Escribe: Loreto
Novoa
Un solo hilo basta
para contar historias. Así funciona el Kai Kai, juego de manos rapa nui que es
posible ver si se visita Isla de Pascua durante la fiesta de la Tapati o para
el Día de la Lengua.
Hoy se cuentan historias con palabras, con imágenes o con ilustraciones, pero pocas veces tenemos la oportunidad de escuchar relatos viendo tan solo un juego de hilos. Para eso hay que viajar 3.800 km y aterrizar en el aeropuerto de Mataveri, en Isla de Pascua. La isla más isla de todas. Ahí, en contadas ocasiones, se puede conocer este tejido manual, contador de historias, llamado Kai Kai. Todo un privilegio tener de escenario a los moais y ver de cerca a la destacada ambientalista Piru Huke o a la atesoradora de este arte, Isabel Pakarati (en la imagen), mover los dedos de sus manos mientras el hilo dibuja un relato.
Con años viviendo en la isla, ha tenido el privilegio de conocer de cerca el canto antiguo y la tradición oral rapa nui, gracias a un trabajo de registro musical hecho con el fallecido maestro Papa Kiko y con su heredera, María Elena Hotu. Con ambos, Sofía reunió un total de 23 cantos que luego se convirtieron en libro. Uno de esos cantos está basado en un Pata’u-ta’u, recitación que acompaña al juego de hilo. Además de trabajar con ellos, realizó una recopilación de Kai Kai con Isabel Pakarati que, más tarde, se convirtió en un libro objeto.
Desde su
experiencia, por lo tanto, el Kai Kai puede entenderse como un dibujo que se
teje entre los dedos usando un solo hilo. ”Y si faltan dedos, se dibujan entre
dos; son estructuras muy complejas”.
Dónde verlo
Antiguamente, se
confeccionaban con cabello humano, pero también comenzaron a crearse con la
ayuda de fibras naturales endémicas, extraídas, por ejemplo, del tronco del
plátano o de la totora. En la actualidad, funciona bien incluso con cordones de
zapatilla. No se sabe cuándo comenzaron, pero siguen vigentes. Según Sofía,
algunas de estas recitaciones son juegos de palabras, en tanto que otras cuentan
anécdotas que, en ocasiones, parecen no tener sentido. “Mucha gente los asocia
al Haiku (tipo de poseía japonesa). Puede ser. Son más bien anecdóticas”,
explica Sofía y entrega un ejemplo: El hombre iba a ver a su amante, intentaba
meterse por la ventana, pero pisó caca de vaca.
Respetuosos de la
tradición ancestral, los rapa nui no han creado Kai Kai nuevos. Los aprendidos
por las nuevas generaciones son exactamente los mismos que se han recitado por
años de años. Hay, además, momentos especiales para presenciar su ejecución:
durante la fiesta de la Tapati (febrero) y en el Día de la Lengua
(octubre).
“El Kai Kai es
un ideograma, estructuras tejidas que dibujan una figura y esa figura, de
alguna manera, trae una reminiscencia de un objeto o de una situación. Se
acompaña, además, con una recitación”, explica Sofía Abarca, músico y autora
del libro “Ríu, el canto primal de Isla de Pascua”.
Hoy se cree que el
Kai Kai vino del Oriente y que de ahí se extendió a varios países. Esto porque
existen juegos de hilos en muchas partes del mundo; sin embargo, solo Isla de
Pascua tiene este juego asociado a una recitación. “Se mezcla lo recitado con
lo lúdico”, añade Sofía.
Fotografía:
gentileza de Sofía Abarca.
Fuente: Revista de
Libros Livre
Fazíamos uma espécie de kai kai em Belém do Pará na Amazônia. Eram justamente ideogramas feitos com linha nas mãos. Os dedos iam tecendo. Vi a foto é li a matéria e lembrei na hora. Não conhecia essa tradição da Ilha de Páscoa. Agradecida!
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