A plena luz
Echando humo bajo su traje de hierro, atormentado por las picaduras y las llagas, Alvar Núñez Cabeza de Vaca se baja del caballo y ve a Dios por primera vez.
Las mariposas gigantes aletean alrededor: Cabeza de Vaca se arrodilla ante
las cataratas del Iguazú. Los torrentes, estrepitosos, espumosos, se vuelcan
desde el cielo para lavar la sangre de todos los caídos y redimir a todos los
desiertos, raudales que desatan vapores y arcoíris y arrancan selvas del fondo
de la tierra seca: aguas braman, eyaculación de Dios fecundando la tierra,
eterno primer día de la Creación.
Para descubrir esta lluvia de Dios ha caminado Cabeza de Vaca la mitad del
mundo y ha navegado la otra mitad. Para conocerla ha sufrido naufragios y
penares; para verla ha nacido con ojos en la cara. Lo que le quede de vida será
de regalo.
Memoria del fuego I – Eduardo Galeano
Nota del responsable del blog: Alvar Nuñez NO DESCUBRIÓ las Cataratas del
Iguazú, cuando llegó a estas tierra fue recibido por el Cacique Guaraní
Tocanguasu. Más que descubrimiento lo sucedido fue un encubrimiento.
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