Toda persona en cada cultura que
coexistió y coexiste alrededor del mundo, son seres hábiles para cimentar su
identidad y preservar de diferentes formas sus tradiciones culturales, con ello
codifican el desarrollo sostenible, la protección y la promoción de su
actividad en todas sus modalidades.
De esta manera, salvaguardan a
través de las generaciones sus creencias, costumbres y toda su
cotidianidad utilizando su tradición artesanal en todas sus expresiones; en la
cual el ejecutor o hacedor tiene en cuenta la calidad, la representatividad, la
tradición, el valor cultural y utilidad. Por lo tanto, se puede afirmar que en
este continente no existe ninguna cultura indígena, que no tenga un sistema de
comunicación y una escritura.
Este tipo de escritura, generalmente están
compuestas de representaciones simbólicas que en su momento “la colonización
ignoró, puso en el destierro y aniquiló por su fanatismo religioso”. Es decir,
la cultura dominante consideró que todo lo que hacían los indígenas eran
representaciones de demonios, aspecto de especial interés para los
conquistadores, sobre el que se emprendió la más fuerte represión para su exterminio;
que consistieron despojos holocausto, explotación y destrucción masiva; su
sistema de escritura, sus imágenes, según los evangelizadores recreaba lo
maligno, lo demoniaco.
“De este modo se aniquilaron las formas de
escritura, de comunicación, de arte, las manifestaciones estéticas y
religiosas” en ese sentido se destruyeron monumentos, sistemas sociales,
culturales y representación tangibles e intangibles. Dicho evento fue común en
todo el continente.
Rusvelt Machado - Trabajo en curso 2014.
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