El idioma más simple y extraño jamás
escuchado de entre los cerca de 6.000 que se hablan en el mundo vive en el
Amazonas. Tan rara es la lengua de los pirahas, una tribu de apenas 200
individuos que habitan en la ribera del río Maici, que supone el final del
reinado de la teoría de la gramática universal de Noam Chomsky, bajo la cual se
han criado los lingüistas de medio mundo.
Sin números, sin pronombres, sin colores, sin tiempos verbales, sin oraciones subordinadas y con sólo ocho consonantes —siete en el caso de las mujeres— y tres vocales, los Pirahas consiguen comunicarse.
Las investigaciones comenzaron en 1977 cuando Everett navegaba el río Maici y contactó con unos individuos que se comunicaban "cantando, silbando y tarareando".
Lo que oía era tan diferente a cualquier otra cosa, que este lingüista en misión evangélica decidió quedarse a vivir entre los indígenas, con su mujer y sus tres hijos. Sus descubrimientos a lo largo de estos años son fascinantes. Los Piraha no sólo carecen de números en su idioma, sino de cualquier término que implique contar, es decir, no hay palabras para ‘todo’, ‘nada’, ‘muchos’ o ‘algunos’. Se les intentó enseñar a contar hasta 10 en portugués, pero fue imposible debido a que su idioma no contiene nada parecido, ninguno llegó ni siquiera a contar hasta el número 4. Tampoco pudieron aprender a sumar ni siquiera un uno más uno.
En el idioma de los Pirahãs no caben los colores, ni los tiempos verbales, ni la ficción, ni cualquier otro idioma. Son monolingües a pesar de tener contacto con colonizadores y tribus de origen Tupí-Guaraní desde hace más de 200 años. La ausencia de tiempos verbales, de pretéritos o futuros, influye probablemente en la ausencia de cualquier conciencia histórica, en la inexistencia de cualquier dios o mito de creación, y hasta en la formación del sistema de parentesco más simple jamás documentado. "No hay entre los Pirahas memoria individual o colectiva más allá de dos generaciones y ninguno es capaz de recordar los nombres de sus cuatro abuelos", escribe Everett.
Respecto a Dios, tampoco les entra en su cabeza. "¿Quién creó las cosas?", les preguntó Everett. "Todo es lo mismo", respondieron los indios, queriendo decir, siempre según el estudioso, que nada cambia y por lo tanto nada fue creado.
Por último, y quizá más importante para los lingüistas, los Piraha parecen incapaces de crear oraciones subordinadas, carecen de lo que Chomsky llama ‘recursividad’. Sin esa capacidad recursiva, que básicamente consiste en poder intoducir oraciones en otras oraciones sin límite, la lengua Piraha es incapaz de crear, abstraer, generar otras ideas más allá de la experiencia. La recursividad había sido hasta ahora identificada en todos los idiomas y Chomsky la consideró un elemento clave del cerebro humano, lo que le llevó a afirmar que existe una ‘gramática universal’, una misma manera en que todo los humanos utilizamos el lenguaje.
Fuente:
Sonqoñan
Lo mas simple es lo mas perfecto, para que recordar el pasado si el mismo presente es incierto y el futuro no tiene garantía de existir, la vida no es nuestra, para que contar si nada nos pertenece realmente, de que nos vale saber cuántos años tenemos y cual es nuestra probabilidad de vida si en cualquier momento podemos morir, ellos tienen la dicha de no perder la vida pensando en lo que tienen que pagar y lo mejor de su estilo de vida es que no tienen que vender su vida para vivirla.
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