Unir en un solo
latido mi corazón al de mi Padre, la misma fuerza del torrente que viaja por el
tiempo milenario y sentir lo que Él siente, cálido corazón de oro.
Padre Sol, grande y
tierno, abrázame, llévame siempre en el resplandor infinito de tu ser.
Texto e imagen Sergio Daniel Gonzalez
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