Escribe: Juan Andrés
Pérez Rodriguez
Como los medios de
comunicación corporativos tienen sus prioridades informativas bien definidas y
orientadas, especialmente contra Cuba, Venezuela u otros países que
no se subordinan a Occidente; usted no sabrá que la nación indígena Wayúu [1], la
mayor de Colombia, se muere de hambre y sed porque el río madre de la región
donde radican fue represado y su agua privatizada para el servicio de la
industria agrícola y la explotación de la mina de carbón -a cielo abierto- más
grande del mundo. Por esa misma razón, ignorará, seguramente, la denuncia
que esta comunidad ha presentado ante laComisión Interamericana de Derechos
Humanos -CIDH-, de la OEA, con sede en Washington, por la
violación de sus derechos vitales fundamentales.
Los datos que existen del
crimen que se comete contra la etnia Wayúu no son precisos, informa la web las
dos orillas.com. Según esta fuente, en el extenso territorio que ocupan en
el extremo Norte del país sudamericano, la nación de origen prehispánico carece
de controles y presencia estatal colombiana. En cualquier caso, según
Armando Valbuena, autoridad tradicional Wayúu, unos 14 mil niños de la
etnia han muerto de inanición y la mortandad no se detiene.
A todo esto hay que
agregar que la escasa ayuda que el gobierno colombiano los Wayúu no llega a los
indígenas. El caso del Programa de Alimentación y Nutrición, en el
que se invierten más 15 millones de dólarez, es un ejemplo. Buena parte
de ese dinero – denuncian los voceros de Wayúu Armando Valbuena y Javier
Rojas Uriana– se queda en redes de corrupción y termina siendo utilizado en las
campañas políticas para la compra de votos. Téngase en cuenta, además,
que La Guajira posee una población de 500 mil habitantes y ha recibido, durante
los últimos 20 años, más de mil millones de dólares por la extracción de sus
recursos naturales (carbón y gas), además del dinero que le corresponde cada
año del presupuesto nacional. Pero ese dinero es robado por la corrupción
que domina las administraciones públicas locales.
En medio de ese
panorama, en febrero de este año cinco autoridades tradicionales indígenas, a
través de su representante legal Javier Rojas Uriana, solicitaban a la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que dictase medidas cautelares
urgentes que les permitan recuperar el uso del único río que poseen para
detener la actual mortandad por inanición de niños y adultos mayores. La
acción pretende que el organismo interamericano ordene la apertura inmediata de
las compuertas que restringen el paso del agua del río Ranchería, que es
acumulada en la represa El Cercado.
Según la abogada Sáchica
Moreno, del Consultorio Jurídico de la Universidad de Bogotá, el agua del
río, un bien público, fue privatizado y la primera consecuencia de ello es el
proceso de exterminio en que se encuentra esta etnia colombiana, sumida en la
miseria y el abandono.
La cruda realidad para
estos seres humanos es que la mayor parte del río quedó completamente seco,
pues su caudal hoy está destinado exclusivamente a grandes haciendas del sur de
La Guajira y a las operaciones industriales de las minas de carbón de Cerrejón.
De acuerdo a la
solicitud presentada ante la CIDH, la legislación internacional y nacional, y a
estudios de la Defensoría del Pueblo y la Contraloría General de la
República de Colombia, los primeros destinatarios del agua deben ser siemprelos
seres humanos. Solamente después de que ellos la tengan garantizada a
satisfacción, los excedentes que resulten pueden ser usados en menesteres
agrícolas, industriales y otros.
Por otra parte, además
de pedir la apertura inmediata de las compuertas de la represa para que el agua
llegue cuanto antes a los indígenas, se pide que se ordene suspender de manera
inmediata las tomas de agua de La Guajira que Cerrejón obtiene de otras fuentes
públicas distintas al río, principalmente subterráneas, hasta que una
evaluación técnica idónea e imparcial determine si, después de abastecer
satisfactoriamente a los seres humanos en la región, quedan excedentes de agua
para destinarlos a la agricultura a gran escala y a la explotación de las
minas.
Finalmente, del
conjunto de pruebas judiciales que serán presentadas a la Comisión se destaca
el documental inédito que acaba de terminar el periodista colombiano Gonzalo
Guillén, “El río que se robaron”, donde se testimonian los hechos denunciados a
través de imágenes sobrecogedoras de La Guajira y declaraciones de los
protagonistas.
[1] El
Nobel de literatura colombiano Gabriel García Márquez tuvo linaje Wayúu por
parte de madre y la influencia de esa cultura está presente en una buena parte
de su obra.
Fuente: Información
por la Verdad / 23 de Marzo de 2.015
Vergüenza mayor de nuestra sociedad !!!!! Lo que los mata es nuestra indiferencia. Tantos blancos con esa sangre indígena en sus venas..., Despierte, sociedad!!!!!!. Dónde está el Papa Francisco?????Resistencia, hermanos💗❗
ResponderEliminarExecrable.
ResponderEliminarLes robaron el rio y el costo no parece importarles a nadie...5.000 niños muertos, desnutricion...mortalidad de mujeres gestantes...tuberculosis otros de los horrores de este tiempo
ResponderEliminarSin duda terrible, en mi país también se cometen atrocidades así...
ResponderEliminarOtra forma de exterminio silencioso...
ResponderEliminarMe duele mucho saber que el organismo al que le reclaman probablemente no haga nada por ellos...no hay respeto este sistema de valores trastocados debe ser arrancado de raiz. Los partidos politicos son ciegos y como topos buscan solamente su beneficio
ResponderEliminarEsto est´a ocurriendo no sólo en Colombia, sino en varios países de Am. Latina. ASqí también ser oban l.os ríos los grandes terratenientes que se han robado la tierras y se roban todol Qúe hace la ONU ante esto ya que los gobiernos son cómplices de las comañías minera e hidroe´lectrica. que se roban el agua y la vida. l
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