Escrito por Ricardo Della
Coletta
Guadalupe Campanur Tapia ha
sido estrangulada y su cuerpo ha sido abandonado en una carretera
El municipio indígena de
Cherán, en Michoacán, es un ejemplo único de autogobierno en México.
Los vecinos se levantaron hace seis años contra sus gobernantes y contra
delincuentes que hacían de la tala ilegal de madera uno de los principales
negocios de la región. Se organizaron, crearon instancias propias de Gobierno
—entre ellos un Consejo Mayor— e instituyeron rondas ciudadanas para cuidar la
seguridad e impedir la devastación de sus bosques. Los habitantes que ayudaron
a transformar Cherán suelen referirse a la reducción de la violencia como uno
de los principales indicadores del éxito de la experiencia: la última vez que
ocurrió un homicidio fue en 2012, según los últimos datos disponibles del
Gobierno federal.
Por eso, la noticia del
asesinato de una mujer de esta comunidad, en el cercano municipio de Chilchota,
ha conmocionado a los habitantes de Cherán y revivió los recuerdos de los
tiempos en que los casos de violencia eran una realidad más frecuente. A
Guadalupe Campanur Tapia, de 32 años, la encontraron la noche del martes en una
carretera, había sido estrangulada. Al lado del cuerpo había una credencial con
su nombre, y después de exámenes se confirmó su identidad. “Sí nos tocó mucho,
también por la vida más tranquila a la que nos habíamos acostumbrado los
últimos seis años”, comenta Pedro Chávez Sánchez, miembro del Consejo Mayor de
Cherán.
De acuerdo con la
Procuraduría General de Michoacán (PGE, la Fiscalía estatal), el deceso de
Camapanur se produjo entre las 36 y 48 horas previas a la localización del
cadáver. La familia no había presentado ninguna denuncia sobre la desaparición
de la víctima, pero autoridades municipales de Cherán se enteraron después de
que ella llevaba ya algunos días sin regresar a casa.
La muerte impactó de lleno
a la comunidad porque Camapanur había participado en el proceso de
transformación del municipio y llegó a trabajar por un periodo como
guardabosques. "Por ser mujer, por ser activista y por participar del
movimiento comunero el asesinato nos indigna profundamente", añade Chávez.
La noticia del asesinato
repercutió en las redes sociales, donde organizaciones civiles pidieron
justicia para Campanur, y en los medios locales, que destacaron su papel de
activista ambiental. Sin embargo, la PGE ha resaltado que todavía no pueden
definirse las razones que motivaron el asesinato. Vecinos de Cherán y personas
que conocían a Campanur también dicen a EL PAÍS que es precipitado vincular el
crimen con su activismo. Ellos cuentan que, si bien participaba de reuniones
comunitarias, como lo hace buena parte de los vecinos del municipio, ya no
actuaba como guardabosques ni hacía ronda comunitaria desde hace un par de
años.
Las autoridades estatales
han abierto una carpeta de investigación para esclarecer los hechos. Sea cuál
sea la motivación del asesinato, la muerte de Campanur ha abierto viejas
heridas en Cherán. Aunque siguen se reivindican como una de las experiencias
más exitosas de autogobierno en México, es imposible blindarse por completo de
la realidad nacional de violencia, en la que siete mujeres son asesinadas cada
día, según datos de ONU Mujeres y el Observatorio Ciudadano Nacional Contra el
Feminicidio.
Fuente
El País (España) – 19 de Enero de 2.018
No hay comentarios:
Publicar un comentario