Escrito: Eduardo
Quintana - Abc Color (Asunción) 12 de Julio de 2.016.
Aguantó la
imposición del cristianismo y soportó persecuciones, pero aun así, continúa
vigente en pequeñas comunidades del interior paraguayo. Es la religión guaraní,
que prioriza la espiritualidad a cualquier otra cosa. Una filosofía que pone el
acento en el amor al prójimo y una relación armónica con la naturaleza, además
de tener a la palabra como sagrada.
Según el Censo de
Indígenas del 2012, hay 112.000 personas de 17 grupos étnicos en la República
del Paraguay. La guaraní sigue siendo mayoritaria.
Y aunque una gran
parte practique el cristianismo, algunas comunidades mantienen sus creencias
ancestrales. La religión guaraní se podría resumir en tres mandamientos: la
palabra es sagrada, el amor al prójimo y el himno al padre. Hoy sus creencias
se siguen trasmitiendo en Alto Paraná, Itapúa, Guairá y Amambay,
principalmente. No tienen ídolos ni grandes templos, pero sí rituales claves.
Para el profesor
David Galeano, director del Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní y docente en la
Universidad Nacional de Asunción, hay que dejar en claro que los guaraníes,
junto a otras etnias, tienen creencias diferentes a las cristianas. Galeano
recordó que en 1929, la obra Ñande Ypykuéra (Nuestros antepasados), del poeta
Narciso R. Colmán, se divulgó como historia casi oficial de la religión
guaraní, cuando en realidad el mismo autor aclaró que se trataba de una obra
ficticia.
Según Galeano,
miembros de las comunidades guaraníes de varias localidades del país no conocen
los mitos conocidos por los paraguayos, porque no condice con su realidad. “Se
utilizó una obra poética como historia de los guaraníes. Lo cierto es que el
que realmente estudió la cultura guaraní en el siglo XX fue el antropólogo León
Cadogan”, indicó. Ni Tupã ni Arasy ni los siete hijos de Taú y Keraná forman
parte de la cultura guaraní, sino que fueron inventados por Rosicrán, según
Galeano.
Cadogan, que
investigó los Mbya Guaraní del Guairá, recién pudo estudiar a las parcialidades
rigurosamente luego de haber recibido un nombre.“Allí le facilitaron informantes.
‘En medio de las tinieblas originarias, antes de tenerse conocimiento de las
cosas’, apareció “nuestro padre” (Ñande Ru papa tenonde, el último de todos,
pero el primero) como un colibrí, (ave sagrada) que dejaba rastros de claridad
por donde pasaba. Luego aparece la lechuza y deja rastros de oscuridad, es la
noche. El colibrí asume la forma humana y crea el fundamento del lenguaje
humano”, dijo Galeano.Lo primero, antes del Universo, antes de cualquier
creación, existió la palabra, que es sagrada, según los guaraníes.“La palabra
es dios para los guaraníes. Cuando nosotros decimos algo, a través de la boca
sale dios en pequeñas porciones. Solemos insultar a los demás calificándolos de
indios cuando no hablan, pero el guaraní no habla cuando no tiene algo que
decir, porque la palabra es sagrada”, expresó.
Según relató
Galeano, el que habla se convierte en un Ñe’engatú, que para nosotros es un
hablador o charlatán, pero que significa hablar perfectamente entre los
guaraníes. “Cuando hablan, tienen que decir la verdad. No pueden mentir. El
indígena observa y habla de lo que hay. Cuando él habla, él es o existe. Ellos
siempre respetaron la palabra. Luego creen en el amor al prójimo y en un himno
sagrado”, agregó. Los genios tutelares. Entre los guaraníes, los genios
tutelares o jarýi, son los guardianes de la naturaleza o póra. Todo se tiene
que usar de manera correcta. Si hay excesos, como tumbar varios árboles en vez
de uno, los jarýi aparecen en forma monstruosa para asustar y hasta matar a los
infractores. Es un sistema de freno para cuidar la naturaleza, todo debe estar
en equilibrio.
Fotografía: Danza
Típica Mbya Guaraní en Paso Yobái (Paraguay)
equintana@abc.com.py
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