La antigua cultura
del pueblo Guaraní, que se extiende por Paraguay, Brasil, Argentina y Bolivia,
es a día de hoy tan fuerte como era hace muchos siglos, sostenida por su
tradición oral de transmitir mitos y leyendas de una generación a la siguiente.
Entre estas historias, se encuentra el relato Guaraní de la creación y la
leyenda de los siete hermanos que fueron transformados en terroríficas bestias
por una maldición.
Se sabe muy poco de
los Guaraníes antes de su contacto con los conquistadores Españoles. Un pueblo
nómada, con una sociedad descentralizada que no conocía el lenguaje escrito,
así que su historia más antigua está basada enteramente en fuentes orales.
Cuando los Europeos
llegaron en el siglo XVI, muchos Guaraníes fueron convertidos al Cristianismo,
lo que provocó que algunas de sus tradiciones y prácticas religiosas se
perdieran o diluyeran con el paso del tiempo. Pese a todo, muchas de sus
creencias esenciales se han mantenido vivas entre las comunidades indígenas de
la región Guaraní, permitiendo de este modo que sus mitos sobre la creación se
sigan contando aún a día de hoy.
El Mito Guaraní de
la Creación
Tupá es el dios
supremo del mito Guaraní de la creación. Según su mitología, Tupá procedía del
sol, y con la ayuda de la diosa de la luna, Arasy, descendió sobre una colina
de Aregúa, en el Paraguay actual. En pie sobre dicha colina, creó el universo y
a toda la humanidad. Además, creó a Taú, el espíritu del Mal, y a Angatupyry,
el espíritu del Bien.
Los primeros humanos
creados por Tupá fueron Rupave y Sypave. Tuvieron gran cantidad de hijos,
siendo uno de ellos Marangatú, un benévolo y generoso líder de su pueblo, que a
su vez tenía una hermosa hija de nombre Keraná.
Keraná atrajo la
atención de Taú, el espíritu del Mal, hasta tal punto que este decidió que
tenía que ser suya. Para conseguirlo, Taú se transformó en un apuesto joven
para seducir a Keraná, pero cuando llegó a la casa de la muchacha, se encontró
con el espíritu del Bien esperándole. Los espíritus del bien y del mal,
lucharon durante siete días con sus siete noches hasta que finalmente Taú
venció al espíritu del bien. A continuación raptó a Keraná y juntos engendraron
siete hijos.
Los Siete Monstruos Legendarios - Museo Ramón Elías (Capiatá-Paraguay) |
Los Siete Monstruos
Legendarios
Las acciones de Taú
provocaron la cólera de la diosa suprema Arasy, que lanzó una maldición sobre
sus siete hijos, transformándoles en terroríficas bestias.
Teyú Yaguá
El primer hijo que
nació de Keraná fue Teyú Yaguá, una bestia con cuerpo de lagarto, cabeza de
perro y terribles ojos capaces de lanzar llamas. Aunque temido por su fiera
mirada, Teyú Yaguá se movía bastante lentamente y su temperamento era apacible.
Teyú Yaguá era
conocido como espíritu de las cuevas y protector de los frutos, ya que guardaba
tesoros ocultos en cavernas y se alimentaba de frutos. Ocasionalmente se le
describía con una apariencia brillante, diciéndose que su escamosa piel
resplandecía de tanto revolcarse en oro y piedras preciosas.
Mbói Tu’i
El segundo hijo de
Taú y Keraná fue Mbói Tu'i (“víbora loro”), un monstruo con cuerpo de serpiente
y cabeza de loro. Su lengua bífida era del color de la sangre, su piel
escamosa, y su cabeza estaba cubierta de plumas. Se decía que era capaz de
emitir un potente graznido que se podía oír a grandes distancias y que
aterrorizaba a todo el que lo oyera.
Mbói Tu'i es el
señor de las aguas y las criaturas acuáticas. Se cree que es protector de los
humedales y la vida acuática.
Moñái
El tercer monstruo
legendario de los Guaraníes es Moñái, señor del aire y espíritu de los campos
abiertos. Como Mbói Tu'i, Moñái tiene cuerpo de serpiente, pero sobre su cabeza
hay dos cuernos que le sirven de antenas. Estas antenas tienen poderes hipnóticos
que le permiten dominar mentalmente a su presa, permitiéndole así cazarla con
facilidad.
Se cree que Moñái es
una criatura malvada a la que le encanta robar para luego ocultar su botín en
alguna cueva. Por esta razón, se le echaba la culpa a Moñái cada vez que algún
pueblo era desvalijado o desaparecían sus tesoros.
Yasy Yateré
Yasy Yateré (Jasy
Jatere en guaraní), cuyo nombre significa “pedacito de luna”, está considerado
como uno de los dioses más importantes entre los Guaraníes. A diferencia de sus
hermanos, que tienen una apariencia monstruosa, Yasy Yateré parece un
hombrecillo de largos cabellos rubios y ojos azules. Porta un bastón mágico,
que tiene la capacidad de dormir a la gente o hacerlos caer en trance.
Yasy Yateré es el
dios de la siesta, protector de la planta de la yerba mate y de los tesoros
ocultos. Según algunas versiones, Yasy Yateré merodea por los pueblos en busca
de niños que no estén durmiendo la siesta al mediodía. Cuando encuentra a
alguno despierto, lo atrae hasta el bosque con un silbido, y allí le hace
prisionero o se lo sirve de comida a su hermano caníbal, Ao Ao.
La historia de Yasy
Yateré aún se sigue contando a los niños Guaraníes para atemorizarlos y
convencerles de que duerman su siesta todos los días.
Kurupí
Kurupí es el
espíritu de la fertilidad y la sexualidad. Se le representa con un enorme pene,
tan largo que es capaz de enrollarlo alrededor de su cintura varias veces.
El pene de Kurupí se
describe como prensil, lo que quiere decir que puede emplearlo para agarrar
objetos o sujetarse. También tiene el poder de atravesar puertas y ventanas, y
entrar en las casas de las mujeres mientras duermen, provocando embarazos
inesperados. Las mujeres adúlteras que querían escapar a la ira de sus maridos
a menudo echaban la culpa de sus “inesperados embarazos” a Kurupí. Se dice que
los niños engendrados por Kurupí eran pequeños, feos y peludos como su padre.
Ao Ao
Ao Ao, espíritu de
los montes y las colinas, es una criatura con aspecto de oveja y grandes
colmillos, de la que se dice que le encanta el sabor de la carne humana. Ao Ao,
llamado así por su aullido característico, persigue a sus víctimas
implacablemente. La única forma posible de escapar a su persecución es trepando
a una palmera, árbol que tiene el poder de repeler a esta hambrienta bestia.
Luisón o Lobizón
El último en nacer
de los siete hijos de Taú y Keraná fue Luisón (“Lobizón”), una criatura
parecida al hombre lobo que merodea en torno a los cementerios, devorando carne
putrefacta y apestando a muerte y podredumbre por doquier. Se cree que Luisón
es el señor de la Muerte, y que su simple toque es señal inequívoca de muerte
inminente. En algunas comunidades Guaraníes se considera extremadamente
desgraciado nacer como séptimo hijo varón, ya que se considera que tales hijos
cargan con la maldición del hombre lobo.
A día de hoy, la
cultura y las tradiciones del pueblo Guaraní se encuentran amenazadas, ya
que su número se ha reducido drásticamente y gran parte de su territorio les ha
sido arrebatado. Aun así, los Guaraníes mantienen viva su profunda
espiritualidad, y siguen luchando duramente por conservar su rica y valiosa
mitología y los relatos de su tradición oral.
Autor: April
Holloway.
Traducción: Rafa
García.
Fuentes:
COLMAN, Narciso R.
(Rosicrán): Ñande Ypy Kuéra ("Nuestros antepasados"), 1929
Mythical Museum
Ramón Elías - the collection of Guarani creatures – TripFreakz. Available from: http://tripfreakz.com/offthebeatenpath/mythical-museum-ramon-elias
The Guarani Creation
Story – Ecela Spanish. Disponible en:http://ecelaspanish.com/cultural-tidbit-the-guarani-creation-story/
The Seven Sons of
Kerana and Tau. Disponible en:http://sinjininparaguay.blogspot.com/2012/03/seven-sons-of-kerana-and-tau.html
Paraguayan Myths –
Project Paraguay. Disponible en:http://www.projectparaguay.com/myths.htm
Guarani Mythology:
Myths, Legends, And Monsters From Paraguay. Disponible en:http://samuraijack.hubpages.com/hub/GuaraniMythology
The Guarani -
Survival International. Disponible en:http://www.survivalinternational.org/tribes/guarani
Publicado por
Ancient Origins en Español el 17 de Agosto de 2.015
No hay comentarios:
Publicar un comentario