Desde antes del amanecer del primer día de la primavera (año nuevo para los
Mbya), un susurro musical (kumbijáre) inundaba el valle del Tekoá Karuguajyy.
La jerojy oká reguá, celebrando aÑamandú, surcaba su elipse ritual sobre el
patio del austero opy construido con barro, takuaras y ramas de jejy. En el
interior del templo, envuelto en un halo de pety chimbó, el Opyguá “Verá
Chunú”, aguardaba a los niños nacidos durante el año que finalizaba. En esta
ceremonia bautismal, por inspiración de Tenondeguá Ru Eté, el sacerdote impondría los tradicionales nombres sagrados correspondientes a cada nuevo ser:
Karaí, Verá, Araí, entre otros.
Pero ningún kyri’i llegó para ser
bautizado y el Opyguá, al caer en la cuenta de lo que sucedía, salió al patio
del opy y convocó con sonidos de popuguaí a las kuñá kuéry que se encontraban
danzando junto a los demás niños y jóvenes de la comunidad.
-Oipéju yvytú, yvytú porá, yvytú pyaú…sentenció el anciano y rogó a las mujeres que se internaran monte adentro para rogar a Jakaira Chy Eté porque fructifiquen sus vientres.
-Oipéju yvytú, yvytú porá, yvytú pyaú…sentenció el anciano y rogó a las mujeres que se internaran monte adentro para rogar a Jakaira Chy Eté porque fructifiquen sus vientres.
Entonando el jachuká vyapú, como cada vez que iban a la selva en busca de frutas, mieles para alimentarse o takuapí para elaborar sus artesanías, las mujeres desaparecieron kaaguy ruguápy. A medida que avanzaban sentían que Tatachiná envolvía suave pero firmemente sus cuerpos, dificultándoles avanzar y tornándoles invisible el entorno. Impresionadas, detuvieron la marcha silenciando su canto y el paulatino aumento del sonido selvático provocó en ellas un involuntario adormecimiento. En esa profunda ensoñación Jakaira Chy Eté bendijo sus ombligos con ychapy rechá, mientras Takuá Verá Chy Eté les hablaba con voz de aviá depositando en sus manos segmentos de takuapí de diversos diámetros y longitudes, enseñándoles cómo debían hacerlo sonar con vientos del alma para cumplir el deseo de engendrar nuevas vidas.
Las mujeres mbya saben que el sonido del mimby etá asegura la continuidad de su heredad sobre la tierra.
Vocabulario mbya:
Mbya: La gente adulta; autodenominación de esta etnia de la nación guaraní.
Kumbijáre: Algunos denominan así al conjunto de sonidos que acompañan la danza, otros identifican con esa palabra a ciertos instrumentos musicales.
Tekoá: Morada
Karuguajy’y: Arco iris
Jerojy oká reguá: Danza comunitaria ritual circular.
Ñamandú: Diedad representada por el sol.
Jejy: Especie de palmera.
Opy: Capilla, casa de sanación y bautismo
Pety chimbó: Humo de tabaco
Opyguá: Sacerdote, líder religioso.
Verá Chunú: Trueno luminoso (rayo), nombre propio masculino.
Tenondeguá Ru Eté: Deidad mayor: Nuestro padre verdadero.
Karaí: Señor; Verá: Luminoso; Araí: Cielito.
Kurї’i: Retoño vegetal, aplicable, metafóricamente, a las nuevas vidas humanas
Popuguaí: Instrumento musical de percusión.
Kuñá kuéry: Todas las mujeres.
Oipéju yvytú, yvytú pora, yvytú pyaú: Sopla un viento sagrado y nuevo.
Jakaira Chy Ete: Deidad femenina, la madre verdadera.
Jachuká vyapú: Canto sagrado femenino.
Tatáchiná: Llaman así a la niebla, a la que invocan y representan con el humo del tabaco.
Takuapí: Caña hueca y fina.
Tatáchiná: Niebla que vivifica la creación, a la que invocan y representan con el humo del tabaco.
Kaaguy roguápy: Bien adentro del monte
Ychapy rechá: Gotas de rocío.
Aguyjé: Estado de perfección espiritual
Yvy kangá: Huesos de la tierra (esqueleto)
Aviá.: Zorzal, nombre de una melodía tocada con mimby.
Mimby etá: Flautas (varias).
Mbya: La gente adulta; autodenominación de esta etnia de la nación guaraní.
Kumbijáre: Algunos denominan así al conjunto de sonidos que acompañan la danza, otros identifican con esa palabra a ciertos instrumentos musicales.
Tekoá: Morada
Karuguajy’y: Arco iris
Jerojy oká reguá: Danza comunitaria ritual circular.
Ñamandú: Diedad representada por el sol.
Jejy: Especie de palmera.
Opy: Capilla, casa de sanación y bautismo
Pety chimbó: Humo de tabaco
Opyguá: Sacerdote, líder religioso.
Verá Chunú: Trueno luminoso (rayo), nombre propio masculino.
Tenondeguá Ru Eté: Deidad mayor: Nuestro padre verdadero.
Karaí: Señor; Verá: Luminoso; Araí: Cielito.
Kurї’i: Retoño vegetal, aplicable, metafóricamente, a las nuevas vidas humanas
Popuguaí: Instrumento musical de percusión.
Kuñá kuéry: Todas las mujeres.
Oipéju yvytú, yvytú pora, yvytú pyaú: Sopla un viento sagrado y nuevo.
Jakaira Chy Ete: Deidad femenina, la madre verdadera.
Jachuká vyapú: Canto sagrado femenino.
Tatáchiná: Llaman así a la niebla, a la que invocan y representan con el humo del tabaco.
Takuapí: Caña hueca y fina.
Tatáchiná: Niebla que vivifica la creación, a la que invocan y representan con el humo del tabaco.
Kaaguy roguápy: Bien adentro del monte
Ychapy rechá: Gotas de rocío.
Aguyjé: Estado de perfección espiritual
Yvy kangá: Huesos de la tierra (esqueleto)
Aviá.: Zorzal, nombre de una melodía tocada con mimby.
Mimby etá: Flautas (varias).
Fuente: Diario de Las Américas
no hablo guaraní pero me gusta tengo entendido que la j se ha cambiado por h por cuestiones fonéticas y es la i que se pronuncia con lengua para atrás y suena guturalmente iug.
ResponderEliminarkuñá kuéry en Taragüi se dice kuñá kuera. aguyhe estado de gracias; para nosotros es agradecer decir gracias y aguyhevete muchas gracias.jerojy baile o danza se dice cheroky.
Seria interesante unificar la escritura guaranítica y hacer ñemoä ñe ë de las distintas etnias guaraniticas. cordiales saludos Raúl Berisso Alias CHENTE mymbapohanohara