Algunos creen que estos monumentos están vinculados con los Anunnaki, y otros sostienen que fueron creados por una civilización de la que se sabe muy poco…
Los moáis son las estatuas que se encuentran en Isla de Pascua, al oeste de Chile. Son casi 1000 ejemplares, labrados en piedra y con estaturas de hasta un poco más de 20 metros y que según los especialistas, datan del 700 d. C y el 1600 d. C. Hoy todavía abundan las interrogantes sobre quiénes fueron sus responsables, y cómo hicieron para construirlas.
Cada estatua puede alcanzar las 85 toneladas, y también surgen las preguntas acerca de cómo hicieron para levantarlas una vez terminadas; también existen dudas sobre cómo les colocaron las enormes coronas de piedra rojiza (2 metros de altura y 2.5 de diámetro) que lucían por lo menos 58 de las estatuas.
Algunos arqueólogos aseguran que los moáis fueron transportados hasta las playas con ayuda de troncos, cuerdas y angarillas; pero, no existen evidencias concluyentes de que haya sido así.
Katherine y William Scoresby los primeros exploradores en Isla de Pascua
Se conoce que en 1915, los exploradores Katherine y William Scoresby realizaron por primera vez estudios arqueológicos en la isla, dando a conocer los majestuosos cuerpos de los moáis. Con el tiempo se ha descubierto que los monumentos no son solo cabezas, sino que tienen cuerpos completos enterrados con unas inscripciones extrañas.
Transcurrieron varias décadas para que esta investigación iniciada por Katherine y William Scoresby se retomara, y que varias instituciones sin ánimo de lucro se dieran a la tarea de finalizar el trabajo que se inició a principios del siglo XX.
Especulaciones sobre la Atlántida
Algunos teóricos, exponen que la antigüedad de algunas estatuas conduce al punto en el que se generó un contacto transoceánico entre culturas, y que estas islas pudieron ser centros de comercio o una serie de islas que, antes del presunto diluvio universal – inundación mencionada en textos de antiguas culturas, más específicamente en el libro Génesis, de la Biblia-, se encontraban unidas conformando una metrópoli; en este sentido, mucho se especula sobre la Atlántida, el misterioso continente perdido; no obstante, no existen pruebas. Incluso, el significado de la escritura presente en las espaldas de los moáis todavía son estudiadas por expertos.
Recientes estudios
La revista Journal of Archaeological Science recientemente publicó una investigación dirigida por Anne van Tilburg, quien le ha dedicado tres décadas al misterio de los moáis. Según Tilburg, se realizaron casi 1.000 estatuas, “a instancias de la élite dominante”, en función de buscar incrementar la fertilidad agrícola para así garantizar el suministro básico de alimentos.
Así también lo creen especialistas en geoarqueología que hallaron evidencias científicas que pueden confirmar esta hipótesis después de las excavaciones de dos monumentos, en la cantera de Rano Raraku, al este de la isla, de donde procede el 95% de los moáis. Se estima que los primeros monolitos fueron tallados en torno al siglo IX y la construcción se prolongó hasta el siglo XVI.
Los análisis de laboratorio evidencian vestigios de alimentos como el plátano, el taro y la batata. Tilburg ha señalado que, además de servir como cantera y lugar para tallar estatuas, Rano Raraku también fue un área agrícola productiva. «La excavación amplía nuestra perspectiva acerca de los moáis y nos anima a darnos cuenta de que nada, por obvio que sea, es exactamente lo que parece. Creo que nuestro nuevo análisis humaniza el proceso de producción de los moáis”.
El suelo de arcilla en esta zona de la cantera, tenía agua dulce, siendo así el el más fértil de la isla, gracias también a actividades continuas de fragmentos de roca. Ese proceso, según los investigadores, creó un ecosistema propicio para el cultivo que se valía de un sistema de extracción de agua, asimismo de fertilizantes y nutrientes.
«Este estudio altera radicalmente la idea de que todas las estatuas en pie en Rano Raraku simplemente estaban esperando su transporte fuera de la cantera», ha señalado Van Tilburg. “Es decir, estos y probablemente otros moáis verticales presentes en Rano Raraku fueron conservados en su lugar para garantizar la naturaleza sagrada de la cantera. Los moáis fueron fundamentales para mantener la idea de fertilidad, y en la creencia de los indígenas de Rapa Nui su presencia ayudaba a estimular la producción de los alimentos agrícolas”.
Este estudio es la primera excavación legal desde 1955 que se realiza para tratar de comprender el significado de los moáis. Los dos monolitos que han vertebrado el análisis estaban prácticamente cubiertos por la tierra y los escombros y fueron desenterrados en posición vertical.
Con información de: El Tiempo / El Español / Wikipedia.
Escrito por Gabriela González para Culturizando
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