra 70 incendios en New South Wales, el estado del sudeste que incluye Sydney. Para entonces, la tragedia que se aproximaba estaba más clara. El 11 de aquel mes, ese estado emitió una calificación de peligro de incendio “catastrófico” por primera vez en la década desde que el sistema de advertencia actual ha estado en funcionamiento.



Los incendios forestales son una característica habitual en el calendario de Australia, a menudo desencadenada por causas naturales como los rayos, y no pueden atribuirse solo al cambio climático o al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero los expertos, en esta ocasión, advierten que el clima cambiante es clave para comprender la ferocidad vivida este año.


Además, el clima en aquel continente definitivamente está mutando. De acuerdo a los datos aportados por la Oficina del Servicio de Meteorología australiana, las temperaturas ya han aumentado en más de un grado Celsius desde 1910, y gran parte del aumento se produjo desde 1950.


Los héroes que dejan su vida


Decenas de miles de bomberos, la gran mayoría de ellos voluntarios, están trabajando desde hace semanas, sin descanso. El gobierno federal de Australia anunció la semana pasada que los voluntarios en New South Wales, así como en otros estados, si lo solicitaban, recibirían una compensación de hasta aproximadamente 4,000 dólares. Ese cambio en la política fue inicialmente rechazado por el primer ministro Scott Morrison, blanco de críticas por el accionar de su gobierno.



La semana pasada, cuando los incendios causaron una destrucción generalizada, Australia desplegó sus fuerzas armadas y pidió ayuda a los países aliados, los Estados Unidos y Canadá. La Fuerza de Defensa Australiana dijo el martes que enviaría helicópteros militares, aviones y naves militares Black Hawk y Chinook a Victoria y New South Wales, las áreas más afectadas, de acuerdo a The New York Times.


Hasta este martes, al menos 69 focos de incendio continuaban su camino por todo el territorio, sobre todo en las zonas más afectadas.


Los números de la devastación


Desde septiembre se han quemado más de 6 millones de hectáreas, el doble del tamaño de Bélgica. En comparación, casi 2,5 millones de hectáreas se convirtieron en humo en agosto en la Amazonía. Los incendios de 2018 en California destruyeron casi 800.000 hectáreas durante una de las peores temporadas de incendios forestales en este estado estadounidense.


El número de animales muertos ascendería a 480 millones, solo en el estado de New South Wales, según un estudio de la Universidad de Sidney. Una evaluación que podría ser “considerablemente más alta”, según los especialistas. Entre ellos, los koalas son los más afectados y que corren riesgo de extinción.



En 2009, el estado de Victoria vivió un “sábado negro” con la muerte de 179 personas en el peor incendio de la historia de Australia. El miércoles de ceniza de 1983 hubo 75 muertos en los estados de Australia Meridional y de Victoria, de acuerdo a AFP.

El drama de los koalas

La Animal Rescue Craft Guild dijo el lunes que les ha llegado una avalancha de ofertas de ayuda después de hacer un llamado a voluntarios para hacer chales para murciélagos, bolsas para canguros, nidos de pájaros, mitones de koala y otras prendas para marsupiales.


Las donaciones han llegado de lugares tan lejanos como Estados Unidos, Reino Unido, Hong Kong, Francia y Alemania. “Se está volviendo una locura”, comentó Belinda Orellana, una de las fundadoras de la agrupación, a la agencia Reuters. “La respuesta ha sido increíble”. En las últimas semanas, las llamas han arrasado 8 millones de hectáreas de vegetación en Australia, equivalentes al territorio de Austria.


Algunos expertos estiman que la cantidad de animales muertos producto de los incendios, incluidas mascotas y ganado, sería cercana a los 500 millones, además de cientos de miles de especies de fauna nativa heridas y desplazadas.


“Es con las pequeñas almas que sobrevivieron donde nosotros llegamos (...), nuestro grupo crea y suministra artículos para los grupos de rescate y cuidadores en todo el país”, expresó Orellana, agregando que la demanda estaba creciendo y que había una necesidad urgente de donaciones de telas.


Originalmente formada hace unos meses para fabricar camas y abrigos para mascotas de perreras, la página de Facebook de la organización tiene 75 mil miembros. Muchos de los voluntarios han tejido y cosido una gran variedad de artículos, incluyendo mitones para koalas con patas quemadas y bolsas para canguros pequeños que han perdido a sus madres.


Lara Mackay, una de las nuevas voluntarias que vive en Nueva Zelanda, acaba de hacer su primera bolsa de canguro, que su gato probó en casa. “Estoy pensando hacer la mayor cantidad posible y estoy pidiendo a fábricas que donen tela para coser”, contó Mackay a Reuters.


En Singapur, Leslie Kok estaba trabajando en su cuarta bolsa para canguros y se reunió con otros voluntarios para compartir materiales y consejos. “Tejeré mientras sean necesarias las bolsas”, declaró Kok.


Más cerca de los incendios, Simone Watts, en las Montañas Azules a las afueras de Sidney, vio la petición de ayuda y se puso a trabajar convirtiendo fundas de almohadas en camas para murciélagos o zorros voladores. “Miré la lista de lo que más se necesita y, considerando mis capacidades de costura, decidí que podría contribuir con los chales para murciélagos”, dijo Watts.

Fuente: InfoBae - 7 de Enero de 2019