Investigadores
argentinos y vascos encontraron en el sur de la ciudad de Buenos Aires,
flechas, vasijas y vestigios de viviendas que serían de uno de los primeros
asentamientos indígenas en la zona, con una posible antigüedad de mil años.
En
un antiguo bañado del Riachuelo, donde confluyen el autódromo de la ciudad y el
parque Ribera Sur, se habrían asentado los primeros pobladores de la ciudad de
Buenos Aires. Allí, arqueólogos urbanos comenzaron a desenterrar la historia no
conocida de esta metrópoli: restos de vasijas, falanges de pequeños animales y
puntas de lanzas podrían ser los vestigios del asentamiento originario porteño
prehispánico.
En
busca de restos de la primera fundación de Buenos Aires, la del adelantado
Pedro de Mendoza, en 1536, expertos de la Universidad del País Vasco (UPV), de
la Universidad del Museo Social y de la UBA hallaron restos que indicarían la
presencia de una población estable en esa zona del sur de la ciudad, que en
aquel momento quedaba a orillas del río, que siglos más tarde fue rectificado.
"Hay
indicios prometedores de que aquí hubo una población originaria. Si bien es
preciso realizar el análisis cronológico, es la primera vez que hallamos
negativos de lo que deben de haber sido los postes en donde se apoyaban las
casas", indica Agustín Azkarate Garai-Olaun, director del Grupo de
Investigación en Patrimonio Construido de la UPV, y muestra a unos 40 cm de
profundidad las marcas que habrían dejado esos sostenes.
El
arqueólogo e investigador argentino Ulises Camino también forma parte del
equipo. Incluso, a partir de su tesis doctoral sobre el barrio de Flores se
eligieron los lugares de excavación. "Encontramos restos de lo que serían
vasijas, cerámicas decoradas y restos líticos que habrían sido utilizados como
armas. Estas piedras eran de la zona de Tandilia y requerían un gran esfuerzo
de traslado. Claramente, es posible pensar que estas armas se fabricaban antes
de la introducción del hierro", señala.
Las
primeras excavaciones de este proyecto finalizaron el viernes pasado. Es
necesario ahora que todos los restos encontrados sean analizados para
determinar en qué momento de la historia fueron utilizados.
Iban
Sánchez, de la UPV, explica que podría tratarse de una población querandí. Así
los habían llamado los españoles, según la única crónica que existe del viaje
de Pedro de Mendoza, escrita por Ulrico Schmidl, un alemán que formó parte de
aquella expedición. "Así es como ellos llamaron a uno de los grupos que
observaron en su travesía. Querandí significa «los que comían grasa». Lo que no
sabemos es cómo se llamaban a sí mismos", asegura.
El
proyecto vasco-argentino, del que también forma parte Daniel Schávelzon,
director del Centro de Arqueología Urbana (CAU), comenzó a gestarse en 2014. A
partir del trabajo de Camino se buscó entre los lugares que exploró Carlos
Rusconi a principios del siglo XX.
"El
desarrollo de las primeras investigaciones relacionadas con la arqueología fue
llevado adelante por parte de aficionados y sociedades de eruditos. En este
contexto temprano de la disciplina, Rusconi anunció un descubrimiento en 1926
de dos paraderos indígenas que denominó A y B, sobre las barrancas del río
Matanza, en Villa Riachuelo, en la Capital", explica uno de los afiches
del proyecto Búsqueda del Sitio de la Fundación de la Primera Buenos Aires.
Animales
chicos
"Sobre
la base de esos dos puntos, comenzaron las excavaciones explica Camino-, y a lo
largo de 2014 se acotaron a estos dos lugares. Ahora tenemos que precisar a qué
pertenecen los restos. Estos huesos, por ejemplo, podrían ser de animales
chicos: un guanaco o un ciervo de los pantanos; mientras que los más pequeños
podrían ser de nutrias o vizcachas."
Cabe recordar que el hallazgo arqueológico más antiguo en el área metropolitana data del siglo XVII, en San Telmo (ver aparte). "No hay restos con mayor antigüedad que los que se hallaron bajo la plaza San Martín. Creemos que estos que hemos encontrado podrían ser cronológicamente anteriores, aunque hay que aguardar los estudios", agrega Camino.
"Estamos
muy entusiasmados porque además es una deuda pendiente que hay con los primeros
habitantes de estas tierras. Había población antes de que llegaran los
españoles. Es una gran oportunidad para que la ciudad de Buenos Aires salde esa
deuda a nivel simbólico, una historia que ha sido invisibilizada. Y la metrópoli
se habría iniciado aquí, en el Sur", apunta Azkarate Garai-Olaun.
Según
los expertos, podría demandar un año determinar fehacientemente el origen de
los restos encontrados. Durante ese período, también se planificará el futuro
de la excavación, que probablemente tenga una superficie mayor. "Uno de
los grandes objetivos de la arqueología en la actualidad es que, además, se
socialice. Estamos en un parque público al que asiste mucha gente,
especialmente niños. La idea es que puedan ver trabajando a los profesionales y
que haya una explicación de los orígenes de la ciudad en la que viven",
indica el experto vasco que dirige el proyecto.
Los
investigadores se permiten soñar hasta con un centro de interpretación en este
reducto del sur de la ciudad, en donde los porteños puedan empezar a conocer
sus orígenes.
Fuentes:
La Nación/EFE/Indymedia
El Orejiverde
Para
leer más:
http://www.elorejiverde.com/toda-la-tierra-es-una-sola-alma/843-tras-las-huellas-de-los-querandies#sthash.KHiQGVGi.dpuf
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