Nos calienta el fuego, no el humo.
Nos transporta por mar un barco, no la estela que deja en el mar.
Del mismo modo, lo que somos hay que buscarlo en las profundidades invisibles de nuestro ser,
no en el reflejo exterior de nuestra obra.
Nuestra realidad íntima hemos de encontrarla en el alma, principio de todos nuestros actos.
Nos transporta por mar un barco, no la estela que deja en el mar.
Del mismo modo, lo que somos hay que buscarlo en las profundidades invisibles de nuestro ser,
no en el reflejo exterior de nuestra obra.
Nuestra realidad íntima hemos de encontrarla en el alma, principio de todos nuestros actos.
La Felicidad en los Caminos
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