Escrito: Karla
Berenice del Carpio Ovando
Estas líneas son una
pequeña reflexión sobre las razones por las cuales considero que es de suma
importancia revitalizar las lenguas “minoritarias”, pues las lenguas ayudan a
formar cómo entendemos y cómo negociamos nuestra realidad. Para el análisis
empleo los ejemplos de determinadas lenguas indígenas de México y su relación
con la identidad, la educación y la diversidad, así como el peso de ciertos
factores sociales, económicos y políticos.
Cada lengua
representa una visión diferente del mundo en el que vivimos sin importar la
lengua que sea (Daniels-Fiss, 2008). También la lengua puede ser un marcador
para representar de dónde venimos, quiénes somos y las ideas de la sociedad a
la que pertenecemos. Por estas razones, una lengua es un marcador importante en
la identidad de una persona (Woodbury, 1997). La lengua representa al PUEBLO,
representa la ideología de una comunidad, así que todas las lenguas merecen
respeto y tienen valor porque contribuyen a la riqueza cultural de su nación
(Rippberger, 1992). Es por ello que considero que nadie tiene el derecho de
hacer desaparecer o imponer una lengua que ponga a otra en riesgo.
Desafortunadamente éste ha sido el caso de muchas lenguas indígenas no sólo en
México o en América Latina sino en muchas partes del mundo. Fuerzas culturales,
económicas y políticas han sido factores que han estandarizado y homogenizado a
muchas lenguas (McCarty, 2003).
Romaine (2000) nos
recuerda que “cada lengua es un museo vivo, un monumento de cada cultura” y que
es una pérdida significativa para cada uno de nosotros si la diversidad
lingüística se esfuma cuando podemos hacer algo para prevenir esta
desaparición. Si las lenguas indígenas se extinguen esto significa que también
perdemos la cultura de los hablantes de esa lengua y el conocimiento de sus
ancestros (Daniels-Fiss, 2008). Esta es una de las tantas razones por las que
es importante preservar y promover a las lenguas y especialmente a las lenguas
minoritarias.
Desde mi punto de
vista, enseñar y aprender lenguas es importante en la vida de cada persona
porque nos ayuda a concientizar profundamente sobre la diferencia lingüística y
cultural y al mismo tiempo nos sirve como un puente para ir más allá de las
diferencias que nos separan (The Report of the LSA Foreign Language Review
Committee, 2004). Tristemente se ha visto a la diferencia lingüística y
cultural como un “problema” y se ha usado para separar a las sociedades. Creo
que es posible usar dicha diversidad para unir a la gente en lugar de
dividirla, por ejemplo, uno de los medios para lograr dicho objetivo es a
través de verdaderos programas bilingües en comunidades indígenas en América
Latina, por ejemplo, donde tanto el español y la lengua indígena se usen como
lenguas de instrucción (Del Carpio, 2012).
Cummins (2003)
menciona que el capital cultural, lingüístico y cultural de nuestra sociedad
aumentará significativamente si dejamos de ver a la diversidad lingüística como
un problema que tiene que ser resuelto y en lugar abrimos los ojos a los
recursos lingüísticos, culturales e intelectuales que dicha diversidad trae
consigo.
El caso del Bats’i
k’op y otras lenguas indígenas
Pienso que es
importante seguir haciendo investigación que pueda contribuir al campo de la
enseñanza y aprendizaje de lenguas y a la preservación de éstas. Es por ello
que durante los últimos seis años me he dedicado a la investigación etnográfica
para conocer de cerca a algunos pueblos indígenas. Me he enfocado en especial
en el estudio de la lengua Bats’i k’op, es decir, en la lengua maya Tsotsil y
también en sus hablantes. Dicha lengua es hablada en el sureste de México, en
el estado de Chiapas, estado donde la presencia de grupos indígenas es
significativa (Del Carpio, 2012). Creo que es importante conocer la situación
de las lenguas indígenas para fortalecerlas, preservarlas y transmitirlas a las
nuevas generaciones a través de educación bilingüe de calidad, por ejemplo (Del
Carpio, 2012).
Desafortunadamente,
las lenguas indígenas y sus hablantes han ocupado un lugar en desventaja desde
tiempos históricos. La discriminación que han sufrido los pueblos aborígenes ha
afectado la forma en cómo se ven a ellos mismos, a su lengua y a su cultura.
Como resultado, muchas comunidades indígenas en México suelen abandonar su
lengua y adoptar el español. Este ha sido el caso de los hablantes de Otomí en
la parte central (Lastra, 2001) y de los Totonacos en la parte este central de
México (Lam, in press). La combinación de factores sociales, económicos y
políticos han favorecido dicha situación.
Es triste que muchas
lenguas estén desapareciendo no sólo en México sino en diferentes partes del
mundo. Ello significa que muchas visiones del mundo, valores y tradiciones
están desapareciendo también. A la vez, implica que en la sociedad de hoy
todavía tenemos subordinados y opresores; roles que urgentemente deben ser
cambiados. Considero que los educadores (y no sólo ellos) pueden contribuir
significativamente a cambiar las percepciones negativas con respecto a la
diversidad lingüística y cultural y crear mayor consciencia sobre la
importancia de preservar nuestras lenguas y culturas. Sé que es un proceso que
requiere mucho tiempo, trabajo, esfuerzo y gente para que el cambio pueda
realizarse. No obstante, es posible revitalizar a las lenguas minoritarias y
darles el status y reconocimiento que se merecen. El primer paso es empezar a
cambiar las percepciones de los hablantes de lenguas indígenas, es decir, las
percepciones que tienen de ellos mismos y de sus lenguas.
En conclusión, la
desaparición de lenguas está invadiendo el mundo y el llamado para tomar acción
es urgente. Creo que los educadores e investigadores juegan un rol importante
para alcanzar dicho objetivo, pero también sé que podemos lograrlo todos si trabajamos
como un PUEBLO unido y como una comunidad que busca tener una sociedad más
justa y tolerante.
Karla Berenice Del
Carpio Ovando es profesora e investigadora de la Universidad de Northern
Colorado en Estados Unidos; doctora en educación y maestra en lingüística
aplicada por la Universidad de Alberta en Canadá; licenciada en enseñanza de
lenguas extranjeras de la Facultad de Lenguas, Campus Tuxtla de la Universidad
Autónoma de Chiapas en México. Ha ejercido como docente de inglés e italiano en
universidades en México y profesora de español como lengua extranjera en la
Universidad de Alberta en Canadá. Sus líneas de investigación incluyen la
preservación de lenguas minoritarias, adquisición y enseñanza de segundas
lenguas y educación bilingüe en español y lenguas indígenas. Es Acreedora de
diversos premios tanto en Canadá como en México. Recibió el Premio Nacional de
la Juventud 2013 de México.
Referencias:
Cummins, J. (2003):
Bilingual children’s mother tongue: Why is it important for education? Retrieved
June 20, 2012 from http://www.iteachilearn.com/cummins/mother.htm
Daniels-Fiss, B.
(2008). Learning to be a nehiyaw (Cree) through language. Diaspora indigenous
and minority education, 2(3) pp, 233-245. Routledge, ISSN 1559-5706. Retrieved
September 20, 2009 from http://www.tandfonline.com/page/looking-for-something
Del Carpio, K.
(2012). Spanish-Tsotsil bilingual education in Chenalhó, Chiapas, Mexico.
Doctoral dissertation. University of Alberta, Canada.
Lam, Y. (pending
publication). The straw that broke the language’s back: Language shift in the
upper necaxa valley of Mexico. International Journal of Sociology of Language.
Lastra, Y. (2001).
Otomí language shift and some recent efforts to reverse it. Can threatened
languages be saved? J. Fishman (ed.), 142-165. Clevedon, UK: Multilingual Matters.
Rippberger, S.
(1992). Indian teachers and bilingual education in the highlands of Chiapas
(Unpublished doctoral dissertation). University of Pittsburgh.
Woodbury, A. (1997).
Endangered languages. Linguistics Society of America. Retrieved October, 2012,
from http://www.linguisticsociety.org/
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