Muchos inviernos han pasado desde que esto sucedió:
Dos lakotas habían salido de caza y estaban al acecho sobre una colina; entonces vieron a lo lejos, en el mismo instante en que salía el sol, algo que avanzaba en su dirección de un modo extraño y maravilloso.
Dos lakotas habían salido de caza y estaban al acecho sobre una colina; entonces vieron a lo lejos, en el mismo instante en que salía el sol, algo que avanzaba en su dirección de un modo extraño y maravilloso.
Cuando se hubo
aproximado, vieron que era una mujer muy bella, vestida con blancas pieles de
gamo, y que llevaba sobre la espalda una bolsa con flecos. Entonces uno de los
hombres tuvo pensamientos impuros y se los comunicó a su amigo; pero éste le
dijo que no tuviera tales pensamientos, pues seguramente aquélla era una mujer
wakan, una mujer sagrada. Pronto esta mujer estuvo cerca; y después de soltar
su bolsa, pidió al que tenía intenciones impuras que se acercara a ella. Cuando
el joven se aproximó a la mujer misteriosa, una gran nube les envolvió a los
dos, y cuando, poco después, se disipó, la mujer seguía de pie y en el suelo
yacía el hombre malo reducido a la condición de un esqueleto, y unas serpientes
le roían. La mujer dijo entonces al otro, al hombre bueno:
«¡Considera eso que ves! Voy al encuentro de tu pueblo y deseo hablar a tu jefe Hehloghecha Najin, Cuerno Hueco De Pie. Regresa junto a él y dile que prepare una tienda espaciosa en la que reunirá a todo su pueblo y preparará mi llegada. Quiero deciros algo muy importante.»
El joven acudió en seguida a la tienda de su jefe y le narró todo lo sucedido, que esta mujer misteriosa venía a rendirle visita y que había que preparar su recepción.
«¡Considera eso que ves! Voy al encuentro de tu pueblo y deseo hablar a tu jefe Hehloghecha Najin, Cuerno Hueco De Pie. Regresa junto a él y dile que prepare una tienda espaciosa en la que reunirá a todo su pueblo y preparará mi llegada. Quiero deciros algo muy importante.»
El joven acudió en seguida a la tienda de su jefe y le narró todo lo sucedido, que esta mujer misteriosa venía a rendirle visita y que había que preparar su recepción.
El jefe Cuerno Hueco De Pie disponía en aquella época
de varias tiendas desmontadas, y mandó hacer con ellas una grande, tal como
había pedido la mujer. Luego envió un pregonero a avisar a la gente que debían
ponerse sus mejores vestidos de ante y reunirse sin tardar en la tienda. Todos
estaban muy intrigados mientras aguardaban en la vasta tienda la llegada de la
mujer celeste, y todos se preguntaban qué podría querer confiarles.
Pronto los jóvenes que vigilaban la llegada de la desconocida anunciaron que la percibían a lo lejos, aproximándose hacia ellos con gracia y dignidad; y de repente la mujer misteriosa entró en la tienda y le dio la vuelta en el sentido del movimiento del sol, y luego se detuvo ante Cuerno Hueco De Pie. Cogió la bolsa de su espalda y, sosteniéndola con las dos manos delante del jefe, le dijo:
«¡Contempla esto y ámalo
siempre! Es una cosa muy sagrada —lilla wakan—, y debéis siempre considerarla
como tal. Nunca un hombre impuro deberá ser autorizado a verla, pues en este
paquete se encuentra una Pipa sagrada. Con ella, en los inviernos futuros,
enviaréis vuestra voz a Wakan-Tanka, vuestro Abuelo y Padre».
Después de hablar así, la mujer celeste sacó de la bolsa un Calumet, así como una piedrecita redonda que depositó en el suelo. Dirigiendo la Pipa, por el cañón, hacia el cielo, dijo:
Después de hablar así, la mujer celeste sacó de la bolsa un Calumet, así como una piedrecita redonda que depositó en el suelo. Dirigiendo la Pipa, por el cañón, hacia el cielo, dijo:
«Con esta Pipa de
misterio caminaréis por la Tierra; pues la Tierra es vuestra Abuela y Madre y
es sagrada. Cada paso dado sobre ella debería ser como una plegaria. La
cazoleta de esta Pipa es de piedra roja; es la Tierra. Este bisonte joven que
está grabado en la piedra, y que mira hacia el centro, representa a los
cuadrúpedos que viven sobre vuestra Madre. El cañón de la Pipa es de madera, y
esto representa todo lo que crece sobre la Tierra. Y estas doce plumas que
cuelgan de donde el cañón penetra en la cazoleta son de Wambali Galeshka, el
Águila Moteada, y representan al Aguila y a todos los seres alados del aire.
Todos estos pueblos, y todas las cosas del Universo, están vinculadas a ti, que
fumas la Pipa; todos envían sus voces a Wakan-Tanka, el Gran Espíritu. Cuando
oráis con esta Pipa, oráis por todas las cosas y con ellas.»
La mujer celeste tocó
entonces con el extremo de la Pipa la piedra redonda puesta en el suelo, y
dijo:
«Con esta Pipa estaréis
unidos a todos vuestros antepasados: vuestro Abuelo y Padre, vuestra Abuela y
Madre. Vuestro Padre Wakan-Tanka también os hace don de este guijarro redondo
que está hecho de la misma piedra roja que la cazoleta de la Pipa. Es la
Tierra, vuestra Abuela y Madre, y es el lugar donde viviréis y creceréis. Esta
Tierra que Él os ha dado es roja, y los hombres que viven en ella son rojos; y
el Gran Espíritu os ha dado también un día rojo y un camino rojo. Son
venerables; no lo olvidéis. Cada aurora que llega es un acontecimiento sagrado,
y todos los días son sagrados, pues la luz viene de vuestro Padre Wakan-Tanka;
y debéis también acordaros siempre que los hombres y todos los demás seres que
están en esta Tierra son sagrados y deben ser tratados como tales.
Desde ahora la Pipa de
misterio estará en esta Tierra roja, y los hombres tomarán la Pipa y enviarán
sus voces al Gran Espíritu. Estos siete círculos que ves en la piedra
significan muchas cosas, pues representan los siete ritos según los cuales se
utilizará la Pipa. El primer gran círculo representa el primer rito que voy a
transmitiros, y los otros seis círculos representan los ritos que os serán
revelados directamente, a su debido tiempo.
Cuerno Hueco De Pie, sé
bueno respecto a estos dones y para con tu pueblo, pues son sagrados. Con esta
Pipa, los hombres prosperarán y todo bien vendrá a ellos. Desde lo alto, el
Gran Espíritu os ha dado esta Pipa a fin de que, gracias a ella, pudierais
obtener el conocimiento.
¡Estad siempre
agradecidos por este gran don!
Ahora, antes de que me
vaya, deseo darte instrucciones sobre el primer rito con el cual tu pueblo
deberá utilizar esta Pipa.
¡Qué para ti sea sagrado
el día en que uno de los tuyos muera! Deberás entonces guardar su alma como voy
a explicarte, y así ganarás mucho en poder, pues cada alma fortalecerá tu
abnegación y tu amor hacia tu prójimo. Mientras uno de los vuestros permanezca
con su alma junto a tu pueblo, estaréis en condiciones de enviar vuestra voz al
Gran Espíritu a través de ella.
Que sea igualmente
sagrado el día en que un alma se libere y regrese a su morada, que es
Wakan-Tanka; pues aquel día cuatro mujeres serán santificadas y con el tiempo
traerán hijos que caminarán por el sendero de la vida según el misterio, dando
ejemplo a tu pueblo. Mírame, pues soy yo lo que llevarán a su boca, y gracias a
esto se convertirán en santos.
El hombre que guarda el
alma de una persona debe ser virtuoso y puro, y debe servirse de la Pipa para
que todos, con el alma, envíen juntos sus voces al Gran Espíritu. El fruto de
vuestra Madre Tierra, y el fruto de todo lo que lleva, serán así benditos, y tu
pueblo marchará entonces según el misterio por el camino de la vida. No
olvidéis que el Gran Espíritu nos ha dado siete días para enviarle vuestra voz.
Mientras os acordéis de esto, viviréis. El resto os será revelado por el Gran
Espíritu.»
Entonces la mujer celeste
se adelantó para salir de la tienda, pero volviéndose de nuevo hacia Cuerno
Hueco De Pie, dijo:
«¡Mira esta Pipa!
Acuérdate siempre de cuan venerable es, y trátala en consecuencia, pues ella te
guiará hacia tu meta. ¡Acuérdate! En mí hay cuatro edades. Ahora me voy, pero
velaré por tu pueblo durante cada una de estas edades y, al final, regresaré.»
Después de dar la vuelta
a la tienda siguiendo el movimiento del sol, la mujer misteriosa salió; pero, a
una corta distancia, se volvió hacia el pueblo y se sentó. Cuando se levantó,
los hombres vieron con sorpresa que se había transformado en un joven bisonte
rojo y castaño. Entonces este joven bisonte, después de alejarse todavía un
poco, se tendió y se revolcó, y miró hacia el pueblo; y cuando se levantó de
nuevo, era un bisonte blanco. Se alejó y se revolcó por el suelo, y se
convirtió en un bisonte negro, que volvió a alejarse, se inclinó ante cada una
de las cuatro Regiones del Universo, y desapareció detrás de la colina.
Relato de los Indios
Sioux – Alce Negro
Fuente: Chamanes del
Mundo
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