En la concepción de los guaraní el alma está vinculada a la palabra, y esa alma de origen divina está destinada a desenvolverse hasta alcanzar la plenitud.
Cada persona es una encarnación de la palabra, el alma
se hace con la historia de vida de la persona y las palabras forman la sinfonía
de su vida. "El alma, como principio de individualidad que hace el cuerpo
vivo a una persona, se confunde con el nombre propio: El Alma es el
Nombre" (Clastres, p., 2004).
El nombre de la persona es el fundamento fuera del
cual la persona no tendrá otro soporte válido.
Cada ser nace con un nombre que acompañara a la
persona desde su nacimiento hasta su muerte. La concepción del ser humano es
atribuida al sueño, sueño que genera una palabra. La persona será entonces una
"palabra soñada", un acto de conocimiento soñado.
El mito de origen Mbyá Guarani, traducido por Hélène Clastres (2007), aclara que la Primera Tierra que existió, el Yvy Tenonde, fue creada por Ñande Ru Papa Tenonde, también llamado Ñamandu Ru Ete. El Padre Primero se levantó y creo el lenguaje, la Palabra-Alma, que circula en el esqueleto, que es la que mantiene erecto al guaraní; y es solamente cuando el niño puede permanecer de pie y comienza a caminar que se le atribuye un nombre guaraní que marca la procedencia (Este, Oeste, Norte, Sur o Cenit) de la Palabra Alma que se encarnó en ella.
Zelia Bonamigo (2008) recogió, en su investigación
entre los Mbyá Guaraní de la Isla de la Cotinga en Tekoa Pindoty, en Paranaguá-Parana-Brasil,
datos reveladores sobre los Ñee Ru Ete - "Padres de las Almas" - que
transmiten los nombres dados a los niños haciéndolos sus parientes.
Son ellos: Jekupe y su esposa Yva, sinónimos de
Jakaira e Ychapy (Primavera - cuidan de la fuente de la Niebla - habitan el Norte);
Kuaray y su esposa Jachuka o Ara (seres similares al Sol
- habitan el Este);
Vera o Tupa su esposa Para (seres que recuerdan Agua,
truenos, rayos y lluvias - habitan el Oeste);
Karai y Kerechu (seres guerreros relacionados con el
fuego - habitan el Sur).
Estos seres se comunican y circulan constantemente
entre sus dominios.
Cuando Ñamandu Ru Ete concibió estas divinidades, les
confirió la carga de las Palabras-Almas de los futuros hombres. Son ellos los
que el chamán, opygua o rezador - invoca
para saber de dónde viene el alma del niño y cuál es su nombre. Es esa palabra
que le provee un lugar para si en el cuerpo del nuevo ser.
La transposición de los nombres ocurre durante el
ritu Ñemongarai-a, en el momento de la
cosecha del maíz durante el mes de Enero - momento en que se revelados y se distribuyen
los nombres en Lengua Guaraní a los niños de la aldea que según los Mbya Guaranies representan sus
verdaderas "almas" (Schaden, 1982).
Traducido probablemente por los misioneros y asimilado
por los guaraní como " bautismo del maíz o bautizado", el Ñemongarai
presenta características autóctonas que lo hace muy diferente del bautismo
cristiano.
El Ñemongarai actúa en el fortalecimiento del cuerpo
de cada individuo, en el círculo de relaciones sociales. Los niños nacen con un
alma provisoria y sólo después del rito de nominación reciben a través de la
palabra, un alma permanente, que debe ser cuidada.
Palabra y Alma se unen del mismo significado del
prefijo Ñe que precede al término Mongarai – Palabra Alma de origen divino.
Pissolato (2007) resalta que el cuerpo permanece erguido en la tierra "en
la medida en que los humanos sean capaces de preservar el flujo de palabras"
- nombres, cantos, capacidades -, las cuales se deben "hacer erguir" cuando
enviados por los Padres y Madres divinos de los Mbyá o de sus Almas-Palabras".
Cuando el Opygua, Chaman o Rezador no descubre el
nombre de la criatura, es señal de que ninguna palabra se encarnó en ella y que
no sobrevivirá.
Tónico Benites (2009) cuenta que cuando la persona muere
el alma vuelve al lugar de donde ella vino. Hasta los doce años de edad esa
alma se encuentra en estado de inestabilidad pudiendo en cualquier momento,
alejarse o ser atacada por los depredadores invisibles. El Cuerpo-Alma de los
mayores tiene mayor estabilidad, pero necesita un desarrollo espiritual
intenso, a través de rezos diarios, para mantener la etapa deseada.
La muerte es una pérdida de la palabra; el alma, el
principio vital, que anima y mantiene erguido el cuerpo guaraní. Cuando son afligidos
por alguna dolencia o enfermedad grave, los Guaraní consideran que el paciente
ha recibido un Nombre-Alma que no conviene, sino que requiere una nueva
búsqueda. Pierre Clastres explica: El Opygua parte entonces en un viaje para
descubrir el verdadero nombre. Cuando este es comunicado por los Dioses, lo
hace conocer al doliente-paciente y a sus parientes. La cura prueba que
efectivamente descubrió el verdadero nombre del paciente. Mientras su espíritu
está en la búsqueda del alma perdida (yendo a veces muy lejos, hasta el sol),
el chamán baila y canta alrededor del paciente. (Clastres, p. 2004).
El viaje de descubrimiento del verdadero nombre del
niño puede no dar lugar a un retorno breve, es decir, compatible con el tiempo
estimado para realizar el ritual. En el momento de la nominación de la hija del
jefe Darci Tupa, en Enero de 2010, la chamana Doña Lidia, encargada de realizar
la nominación del niño, no recibió la comunicación de los dioses invocados. Doña
Lidia argumentó que "se necesita mucha oración", según sus palabras,
para la revelación del nombre del niño y que sólo en el próximo ciclo del
ritual haría nuevo intento. El ciclo se refiere a la plantación del maíz (avachi),
que se siembra en la primera Luna Menguante de Agosto y recogido en Enero,
época de los "tiempos nuevos", marcada para la realización del Ñemongarai-Bautismo.
En Enero del año siguiente, la hija del cacique
recibió su Palabra-Alma, adquiriendo así una mayor estabilidad para su Cuerpo-Espíritu.
En el ritual Ñemongarai, compuesto por varias
ceremonias, los objetos rituales alcanzan más sentido en el espacio sagrado de
la Casa de Oración (Opy), adquiriendo en
grado más elevado el valor de Ente, referencia a una dimensión espiritual
compartida. En preparación y como agradecimiento por la revelación de los Nombres-Almas,
los padres ofrecen la Ñande Ru en la casa
de reza algunos regalos.
El niño está representado por la oferta de un pequeño
pote hecho de tacuara, con miel de abeja yetei o ei jatei y / o una pequeña
flecha o uy, y / o un pequeño sonajero o mbaraka hecha con la calabaza o hya kua,
semillas de kapi`i planta llamada lagrima de la virgen.
La niña está representada por un Takuapu, instrumento
musical hecho de madera o tacuara, utilizado por las mujeres durante los cantos
sagrados y por el mbojapé o pan de maíz, hecho con semillas de maíz, bautizadas
previamente por el Opygua (chamán).
La flecha simboliza la fuerza y el coraje para una
buena caza o éxito en todo lo que el Mbya-Guaraní hace.
La miel es alimento tradicional que acompaña al maíz,
que fortalece el cuerpo y acoge las visitas.
El pastel de maíz simboliza el alimento que da fuerza
y salud, y el takuapu significa que la niña siempre estará presente en los
rituales de la casa de oración (Opy) (Bonamigo, 2008).
El agua depositada en el canal del cedro para ser
rocíada en la cabeza del niño; el humo aspirado a través del petÿngua (pipa
ritual ceremonial), provocando una niebla exorcizadora de las fuerzas
negativas; los instrumentos musicales, el canto, la danza, el maíz y la miel
crean e integran del sistema de pertenencia Mbyá-Guaraní.
Las diferentes habilidades y capacidades de desempeñar
ciertas tareas que el cuerpo asume son un espacio de emergencia de las
diferencias, una inmanencia de la multiplicidad del ser. Un modo por el cual
los diferentes tipos de corporalidad experimentan naturalmente el mundo como
multitud de afectos y afecciones, cuyas formas emanan el arte del cuerpo
ceremonial de los Mbyas.
Así como no poseen un nombre como si fuera una
"cosa" (Chamorro-Argüello, 1999), los Mbyá no perciben los objetos
distantes de los del mundo animado, sino como formas humanizadas y humanizantes.
"La humanidad emerge de un intercambio de intencionalidad, que se revela o
se cristaliza progresivamente. (...) El pertenecer al género humano es elástico
en su extensión y flotante en el tiempo " (Viveros de Castro, 2006).
" Los objetos aportan necesariamente a un sujeto, son encarnaciones
materiales de una intencionalidad humana " (Viveros de Castro, 2002).
El devenir mbyá-Guaraní, que se va amalgamando y difiriendose en el tiempo, altera marcas, soportes, medios que, a su vez, generan nuevas producciones y nuevas subjetividad.
El devenir mbyá-Guaraní, que se va amalgamando y difiriendose en el tiempo, altera marcas, soportes, medios que, a su vez, generan nuevas producciones y nuevas subjetividad.
Los cestos confeccionados con la fibra de tacuara
natural, los instrumentos musicales, el maíz y los bastones ceremoniales -
elementos usados en los rituales- componen el escenario místico.
El canto y la danza dirigidos a los Dioses se celebran
invocando el fortalecimiento de los participantes. La fuente de inspiración de
los ceremoniales remite a las conquistas del mundo desconocido, de vecinos
enemigos o seres naturales y sobrenaturales invasivos y amenazadores del
bienestar Guaraní.
Basado en el texto de María Cristina Rezende de Campos - "El arte del cuerpo Mbyá-Guaraní: Procesos de negociación, patrimonializacion y circulación de la memoria"
Fuente > Blog Chakaruna
Original en lengua portuguesa
Traducida a la lengua española por el Profesor José
Javier Rodas – Creador del Blog Crónicas de la Tierra sin Mal
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